Antonio Maceo es uno de los paradigmas del proceso independentista cubano contra el colonialismo español. Combatió a la metrópoli, no sólo con las armas, sino también por medio de su pensamiento revolucionario, y lo hizo desde el inicio del movimiento emancipador hasta su caída en combate en 1896. Participó en las Guerras de Independencia que se desarrollaron entre 1868-1878 y 1895-1898, en las cuales ocupó altos cargos en el Ejército Libertador; es generalmente conocido por sus acciones militares como la Invasión a Guantánamo, la Campaña de Oriente, la Invasión hasta Mantua y la Campaña de Occidente, así como en la Protesta de Baraguá.
Unido a la experiencia acumulada en el proceso de liberación nacional, debe añadirse que en el periodo histórico de 1878-1895 Antonio Maceo estuvo en varios países del Caribe insular, -Jamaica, Haití, Santo Domingo e Islas Turcas-, en América del Norte -Estados Unidos y México-, en América Central - Honduras y Costa Rica- y en América del Sur -Colombia y Perú-. En algunas de estas regiones se vinculó a importantes personalidades políticas, militares y sociales del liberalismo, lo que posibilitó la evolución de su pensamiento. Estas breves consideraciones nos permiten comprender que Antonio Maceo no fue sólo un hombre de acción que combatió el poder español en Cuba, sino también que fue una personalidad que proyectó su pensamiento patriótico hacia posiciones antirracistas, republicanas, democráticas, humanistas, latinoamericanistas, antiinjerencistas y antiimperialistas.
Hasta el presente, se ha realizado un limitado e irregular análisis de la bibliografía maceísta, así como de sus documentos primarios. Profundizar en su bibliografía y en sus fuentes de información primarias favorece la investigación del legado histórico cubano, así como los valores humanos y revolucionarios del general Antonio Maceo.
La importancia del tema radica en que el texto "Las temáticas de América Latina, el Caribe y los Estados Unidos en la historiografía y los documentos maceístas" constituye un primer acercamiento crítico a las fuentes de información publicadas sobre Antonio Maceo, vinculadas a sus relaciones con el pueblo, la intelectualidad y los políticos progresistas de la región y de oposición al gobierno de Estados Unidos, a su injerencia en el movimiento de liberación nacional cubano. La actualidad del tema se sustenta en la necesidad de investigar, para la ciencia histórica, el pensamiento y la obra revolucionaria de personalidades que han influido de modo decisivo en la formación de la nacionalidad y la nación cubana en la segunda mitad del siglo XIX.
La búsqueda informativa se extendió a múltiples bibliotecas, centros de información y archivos de la red nacional de nuestro país. Para abordar la bibliografía se propone la siguiente periodización: la literatura de sus contemporáneos, que abarcaría aproximadamente hasta 1919; las publicaciones entre 1920-1939; las ediciones desde 1940 hasta 1958; la producción historiográfica entre 1959-1989, y un último periodo desde 1990 hasta la actualidad. Ha de señalarse que en cada uno de estos periodos, los autores se vinculan por lo general a diferentes corrientes de pensamiento, con enfoques y finalidades de acuerdo con la visión que tienen del momento histórico, el lugar donde publica su obra y su formación intelectual.
En primer lugar, los contemporáneos de Antonio Maceo -Máximo Gómez, Fernando Figueredo Socarrás, José Miró Argenter, Eusebio Hernández, Enrique Loinaz del Castillo, entre otros- le dedicaron referencias en escritos, en sus diarios, artículos o en múltiples textos, que abordaron por lo general el protagonismo histórico que desempeñó en el proceso insurreccional. Fue una literatura revolucionaria, alimentada por el fervor patriótico y fecunda en la producción de relatos y testimonios de protagonistas y testigos, en la que la exaltación del patriotismo y del ideal independentista se manifestaron de forma definida, pero limitados en la manera de abordar la temática con respecto a la América Latina, el Caribe y sus radicales posiciones hacia Estados Unidos, poco provista de documentos maceístas. En algunos de esos autores ha estado presente el positivismo, corriente filosófica de mayor trascendencia en América Latina y el Caribe en la segunda mitad del siglo XIX.
Una obra como La Revolución de Yara, de Fernando Figueredo Socarrás1 (1846-1929), editada en 1902 e integrada por nueve conferencias escritas por el autor entre 1882 y 1885, constituye un libro clásico para el estudio de la Guerra de los Diez Años, aunque no integra en su totalidad los hechos de esa epopeya, es uno de las más completos e importantes de aquellos años. Fue escrito con el objetivo de mantener el espíritu patriótico y dar a conocer las causas que contribuyeron al Pacto del Zanjón. El autor, testigo presencial de aquella gesta, incluyó en el "Epílogo: La Protesta de Baraguá" los hechos más trascendentales de aquel acontecimiento; resaltó el patriotismo y la proyección histórica de Antonio Maceo. Desde luego, en el libro no hay referencias a los vínculos de Antonio Maceo con los contextos de América Latina y el Caribe, mucho menos con Estados Unidos. Tampoco dio a conocer su proceder con participantes de esos países en el movimiento de liberación cubano.
Si se recapitula la temática, se observa que el género literario más frecuente relacionado con Antonio Maceo es la biografía, sin menospreciar la producción de José Miró Argenter2 (1852-1925), el autor más prolífico que en ese periodo escribió sobre el general Antonio, entre éstas, la excepcional obra testimonial Crónicas de la Guerra, escrita en tres tomos, que tuvo su primera aparición en 1909. Miró, en su calidad de testigo presencial, se propone dar a conocer los sucesos más importantes de la lucha entre cubanos y españoles, publicar las hazañas y virtudes del más extraordinario luchador independentista cubano del siglo XIX. Además, las Crónicas se convirtieron en una fuente legítima para la reconstrucción histórica de aquella gloriosa gesta. En los textos se localizan unos 38 documentos pertenecientes al héroe que indiscutiblemente tenían como finalidad divulgar su pensamiento político-revolucionario. En general, aparecen tímidas referencias a las relaciones de Antonio Maceo con el contexto latinoamericano, caribeño y con respecto de Estados Unidos.
Las conferencias de Eusebio Hernández3 (1853-1933), pronunciadas en 1913 y 1930, editadas de forma independiente, más tarde publicadas bajo el título Dos conferencias históricas, constituyen disertaciones sobre Antonio Maceo que resaltan sus cualidades patrióticas y revolucionarias. Estamos ante uno de sus compañeros en el exilio y protagonista, junto al Héroe de Baraguá, de múltiples acontecimientos históricos. En sus exposiciones interpreta los hechos con una actitud crítica basada en la experiencia. Sin embargo, hay referencias acerca del accionar de Antonio Maceo por el Caribe, Centroamérica y Estados Unidos. Como lo expresó su autor, se apeló a la memoria y faltaban datos y documentos precisos, y las conferencias se ven limitadas por la no utilización de fuentes históricas del prócer y por los relatos continuos del protagonista que asume en ocasiones el rol de actor principal del escenario histórico; no obstante, sus presentaciones encerraron un gran valor. Las conferencias tuvieron la finalidad de enriquecer y divulgar la historia del proceso insurreccional cubano destacando la personalidad de Antonio Maceo y el papel desempeñado por el disertante en los acontecimientos de aquella memorable epopeya.
En Memorias de la Guerra, de Enrique Loinaz del Castillo4 (1871-1963), publicación de carácter testimonial, contiene apasionantes relatos y descripciones, así como espacios trascendentales de la historia de Cuba, en los que se destacan novedosas informaciones, desconocidas hasta el presente y otras que aún nos faltan por investigar totalmente. En lo relativo a la presencia de Antonio Maceo y de los cubanos en Costa Rica, aporta nuevas referencias acerca del vínculo histórico que se estableció con las autoridades del Estado costarricense; estas relaciones fueron ejemplo de solidaridad entre pueblos hermanos. La obra es limitada en datos acerca de la colonia cubana La Mansión y en fuentes documentales acerca del general Antonio; constituye una edición llena de patriotismo y redactada en el arte de saber escribir. En general, es un texto de consulta necesaria que amplía y profundiza en la historia de Cuba.
Sin embargo, en relación con esta temática, fue José Martí5 (1853-1895) quien dejó para la posteridad en un brillante artículo, el 6 de octubre de 1893, titulado "Maceo"; uno de los primeros en destacar la febril actividad de Antonio Maceo en Costa Rica, de forma breve, en elegante prosa y patriótico relato. Otros escritores que participaron en los sucesos de su propio tiempo, hombres como Enrique Collazo, Manuel Sanguily, Enrique José Varona y Juan Gualberto Gómez, dedicaron menos espacio en sus escritos a resaltar la obra revolucionaria de Antonio Maceo.
Se debe afirmar que en diferentes latitudes de nuestra geografía regional hubo intelectuales o escritores que dedicaron espacios para exponer sus ideas acerca del Héroe cubano: Eugenio María de Hostos, puertorriqueño; Pablo Fiallo y Rafael Abreu Lacairat, dominicanos; José Francisco Echeverría, peruano; Alberto Ruz, francocubano; Manuel González Zeledón, costarricense. En todos los escritos se resaltaron sus cualidades patrióticas y revolucionarias, pero con tímidas exposiciones acerca de sus vínculos por América Latina y el Caribe.
En segundo lugar, la historiografía editada sobre Antonio Maceo que abarca el periodo republicano que transcurrió entre 1920-1939 recibió la influencia de los múltiples problemas económicos, políticos y sociales que conmovieron a la sociedad cubana: crisis económicas, corrupción política, penetración norteamericana, auge del pensamiento y del movimiento progresista, revolucionario y antiimperialista, la presencia de gobiernos antinacionales y conservadores, así como la llegada al poder en 1933 de una nueva clase política. La bibliografía escrita por estudiosos que no fueron contemporáneos fue reflejo de estas décadas; hubo intelectuales progresistas y prestigiosos con obras de renovación, que impulsaron la crítica, la investigación histórica y la historiografía nacionalista; también estuvieron presentes intelectuales conservadores con una historiografía conformista y dependiente, identificados con la concepción idealista de la historia, que no defendieron la soberanía nacional. Aunque en estas décadas continuó la huella del positivismo, irrumpió en la literatura maceísta la corriente marxista.
Una de las obras de mayor trascendencia histórica sobre Antonio Maceo publicada en ese periodo es Epistolario de héroes, de Gonzalo Cabrales Nicolarde6 (1889-1975), sobrino de María Cabrales, viuda del general cubano. Este valioso material, cuya edición primaria fue en 1922, posee una copiosa fuente de documentos primarios sobre Antonio Maceo, documentos que habían sido guardados con celo y traídos desde Costa Rica por María Cabrales. El texto contiene gran parte de la papelería maceísta: cartas, informes, notas y otros testimonios. Su publicación causó un hondo impacto entre los estudiosos y seguidores de Antonio Maceo. Constituye una fuente de obligada consulta para todo investigador que desarrolle una rigurosa y científica interpretación de la historia de Cuba, de América y de Antonio Maceo. El objetivo que movió a Gonzalo Cabrales se corresponde con el deseo de mantener vivos a los fundadores de la patria, que contribuyó al despertar del sentimiento nacional y, con los fondos financieros obtenidos por la venta del libro, construir una tumba digna a la ilustre y heroica mujer que supo honrar a la patria con ingente sacrificio y privaciones.
Otro tanto realizó el historiador profesional cubano Emeterio Santovenia y Echaide7 (1889-1968), quien sacó a la luz en ese periodo la obra Antonio Maceo. Esta edición, de 1936, ha de considerarse, por el volumen de información que posee, como la segunda publicación más importante para la divulgación de documentos primarios de Antonio Maceo entre 1930 y 1939, aspecto que favorece el estudio de su pensamiento. Sin embargo, estamos frente a un escritor no comprometido con las nuevas ideas de cambios que nutren la historiografía cubana. Se conoce que Santovenia entre 1920 y 1939 fue mucho más allá de la historia regional y local que cultivó; entonces despertaron en él los temas nacionales e internacionales. Comprendió, como historiador, que para interpretar esta personalidad que fue forjadora de la soberanía y la nación cubana había que analizar sus documentos, sus fuentes originales, pero no llegó hasta ahí porque sus limitaciones y compromisos políticos impidieron este análisis sobre Antonio Maceo.
En este contexto está la obra de Leonardo Griñán Peralta8 (1892-1962), Maceo: Análisis caracterológico, su inicial edición fue en 1936. Esta fue la primera experiencia en estudios de caracterización psicológica de las grandes personalidades históricas; sus siete numerados fueron: bondad, sociabilidad, avidez, emotividad, actividad, voluntad, orgullo y leadership, más varios apéndices. Como lo manifiesta el autor, no es una biografía, ni un retrato, ni un juicio crítico para dar a conocer la significación social de Antonio Maceo, sino su análisis caracterológico; es una obra original y aportadora que realiza un análisis de su carácter. En su desarrollo puede encontrarse el papel del patriotismo para Antonio Maceo, así como su amistad con determinadas personalidades. Con relación al vecino poderoso, Estados Unidos, expuso algunas citas extraídas de fuentes primarias. La edición se limita a mencionar sus vínculos con América Latina y el Caribe; no esboza las posibles influencias de la región en su personalidad, ni localiza las referencias.
Otra referencia es el ensayo de Juan Marinello Vidaurreta9 (1898-1977) titulado Maceo, líder y masa. Notas polémicas, dado a conocer por la Editorial Páginas en 1937. Es la primera publicación sobre el Héroe de Baraguá realizada por un revolucionario comprometido abiertamente con las ideas marxistas. Marinello sintetiza de forma magistral las cualidades extraordinarias del hombre que simbolizó el accionar revolucionario del pueblo y sus deseos de libertad. En el ensayo no se percibe un análisis de aspectos relacionados con América Latina, el Caribe y Estados Unidos.
En tercer lugar se debe relacionar el periodo 1940-1958, el más fructífero hasta el presente en publicaciones maceístas, caracterizado por la presencia de nuevos investigadores e historiadores más comprometidos con la historia nacional que escribieron obras renovadoras y con diferentes niveles de análisis documental. Los años 40 y 50 del pasado siglo marcaron un incremento de las ediciones historiográficas cubanas, en el que influyó de cierta manera el proceso de democratización constitucional, las consecuencias económico-sociales de la Segunda Guerra Mundial, así como la multiplicación de las ideas marxistas.
Por su parte, el texto Maceo: Héroe y carácter, de Leopoldo Horrego Estuch10 (1892-1989), dado a conocer en 1943, resalta sus cualidades extraordinarias como patriota, contempla una fundamentación integral del héroe que parte de sus lazos familiares, su participación en la Guerra del 68, su estancia fuera de la patria y su actividad en la Guerra del 95, e incluye un sistema de pensamientos que se identifica como su ideario. Además, divulga algunos documentos primarios relativos a Maceo y plantea una cronología histórica de su vida relacionando un grupo de acciones y combates en los que tomó parte durante la lucha de liberación nacional contra España. Es un texto bien redactado, lo que facilita su lectura. No obstante, cabe destacar que el autor utiliza en la obra un elevado número de citas maceístas sin hacer referencia a su localización bibliográfica o archivística. Tampoco realiza definiciones de su ideario político en sus diversas aristas, ni sistematiza el apoyo que Maceo recibió en el exterior por diversos gobiernos y personalidades, ni particulariza en el acercamiento y estancias de Maceo en América Latina y el Caribe.
Raíz y altura de Antonio Maceo, de Emeterio Santovenia,11 posee un índice que aborda desde su niñez hasta su muerte, y concluye con un resumen cronológico de su vida. Es un intento de resumen biográfico sobre Antonio Maceo, en el cual el autor expone el material de forma descriptiva, pero deja al margen importantes espacios de su vida, así como las condiciones históricas de la época. En general, no hay un análisis de la personalidad de Antonio Maceo a través del mundo que lo rodeó. El texto carece de fuentes de información documental primarias; es una obra de muy poco rigor científico en comparación con otras de este periodo histórico. Nada aporta de interés acerca de Maceo en el exterior. Fue publicada en 1945, al conmemorarse el centenario de su natalicio. Santovenia no tenía la finalidad de realizar un análisis crítico de la vida y obra de Antonio Maceo, sino reproducir algunos aspectos de su actividad patriótica para divulgarlos en la sociedad.
La obra Maceo: Estudio político y patriótico, de Leopoldo Horrego Estuch,12 publicada en 1946, fue Premio del Concurso Extraordinario de la Cámara de Representantes, cuya finalidad era laurear al mejor estudio inédito sobre la significación patriótica y política del mayor general Antonio Maceo Grajales. Contiene la más amplia información sobre el pensamiento político de Antonio Maceo en el periodo republicano hasta 1958. Aunque no expone una definición de su ideario, sí realiza delimitaciones de éste; señala, entre otros aspectos, su patriotismo, su antiintervencionismo, su solidaridad americana, su posición antirracista, su énfasis en la unidad, el desinterés, el respeto a la ley, la moralidad y la justicia, así como la fraternidad entre los hombres. Sin embargo, en el cuerpo del texto es observable que no siempre cita las fuentes documentales primarias, y en el caso particular de América Latina señala el valor de la solidaridad con respecto de Antonio Maceo. Asimismo, destaca su posición antiinjerencista frente a Estados Unidos utilizando algunas de sus ideas, sin sistematizarlas, pero válidas en su interpretación.
Continuando el análisis con el mismo autor, está la obra Maceo: El Titán de Bronce, editada en 1949. Aborda el amor a la Patria en el Titán, a la vez señala su trayectoria latinoamericana, caribeña y por Estados Unidos en función de la independencia nacional. Analiza conjuntamente múltiples documentos primarios en relación con su personalidad; es decir, el enfoque se dirige a resaltar el patriotismo y la heroicidad de Antonio Maceo a través de numerosos hechos en los que participó. Sin embargo -el tema que nos compete- carece de una periodización en los contextos latinoamericano y caribeño y no sistematiza el tiempo histórico.
Asimismo, no es observable la utilización de documentos para demostrar el vínculo de Antonio Maceo con el pueblo, los gobernantes y demás personalidades progresistas de la región, y las citas no tienen referencias. El autor se planteó, entre sus objetivos, divulgar entre los niños y jóvenes la extraordinaria personalidad de Antonio Maceo por medio de acontecimientos a fin de fortalecer el patriotismo, el humanismo y la nacionalidad. Su objetivo fue contribuir al conocimiento de este paradigma de nuestra independencia entre la juventud cubana.
El volumen Maceo, de Leopoldo Zarragoitía Ledesma,13 desarrolla una amplia información sobre la personalidad del héroe. El autor publicó este texto cuatro años después de su primera edición de 1945. Sus propósitos se encaminaron a la realización de un proceso de refundición crítica y de análisis de la obra; en ésta suprimió en lo posible la descripción de numerosas acciones militares, eliminó datos intrascendentes y lecturas inoperantes. No obstante los cambios realizados, el nuevo texto dispone de una notable cantidad de citas extraídas de documentos primarios, pero carecen por lo general de referencias. Tiene en su índice cuatro acápites fundamentales: el hombre, el emigrado, el invasor y la cronología histórica de Antonio Maceo. Es una de las biografías con mejor tratamiento de los documentos maceístas, a mediados del siglo XX, en los que aporta un elevado número de informaciones acerca de su vida. Zarragoitía Ledesma comprobó con sus publicaciones la necesidad de divulgar el pensamiento de Antonio Maceo, más aún en el centenario de su natalicio. En dicha obra no se aprecia un estudio de periodización con respecto de los vínculos con América Latina, el Caribe y su tránsito por Estados Unidos.
Conjuntamente, en Antonio Maceo: Apuntes para una historia de su vida (tres tomos), de José Luciano Franco Ferrán14 (1891-1989), es una ejemplar biografía, cuya primera edición data de 1951. La obra inserta el contexto histórico por donde transitó el Héroe y analiza el desarrollo de sus actividades; destaca el papel que desempeñó su personalidad en los acontecimientos de su vida revolucionaria; además posee la más voluminosa y completa documentación primaria que se ha escrito para explicar la trascendencia histórica de Antonio Maceo. Utiliza unas 387 fuentes del biografiado y unas 165 que le enviaron, para un total de 552 documentos primarios, profundizándose en su patriotismo. A la vez, posee la más amplia investigación acerca de Maceo en el exterior realizada por un investigador cubano. En su lectura se aprecia la continua defensa del Héroe. La biografía, por su proyección y finalidad, constituye uno de los esfuerzos historiográficos más logrados que fundamenta en toda su extensión la obra revolucionaria de Antonio Maceo. No obstante sus méritos, la obra no tiene informaciones para localizar por otros estudiosos las fuentes primarias utilizadas, tampoco realizó la oportuna crítica de éstas, ni enfocó sus análisis en las posibles aristas de su pensamiento revolucionario.
Asimismo, el libro Antonio Maceoen Honduras, del anterior autor, constituye un aporte al estudio y divulgación de las actividades de Antonio Maceo en el hermano país centroamericano. Tiene como antecedente la biografía antes apuntada. Nos permite apreciar cómo se repiten ideas y enfoques del tema tratado anteriormente. Sin embargo, hasta el presente es la única monografía revisada que argumenta el papel de Antonio Maceo en Honduras. La amerita el hecho de que su autor sea el más notable investigador contemporáneo del Héroe. En el texto no se aprecia el origen de las referencias ni se destaca la ubicación de las fuentes documentales primarias utilizadas, tampoco abundan informaciones relativas a la necesidad de ayuda de los países latinoamericanos para la causa cubana.
Otro tanto sucede con Maceo en Santo Domingo, de Emilio Rodríguez Demorizi15 (1904-1986), ya que constituye una de las más importantes obras publicadas en el extranjero sobre Antonio Maceo; fue muestra de la confraternidad antillana en este periodo. Se editó por primera vez en 1945, año del centenario de Maceo. Tenía como finalidad homenajear al general Antonio Maceo en el primer siglo de su natalicio y, a la vez, renovar la solidaridad dominicocubana, que se hizo latente mediante la participación de numerosos dominicanos en la lucha contra el colonialismo español en Cuba. El texto inicia con una cronología histórica relacionada con su vida a partir de 1763 y concluye en 1905. La parte fundamental posee los antecedentes de Maceo en síntesis; elementos de la restauración de Santo Domingo, La Guerra Grande en Cuba, Maceo en Port au Prince, en Saint Thomas, en Puerto Plata y al amparo de Luperón; una célebre entrevista entre el Vicecónsul español y Luperón; el atentado contra Maceo; el presidente de Haití contra Maceo; el regreso de Maceo a Puerto Plata; Maceo en Cabo Haitiano y en Turk Islands; en ausencia de Maceo; Maceo en Jamaica; represalias de España, en Centroamérica; la revolución de Martí; ecos de la santa causa de Cuba; de Maceo a Heureaux; la muerte de Maceo, sus ecos, y el epílogo. Además contiene siete artículos de ilustres intelectuales que compartieron con Maceo, entre ellos, Eugenio María de Hostos. Parte fundamental del texto lo constituyen las fuentes documentales primarias; atesora un total de 96 documentos primarios vinculados al Héroe de Baraguá. En fin, el texto posee la más íntegra información de documentos primarios sobre la presencia de Antonio Maceo en Santo Domingo, fruto de un notabilísimo esfuerzo investigativo del autor. No obstante, las referencias que expone en lo relativo a Maceo en Haití, Islas Turcas y Jamaica pudiesen ser más enriquecidas a través de la documentación maceísta; igualmente sucede con el resumen acerca de Maceo en Centroamérica, al que se readicionarían un sinnúmero de actividades y documentos originales.
En esta línea de pensamiento renovador, se destacan las publicaciones de Emilio Roig de Leuchsenring16 (1889-1968), el historiador que mejor focalizó la ideología revolucionaria de Antonio Maceo. A su vez, es uno de los autores más representativos de la historiografía nacionalista, antiimperialista y martiana del periodo republicano hasta 1958. Muchas de sus obras fueron de combate por la defensa de los intereses nacionales. Su ensayo Ideología política de Antonio Maceo, publicado por primera vez en 1945 en conmemoración del centenario de su natalicio, es el resumen más integral escrito sobre el ideario maceísta hasta el presente. Fue editado en más de una ocasión. En él valora la personalidad del héroe. Es breve al sintetizar su ideología. En el análisis de este trabajo se constató que utilizó unos 15 documentos primarios y 20 citas en total. De éstos, 13 son fuentes escritas y dos son fuentes orales. En su desarrollo, el autor no analiza los documentos en orden cronológico; sin embargo, argumenta de forma precisa la radicalización de las ideas antiimperialistas en Antonio Maceo. Muchas de sus obras fueron de combate por la defensa de los intereses nacionales. Roig de Leuchsenrig aportó un nuevo concepto político revolucionario al pensamiento de Antonio Maceo: antiimperialismo.17 La calidad de sus opiniones en relación con esta arista que definió en el pensamiento del general Maceo no ha sido superada aún por la historiografía marxista. Sin embargo, estas exposiciones carecen de un estudio acerca de Antonio Maceo en los contextos históricos en que emitió sus reflexiones sobre Estados Unidos.
Hubo otras publicaciones de autores de tendencia marxista, como el discurso de Salvador García Agüero18 (1908-1965), "Maceo cifra y carácter de la revolución cubana", realizado en la Cámara de Representantes; así como el "Discurso" de Carlos Rafael Rodríguez Rodríguez19 (1913-1997) pronunciado el 7 de diciembre de 1952 en el Teatro Nacional. Ellos destacaron el papel de Maceo contra la injerencia de Estados Unidos en Cuba; sin embargo, no lo definieron como antiimperialista.
Las principales publicaciones de este periodo que compilan documentos primarios constituyen las más importantes que se han hecho hasta el presente por autores o instituciones nacionales. Muchas de éstas, editadas al conmemorarse el centenario de Antonio Maceo, merecen destacarse: Antonio Maceo: Ideología política, en dos tomos, dirigida por la Sociedad Cubana de Estudios Históricos e Internacionales y la Oficina del Historiador de La Ciudad de La Habana, en 1945; Papeles de Maceo, en dos tomos, dirigida por la Academia de la Historia, en 1948, y Antonio Maceo: Documentos para su vida, editada por el Archivo Nacional de Cuba, en 1945. Entre las obras revisadas de 1940 a 1958 se han contabilizado 2 190 documentos, en unas 2 926 páginas. Sin duda, la divulgación de fuentes primarias permitió un acercamiento más objetivo a la personalidad de Antonio Maceo y a su obra revolucionaria.
No debe olvidarse que desde el nacimiento de la república en 1902 hasta 1958 hubo numerosas publicaciones de discursos para rememorar la caída del Titán, muchos de éstos se realizaron en la Cámara de Representantes y Logias Masónicas. De éstos, sólo unas pocas disertaciones se remiten al ideario político, en especial al independentismo, al humanismo y a sus posiciones radicales frente a la esclavitud y Estados Unidos. En todas se divulgó la actividad patriótica del general Antonio Maceo. En total se revisaron unos 70 discursos y conferencias; en muy pocos se analizaron sus vínculos con el contexto latinoamericano y caribeño como fórmula para coadyuvar a la independencia de la Patria.
En relación con lo anterior, Rafael Estenger20 (1899-2003) publicó el libro Homenajea Maceo, en 1945, que contiene 33 discursos pronunciados en la Cámara de Representantes. La personalidad del Héroe posibilitó que el renombrado cuerpo legislativo le dedicara un espacio para invocar su memoria. Los discursos fueron ordenados cronológicamente, y en general ayudan en parte a comprender la significación histórica del general Antonio en nuestra historia. Sin embargo, encierran valores históricos y literarios muy dispares; los hubo brillantes y certeros, y los hay mediocres. Ha de señalarse que el libro tuvo el propósito de ser útil a los estudiosos de la historia de Cuba y fue un aporte al centenario del héroe.
En cuarto lugar, el triunfo de la Revolución en 1959 favoreció toda una serie de transformaciones democráticas, populares, antiimperialistas y socialistas que incidieron en el surgimiento de una historiografía revolucionaria que respondió a las necesidades históricas, la vida económica y política de la sociedad; por lo que entre 1959 y 1989 creció la producción historiográfica respecto a Antonio Maceo. No obstante, en las diferentes ediciones continuó primando la visión militar del Héroe y se realizaron pocas publicaciones en las que se estudiaría su pensamiento.
Un ejemplo lo tenemos en el libro La ruta de Antonio Maceo en el Caribe y la América Continental, de José Luciano Franco,21 publicado en 1961. Ofrece, como lo indica su título, un recorrido histórico en el que se describen las diferentes actividades efectuadas por Maceo. Es una exposición cronológica y espacial, que se inicia el 15 de marzo de 1878 y concluye el 1º de abril de 1895. El investigador, maceísta por excelencia, expone con elocuencia la personalidad de Maceo a través del contexto. Es un ensayo muy bien escrito. No obstante, en sus exposiciones no enfoca el recorrido como parte de su pensamiento de solidaridad, de proyecciones latinoamericanistas, ni destaca las acciones de los gobiernos de la región en correspondencia con ese ideal. A su vez, en el texto hay carencia de documentos primarios del Héroe, sobresale la parte hechológica; tampoco posee un mapa histórico que señale la ruta seguida por Maceo.
Uno de los trabajos de mayor relevancia para conocer la actitud de Antonio Maceo frente a Estados Unidos es el de Ricardo García Pampín:22Maceo: Paladín del antiimperialismo. El autor fundamenta esta faceta en el análisis y compilación de fuentes documentales primarias. Esta publicación, realizada en 1962, constituye el primer libro acerca del antiimperialismo en Antonio Maceo. En el texto se realizó un análisis que resume el antiimperialismo con la utilización, en general, de unas 15 fuentes primarias; de ellas, 14 escritas y una oral, para un total de 21 citas. La argumentación posee una estructura adecuada, con una lógica de exposición parecida a la utilizada por Emilio Roig de Leuchsenring en cuanto al orden de las citas. Sólo aporta una fuente documental con respecto del citado autor. Además, la obra contiene una relación de documentos primarios del prócer que se vinculan al tema. Sin lugar a dudas, fue un esfuerzo loable en pos de la divulgación de las ideas antiimperialistas en el insigne patriota.
El análisis historiográfico continúa con el laureado volumen Hombradía de Antonio Maceo, de Raúl Aparicio23 (1913-1970), Premio Biografía de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en 1966. Reúne una copiosa información sobre el prócer y los acontecimientos de la época. Es la biografía de mayor magnitud escrita sobre Antonio Maceo, posterior a la de Franco, en la que se encuentran múltiples documentos primarios. El autor se propuso escribir una biografía en la que se articulase la conducta de Antonio Maceo con el mismo ordenamiento en que transcurrió su vida, así como sus relaciones con el contexto histórico en que se desarrolló. En general, es una obra muy bien escrita. Dedicó importantes espacios al tema del vínculo maceísta en América Latina y el Caribe, pero es una obra limitada en el trabajo con las fuentes primarias y en los intentos de periodizar las conexiones de Antonio Maceo con el contexto latinoamericano y caribeño. También, el autor se apoyó en muchas fuentes secundarias que, como fruto de una notable investigación, le permitieron este valioso aporte a la historiografía maceísta.
La obra Maceo en Costa Rica, publicada en Costa Rica en 1969, por Ulises Delgado Aguilera,24 es una monografía que proporciona un rico caudal informativo sobre la presencia de Antonio Maceo en esa república hermana. El autor tuvo como finalidad escribir una obra que integrara toda una serie de pasajes, anécdotas y testimonios que aún permanecían en la memoria de los cubanos que vivían en La Mansión, en sus descendientes o en el pueblo nicoyano. Tiene el mérito de haber sido escrita por un maestro de escuela que laboró en el mismo lugar que Maceo hizo suyo. Este humilde maestro enfrentó la tarea de recopilar la mayor cantidad de referencias posibles para cumplir con el legado de aquellos libertadores, en especial de Antonio Maceo. Apoyado en relatos, artículos de diferentes autores, cartas, anécdotas y diversas aristas de la actividad de Maceo y otros cubanos, ofrece una panorámica de La Mansión, e inserta como documento primario el Contrato número VII sobre la colonización de Nicoya entre Lizano y Maceo. También enuncia las relaciones de Antonio Maceo con numerosos latinoamericanos y costarricenses. Se debe resumir que se sustenta en fuentes orales, en testimonios y el documento primario antes expuesto. Constituye un aporte a la historia de las relaciones entre dos pueblos hermanos, Cuba y Costa Rica. No obstante el esfuerzo y la dedicación realizados por el autor, la obra es limitada en cuanto al trabajo con fuentes documentales primarias, así como en cuanto al papel histórico desempeñado por los cubanos en Costa Rica, en especial Antonio Maceo.
También le dedicamos un espacio al libro de Zoila Danger Roll,25Museo casa natal de Antonio Maceo, dado a conocer en 1983, en el que exponen las diferentes salas de la casa natal: sala militar; sala familiar, sala del pensamiento latinoamericanista de Antonio Maceo, sala del pensamiento antiimperialista y antirracista de Antonio Maceo y el colgadizo de la casa. El texto, escrito con fines instructivos, educativos y patrióticos es una muestra del rescate, restauración y conservación del patrimonio cultural e histórico por la Revolución. La obra, como fuente de publicidad del tema en cuestión, nos permite señalar que en las salas de pensamiento latinoamericanista y antiimperialista se seleccionaron, en apenas cuatro páginas, tres documentos primarios maceístas, y se exponen argumentaciones relativas al latinoamericanismo en unas cuatro citas. Asimismo, seleccionó cinco documentos primarios de Antonio Maceo en los que se infiere su pensamiento antiimperialista, y presenta seis citas con determinadas argumentaciones en tres páginas. Desde luego, el texto Museo casa natal no está hecho con fines académicos o didácticos, sus propósitos fueron otros.
En discursos conmemorativos deben destacarse el del 7 de diciembre de 1959, cuyo orador fue Raúl Castro Ruz26 (1931-). En forma breve, interpretó interesantes ideas maceístas sobre el latinoamericanismo, así como sus radicales y visionarias posiciones frente a Estados Unidos. Fue, sin lugar a dudas, una valoración muy diferente, frente a las conocidas alocuciones políticas esgrimidas antes del triunfo de la Revolución. Otro ejemplo en esta línea de análisis Maceo-Estados Unidos lo ofrece la alocución de Raúl Roa García27 del de diciembre de 1962, conocida con el nombre de Ser y devenir de Antonio Maceo, en la que subrayó sus posiciones antiinjerencistas.
Del historiador Jorge Ibarra Cuesta28 (1931-), el libro Ideología mambisa, publicado en 1972, con el tópico "Antiimperialismo consecuente en Antonio Maceo", y de la Dirección Política del MINFAR (Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias) (s./f.) el texto Historia de Cuba, que posee un apartado titulado: "Antiimperialismo consecuente en Antonio Maceo"; en ambos casos existe una gran similitud en el orden lógico de las ideas que se fundamentaron, y aunque no se desarrolló la interpretación de las citas de forma cronológica, en general fueron aportes para el estudio de la ideología revolucionaria del Titán de Bronce. El trabajo que aparece en el texto del MINFAR debió alcanzar un mayor grado de generalización entre estudiantes y profesores, al ser éste un libro que se utilizó para la enseñanza de la historia de Cuba en la escuela media y en instituciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El libro El pensamiento vivo de Antonio Maceo, de José A. Portuondo29 (1911-1996), en su primera parte aporta un análisis integral de la personalidad de Antonio Maceo. En algunas citas extraídas de documentos primarios especifica sus posiciones de solidaridad y unidad con los pueblos del Caribe y su antiimperialismo frente a Estados Unidos. El texto, en su segunda parte, presenta una selección de documentos primarios, entre los que suscribe cartas, proclamas y artículos. En general, la obra constituye un aporte fundamental para el estudio del pensamiento maceísta.
En quinto lugar, a partir de 1990 se produjeron importantes cambios en la sociedad cubana que tuvieron como base la caída del socialismo en Europa y la Unión Soviética; ello repercutió de manera inobjetable en la producción historiográfica nacional, que buscó nuevos horizontes y relaciones con países, instituciones científicas y culturales que hasta entonces, en ese contexto estuvieron limitadas por la política estatal. Esta problemática favoreció el inicio de un nuevo periodo en la literatura maceísta que se extiende hasta el presente, el cual incluye toda una serie de investigaciones y ediciones que tienen como sustento fundamental el estudio del pensamiento de Antonio Maceo, aspecto que se vio favorecido por la conmemoración del centenario de la Guerra de Independencia de 1895-1898.
La proyección de estudio de su pensamiento tuvo como punto de partida la divulgación de trabajos realizados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias y su Dirección Política en 1990. Entre la variada gama de temáticas se encuentra el pensamiento político revolucionario, sus acciones tácticas y estratégicas, sus concepciones político-ideológicas, educativas, ético-militares; su pensamiento económico-militar, su ética revolucionaria, la vigencia y significación de sus ideas.
Si revisamos, de José A. Escalona Delfino30 (1949?), Las concepciones sociopolíticas de Antonio Maceo y su fundamento ético-humanístico de 1993, expresa en síntesis que este folleto es el resultado de una investigación, y en él se concluye que el ideario político maceísta se sustenta en el independentismo, el republicanismo, el antimperialismo y el latinoamericanismo. El autor, en apenas 21 páginas, expone de forma breve las facetas del ideario, interpretadas a través de algunas citas extraídas de documentos primarios del Prócer. Somos del criterio que la extensión del folleto imposibilita comprender la verdadera proyección del pensamiento político de Antonio Maceo.
La siguiente publicación del propio autor, en 1995, Antonio Maceo. Dimensión de un pensamiento, resume el ideario maceísta en: independentismo, republicanismo, antiimperialismo y latinoamericanismo. De forma sucinta fundamenta el latinoamericanismo, en unas ocho páginas, y el antiimperialismo lo desarrolla en otras nueve páginas; en ambas aristas utilizó e interpretó varias citas extraídas de documentos primarios. Aunque este folleto tiene un mayor número de páginas que el anterior (43 en total), el análisis de la dimensión del pensamiento de Antonio Maceo necesita una cantidad superior de espacio para su sustentación y comprensión por la sociedad.
La obra Antonio Maceo. Las ideas que sostienen el arma, del historiador Eduardo Torres-Cuevas31 (1942), editado en 1995, en el centenario de la Guerra de Independencia, en su "Nota preliminar" se infiere que nació de "su necesidad sentida y pensada" por conocer "cómo se formó esta personalidad excepcional; qué sistema de ideas estaban presentes en las Revoluciones del 1868 y de 1895 y cómo se integró el acervo ideológico que le dio coherencia al pensamiento y acción revolucionaria de Antonio Maceo", entre otras. Esta publicación ha desempeñado un papel trascendental en la mayoría de los estudiosos de la temática maceísta para la comprensión e investigación del pensamiento y las acciones de Antonio Maceo. En lo particular, la exposición que realizó el investigador sobre el latinoamericanismo maceísta, aparece en una página del texto, mediante el análisis de dos citas extraídas de fuentes documentales primarias; conjuntamente el estudio del antiinjerencismo lo realizó en 10 citas de documentos primarios que abarcaron tres cuartillas. En general, el análisis de ambas expresiones fueron superficiales, no argumentaron con la profundidad necesaria estas aristas del ideario maceísta. Desde luego, los propósitos de la obra fueron otros y se cumplieron con éxito.
La segunda edición de este libro, realizada en 2012, posee nuevas informaciones en sus capítulos, principalmente en "La Fragua del Titán", en el que se aportan interesantes ideas. Al texto se le añadió un nuevo capítulo que lleva por título "La universalidad de Antonio Maceo", que expone aspectos como "Causas y razones", "La noticia que conmovió al mundo", "Maceo en el corazón y la mente de los patriota cubanos", "La reacción ante la muerte de Maceo en Cuba y España", "Repercusión de la muerte de Antonio Maceo en su Gran Patria Latinoamericana", "Italia: Antonio Maceo en Garibaldi cubano" y "El héroe de los trabajadores, de los pobres y de los discriminados". Conjuntamente, le fue añadido al texto una numerosa iconografía del Héroe. El autor pone de relieve cómo los propósitos de la publicación están en correspondencia con el agotamiento de la primera, y ésta es una continuidad superada de la precedente en lo referido a la evolución del estudio de su vida y sus ideas. En ésta le concede un mayor espacio a la faceta latinoamericanista en Antonio Maceo.
La publicación de 1996, Presencia de Maceo en Costa Rica. Introducción documental, de Justo Pastor Martínez Tercero y Antonio Vargas Campos,32 es una obra excepcional para comprender la estancia de Antonio Maceo en ese país. Compila una gran cantidad de documentos históricos primarios, muchos de ellos desconocidos hasta el presente, en los que resaltan las fuentes relativas al Estado costarricense. Además ofrece parte del epistolario de Maceo, así como escritos de diferentes personalidades sobre Maceo y otros afines a la prensa de la época. La temática, enfocada en el título, se localiza en un breve espacio y de forma general en una panorámica de las actividades desarrolladas por Maceo; así como sus relaciones con el gobierno y diferentes personalidades. Para este resumen no se usaron documentos del prócer y datos relativos a La Mansión. Es evidente que no se trabajó el accionar latinoamericanista de Antonio Maceo. La finalidad de la obra se relaciona con el centenario de la Guerra de Independencia de 1895 y la presencia de Antonio Maceo en ese país entre 1891-1895. Sus aportes principales están en los documentos primarios que publicaron, unos 75 aproximadamente.
La Revista Universidad de La Habana rindió un justo homenaje al centenario de la caída de Antonio Maceo en 1996 con la publicación de 24 artículos sobre su vida y obra. Uno de éstos, "Tras el pensamiento político social de Antonio Maceo", del historiador e investigador Oscar Loyola Vega33 (¿-2014), expresa, entre otras ideas, que el latinoamericanismo de Antonio Maceo estaba presente en muchos de sus escritos personales y que Maceo admiraba y respetaba la obra independentista de los grandes próceres de América. Aunque los objetivos del autor en este artículo eran más generales, sentó interesantes conclusiones en apenas dos párrafos, sobre la ya citada faceta y las radicales posiciones del Héroe frente al vecino poderoso. En ninguna de sus afirmaciones el autor utilizó citas o fuentes históricas primarias.
Conjuntamente, Damaris Torres Elers34 (1956) y Odalys Marqués Marqués,35 demuestran de forma fehaciente la consistencia patriótica y antiimperialista de Antonio Maceo en el artículo "Antonio Maceo ante la injerencia norteamericana", cuya exposición contiene unas 16 fuentes primarias y 17 citas referidas a la temática. Éste se publicó en la Revista Santiago, de la Universidad de Oriente, en 1998. En general constituye un aporte fundamental en el estudio de esta arista en el pensamiento político de Antonio Maceo.
También en Costa Rica se editó, en 2002, un ensayo biográfico que tiene por título "Idearium Maceísta. Hazañas del general Antonio Maceo y sus mambises en Costa Rica, 1891-1895". Cuyo autor es el intelectual Armando Vargas Araya36 (1946). El texto posee el aporte más significativo que se ha escrito con respecto de sus ideas latinoamericanistas. A través de su lectura se expresan los vínculos de Antonio Maceo con cinco expresidentes costarricenses, con abogados, empresarios y escritores. Realiza un profundo análisis de la Colonia-Maceo en el país. Conjuntamente, en sus temáticas se hallan interesantes ideas acerca del vínculo de Maceo con políticos e intelectuales de la región, en la búsqueda de apoyo y solidaridad con partidos políticos liberales latinoamericanos. Formula ideas acerca de la solidaridad hacia Antonio Maceo y pone de relieve las relaciones de Maceo con los presidentes de América Latina. Cuenta con múltiples fuentes documentales y una profusa bibliografía. Sin embargo, la obra no está al alcance de estudiosos, lo que impide conocer sus acertadas valoraciones para el resto de la sociedad cubana.
El investigador Israel Escalona Chádez,37 en el artículo "Antonio Maceo en la Revolución de 1895: Acercamiento a su acción e idearios políticos", que aparece en el libro Visión múltiple de Antonio Maceo, 1998, realizó importantes acotaciones sobre el latinoamericanismo y la posición antiinjerencista y antiintervencionista en Antonio Maceo, en unas 12 páginas para la etapa de octubre de 1895 a diciembre de 1896. El latinoamericanismo fue analizado en unos cinco documentos primarios y unas cuatro páginas, y el antiinjerencismo maceísta fue expuesto con la utilización de 10 documentos en ocho cuartillas. Es evidente que no sistematizó el estudio de ambas facetas en el contexto general de la guerra, y se han omitido fuentes fundamentales en estas líneas de pensamiento. No se trabajan aspectos de su accionar latinoamericanista en la mencionada región. Desde luego, la publicación del libro se enmarcaba en la necesidad de rendir homenaje a Antonio Maceo al conmemorarse el centenario de su caída en combate en 1896; la edición tenía el propósito de esclarecer aspectos de su vida, su obra y su pensamiento y dar a conocer asuntos inexplorados.
La lectura del texto José Martí y Antonio Maceo: La pelea por la libertad, del anterior autor, publicado en 2004, confirma que estamos ante un destacado análisis histórico de ambas personalidades. La obra forma parte central de su investigación como tesis doctoral, cuyo objetivo se encaminó hacia el análisis del vínculo revolucionario entre Martí y Maceo. En lo relativo al planteamiento del antillanismo, el latinoamericanismo y el antiinjerencismo, fue expuesto de forma breve en las consideraciones finales, en un párrafo, no obstante considerar que "Los idearios político-revolucionarios de Martí y Maceo igualmente confluyeron en las aristas siguientes". Se destaca que los propósitos de la obra fueron otros.
El siguiente artículo, también del investigador santiaguero "Crecimiento de un liderazgo: Hacia una periodización de la acción y pensamiento político de Antonio Maceo", que aparece en el libro Aproximaciones a los Maceo, en unas cuatro páginas resumió las ideas latinoamericanistas y antiinjerencista del Héroe relacionadas en 13 documentos primarios; expuso ideas aisladas, con intentos de periodización, pero no se evidencia un estudio sistémico en estas aristas. Indiscutiblemente que esa cifra de documentos primarios resulta insuficiente para explicar el anterior aspecto. No aborda su accionar por el Caribe y Latinoamérica. La publicación del libro, en 2005, pretendía recordar que el devenir de la ciudad de Santiago de Cuba y su región, propició la aparición de personalidades como los integrantes de la familia Maceo-Grajales, cuya epopeya en la historia de Cuba constituye un patrimonio histórico. La obra se encamina hacia el esclarecimiento de la verdad histórica en esta familia de patriotas.
Las autoras Lídice Duany Destrades38 y Lidia Sánchez Fujishiro39 (1946), en el artículo "Apuntes sobre el pensamiento de Antonio Maceo: Nutrientes y expresiones", dado a conocer en el Anuario del Centro de Estudios Antonio Maceo en 2004, publicación que responde a la necesidad de impulsar una política editorial en torno a la obra maceista, para favorecer su divulgación y destacar su vigencia. En el artículo reflexionan sobre el pensamiento político de Antonio Maceo; investigan cómo se nutrió éste, y fundamentan sus expresiones. En pocas palabras, las autoras argumentan el antiinjerencismo y el latinoamericanismo en apenas dos páginas. Del latinoamericanismo citan un documento primario y hacen referencia a otros. En cuanto al antiinjerencismo, relacionaron tres fuentes primarias en las que vincularon algunas consideraciones. Indiscutiblemente, su objetivo está encaminado a exponer el ideario maceísta en su conjunto, con seleccionadas evidencias, y no valorar con profundidad los fundamentos maceístas antes citados. Tampoco destacaron elementos de su actividad por América Latina y el Caribe.
El historiador César García del Pino40 (1921) en su libro Antonio Maceo: La campañade Pinar del Río y su ideario político, publicado en 2007, expone el ideario político en apenas siete páginas de la obra; en especial, el antiinjerencismo y el latinoamericanismo como fuentes nutricias del ideario maceísta, en unas cuatro páginas; fundamenta estas aristas en siete citas extraídas de documentos primarios, y una cita de fuente secundaria. Todo ello resulta insuficiente teniendo en cuenta la documentación conocida del prócer. Desde luego, el objetivo de la publicación es reseñar, historiar la Campaña de Maceo en Pinar del Río con nuevos elementos hasta ahora desconocidos, aspecto que fue cumplido con creces.
Para cerrar el análisis bibliográfico, nos vamos a referir a un texto de gran importancia en el análisis del pensamiento político de Antonio Maceo: El Código de Maceo. El general Antonio en América Latina, del autor Armando Vargas Araya.41 Tiene entre sus temas centrales: "Presentación", "Introducción", "La campaña de comunicación política por el radicalismo liberal. Notas", "El atentado de la Corona española contra la vida de Maceo. Notas", "El pensamiento político del general Antonio. Notas", "El Código de Maceo. Notas", "Epílogo y Fuentes consultadas". La obra constituye uno de los aportes más significativos hasta el presente para el estudio del pensamiento latinoamericanista de Antonio Maceo. Sin la realización de una periodización histórica de esta faceta, de forma magistral integra múltiples aspectos para valorar en suma el pensamiento maceísta en el contexto histórico latinoamericano y caribeño. Cumple con creces su propuesta ideológica, y nos llega novedosa en el arte de la escritura latinoamericana y costarricense, y más aún cuando hoy las investigaciones sobre Antonio Maceo han tomado su verdadera dimensión.
Fuentes documentales primarias.
Después de un periodo de búsqueda en los fondos documentales primarios de archivos, así como en la literatura que contiene documentos primarios científicamente comprobados, se puede corroborar la existencia de otras valiosas fuentes originales que han de facilitar aún más el estudio del pensamiento político-social de Antonio Maceo. La información de documentos primarios bajo proceso investigativo revisada por el autor asciende a 1854 documentos, todos fechados. De éstas, se han seleccionado 196 fuentes para fundamentar sus vínculos con América Latina y el Caribe, así como sus posiciones frente a Estados Unidos. En los datos generales no se incluyen más de 200 documentos primarios, que no están fechados y que esperan ser procesados. Éstos se encuentran dispersos en su múltiple y diversa papelería documental, y abarca toda su heroica vida.
Los documentos primarios de su autoría están integrados por: cartas personales a su esposa, familiares, patriotas cubanos y amigos, certificaciones, correspondencias a directivos de la prensa cubana y extranjera, comunicaciones, nombramientos militares, circulares, alocuciones, proclamas, acuse de recibos, pases o permisos a subalternos, controles de recaudación financiera, ascensos militares, informes a sus superiores (militares o ante el desempeño de otras actividades revolucionarias y de organización de la lucha), exposición a los Delegados a la Asamblea Constituyente de Jimaguayú, órdenes militares, telegramas, cablegramas, solicitudes de baja de la masonería, para la explotación de mineral de oro en Cuba y de negocios públicos; informes sobre la situación político-militar en el periodo de la guerra, comentarios a correspondencias particulares y a un decreto del gobierno español, dedicatorias y el documento acreditativo de poder financiero que le redactó a su madre; cartas a diplomáticos extranjeros, entre otros. El monto de éstos llega, hasta el presente, a unos 921 documentos primarios.
De éstos se realizó una selección de los que se encontraban en archivos y los que aparecen publicados en textos; así como a las personalidades extranjeras o instituciones que fueron enviados; se identificaron los pertenecientes a periodistas con los que Antonio Maceo trató de comunicarse; los que fueron enviados a los altos oficiales del Ejército Españoly del Ejército Libertador y a altos oficiales que lucharon en las filas mambisas pero que no nacieron en Cuba, se destacaron los enviados a Máximo Gómez; a altos oficiales residentes en otros países, a presidentes de países de la región, así como a gobernadores coloniales. También se seleccionaron las personalidades extranjeras con las que Maceo mantuvo comunicación documental.
Los documentos primarios que indican el reconocimiento al pensamiento político de Antonio Maceo se clasifican en: cartas de su esposa, familiares y amigos; cartas oficiales de presidentes extranjeros y otros políticos; comunicaciones, partes militares, invitación y reconocimientos de la American Anti-Slavery Society; permisos oficiales para facilitar su tránsito por determinados países; resoluciones de nombramientos y un decreto del gobierno de Honduras, acuse de recibos, circulares y acta de duelo entre Maceo y Crombet; telegramas, copia del expediente donde se aprueba por el Congreso de Costa Rica el contrato de colonización en Nicoya; pasaporte del gobierno español; acreditación del Gobierno de la República en Armas como Agente Oficial en el Exterior; contrato de trabajo; entrevistas con la prensa, diarios de la guerra y múltiples informaciones de las autoridades superiores cubanas recibidas por Maceo durante los periodos de enfrentamiento al colonialismo español en Cuba.
En vista de lo anterior, se prueba que Antonio Maceo mantuvo correspondencias o vínculos con generales españoles, miembros de cuerpos diplomáticos, gobernadores, comisionados o prefectos de gobiernos extranjeros, presidentes de estados del Caribe y Centroamérica, directivos de la prensa extranjera y cubana, prestigiosos intelectuales latinoamericanos y caribeños; políticos progresistas, patriotas cubanos, empresarios extranjeros, ministros de diferentes estados del Caribe y Centroamérica, representantes de organizaciones internacionales. Logró contactos con miembros del pueblo caribeño y centroamericano, de la masonería en la región colombiana de Panamá, y tuvo comunicación por determinadas razones con algunos de los capitanes generales españoles de Cuba. La cifra de documentos remitidos asciende a 933.
Entre los documentos primarios maceístas clasificados para trabajar sus vínculos históricos con América Latina, el Caribe y Estados Unidos, se encuentran los concernientes a generales, presidentes y otras personalidades y políticos de estas regiones; los que tienen conexión con representantes diplomáticos y de la prensa extranjera y cubana; los pertenecientes a cuerpos legislativos, instituciones, gobiernos, expediciones marítimo-navales, contratos de trabajo o convenios con otros países; los enviados a patriotas cubanos y al pueblo en general, así como los afines a otras personalidades cubanas y de la región que mantuvieron correspondencia con Antonio Maceo, en especial Máximo Gómez.
La investigación ha demostrado la necesidad de emprender nuevos proyectos que favorezcan las publicaciones de aquellas fuentes documentales primarias que permanecen en la red de archivos del Estado cubano y están sin divulgarse, y otras fuentes que presumiblemente permanecen fuera de las fronteras nacionales.
Los esfuerzos del autor por la investigación y búsqueda de fuentes documentales primarias se evidencia en el hecho de que tiene en su poder unos 20 documentos procedentes de Costa Rica, unas 19 fuentes procedentes de Honduras y seis documentos provenientes de archivos venezolanos.
Por todo lo expuesto, es posible enunciar las siguientes conclusiones. Primera: las publicaciones sobre Antonio Maceo que forman parte del contexto histórico del proceso insurreccional cubano y se extienden aproximadamente hasta 1920 poseen un elevado valor informativo y documental, se constituyen en fuentes históricas que permiten una aproximación a los acontecimientos y a los hombres que los protagonizaron; sus enfoques y finalidades responden a las necesidades de una época con exposiciones comunicativas y reveladoras por ser de testigos y protagonistas de los hechos que exponen; constituyen el testimonio vivo de los acontecimientos, es decir, llevan dentro de sí la actividad práctica del ideario independentista, pero no están dirigidas al análisis e interpretación de sus ideas, no enjuician al hombre y no siguen sus huellas en el continente; tienen limitaciones en el acceso de los documentos escritos. Estos son aportes muy importantes a la historiografía maceísta porque registraron la historia de un líder revolucionario, y en estas publicaciones primó la necesidad de narrar los acontecimientos principales. Lo más singular es que las narraciones estuvieron dirigidas a resaltar su personalidad; tenían el gran deseo de influir en la opinión pública, y lo lograron. Por lo general, no fueron escritas por historiadores profesionales. Las muestras de información en consulta, resultantes de la investigación y la búsqueda, aseveran lo antes dicho. Algunas publicaciones de sus contemporáneos contienen documentos históricos del prócer; en conjunto conforman unas 75 fuentes históricas.
Segunda. El periodo entre 1920 y 1939, a pesar de las contradicciones en la sociedad cubana por los problemas político-sociales, por los cambios en el pensamiento progresista de la sociedad, por la aguda crisis económica que enfrentó, y la persistente presencia norteamericana creció la producción historiográfica de carácter burgués liberal en relación con Antonio Maceo. Se publicaron algunas compilaciones de documentos, biografías, monografías y discursos de homenaje; todas resaltan su actividad patriótica y revolucionaria. No obstante, se observan limitaciones en el orden teórico: son descriptivas y faltas de análisis documental; prima la dimensión épica del biografiado, sin una comprensión por parte de los historiadores del papel que representó América Latina, el Caribe y Estados Unidos en el pensamiento y la acción revolucionaria de Antonio Maceo. Son muy escasas las referencias y los análisis que fundamenten la actividad de Antonio Maceo y que encaucen su actividad solidaria en el exterior en la etapa estudiada.
Tercera. Entre 1940 y 1958 salió a la luz todo un conjunto de publicaciones sobre Antonio Maceo mejor documentadas, que poseen un conocimiento más fidedigno del proceso histórico nacional en que se desempeñó; defienden sus ideas revolucionarias y tienen una marcada intención de contribuir al conocimiento de la historia patria, con una concepción más realista. Sin embargo, no se aprecia que haya habido por parte de sus estudiosos una comprensión del papel de los contextos de América Latina, el Caribe y Estados Unidos en la radicalización de su pensamiento revolucionario. Por generalidad, en el enfoque de esta bibliografía lo que se resalta es su epopeya patriótica, aunque hubo autores, como José Luciano Franco, que trataron a su pensamiento revolucionario y el recorrido que realizó en estos contextos.
Cuarta. Aunque en el periodo 1959-1989 se han realizado múltiples publicaciones acerca de Antonio Maceo, el estudio de su accionar y de su pensamiento en relación con América Latina, el Caribe y Estados Unidos aún no se encuentra lo suficientemente investigado; constituye una necesidad para los cientistas sociales y estudiosos de Antonio Maceo definir estas relaciones frente a las necesidades y exigencias de la sociedad. Además, fueron insuficientes las publicaciones de fuentes históricas primarias; en los archivos esperan por salir a la luz decenas de estos documentos.
Quinta. Desde 1990 hasta la actualidad se han multiplicado las investigaciones sobre el pensamiento político revolucionario de Antonio Maceo y se han realizado reediciones de algunas obras que contienen documentos primarios, pero aún no están a la altura requerida. El estudio de las proyecciones patrióticas latinoamericanistas y antimperialistas de Antonio Maceo aún requiere de nuevas investigaciones nacionales que enriquezcan su pensamiento político revolucionario. Es fácilmente comprobable la no sistematicidad en el estudio de esta línea de pensamiento. Los autores citados no han periodizado sus acciones e ideas principales; tampoco se han elaborado mapas históricos que contengan su recorrido por las diferentes regiones. Las reflexiones anteriores nos conducen a afirmar que desde el punto de vista cualitativo es posible aportar nuevas informaciones sobre el pensamiento y las actividades de Antonio Maceo en relación con estos contextos.
Sexta. El estudio de esta literatura nos permite apreciar que en cada uno de estos periodos los autores se vincularon por lo general a diferentes corrientes de pensamiento, con enfoques y finalidades de acuerdo con la visión que tenían del contexto histórico y el lugar donde publicaron sus obras. Cada una de estas obras posee el sello de la formación intelectual de sus autores.
Séptima. En cuanto a las fuentes primarias de documentación, resulta imprescindible trabajar en la edición de nuevas obras sobre Antonio Maceo, así como la futura impresión de sus obras completas.