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Migraciones internacionales

versión On-line ISSN 2594-0279versión impresa ISSN 1665-8906

Migr. Inter vol.12  Tijuana ene./dic. 2021  Epub 20-Sep-2021

https://doi.org/10.33679/rmi.v1i1.2137 

Artículos

Análisis discursivo sobre el sentido de comunidad de los latinoamericanos en Málaga

Mario Millán-Franco1 
http://orcid.org/0000-0002-5536-7139

Laura Domínguez de la Rosa2  * 
http://orcid.org/0000-0002-2172-6383

Luis Gómez-Jacinto3 
http://orcid.org/0000-0002-0270-5405

María Isabel Hombrados-Mendieta4 
http://orcid.org/0000-0001-7288-1589

Alba García-Cid5 
http://orcid.org/0000-0003-0461-8425

1 Universidad de Málaga, Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo, España. mmillan@uma.es

2. Universidad de Málaga, Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo, España. ldominguez@uma.es

3 Universidad de Málaga, Facultad de Estudios Sociales y del Trabajo, España. jacinto@uma.es

4 Universidad de Málaga, Facultad de Psicología y Logopedia, España. mihombrados@uma.es

5 Universidad de Málaga, Facultad de Psicología y Logopedia, España. garciacidalba@uma.es


RESUMEN

Este artículo presenta los resultados de un estudio cualitativo cuyo interés radica en conocer cómo los latinoamericanos residentes en Málaga construyen su sentido de comunidad. Para la recogida de información se realizaron 23 entrevistas en profundidad a personas latinoamericanas. A través de un análisis minucioso de las mismas, se identificaron tres Repertorios Interpretativos: los límites difusos del sentido de comunidad, las comunidades como eje vertebrador del sentido de comunidad y el lenguaje del amor como elemento facilitador del sentido de comunidad. Se pone de relieve la importancia de las organizaciones formales e informales para el desarrollo del sentido de comunidad local. El sentido de comunidad, propio del lugar de residencia, es fruto de un proceso mental de solapamiento de los sentidos de comunidad hacia las comunidades, donde el lenguaje del amor es protagonista. Una limitación del estudio presentado, y también potencialidad, es que el sentido de comunidad es la manifestación subjetiva de la comunidad, por lo que su construcción social está influenciada por las vivencias de cada persona.

Palabras clave: 1. inmigración; 2. múltiples sentidos de comunidad; 3. análisis del discurso; 4. Málaga (España); 5. inclusión social

ABSTRACT

This article presents the results of a qualitative study whose interest lies in understanding how Latin Americans residing in Malaga build their sense of community. To collect information, 23 in-depth interviews were conducted with people from Latin America. Through a detailed analysis of these interviews, three Interpretative Repertoires were identified: The diffuse limits of the sense of community, communities as the backbone of the sense of community, and the language of love as a facilitator of the sense of community. The importance of formal and informal organizations for the development of a sense of local community is highlighted. The sense of community, related to the place of residence, is the result of a mental process of overlapping senses of community towards communities, where the language of love is the protagonist. A limitation, and the potential of this study, is that the sense of community is the subjective manifestation of the community, so the experiences of each person influence its social construction.

Keywords: 1. immigration; 2. multiple senses of community; 3. discourse analysis; 4. Malaga (Spain); 5. social inclusion

Introducción6

Debido a la especial importancia que los latinoamericanos residentes en Málaga les conceden a las comunidades -tanto de carácter formal como informal- en las que participan, se manifiesta la necesidad de explorar cómo construyen su sentido de comunidad vinculado al lugar donde desarrollan sus vidas. Previamente, se ha observado en el colectivo la vivencia de múltiples sentidos de comunidad y la aparente pérdida de relevancia del concepto de barrio. El debilitamiento del tradicional sentido de comunidad hacia el barrio manifestado incita a pensar en cómo está evolucionando la construcción del sentido de comunidad en la ciudadanía, concretamente entre las personas inmigrantes, para facilitar la convivencia y la integración del conjunto de la población en su área local. De ahí surge el interés por desarrollar una aproximación cualitativa centrada en esta cuestión: ¿Es posible que los múltiples sentidos de comunidad que profesan los latinoamericanos en Málaga den lugar a un sentido de comunidad propio del lugar en el que residen? Para dar respuesta al interrogante formulado en la investigación que presenta este artículo, se plantea como objetivo general conocer cómo las personas de origen latinoamericano residentes en Málaga construyen un sentido de comunidad propio del lugar de residencia. Específicamente, se analizan los elementos y relaciones que se establecen entre las diversas comunidades que les ayudan a construir socialmente el mismo.

En palabras de Montero (2004), en la concepción de comunidad sobresalen elementos de movilidad, transformación, sentido de pertenencia e identidad social. La comunidad, referida al lugar donde las personas desarrollan sus vidas, es el contexto donde sus miembros, a través de la interrelación, y por tanto, de la participación, comparten valores, experiencias o símbolos que pueden desembocar en el desarrollo de un sentido de comunidad común (Mannarini y Fedi, 2009).

En el ámbito comunitario, lo que se entiende como política y economía son los pilares fundamentales de la reproducción de la vida, y por ende, de la consolidación de la propia red de relaciones que se generan en dicho contexto (Gutiérrez y Salazar, 2015). La ecología política, y especialmente el feminismo comunitario, defienden la necesidad de reflexionar sobre los vínculos entre personas, y entre ellas y todo cuanto las nutre y engloba, siendo dicha red de relaciones necesaria para garantizar la reproducción de la vida comunitaria (Navarro y Gutiérrez, 2018). Así, “el feminismo comunitario … rescata las luchas ancestrales de las tatarabuelas ..., y se presenta como la contracara del feminismo hegemónico porque no plantea una confrontación intergéneros por los derechos individuales, sino que afirma el ser-mujer desde la comunidad” (Cano, 2017, pp. 59-60).

Un constructo íntimamente relacionado con la noción de comunidad y el feminismo comunitario es el sentido de comunidad, introducido por Sarason en el año 1974 (Távara y Cueto, 2015). Se define como la “percepción de similitud con los demás, una interdependencia consciente con los demás, una voluntad de mantener esta interdependencia dando o haciendo a otros lo que se espera de ellos [y] el sentimiento de que se es parte de una estructura mayor y estable de la que se depende” (Sarason, 1974, p. 157). Según Navarro y Gutiérrez (2018), esta interdependencia comunitaria se materializa en el conjunto de actividades y sinergias, en contextos donde las personas interdependemos para poder sacar adelante nuestras vidas. McMillan y Chavis (1986) presentaron el modelo de sentido de comunidad más aceptado hasta la actualidad, formado por una estructura multidimensional: membrecía, conexión emocional compartida, influencia e integración y satisfacción de necesidades. La comunidad y la construcción social del sentido de comunidad son dos elementos con gran capacidad para explorar la calidad de vida y la inclusión social de las personas inmigrantes. A través del sentido de comunidad, las personas son capaces de afianzar su identidad en el contexto en el que se desarrollan sus vidas. Este hecho, está fundamentado en la pertenencia a un espacio común de convivencia y vinculado a los procesos de integración social, que puede desembocar en una conciencia de solidaridad colectiva (Gualda, 2011).

La migración y la adaptación a un nuevo país conllevan un proceso de construcción de sentido de comunidad en un contexto desconocido. Las personas de origen latinoamericano se sienten muy vinculadas a su comunidad de origen, poniéndose de manifiesto las interacciones que se producen entre las prácticas sociales desarrollas en el lugar de destino y sus esfuerzos por mantener su presencia en la comunidad natal (Suárez, 2010). El sentido de comunidad simboliza por excelencia la manifestación subjetiva de la comunidad, en una era histórica en la que, a pesar de seguir siendo un elemento importante, se está relativizando la influencia del territorio debido al desarrollo tecnológico y los múltiples cambios sociales (Ante Lezma y Reyes Lagunes, 2016).

Recientemente se ha consolidado la conceptualización de sentido de comunidad múltiple, entendida como el fenómeno social en el que las personas vivencian la pertenencia a diversas comunidades y la propia experiencia de sus respectivos sentidos de comunidad de manera simultánea (Mannarini y Rochira, 2014). En el ámbito migratorio, son escasos los estudios que analizan las interconexiones entre las construcciones de comunidad, los múltiples sentidos de comunidad y la generación de un sentido de apego conectado a diversas comunidades (Brodsky y Marx, 2001). Wiesenfeld (1996) señaló que la comunidad local surge de las múltiples identidades personales de sus miembros, donde la interacción de los individuos puede conllevar a la construcción social de una comunidad. A través de un proceso dialéctico entre los niveles individuales, subcomunitarios, comunitarios y sociales se crea la construcción del “nosotros”. Esta dimensión, denominada macropertenencia, coexiste con las micropertenencias, estas últimas están relacionadas con las identidades múltiples colectivas y están basadas en la diversidad y la privacidad. Las personas no viven en una única comunidad, sino en un conjunto de comunidades anidadas, y por tanto interconectadas, en las que se satisfacen necesidades específicas y que pueden coexistir dentro de una comunidad territorial (Mannarini y Fedi, 2009).

La noción de sentido múltiple de comunidad contribuye positivamente al estudio del proceso de inclusión social de los inmigrantes, al capturar las orientaciones simultáneas de los individuos hacia varias comunidades y el consecuente desarrollo de un sentido de apego compuesto hacia ellas (Mannarini y Rochira, 2014). De manera simultánea los múltiples sentidos de pertenencia interactúan mutuamente con diversos niveles de intensidad y solapamiento, y pueden influir en las personas a nivel individual, organizativo y comunitario, por ejemplo, reforzando la identidad colectiva en el lugar en el que desarrollan sus vidas (Ramos-Vidal, 2014).

El trasnacionalismo y el multiculturalismo son dos elementos esenciales para comprender la migración contemporánea y el desarrollo de múltiples sentidos de comunidad en una sociedad cada vez más multicultural y tecnológica, donde conviven religiones, tradiciones y relaciones sociales muy diversas que reivindican el reconocimiento de la identidad cultural (Rodríguez, 2011). El transnacionalismo, entendido como la interconexión sostenida y dinámica entre las sociedades de origen y la receptora de los migrantes, no es incompatible con una adecuada integración social en la sociedad de destino (Portes, 2005). La perspectiva transnacional respalda que los inmigrantes no rompen sus vínculos con la sociedad de origen. Así, “Estas prácticas contribuyen a desarrollar lo que se ha denominado `comunidades transnacionales´ … , o un nuevo tipo de formaciones sociales dentro de un `espacio social transnacional´ …” (Parella, 2007, p. 154).

Se “demostró que los migrantes están insertos en redes que se extienden a lo largo de múltiples estados y que las identidades, así como la producción cultural de los migrantes, reflejan sus múltiples localidades” (Levitt y Glick Schiller, 2004, p.64). Los miembros de las comunidades transnacionales, y las formas organizativas de estas colectividades, destacan por su capacidad de resistencia y oposición al Estado y a las fuerzas hegemónicas del sistema económico, por lo que concebir el carácter transnacional de la migración supone asumir que migrantes y comunidades adquieren las competencias necesarias para hacer frente a los riesgos sociales, costes y condiciones de las sociedades de migración (Canales y Zlolniski, 2001). Las posibilidades de la comunicación mediada por la tecnología para conservar el contacto con los amigos y la familia está suponiendo una ruptura del límite espacio-temporal; a la par que facilita un apoyo importante para la conexión comunitaria y, por tanto, para la construcción del sentido de comunidad de los inmigrantes en la sociedad de acogida (Li, Hodgetts y Sonn, 2014; Martínez, Peñaranda-Cólera, Vítores y Íñiguez- Rueda, 2011).

No se debe obviar la capacidad organizativa y la relevancia de las mujeres en el afrontamiento y la satisfacción de las necesidades comunitarias, y por ende, en el desarrollo del sentido de comunidad, llegando en ocasiones a desestabilizar el orden de género previo a través de la movilización de nuevas sinergias y resistencias vinculadas al afrontamiento del trauma o a la participación en la vida social (Fernández, Waldmüller y Vega, 2020) . De esta forma, “En las tramas comunitarias cuyas actividades se centran en garantizar la satisfacción de … necesidades …, las relaciones de poder son eminentemente fluidas y discurren a partir de acuerdos” (Gutiérrez y Salazar, 2015, p.38).

Metodología

Se propone un método cualitativo de corte fenomenológico que posibilita conocer el significado que adquieren los fenómenos en sus contextos sociales y culturales de emergencia. Así, se aporta una comprensión profunda sobre qué entienden y cómo construyen socialmente las personas, de origen latinoamericano residentes en Málaga, su sentido de comunidad. El material de trabajo empleado no solo lo constituyen las revisiones documentales, sino también las producciones de trabajo o discusión cuya transcripción literal genera un texto de análisis dentro de un escenario social determinado (Cubells, Calsamiglia y Albertín, 2010). Se han analizado los materiales desde un enfoque socioconstruccionista (Ibáñez, 1994), con interés en detectar cuáles son las temáticas que los participantes utilizan para hablar de los significados socioculturales relacionados con su propio sentido de comunidad. También se ha tenido presente en el análisis el enfoque de género, porque se ha considerado que de esta forma se puede entender y comprender el sentido de comunidad en la sociedad contemporánea de Málaga (Taylor y Bogdan, 1990).

Se empleó un método cualitativo de orientación psicosocial, concretamente, el análisis del discurso (AD) desde la propuesta de Potter y Wetherell (1987). Se recurre a la herramienta analítica de los repertorios interpretativos (RI).

Participantes

Este estudio se enmarca dentro de una investigación longitudinal en torno a la inclusión social de las personas de origen latinoamericano en Málaga. A partir de la muestra inicial de 40 personas se seleccionaron un total de 23 participantes en calidad de informantes claves en el proceso de construcción del objeto de estudio. En la línea de Glaser y Strauss (1967), en este estudio el concepto de muestra estadísticamente representativa desaparece ante una construcción progresiva de la misma. El proceso de selección final de los participantes se desarrolló Ad Hoc y de manera intencional. Este proceso finalizó una vez que los informantes no aportaban nada diferente en las entrevistas (Bolseguí y Fuguet, 2006). Se buscó que la muestra fuese variada en cuanto al lugar de procedencia, el tiempo de residencia en Málaga y la edad de los participantes. Además, se intentó vincular en el estudio a ambos géneros a fin de identificar intereses, roles y comprender las relaciones sociales entre los distintos participantes (Taylor y Bogdan, 1990). Se seleccionaron hombres y mujeres con edades comprendidas entre 23 y 45 años provenientes de Argentina, Bolivia, Colombia, Venezuela, México, Cuba, Chile y Paraguay, que llevaran residiendo en la provincia de Málaga en el momento del encuentro como mínimo dos años.

La muestra seleccionada recoge características de homogeneidad, pero también aspectos heterogéneos. En cuanto a la homogeneidad, se tuvo en cuenta que los participantes fuesen de origen latinoamericano e hispanohablantes; también la familiaridad con el entorno social en cuanto a una interacción mínima de 24 meses. De acuerdo con Gouin, Zhou y Fitzpatrick (2015), se seleccionaron a personas que llevaban al menos dos años residiendo en Málaga, a tenor de que para los inmigrantes los primeros momentos, especialmente durante su primer año, se caracterizan por altas dificultadas de adaptación tanto psicológica como sociocultural. El tiempo de permanencia en el país de acogida proporciona sentido a las experiencias vitales e influye de manera positiva en la adaptación de las personas inmigrantes (Millán-Franco, Gómez-Jacinto, Hombrados-Mendieta, González-Castro y García-Cid, 2019).

El criterio de heterogeneidad manifiesta la propia diversidad de los participantes. Por tanto, la heterogeneidad se presentó en función de las características sociodemográficas (sexo, edad, estado civil y país de origen). Respecto a estos datos, no se establecieron límites en cuanto a la edad, pero todos los participantes eran mayores de 23 años. Tampoco se restringió la participación en función del estado civil, la formación académica, la situación laboral o la posesión del permiso de residencia.

Los criterios de inclusión han sido: residir en Málaga, ser inmigrante latinoamericano y formar parte de la población en edad laboral. Además, se requirió la aceptación de la participación en el estudio que sustenta este artículo mediante un consentimiento informado. En el consentimiento se les explicaba el objeto del estudio y el procedimiento de la investigación. Se les informó que tenían derecho a negarse a participar o retirarse del mismo en cualquier momento. Los criterios de exclusión se centraron en el no cumplimiento de estos últimos requisitos. En la tabla 1 se muestra las características en cuanto a edad, sexo, lugar de procedencia y tiempo de residencia en Málaga de cada uno de los participantes.

Tabla 1 Características de los participantes 

Edad en años Sexo País de procedencia Tiempo de residencia
31 Mujer Cuba 4 años
40 Mujer Argentina 17 años y 2 meses
38 Mujer Colombia 2 años y 7 meses
25 Hombre Argentina 15 años y 1 mes
25 Mujer Argentina 15 años
26 Hombre Bolivia 5 años
44 Hombre Colombia 15 años y 5 meses
35 Mujer Colombia 3 años y 3 meses
44 Mujer Colombia 18 años y 5 meses
26 Hombre Argentina 14 años
41 Hombre Argentina 14 años y 2 meses
45 Hombre Venezuela 11 años
35 Mujer México 12 años
31 Hombre México 4 años y 6 meses
45 Mujer Paraguay 12 años
29 Mujer Paraguay 2 años y 5 meses
32 Hombre Colombia 2 años y 6 meses
45 Mujer Chile 10 años
34 Hombre Colombia 5 años
44 Mujer Venezuela 3 años
32 Hombre Venezuela 3 años
40 Mujer Argentina 28 años
23 Mujer Paraguay 2 años y 1 mes

Fuente: Elaboración propia en base a la información obtenida de las entrevistas realizadas a los participantes.

Procedimientos de reclutamiento

En un primer momento se utilizó el muestro de bola de nieve para reclutar a los 40 participantes con los que se inició la investigación. Finalmente, en este estudio participaron 23 personas. Para contactar con estos participantes se utilizaron procedimientos informales a través de la vía telefónica y las redes sociales virtuales.

Recogida de información

La entrevista semiestructurada y la guía de procedimientos empleados fueron desarrollados por los investigadores con base en una revisión de estudios relacionados y de instrumentos que utilizamos en investigaciones previas. El guion de la entrevista que se elaboró estaba compuesto por 17 preguntas que conformaban cuatro bloques diferenciales. El primero de ellos atendía a cuestiones relacionadas con la construcción teórica de McMillan y Chavis (1986) sobre el sentido de comunidad. El segundo bloque se completó con preguntas que intentaban determinar los múltiples sentidos de comunidad con los que los participantes se sentían identificados, así como las interacciones que se producían entre ellos. El tercer bloque pretendía conocer específicamente las comunidades con las que los participantes establecían lazos emocionales. Y por último, el cuarto bloque buscaba analizar la influencia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la conformación del sentido de comunidad.

Todas las entrevistas fueron realizadas en la provincia de Málaga, en un ambiente cómodo (cafeterías, parques, entre otros) para facilitar la participación de los entrevistados. Se realizaron durante los meses de agosto y septiembre del año 2018; la duración de las mismas osciló entre los 51 y los 66 minutos. En cada una de las entrevistas los investigadores comenzaron explicando las cuestiones de confidencialidad, los objetivos y los beneficios del estudio. Se les informó que tenían derecho a negarse a participar o retirarse de la investigación en cualquier momento. Las entrevistas autorizadas fueron grabadas en audio y transcritas de manera literal para su análisis.

Análisis de datos

El proceso de análisis se ha dividido en dos fases: la fase textual y la fase conceptual. La fase textual comenzó una vez que las entrevistas estuvieron transcritas. Desde ese momento, la tarea consistió en identificar los fragmentos textuales que cumplían los dos requisitos que Íñiguez y Antaki (1998) conceden a los discursos para diferenciarlos de cualquier otro tipo de texto: que sea posible a través del fragmento interpretarse lo que los participantes dicen , y que dicho fragmento textual sea capaz de describir y explicar la realidad de los propios participantes. Una vez realizada esta tarea, comenzó el análisis del discurso.

De esta manera, se dio paso a la fase conceptual. Aquí la información se unificó en grupos que contenían los mismos significados para codificarlas y obtener nuestra unidad básica de análisis, el repertorio interpretativo. En efecto, este proceso de análisis se realizó mediante la identificación de una serie de estrategias discursivas sobre las que los hablantes están construyendo el discurso en torno a los múltiples sentidos de comunidad.

Esta fase del análisis conllevó una serie de reuniones entre los investigadores para tomar decisiones sobre los textos y saber dónde situarlos en cuanto a su función. El equipo de trabajo analizó la información por separado y en conjunto, desde la obtención de los primeros fragmentos y durante todo el proceso de producción de la información, enriqueciendo el tratamiento y la validez de la misma (Guba y Lincoln, 1989). Las estrategias discursivas que se generaron fueron modificadas una y otra vez, hasta que de manera consensuada se consiguió una estructura que fue capaz de dar una explicación del objeto de estudio. El establecimiento de relaciones entre códigos para identificar el conjunto de estrategias dio lugar a la conformación del RI. En general, los repertorios son los marcos discursivos en los que los participantes fundamentan la retórica de su decir (Domínguez y Montalbán, 2017).

Para realizar esta labor de análisis este estudio se apoyó en el software ATLAS.TI (versión 8).

Resultados

En este apartado se presentan las representaciones que los participantes han construido en torno a sus múltiples sentidos de comunidad y las relaciones que se establecen entre ellos. Es a través de estas relaciones que los entrevistados explican y vivencian un sentimiento propio acerca de las comunidades a las que pertenecen. Se han identificado tres repertorios interpretativos: los límites difusos del sentido de comunidad, las comunidades: eje vertebrador del sentido de comunidad y el lenguaje del amor como elemento facilitador del sentido de comunidad. Estos repertorios se encuentran íntimamente relacionados, y se han utilizado como herramientas de análisis para explicar cómo las personas latinoamericanas residentes en Málaga, construyen un sentido de comunidad propio del lugar de residencia.

Los límites difusos del sentido de comunidad

En este repertorio se ilustra la evolución de la conceptualización de sentido de comunidad hacia un fenómeno relacional, más que territorial. Es decir, el discurso tradicionalista que entiende el sentido de comunidad, y a la propia comunidad en sí misma, como un área geográfica compartida, da paso a una nueva forma de construir este sentido, en el que para los entrevistados los vínculos de confianza, solidaridad y reciprocidad cobran un especial protagonismo. A continuación, en las siguientes líneas argumentales se muestra cómo las personas entrevistadas se refieren al compromiso adquirido en las relaciones sociales como un pilar fundamental en el que se asienta lo que ellos describen como un sentimiento propio hacia una o varias comunidades:

Si una no es solidaria, si una no decide ayudar, si una no decide compartir, si una no decide ser respetuosa, …es difícil formar una comunidad (Marina, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

… mantener una reciprocidad diría yo, mantener, es decir, al principio y durante, un flujo constante tanto de acciones, conversaciones, compartir sentimientos. Tiene que ser recíproco …es lo que yo considero que así se mantiene un sentimiento de comunidad (Maximiliano, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

… el compromiso de ir a ayudar en las reuniones, de ayudar en los eventos que se yo, que se organizan como asociación, pues yo lo hago, y eso es el sentido o sentimiento de comunidad, de participar, de poner de tu tiempo, decidir, ayudar, comprometerte y demás… (Graciela, comunicación personal, 8 de septiembre de 2018).

Se ha percibido que los participantes no hacen referencia a la identificación de la población con un límite geográfico concreto. Sin embargo, los entrevistados destacan la similitud hacia la cultura de origen y la amistad como nuevas alternativas sobre las que se cimienta el sentimiento de pertenencia hacia uno o varios lugares. Estos hechos se constatan en los siguientes extractos:

… pero me refiero mi lugar preferido no tanto de trato humano, de trato español. Ehh…me he criado en Fuengirola, pero si yo dijese que formar una comunidad fuerte y decirme “soy española”. Extremadura me muestra, me hace ser, me recuerda a Argentina (Paula, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Me he extendido hasta Algeciras, porque una de las conexiones ha sido otros latinos - por ejemplo, mexicanos-, pero han tenido ahora a sus hijos aquí. Ya estoy yéndome a Cádiz, ya estoy, pero he brincado hasta Ceuta también. Y ahora en Ceuta también tengo amigos mexicanos, jejeje, que he conocido por cursos o por iglesias o por asociaciones. Entonces vas conectando y ya me siento como que pertenezco a toda la Euroáfrica… (Roberto, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Las nociones tradicionales del sentido de comunidad no parecen ser concordantes con las percepciones de los entrevistados y sus maneras de relacionarse con los demás en Málaga. Se ha evidenciado cómo los latinoamericanos construyen la comunidad desde una visión muy personal, abarcando concepciones mentales y territoriales muy diversas y particulares (Mannarini y Fedi, 2009). Así, se comprueba en el siguiente fragmento que la manifestación subjetiva sobre la conceptualización de comunidad está fundamentada principalmente en los sentimientos de la persona implicada, considerándose un elemento de índole personal:

…empecé en Fuengirola y de aquí me extendí a Mijas Pueblo y ahora me estoy extendiendo a Málaga. Asistí a eventos con viajeros, para abrir mente y poder entonces extenderme…a otros lugares. Después estuve un año en Marbella, ya llevo dos años apoyando en temas, asociaciones, iglesias…para mí todo es necesidad de ayudar y a la vez de compartir… estas pequeñas cosas me hacen sentir boquerona (María Fernanda, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

En cambio, se ha observado que la comunidad, y por ende, el sentimiento de comunidad no solo se define a través de las configuraciones subjetivas de las personas, sino que se orienta a la búsqueda del bien de manera individual dentro de un bien común. Como se detalla en la siguiente línea argumental la comunidad se convierte en un marco ético de referencia para hacer una valoración adecuada de uno mismo y de las personas que la integran:

… aceptación, tanto en mi parte también, tengo que aceptar que estoy aquí, o sea, no es que solo busco que me acepten en los grupos, no, sino yo acepto y que puedo hacer, entonces que ofrezco yo, vale, una cosa es que te acepten, y otra es que fruto estoy dando yo después de que me están recibiendo, o sea… la gente ya me está dando al menos la oportunidad, ahora que yo doy, pues, que necesitas, que te puedo ofrecer… (Carlos Eduardo, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Las comunidades, eje vertebrador del sentido de comunidad

De acuerdo con Royal y Rossi (1996), y vinculado con el anterior repertorio, el componente relacional del sentido de comunidad parece haber ganado importancia en los últimos tiempos. Se evidencia que el sentimiento de pertenencia y las oportunidades de relacionarse con los otros se consigue con la participación activa en comunidades relacionales. Es decir, en diversos grupos formales e informales. Esto se refleja en la siguiente cita: “Tengo grupos de todo tipo, de gente de España, tengo algunos conocidos también de Argentina, ehh..., tengo grupos de trabajo, son comunidades, son amigos de, pero son…, me refiero es comunidad” (Clarisa, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

Los entrevistados no sienten arraigo al barrio, a los vecinos. Algunos de los participantes aluden a estas líneas argumentales: “Por nada malo, ni particular no tengo contacto con la gente de mi barrio…” (Alex, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018); “Con mis vecinos no hay manera de coincidir, influye mucho el estilo, el ritmo de vida, el trabajo, las ocupaciones diarias de cada uno. Cada uno se preocupa por lo suyo y es lo que interesa, es una sociedad independiente” (Yanet, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

Como indican los siguientes testimonios citados, ellos establecen nuevas formas de participación social centradas en grupos de autoayuda espontáneos e informales, organizaciones no gubernamentales y comunidades semivirtuales:

…el voluntariado lo hago en la asociación en Málaga Acoge. Soy voluntaria hace como dos años y ayudo a las personas que no tienen un email, también, les ayudo a buscar empleo. Es una satisfacción muy grande me siento cobijada, respaldada (Karen, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

A raíz de la iglesia que conozco la asociación Adintre. La persona que dirige la iglesia es la que conoce a la persona que se encarga de esta asociación. Esta persona dio a conocer que necesita una persona que le administré las redes sociales y demás, y como yo tenía conocimiento y me gusta todo lo que es esa área, entonces me ofrecí, le dije que podía ayudar en lo que yo podía. Me estoy organizando y organizando mi tiempo, en base a eso (Vanessa, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

… el tema del AMPA, fue porque asistíamos mi madre y yo a las reuniones y en una de las reuniones, también preguntan si alguien quiere ser voluntario. Es una oportunidad, ya, también de conocer otra área de lo que es, no solo la iglesia y demás, sino puedo conocer a otro tipo de gente, e integrarme más, y me ayudó bastante la verdad… (Liz, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Los espacios públicos, y sobre todo los recursos públicos y privados que les proporciona la iglesia, las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (AMPAS), la Asociación Adintre (Andalucía Integra), la Asociación Málaga Acoge, entre otras, han demostrado ser claves para la construcción social de su propio sentido de comunidad. Estas organizaciones formales e informales son consideradas el eje vertebrador de este sentido de comunidad, ya que les facilita y promueve una efectiva participación e integración en el lugar de convivencia. De hecho, los participantes explican que: “la comunidad es participar es donde yo puedo participar y ayudar, ya sea con mi tiempo libre, como lo estoy haciendo, por ejemplo, en las asociaciones, eh…” (Daniela, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

…por ejemplo, actualmente en el AMPA, yo estoy de soporte. Es decir, en este caso si la líder del grupo necesita de algún que otro de alguna que otra ayuda, yo trato de facilitarle. También suele comunicarse conmigo alguna de las profesoras, que me pide que le haga una especie de informe sobre lo que me pareció a mí de participar, por ejemplo, en el concurso de talentos. Entonces gracias a eso se estrecha bastante la relación y me encuentro más integrada (Liz, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

El feminismo comunitario se hace patente en las AMPAS, en su inmensa mayoría lideradas y apoyadas por mujeres, aunque con la participación activa de algunos hombres, evidenciándose su especial capacidad organizativa y relevancia para movilizar resistencias y afrontar necesidades comunitarias. En el desarrollo de actividades que tienen como objetivo satisfacer necesidades comunitarias, en este caso la formación y educación de los menores, se observa como las relaciones de poder son fluidas y basadas en acuerdos.

En consecuencia, se ha observado que la forma de participación de los latinoamericanos se dirige a comunidades que de algún modo exigen menos compromiso, y por tanto, de alguna forma potencian actitudes individualistas. Pero a la vez destaca la existencia de un altruismo recíproco entre los miembros que la conforman. En la cita que se presenta a continuación, una participante explica cómo pueden ofrecer diferentes tipos de ayudas o beneficios a los otros a un esfuerzo de coste moderado para sí mismos:

… me ofrecí de voluntaria para llevar y ayudar en una asociación que está con banco de alimentos, entonces ahí conocí un montón de gente, pero demasiada gente, de españoles, marroquíes, …de ahí empecé a conectar en sus eventos también, iglesias…y luego, a bueno, ahora, estoy ayudando al orfanato… me gusta lo que hago eso de poder ayudar… (Valentina, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

Fundamentalmente, son comunidades caracterizadas por determinadas prácticas sociales acordes a sus intereses y gustos. En general, se observa que dichas organizaciones están fundamentadas bajo un sistema de valores y costumbres que desde sus inicios han estado asociados a los roles tradicionales de las mujeres. De este modo, las comunidades se desarrollan bajo una construcción social, y también cultural, en la que los roles de los participantes, sus expectativas, marcos sociales y formas de sociabilidad conforman un entramado de elementos constitutivos de ciertas pautas de conducta que pueden ser vinculadas al género. Así, las mujeres participantes ejercen principalmente funciones relacionadas con la ayuda, el cuidado y el voluntariado.

De hecho, en el extracto que se presenta se muestra como el denominado altruismo recíproco da paso a lo que algunos de los participantes de género masculino reconocen como una forma de aprovecharse del otro:

Umm… es difícil porque, claro, cada grupo puede ser que sea recíproco, o puede ser más que se aprovecha, entonces se va, eh…, tengo un grupo de amigos que es de Mijas Pueblo que… con el paso del tiempo también nos hicimos amigos y tal, pero que pasa, a la larga su amiga y sus amigos, claro, a la larga se ha convertido en como si yo fuese una especie de fármaco, un paracetamol para su problema, entonces, los de ella y los de sus amigos. Entonces a la larga no veo yo esa reciprocidad, no… (Marco, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

También debido a las posibilidades que ofrecen en la actualidad las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs), surgen las comunidades informales de naturaleza semivirtual. Estas comunidades se denominan así porque se forman a través de una base física, pero, a la vez, se apoyan en las TICs para mantener y fortalecer el contacto en comunidad:

… mi evento por ejemplo tú lo buscas en Facebook, sale “X”, así se llama el grupo, entonces yo pongo ahí que es para relacionarse, amistad, juegos de mesa… ehhh, Facebook, ehhh, también hago grupos de Whatsapp que incluso a veces la gente no se conoce, pido permiso… (Roberto, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Por tanto, las TICs se consideran una vía alternativa para construir un nuevo concepto acerca del sentido de comunidad porque son capaces de redefinir el espacio físico de las comunidades tradicionales, como por ejemplo la iglesia y las asociaciones anteriormente citadas (Málaga Acoge y asociación Adintre), por un espacio cibernético. Según detallan los entrevistados, dichas comunidades se pueden encontrar distribuidas en diferentes redes virtuales como los foros de Internet, los grupos de Whatssapp y también los blogs: Tenemos un grupo de Whatsapp, tenemos un grupo de Facebook, y un grupo de Discord [chat], hasta compartimos un blog” (Julio César, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Como se establece en las siguientes citas textuales, las redes sociales online y las herramientas de comunicación como Whatsapp se presentan como nuevos entornos que enriquecen las relaciones sociales: “Yo por ejemplo hice mi fiesta de cumpleaños, vaya invité a toda la gente, yo lo hice público, vaya, casi viral, jejeje, o sea que lo avisé casi por Instagram, por Facebook, por Twitter, por Whatssapp…” (Graciela, comunicación personal, 8 de septiembre de 2018). De este modo, el ciberespacio se sitúa como un nuevo espacio público para el desarrollo de la identidad local:

…por ejemplo yo pregunto: ¿tú, te interesa estar en un grupo de Whatsapp, que vamos a hacer quedadas en un café?, es para hacer amigos, no importa si estás, o sea que si quieres venir con tu esposa. Lo que se quiere es conocer otra gente, de otras culturas, de lo que sea, y compartir (María Isabela, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

En general, los participantes usan estas redes sociales no solo para mantenerse conectados con estas comunidades, sino que también, les permiten comunicarse con sus familiares y amigos del país de origen. Se ejemplifica a continuación:

He estado en situaciones así con sentimientos encontrados, entre querer ir otra vez a mi país [y no hacerlo], pero bueno. Las conversaciones, videollamadas con mi familia, mi madre me reconforta. Creo que hay un avance considerable en cuanto a mi situación emocional por el apoyo de mi familia y amigos (Diego, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

De acuerdo con Li, Hodgetts y Sonn (2014), este hecho fomenta entre los participantes el fenómeno del transnacionalismo, y por tanto, la construcción de identidades y pertenencias múltiples. Asimismo, en el seno de las comunidades semivirtuales los entrevistados recurren a las estrategias discursivas del sentimiento de pertenencia, intercambio, apoyo, respeto y el compromiso mutuo como manera de sustentarlas:

Creo que Facebook, Instagram, han ayudado a relacionarte y han logrado conectar bastante. En estas comunidades de redes sociales es importante mucho respeto, también ser muy abierto, comprometido, jejeje, porque el respeto es fundamental y la disposición… (Blas, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

De esta forma, concebir el carácter transnacional de la migración supone asumir que estos migrantes destacan por su capacidad de resistencia y de hacer frente a los riesgos sociales de las sociedades de migración (Canales y Zlolniski, 2001).

El lenguaje del amor como elemento facilitador del sentido de comunidad

Este repertorio se ha nombrado así porque en los discursos de los participantes se aprecia que el amor, el cariño y la cotidianidad son categorías o pilares que actúan de bisagra en las comunidades para contribuir a un sentido de comunidad propio. De esta forma, en el discurso de las personas entrevistadas se aprecia que este sentido de comunidad propio y característico, es el resultado del procesamiento de la vivencia emocional que hace cada persona en torno a las relaciones sociales que mantiene día a día: “Necesitas el contacto físico, el contacto visual, necesitas tiempo de calidad, actos de servicio, regalos, son lenguajes del amor, son cosas básicas que necesitamos el ser humano…” (Roberto, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Um…, pufff, podría decirse que es por el amor, el cariño que tengo a ese pueblo, por ya calar a la gente de mi pueblo, ¿no? O sea, ehh…, conocer todas las tradiciones cómo se comportan, como son, como soy yo con ellos, ehh…, una serie de cosas, umm, que me hacen sentir que estoy dentro…que pertenezco… (Marco, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

En el propio discurso de los hablantes se evidencia cómo la cotidianidad se sitúa asociada a las nociones de amor, sentimiento y participación, pudiéndose entender como el elemento aglutinador del sentido de comunidad propio del lugar de residencia: “Lo cotidiano, lo común es lo que me hacer sentir que pertenezco al lugar…” (Carolina, comunicación personal, 15 de septiembre de 2018). “La cotidianeidad, ehh... y abrir, sabes abrir el corazón y decir... ummm... decir que me siento malagueño, bueno… es lo cotidiano, lo común es eso sí que me identifico como español…” (Víctor Hugo, comunicación personal, 10 de agosto de 2018).

Lo cotidiano se considera un factor de protección promotor del bienestar social, que incrementa el sentido de seguridad, la pertenencia, la estabilidad emocional, la cohesión y la satisfacción de las necesidades sociales. Estas estrategias son el soporte principal de este repertorio y están constituidas y a la vez desarrolladas en las comunidades previamente citadas en el repertorio interpretativo anterior (AMPAS, Málaga Acoge y Asociación Adintre).

En este repertorio, cobra relevancia una serie de estrategias discursivas relacionadas con el constructo del sentido de comunidad, con un importante componente emocional implícito. Así, recurren a la estrategia retórica de familias adoptivas o hermandad para categorizar las relaciones emocionales que establecen con las personas de su entorno. Esta idea como componente principal del arraigo al lugar de residencia queda patente en el discurso de los participantes: “Yo viví con una abuela no de sangre, pero si adoptiva para mí, ehh, de Estepa, pero Marbellí de hace 40 años ya. Entonces para mí ya es mi abuela, sabes cómo tengo mis abuelas adoptadas, o sea, madres, tengo un montón de madres españolas, padres…” (Roberto, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Para mí es la familia, para mí es importante el núcleo de todo es la familia, o sea poder decir, mira, tengo papá, mamá, ehh…, hermanos, hermanas, primos, y entonces yo voy adoptando, sabes, como, jejeje, yo voy adoptando donde llego y…. para mí es más fácil. Yo en cada país donde he estado yo he hecho otra familia, y sigo en contacto con ellos hasta ahora, así que, eh, para mí eso es el pertenecer … (Sebastián, comunicación personal, 12 de agosto de 2018).

Para mí pertenecer a Fuengirola es un sentimiento de hermandad instantánea, ehh... es encontrarte con un amigo, amigo de un amigo, como si fuese amigo de toda la vida; una especie de hermandad instantánea, ehh…, me hace sentirme que soy de ahí, que soy español (Marco, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Un elemento íntimamente relacionado con la construcción de una familia adoptiva en el lugar de acogida es el de la multiculturalidad que caracteriza a Málaga. Tal y como señalan los testimonios de los participantes, es la propia relación con personas procedentes de diversos lugares lo que finalmente les hace sentirse parte del lugar en el que viven:

Todo empieza porque me empecé a relacionar primero porque me ofrecí de voluntario para llevar una asociación; entonces ahí conocí un montón de gente, pero demasiada gente, de españoles, marroquíes, de África, o sea nigerianos, de todo. Entonces, de ahí empecé a conectar en sus eventos también, iglesias, que una fiesta con los nigerianos y luego, a bueno, ahora, ayudando al orfanato que tenemos en Nigeria, venga, y ahora con los marroquíes… Trato de estar con todas las subculturas o las otras culturas que llegan y estoy en medio… (Roberto, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

En las siguientes líneas argumentales se observa que la convivencia de los latinoamericanos con personas pertenecientes a diversos contextos confluye en un sentido

de familiaridad que ellos mismos entienden como pieza clave para el desarrollo de un sentimiento de comunidad hacia el lugar en el que desarrollan sus vidas (Mannarini y Fedi, 2009; Távara y Cueto, 2015). Desde esta perspectiva, el sentido de comunidad hacia el lugar en el que desarrollan sus vidas se podría entender como transnacional, no vinculado a un contexto específico, ya que el apoyo de familiares y amigos con independencia de su ubicación favorece su integración en Málaga. Se distingue en la cita presentada:

En mi trabajo [es] en donde conozco diferente tipo, toda clase de persona, extranjero que vienen, digamos, por ejemplo, de Escandinavia, de Gran Bretaña, todo, de esos sitios conozco. También donde me muevo en la iglesia conozco otro tipo de gente, ah, en donde estudio también, diferente tipo de gente, ellos conforman la comunidad en la que yo empiezo a socializar, familiarizarme y comunicarme con ellos, y conocer un poco más (Julio César, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

La alusión en este repertorio a la estabilidad y permanencia durante el paso del tiempo en estas comunidades y a la obtención de la ciudadanía de pleno derecho son dos elementos que en las entrevistas se relacionan con el hecho de ofrecer una mayor seguridad e inclusión social en el lugar de residencia:

Yo me encuentro diferente a lo que me sentía cuando llegué, incluso diferente a los primeros meses, o el primer año aquí… sobre todo en lo que se refiere a la integración en diferentes comunidades a la hora de hablar, de comunicarme. Las comunidades me abrieron las puertas de par en par, como si fuese que yo llevo aquí millones de años.

Esto me ayudó a sentirme un poco más, a tener esa identidad hablando emocionalmente, pero claro, una también tiene necesidades básicas como un trabajo para no depender siempre de otras personas. ¿Entiendes? Entonces de esa manera con un trabajo yo creo que podría cubrir la parte de lo legal que, obviamente es necesario (Liz, comunicación personal, 3 de septiembre de 2018).

Como se ha podido comprobar, los participantes recurren a estrategias discursivas vinculadas con los sentimientos del amor y del cariño, como los sentimientos que se afianzan en las comunidades con el paso del tiempo y que les ayudan a obtener cierto grado de confianza en sí mismos y, por ende, les ofrecen seguridad en el lugar de residencia. Las referencias discursivas dirigidas a la protección, al respeto, a la dependencia y a la satisfacción de necesidades les capacitan para participar en la sociedad malagueña. Esta serie de estrategias les ayudan a obtener un cierto equilibrio entre su propia autonomía y una conexión con el lugar en el que viven. Por ello, los participantes las consideran los factores esenciales que les permiten mantener un sentido de comunidad común sobre el lugar de residencia.

Conclusiones

El objetivo del artículo ha sido mostrar los contenidos, posiciones y relaciones que vehiculizan la producción discursiva en torno a la construcción social de un sentido de comunidad propio del lugar de residencia. Se identifican tres repertorios interpretativos: Los límites difusos del sentido de comunidad, Las comunidades: eje vertebrador del sentido de comunidad y El lenguaje del amor como elemento facilitador del sentido de comunidad. Estos repertorios se encuentran vinculados y explican cómo las personas de origen latinoamericano residentes en Málaga construyen “su” sentido de comunidad local.

Se ha evidenciado la evolución del sentido de comunidad hacia un fenómeno relacional, observándose que la variación de los estilos de vida del colectivo posibilita que el sentido de comunidad pueda desarrollarse, aunque no se comparta un territorio común (Maya- Jariego, 2004). Para los latinoamericanos, el lugar de residencia está perdiendo transcendencia como contexto relacional, reflejándose en su desarraigo hacia el barrio. Los vínculos con otras personas, establecidos a través de membresías en organizaciones formales e informales, les están brindando cada vez más apoyo social, confianza, sentimiento de pertenencia y compromiso recíproco que una vez obtuvieron de la familia y los vecinos (Royal y Rossi, 1996). La participación activa en comunidades relacionales, concretamente en diversos grupos formales e informales, es clave para vivenciar estos elementos que contribuyen a construir el sentido de comunidad hacia una o varias comunidades (Mannarini y Fedi, 2009).

Estas nuevas formas de participación se centran en grupos de autoayuda espontáneos e informales, organizaciones no gubernamentales, y lo que se ha definido como comunidades semivirtuales. Los participantes destacaron cómo la cercanía cultural, y sobre todo la amistad, constituyen nuevas alternativas sobre las que se cimienta el sentimiento de pertenencia hacia uno o múltiples lugares (Briones, Verkuyten, Cosano y Tabernero, 2012).

Las personas de origen latinoamericano residentes en la provincia de Málaga construyen la comunidad desde una visión muy personal y subjetiva, abarcando concepciones mentales y territoriales muy diversas y particulares; donde los sentimientos son un elemento trascendental en su conceptualización (Ante Lezma y Reyes Lagunes, 2016; Mannarini y Fedi, 2009). Se ha manifestado una redefinición de la importancia del componente territorial para la construcción social del sentido de comunidad. Se constata cómo los lugares públicos y los recursos públicos y privados que les proporcionan la iglesia, las asociaciones o los AMPAS, se constituyen como espacios de convivencia. Este hecho sitúa relevante la relación persona-entorno para la construcción social de “su” sentido de comunidad (Berroeta, Ramoneda, Rodríguez, Di Masso y Vidal, 2015).

El feminismo comunitario se ha hecho patente, especialmente en las AMPAs, evidenciándose la capacidad organizativa y la relevancia de las mujeres para movilizar resistencias y afrontar necesidades comunitarias (Fernández, Waldmüller y Vega 2020). Además, dichas organizaciones están fundamentadas bajo un sistema de valores y costumbres que reproduce los roles tradicionales de las mujeres.

Con el paso del tiempo las personas de origen latinoamericano van adaptándose al estilo de vida en Málaga, donde se van haciendo más individualistas en su relación con el vecindario (Uña, Clemente, Espinosa y Fernández, 2009). En referencia a las formas de participación, aunque se aprecia altruismo recíproco, mayoritariamente están enfocadas a comunidades que exigen menos compromiso, pudiendo encubrir actitudes individualistas. Actualmente, el sentido de comunidad de las personas de origen latinoamericano residentes en Málaga hacia una comunidad está más basado en los intereses compartidos que en la cercanía física (Maya-Jariego y Armitage, 2007). Se evidencia en el colectivo una transformación de la participación comunitaria, lo que explica su participación en centros religiosos o asociaciones en detrimento del vecindario.

Debido al desarrollo de las TICs la migración ya no supone la pérdida absoluta de conexión con el país de origen (Peng, 2016). En el colectivo latinoamericano en Málaga se puede hablar del nacimiento de comunidades informales de naturaleza semivirtual. Estas comunidades se han formado a través de un contexto offline, pero a la vez se apoyan en gran medida en las TICs para mantenerse y fortalecerse. Las redes sociales online y la tecnología son capaces de redefinir el espacio físico de las comunidades tradicionales a través del mundo cibernético, enriqueciendo las relaciones sociales, y por ende, son un soporte trascendental para la construcción del sentido de comunidad y la integración de los inmigrantes en el contexto de acogida (Li, Hodgetts y Sonn, 2014; Martínez et al., 2011; Vancea y Boso, 2014).

Las TICs mejoran la fluidez del contacto tanto con la sociedad de origen como de destino, posibilitando la ruptura del límite espacio-temporal humano y situando al ciberespacio como un nuevo espacio público para desarrollar la identidad local (Melella, 2013). El desarrollo tecnológico fomenta entre los inmigrantes el transnacionalismo y la construcción de identidades y pertenencias múltiples ( Li, Hodgetts y Sonn, 2014). Es demostrativo que en el contexto de las comunidades semivirtuales se recurra a las estrategias discursivas del sentimiento de pertenencia, intercambio, apoyo, respeto y compromiso mutuo como manera de sustentarlas. Estos elementos reflejan en gran medida los componentes tradicionales del sentido de comunidad (McMillan y Chavis, 1986); demostrándose que las comunidades semivirtuales también pueden ser la base de la construcción del sentido de comunidad. Además, concebir el carácter transnacional de la migración conlleva manifestar que estos migrantes destacan por su capacidad de resistencia y de hacer frente a los riesgos sociales de las sociedades de migración (Canales y Zlolniski, 2001). El sentido de comunidad hacia el lugar en el que las personas de origen latinoamericano residentes en Málaga desarrollan sus vidas se podría entender de alguna forma transnacional, debido tanto a que no está vinculado a un contexto específico como a que el apoyo de familiares y amigos con independencia de su ubicación favorece su integración en Málaga.

Tanto las situaciones cotidianas como los sentimientos de amor y cariño hacia otras personas son categorías discursivas utilizadas por los hablantes que, en cierto modo, contribuyen al desarrollo de un sentido de comunidad propio del lugar de residencia.

El componente emocional actúa como pegamento social entre los múltiples sentidos de pertenencia que vivencian las personas de manera simultánea. Estos, a través de la interacción mutua, pueden llegar a reforzar la identidad colectiva hacia el lugar en el que desarrollan sus vidas (Ramos-Vidal, 2014). La cotidianidad está asociada a las nociones de amor, sentimiento y participación, pudiéndose entender como un elemento aglutinador del sentido de comunidad propio del lugar de residencia y promotor del bienestar social (Mannarini y Rochira, 2014). Nuevamente se refleja la importancia del componente emocional al manifestarse que el hecho de formar una familia adoptiva y la generación de una hermandad puede explicar el arraigo al lugar de residencia y su propia construcción de sentido de comunidad local (Eguren, 2011).

La multiculturalidad se relaciona con la concepción de familia adoptiva, dado que la convivencia con personas de diversa procedencia en última instancia genera un sentimiento de familiaridad clave para el desarrollo del proceso (Mannarini y Fedi, 2009; Távara y Cueto, 2015). Además, la propia vivencia del paso del tiempo en estas comunidades y la obtención del permiso de residencia son dos aspectos que se relacionan con una mayor seguridad e inclusión social. La combinación de tiempo, espacio y lugar son elementos relevantes en la construcción de sentido de comunidad y ciudadanía (Waters, 2011).

En última instancia, este estudio invita a la comunidad científica a seguir generando nueva información en cuanto al sentido de comunidad. Por ello, se plantea la necesidad de analizar la construcción del sentido de comunidad en otros colectivos de inmigrantes residentes en Málaga y profundizar en el enfoque de género. Una de las limitaciones, que a la vez es una potencialidad, es que el sentido de comunidad es por excelencia la manifestación subjetiva de la comunidad, por lo que su construcción social está muy influenciada por las vivencias de cada persona. En consonancia con Berroeta et al. (2015), el territorio y los espacios de convivencia tienen también una influencia notable en la construcción del sentido de comunidad local. La necesidad de revitalización de los barrios exige repensar cómo establecer estrategias de intervención social que desde el Trabajo Social y disciplinas afines pongan en valor la importancia del espacio y el territorio común para la inclusión social y el bienestar de la población. Las políticas sociales deben estar orientadas a la aplicación de medidas que, desde el respeto de la diversidad cultural, fomenten las relaciones interculturales y consoliden el sentido de comunidad local.

En conclusión, se ha puesto de relieve tanto la importancia de las organizaciones sociales formales e informales como mediadoras entre el nivel individual y el comunitario, y como promotoras de la participación en el lugar de residencia, así como la relevancia de la concepción de familia para el desarrollo del sentido de comunidad local (Ramos-Vidal, 2014). El amor y el cariño, la satisfacción de necesidades, la interdependencia, el paso del tiempo y el uso de las TICs posibilitan la participación en la sociedad malagueña, generando un equilibrio entre su propia autonomía y la conexión con el lugar en el que desarrollan sus vidas. El sentido de comunidad local -en cierta forma común, pero también individual-, es el resultado del procesamiento de la vivencia emocional que desarrolla cada persona de las relaciones sociales que mantiene día a día. Se ha manifestado cómo este sentido de comunidad propio del lugar de residencia es fruto de un proceso mental de solapamiento de sentidos de comunidad hacia las diversas comunidades en las que el individuo participa habitualmente, donde el “lenguaje del amor” se sitúa como claro protagonista.

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6 Este estudio fue posible gracias a las subvenciones del Ministerio de Economía y Competitividad de España (Proyectos I + D: PSI2013‐40508-P y PSI2017‐85941‐R). Esta investigación fue apoyada por la subvención número HUM-590 (PAIDI, Junta de Andalucía).

Recibido: 16 de Julio de 2019; Aprobado: 15 de Mayo de 2020

* Autora para correspondencia: Laura Domínguez de la Rosa, correo electrónico: ldominguez@uma.es

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