Alejandro Canales nos invita a la reflexión sobre la necesidad de marcos analíticos más comprehensivos de la migración internacional que impliquen contribuciones a la reproducción y transformación de la sociedad global. Su objetivo es analizar la migración internacional desde el enfoque de la reproducción de la sociedad a través de tres mecanismos: la manera en que la migración contribuye y forma parte de la producción de estructura de clases y la desigualdad social en la sociedad global; cómo ésta colabora en la articulación de la multiplicación del capital con la reproducción de la fuerza de trabajo; y cuál es su papel en la configuración de un régimen global de proliferación demográfica. Propone que estos mecanismos de la reproducción de la sociedad se desarrollan e interactúan como motores de la transformación de la sociedad.
El autor analiza de manera crítica las debilidades metodológicas que subyacen los enfoques dominantes, nacionalistas, dualistas y atemporales sobre el debate migración y desarrollo, para lo cual argumenta tres tesis y un corolario. La primera tesis consiste en que la migración y el desarrollo deben ser entendidos desde una perspectiva global, esto es, la migración no es un problema que viene de fuera, sino que es generado por los mismos actores que estructuran la sociedad. La segunda establece que, a cada modelo de acumulación capitalista le corresponde su propio modelo de migración internacional, en otras palabras, los países desarrollados experimentan reducción en fecundidad y natalidad como resultado de la Segunda Transición Demográfica y, a su vez, los países emisores aún transitan por las últimas etapas de la Primera Transición Demográfica, experimentando un bono demográfico. Esto ocurre en un marco de polarización en la distribución de las ocupaciones en los países desarrollados, con alta demanda en los extremos en condiciones de precariedad, flexibilidad laboral y desregulación contractual. La tercera tesis expone que las causas estructurales de la migración no son la falta de desarrollo, sino del estilo de desarrollo e integración a la economía global. Por tanto, como corolario, argumenta que el modelo migratorio de la era global participaría de la reproducción de la sociedad en los aspectos de la reproducción demográfica, reproducción de la economía y del capital y reproducción de la estratificación y desigualdades sociales.
Como escenarios explicativos, sustenta el autor su argumento con el enfoque de la reproducción desde tres áreas; demografía, sociología y economía para comprender en su totalidad el fenómeno migratorio internacional. En el primer aspecto, sostiene que un sistema demográfico debe basarse en modelos de demografías abiertas en donde las migraciones, además de la natalidad y mortalidad, constituyen uno de los soportes fundamentales de reproducción y transformación de las poblaciones. Desde la sociología, utiliza el concepto de estrategia de reproducción social de Pierre Bordieu para señalar que como categoría de análisis y mediación, el cual permite entender la lógica de las estructuras sociales y la sociedad, así como sus mecanismos dedominaciónydependencia. Desde la economía, se basa en el concepto propuesto por Gunnar Myrdal, la causación circular y acumulativa, el cual sostiene que existe una causación recíproca entre desarrollo y subdesarrallo (un factor es la causa del otro y viceversa) y es acumulativa, pues el desarrollo genera y aglomera desarrollo, a su vez que el subdesarrollo reproduce y reúne subdesarrollo.
En su análisis sobre la migración internacional, Canales argumenta que la reproducción demográfica se expresa a través de la complementariedad entre países emisores y receptores de migrantes, configurando un sistema global de reproducción demográfica, en donde cada dinámica y estructura poblacional tiene una función y un sentido específicos. Esto es, la migración internacional es un mecanismo que permite la vinculación entre ambas estructuras y dinámicas demográficas. Sin embargo, señala que este sistema presenta contradicciones: en los países de origen representa la pérdida de su bono demográfico y en los de destino, especialmente Estados Unidos, presenta una situación de reemplazo étnico demográfico, dado que la población inmigrante crece a mayores tasas que la población nativa.
La reproducción del capital se aprecia a través del doble proceso de transferencias económicas, por un lado, la fuerza de trabajo se traslada desde las comunidades emisoras hacia países desarrollados; por otro, se transfieren remesas, las cuales no son más que operaciones salariales que conforman la base de la reproducción social de los inmigrantes y sus familias en el origen. Desde una perspectiva estructuralista, el autor sostiene que las remesas representan la manera en que las personas no sólo satisfacen sus necesidades, sino la manera comose reproducen a sí mismos, a su propia fuerza de trabajo para ser vendidos al capital.
La migración internacional propicia la reproducción social configurando un sistema de relaciones entre clases sociales tanto en los países emisores como en los países de destino, a través del mecanismo de las redes sociales. Este proceso permite y determina el tipo de inserción laboral en función de su extensión y consolidación; donde la actual polarización de ocupaciones en los países destino y tendencias de flexibilización laboral propician un proceso de diferenciación sociolaboral con base en factores etnomigratorios, más que en las credenciales laborales de cada individuo. De esta manera, el trabajo inmigrante sustenta el modo de vida de la población nativa y, a su vez, mantiene la reproducción social en el marco de las transformaciones sociales, económicas y demográficas de la era global.
Como parte de sus conclusiones, Canales recuerda que aún predomina en el debate migratorio, tanto en el ámbito político como en el académico, la visión unilateral de los países desarrollados que no toman en consideración a los países emisores, limitando el acceso a consensos mundiales en donde prive un enfoque de derechos humanos, laborales, sociales y políticos de los migrantes. Propone que en el ámbito académico es necesario superar el nacionalismo metodológico que subyace a los discursos sobre las causas, condiciones y consecuencias de la migración internacional; eliminar el dualismo metodológico cuando se analizan causas y consecuencias de la migración, positivos para países de origen y negativos para países de destino; e incorporar la conceptualización y análisis de los cambios experimentados por la sociedad en las últimas décadas, mismos que que han causado los actuales flujos migratorios.