INTRODUCCIÓN
El consumo de alcohol se ubica dentro de los primeros 20 factores de riesgo para la salud a nivel mundial; y en los países desarrollados se encuentra dentro de los primeros diez1.
Los problemas relacionados con el consumo de alcohol se vinculan con reducción del autocontrol, daños fisiológicos, aumento del riesgo de contraer: VIH/SIDA, enfermedades cardiovasculares, hepatitis, tuberculosis, algunas neoplasias; además de que se aumenta el riesgo de suicidios en los adolescentes2.
El fenómeno del consumo de alcohol en los adolescentes es preocupante para las autoridades en gran parte del mundo, principalmente por las consecuencias a la salud atribuidas al uso del alcohol, sumado a esto, en los últimos 15 años se ha observado con más frecuencia el consumo excesivo de bebidas alcohólicas (CEBA o Binge Drinking en inglés), definido como la ingesta de cuatro o más bebidas alcohólicas en mujeres y cinco o más en hombres durante un periodo no mayor a dos horas al menos una vez en los últimos 30 días3.
Se estima que en el mundo, entre un 10 % y 15 % de los adolescentes muestran un patrón de CEBA y se consideran consumidores activos4. En una encuesta del 2016 en México, cerca de 10 % de los adolescentes entre 12 a 17 años, reportaron consumo excesivo de alcohol durante el último mes5, un aumento de más del 100 % con respecto a las cifras reportadas en 2011, que fue de 4 %.
En los adolescentes, sea cual sea la cantidad de alcohol ingerida, representa un consumo de riesgo6, más si se tiene en cuenta lo reportado en la literatura acerca de que el inicio del consumo de alcohol en la etapa de la adolescencia aumenta el riesgo de desarrollar dependencia alcohólica7, así, se vuelve relevante generar estrategias y acciones dirigidas a disminuir el consumo excesivo del alcohol en esta población.
En la actualidad existen diversos modelos y teorías psicológicas empleadas para afrontar la problemática del consumo de alcohol. Sin embargo, al ser una situación que persiste con alcances importantes, se propone aplicar el Modelo de Intención de Cambio8 para modificar la conducta de consumo de alcohol a través del componente motivacional de dicho modelo. De acuerdo con lo anterior, el presente trabajo expone una aproximación de una Teoría de Situación Específica (TSE) para el cambio de conducta en el patrón de consumo excesivo de bebidas alcohólicas, fundamentada en el modelo de intención de cambio (I-Change Model)8 y bajo la metodología propuesta por Fawcett9, con el respaldo teórico de la revisión de literatura de las variables de interés en el campo del consumo de alcohol.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) motiva al personal de enfermería a desarrollar estrategias y acciones que no solo abarquen aspectos de tratamiento y rehabilitación, sino que refuercen acciones para evitar el consumo de sustancias psicoactivas10,11. En ese sentido, se debe señalar la capacidad y experiencia de los profesionales de enfermería para promover el desarrollo de una actitud positiva, responsable y de protección ante el consumo de sustancias psicoactivas en los adolescentes12,13.
Por lo antes expuesto, se desarrolla una propuesta de aplicación a partir de la Teoría de Situación Específica del Modelo de Intención de Cambio (I-Change), enfocada a modificaciones de conducta en el consumo episódico excesivo de alcohol en adolescentes para que el profesional de enfermería de primer nivel desarrolle intervenciones basadas en evidencia, dirigidas a la prevención del consumo de sustancias psicoactivas como el alcohol.
DESARROLLO
La metodología utilizada para el proceso es a partir de la propuesta de Fawcett9 que consta de tres pasos y da como resultado una estructura conceptual teórica-empírica del modelo o teoría propuesta. Los modelos conceptuales tienen como propósito organizar y visualizar la complejidad de ciertos fenómenos a partir de observaciones empíricas, deducciones o intuiciones, por lo cual, combinan ideas de varios campos de conocimiento. Las teorías, que generalmente se derivan de un modelo conceptual, son marcos que guían la investigación y la práctica, sustentan la interpretación de fenómenos, comportamientos, situaciones o eventos.
Paso 1. Descripción del modelo conceptual seleccionado
En este primer paso se describe de manera completa el modelo seleccionado del cual se deriva un proceso, se explican los conceptos, las fases, las relaciones y proposiciones. La intención es conocer y entender el contenido del modelo de manera global, así como la particularidad del fenómeno de interés del presente estudio. El Modelo I-Change8 busca explicar el cambio de conducta desde el punto de vista motivacional; según lo propuesto, los comportamientos de los individuos son determinados por la motivación que surge para desarrollar dicha acción. En este proceso se distinguen tres fases para el cambio conductual: premotivacional, motivacional y posmotivacional.
Fase premotivacional
En esta fase se incluyen los factores predisponentes, de información y de conciencia. Los factores predisponentes se refieren al aspecto biológico, psicológico y sociocultural del individuo; son aquellos atributos propios, aprendidos y contextuales que pueden tener algún efecto en el proceso de realización de alguna conducta8. Para evaluar estos factores se utilizó la Cédula de Datos Personales y de Consumo de Alcohol (CDPYCA).
Los factores biológicos hacen referencia a las características inherentes de la persona (edad, sexo, herencia, genética) de las cuales no se tiene control y pueden afectar la conducta14.
Los factores psicológicos son el resultado del juicio realizado por el individuo, ya sea por práctica u observación y pueden influir en el proceso de adquisición de una nueva conducta14.
Los factores socioculturales son todos aquellos elementos que afectan el desarrollo y la interacción del individuo con los demás, por ejemplo, el clima social y el estatus socioeconómico14.
Los factores de información son todos aquellos elementos que influyen en la efectividad de la intervención conductual a través de los factores de motivación y pueden ser de tres tipos: de mensaje (calidad y el contenido de información); de canal (herramientas utilizadas para dar el mensaje); y de fuente, que hacen referencia a la credibilidad de la fuente de donde se obtiene dicha información14,15.
Los factores de conciencia se refieren a la capacidad del individuo para estar alerta y percibir con base al conocimiento de sí mismo y del entorno, situaciones que pueden ser percibidas como amenaza para el comportamiento deseado. El conocimiento se define como la comprensión de una información recibida (de carácter objetivo y subjetivo) con respecto a mantener o cambiar la conducta, implica tomar acciones informadas16.
La percepción del riesgo permite a la persona tomar una decisión, puede influir de una manera determinada en la ejecución de una conducta a partir de la ponderación de diversos aspectos intrapersonales y ambientales a favor o en contra de esta; es una evaluación subjetiva de la probabilidad de que algún acontecimiento o conducta ocurra teniendo en cuenta las posibles consecuencias17.
Fase motivacional
Dentro de la segunda fase del modelo se encuentran los factores de motivación, los cuales toman en cuenta las actitudes (pros y contras), norma social, presión social y autoeficacia. De acuerdo con De Vries et al.8, las actitudes son la percepción del adolescente hacia alguna conducta, el autor considera los pros y contras como parte de las actitudes; los pros son los aspectos positivos que surgen en el balance decisional mientras que los contras son los aspectos negativos o barreras para la acción.
Las normas sociales reflejan el contexto sociocultural del individuo, consisten en la percepción de la persona en función de la presión social ejercida para llevar a cabo o para no ejecutar una conducta18. La presión social se define como la influencia que ejercen las demás personas sobre nuestras actitudes, valores, pensamientos y comportamientos; depende de la persona y del individuo o grupo concreto que ejerza esta influencia o presión social, por lo tanto, el resultado será diferente19.
La autoeficacia se define como un juicio del individuo sobre sus capacidades para organizar y ejecutar los cursos de acción. Una persona con alta expectativa de autoeficacia es más probable que se sienta capaz de llevar a cabo alguna conducta, modificando su intención y por consecuente, pasar a la acción19.
Fase posmotivacional
En esta fase se incluye el estado de intención, habilidades, barreras y la conducta. La intención (expresada por las etapas de cambio) se define como la indicación de la disposición de una persona a llevar a cabo un comportamiento dado, es un constructo de la Teoría de la Conducta Planeada (TCP), la cual postula que la intención de una persona para realizar o no un comportamiento es el determinante más cercano a la acción18. En el modelo I-Change se incluyen solamente las primeras tres etapas (precontemplación, contemplación y preparación) las cuales forman parte de la intención8.
Las habilidades se refieren a las capacidades individuales de la persona que pueden facilitar o modificar la realización de alguna conducta. Son herramientas tanto cognitivas como actitudinales que percibe y utiliza el individuo para pasar de la intención a la acción. Las barreras corresponden a los obstáculos percibidos que pueden afectar la realización de alguna conducta; se definen como las situaciones y elementos reales o imaginarios que imposibilitan o detienen al individuo para realizar alguna acción o conducta. La conducta es el resultado manifiesto y observable en términos de cambio o modificación de algún comportamiento accionando las habilidades necesarias para ejecutar la conducta8.
Paso 2. Búsqueda de literatura
Este paso consiste en la búsqueda y revisión crítica de la literatura acerca de la utilización del modelo o estudios empíricos sobre el tema. También se buscó literatura sobre los conceptos del modelo que han sido utilizados para describir, explicar y predecir alguna conducta relacionada con el consumo de alcohol en adolescentes. Para el proceso de búsqueda se consultaron diversas bases de datos como PubMed, Web of Science, Scopus, Science Direct y Google Schoolar.
Los términos de búsqueda (MeSh y palabras clave) utilizados fueron seleccionados en función del modelo conformando las siguientes estrategias: (“I-Change Model”) AND ((“Alcohol Consumption”) OR (“Binge Drinking”)) AND (“Adolescents”). Para la búsqueda de los conceptos se utilizaron términos como (“Alcohol Consumption”) AND (“Risk Perception”) o (“Alcohol Consumption”) AND (“Social Norms”). La búsqueda de los artículos se realizó durante los meses de enero de 2019 hasta febrero del 2020, se tomaron en cuenta aquellos artículos posteriores a la publicación del modelo (2006-2020). A continuación, se presenta una síntesis de los principales hallazgos respecto a las variables del modelo.
El I-Change Model se ha utilizado en el campo de la salud desde diferentes perspectivas, en el área de la prevención como marco para guiar estudios respecto al consumo de tabaco20 y alcohol21-23; se ha probado dentro de la promoción de la actividad física en pacientes con cáncer colorrectal24, así como para promocionar el cambio de conducta motivacional en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y favorecer la adherencia al tratamiento25. De acuerdo con la evidencia, se sabe que dicho modelo ha sido utilizado para probar un cambio conductual en diferentes fenómenos de interés.
La literatura reporta evidencia sobre los conceptos del modelo y su relación con el consumo de alcohol21-23. En la fase premotivacional, respecto a los factores biológicos como el sexo, la evidencia muestra diferencias de consumo entre hombres y mujeres26, en donde el hombre presenta un mayor consumo, sin embargo, también existe literatura que no reporta diferencia alguna entre ambos sexos27. Referente a la edad, se encontró que adolescentes de mayor edad presentaban un alto consumo de alcohol a diferencia de los más jóvenes28,29.
Los factores socioculturales incluyen el grado escolar, al respecto, la literatura señala que, a mayor grado escolar, más alto es el consumo de alcohol en los adolescentes29. Para el concepto percepción del riesgo, existen estudios como los realizados en adolescentes de bachillerato donde se ha encontrado que la percepción del riesgo se relaciona negativamente con el consumo de alcohol, es decir, a menor percepción del riesgo por parte de los adolescentes, mayor es el consumo30,31.
Para la fase motivacional, en los factores de motivación (actitudes -pros y contras-, normas sociales, presión social y autoeficacia), se encontró que las actitudes presentan una relación con el consumo de alcohol, por ejemplo, tener actitudes positivas hacia la ingesta de alcohol, produce mayor consumo32,33. Las normas sociales contribuyen a explicar el consumo en los adolescentes, de acuerdo a lo encontrado en la literatura, han sido relacionadas con el consumo de alcohol; entre más alta sea la percepción de las normas sociales por parte del adolescente, mayor será el consumo de alcohol34,35.
Se encontró que la presión social se relaciona con el consumo de alcohol36, un ambiente donde los pares o figuras de respeto para el adolescente lo persuadan para ingerir alcohol o la poca capacidad del adolescente de rechazar el ofrecimiento de estas bebidas, pueden derivar en un mayor consumo de alcohol. También, los adolescentes que se perciben con mayor autoeficacia pueden evitar las bebidas embriagantes en situaciones normales o de alto riesgo37,38. Por el contrario, si el individuo se percibe con un bajo nivel de autoeficacia, no tiene la misma capacidad para resistir a situaciones de tentación de consumo39.
Respecto a los factores posmotivacionales, en la evidencia empírica, se ha encontrado que la intención explica la conducta de consumo con una varianza desde un 28 % hasta un 44 %40,41. Aquellos adolescentes que manifiesten mayor intención de cambio tienen más probabilidad de modificar su conducta.
Paso 3. Construcción de una estructura conceptual teórica-empírica
Para la elaboración de la Estructura Conceptual Teórico Empírica (ECTE) se identifican primeramente los conceptos de interés, se debe tener en cuenta los resultados de la literatura respecto a los conceptos del modelo y es necesario identificar los supuestos o proposiciones de este. Como paso previo para la representación gráfica de la ECTE, se debe ordenar de manera jerárquica cada concepto y el orden de su relación, una vez que se toma en cuenta los diferentes componentes, se procede a la construcción gráfica (Figura 1).
La estructura se construye desde lo más abstracto hasta un indicador empírico; de forma descendente se encuentran los conceptos propios del modelo, el concepto propuesto para la teoría (p. ej., Percepción de riesgo para el consumo de alcohol) y un indicador empírico sugerido para poder medir y comprobar el modelo en cuestión (Tabla 1).
Instrumento | Fase del modelo | Variable | Población diana |
Cuestionario de Percepción de riesgo al consumo de drogas lícitas43 | Premotivacional | Factores de conciencia (percepción de riesgo al consumo de alcohol) | Adolescentes |
Escala de actitud (pros y contras) frente al consumo excesivo de bebidas alcohólicas44 | Motivacional | Pros y contras del consumo de alcohol | Adolescentes |
Escala de norma social y consumo excesivo de bebidas alcohólicas44 | Motivacional | Normas sociales hacia el consumo de alcohol | Adolescentes |
Escala de presión social y consumo excesivo de bebidas alcohólicas44 | Motivacional | Presión social para el consumo de alcohol | Adolescentes |
Escala de autoeficacia44 | Motivacional | Autoeficacia para el no consumo de alcohol | Adolescentes |
University of Rhode Island Change Assessment Scale (URICA)45 | Posmotivacional | Intención para el consumo o no consumo de alcohol (precontemplación, contemplación y preparación) | Adolescentes |
Cédula de datos personales y de consumo de alcohol (CDPYCA) | Posmotivacional | Consumo de alcohol (número de bebidas por ocasión y episodios de consumo excesivo) | Adolescentes |
Esta teoría brindará las herramientas al personal de enfermería en el primer nivel de atención para lograr el cambio de conducta (disminución de episodios de consumo excesivo de bebidas alcohólicas) en los adolescentes, ya sea implementando intervenciones basadas en las variables propuestas que han demostrado tener un efecto en el consumo de alcohol, o ampliando el panorama de investigación en el campo de consumo de sustancias psicoactivas, campo en el que enfermería puede tomar un rol protagónico porque suele ser el primer contacto que tienen los individuos con el sistema de salud42.
La Teoría de Situación Específica se presenta siguiendo las proposiciones del modelo I-Change, organizado en las fases que lo componen8. En la fase premotivacional, los factores predisponentes se conforman por el sexo que se define como la característica biológica de hombre o mujer y la edad, que se define como los años de vida cumplidos del adolescente al momento de la recolección de los datos. La variable sociocultural de grado escolar se define como el último año escolar concluido que cursa el adolescente. Tales variables son consideradas en los diferentes instrumentos para valorar el fenómeno del alcoholismo. También se recomienda la estimación de estas variables en cédulas exprofeso para valorar las diferentes proposiciones del modelo.
Dentro de los factores de conciencia, la percepción del riesgo se define como las creencias acerca del peligro, gravedad y probabilidad de las consecuencias que percibe el adolescente acerca del consumo excesivo de bebidas alcohólicas y será evaluada mediante el Cuestionario de percepción de riesgo al consumo de drogas lícitas, en su apartado de consumo de alcohol; dicho cuestionario permite medir uno de los elementos del modelo de intención de cambio y está diseñado para la población adolescente43.
Las actitudes se definen como el conjunto de ideas o creencias que tienen los adolescentes acerca de las consecuencias que conlleva el consumir alcohol, estas se pueden valorar mediante los pros (aspectos positivos que perciben los adolescentes sobre el consumo de alcohol, por ejemplo, que la pasan más bien con sus amigos) y contras (aspectos negativos que aprecian los adolescentes sobre el consumo de alcohol, por ejemplo, que le puede causar conflictos con otras personas), utilizando la Escala de Actitud frente al consumo episódico de alcohol; dicha escala se diseñó para población adolescente, teniendo en cuenta elementos del Modelo de Intención de Cambio44.
Las normas sociales se definen como la creencia del adolescente acerca de la percepción que tienen sus padres (mamá, papá o tutor) y sus iguales (hermanos, amigos y pareja sentimental) respecto a su consumo de alcohol, así como lo que el adolescente piensa acerca de su conducta de consumo. La Escala de Norma social alcohol y consumo episódico excesivo de alcohol es un instrumento validado para dar cuenta de estas variables. La escala fue diseñada específicamente para población adolescente; para su elaboración se tuvieron en cuenta los elementos del Modelo de Intención de Cambio44.
Se define a la presión social como la percepción del adolescente sobre la presión ejercida por sus familiares, compañeros o amigos para consumir alcohol; se puede evaluar a través de la Escala de Presión social y consumo episódico excesivo de alcohol, la cual, al igual que los instrumentos anteriores sugeridos para algunos elementos del modelo, fue diseñada en población adolescente tomando en cuenta los elementos del Modelo de Intención de Cambio. La autoeficacia corresponde a la confianza que tiene el adolescente en su capacidad para resistir el consumo de alcohol en situaciones de tentación o riesgo. Para medir la autoeficacia de los adolescentes se sugiere utilizar la Escala de Autoeficacia44.
La intención es definida como la disposición del adolescente para consumir bebidas alcohólicas; la valoración de esta característica puede ser en alguna de las tres etapas de cambio en el modelo, se sugiere evaluarla con la Escala de Valoración del cambio URICA45 (University of Rhode Island Change Assessment Scale). La conducta será definida como el no consumo excesivo de alcohol o disminución en los episodios de consumo excesivo, se recomienda medirla con la cédula de datos personales. Por lo tanto, las proposiciones del modelo son las siguientes:
Proposiciones del modelo
Los factores premotivacionales (edad, sexo, grado escolar y percepción del riesgo ante el consumo de alcohol) tienen influencia directa sobre los factores motivacionales.
Los factores motivacionales (actitudes, pros y contras del consumo excesivo de alcohol, normas sociales, presión social ante el consumo excesivo de alcohol y autoeficacia para el no consumo de alcohol) intervienen sobre la intención (precontemplación, contemplación y preparación).
Los factores premotivacionales y motivacionales influyen en la intención.
La intención repercute en la conducta.
A continuación, se presenta la TSE para el cambio de conducta del consumo excesivo de bebidas alcohólicas y, se muestran las relaciones entre los conceptos operacionales.
CONCLUSIONES
La presente propuesta surge como una alternativa ante la problemática del consumo de alcohol en los adolescentes que, como se abordó en este trabajo, sigue generando consecuencias negativas para el desarrollo integral de este. La rápida evolución de las tendencias de consumo en los adolescentes hace necesario que se preste especial atención a dicho grupo, el cual se encuentra en constante cambio.
La presente TSE se propone con la finalidad de ser una herramienta que permita avanzar a la disciplina desde el eje central de la misma, tal como sucede con las Teorías y Modelos de Enfermería. Con su aplicación, se pretende empoderar a los profesionales de enfermería en el campo de la prevención en el primer nivel de atención y tratar de solventar la necesidad de sustentar su ejercicio en evidencia científica que aporte a su labor de manera efectiva.
Se promulga en el modelo que los factores predisponentes como la edad o el sexo, o bien, los factores de conciencia como la percepción del riesgo tienen un efecto directo sobre los factores de motivación, mientras que los factores de información solo se relacionan con el conocimiento y la percepción del riesgo.
El modelo propone que el cambio de conducta está mediado por procesos motivacionales representados por las actitudes, presión social, norma social y autoeficacia, sin presentar una relación directa con la conducta, sino mediada por la intención. El estado de intención de cambio propone las tres etapas previas a la acción (precontemplación, contemplación y preparación) como algo necesario para lograr el cambio de conducta.
El presente modelo y su utilización en el campo de la enfermería puede ser un parteaguas para su posterior implementación en acciones encaminadas a la modificación de conductas no saludables como el sobrepeso, obesidad, consumo de sustancias psicoactivas, entre otras y no solo en el campo de la prevención del consumo de alcohol. La examinación de los conceptos a través de los indicadores empíricos ejemplifica el camino a seguir para futuras investigaciones.
RESPONSABILIDADES ÉTICAS
Protección de personas y animales. Al ser un modelo teórico propuesto para resolver la problemática del consumo excesivo de bebidas alcohólicas, no se recolectaron datos ni se abordaron participantes durante el desarrollo de este trabajo.
Confidencialidad. Al igual que con las responsabilidades éticas y las razones expuestas anteriormente, se insta a que cualquier aplicación que surja a partir de dicha propuesta, se haga con total apego a los aspectos éticos y bioéticos en investigación, así mismo, que dicho trabajo sea sometido a revisión por algún comité ya sea institucional o externa, a fin de revisar y aprobar los procedimientos para su aplicación.
Conflicto de intereses. Los autores declaran no tener conflictos de intereses.
Financiamiento. Ninguno.