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Economía UNAM
versión impresa ISSN 1665-952X
Economía UNAM vol.9 no.26 Ciudad de México may./ago. 2012
Artículos
El rumbo de la economía argentina bajo el kirchnerismo*
The course of the Argentine under the kirchnerismo
Alejandro Dabat
Investigador Titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. <dabat@unam.mx>.
Resumen
Este artículo da cuenta del proceso de cambio en la economía argentina que ocurrió desde el "argentinazo" de 2001 ¡que se vayan todos! a las tasas de crecimiento del PIB de 8 o 9% promedio entre 2003 y 2010. El trabajo ha sido planteado desde una perspectiva histórica en la que se presenta la evolución de la economía argentina desde el peronismo de los cincuenta hasta el experimento de paridad fija uno a uno peso-dólar de Menem. En el proceso de cambio diversos factores internacionales han contribuido al recambio positivo de Argentina: la crisis del neoliberalismo, el acercamiento al plan económico de Lula en Brasil o el incremento de las exportaciones argentinas de soja a China han replanteado la inserción de Argentina en el contexto mundial. Pero internamente, la salida de la crisis económica de 2001 ha sido gracias a una política económica de corte heterodoxo que ha configurado una nueva opción en el tratamiento de la deuda pública externa, asimismo las oportunas alianzas políticas del kirchnerismo han sido decisivas en la gran aceptación popular, aunque con sus respectivos reveses electorales. Esta nueva cara del Estado argentino ha beneficiado a la población a través de diversos programas sociales que han recuperado el bienestar de la población pero con importantes retos que se abren en esta nueva década.
Palabras clave: Orden económico internacional, América Latina, Análisis de las Economías Domésticas.
Abstract
This paper describes the process of economic change that had taken place in Argentina from the critical situation in 2001, till the increasingly gdp growth rates averaging 8-9% between 2003 and 2010. A historical approach has been taken to embrace the evolutio-nary process of the Argentinean economy since the 1950s Peronist Era to the Menem's currency fixed parity one to one peso-dollar. Several changing international factors that have contributed to this Argentinean positive economic shift into the global context have been taken in mind: the crisis of neoliberalism; the adoption of a similar economic approach as Lula in Brazil; the increased Argentinean soybean exports to China. Internally, however, the overcoming of the 2001 economic crisis has been due to a heterodox eco-nomic policy, shaping a new option to the external public debt service. Also, some timely alliances by Kirchner have been crucial to the great popular acceptance, although with some electoral setbacks. We conclude that such new face of the Argentinean State has benefited the people through several social programs, aimed to recovering the welfare of the population, though there still remain open significant challenges in this new decade.
Key words: Global Outlook, Latin America, Household Analysis.
Journal of Economic Literature (JEL): F02, O54, R2
Introducción
En la primera década del nuevo siglo América del Sur fue sacudida por diversos procesos nacionales de cambio del orden neoliberal establecido. Los mismos tienden a darse en torno a nuevos liderazgos del más diverso origen (militares nacionalistas, ex guerrilleros y sus amigos, indígenas, mujeres, sacerdotes o economistas herejes), encabezando amplios movimientos populares en dura pugna con los poderes e instituciones anteriores, responsables de la catástrofe social de las últimas décadas del siglo pasado. Este trabajo se refiere a la experiencia argentina; la del país que a inicios del nuevo siglo sufrió una de las caídas económicas más catastróficas vividas por país alguno en tiempo de paz (caída mayor a 20% del producto y del empleo); pero que desde hace ocho años, vive un vigoroso proceso de recuperación y desarrollo económico y social.
En el estudio, y dadas las particularidades muy marcadas del país, partiremos de una presentación introductoria que ayude a comprender aspectos centrales de su estructura e historia -incluyendo algunos socio-políticos-, que nos parecen fundamentales para una comprensión más clara de la experiencia actual. Por ello dividiremos el trabajo en tres partes: a) introducción general del tipo señalado; b) cuerpo principal referido al actual proceso argentino; y c) breves conclusiones dentro del contexto actual de América Latina. Ocho años después del asenso de Néstor Kirchner en 2003 y su esposa Cristina Fernández de Kirchner en 2007, es posible intentar un balance objetivo del carácter y logros del nuevo rumbo. Ello no es una tarea fácil, sin embargo, por la complejidad estructural, institucional y sociopolítica del país o su excepcional "volatilidad" económica y política a lo largo de sus tres últimos cuartos de siglo de declinación nacional (PUND, 2011). Habría que agregar las particularidades de una situación en acelerado proceso de cambio y gran movilidad de actores,1 dentro de un proceso muy desordenado de reconstrucción institucional, en marcha hacia un nuevo ordenamiento democrático de amplia participación popular. Por estas razones, ordenaremos esta introducción también en tres partes, referidas, respectivamente, a los grandes condicionantes históricos y estructurales de fondo que aún continúan operando en los sucesos actuales; a las etapas históricas por las que atravesó la crisis y decadencia de la Argentina como país, y a la culminación de esa decadencia en la crisis de 1999-2002, como antecedente inmediato del proceso actual.
Los factores condicionantes de fondo
Como hemos visto en otros trabajos (sobre todo Dabat y Lorenzano, 1998) y (Dabat, 2003) la evolución de Argentina de la mayor parte del siglo XX estuvo condicionada por un conjunto de factores históricos claves aún presentes, de una u otra manera, en el desenvolvimiento del proceso actual. A nuestro entender, dentro de ellos, destacan los siguientes:
a) El enorme y creciente peso económico del sector agropecuario de la Pampa Húmeda, la enorme renta del suelo resultante de ello y la más reciente conformación de un gran bloque rural de grandes y medianos propietarios, Pools de siembra2 y grandes exportadores. Pero también, la relación indirecta de ese bloque rural con profesionales de la clase media, el pensamiento liberal, la Unión Cívica Radical (UCR) o la derecha argentina moderna. La globalización, el ascenso mundial de China y otros grandes importadores agropecuarios (que incluye el elevamiento explosivo de los precios internacionales de este tipo de productos) provocaron un doble fenómeno: por un lado, un elevamiento muy grande de la renta del suelo apropiada en principio por los terratenientes y, por el otro, un elevamiento equivalente de los precios de los alimentos básicos de la población, de importancia desmedidamente grande en la canasta general de bienes de consumo.3
b) La enorme importancia sociopolítica del peronismo, la confrontación histórica peronismo-antiperonismo y el legado de la llamada "Revolución Libertadora" de 1955 con sus secuelas de fusilamientos, masacres y proscripciones. La presencia del peronismo conllevó el fenómeno de un sindicalismo peronista de masas y de una burocracia sindical muy poderosa por su control de una parte substancial del sistema nacional de salud (Acuña y Chudnovsky, 2002). A nivel político, la ruptura de hecho del peronismo en 1974, daría lugar a la escisión del peronismo revolucionario "setentista" (Motoneros, Juventud Peronista, Peronismo de Base) del aparato oficial del Partido Justicialista (PJ). Más adelante, ya en las condiciones internacionales de los años noventa, aparecerá el peronismo neoliberal de Menen, así como las más diversas resistencias a él, tanto de izquierda como de políticos y sindicalistas tradicionales del propio aparato peronista.
c) El espantoso legado de la dictadura militar de 1976-1982, con sus victimarios e innumerables víctimas (decenas de miles de torturados, desparecidos, niños robados), la herencia de la "cultura del miedo"4 y la ulterior diseminación en la sociedad de miles de asesinos y cómplices de origen cástrense-policial (nuevas agencias de seguridad privada, gran parte de las "barras bravas del fútbol"). Una parte importante de ese legado fue la complicidad que uniría a los responsables directos del fenómeno (básicamente militares y policías) con importantísimas personalidades e instituciones de la vida nacional, como los dueños de los principales medios de comunicación, la jerarquía de la Iglesia Católica, partes muy importantes del Poder Judicial y de las instituciones educativas privadas o incluso de políticos tradicionales.
d) El más de medio siglo de inestabilidad económica y política a partir de la crisis de 1952 y el golpe militar de 1955, seguido por los años de estancamiento inflacionario 1975-1990 y de la precaria recuperación neoliberal menemista que culminara en la gran crisis de 2001-2002 (ver gráfica 1). Junto a los fenómenos señalados, esto dejaría una enorme secuela de necesidades insatisfechas y traumas de todo tipo, fragilidad y descomposición institucional, exacerbación abierta o latente del odio y el conflicto social o emigración forzada de una parte muy importante de la población (especialmente de científicos, técnicos y trabajadores calificados).
A nivel internacional, estos factores internos deben vincularse al fuerte sentimiento nacional antiestadounidense que -salvo en el gobierno peronista-neoliberal de Menen- predominó ampliamente en el país desde comienzos del siglo xx, a lo que posteriormente se agregó el rechazo al papel del FMI. En la época de la crisis de 2001-2002 ese rechazo coincidiría con el derrumbe del Consenso de Washington y los grandes cambios del Orden Mundial en perjuicio del debilitado coloso del Norte. Pero también, como vimos, coincidiría con el proceso regional (sudamericano) de ruptura con el neoliberalismo y de un nuevo tipo de reinserción nacionalista dentro de la globalización.
Las etapas de la decadencia económica en el largo plazo
Desde el golpe militar de 1943 (que condujo al advenimiento al poder del peronismo) hasta el derrocamiento popular de De la Rúa en 2001, este conjunto de condiciones, procesos y episodios ya señalados, se desplegarían a lo largo de cuatro grandes etapas históricas de características diferenciales muy marcadas:
a) La del peronismo histórico de industrialización sustitutiva con recursos provenientes del sector agropecuario que se extendería hasta el golpe militar de 1955, que contaría con la oposición liberal encabezada por la UCR y la participación de los principales partidos de izquierda como el Comunista y el Socialista. Proceso que terminaría en la mencionada Revolución Libertadora de 1955.
b) La de proscripción del peronismo hasta el retorno y muerte de Perón, con permanentes golpes militares, breves interinatos civiles, grandes huelgas generales, movimientos guerrilleros y terrorismo de Estado (1975-1982) a lo largo de la cual se iría forjando una izquierda peronista influenciada por la Revolución Cubana, dando lugar a la conjunción de ideas nacionalistas-peronistas con elementos revolucionarios castrista-guevaristas.
c) La de la dictadura militar genocida de 1976-1983 a la que ya hemos hecho referencia, que puso fin a los breves gobiernos peronistas de Hector Cámpora, del General Perón y de su esposa Isabel Perón. A nivel internacional, la dictadura militar argentina fue junto con la chilena del General Pinochet, la principal organizadora del Plan Cóndor de concertación represiva de las dictaduras militares de América del Sur de esa época, con apoyo inicial del gobierno estadounidense y francés.
d) El retorno a la democracia con alternancia y coparticipación radical-peronista en el poder (1983-2001) en el contexto de la "cultura del miedo", bajo los gobiernos de Alfonsín (UCR, 1983-1989), de Menen (PJ, 1989-1999) y de De la Rúa (UCR, 1999-2001). A lo largo de esta etapa se suceden diferentes tipos de experiencias económicas, como la prolongación de la recesión hiperinflacionaria en el primer subperíodo (Alfonsín), el intento fallido de Menen-Cavallo de reintegración a la economía mundial a partir de un enorme endeudamiento externo y del ascenso de las exportaciones agrícolas,5 y el derrumbe final de De la Rua-Cavallo. Pero en conjunto, todos serán de democracia extremadamente frágil y carente de participación popular, que no podrá sobrevivir a una nueva crisis económica como la que comenzará a desplegarse hacia finales del siglo.
En los casi 70 años de tiempo cubierto por las cuatro etapas mencionadas, además de Néstor Kirchner, solo dos presidentes legalmente electos completarían sus mandatos constitucionales (Perón en su primer periodo y Menem en los dos), mientras Alfonsín debió adelantar cinco meses la entrega del poder cercado por la hiperinflación y la ola de saqueos de 1989. Pero el trasfondo material de esta enorme inestabilidad político-institucional fue el estancamiento de hecho de la economía argentina, la cantidad y profundidad extrema de sus crisis económicas y la creciente pugna social distributiva alentada por ingresos económicos decrecientes. El rápido crecimiento de la economía peronista hasta 1952, fue seguido por el estancamiento de 1952-1962, el crecimiento artificial basado en el sobreendeudamiento de 1963 en adelante, la declinación hiperinflacionaria de 19751990 y (tras el espejismo neoliberal de 1991-1998) la gran debacle económica, política y social que abriría las puertas al kirchnerismo.
La crisis de 1999-2002 y su salida
Por su magnitud e importancia histórica, la crisis es fundamental para la comprensión del kirchnerismo. Tuvo que ver con las secuelas del neoliberalismo peronista de Menen y su experimento económico paridad fija peso-dólar,6 que no pudo sobrevivir a las grandes convulsiones especulativas de fines de siglo (crisis mexicana de 1994-1995, crisis asiática de 1997, crisis rusa de 1998 y gran crisis internacional de 2000-2002.) En el contexto de las "fugas" de capital y la conclusión del ciclo alcista de los precios internacionales de las commodities, la gran devaluación del Real brasileño afectará sobremanera a la Argentina por su tipo de cambio rígido y la expulsara de hecho de su principal mercado de exportación. Pero el golpe final será el retiro de apoyo del Fondo Monetario Internacional7, que cortará de raíz la enorme afluencia de recursos externos al país, que entre 1995 y 2000 había llevado la deuda externa argentina de 87 mil hasta 144 mil millones de dólares (Kulfas y Schorr, 2003), a un nivel de endeudamiento de 153% del PIB.8
Ello será seguido por el vaciamiento financiero de las empresas y bancos, fugas masivas de capital, desaparición de las reservas internacionales y del circulante monetario interno. Desde abril de 2001 los pesos retirados de la circulación comenzarán a ser substituidos por cuasi-monedas provinciales y clubes de trueque a un nivel que alcanzará a más de la mitad del circulante monetario. En noviembre de 2001 se congelaran los depósitos bancarios (el llamado "corralito") y se recurrirá al uso obligatorio de cheques para pagos mayores de $1 000. La fuga incontenible de capital, llevará a la suspensión internacional de pagos a fines de 2001, la enorme devaluación del peso de principios de 2002 (fin del régimen de convertibilidad), a la suspensión de la Ley de Quiebras o al congelamiento de las tarifas de los servicios públicos, dentro de un contexto de ruptura generalizada de la cadena de pagos, la bancarrota de hecho de los negocios y el incumplimiento generalizado de los contratos (Dabat, 2003).
Las consecuencias sociales del colapso serán enormes. El desempleo abierto pasará de un nivel extremadamente alto de 15% en 1998, a 21.5% en 2002. El subempleo subirá por encima de 18% de la fuerza de trabajo ocupada y la cobertura del sistema jubilatorio bajará del 85-86% en hombres y 72-73% en mujeres al comenzar los 90s hasta 72 y 65% respectivamente en 2003. El salario real medio caerá más de 23% y lo que antes fuera la clase obrera más numerosa, calificada y organizada de América Latina, reduciría su tamaño en más de una tercera parte. La antes poderosa clase media fue igualmente devastada por la caída del ingreso de empleados y jubilados, la quiebra del pequeño negocio, el despojo de los ahorros bancarios por el "corralito" y la pesificación de los depósitos en dólares. La parte de la población situada por debajo de la línea de pobreza, subirá encima de 50% con cerca de la mitad de la misma viviendo en condiciones de indigencia. Argentina pasará, de ser una de las sociedades más igualitarias de América Latina, a una de los más desiguales, con una diferencia de ingresos entre ricos y pobres de más de 40 veces entre el decil de mayores ingresos y el decil más pobre (Dabat, 2003).
Ello será seguido por masivas oleadas de protesta y solidaridad combativa de la población, que implicaría de hecho al fin de la cultura del miedo. La movilización social original, adquirirá un carácter cada vez más político, que se conjugará con los "cacerolazos" de la clase media urbana, los movimientos piqueteros de los suburbios y la proliferación de centenares de asambleas y coordinadoras barriales, o las ocupaciones de fábricas cerradas por sus trabajadores para mantenerlas en funcionamiento (las llamadas "fabricas recuperadas"), lo que culminará en el "argentinazo" del 19 y 20 diciembre de 2001 que derribará al gobierno de De la Rúa.
Las movilizaciones populares estuvieron dirigidas tanto contra De la Rúa y Cavallo, como contra el conjunto de los altos funcionarios. La consigna más coreada de esos días, fue "¡Que se vayan todos!", incluyendo legisladores y Suprema Corte de Justicia. En esas condiciones de vacío de poder, cuatro políticos peronistas ocuparían interinamente la presidencia durante los diez días que siguieron a la huida de De la Rúa: Puerta, Rodríguez Saa, Camaño y Duhalde. De estos cuatro, Duhalde9 (principal líder antimenemista del PJ) de tendencia pragmática-centrista dentro del PJ y base el aparato de la provincia de Buenos Aires), llegará al poder desplazando a Rodríguez Saa, con el apoyo de una mayoría de legisladores del PJ y de la UCR, y logrará mantenerse en el poder hasta 2003, gracias al tipo de gestión sensata y de recuperación nacional de su ministro de economía Roberto Lavagna.
Bajo el gobierno de Duhalde-Lavagna comenzará un proceso de recuperación económica nacionalista-heterodoxa y rasgos keynesianos sui generis, con moratoria de deuda externa, abandono de la paridad monetaria con el dólar y mega devaluación del peso para promover exportaciones y desalentar importaciones. Se impondrán retenciones (impuestos) a las exportaciones primarias para contener la inflación y fortalecer las finanzas públicas con congelación de los precios de los servicios públicos, política monetaria expansiva y plan de asistencia al desempleo (Programa Jefes de Hogar), con una progresiva devolución de los depósitos bancarios congelados.
En el plano internacional, la moratoria de la deuda tendrá un costo internacional muy grande, porque el riesgo país se elevará encima de las 6 000 unidades. Pero interiormente, favorecida por la subida de los precios internacionales de las exportaciones y los saldos comerciales y fiscales favorables, también constituirá el punto de partida de la recuperación. Gracias a ella, comenzará la recuperación de las finanzas públicas, se restablecerá la circulación mercantil y la producción, atenuándose la catástrofe social. Pero hacia la finalización del gobierno de Duhalde, aún se estará lejos de recuperar el nivel precrisis (1998) por la subsistencia de grandes pendientes, como una deuda externa incrementada por la acumulación de vencimientos e intereses, un enorme deuda social con el pueblo argentino en empleo, ingresos10 y seguridad social, sin contar con los costos institucionales y culturales. Problemas ellos, que tendrán que esperar hasta el nuevo gobierno de Néstor Kirchner en mayo de 2003.
El Kirchnerismo y la reorientación de la economía argentina
A partir del ascenso al poder de Néstor Kirchner el país vivirá un proceso muy dinámico de crecimiento económico conforme puede observarse en el cuadro 1. Durante ese período el PIB crecerá a una tasa anual del orden de 8 a 9% y tendrá lugar un proceso de reindustrialización encabezado por la industria automotriz (25% medio anual de crecimiento salvo crisis de 2009) y su creciente integración con la de Brasil. En el frente internacional habrá un gran desendeudamiento externo y un elevamiento muy grande de las exportaciones y la de capacidad de importación. El desempleo descenderá muy rápidamente a tasas de 5% anual durante los primeros años,11 con fuerte elevamiento del salario, sobre todo después de 2005. La expansión se apoyará en el ahorro nacional en conjunción con el aumento de la capacidad fiscal, regulatoria y de gasto social del Estado y el restablecimiento de la rentabilidad y la inversión de la empresa nacional. Aunque a nivel relativamente más modesto y tardío, también habrá significativas mejoras de la productividad del trabajo y el impulso a la ciencia, la educación y la tecnología como puede verse en la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT, 2010). El cuadro 1 trata de resumir los aspectos más generales de este proceso.
También habrá una gran mejoría de los principales indicadores sociales como empleo y reducción del desempleo y la indigencia (cuadro 2) con logros también muy importantes en seguridad social, educación o salud,12 y bastante menos en vivienda, donde no se lograron fuertes avances en abatir el gran rezago habitacional. El mejoramiento de la gran mayoría de los indicadores sociales, aparte de su significado en términos inclusión social, tuvo también un importante efecto sobre el consumo popular y la ampliación del mercado interno, el que crecerá rápidamente en conjunción con el auge exportador.
Este rápido proceso de crecimiento económico y social se basará en objetivos como la recuperación y el fortalecimiento del Estado nacional, la construcción de una economía de producción y trabajo, la inclusión social y el desarrollo del mercado interno dentro del marco de la integración regional y la globalización.13
Sin embargo, los avances en tal sentido no fueron en absoluto lineales ya que se debieron plasmar al calor de los acontecimientos, en una dura lucha por construir una base política de sustentación, vencer la resistencia de poderosas fuerzas internas e internacionales afectadas, responder a enormes demandas sociales insatisfechas y manejar trabajosamente las antinomias ideológicas del pasado que dificultaban la construcción de un gran frente nacional de cambio. Por esa razón, creemos conveniente dividir la exposición en tres puntos referidos, respectivamente, I) a las condiciones del ascenso al poder (parte del 2003), II) a la primera etapa de gobierno de recuperación y antinomia transversalismo-pejotismo14 (2003-2005) y a la tercera, de construcción de una base propia, primero, y de desarrollo y profundización de un proyecto propiamente kirchnerista.
El ascenso de Nestor Kirchner al poder (2003)
El surgimiento de un gobierno de amplio sustento popular bajo el liderazgo de Nestor Kirchner,15 fue el resultado de un proceso social y político muy complejo y dinámico, que pasó del "¡que se vayan todos!" voceado por las multitudes policlasistas del país en diciembre del 2001, a las elecciones presidenciales en dos vueltas de abril-mayo de 2003. Este proceso electoral se caracterizará tanto por la amplia participación popular que concitará, como por la quiebra del viejo sistema político que pondrá en evidencia, manifestada principalmente en la fractura de los grandes partidos históricos del país en torno a por lo menos seis alternativas principales.16 Este hecho posibilitará la alianza Kirchner-Duhalde (era algo difícilmente pensable en otras condiciones), primeramente en torno al llamado Espacio Renovador del Peronismo, y luego, ya a efectos del proceso electoral propiamente dicho, Frente para la Victoria (FPV).
Gracias a la enorme dispersión política de sus contrincantes y a la contundencia de la propuesta del FPV17, Kirchner pudo pasar de 5-6% de intención de voto que le daban inicialmente las encuestas, a 22% de la votación en la primera vuelta electoral de mayo de 2003 (segundo lugar muy cerca de Menem). Pero a pesar de esa relativamente exigua votación, pudo luego llegar directamente a la presidencia sin segunda vuelta, ante la renuncia de Menen a participar en ella por la aplastante derrota que le vaticinaba todas las encuestas (no más de 30% de votos contra más de 60 de Kirchner).
Ya en el poder, y gracias a la popularidad y audacia de sus primeras medidas de gobierno (renovación completa de las cúpulas miliares y policiales y de la Suprema Corte de Justicia, desconocimiento de las leyes de impunidad de los militares genocidas, intervención de la entidad más corrupta del sindicalismo menemista (el PAMI), Kirchner pudo alcanzar casi de inmediato uno de los mayores índices de aceptación popular que ha tenido un presidente en Argentina (ver gráfica 2 más adelante).
A pesar de la debilidad política propia con la que Kirchner asumirá el poder (dependerá inicialmente del aparato mayoritariamente duhaldista del PJ y la legislatura), el nuevo presidente se verá favorecido por las nuevas condiciones internacionales y los procesos de cambio que ya comenzaban a darse en América del Sur y, paralelamente, en Brasil (ascenso a la presidencia de Lula, con el cual establecerá una estrecha alianza desde el principio). Al nivel internacional más general, el mundo comenzará a vivir el colapso de la globalización neoliberal (Stiglitz, 2002) y del FMI (Mussa, 2002),18 el ascenso al primer plano mundial de China y otros países emergentes, la declinación de la hegemonía de Estados Unidos tras la crisis mundial de 2000-2002 y su fracaso en la invasión a Irak (Dabat, 2005 y 2009), entre otros factores. La irrupción de China como gran comprador de soya y otros productos agroalimenticios, se conjugará con las trasformaciones de la producción agropecuaria argentina (ver nota 5) para aprovechar el curso alcista de los precios de las commodities tras la superación de la crisis mundial.
Pero asimismo, internamente, tanto los logros anteriores del tándem Duhalde-Lavagna como de Kirchner en poder, serán favorecidos por la dispersión de la oposición y las inicialmente modestas expectativas (sobrevivencia) de la población, la gran capacidad productiva ociosa en la economía, la reciente modernización del reducido aparato industrial por las importaciones de equipo del período menemista, el fuerte peso de la banca pública (único sector no privatizado el menemismo) o por la existencia de una reserva de divisas aún significativa en manos del banco central.19
Apoyado en estas condiciones favorables iniciales, los gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner, dirigirán al país hacia un proceso de rápido crecimiento económico y cambio sociopolítico, que irá conformando de hecho un nuevo movimiento político, un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo sistema político. Cuestiones que, por estar muy relacionadas entre sí, requieren de un tratamiento más detallado que permita relacionar los sucesos económicos, con los sociales y políticos.
La recuperación económica con Lavagna (mediados de 2003- fines de 2005)
Al asumir su mandato a mediados de 2003, Kirchner ratificará a Lavagna como ministro de economía, continuando y profundizando la estrategia económica previa y vinculándola al cambio socio-institucional. En contraposición al establishment internacional y nacional que consideraba que finalizado lo peor de la crisis se imponía la "normalización" de la economía (fin del periodo de emergencia, retorno a los mercados financieros, rápido restablecimiento de la institucionalidad anterior), el nuevo gobierno prolongará y ahondará la emergencia económica y la dispersión institucional, apoyándose en el poder presidencial para avanzar desde arriba en los objetivos trazados. Ello conducirá al desendeudamiento externo, la captura de una parte substancial de la enorme renta del suelo, la preservación de la subvaluación cambiaria para promover exportaciones y substituir importaciones, el pasaje de la política puramente asistencial a otra de empleo productivo y, finalmente, a un nuevo tipo de integración a la economía mundial por fuera de los mercados financieros especulativos, de integración con Brasil, comercio en gran escala con China y otros países emergentes y establecimiento de estrechas relaciones con otros países de América del Sur.
Pero la persistencia de las presiones inflacionarias latentes derivadas de la gran devaluación20 y del alza del precio internacional de los alimentos, requerirá controles de precios que complementarán el papel antiinflacionario de las retenciones. No bastando con ellas, se contendrán también los precios de otros insumos claves de la economía, como los servicios públicos o los combustibles destinados al mercado interno, que estaban en manos de empresas privatizadas y concesionadas a empresas trasnacionales por el gobierno de Menem.
En la renegociación de la deuda externa con los acreedores privados, Argentina tensaría al máximo las negociaciones con los acreedores y el FMI en búsqueda de un acuerdo favorable. Con el apoyo de numerosos países, economistas de primer nivel mundial como Stiglitz y organizaciones como la CEPAL, Argentina logrará una renegociación muy favorable en febrero de 2005, que le permitirá pagar un dólar por cada tres de deuda original conforme puede visualizarse en el cuadro 1. De esa forma, se pudo liberar una cantidad muy grande de recursos para la inversión y el gasto social, como sintetizaría más tarde el ministro de economía Bodou: "Hasta el 2002 los presupuestos tenían 5% del PIB para pagar la deuda externa y 2% para educación. En el 2011, 2% para la deuda externa y 6.5% para educación" (Navarro, 2010). En el caso de los servicios públicos y las reclamaciones de la banca extranjera por pérdidas por la pesificación de créditos en dólares, el gobierno también tendrá que enfrentar a los grandes jugadores de la economía mundial, al costo de la marginación del país de los mercados internacionales de deuda.21
En lo que hace a las retenciones a las exportaciones de bienes primarios,22 agropecuarios (granos, harinas, aceites de girasol y soja, granos y harina de trigo, maíz, carnes, lácteos, quesos y cueros) y extractivos (hidrocarburos, cobre y oro fundamentalmente) las retenciones servirían también para fortalecer las finanzas públicas y atender necesidades asistenciales apremiantes (como el Plan Jefes y Jefas de Familia), subsidiar actividades protegidas o reorientar recursos hacia la recuperación de la producción industrial. En este sentido, constituirán un aspecto central del fortalecimiento fiscal del Estado (10% adicional de ingresos), cuya evolución puede apreciarse en el cuadro 3 (pasaje desde un monto de ingresos fiscales del orden de 16-17% del PIB en la segunda mitad de los noventa, a 20% (2003), 23% (2005-2006) y más de 25% en adelante hasta superar a 30% actualmente. Otra medida importante durante ese periodo será la fijación de un encaje de 30% sobre los ingresos al país de las inversiones especulativas.
En el plano social, se ampliará la cobertura del sistema jubilatorio y vinculara el subsidio asistencial al desempleo (Plan Jefes y Jefas de Familia) a contraprestaciones en trabajo y micro emprendimientos productivos, estableciendo derechos alimentarios y pensiones no contributivas para desvalidos y ancianos (Godio, 2003). En 2004 volverá a convocarse a la Comisión tripartita de Salario Mínimo para su fijación consensual, ya que hasta entonces las actualizaciones salariales (tanto de mínimos como por ramas) se habían decretado por el gobierno. En lo que hace al tratamiento de la protesta piquetera o a otras reclamaciones populares justificadas, el gobierno se opondrá a la criminalización y represión de las mismas, anteponiendo la negociación sobre la represión.
A nivel internacional lo más importante en este periodo fue el reconocimiento diplomático de Cuba, la revitalización del Mercosur y el rechazo al alca en la cumbre de Mar del Plata de junio de 2005, que pondrá fin al proyecto regional de Estados Unidos. Este paso implicará también, el fin de la luna de miel inicial con el gobierno de Estados Unidos, que tuvo su explicación, a nuestro entender, por la prioridad que el gobierno argentino había inicialmente concedido a la renegociación de la deuda, y a la búsqueda de la neutralidad del gobierno estadounidense en esta cuestión.
En lo que hace al comportamiento general de la economía nacional, 2005 será el año del pasaje de la recuperación del producto por habitante a los niveles precrisis de 1998, al del comienzo del crecimiento por encima de ese nivel. Pero la recuperación económica no había sido acompañada aun por una correlativa recuperación social, por persistir tasas de desempleo abierto cercanas a 12% y salarios por debajo del nivel de 1998, lo que mantiene aún muy vivo el descontento social, que comienza a incorporar a los sindicatos fortalecidos por el mejoramiento del empleo a la protesta aún muy viva de los movimientos piqueteros. A ello se le agregará el rebrote de las presiones inflacionarias internas por obra del fuerte incremento del precio de las materias primas en el mercado mundial (ver MECOM, pagina web), a la acentuación de las criticas externas e internas a las políticas heterodoxas y poco amigables con los mercados y la empresa privada.
Dentro de ese contexto, tendrá lugar la primera gran crisis política de los gobiernos kirchneristas: la batalla con Duhalde. Esta resultó del gradual acercamiento de Duhalde con el establishment en la crítica a la radicalidad de Kirchner en todos los planos, sobre todo en materia de derechos humanos, pero también en sus políticas sociales incluyendo a su "mano blanda" ante la protesta piquetera. El conflicto llevará a Kirchner a meterse de lleno en el PJ bonaerense y sus vericuetos clientelares, "reperonizándose" (Esperanza, 2006) para poder derrotar Duhalde en su propio terreno, e imponerse sobre él en las elecciones de fines de 2007 (triunfo de Cristina Kirchner por el FPV como senadora de Buenos Aires contra el PJ duhaldista). También en contexto, se producirá la renuncia de Lavagna, no solo por su cercanía con Duhalde, sino también por diferencias con Kirchner sobre el manejo de la coyuntura en curso.23 El aplastante triunfo sobre Duhalde y la salida del gobierno de Lavagna le permitieron al presidente contar por primera con una base legislativa relativamente propia basada en el PJ, pero a costa de compromisos de aparato que limitarían en gran parte su empuje inicial.
El despliegue y la profundización del nuevo curso (2006-2011)
Los años siguientes de la gestión kirchnerista, pueden dividirse en dos grandes periodos, separados entre sí por la asunción del poder de Cristina en lugar de Nestor Kirchner y por el gran conflicto de comienzos de 2008 con el bloque rural.
La segunda parte del gobierno de Nestor Kirchner
Durante la parte final del gobierno, tendrá mucha importancia el combate a la inflación mediante la utilización de mecanismos administrativos y fiscales (concertación de precios, inspecciones, multas, subsidios), mientras se eleva la participación del Estado en la economía y da mayor impulso a las políticas sociales (gran ampliación de la cobertura jubilatoria,24 retorno a los convenios colectivos de trabajo, plan Patria Grande de legalización de los inmigrantes ilegales principalmente bolivianos y paraguayos). También se profundizará el conflicto con el FMI a partir del total rechazo a la injerencia del mismo en la supervisión de la economía argentina (pago con tal fin de la totalidad de la deuda con el fondo). En este periodo, se impulsará una política de renacionalización negociada de parte de los activos de capital de empresas trasnacionales en el país, favoreciendo su adquisición por grupos empresariales nacionales, especialmente en sectores como infraestructura, energía y servicios públicos.25
En el plano exterior se fortalecerán las relaciones económicas con Brasil y la mayor integración de la industria automotriz de ambos países, el impulso al Mercosur o las vinculaciones con Venezuela, dentro de una reorientación más amplia de la política exterior, que incluye el acercamiento a China, Rusia o la India y pone más énfasis en la relación con España tanto por el peso de la inversión directa de ese país en Argentina, como por su papel de puerta de entrada a Europa. En lo que hace a Venezuela, en particular, se establecerán convenios importantes en las áreas energética, agropecuaria (asistencia técnica y exportación de maquinaria agrícola argentina) y financiera; plano, este último, que ayudará a paliar la paralización de hecho del financiamiento internacional privado.
Dentro de estas políticas, pasarán a tener cada vez más importancia Ministerios o Secretarias claves (Comercio Interior y Planificación e Inversión Pública sobre todo) y su dirección por negociadores nacionalistas "duros" como Guillermo Moreno o Julio de Vido), a los que se les sumarán el creciente peso político de direcciones sociales igualmente frontales, como la del camionero Hugo Moyano (CGT) o de Luis D'Elia (piqueterismo kirchnerista). Junto a problemas como las relaciones con Venezuela o a la crisis energética del invierno de 2007, los manejos poco cuidadosos de ciertos funcionarios y dirigentes, pasarían a ser visto por la clase media acomodada y los principales medios de comunicación26, como parte de un proceso de "extorsión" y "corrupción" generalizado del gobierno.
Dentro de este con contexto de gran confrontación y desconfianza, aparecerá en escena el conflicto del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y del Índice de Precios al Consumidor (IPC). La confrontación comenzará con la intervención del Instituto por la Secretaria de Comercio Interior en enero de 2007 alegando negativa de la directora (Graciela Bevacqua) a informar sobre las fuentes de información usadas para la confección del IPC. Pero se ampliará por la posterior elaboración por las nuevas autoridades de un nuevo IPC aparentemente improvisado, que subestimaba la inflación real.27 Por estas razones, las nuevas cifras del INDEC fueron rechazadas (ya sea por contenido o procedimientos) por múltiples instancias de la sociedad, no solo opuestas al gobierno (oficinas provinciales del instituto, Consultoras Privadas, oposición política, mediática y empresarial). Pero también por entidades comprometidas con el kirchnerismo como sería el caso del CELS (ver Zaiat, 2009) o, muy recientemente, del propio centro de investigación de "La Campora".28
Lo cierto es que, en términos políticos y económicos de corto plazo, la cuestión INDEC dañó mucho la imagen del gobierno (ver gráfica 2) e incentivó a la inflación, al propiciar estimaciones privadas inflacionarias muchísimo más elevadas que las oficiales. Pero más allá de cuestiones coyunturales, lo que más perjudica a la sociedad y al propio gobierno, es la incertidumbre sobre el verdadero nivel del IPC, al impedir la medición precisa de magnitudes tan importantes como la del salario real, entre otras. Por esa razón, creemos que mientras no resuelva de fondo la cuestión de un IPC serio y socialmente reconocido (el gobierno anuncia que el nuevo índice estará listo para 2013), se deberá recurrir a estimaciones aproximadas de su nivel más probable que, a nuestro entender tendrían que estar por encima de las oficiales, pero también, muy por debajo de las de las Consultoras privadas.29
A pesar del grave error gubernamental y de su capitalización por la oposición, el Frente por la Victoria contaba aún con suficientes reservas políticas, como para capitalizar el prestigio de Cristina Kirchner y el descredito y la dispersión de la vieja política, para triunfar con bastante amplitud en las elecciones presidenciales de octubre de 2007. Esta vez lo haría en alianza con un sector intermedio de la UCR (no plegado a la ofensiva frontal de la derecha), como sería el caso de la corriente dirigida por gobernador de Mendoza, Julio Cobos, que pasaría a ser por ello, vicepresidente de la república.
La presidencia de Cristina Kirchner
En la presidencia de Cristina Kirchner caben también dos periodos muy claramente marcados, separados por uno de transición no fácil de fechar, donde comienzan a gestarse las condiciones del segundo. El periodo inicial (2008) es de continuidad básica con la segunda parte del gobierno de Néstor en las condiciones del conflicto con el campo y la aparición de las primeras expresiones de la crisis económica internacional. El segundo (2010-2011) será de profundización y reorientación del proceso de cambio, conforme veremos.
Cristina Kirchner asciende a la presidencia a fines de 2007 sin necesidad de una segunda vuelta electoral por la gran dispersión de las fuerzas opositoras. Pero tampoco contará con una sólida base política inicial por la debilidad y heterogeneidad de su coalición de gobierno. Pero, además, el triunfo nacional de Cristina, tendrá como contrapartida el de Mauricio Macri30 en la ciudad de Buenos Aires, que pasará a expresar el ascenso de un nuevo tipo de derecha empresaria "postmoderna" del tipo de la de Piñera en Chile.
Una de las primeras medidas de Cristina Kirchner, será la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, desde donde se realizará una labor muy importante (Kornblitt, 2011)31 Pero el nuevo gobierno será muy pronto sacudido por dos grandes conmociones, como el conflicto con el campo (la movilización de la llamada Mesa de Enlace rural de marzo-junio 2008 contra el régimen de Retenciones Móviles decretado por el gobierno) y la crisis internacional en la segunda mitad de 2008 y la mayor parte de 2009.
El primero de esos acontecimientos, partió del intento gubernamental de imponer torpemente32 (marzo 2008) un nuevo tipo de retenciones móviles a las exportaciones agrícolas, aprovechando el precio record de la soja en los mercados internacionales. Ello chocó con el feroz rechazo de los propietarios rurales a una medida de gobierno que les reducía de inmediato los ingresos esperados. Con el apoyo de la mayoría de población de las regiones agropecuarias más ricas y pobladas del país, el bloque rural constituyó la Mesa de Enlace Agropecuaria con las cuatro organizaciones más grandes del sector bajo la dirección de hecho de la Sociedad Rural Argentina (la organización más emblemática de la oligarquía nacional). Con el apoyo de la oposición política y los principales medios de comunicación, la Mesa de Enlace paralizó prácticamente la economía nacional durante casi tres meses, cortando las principales rutas del país, con acciones que superaron en 50% a todos los cortes de calles y caminos realizados por los movimientos piqueteros en los años críticos 2001 y 2002 (Leirs y Cruzalegui, 2008). La movilización agropecuaria dividió las fuerzas del gobierno e impuso el rechazo parlamentario del proyecto oficial, provocando la primera gran derrota política del kirchnerismo, que sería seguida no mucho después por una segunda: el revés en las elecciones parlamentarias de 2009, que dejaría al gobierno en minoría en ambas cámaras del congreso nacional.33
La crisis mundial de 2008-2009 comenzó impactar a Argentina en un muy mal momento, por la severa sequía que afectaba al país con pérdidas de producción en sectores claves de exportación del orden de 30-35% (LNL, 12-06-09). A ello se le sumará la exclusión del país del plan anticrisis del FMI para los países en desarrollo, por los "antecedentes negativos" de Argentina (LNL, 29-10-08). Ante la necesidad de encarar la crisis en tales condiciones, Argentina elaboró un Plan Anticrisis muy frontal en noviembre de 2008, que incluyó medidas como la creación del Ministerio de Producción (especie de miti japonés); políticas fiscales como moratoria impositiva, reducción de la retenciones al agro, blanqueo y repatriación de capitales; créditos públicos al consumo y la producción a bajas tasas de interés y un Plan de Obras Públicas de 21 000 millones de dólares con creación de 360 000 empleos. Como resultado de ello el gasto público se elevará de 18. 6% del PIB en 2008 a 22% en 2009, a pesar de la gran caída del ingreso público generado por la crisis (cuadro 1). En ese contexto, el gobierno impulsará una serie de medidas de gran alcance que trascenderán ampliamente a la coyuntura, como la reestatización del Sistema Previsional Privado (octubre del 2008), el Plan Argentina Trabaja (agosto de 2009) o la Asignación Universal por Hijo (octubre del 2009).
La reforma del sistema previsional por la estatización de las Administradoras privadas de los Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) permitió la constitución de un único fondo previsional público (ANSES) que además de un gran ahorro para las finanzas públicas,34 permitió elevar el financiamiento a la economía nacional mediante la substitución de los títulos y acciones en activos extranjeros, por la inversión en activos nacionales de infraestructura, preservación de la producción y el empleo o apoyo al crédito rural e hipotecario. Esto dará gran impulso al financiamiento selectivo de sectores claves de la economía nacional, ayudando en gran medida a la superación de la crisis y al relanzamiento de la recuperación. Como resultado de ello, ANSES tenía a mediados de 2011 participación accionarias en 42 empresas privadas de las más importantes del país (Lewkpvicz, 2011) participando en sus directorios con directivas generales de defensa del interés público y la legalidad comercial y fiscal.
El programa de Asignacion Universal por Hijo es un seguro social otorgado a desocupados o trabajadores informales, superior a los cincuenta dólares mensuales por hijo menor a los 18 años, condicionado al cumplimiento de escolares y sanitarias. Requirió una gran inversión del Estado respaldada por ANSES, cercana a 1.5% del pb (mayor en términos porcentuales a la del Programa Bolsa Familia de Brasil o, aun mas, a Oportunidades de México). Según estudios del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del CONICET (CEIL, 2011), el programa fue un instrumento fundamental en el abatimiento a pobreza y sobre todo a la indigencia (ver cuadro 2), en el aumento de la matrícula escolar en 27% y de ayuda a la ampliación del mercado interno.
El Programa "Argentina Trabaja", fue un plan de generación de empleo en los barrios más postergados a partir de la organización de cooperativas de 20 a 40 miembros, para realizar obras de infraestructura básica en municipios, con capacitación, materiales y un salario mínimo actualmente cercano a los 45 dólares. Este programa estaría involUCRando actualmente a unos 150 000 trabajadores cooperativos (Somoza Zanuy, 2011) y guarda relación (por su impulso al trabajo cooperativo), con la reforma a la Ley de Quiebras para ayudar a las "fabricas recuperadas" (fabricas ocupadas y puestas en funcionamiento por los propios trabajadores durante la crisis de comienzos de siglo) y con el Programa de Microcréditos de la CONAM, dentro de una política más amplia de impulso a la economía social coordinada por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES).
Como resultado de ese entramado de nuevas políticas e instituciones, Argentina será uno de los pocos países del mundo que continuará creciendo durante la crisis, aunque a una tasa muy baja y con descenso bajo del empleo (ver cuadro 1). Esto será ampliamente reconocido por la CEPAL (2010) o la OIT (2010), que atribuirán el éxito a las políticas gubernamentales. Superada la crisis (2010 y lo que va de 2011), el país retomará el anterior ritmo de crecimiento (ver mismo cuadro), exhibiendo cambios importantes en la estructura de las exportaciones. A este nivel, las ventas de manufacturas de origen Industrial (MOPI) de 2010 superarán por primera vez a las de origen agropecuario (MOA), lo que también sucederá dentro de las MOPI con las de tecnología media-alta en detrimento de las de tecnología media-baja (CERA, 2011), o dentro de los derivados de la soya, con la acentuación del vertiginoso crecimiento de los biocombustibles (biodisel) en los que Argentina pasará a disputar el liderazgo mundial (Camandone, 2011). Por ello, en términos regionales, Argentina pasará a ser el único país sudamericano no sometido al proceso de "primarización" de sus exportaciones (incremento del peso de las commodities dentro de las ventas totales).
En términos generales, la manera de enfrentar la crisis y movilizar fuerzas sociales para hacerlo, fue parte fundamental de la profundización del proyecto kirchnerista conjuntamente con otro tipo de medidas que se intensificarían desde entonces. Al respecto, destaca la de Servicios de Comunicación Audiovisual conocida como Ley de Medios35 (agosto 2009). Que fue un intento por romper el monopolio de las comunicaciones seguido por programas complementarios como "Futbol para todos" (septiembre del mismo año). Pero también otras muchas medidas como el Plan Conectar-Igualdad de entrega de dos millones de notebooks a escuelas y colegios (abril de 2010), la reestatización de empresas como la fábrica de aviones de Córdoba o Aerolineas Argentinas (marzo y agosto de 2009), la ley de matrimonio igualitario (julio del 2010), los Créditos del Bicentenario para pymes (agosto de 2010), la modificación a la ley de Quiebras en favor de las "fábricas recuperadas" (junio de 2011), el Plan "Remediar" de fabricación pública de medicamentos a bajo precios (mayo de 2011) o el reciente programa de Inclusión socioeconómica en áreas rurales. Habría que agregar proyectos en discusión parlamentaria como la de los Servicios Financieros (muy importante por la extensión del crédito a la pequeña empresa y los emprendimientos autogestionarios), la de Participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas o la nueva política rural, expresada en el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial Participativo y Federal 2010-2016.
Este aluvión de medidas avanzadas tuvo un impacto muy grande sobre los sectores populares y la opinión pública como puede verse en la gráfica 2. Pero fue parte de un fenómeno mucho más amplio, de incorporación creciente y activa de múltiples sectores de la sociedad al proceso de cambio, a un nivel mucho más elevado en calidad que el consenso inicial pasivo, que en 2003 respaldó a las medidas iniciales de N. Kirchner (Wainfield, 2010). El nuevo tipo de adhesión, comenzó a darse en lo más álgido del conflicto con el campo (solidaridad en contra de los terratenientes y las corporaciones agropecuarias), y prosiguió con múltiples expresiones posteriores de incorporación de nuevos sectores e individualidades lo que permitió renovar al gobierno, ampliar su base popular y promover desde abajo (sin participación gubernamental inicial) leyes como la de Medios, de Asignación Universal por Hijo o de Matrimonio Igualitario. El fallecimiento de Nestor Kirchner, aunque fue una gran pérdida para el proceso, fue más bien un factor adicional de profundización del mismo, a partir de la impresionante movilización de decenas de miles de jóvenes que asistieron a su sepelio para despedirlo y comprometerse a continuar su lucha.
¿Qué pasara con el proceso argentino, adonde irá? Es difícil de saberlo, porque puede ir en diferentes direcciones conforme evolucione la participación popular, la composición del propio gobierno y su capacidad de construcción de una nueva institucionalidad para un nuevo orden económico y social, construcción en consonancia con otros procesos regionales de cambio.
Principales conclusiones
De lo expuesto cabe desprender un conjunto de conclusiones referidas a la reforma en curso de la economía argentina, sus logros y limitaciones y sus relaciones e implicancias para otros países de la región.
La primera conclusión tiene que ver con la ubicación histórica del proceso argentino de cambio dentro del contexto mundial y latinoamericano actual. Los hechos y tendencias expuestas anteriormente, dan cuenta de las razones por las que pudo darse la rápida recuperación de la economía argentina y su desenvolvimiento ulterior, en el contexto de una gravísima crisis nacional insoluble en los términos del sistema económico e institucional existente. Ello se debió a que el país pudo conjugar dos procesos ininterrumpidos de ruptura con las condicionantes políticas e institucionales del sistema neoliberal: una primera de políticas heterodoxas sensatas impuestas por la naturaleza misma de las circunstancias (periodo Duhalde-Lavagna), y una segunda mucho más profunda de cambio socio-institucional, aceleración del dinamismo económico e inclusión social (gobiernos kirchneristas). Si bien este segundo paso se apoyó en el anterior, se diferencio de él, no solo por el contenido mucho más amplio y progresista de sus propuestas, sino por un nuevo tipo de dirección política audaz que supo aprovechar la total fractura del orden institucional de entonces, para generar desde arriba, y dentro del orden constitucional democrático, una amplísima movilización social a favor del cambio, resistiendo los embates del capital especulativo internacional y los principales centros mundiales de poder. Habría que agregar, que ello tuvo lugar de un contexto internacional favorable, de declinación de Estados Unidos, ascenso de China y otros países emergentes y reorientación sociopolítica de América del Sur, y especialmente Brasil por su relación tan directa para Argentina. Pero que uno de los mayores méritos de los gobiernos argentinos, fue el pleno aprovechamiento de ese contexto.
Una segunda cuestión, se refiere a la naturaleza actual de la economía argentina a partir de las reformas en curso. Al respecto puede decirse que la reforma está cambiando profundamente algunas características centrales de la economía argentina en camino hacia un nuevo tipo de economía capitalista mixta, lo que se da tanto a nivel de su estructuración interna como en sus relaciones con el capitalismo mundial. A nivel interno, nos encontramos ante una relación entre el sector capitalista privado, la economía pública y la economía social36 el segmento principal del sector privado sigue siendo el agropecuario y agroindustrial con una menor participación del industrial y el financiero. Junto a él, existe una creciente participación del sector público en el control del excedente económico, el crédito37 y la acumulación de capital, con un considerable sector social cooperativista y mutualista. En el plano internacional, si bien el capital trasnacional continúa dirigiendo los sectores tecnológicamente más avanzados de la gran industria, no sucede lo mismo con la inversión financiera. La economía argentina está cada vez más integrada a la brasileña (sobre todo a partir del complejo automotriz) y el comercio exterior argentino se realiza fundamentalmente con Brasil, China y diversos países de América Latina, Asia y Europa Occidental, con poco relativamente poco peso del comercio con Estados Unidos.
En tercer lugar, aunque muchas de las características mencionadas también se encuentran en otros países de América del Sur, el caso argentino tiene ciertas características distintivas. Las diferencias más características serían: a) la nacionalización de hecho de una parte substancial de la renta del suelo (retenciones agropecuarias)38; b) el peso particularmente grande, como veremos, del sector público y social dentro del sistema financiero del país; c) la reforma al sistema de medios de comunicación en favor del sector público y social (dos tercios del espacio radiofónico conforme la nueva Ley de Medios), dentro del absoluta respeto a la libertad de expresión39; d) El tamaño relativamente amplio de la economía social (cooperativas, mutuales) que controlan cerca de 10% del PIB.
Una cuarta conclusión se refiere a las actuales debilidades de la economía argentina, que a nuestro entender son básicamente cinco: a) El gran retraso tecnológico del aparato industrial (Katz, 2011), expresada en baja productividad del trabajo y un tipo de competitividad internacional muy dependiente de la subvaluación cambiaria, la protección arancelaria y el subsidio estatal; b) La existencia de presiones inflacionarias de tipo estructural, derivadas de la conjugación del fenómeno señalado, con el enorme peso y el incremento internacional de los precios de los bienes consumo que elevan el costo de la fuerza de trabajo; c) Los peligros ambientales del monocultivo soyero; d) La subsistencia de un enorme rezago social en vivienda (Catenazzi y Reese, 2010), cuya solución compite con los fondos públicos destinados a otras grandes prioridades (inversión científica-técnica, gasto social o subsidio directo o indirecto a la competitividad del sector industrial). Esta es una cuestión importante, no solo por razones de equidad e inclusión social, sino también de fortalecimiento sociopolítico del proyecto de cambio y de movilización social para el aprendizaje tecnológico y productivo desde abajo; y finalmente, e) los peligros que plantea la débil institucionalización de los avances logrados, que es algo, que si bien pudo tener ventajas iniciales para la liberación de fuerzas sociales para el cambio, puede plantear también grandes dificultades para la consolidación de las reformas logradas.
Finalmente, en lo referente al tipo del desarrollo futuro de la economía argentina (sus vías posibles de desarrollo), esto dependerá tanto de cuestiones tecno-económicas y financieras como socio-políticas, de las cuales la más importante en última instancia, será la movilización de la población para el aprendizaje productivo y la redistribución del producto social, incluyendo el desarrollo local y la sustentabilidad ambiental. Pero también, con importancia no menor, de los avances nacionales en materia de integración regional y de obtención de perfiles más avanzados de inserción en la economía mundial.
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*El presente trabajo es parte del proyecto PAPIIT con clave IN302210 "Estados Unidos, la crisis internacional y la perspectiva de la economía del conocimiento. Un enfoque desde la óptica mexicana", contó con la colaboración de los becarios: Luis Manuel Díaz Flores, Jorge Hernández Cervantes, Samuel Romo Cervantes, Anuar Sucar Díaz Ceballos y Víctor Canek Vega Contreras.
1 Como en otros países de la Sudamérica actual, el bloque kirchnerista de poder cambio al tenor de la movilización social, las medidas de gobierno y la resistencia de las corporaciones dominantes. La mayor parte de sus funcionarios y cuadros provienen de orígenes muy diversos: peronistas de izquierda, centro y aun centro-derecha, marxistas, nacionalistas no peronistas, cristianos, socialistas de diverso o incluso liberales, como el actual ministro de economía y candidato a vicepresidente para las elecciones de 2011. La oposición a su vez (además del antikirchnerismo original) suma nada menos que al ex presidente Duhalde (primer gran elector y aliado de Kirchner en su ascenso al poder), al actual Vicepresidente de la Nación, al ex gobernador kirchnerista de la provincia más grande del país o a un tercio de los integrantes del primer bloque de diputados kirchneristas.
2 El "pool de siembra" es un emprendimiento financiero-gerenciador, que arrienda tierras a sus propietarios (grandes medianos o pequeños) y subcontrata a terceros las tareas de siembra, fumigación y cosecha en las propiedades abarcadas. Por esta vía los propietarios que participan en el negocio, se desentienden de la producción y convierten en rentistas, mientras los pools pagan dividendos a sus inversionistas. Aunque en pleno proceso de expansión, los Pools no son la única forma de producción existente, ya que al lado de ellos actúan tanto grandes productores directos como Grobocopatel o Soros como medianos y pequeños productores independientes (Fresh Plaza, 2008).
3 A nivel promedio, la participación de los alimentos en la canasta general de bienes de consumo es bastante superior a 30% del total, muy por encima de 22% de Brasil y de 23% de Chile, y más cercana a la de 30% México (entrevista a titular del BCRA, Mercedes Marcó del Pont en Página 12, 26-06-11). Pero además, la subvaluación de la moneda argentina maximiza el impacto interno de los precios internacionales, a diferencia de México, por ejemplo, donde la sobrevaluación de la moneda interna los minimiza.
4 Se llamó "cultura del miedo" al nuevo tipo de conformismo político-social generado en la población por el temor al retorno de la violencia y el horror de los años setentas. La cultura política del miedo valorizó la convivencia pacífica al margen de sus contenidos, tratando de eludir las propuestas confrontativas factibles de derivar en choques frontales o prácticas violentas. "Quizá por eso se postergó la discusión de programas y opciones, que necesariamente implican conflictos..., y se confió en el poder y la capacidad de la civilidad unida para solucionar cualquier problema (Romero, 2001).
5 Aparte de la duplicación de la deuda externa entre 1995 y 1999 que se verá más adelante, en ese mismo quinquenio se dará el comienzo del gran salto de las exportaciones agropecuarias del país, resultando de la maduración de la revolución tecno-productiva en el sector, que eclosionará esos años (Bisang, 2007) en conjunción con el elevamiento de los precios internacionales. Pero el factor fundamental del sostenimiento del modelo menemista será, como se señalará, el enorme flujo de capital extranjero que aparte de la extranjerización de la industria manufacturera y, sobre todo, los servicios públicos, dará lugar un enorme endeudamiento externo absolutamente insostenible.
6 La diferencia más marcada del neoliberalismo menemista que lo diferenciaba de los restantes modelos neoliberales, era la paridad fija del peso frente al dólar. Por esa razón la devaluación del Real brasileño desarticuló completamente al comercio argentino con su principal socio comercial, poniendo en peligro la existencia misma.
7 El apoyo financiero del FMI fue el mayor otorgado por el Fondo a país alguno, a pesar del incumplimiento argentino de todos los compromisos contraídos. Cuando el staff técnico del Fondo decidió endurecer su posición con el país, una intervención directa del presidente Bush en agosto de 2001, impuso un último préstamo por 8 000 millones de dólares que no pudo evitar uno de los defaults más grandes de la historia del capitalismo. El FMI había apoyado incondicionalmente a la Argentina a pesar de sus enormes déficits fiscales y de pagos, o del nivel de su endeudamiento externo. Por ello, la actitud del Fondo ante Argentina, provocó una gran la crisis en la institución que llevó a la renuncia de su economista-jefe (ver Mussa, 2002).
8 Para dar una idea clara sobre el significado del monto de esta deuda, resulta interesante compararla con la mexicana, que en 1982 (año de la crisis de la deuda) alcanzaba a 37.7% del PIB, y en 1986 (nivel más alto del endeudamiento), a 56% (SHCP, años citados).
9 Eduardo Duhalde era el dirigente más importante del PJ basado en la provincia de Buenos Aires (más de un tercio del electorado del país) gracias al control de los caciques peronistas del Gran Buenos Aires (mayor centro industrial del país y de mayor peso electoral en la provincia). Había sido vicepresidente de Menen y luego gobernador de la provincia de Buenos Aires y candidato a la presidencia por el PJ en las elecciones de 1999. Por las características de su liderazgo político, Duhalde puede ser definido como un caudillo nacionalista-moderado y pragmático, cabeza de una vasta red de relaciones clientelares que incluían tanto a sectores populares como a muy diversos factores de poder. Tenía un perfil muy parecido al del ex presidente José Sarney en Brasil, líder histórico del pmdb, presidente del senado desde 1995 y sostén parlamentario moderador del actual gobierno del PT
10 Tras la crisis de 2002 distintas estimaciones consideran que los salarios perdieron 30% de su poder adquisitivo. Durante este periodo, debido sobre todo al gran desempleo, el movimiento sindical pierde fuerza y cede completamente la iniciativa social a los movimientos piqueteros.
11 El incremento del empleo no es fácil de medir por la relación entre ocupación y horas trabajadas, los aumentos de productividad, la magnitud del autoempleo o los planes públicos de empleo. Pero sabemos que entre 2002 y 2005 se crearon cerca de dos puestos de trabajo por cada punto del PIB (5-6% de aumento anual) y que después de 2005 esto comenzó a reducirse, cuestiones que aún están en la discusión (Zoratini y Espejo y Mariana Gonzalez, 2007).
12 La cobertura de la seguridad social se elevó considerablemente en el periodo tanto por la ampliación de la cobertura del sistema jubilatorio como de los diferentes niveles del sistema de salud, básicamente hospitalización pública y Obra Social (PNUD, 2010). El gasto publico consolidado en educación, pasó de 4.5% del PIB promedio entre 2000 y 2004, a 6.2% del PIB en 2009 (Rodríguez Gavarini, 2010).
13 La formulación de una relación armónica entre mercado interno, integración regional y mercado mundial, es una de las diferencias fundamentales del kirchnerismo con el peronismo histórico, que concebía el desarrollo interno de una manera más autosuficiente, subestimando la importancia económica, política y cultural de la integración a la economía y a la sociedad mundial. En el plano económico, esto fue experimentado directamente por Kirchner en su época de gobernador de una provincia no industrial de vastos recursos naturales (hidrocarburos, minería, pesca), en la que las exportación junto al control público de gran parte de la renta territorial (regalías), constituyeron una base fundamental de la economía, el poblamiento y el bienestar social de la población.
14 Se entiende por pejotismo a la corriente perteneciente al Partido Justicialista (PJ).
15 Néstor y Cristina Kirchner se incorporaron a la vida política cuando estudiaban derecho en la Universidad de La Plata militando en el sector de la Juventud Peronista vinculada a Montoneros. En el mismo año del golpe militar (1976), se refugiaron en la ciudad natal de Néstor (Rio Gallegos) en la provincia austral de Santa Cruz, donde hicieron una pequeña fortuna como abogados. Tras el advenimiento de la democracia, ambos se incorporaron al PJ. Néstor a la gobernación de su provincia por PJ y encabezar paralelamente a Duhalde, la oposición al menemista desde una perspectiva distinta y combativa (tarea en la que converge con Hugo Moyano dentro del movimiento sindical peronista). Cristina Fernández de Kirchner, a su vez pasa oí a ser una destacada y combativa parlamentaria nacional.
16 La fragmentación de los dos grandes partidos se dio así. El PJ se abstuvo de presentarse como tal, permitiendo tres candidaturas distintas muy confrontadas entre si: la neoliberal de Menen, la nacionalista de derecha de Rodriguez Saa y la izquierdizante de Kirchner (gobernador de la Provincia patagónica de Santa Cruz) respaldada por Duhalde por falta de otro candidato viable para él. La UCR se rompió en torno entre un núcleo oficial en desbandada y las opciones neoliberal de López Murphy y liberal progresista de Carrió. Duhalde respaldo a Kirchner por su enemistad con Menen y Rodríguez Saa, y porque sus candidatos preferidos no aceptaron ser candidatos (Reuteman) o no eran viables conforme las encuestas (De la Sota).
17 En su Declaración de Principios el FPV parte del ataque a la "intolerable" brecha entre pobres y ricos" y del cuestionamiento al papel de los partidos políticos aliados al régimen que condujeron a crisis del 2001. Plantea "la necesidad vital de profundizar un proceso de justicia social, que deje atrás un pasado que la mayoría de los argentinos quiere superar (y permita) la construcción de un nuevo espacio de gestión política e institucional." que constituya el eje "de un proceso fundacional de la política y las instituciones". Finalmente plantea que para "imaginar y construir un nuevo país (se) requiere convicción y capacidad para unir los pedazos de una sociedad fragmentada y la voluntad de hacerlo, no desde un solo partido político, sino desde la conformación de un gran frente nacional que nos devuelva convertida en Nación a una Argentina que no puede esperar más".
18 Tras los gravísimos errores cometidos por el FMI en la apreciación de las crisis asiática, rusa y argentina, la institución abandonó desde fines del siglo pasado la línea de grandes rescates internacionales, bajo el doble fuego de la crítica progresista y la derecha conservadora. El ascenso al poder de Bush en Estados Unidos, a su vez, impondrá al Fondo un sesgo cada vez más errático, en un contexto de conflicto permanente al interior de su staff técnico y de su directorio político (Willet, 2001; Stiglitz, 2002; Mussa, 2002).
19 Pese a los problemas e injusticias que generó, el congelamiento de depósitos bancarios de fines de 2001, salvó gran parte de las reservas internacionales del BCRA, que en lo peor de la crisis (mayo de 2002) eran 10.8 mil millones (La Nación online. LNL 17-05-02).
20 Históricamente, casi todas las grandes devaluaciones de una moneda nacional, fueron carcomidas en sus potenciales efectos beneficiosos para el país devaluador, por obra de la inflación generada por la devaluación misma (trasmisión de la subida de los precios externos al el sistema interno de precios). Este fue el caso del proceso de inflación-devaluación-inflación, que debastó al régimen latinoamericano de sustitución de importaciones a mediados del siglo pasado. En tal sentido, el éxito de la megadevaluación argentina de 200% en 2002, obedeció a que el gobierno pudo limitar el ascenso interno de los precios muy por debajo de esa cifra, de 26% de los precios al consumidor en 2003, 12.4% en 2004 y 4.4% en 2004. Sin embargo, esta contención interna tan grande del ascenso de los precios, fue en buena parte engañosa, porque eliminaron las grandes presiones inflacionarias subyacentes, que no dejarían de operar en el futuro de una manera u otra.
21 Aunque la renegociación de la deuda permitió reducir dramáticamente el nivel del riesgo-país a menos de 500 puntos (Clarin, 01-07-05), el país nunca reducirlo muy por debajo de ese nivel, e incluso volvió a subirlo por encima de los 1 200 puntos en 2009. Tras la renegociación de la deuda, el riesgo-país argentino quedo situado al nivel b -de Stándar & Poors, seis niveles debajo del grado de inversión y quince del top AAA. A efectos comparativos, Chile tiene nivel A y México, al igual que Brasil últimamente, nivel BBB-, que implica grado de inversión. El nivel de Argentina implicó su salida del mercado internacional de crédito, lo que llevó erróneamente a los economistas del establishment a considerar ello tendría consecuencias desastrosas para el país.
22 Las retenciones a las exportaciones agropecuarias fueron introducidas en la Argentina por el gobierno peronista y también utilizadas otros gobierno. A nivel internacional, también las utilizan otros países (Natanson, 2008). En 2002 se las reintrodujeron con tasas distintas y variables para los diversos productos, en función de los precios internacional y las necesidades del consumo interno. Los máximos percibidos por el fisco argentino, llegaron a ser de 45% para hindrocarburos y 35% para el grano de soja, con mínimos pequeños de 5%, dependiendo del producto. Pero en todos los casos, los productores de bienes gravados, continuaron percibiendo tasas de rentabilidad bastante más elevadas que antes del fuerte elevamiento de los precios internacionales como lo demuestran numerosos estudios.
23 Al parecer el punto central del desacuerdo Lavagna-Kirchner, parece haberse sido la manera de combatir la inflación y afrontar las demandas sindicales. Lavagna parece haber sido partidario de no ceder ante ellas, para no alimentar las presiones inflacionarias, utilizando más bien otras medidas. De todos modos, en su carta de renuncia, Lavagna atacará indirectamente a uno de los principales hombres de Kirchner (el ministro de Planificación e Inversión Pública De Vido), al denunciar supuestos actos de corrupción en la obra pública, que sin embargo no identifica ni prueba.
24 Entre 2005 y 2007 se elevó en 47% la cantidad de aportantes al régimen jubilatorio, al mismo tiempo que un incremento aún mayor de los beneficiarios y un fuerte acercamiento entre las jubilaciones mínimas y medias (CIFRA, 2009).
25 A diferencia de lo sucedido en el gobierno Menen, que extranjerizo masivamente el aparato productivo argentino, bajo el kirchnerismo pasarían a adquirir importancia grupos empresariales argentinos como Esquenazi, Whertein, Mindlin, Cristobal López, Miguens o los cordobeses Acosta y Ferreyra. Ello fue en gran parte favorecido por la salida negociada de gran parte de las empresas trasnacionales de servicios públicas, o los acuerdos de algunas otras con el gobierno nacional y grupos empresariales nacionales, por otras (LLN, 25-02-07, 23-12-07 o 14-03-08).
26 Sería también en este periodo, cuando la cadena "Clarin", principal medios de comunicación del país, sumará su enorme peso mediático al coro de la denuncia (ver, por ejemplo, El ojo digital, 21-07-11). Habría que aclarar, sin embargo, que muy pocas de esas incontables denuncias periodísticas y judiciales pudieron ser probadas, a pesar contar Argentina (gracias a la gestión kirchnerista) con un sistema judicial incomparablemente más independiente que el menemista, aunque mas no fuera por la indiscutida calidad de la Suprema Corte de Justicia. En muchos de los casos de denuncias de corrupción, lo que procedió fue más bien el despido de los funcionarios cuestionados, ya que muy pocas de las denuncias de corrupción pudieron ser probadas.
27 Según la defensa del gobierno sobre su proceder, las cifras del IPC anterior no concordaban con las de la Secretaria de Comercio y se acercaba mucho más a los patrones de consumo de la clase media acomodada (universidades privada, "primeras marcas" comerciales, vacaciones en sitios caros, servicio doméstico, tv por cable) que a los de los sectores populares. Que las cifras del anterior IPC no recogían las reducciones de precios pactados entre gobierno y cámaras comerciales, e incluían groseras anomalías de recolección de información y cálculo. Muy recientemente, el Ministerio de Economía preparo un informe sobre estas y otras cuestiones más amplias ("INDEC, la verdad") a presentarse en la legislatura (Navarro, 2011). Ese informe plantea que los vicios del viejo INDEC tenían vieja data, como parte de prácticas corruptas de venta de información y distorsión de la misma en beneficio de intereses privados, y que ese sería el caso de los tenedores de títulos públicos indexados por el CER (índice de actualización de valores al IPC) como bancos, operadores de Bolsa o consultoras, beneficiarios de la suba del IPC.
28 El CELS, fundado en 1979 y actualmente dirigido por Horacio Verbitsky, es una de los centros de investigación más comprometidos con los derechos humanos y el impulso crítico a la reforma kirchnerista. "La Campora" es la corriente más importante del kirchnerismo juvenil, impulsada precisamente por Máximo Kirchner (hijo de Néstor y Cristina), de la cual forma parte el Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino.
29 Las diferencias entre las cifra oficial y las de las Consultoras privadas son muy grandes, porque para el periodo 2007-2010 las primera dan un promedio de 8.1% anual, y Buenos Aires City (donde trabaja Graciela Bevacqua) un 22.1% (Buenos Aires City, 2011). Creemos la primera cifra subestima la inflación real, por una metodología improvisada y sesgada hacia la canasta de consumo de los barrios populares. Pero que, aprovechándose de ello, las consultoras privadas exageran aún mucho más en sentido contrario, que conducen a ver una supuesta reducción o caída del salario real que va contra toda la evidencia empírica disponible que dice lo contrario, como el aumento del consumo popular, el mayor peso del salario en los costos de las empresas o en el ingreso nacional. Aunque se trata de un indicador diferente pero relacionado, cabe decir que el índice de los precios mayoristas se elevó en 10.4% anual en el periodo señalado (CEPAL, 2011), que es algo mucho más cercano a 8% del INDEC nacional, que a 22% de Buenos Aires City o de cifras muy parecidas de otras consultoras privadas.
30 Mauricio Macri es el heredero de una de las principales fortunas de Argentina con formación casi exclusivamente empresarial, cuya ascendencia popular se originó en haber sido presidente de Boca Junior (Cerruti, 2010). Pero cuya incursión en la política, se dio en la época de mayor descomposición del viejo sistema de partidos, cuando se encontró con una amplia clase media acomodada en proceso de enriquecimiento por el auge económico, que buscaba un nuevo liderazgo antikirchnerista, contando con el amplio respaldo del establishment financiero, terrateniente y mediático. Dentro de ese proceso, y tras un muy mal gobierno de la ciudad capital del país, terminaría encontrándose en esa cruzada más adelante, nada menos que con Eduardo Duhalde (su más reciente compañero de ruta en la actualidad), como una parte muy importantes de la dispersa oposición a Cristina Kirchner y al FPV.
31 Alberto Cornblitt, el famoso biólogo y bioquímico molecular recientemente incorporado a la Academia de Ciencias de Estados Unidos, destaca en entrevista de Página 12, la importancia que los dos últimos gobiernos le vienen dando a la ciencia, que ha pasado a ser parte de la política de Estado. Menciona la relevancia que ha comenzado a tener la apertura de líneas de subsidios, la repatriación de investigadores jóvenes, la reactivación de la carrera del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que prácticamente se había cerrado, el aumento de la cantidad de becas o la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Sostiene que la ciencia no sólo debe ser transferida a las empresas privadas, sino directamente a la sociedad, como fue el caso del proyecto de ley de producción pública de medicamentos, que cuenta con media sanción de Diputados.
32 Aunque el proyecto gubernamental era correcto en teoría (porque compensaba las subidas de tasas de retención en épocas de alza de precios, con su baja en épocas de caída, y ayudaba a estabilizar el precio interno de los alimentos), no lo era políticamente, porque unificaba al campo en un único bloque opositor dirigido por los grandes terratenientes. Para haber sido políticamente viable cuando se planteo (en ascenso de precios), tendría que haber incluido medidas que dividieran al bloque rural, como tasas diferenciales para los distintos tipos de propietarios que separaran a los pequeños y medianos propietarios de los grandes. Sin embargo, la derrota en el frente agropecuario, dejó una gran experiencia, que fue la adopción de una nueva política para el campo en el sentido indicado impulsada por el nuevo ministro de agricultura, Julián Dominguez, desde 2009.
33 El triunfo del bloque rural rompió de hecho a la coalición gubernamental, alejando de la misma a los elementos menos comprometidos con el proyecto kirchnerista, como al vicepresidente Cobos, al gobernador Solá de la provincia de Buenos Aires o a otros gobernadores, legisladores y funcionarios. Pero también, en conjunción con los efectos posteriores de la crisis, redujo el apoyo de la población al gobierno (ver gráfica 2), provocando el triunfo de la oposición en las elecciones legislativas de 2009 en ambas cámaras del Congreso. Tal derrota, también alcanzó en la provincia de Buenos Aires a la lista encabezada por Nestor Kirchner, frente a la justicialista-macrista de derecha encabezada por el fuerte empresario De Narvaes aliado a Macri.
34 Sobre el manejo ineficiente de las AFJP por las exorbitantes comisiones percibidas y su exposición a inversiones financieras externas muy devaluadas por la crisis puede verse CENDA (2008). Dada la descapitalización de las AFJP y su total imposibilidad de cubrir los pagos a los jubilados y pensionados, el Estado tenía que intervenir haciéndose cargo de la mayor parte de ellos, a costas del erario público.
35 Los aspectos de la llamada La ley de medios que nos parecen más relevantes son: a) La división en tres partes iguales del espacio radiofónico entre la empresa privada, el Estado y las asociaciones civiles sin fines de lUCRo, para evitar el monopolio privado de un recurso limitado; b) La separación de la tv abierta de la tv por cable; c) El acceso universal de toda la población a los contenidos informáticos de interés público relevante como, por ejemplo, el futbol, los que tendrán que ser transmitidos por TV abierta d) Las limitaciones a una participación del capital extranjero no mayor de 35%; e) la obligación de las empresas a conceder mínimos de espacio a los contenidos culturales nacionales.
36 Entendemos por Sector Social (también Economía social o Tercer Sector) al conjunto de organizaciones económicas basadas en lazos de cooperación y beneficio común (cooperativas, mutuales) en lugar de las de rentabilidad individual. En Argentina es un sector amplio y de antigua data, que dio un gran salto durante la crisis de 2002-2002 y que, tras un descenso ulterior, volvió a crecer muy rápidamente con el patrocinio de los gobiernos kircheristas y el apoyo directo del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) dependiente del Ministerio de Desarrollo Social. Está conformado por cooperativas de producción y fábricas recuperadas, cooperativas de consumo, entidades comercializadoras y de crédito o micoemprendimientos familiares y locales, y también incluye grandes organizaciones como el Banco Cooperativo (séptimo del país por su tamaño) o las cooperativas rurales de acopio y exportación de granos.
37 El peso del financiamiento público y social en Argentina es muy grande, por la conjunción de banca pública y cooperativa (que controla cerca de la mitad de los depósitos y préstamos bancarios), inversión gubernamental y nuevo papel financiero de ANSES (cuya importancia fuera señalada), que tiene participación accionaria en las principales empresas industriales del país).
38 Este fenómeno también se da en Venezuela, México, Ecuador. Chile y Bolivia por la propiedad estatal del petróleo y el gas o el cobre, aunque en México ello solo sirve para financiar al Estado y eximir del pago de impuestos a la empresa privada y los sectores adinerados. La diferencia entre las retenciones argentinas y las empresas públicas exportadoras de Venezuela, Ecuador, Chile o Bolivia, es que la apropiación de la renta en el caso argentino se da por vía gravamen a una masa dispersa de productores, lo que implica por su mismo un conflicto social y político con ellos, que solo puede preservarse a partir de un gobierno dotado de una amplia base social y política.
39 La ley de Medios no afecta para nada a los contenidos de los mensajes. Por el contrario, Argentina también despenalizó las figuras de calumnia e injurias para todo caso de expresiones de tipo político, lo que significa que en país existe absoluta libertad de prensa.
Información sobre el autor
Alejandro Dabat: Es Investigador Titular C del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, 1961, cuenta con una Maestría en Economía por Facultad de Economía de la UNAM y una Doctorado en Economía, también por la UNAM. Tiene pride nivel D y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores nivel 3. Sus principales líneas de investigación son: Economía del conocimiento, Economía Internacional, Economía de la Tecnología y la Nueva inserción internacional de México. Desarrolla varios proyectos de investigación entre los que destacan: Globalización conocimiento y desarrollo desde la perspectiva mexicana; Estados Unidos, la crisis internacional y la perspectiva de la economía del conocimiento. Un enfoque desde la óptica mexicana; Dependencia industrial de los principales países de América Latina; Acumulación de capacidades tecnológicas entre empresas locales integradas a cadenas de producción globales. Es Tutor del Posgrado en Economía y Profesor del Posgrado en Economía, ambos de la UNAM.