La casa en que habitamos cruje, está a punto de derrumbarse. Todas las acciones que han hecho quienes la habitan arriba, los de arriba, contribuyen para que se derrumbe. Pero quienes han sostenido a los de arriba son quienes habitamos abajo. De hecho, la casa se hizo para que los de abajo sostuvieran y mantuvieran a los de arriba. Los de arriba se justifican diciendo que administran el mantenimiento de la casa, pero se han dedicado a robarse partes de la casa, saquearon la estructura de la casa, vendieron partes de la misma, corrompieron la voluntad de los de abajo; los de arriba no sacian su ambición de acumular dinero y poder, y para los de abajo su función ha sido mantener a los de arriba, hablando bien de ellos, aplaudiéndoles, votando por ellos. Hoy toda la casa cruje, las paredes se caen, los techos se derrumban: «Si la casa se destruye, mal para los de arriba, pero peor para los de abajo».
I. Pensamiento crítico, sobre el «método» y el semillero
Las zapatistas y los zapatistas han hecho una contribución muy grande a los que resisten y luchan contra el capitalismo, han expresado su forma de entender la realidad, han dado elementos sobre el método para el análisis de la realidad y lo hacen, como de costumbre, con congruencia.
Este primer libro es la unidad de múltiples aspectos de la lucha zapatista; en lo más general, podemos ver que une su teoría y su práctica. Relacionando ambas, han construido su forma rebelde de vivir desafiando a este sistema. Más aún, en todo el libro encontramos senderos que dialogan sobre la ciencia, la crisis que el capitalismo está causando, la resistencia y la historia; asimismo, sobre el pensamiento crítico que debe confrontar a la crisis, respecto a la política, los pueblos originarios, el método científico y la cruel tormenta que implica Ayotzinapa, y hoy dos años después continúa.
El libro es intrincado y difícil. Cabe resaltar que su expresión, su retórica, sale de los formatos académicos. Consideramos que la razón principal es que no cabe, desborda la estrechez de la academia. Insistimos, es síntesis de la práctica de la colectividad del zapatismo y de su teoría, es la expresión de un sujeto colectivo, un nosotros, indígena, rebelde, científico, ancestral, ejército, junta de buen gobierno, promotor, base de apoyo, lucha de mujeres zapatistas, etcétera. En este sentido, surgen las preguntas que hacen los zapatistas:
¿Para qué mantener una casa que ya no es una casa? ¿Para qué sirve una casa así? ¿Qué hacemos?
Las zapatistas y los zapatistas concluyen que si ves señales que algo malo va a pasar, entonces conviene que te prepares.
Es necesario avisar y prevenir a los demás. En primer lugar a la Sexta.
También nos dicen que: «en su tiempo [...] que el corazón que somos abra la palabra, que hable y escuche. Y de entre las palabras, escojamos la mejor semilla.»
De ahí nace la obra, El pensamiento crítico frente a la Hidra Capitalista. Y la Comisión Sexta del EZLN señala en este Primer Libro: «y entonces vimos importante la historia, es decir, cómo era antes; qué es lo que sigue igual; qué es lo que cambia. O sea, la genealogía.»
Asimismo, señalan que: «y para explicar la genealogía, tanto de lo que somos como de lo que vemos, necesitamos conceptos, teorías, ciencias [...] Y para saber si esos conceptos son útiles, es decir, dan cuenta cabal de esa historia, es que necesitamos el pensamiento crítico» (pp. 12-13).
En cuanto al «método», consideran que: «es verse hacia dentro y hacia afuera, desde lo que fuimos, de lo que somos, de lo que queremos ser: un esfuerzo colectivo para explicar, para entender, para conocer, para transformar la realidad. El pensamiento crítico debe motivar la reflexión y el análisis, no la unanimidad ciega, que provoque.»
La publicación de esta obra obedece a la intención de que pueda leerse con calma, para hacer más preguntas: «¿desde quién? ¿Desde dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Para qué? »(p. 15).
Las zapatistas y los zapatistas esperan y se esforzaron: «para que su pensamiento no sea haragán y conformista, que no sea perezoso para dar cuenta de lo que ha cambiado y de lo que sigue igual. Que no sea dogmático, que no imponga su tiempo y su modo. Que no sea tramposo, abundante en mentiras y medias verdades» (p. 16).
La dificultad del libro deriva de dos vertientes: la colectividad que habla por la comisión sexta del EZLN y la rigurosidad con la que se atienden los temas, no con criterios académicos, sino en el esfuerzo por ejercer un pensamiento que cuestione, dé cuenta y sea capaz de transformar.
Desde el modo zapatista: «darle su lugar a la práctica, pero también a la reflexión propia sobre esa práctica; entender la necesidad de la teoría y la urgencia del pensamiento crítico. No para hacer un partido o una organización; es un avistamiento», digamos en el sentido de ver y avisar al mismo tiempo.
Finalmente, como lo dicen ellos: «[...] para esa vista necesitamos conceptos y no buenos deseos; necesitamos práctica con teoría y teoría con práctica; necesitamos análisis críticos y no calificativos. Para mirar afuera, necesitamos mirar adentro.»
Los zapatistas, ante la casa que se derrumba y la tormenta que se avecina, «pensaron que tenían que preguntarles a otros, otras, otroas, de otros calendarios, de geografías distintas, qué es lo que nosotros vemos.»
Para ello, hicieron una reunión de pensamientos, lo que llamamos seminario, aunque en realidad se trataba de un semillero: «haciendo trato de que ellos nos dicen su pensamiento y los demás les decimos el nuestro.»
Es un «semillero de ideas, de análisis, de pensamientos críticos sobre cómo está actualmente el sistema capitalista»; la hidra de mil o más cabezas, a la que le cortas una y le salen más, o la que casi todo lo refuncionaliza a su favor.
El libro, entonces, es producto de este semillero y señalan que se realizó del 3 al 9 de mayo en el caracol de Oventik. ¿Por qué? «Porque el caracol se toca para alertar, avisar y reunirse en comunidad ante un problema o asunto que tratar» (p. 20).
De igual manera, nos indican que inicia el 3 de mayo (2015), porque para los zapatistas es el día de inicio de la siembra, la fertilidad; por ende, de la semilla. Entonces hay que sembrar las mejores semillas.
Este libro y los otros dos tomos no deben asumirse como un producto terminado, final, sino más bien como el principio, así lo expresan los zapatistas; por ello la invitación no sólo es para que los leamos, sino para que surjan más semilleros.
En este sentido, el libro El pensamiento crítico frente a la Hidra Capitalista I se ofrece como una herramienta de lucha, pero también destaca el cuestionamiento que hacen sobre el desempeño, historia y objetivos de la ciencia, en particular de las ciencias sociales; se trata de una crítica mordaz y constructiva en su sentido más profundo para construir un mundo nuevo, diferente al capitalismo, no a través sólo de artículos o libros, más bien en la realidad; por ello, es valioso para quienes pretenden hacer ciencia y no «chambonadas» intelectuales, no para fortalecer «el pensamiento holgazán»; es un llamado a los científicos a aceptar el reto de transformar el mundo en que vivimos, y para aquellos que pretenden transformarlo y hacerlo con la cabalidad de la praxis.
En «El método, la bibliografía y un drone en las profundidades de las montañas del sureste mexicano (4 de mayo de 2015)», nos avisan: «pensamos que hay una serie de conceptos básicos de los que nos valemos para analizar, y hay una serie de presupuestos fundamentales». En este sentido, los presupuestos para llevar a cabo el seminario-semillero se expresan en premisas axiomáticas para convocar al pensamiento, para provocar ideas, debates y responder con una práctica congruente al análisis, siendo estas premisas las siguientes:
El sistema dominante es el capitalismo.
Domina muchos aspectos de la vida social.
El capital se reconstruye, se adapta, muta, se regenera desde sus partes y en sus múltiples aspectos.
La práctica, como objetivo de reflexión teórica, implica que «lo que está en juego es la transformación de la realidad».
El capitalismo tiene contradicciones y disrupciones que posibilitan la transformación.
La lucha zapatista contra el capitalismo es síntesis de teoría y práctica que no se agota en lo inmediato, sino que abarca generaciones.
Ni pensamiento haragán, ni dogmático, ni mentiroso, el pensamiento crítico se mueve por cuestionamientos. ¿Por qué esto y no otra cosa? ¿Por qué así y no de otro modo? ¿Por qué aquí y no en otro lugar?
Estos siete puntos son ejes constantes en el libro. Sirven bastante bien como un mapa muy general para no perderse, sobre todo para ejercer por los propios medios el pensamiento crítico. Si bien sobre estas cuestiones abundan los ejemplos y experiencias que las zapatistas y los zapatistas tienen, también se hace referencia a un antes y un después del levantamiento del 1 de enero de 1994. Con ello, las generaciones de zapatistas, hombres y mujeres, pero en particular de las distintas generaciones de mujeres, quienes participaron en el levantamiento, que ahora son adultas mayores, quienes crecieron después del levantamiento, ahora adultas, quienes se formaron en la experiencias de las juntas de buen gobierno y de los municipios autónomos, mujeres jóvenes que están a punto de decidir en qué se incorporarán en la estructura zapatista, las jovenas , y la última, de niñas que nunca conocieron cómo era la vida antes del levantamiento del EZLN.
Al respecto, el libro nos ofrece testimonios de estas generaciones de mujeres zapatistas en sus luchas (comandantas, insurgentas, bases de apoyo, promotoras de educación o salud), pero particularmente de la niña defensa zapatista, cada una de estas generaciones da cuenta de la profunda transformación de la realidad que el EZLN ha hecho en su territorio.
Sobre todo en esta última generación se puede conocer cuáles son algunas de estas transformaciones.
II. La niña defensa zapatista
¿Quién es la niña defensa zapatista? Pertenece a la generación de las niñas zapatistas que andarán rondando los 8 años. La defensa zapatista es la niña irreverente que sintetiza cuatro generaciones de lucha y por ahora es impredecible lo que sucederá con ella. Aun así, es importante mencionar que forma parte de las «varias generaciones de rebeldes zapatistas, no sólo contra el sistema; también contra nosotros» (los hombres zapatistas; p. 127).
Por otra parte, para las zapatistas y los zapatistas los únicos partidos que hay son los partidos de futbol. Y cuando juegan, se nombran por la posición que juegan, no por sus nombres. Y nadie se escapa, ni los caballos, ni los perros.
Lo cierto es que la niña, como otros y otras, se suma a los partidos de futbol.
Como lo mencionan, es costumbre que en esos partidos nadie pregunta nombres: «Uno o una o unoa no se llama Juan, o Juana o Kirshna, no. Es la posición que tienes la que te nombra. ¡Oyes portería! ¡Pásala volante! ¡Dale atacante! ¡Acá delantero!, se escucha en la algarabía del potrero.»
En una orilla, una niña inquieta hace por calzarse unas botas de hule que, es claro, le quedan grandes. Se establece el siguiente diálogo:
Y vos, ¿cómo te llamas?, le pregunta el hombre a la niña.
Yo defensa zapatista, dice la niña.
El hombre sonríe. No ríe abiertamente. Sólo sonríe.
La niña, es claro, está reclutando elementos para retar al que pierda.
La niña tiene ya parte del equipo y le presume al hombre.
Y le explica: yo mi trabajo es que no pase el balón.
Y la niña defensa zapatista más adelante añade: «¿tú lo sabes cómo es su modo del pinche capitalismo cabezón? Bueno mira, mira, te lo voy a dar la plática política. Resulta que la pinche sistema no te muerde sólo de un lado, sino que onde quiera te está chingando. Todo lo muerde la pinche sistema, todo se lo zampa y si ya se engordó mucho, pues lo gomita, y de vuelta su tragadera. O sea que para que me entiendas el maldito capitalismo no tiene llenadero» (p. 205).
El hombre con el que platica, al preguntarle la niña su nombre, se hace llamar recoge balones, pero en realidad se trata de Eduardo Galeano, y como lo menciona la niña, no cualquiera. En efecto, no cualquiera tiene la posición de recoge balones, ni mucho menos de defensa zapatista.
III. Del zapatista Dr. Luis Villoro Toranzo
En primer lugar, del Dr. Luis Villoro se puede mencionar su trascendencia para la filosofía en México, más aún por el compromiso social y político que asumió con el zapatismo: igual mención merece el hecho que estando en los inicios de la UAM Iztapalapa, siendo director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, fue determinante para que se abriera la Licenciatura en Psicología Social, ya que él era un gran conocedor de la misma, aunque sobre todo de la estadounidense; vislumbraba el gran potencial que la psicología social puede tener.
En el libro se menciona que el EZLN en el 2014 hizo un texto de homenaje a don Luis Villoro, debido a su fallecimiento el 5 de marzo de 2014. «El Dr. Luis Villoro Toranzo fue profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, fundador del grupo Hiperion, discípulo de José Gaos, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas, miembro de El Colegio Nacional», entre otros nombramientos y reconocimientos.
Lo definen «como un intelectual brillante, una persona sabia a la que tal vez sólo se le pueda reprochar la cercanía que en vida tuvo con los pueblos originarios de México, particularmente con aquellos que se alzaron en armas contra el olvido y que resisten más allá de modas y medios» (p. 41)
Y así, el entonces subcomandante Marcos nos narra:
Que el centinela insurgente, le dijo: Sup, hay quien te quiere hablar.
¿Quién?, pregunta Marcos.
Un don Luis. Ya de edad él, de juicio. Le responde.
¿Don Luis? No conozco a ningún don Luis. Responde Marcos.
Pasado un tiempo, Marcos le pregunta:
¿Y qué es lo que quiere don Luis?
Quiero entrarme de zapatista. Le responde.
Marcos le señaló las dificultades y la imposibilidad de su solicitud.
Sin embargo, don Luis le dice: Estoy dispuesto.
Ante eso, Marcos se pasó todo la noche-madrugada argumentando en contra y don Luis contraargumentando a favor.
En estos textos, uno fechado el 2 de mayo de 2014 y otro el 2 de mayo de 2015, publicados en el libro, el EZLN nos devela que don Luis Villoro, extraordinario filósofo mexicano, quien nació en Barcelona el 3 de noviembre de 1922, era el Zapatista Luis Villoro Toranzo, del EZLN, dado de alta desde el 2006.
IV. De medios, tercios compas y cuartos compas
«Todos los días, a todas horas, en todos los rincones del planeta, la Hidra se yergue de nuevo, rejuvenecida y hambrienta. Muerde, deglute y vomita. Y vuelve a repetir el ciclo pero con un nuevo rostro.»
Ayotzinapa es un ejemplo de ello, «porque la desaparición forzada es eso, una caída continua, el terror alargándose más y más. Pero acá abajo, Ayotzinapa significa la búsqueda porfiada de la verdad y la justicia. Y las preguntas surgen: ¿Por qué? ¿Quién? ¿Para qué?»
«La verdad y la justicia son para nombrar un faltante, para señalar que no está cabal la cuenta, que sigue resultando un saldo negativo», que no son sólo 43, que comparecen miles de familiares de desaparecidas, desaparecidos, asesinadas y asesinados. Y la cuenta no deja de crecer.
Ayotzinapa, entonces, no es un número, es una herida; sin embargo, los medios de comunicación se esfuerzan en ofrecer espectáculos alternativos. Los compas medios, por el contrario, buscan contrarrestarlos, trascender el entusiasmo virtual e instantáneo que inunda las redes sociales, así como lo que sólo se queda en movilizaciones y mítines.
Al respecto, en estos apartados, en el libro se hace referencia al papel de los medios de comunicación en las actividades que se realizan en los territorios zapatistas. Para ellos, los medios de comunicación de paga sólo ofrecen coartadas y a veces también lo hacen los medios progresistas de paga; en muchas ocasiones, lo que presentan es una explicación lógica para que se repita todo el tiempo. Por ejemplo, la «verdad histórica» de que a los 43 estudiantes normalistas los incineraron. Esto es una demostración de que allá arriba la memoria y la vergüenza son escasas.
Respecto a lo que llaman los compas medios, éstos no buscan hacer del dolor y la rabia un espectáculo. Y como medios zapatistas, señalan que no se rinden, no se venden, no claudican.
Asimismo, señalan que antes lo que sucedía en los territorios zapatistas era difundido por los medios libres, alternativos, independientes, autónomos. Pero las historias, al final de cuentas, eran contadas desde sus propias interpretaciones y no desde la mirada de los propios zapatistas.
También, como parte de esas historias, en el libro se mencionan a los tercios compas. Y que surgen, «cuando alguien dijo que sería bueno que las comunidades aprendieran a usar y usaran las cámaras de fotografía y video». A partir de ello, se hicieron los primeros programas grabados para la Radio Insurgente La Voz de los Sin Voz, pero su alcance era de apenas 11 metros.
Luego, mencionan que otros compañeros zapatistas empezaron a trabajar la página de internet y el diseño de la revista. «Pero una de las compañeras que trabajaba en, como quien dice, el diseño editorial, dijo que se batallaba para encontrar imágenes porque, o eran de una calidad que no se podía trabajar, o tenían copyright. Sí, como lo oyen, los zapatistas no podían utilizar las imágenes de los zapatistas, porque si queríamos usarlas teníamos que pagar, y con tarjeta de crédito.» Nació así la idea de lo que después se llamarían los tercios compas.
Cierto juego de palabras, como los otros se definían a sí mismos como «medios», a las zapatistas y los zapatistas que se dedican ahora a cubrir las actividades que se realizan en los municipios autónomos se les conoce como compas tercios.
Se les pide, a quienes le hacían a eso de la imagen en las comunidades, que enviaran lo que fueran teniendo. El Colectivo de Medios Zapatistas, con indígenas y no indígenas, empezó a funcionar.
Finalmente, en lo referente a lo que denominan como los cuartos, esto es algo más complejo de entender. Hablando del arte, y concretamente del teatro. En el libro, se cita que alguien en alguna red social asoció el arte del teatro con la política; más bien, con los políticos, porque afirmó que «ellos le hacen al puro teatro. Otroa indignadoa le respondió que el teatro es un arte y hay que trabajarlo [...] y que no cualquier pendejo como los políticos puede hacer teatro».
Los zapatistas nos dicen: «quienes hacen teatro también tienen su modo de lucha. Y como toda lucha, la del arte dramático no es fácil y no cualquiera» (p. 244).
Continuando con esto, se menciona que el «Sub Marcos tomaba como referencia el texto de Antonio Machado, Juan de Mairena, que habla del cuarto muro. Al respecto, expresa que: Juan de Mairena decía que lo que hace el teatro es derrumbar el cuarto muro de una habitación, para que el espectador pueda ver lo que ocurre adentro. Con ese cuarto muro no podría ver qué es lo que pasa dentro [...] y para ver lo que cada personaje piensa» (p. 244).
Recuerdan la casa y como está hecha. Si derribamos los cuartos muros de donde habitan los de arriba, ¿qué pasaría? Lo que observamos nos daría náuseas y nos tendríamos que contener para no vomitar rabia.
Sintetizando, la relación entre los «compas medios, los tercios medios y los cuartos, es que la función que realizan los dos primeros es la de ayudar a derribar los cuartos muros para que veamos lo que hay en las habitaciones de los de arriba. Para que el horror y la indignación de otras, otros, otroas, se sumen para derribar el cuarto muro del departamento más lujoso.»
V. Ser Zapatista
Para finalizar, de manera muy sintética, nos parece necesario referirnos a la forma en que las zapatistas y los zapatistas definen qué es ser zapatista. Entre muchas cuestiones, lo que señalan es que la organización y estar organizados lo es todo: «se necesita organización para la construcción y organizarse para vigilar lo que ya construiste, para que el pueblo tome de la mano su gobernarse a sí mismo; esto (re)quiere organización.»
Y enfatizan: «Aquí lo que se necesita es tener claro cómo es ser zapatista. No es de presumirse, sino de trabajar, organizar y luchar silenciosamente hasta llegar con las últimas consecuencias, es decir, teoría y práctica.»
La relevancia del libro es que contribuye a reflexionar sobre el pensamiento crítico en la comprensión de los problemas de la realidad a partir del método científico, sobre todo aplicándolas a las formaciones sociales actuales. Al respecto, señalan que, en efecto, la teoría de Marx no explica todo el desarrollo del capital, ni su complejidad en el siglo XXI; sin embargo, consideran que: «algunos de sus conceptos que le sirvieron para destrozar la economía política de su tiempo, no sólo siguen siendo sólidos, sino que, además, se confirman en la actualidad.»
Precisamente, consideran que la crítica a la economía política de Marx ha sido una pieza importante en su lucha para destruir el capitalismo. Para hacer preguntas sobre qué cambia, qué permanece, si fuera de otro modo, dónde empezó, por qué.
La invitación es para que entre todas y todos observen con atención y realicemos de forma crítica el análisis y la transformación de la realidad, a pesar de los grandes aprietos que esto causa. Los zapatistas han avistado una tormenta que está azotando como nunca antes al mundo, esto es, un conjunto de crisis y reformulaciones que el capitalismo está sufriendo: crisis económica que no se sabe a dónde nos llevará, pero multiplicada por los desastres ambientales que el mismo capitalismo ha causado al transformar agua, aire, cielo y tierra en mercancía, a las instituciones como cada vez más ilegitimas, la corrupción de los políticos como forma de hacer política, al estado en un estado criminal, al narcotráfico, la mentira institucionalizada, lo que todo ello se sintetiza en el nombre de Ayotzinapa. Nos ofrecen método y no receta en cuanto a su forma de entender su historia, al mundo y de su forma de transformarlo. Bien vale la invitación.