Introducción
En este trabajo se analizan las causas de la emigración en Chiapas, y se examina la estructura productiva de la entidad. El objetivo central es aportar evidencia de que el reducido tamaño de la economía y la configuración del mercado laboral, caracterizado por altas tasas de informalidad, bajas tasas de trabajo asalariado y un creciente trabajo por cuenta propia o autoempleo, explican el éxodo de chiapanecos, primero a destinos cercanos, luego a entidades lejanas, de la Frontera Norte y posteriormente a Estados Unidos. El análisis consiste en enfatizar como una estructura productiva limitada como la de Chiapas ha resultado en un mercado de trabajo incapaz de absorber a toda la fuerza de trabajo disponible en los sectores formales de la economía; concentrando a un porcentaje importante de la Población Económicamente Activa (PEA) en sectores de baja productividad o en el autoempleo en el mercado informal.
De acuerdo con Kaldor (1967), en la industria, el crecimiento de la producción y el empleo están relacionados positivamente (Kaldor, 1967; citado por Ros, 2013). En este caso se encuentra que la debilidad de la producción industrial y del crecimiento en el sector ha provocado una absorción casi nula de la fuerza de trabajo disponible en sectores de alta productividad; y contribuye a un fuerte aumento de la participación del empleo en servicios de baja productividad (Ros, 2013). Bajo estas condiciones, en Chiapas, el autoempleo y la agricultura de subsistencia se han convertido en un refugio de esa mano de obra redundante, para usar la expresión de Lewis (1954). Sobre la migración, el argumento es que la absorción de mano de obra en el sector formal de la economía se agota cuando el esperado crecimiento económico no llega y la fuerza de trabajo es absorbida en los sectores de baja productividad, que a su vez, refuerzan la tendencia al estancamiento. Esto debido a que la absorción en esos sectores tampoco es ilimitada y por lo tanto el siguiente paso es el éxodo de población, primero a lugares cercanos y después a otros destinos lejanos que atraviesan la frontera; y que dan lugar a la creación de redes que alimentan el fenómeno migratorio de la entidad.
Para alcanzar el objetivo central del trabajo, en el primer apartado se analiza la estructura productiva de Chiapas; examinando en qué medida el desempeño económico ha determinado los niveles de ocupación en la entidad. Aunado, en el siguiente apartado, se estudia al mercado laboral y la creciente informalidad; comprobando la existencia de una relación causal entre el tipo de unidades económicas y la creciente informalidad. Se destaca la concentración de la pea en actividades del sector primario, construcción y comercio. Finalmente, se examinan los flujos migratorios de chiapanecos a los Estados Unidos, a nivel estatal y regional; dando cuenta de la intensidad migratoria y los flujos acumulados en el país. Con esto último se evidencia la importancia que ha adquirido la migración de chiapanecos a nivel internacional.
I. Estructura productiva de la entidad
La economía chiapaneca atraviesa por una severa crisis de tipo estructural con niveles de producción por debajo de la media nacional, pues aportan menos de 2% al producto interno bruto (PIB) de México. En el 2012 su participación fue de solo 1.8 puntos porcentuales, mientras que entidades como el Distrito Federal y el Estado de México aportaron más de 25%. Por sectores productivos, la participación de la entidad en el PIB total fue de 4.4% en actividades primarias; mientras que en el sector secundario su contribución fue de 1.6%1 y en el terciario de 1.8. Con estos datos se demuestra la irrelevante participación de la economía chiapaneca en el contexto nacional.
La participación del sector terciario oscila entre los 58 y 60 puntos porcentuales al interior de la entidad teniendo una contribución reducida en el ámbito nacional con sólo 1.8%. Las actividades terciarias en la entidad son irrelevantes y de baja productividad. Según datos que muestra Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Chiapas, las actividades económicas más importantes son las relacionadas con los servicios financieros, seguros y actividades inmobiliarias y de alquiler; y servicios sociales, comunales y personales. Cabe destacar que los servicios financieros son de poca importancia por el tamaño y tipo de capital que se mueve. En cuanto a las actividades industriales encontramos que el sector industrial manufacturero chiapaneco no figura en el PIB nacional; debido a que en el 2012 reportó una participación de 0.9%. En este sentido cabe señalar la reducida estructura productiva de la entidad caracterizada por una incipiente industrialización y la usencia de un eslabonamiento intersectorial y de economías de escala.
Respecto al PIB per cápita, existen trabajos que evidencian el rezago de la entidad respecto al resto de México. De acuerdo con López y Arrazola (2012), en la década de 1980 la riqueza promedio de los chiapanecos llegó a representar apenas dos tercios del resto del promedio respecto al resto del país, a pesar de ser éste el periodo de mayor estabilidad para la entidad desde el siglo xix. En la actualidad, y de acuerdo al informe de Evolución y Prospección del PIB regional y estatal de México, 2005-2014; el escaso dinamismo de Chiapas, Guerrero y Oaxaca limita el crecimiento del PIB per cápita de la región sur-sureste, debido a los grandes problemas estructurales que arrastran en materia de educación y empleo. En 2010, Chiapas ocupó el último lugar en el ranking de ingresos por población respecto al resto de las entidades, mientras que en 2012 la producción per cápita representó 42.5% del promedio nacional.
La incipiente industrialización en la estructura productiva de la entidad incide en la concentración y permanencia de la pea en el sector primario desde la década de 1980 hasta la actualidad. De acuerdo a los datos proporcionados por los Censos de Población y Vivienda, 57.4% en 1980, 58.3% en 1990, 47.3% en 2000 y 42.8% de la pea en 2010 se ocupó en actividades agropecuarias. Mientras que en el sector secundario la distribución fue de 6.3% en 1980, 11.1 en 1990, 13.2 en 2000 y 13.5% en 2010. Estos datos contrastan con los del sector terciario donde la distribución fue de la siguiente manera: 13.1% en 1980, de 27.4% en 1990, de 37.3% en 2000 y de 42.9% en 2010. Los datos de 2013, de acuerdo a la ENOE en el segundo semestre, señalan que durante ese período, 39.3% de la población trabajó en actividades del sector agropecuario, 13.9% en el secundario y 46.5% en el terciario; ubicando sólo a 7.4% en la industria manufacturera.
Según los datos anteriores, en 2013, el sector terciario ha desplazado al sector primario, desplazamiento que había iniciado con los datos del Censo de 2010. Sin embargo cabe señalar que dentro del sector terciario es el comercio quien emplea a 16.5% de la pea total de Chiapas, por rama de actividad económica sólo se encontraría detrás del agropecuario. Esto es, que se trata de actividades propias del sector servicio poco calificadas y con bajos niveles de productividad. En el sector primario lo que se observa es una especialización no exitosa de las actividades agrícolas; considerando que la producción se concentra básicamente en tres cultivos: maíz, frijol y café, con bajos niveles de productividad. La falta de inversión, tecnología y modernización en las técnicas de producción son un elemento central del bajo dinamismo de la economía chiapaneca.
La actividad agrícola en la entidad no es intensiva en capital y técnica. Los medios de producción son mínimos y simples. El censo agrícola y ganadero del 2007 revela que del total de las unidades de producción con actividad agrícola 82.7% solo utiliza herramientas manuales y, en algunos casos, animales de tracción en la producción agrícola. Los datos del censo también reflejan que el uso del tractor es marginal, siendo ocupado sólo por 11 unidades de producción que además reportaron no ser propietarias de la máquina de tracción. Respecto al uso de fertilizantes, semillas mejoradas, abonos, herbicidas e insecticidas aplicados en las labores agrícolas, se encontró que sólo 10% hace uso de estos (INEGI, 2007). Es importante aclarar que los efectos de estas técnicas aplicadas a la producción agrícola se encuentran limitados por la extensión agrícola, el desgaste ecológico y sobre todo por el difícil acceso a créditos productivos. En relación al territorio nacional el uso de esta tecnología resulta ser insignificante en comparación con aquellas regiones del norte del país donde existen mayores niveles de productividad agrícola.
El desempeño económico de Chiapas ha determinado al mercado laboral en la entidad; caracterizado por un excedente estructural de fuerza de trabajo, altos niveles de desempleo, baja tasa de trabajo asalariado y una creciente informalidad. En el siguiente apartado se aborda a detalle las condiciones del mercado laboral chiapaneco; hilando el argumento central de este artículo hacia la migración. Se puede afirmar, para el caso de Chiapas, la inexistencia del mercado de trabajo, pero no en el sentido de Noriega (2001); sino por la escasa oferta de puestos de trabajo; debido a que la demanda efectiva es en exceso reducida. La oferta de puestos de trabajo es reducida y da como resultado una masa salarial insignificante, que a su vez, es resultado de una baja tasa de trabajo asalariado y del tamaño omnipresente de la economía informal. En Chiapas, la economía informal se alimenta de la escasa demanda efectiva de bienes y servicios provocando bajos niveles de inversión productiva, escasa demanda de fuerza de trabajo; y por tanto, alimentan el círculo vicioso de la informalidad.
II. Mercado laboral y creciente informalidad
El dinamismo de la economía chiapaneca no ha podido responder a la oferta de fuerza de trabajo disponible en la entidad. López y Arrazola (2012) señalan una creciente presión de la pea sobre un mercado de trabajo débilmente estructurado; a continuación se analiza una serie de indicadores que van más allá de las tasas de ocupación enunciadas por INEGI. Se destaca la persistencia de una estructura productiva limitada con una fuerte concentración de la pea en el sector primario. La Tabla 1, muestra la distribución de la pea ocupada según condición de empleo. De acuerdo a los datos, en Chiapas menos de la mitad de los ocupados son asalariados con 44%, mientras que 37% son trabajadores por cuenta propia. Esto es, más de 50% de la fuerza de trabajo disponible no está siendo absorbida por la estructura productiva de la entidad y, por tanto, se trata de personas que están generando su propia fuente de trabajo, principalmente en el sector servicios y en la agricultura de autosubsistencia. El autoempleo explica que los datos oficiales hagan referencia a una tasa de ocupación de 96% en la entidad.2
Concepto | |
Población Total | 5144799 |
Población en edad de trabajar | 0.68 |
Población económicamente Activa | 0.56 |
Ocupados | 0.96 |
Asalariados | 0.44 |
Trabajadores por cuenta propia | 0.37 |
Empleadores | 0.05 |
Sin pago y otros | 0.14 |
Fuente: elaboración propia con datos de la ENOE 2013.
En la Figura 1, se muestra la distribución de la pea ocupada por actividad económica destacando una mayor concentración en el sector primario con 40.5% y una escasa absorción en la industria manufacturera 0.4%. El comercio y otros servicios son las otras dos actividades con mayor captación de fuerza de trabajo, con 16 y 21.3 puntos porcentuales.
La configuración del mercado laboral responde a la estructura productiva y al escaso dinamismo económico de la entidad. En este sentido se muestran datos provenientes del último censo económico que explican en gran medida la demanda de fuerza de trabajo por parte de los agentes productivos. Cabe señalar que la usencia de las unidades económicas provenientes del sector primario se debe a que en el censo económico no se incluye información relevante al respecto. Sin embargo, a partir de los datos se observa que la participación de Chiapas en la economía nacional es marginal en cuanto a la actividad industrial, representando apenas 3.5% del total de las unidades económicas registradas en México. Los resultados por actividad económica son determinantes en la demanda de fuerza de trabajo en la entidad. El comercio y la construcción son las actividades económicas con mayor número de unidades económicas en la entidad y con menor número de empleados. Esto se explica por el tipo de unidad económica en cuanto a tamaño de capital y volumen de ventas. El comercio en la entidad es una actividad poco calificada conformada principalmente por minoristas. En el caso de los servicios pasa algo similar.
Al observar los datos de la industria manufacturera se hacen latentes dos aspectos de relevancia. El primero, que su participación es marginal, y el segundo, que se trata de unidades económicas poco relevantes en cuanto a su tipo de producción. Se trata de una industria poco tecnificada y especializada. Del total de las unidades económicas dedicadas a las manufacturas, la principal es la dedicada a la industria alimentaria con 36.5 puntos porcentuales, le siguen la fabricación de productos metálicos con 15.6% y la fabricación de muebles, colchones y persianas con 10.0%. El resto se compone de otras industrias de menor impacto. De las unidades dedicadas al comercio, tercera actividad en importancia en la economía estatal, tenemos que más de 50% de las unidades contabilizadas se refiere a pequeños negocios de abarrotes, alimentos, bebidas, hielo y tabaco.
Medir la productividad es necesario para el análisis de la configuración del mercado laboral chiapaneco. De acuerdo con Hernández (2005), la productividad se mide a nivel de producto específico por unidad de insumo (horas hombre ocupado). En este sentido, es que se hace referencia a los niveles de productividad a través del valor agregado por hombre ocupado en las principales actividades económicas. En los resultados destaca nuevamente que las actividades con menor número de unidades económicas en Chiapas sean las de mayor valor agregado por hombre ocupado. Por ejemplo la industria de manufacturas. De acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en 2012 el coeficiente de productividad de la entidad fue de 50 puntos porcentuales por debajo de la productividad medida a nivel nacional.3
Otra característica de las condiciones del trabajo en la entidad son los bajos niveles salariales. En el 2000, 22.46% de la pea Ocupada no percibía ingresos y 33.11% sólo recibía hasta 1 salario mínimo. Las actividades con menores salarios son las procedentes del sector primario, las relativas a la construcción y al comercio, actividades que paradójicamente son las que emplean al grueso de los chiapanecos. La Tabla 2 contiene datos para el 2013. Se observa que la media de las remuneraciones en la entidad está por debajo de los 2 salarios mínimos, 74.3% se encontraría entre los que no reciben ingresos, que tienen menos de un salario mínimo o de 1 a 2, que es la población ocupada que se puede considerar pobre. Estos datos explican la reducida demanda agregada de la entidad.
Actividad | Unidades Económicas (UE) | Personal Ocupado por UE |
Manufacturas | 10.57 | 3.5 |
Construcción | 0.48 | 26.07 |
Comercio | 54.59 | 2.48 |
Servicios | 33.24 | 3.23 |
Transportes, correos y almacenamiento | 0.49 | 18.62 |
Servicios relacionados con la agricultura y ganadería | 0.01 | 11.25 |
Electricidad, agua y gas | 0.09 | 35.1 |
Minería | 0.06 | 76.79 |
Chiapas | 100.00 | 3.17 |
Fuente: elaboración propia con datos del Censo Económico 2009.
Actividad | Valor agregado bruto por persona (miles de pesos) |
Manufacturas | 354 |
Construcción | 137 |
Comercio | 69 |
Servicios | 60 |
Transportes, correos y almacenamiento | 80 |
Servicios relacionados con la agricultura y ganadería | 7 |
Electricidad, agua y gas | 4741 |
Minería | 16016 |
Chiapas | 370 |
Fuente: elaboración propia con datos del Censo Económico 2009.
No recibe ingresos | 14.90 |
Menos de 1 S. M. | 35.90 |
De 1 a 2 S. M. | 23.50 |
Más de 2a 5 S. M. | 20.90 |
Más de 5 a 10 S. M. | 3.60 |
Más de 10 S. M. | 0.80 |
No especifico | 0.50 |
Fuente: elaboración propia con datos de la ENOE 2013.
Como resultado de lo anterior tenemos que la creación de empleos se encuentra limitada por el escaso dinamismo de la economía chiapaneca y por la escala reducida de las unidades económicas que la conforman. Esto es, ante una estructura productiva limitada, el comercio formal e informal ha sido el resultado de un excedente de fuerza de trabajo en relación con la creación de empleos. De acuerdo a los datos de la ENOE (2013) se observa que la tasa de informalidad en el mercado laboral chiapaneco es 20 puntos porcentuales por arriba de la nacional. En esta tasa de informalidad se incluye a los trabajadores que no cuentan con seguridad social.
En la literatura se menciona la existencia de una relación inversamente proporcional entre el grado de escolaridad y la tasa de informalidad. Esto es que a menor grado de escolaridad se esperan mayores tasas de informalidad. En el caso se de Chiapas esta relación se hace evidente, mencionando que 11% de la pea ocupada no ha recibido instrucción escolar alguna y 41% apenas cuenta con estudios hasta nivel primaria. Cabe mencionar que el grado de escolaridad no es el único aspecto que explica la creciente informalidad en la entidad; debido a que existen otros factores de mayor peso como la falta de inversión productiva y el mismo estancamiento de la economía que excluye a cientos de chiapanecos del mercado laboral formal aun en otras entidades del país.
Total | 100 |
Sin instrucción | 11 |
Primaria | 41 |
Secundaria y media superior | 36 |
Superior | 12 |
No especifico | 0 |
Fuente: elaboración propia con datos de la ENOE 2013.
Finalmente, en el caso de Chiapas existe una relación causal entre el tipo de unidades económicas y la creciente informalidad, debido a la concentración de la pea en actividades del sector primario, construcción y comercio. Como menciona Hernández (2000), la informalidad del mercado laboral repercute en bajos niveles de productividad y de salarios. Sin embargo, la relación de causalidad se establece a partir de que es informal la economía chiapaneca porque es menos productiva y no al revés.
Es decir, las empresas informales se ubican en sectores o subsectores, comercio y servicios, donde las economías de escala están ausentes; permitiéndoles resistir a la competencia de empresas más grandes, o donde los requerimientos de capital son muy pequeños. Es por ello que en el 2013, 80% de la actividad económica se concentró en la informalidad mostrando una tendencia creciente desde el 2005.
De acuerdo a los datos concentrados en la matriz de informalidad del segundo trimestre del 2013, es notorio el hecho de que el mayor empleador formal sea el Estado mismo. En la Tabla 6 se observa que en el sector agropecuario 92% del empleo es informal, lo mismo en el trabajo doméstico con 98%. Empresas, gobierno e instituciones generan 91.15% del trabajo formal de toda la entidad.
Unidad económica empleadora | Trabajadores subordinados y remunerados | Empleadores | Trabajadores por cuenta propia | Trabajadores no remunerados3 | ||||||
Asalariados | Con percepciones no salariales2 | |||||||||
Informal | Formal | Informal | Formal | Informal | Formal | Informal | Formal | Informal | Formal | |
Sector informal | 19 | _ | 26 | 0 | 100 | 0 | 40 | 0 | 18 | _ |
Trabajo doméstico remunerado | 14 | 0.05 | 6 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | _ |
Empresas, Gobierno e Instituciones4 | 37 | 98.39 | 65 | 100 | 0 | 50 | 0 | 100 | 13 | _ |
Ámbito agropecuario | 30 | 1.56 | 3 | 0 | 0 | 50 | 60 | 0 | 69 | _ |
Subtotal | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | _ |
Total | 804 614 | 59 681 | 96 494 | 694 396 | 262 051 |
Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2013), Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo. Informalidad laboral. Matriz Hussmanns.
Una vez presentado el examen de la estructura productiva de la entidad se analizan los flujos migratorios de chiapanecos a Estados Unidos como la alternativa a un mercado laboral formal casi inexistente y por tanto expulsor de fuerza de trabajo. La tesis central es que la migración actual de chiapanecos se explica por la existencia de una estructura productiva limitada que hasta en el ámbito informal está siendo rebasada.
III. La migración de chiapanecos a los Estados Unidos de América: una visión desde la EMIF norte
Chiapas es un estado con una histórica dinámica migratoria con procesos de intensa migración intra-estatal e interestatal. Los chiapanecos se han enfrentado a migraciones forzadas explicadas por: el sistema de enganche, conflictos políticos y los procesos de colonización de la selva lacandona. Asimismo, ha sido el escenario de flujos de migración interestatal; albergando a inmigrantes, refugiados guatemaltecos, inmigrantes definitivos y transmigrantes centroamericanos y de otros países (Betancourt, 1997; Burguete, 2007 y Pérez, 2008). En términos de los flujos migratorios internacionales la entidad ha sido lugar de tránsito y de destino, pero a partir del tercer milenio también se ha convertido en lugar de expulsión y a partir de la crisis de 2008 de retorno.
La emigración de los chiapanecos ha sido paulatina y escalonada transitando de la emigración interregional o intraestatal, interestatal a la internacional. La migración internacional es multicausal y en el caso de Chiapas explicada por periodos relativamente prolongados de bajas tasas de crecimiento del PIB, retroceso del PIB per cápita, incremento de la población económicamente activa (PEA), escasa generación de empleos formales, bajas tasas salariales e incremento de la economía informal. De acuerdo con López y Arrazola (2014), todos estos fenómenos se han conjugado en la entidad produciendo flujos de migración internacional importantes. El grado de informalidad de la economía, que de acuerdo a la nueva metodología de la Organización Internacional del Trabajo y recientemente adoptada por el INEGI, es considerablemente alta con 80%. Esto es, que la migración actual es explicada casi en su totalidad por las altas tasas de informalidad donde de cada 10 chiapanecos en el mercado de trabajo solo dos son formales.4
En este sentido, consideramos que el modelo que Lewis publicó en 1954 y que se convirtió pronto en una pieza clave de la teoría del desarrollo es aplicable en buena medida a lo que ha sucedido en Chiapas. Lewis (1973) distinguía en las economías subdesarrolladas entre un sector capitalista y uno de subsistencia. En el sector capitalista se “utiliza capital reproducible y paga a los capitalistas por el uso de éste”, mientras que el sector de subsistencia es “toda aquella parte de la economía que no utiliza capital reproducible”. Consecuentemente en las economías atrasadas hay profundos desequilibrios, “excesiva inversión en algunas partes y subinversión en otras”, y se caracterizan por “fragmentos fuertemente desarrollados, rodeados por la oscuridad económica”.
El modelo de A. Lewis también se puede tomar como base teórica para analizar el efecto de la apertura económica sobre las economías dualistas, es decir, esas economías en vía de desarrollo caracterizadas por un sector competitivo capitalista, y otro sector “de subsistencia” con muy bajos índices de productividad e ingresos. Lewis mostró la tendencia a la divergencia entre los dos sectores cuando la economía se abre al comercio, y aclaró el origen de las fuerzas que explican este fenómeno. La economía mexicana en un claro ejemplo de economía dual que en pocos años se ha abierto abruptamente al intercambio comercial y financiero. En el estado de Chiapas prevalece netamente el sector no capitalista, con bajos niveles de productividad, escaso volumen de trabajo asalariado, o por cuenta propia y las altas tasas de informalidad. Respecto al sector capitalista, incipiente, ha sido afectado por el modelo económico aplicado en los últimos años; dando como resultado una expansión del sector de subsistencia. Esto es, la migración es resultado de una estructura productiva limitada y raquítica incapaz de absorber a toda la fuerza de trabajo disponible. Actualmente, la población ya no sólo migra regionalmente o a entidades vecinas, sino a Estados Unidos.
En otras palabras, los altos niveles de informalidad, la baja tasa de trabajo asalariado, el excesivo trabajo por cuenta propia y los altos niveles de ocupación, son productos de subdesarrollo y no al revés (Ros, 2013). No puede ser de otra forma cuando la economía no crece, no hay inversión y no se genera empleo formal. Esos indicadores son resultados, no causa, de que la economía de Chiapas no crezca. Cuando esas válvulas de escape ya no son suficientes, están saturadas o se ha perdido capacidad para absorber a los nuevos entrantes a los mercados de trabajo que no tienen empleo en el reducido sector formal de la economía chiapaneca se tiene que drenar esa fuerza de trabajo para afuera y eso es lo que ha ocurrido en los últimos años.
Los chiapanecos han efectuado una especie de escalamiento migratorio; comenzando a migrar a estados limítrofes o de relativa cercanía estatal, posteriormente a estados de la frontera norte del país, principalmente Baja California y en menor medida a Chihuahua y Tamaulipas, hasta finalmente migrar a Estados Unidos. En este proceso se han ido construyendo paulatinamente redes hacia el norte de México y al vecino país, las cuales han facilitado los flujos migratorios constantes y crecientes desde inicios de esta década (Nájera y López, 2012 y López y Arrazola, 2013), Durand (2007) y Anguiano y Trejo (2007; 49 y 50). Chiapas forma parte de la llamada región emergente de emigración informal, denominada así porque sus aportaciones significativas al flujo migratorio internacional datan de los últimos 15 años.
Desde hace más de tres lustros en la frontera norte de México, el Colegio de la Frontera Norte, el Consejo Nacional de Población, el Instituto Nacional de Migración, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social y la Secretaría de Relaciones Exteriores, realizan el levantamiento de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México “EMIF norte”. Dicha encuesta logra captar la dinámica, magnitud y características de los flujos migratorios laborales de mexicanos con destino a la Frontera Norte de México y a Estados Unidos. La EMIF norte identifica a cuatro poblaciones objetivo: flujo procedente del sur de México -con dos destinos: frontera norte de México o Estados Unidos-; flujo procedente de la frontera norte de México, flujo procedente de Estados Unidos y flujo de migrantes devueltos por las autoridades migratorias norteamericanas. Cada población objetivo se traduce en un cuestionario independiente que es aplicado en las localidades mexicanas fronterizas de mayor flujo de migrantes: Tijuana y Mexicali, Baja California; Nogales, Altar y Agua Prieta, Sonora; Ciudad Juárez, Piedras Negras y Ciudad Acuña, Coahuila; Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros, Tamaulipas (Nájera y López, 2012).
Cada cuestionario logra captar a las personas que pasan por puntos específicos como centrales de autobuses, puentes internacionales, garitas y salas de entrega de equipaje en los aeropuertos, previamente identificados como los de mayor flujo de personas. Sin embargo, para ser población migrante deben cumplir con los requisitos de ser mayores de 14 años, que no hayan nacido en Estados Unidos, que no residan en la localidad de entrevista y que tengan como motivo trabajar, buscar trabajo, cambiar de residencia o permanecer más de un mes en la frontera norte o en Estados Unidos -para el caso de los procedentes del sur-, o que hayan estado residiendo en la zona fronteriza estadounidense por alguna razón laboral -para el caso de los procedentes del norte o de Estados Unidos-, o que hayan sido devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses. Es así, que por medio de los cuestionarios aplicados se logran captar las características sociodemográficas, migratorias y laborales -en el lugar de origen y de destino- de los cientos y miles de migrantes mexicanos que arriban a la frontera norte del país (Nájera y López, 2012). La metodología de la EMIF norte no sólo permite caracterizar a estos migrantes, sino también hacer estimaciones de su volumen, razón por la cual ha sido una de las principales fuentes de información estadística en este trabajo.
Para el estudio de los mexicanos con destino a Estados Unidos se puede hacer uso de dos flujos, aquella población captada en el flujo de migrantes procedentes del sur de México y con destino a ese país y aquellos del flujo de migrantes devueltos por las autoridades migratorias estadounidenses. Sin embargo, debido a que los emigrantes mexicanos que fueron detenidos en territorio norteamericano y posteriormente devueltos a México se les ha coartado su deseo de permanecer en dicho territorio, y a que la mayoría fueron detenidos en los primeros días de haber cruzado, se optó por trabajar con flujo de migrantes procedentes del sur, dentro del cual es probable que una parte de esta población al cruzar a territorio estadounidense sea detenida y devuelta a territorio mexicano, sin embargo habrá otra parte -la mayor- que logre permanecer en el vecino país del norte .
La población captada en el flujo de migrantes procedentes del sur se refiere a las “personas mayores de catorce años, no nacidas en Estados Unidos, que llegan a alguna de las ciudades de muestreo por zonas y puntos de muestreo, no residentes en esa ciudad fronteriza o en Estados Unidos, cuya estancia se debe a motivos laborales, cambio de residencia, o por encontrarse en tránsito hacia el vecino país del norte; o bien, por razones de estudio, paseo o visita a familiares o amigos, sin fecha comprometida para regresar a su lugar de origen” (COLEF et al., 2007). Este flujo está compuesto básicamente de dos subgrupos, aquellos que tienen como destino final la frontera norte de México y los que se dirigen a Estados Unidos (Nájera y López, 2012).
Es así que para la presente investigación la población seleccionada se refiere a la población de 14 años o más, nacidas en México y residente en Chiapas, que no vive en la ciudad de la entrevista y cuyo desplazamiento a la frontera norte tuvo como motivo cruzar a Estados Unidos, por motivos laborales, cambio de residencia u otra razón para la cual no declaró fecha fija de regreso a su lugar de residencia habitual. En tanto que la EMIF norte es una encuesta que inició su levantamiento en 1993 y se ha mantenido de manera continua hasta el día de hoy, se hizo una revisión de la población seleccionada desde 1995 hasta el 2012, como se puede apreciar en la Tabla 3, desde el primer año se detecta la presencia de emigrantes chiapanecos con destino a Estados Unidos, aun cuando la intensidad de los desplazamientos era mínima y ocupaba los últimos lugares del país.
La Tabla 7 nos permite apreciar que la población chiapaneca logró superar los tradicionales obstáculos para la migración hacia Estados Unidos como la falta de redes sociales, altos costos de traslado y pobreza extrema, entre otros. Es por ello que hoy día Chiapas forma parte la denominada “zona emergente” de la emigración internacional, con aportaciones significativas al flujo migratorio de mexicanos rumbo a aquel país (Nájera y López, 2012). Quizá influyeron los programas gubernamentales y el incremento del gasto público, pues “los municipios rurales de la región sur tienen una relación positiva entre gasto público e intensidad migratoria, lo cual sugiere la aplicación de:
la trampa de la pobreza en lugares donde tal vez los recursos públicos están aportando la riqueza mínima para iniciar el primer movimiento de salida (Unger, 2006; 266, citado por Novelo, 2007).
1995 | 2000 | 2002 | 2006 | 2012 | |
Desplazamientos migratorios al norte | |||||
Total | 1 152 525 | 1 486 857 | 1 647 733 | 1 645 228 | 711 624 |
Con destino a la FN de México | 737 471 | 1 032 150 | 919 214 | 829 659 | 435 478 |
% de origen chiapaneco | 0.47 | 4.16 | 2.33 | 2.62 | 1.4 |
Lugar que ocupa a nivel nacional | 26 | 12 | 17 | 15 | 18 |
Con destino a Estados Unidos | 415 054 | 454 707 | 728 519 | 815 569 | 276 146 |
% de origen chiapaneco | 0.59 | 0.76 | 4.98 | 14.53 | 13.64 |
Lugar que ocupa a nivel nacional | 27 | 24 | 7 | 1 | 1 |
Desplazamientos de chiapanecos a la frontera norte de México | |||||
Total | 5 936 | 46 406 | 57 765 | 140 234 | 43 754 |
% a nivel nacional | 0.52 | 3.12 | 3.51 | 8.52 | 6.15 |
Con destino a la FN de México | 3 502 | 42 960 | 21 458 | 21 724 | 6 088 |
% dentro del flujo de chiapanecos | 59 | 92.6 | 37.15 | 15.49 | 13.91 |
Con destino a Estados Unidos | 2 434 | 3 446 | 36 307 | 118 510 | 37 666 |
% dentro del flujo de Chiapanecos | 41 | 7.4 | 62.85 | 84.51 | 86.09 |
Fuente: elaboración propia con base en la EMIF Norte.
De acuerdo con Canales (2002), la cuestión migratoria en la década de 1990 estuvo estructuralmente ligada a los procesos de globalización y transformación productiva que ha impuesto la era de la información. Por lo mismo, la migración internacional no implica únicamente un problema de “oferta” de mano de obra, sino muy especialmente de estructura y dinámica de la “demanda” de fuerza de trabajo. Digamos que a nivel de los puestos ofrecidos en las empresas se está dando una transformación productiva que tiende a la polarización y dualización. Junto a cargos de alta remuneración (high tech) se abren espacios para áreas de trabajo de baja calificación, desregulados, con base en subcontratistas y diversas formas de precariedad; es ahí, justamente, donde se insertan los emigrantes laborales chiapanecos (López, Sovilla y Escobar, 2010). Es por ello que la migración tiene que ver con el ciclo económico estadounidense, como se ha demostrado en diferentes trabajos (Arrazola y López, 2012; Mendoza, 2011). Sin embargo, en un primer momento la emigración de los chiapanecos parece contradecir esta tendencia, pues inició de manera significativa en 2001-2002 cuando la economía de Estados Unidos no pasaba por su mejor momento y enfrentaba una recesión. En la recesión de 2008-2009 se dio una caída sin precedentes de los flujos migratorios de chiapanecos, que inició prácticamente en 2006-2007 debido a que comenzaba a hacerse evidente la crisis del sector inmobiliario y en la industria de la construcción; principales sectores de ocupación para los chiapanecos en Estados Unidos.5 De 2007 a 2008 el número de desempleados hispanos, nacidos fuera de Estados Unidos, subió de 5.1 a 8.0% a nivel nacional, y el de hispanos nacidos en Estados Unidos fue de 6.7 a 9.5 puntos porcentuales. El de la población general fue de 4.6 a 6.6%, como vemos mucho menor (Kochhar 2009:3; citado por Paris, Furlong y Álvarez, 2010).
De acuerdo a Mendoza (2011), a pesar de la caída de los flujos y la significativa inmigración (retorno), la emigración de los chiapanecos sigue siendo más importante que el retorno y por eso tienen un saldo neto migratorio favorable. El descenso de los flujos de Chiapanecos que registra la EMIF a partir de 2006-2007, ocurrió antes de que se considerara oficialmente que la economía de Estados Unidos estaba en recesión.
Emigración | Inmigración | Saldo | |||
Estado | Otro país | % | Otro país | % | |
Chiapas | 27683 | 3 | 15792 | 2.8 | 11891 |
Resto de México | 921615 | 97 | 620901 | 97.2 | 312605 |
Fuente: elaboración con base en Mendoza, 2011, con datos de la ENOE.
De acuerdo a la EMIF-Norte, los migrantes chiapanecos han pasado de tan sólo 2 434 desplazamientos migratorios en 1995, a 4 472 en 2001, a poco más de 36 mil en 2002, 118 mil 510 a partir del 2006, 105 419 en 2007, 83 293 en 2008, 37 666 en 2012; lo que significa pasar de representar sólo 0.6% de los migrantes dentro del flujo de procedentes del sur con destino a Estados Unidos a 14.5% en 2006, 12.3% en 2007, 11.13% en 2008 y 13.6% en 2012; convirtiéndose así en la entidad que presenta el mayor porcentaje de población con destino al vecino país del norte en 2006, 2008 y 2012, la segunda en 2007, la cuarta de 2009 a 2011 y la primera de nuevo en 2012. En el periodo de 2000 a 2012, Chiapas ha ocupado el tercer lugar en desplazamientos acumulados, solo superado por Guanajuato y Michoacán. Sin embargo, hay que considerar que en términos absolutos la migración de mexicanos a Estados Unidos comienza a disminuir a partir de 2008. México alcanza la cima en 2007 con 855 684 desplazamientos, mientras que Chiapas alcanza su cima en 2006 con 118 510 desplazamientos.
Los resultados del análisis de micro datos de la EMIF-Norte muestran que en promedio las regiones de donde proviene la mayoría de las personas que intentan cruzar hacia Estados Unidos son: Soconusco, Centro, Fronteriza, Altos y Sierra durante el periodo 1995, 1999-2009 (Arrazola y López, 2012). Estos resultados pueden ser útiles cuando se estudia las redes sociales; considerando que con el tiempo el flujo de personas ayuda a la formación de nuevas redes reduciendo los costos para futuros migrantes (Mckenzie y Rapoport, 2006).
Otro aspecto importante a mencionar es que la participación en el flujo de migrantes hacia Estados Unidos se ha distribuido por regiones, dado que hay zonas emergentes como la fronteriza, que ha intensificado la migración internacional, esto pese a que en 1995 no participaba en el flujo, y ocupó el tercer lugar en términos acumulados en el periodo de 1995, 1999-2012 (Figura). La región fronteriza es la que ha expulsado mayor población hacia Estados Unidos, en 2012, superó a todas las regiones de Chiapas, participando con 28.89% del flujo total; es decir, 1 de cada 3 migrantes chiapanecos proviene de la región fronteriza de acuerdo a los datos de la EMIF-Norte. Si se agrupa en orden de importancia los flujos acumulados, las regiones son: Soconusco, Centro, Fronteriza, Altos, Sierra, Selva, Norte, Istmo-costa, y por último, La Frailesca. Sin embargo, si relativizamos la región con respecto a la población total de Chiapas, el orden puede variar. Aquí queremos dejar claro nada más, por el momento, cómo se han comportado los flujos acumulados en términos absolutos (desplazamientos), como en términos relativos (porcentaje de las regiones con respecto al total de migrantes chiapanecos).
La Tabla 9 muestra los resultados de la intensidad migratoria relativa en Chiapas, las regiones donde se puede apreciar mayor intensidad en el fenómeno migratorio son: Soconusco, Sierra y Altos. Las tres regiones en el conjunto representan 34% de la población en el estado de Chiapas para el 2000. Sin embargo en el 2010, la región con mayor intensidad migratoria es la región Sierra, Altos y Soconusco, respectivamente, cabe mencionar que para ese año las regiones que más contribuyeron en el flujo de chiapanecos hacia Estados Unidos fueron: Soconusco, Sierra, Centro y Altos (López y Arrazola, 2013).
Región | 2000 | 2010 | ||||
Población | Flujo1 | Intensidad relativa2 | Población | Flujo | Intensidad relativa | |
Centro | 924 052 | 6 275 | 0.68 | 1 166 098 | 4 979 | 0.43 |
Altos | 454 647 | 5 014 | 1.1 | 615 314 | 9 379 | 1.52 |
Fronteriza | 389 294 | 1 308 | 0.34 | 501 923 | 4 344 | 0.87 |
Frailesca | 220 316 | 221 | 0.1 | 250 465 | 2 381 | 0.95 |
Norte | 312 868 | 1 574 | 0.5 | 379 744 | 2 742 | 0.72 |
Selva | 493 618 | 453 | 0.09 | 707 575 | 4 391 | 0.62 |
Sierra | 167 454 | 2 021 | 1.21 | 191 820 | 6 446 | 3.36 |
Soconusco | 660 512 | 11 488 | 1.74 | 754 038 | 9 810 | 1.3 |
Istmo-Costa | 162 531 | 525 | 0.32 | 174 541 | 1 130 | 0.65 |
Chiapas | 3 785 292 | 28 878 | 0.76 | 4 741 518 | 45 602 | 0.96 |
Fuente: elaboración propia con base a datos de la EMIF-Norte y Censos de Población y Vivienda, INEGI. Nota: 1/el flujo representa los movimientos de personas hacia la frontera norte para cada año. 2/ es la división del flujo entre la población por cien.
Es decir, las regiones que más han expulsado población en relación al tamaño de su población son Soconusco, Sierra y Altos, que como se puede ver eran parte del sistema finca-milpa que fue fuertemente afectado por la desregulación de la economía y el TLCAN, como ha demostrado Rus (2013).
Conclusiones
La migración no es un fenómeno nuevo en Chiapas como también no lo son las causas que han impulsado a miles de chiapanecos a salir del país. Desde la década de 1980, la entidad es uno de los tres estados con menor desempeño económico de todo México; aportando menos de dos puntos porcentuales al PIB nacional. La economía de la entidad presenta una estructura productiva caracterizada por una incipiente industrialización que incide en la concentración y permanencia de la pea en el sector primario con una absorción de 42.5%. El desempeño económico de Chiapas ha determinado al mercado laboral en la entidad; caracterizado por un excedente estructural de fuerza de trabajo, altos niveles de desempleo y una creciente informalidad. López y Arrazola (2012), señalan una creciente presión de la pea sobre un mercado de trabajo débilmente estructurado y sin posibilidades de absorber a toda la fuerza de trabajo disponible.
De acuerdo a los resultados obtenidos en el análisis encontramos que menos de 50% de los ocupados son asalariados con 44%, mientras que 37% son trabajadores por cuenta propia, Esto es, más de 50% de la fuerza de trabajo disponible no está siendo absorbida por el mercado laboral formal y, por tanto, se trata de personas que están generando su propia fuente de trabajo, principalmente en el sector servicios. El autoempleo es resultado de la estructura productiva y el bajo dinamismo económico de la entidad. Esto es, ante una estructura productiva limitada, el comercio formal e informal ha sido el resultado de un excedente de fuerza de trabajo en relación con la creación de empleos. De acuerdo a los datos de la ENOE (2013), se observa que la tasa de informalidad en el mercado laboral chiapaneco es 20 puntos porcentuales por arriba de la nacional.
Una vez presentado el examen de la estructura productiva de la entidad se analizó a la migración de chiapanecos hacia Estados Unidos como la alternativa a un mercado laboral formal casi inexistente y por tanto expulsor de fuerza de trabajo. La tesis central que guío esta investigación se comprobó: la migración actual de chiapanecos se explica por la existencia de una estructura productiva limitada que hasta en el ámbito informal está siendo rebasada. La emigración de los chiapanecos ha sido paulatina y escalonada, transitando de la emigración interregional o intraestatal, interestatal a la internacional. La migración de chiapanecos se integró de forma tardía a los mercados internacionales de trabajo, sin embargo, ha resistido la crisis de 2008-2009.
Los chiapanecos han efectuado una especie de escalamiento migratorio; comenzando a migrar a estados limítrofes o de relativa cercanía estatal, posteriormente a estados de la frontera norte del país, principalmente Baja California y en menor medida Chihuahua y Tamaulipas, hasta finalmente migrar a Estados Unidos. De acuerdo a la EMIF, en el periodo de 2000 a 2012, Chiapas ocupó el tercer lugar en desplazamientos acumulados, sólo superado por Guanajuato y Michoacán. Cabe destacar que la emigración de chiapanecos no es un fenómeno reciente pero sí explosivo que abarca a todas las regiones del estado, siendo particularmente intenso en las regiones: Sierra, Altos y Soconusco.