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Revista mexicana de biodiversidad

versión On-line ISSN 2007-8706versión impresa ISSN 1870-3453

Rev. Mex. Biodiv. vol.79 no.2 México dic. 2008

 

Óbito

 

GONZALO PÉREZ–HIGAREDA
1933–2008

 

Marcos Rafael Lamothe y Argumedo

 

Laboratorio de Helmintología, Instituto de Biología, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Recibido: 23 septiembre 2008
Aceptado: 26 septiembre 2008

 

Conocí a Gonzalo hace más de 50 años, cuando yo aún era estudiante de la Facultad de Ciencias y él era técnico de la Dra. Leonila Vázquez García, destacada entomóloga del Instituto de Biología, que se dedicaba al estudio de los lepidópteros de México. La maestra Leonila me había invitado en 1957 a colaborar en un proyecto sobre Baronia brevicornis, una mariposa típica de México cuya distribución se extendía desde la región noroccidental del país hasta el estado de Guerrero en el suroeste. Ella junto con Héctor Pérez Ruiz la habían encontrado también en el estado de Morelos y todos los domingos, por casi un año, excursionamos en diferentes regiones de estado estudiando algunas rutas de la migración de esta especie de mariposa. Ahí fue donde conocí y establecí una gran amistad con Gonzalo, quien me enseñó cómo se recolectaban las mariposas, cómo se montaban y cómo se arreglaban para su estudio taxonómico.

En enero de 1958, la maestra Leonila Vázquez me invitó a participar en la Primera Expedición Científica de la Universidad Nacional Autónoma de México a las Islas Revillagigedo, a cargo del Dr. Julián Adem. El grupo de biología estaba formado por los doctores Bernardo Villa, Faustino Miranda, Teófilo Herrera, Alejandro Villalobos, y Gonzalo Pérez, Héctor Pérez y yo. En esa ocasión convivimos casi un mes en la Isla Socorro, que recorrimos a pie, desde las playas hasta la cima del volcán Everman, casi en el centro de la isla. Poco después, Gonzalo trabajó un tiempo como recolector en la Facultad de Ciencias y le perdí la pista, hasta que en 1978 lo encontré en la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas, como Técnico Académico, curador de la Colección de Anfibios y Reptiles, donde permaneció hasta marzo de 2004.

Desde que Gonzalo estuvo en el Laboratorio de Entomología en el Instituto de Biología tenía especial interés por los reptiles y particularmente las serpientes; a tal grado, que cuando fuimos a las Islas Revillagigedo desde el barco (Fragata Tehuantepec) recolectó 2 ejemplares de una serpiente marina, sumamente venenosa, típica del Pacífico: Pelamis platurus. Se sabe que durante su vida fue mordido por algunas serpientes que lo pusieron al borde de la muerte cuando menos 4 o 5 veces.

Su trabajo como técnico fue muy importante, sobre todo durante los primeros años de la estación, cuando aún no había las instalaciones que actualmente existen; gran conocedor de la selva tropical, sabía de todas las veredas y caminos dentro de ésta y actuaba no sólo como guía de investigadores de todas las especialidades, tanto ornitólogos, como herpetólogos, mastozoólogos, botánicos, entomólogos, etc., sino también como acompañante de profesores como yo, que cuando menos 2 o 3 veces al año iba con mis alumnos a estudiar y recolectar invertebrados en los alrededores de la estación o en las playas cercanas, como Montepío o Balzapote, para mi curso de Zoología II o Parasitología.

Siempre amable, si podía me acompañaba, si no, nos decía cómo llegar a algún sitio donde podíamos observar o recolectar alguna especie de nuestro interés.

Su trabajo de técnico no impidió que publicara como cualquier investigador de carrera del Instituto de Biología. Gonzalo publicó poco más de 70 trabajos, la mayoría sobre serpientes (31), otros sobre tortugas (9), saurios (9), cocodrilos (7), anfibios y reptiles (6), aves (2) y (1) sobre mariposas, y el resto sobre aspectos de conservación de fauna; la mayoría fueron en colaboración con el eminente herpetólogo norteamericano Dr. Hobart Smith de Department of Environmental Population and Organismic Biology de la Universidad de Colorado, otros con Richard Vogt, Óscar Flores Villela, Daniel Navarro y recientemente con Marco A. López Luna.

Publicó en varias revistas de su especialidad, como: Bulletin of the Chicago Herpetological Society, Bulletin of the Maryland Herpetological Society, Journal of Herpetology, Systematic Zoology, Southwestern Naturalist, Copeia, en las Publicaciones Especiales del Instituto de Biología, etcétera.

Describió 7 especies nuevas de serpientes y una de iguánido: Tantillila lintoni rozaellae (Colubridae), Porthidium olmec (Viperidae), Tantilla salvensis (Colubridae), Geophis juhai (Colubridae), Micrurus limbatus spilosomus (Elapidae), Comophis morai (Colubridae), Sibon linearis (Colubridae) y Laemactus serratus mccoyi (Iguanidae).

Aparte de su trabajo como curador de la Colección Herpetológica de la Estación, cargo que ocupó desde 1976 hasta marzo de 2004, dedicó mucho de su tiempo al estudio de los cocodrilos de la región; formó y mantuvo un cocodrilario en la Laguna de Nixtamalapa en las cercanías de Catemaco en Veracruz. En 1978, Gonzalo se hizo cargo de un lote de cocodrilos que donó el Zoológico de Atlanta por gestiones del Dr. Bernardo Villa y del Dr. Carlos Márquez, entonces Director del Instituto de Biología, con miras a recuperar esta especie en la región, pues estaba prácticamente extinta; posteriormente, ese lote de cocodrilos fue donado al gobierno del estado de Oaxaca para introducirlos a la Laguna de Chacahua, donde todavía existen. Sus aportaciones al conocimiento y comportamiento de los cocodrilos son muy importantes y reconocidos por los especialistas del grupo.

Gonzalo asesoró a muchos estudiantes a través de sus trabajos de campo y dirigió 2 tesis de licenciatura, ambas de la Universidad Veracruzana; una sobre la fauna de anfibios y reptiles de El Acuyal en un área de la región de Los Tuxtlas, y otra sobre la situación actual del cocodrilo de pantano, Crocodylus moreletti, en el Lago de Catemaco, Veracruz.

Perteneció a varias sociedades científicas como: Herpetologists' League y Crocodyle Specialist Group y dentro de sus actividades editoriales fue revisor de la Revista de la Sociedad Herpetológica Mexicana, A. C., y de la Revista de la Sociedad Veracruzana de Zoología.

En reconocimiento a su labor le fueron dedicadas 2 especies: Diplocentrus perezi (Diplocentridae: Scorpionidae), por David Sissou en 1991 y Enterographa perez–higaredae, un liquen típico de la región, por M. A. Herrera–Campos y R. Lucking en 2002.

Además de sus actividades académicas, Gonzalo fungió como jefe de la estación por 12 años (1992–2004). En enero de 2007, decidió que ya era tiempo de jubilarse después de una trayectoria asombrosa e incansable.

Desde mediados del 2007, Gonzalo enfermó, sorprendiéndolo una peritonitis que lo puso al borde de la muerte. Se recuperaba de ésta, pero al poco tiempo padeció de una hernia, que se complicó con una deficiencia renal que lo llevó a la muerte. Le sobreviven su esposa Juanita Sánchez Nieves y sus 2 hijos, Silvia Inés Pérez Sánchez y Jorge Marino. Descanse en paz nuestro estimado amigo y compañero de tantos años.

Agradezco a la Dra. Rosamont Coates, Directora de la Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas, su gentileza al enviarme el curriculum vitae de Gonzalo. Al Dr. Gustavo Casas sus comentarios, al M. en C. Enrique González Soriano por los datos que me proporcionó y al M. en C. Luis García Prieto su ayuda y colaboración. A todos ellos muchas gracias.

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