Introducción
En la actualidad existen algunos estudios sobre las características cefalométricas de población mexicana o mexico-americana, sin embargo los estudios cefalométricos empleados no brindan mucha información acerca de las características mandibulares; los rangos de edad de las poblaciones de estudio son muy amplios o la cantidad de individuos en las muestras es muy pequeña.
En estudios realizados en mexico-americanos adultos con relación oclusal de clase I, se encuentra que la principal diferencia entre esta población y la caucásica es una mayor protrusión bimaxilar, así como una tendencia a una mayor longitud mandibular en los hombres mexico-americanos, combinada con ángulos mandibulares más abiertos. También se encuentran diferencias sexuales intrapoblacionales en cuanto a la longitud mandibular y la posición antero-posterior del maxilar.1,2
La población mexicana del estado de Yucatán tiene características cefalométricas especiales y esto se demuestra en un estudio de 1998 realizado en población infantil, donde los resultados dicen que la población infantil yucateca tiene en un 93% de los casos oclusión clase I de Angle y que el tipo braquicefálico se presenta en el 97.62% de los casos. Se reportan dimorfismos sexuales en cuanto a la altura facial anterior y posterior, así como en el porcentaje de crecimiento. Lamentablemente no se aportan datos acerca de las características mandibulares.3 En 1998 en el estado de San Luis Potosí, se realizó un trabajo en donde se describe la tendencia cefalométrica de pacientes entre los 2 y 6 años de edad, los resultados muestran que el 34% de la población estudiada presenta alteraciones esqueléticas y dentales, que el 32% presenta desajustes dentales y que el restante 34% presenta armonía de los componentes esquelético y dental.4
Conforme aumenta la edad de los sujetos de estudio, se muestra una tendencia progresiva a la protrusión dental, la protrusión maxilar y una tendencia marcada al crecimiento vertical según los valores del plano mandibular.4
La maloclusión dental puede estar relacionada con hábitos perniciosos, en un estudio de 2004 realizado en población infantil mexicana de entre 6 y 12 años, se encontró que la población infantil femenina está más propensa a la maloclusión de clase I (71%) mientras que la población masculina la presenta en el 66% de los casos. Dentro de la población estudiada se refiere que la onicofagia afecta al 41%, la respiración bucal al 20% y el empuje lingual al 14%, sin embargo no se demuestra ninguna relación entre el tipo de maloclusión y el hábito pernicioso que se presenta.5
Al estudiar niños con edades de 5 y 6 años, nativos de la ciudad de México, los investigadores encuentran patrones de biprotrusión dental, así como mandíbulas hipodesarrolladas al compararlas con estándares caucásicos. La diferencia entre sexos encontrada se refiere como no significativa.6
En otro estudio con población de 100 sujetos de 3 a 5 años de edad, de la ciudad de México, se revisan las características oclusales y se determina que el 90% de los niños tienen propensión a tener un desarrollo armónico de clase I y que en el 97% de los casos femeninos sucede lo mismo.7,8
Material y métodos
Para la realización de este estudio, se utilizaron 100 radiografías laterales de cráneo, provenientes del archivo clínico de la Especialidad de Odontopediatría de la Universidad Nacional Autónoma de México, dichas radiografías pertenecen a sujetos mexicanos, residentes en la ciudad de México, con oclusión clase I de Angle que no han recibido tratamiento ortodóncico ni ortopédico, de estas radiografías, 50 corresponden a niñas cuya edad oscila entre los 8 años 1 mes y 8 años 11 meses y las otras 50, corresponden a niños con igual rango de edad.
Las radiografías seleccionadas para el estudio, fueron digitalizadas mediante el uso de una cámara digital (Sony DSC P30), al momento de fotografiar la radiografía, se agregó una referencia milimetrada para que posteriormente fuera posible calibrarlas, trazarlas y medir las utilizando el software de precisión NIH Image J 1.33u (National Institute of Health USA) ( Figura 1 ). El proceso de toma fotográfica, digitalización, trazado y medición fue realizado por una sola persona, quien pasó por un proceso de estandarización para evitar errores sistemáticos y asegurar la precisión de las medidas, los resultados obtenidos de distancias lineales y ángulos se vaciaron en hojas de cálculo electrónico del software Excel (Microsoft) (Cuadro I) para su posterior procesamiento con el Programa de Análisis Estadístico SPSS 12.0 (SPSS Inc.).
Se obtuvo el valor de la media para cada una de las variables independientes separadas por sexo (N = 50) y posteriormente con la muestra en la modalidad de "muestra total" (N = 100). También se aplicaron las pruebas estadisticas t de Student y análisis de correlación de Pearson en muestras separadas por sexo (N = 50) y posteriormente en la modalidad de "muestra total" (N = 100).
Ética
Todos los procedimientos estarán de acuerdo con lo estipulado en el Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Investigación para la Salud.
Titulo segundo, Capitulo I, Articulo 17, Sección I, «investigación sin riesgo, no requiere consentimiento informado».
Resultados
De los datos analizados, encontramos que la muestra poblacional masculina presenta en general mayor tamaño en sus diferentes estructuras óseas que la muestra poblacional femenina ( Cuadro II, Cuadro III y Cuadro IV), en el apartado del espacio faringeo tanto superior como inferior, la muestra femenina presenta una mayor amplitud ( Cuadro IV).
![](/img/revistas/rom/v14n2//1870-199X-rom-14-02-00078-gch2.png)
Cuadro II Comparativo de los valores cefalométricos de Maj G. y Luzi C. (Bologna Italia 1962), niños de 9 años de edad contra muestra de la ciudad de México (2006) niños de 8 años de edad.
![](/img/revistas/rom/v14n2//1870-199X-rom-14-02-00078-gch3.png)
Cuadro III Comparativo de los valores cefalométricos de Bolton y Burlington (EUA 1975) de niños a los 9 años contra
![](/img/revistas/rom/v14n2//1870-199X-rom-14-02-00078-gch4.png)
Cuadro IV Comparativo de los valores cefalométricos del análisis de McNamara (EUA 1984) contra muestra de la ciudad de México (2006).
De todas las variables evaluadas, existe una diferencia estadísticamente significativa entre hombres y mujeres en:
La distancia Co - Me, que evalúa la longitud mandibular total. Para la muestra femenina, se obtuvo un valor promedio de 101.90 mm y para la muestra masculina 103.96 mm, lo que arroja una diferencia de 2.06 mm y un valor de P de 0.03 ( Cuadro II).
La distancia Me - Go, que evalúa la longitud del cuerpo mandibular. Para la muestra femenina, se obtuvo un valor promedio de 58.15 mm y para la muestra masculina 60.56 mm, lo que arroja una diferencia de 2.41 mm y un valor de P de 0.00 ( Cuadro II).
La distancia ENA - Me, que evalúa la longitud del tercio facial inferior. Para la muestra femenina, se obtuvo un valor promedio de 66.07 mm y para la muestra masculina 68.18 mm, lo que arroja una diferencia de 2.11 mm y un valor de P de 0.00 ( Cuadro III).
La distancia Nap - Pg, que evalúa la proyección anterior del mentón respecto de la linea vertical, perpendicular del nasión respecto del plano de Frankfort. Para la muestra femenina, se obtuvo un valor promedio de -8.23 mm y para la muestra masculina -1.77 mm, lo que arroja una diferencia de -6.46 mm y un valor de P de 0.00 ( Cuadro IV).
En cuanto a la prueba de Pearson, se encontró que en la muestra femenina, las correlaciones más altas se dan entre las siguientes variables:
Co - Me y Co - Gn (0.978 P 0.00). Estas medidas son muy similares, sin embargo este hallazgo habla de un proceso de medición congruente.
Co - Gn y Go - Co (0.771 P 0.00). Esto indica proporcionalidad entre la longitud total de la mandíbula y la altura de la rama mandibular.
Co - Me y Me - Go (0.740 P 0.00). Esto indica una proporcionalidad entre la longitud total de la mandíbula y la longitud del cuerpo mandibular.
Co - Gn y Co - A (0.750 P 0.00). Esto indica proporcionalidad entre el tamaño del maxilar y el de la mandíbula.
Nap - A y Co - A (0.621 P 0.00). Indica buena correlación entre la proyección anterior del maxilar y su tamaño.
Para la muestra masculina, las correlaciones más altas se dan entre las siguientes variables:
Co - Me y Co - Gn (0.976 P 0.00). Estas medidas son muy similares, sin embargo este hallazgo habla de un proceso de medición congruente.
Co - Me y Me - Go (0.860 P 0.00). Esto indica una proporcionalidad entre la longitud total de la mandíbula y la longitud del cuerpo mandibular.
Co - Gn y Co - A (0.677 P 0.00). Esto indica proporcionalidad entre el tamaño del maxilar y el de la mandíbula.
Ba - Na/Pt - Gn y Po - Or/Go - Me (0.647 P 0.00). Esto indica buena correlación entre el eje facial y el plano mandibular.
Para la muestra total, las correlaciones más altas son:
Co - Me y Co - Gn (0.976 P 0.00). Estas medidas son muy similares, sin embargo este hallazgo habla de un proceso de medición congruente.
Co - Me y Me - Go (0.812 P 0.00). Esto indica una proporcionalidad entre la longitud total de la mandíbula y la longitud del cuerpo mandibular
Co-Gn y Co - A (0.721P0.00). Esto indica proporcionalidad entre el tamaño del maxilar y el de la mandíbula.
Co - Gn y Go - Co (0.664 P 0.00). Esto indica proporcionalidad entre la longitud total de la mandíbula y la altura de la rama mandibular.
Discusión
Los resultados encontrados en este estudio muestran que la población mexicana a los 8 años de edad presenta características cefalométricas derivadas de nuestro mestizaje, como un maxilar protrusivo, ángulo mandibular abierto, cuerpo mandibular corto, mentón retrusivo y espacio faríngeo superior estrecho.
Un hallazgo interesante de este estudio es que en general las medidas cefalométricas de nuestra muestra, resultan ser ligeramente mayores en algunas de las variables estudiadas, en relación a las mediciones de las muestras de los profesores Maj G. y Luzi C. de Bologna (Italia 1962) así como a las muestras de Bolton y Burlington (EUA 1975).
Conclusiones
El presente estudio demuestra que las características cefalométricas de las poblaciones italiana, norteamericana y mexicana, presentan diferencias.
En la población mexicana estudiada, se reconocen diferencias cefalométricas estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en la longitud mandibular total, la longitud del cuerpo mandibular, la altura del tercio facial inferior y la proyección anterior del mentón.
En nuestro país no existen estándares cefalométricos apropiados para evaluar las características mandibulares y craneofaciales de la población mexicana; el presente estudio resalta la necesidad de contar con normas cefalométricas específicas para población mexicana en diferentes grupos de edad y diferenciadas según sexo, y que éstas sean actualizadas al menos cada década a fin de contar con un instrumento confiable para poder llevar a cabo con precisión: