Los parásitos pertenecen a grupos zoológicos que han recibido insuficiente atención en estudios sobre ecología de comunidades (Luque, 2008). En México, su estudio y conocimiento desde el punto de vista taxonómico es moderado (García-Prieto, Falcón-Ordaz y Guzmán-Cornejo, 2012; García-Prieto, García-Varela y Mendoza-Garfias, 2014; García Prieto, Mendoza-Garfias y Pérez-Ponce de León, 2014; García-Prieto, Osorio-Sarabia y Lamothe-Argumedo, 2014; Pérez-Ponce de León, García-Prieto y Mendoza-Garfias, 2011).
Así, la descripción de acantocéfalos, nematodos y platelmintos ha sido lenta en los últimos 80 años (García-Prieto et al., 2014c); en particular, los estados del norte del país han sido pobremente muestreados en comparación con los del sur (García Prieto et al., 2014b). Esto indica que el conocimiento acumulado hasta el momento sobre la helmintofauna mexicana en general, y para este grupo de hospederos en particular, es asimétrico en cuanto a su distribución geográfica, a los taxones encontrados en los hospederos analizados y al esfuerzo de muestreo (Pérez-Ponce de León et al., 2011).
En México se han realizado diferentes investigaciones sobre la biología del coyote Canis latrans, entre otros, su ecología (Hidalgo, Cantú, González y López, 2004; Huxley y Servín, 1992; Servín y Chacón, 2005; Servín, Sánchez y Gallina, 2003; Sosa, Hernández, Segovia y Sánchez, 1997) y alimentación (Aranda, López y López de Buen, 1995; Grajales, Rodríguez y Cancino, 2003; Servín y Huxley, 1991), siendo escasos los estudios sobre su helmintofauna. Una revisión exhaustiva de la literatura sobre helmintos de mamíferos silvestres mexicanos (García-Prieto et al., 2012) da cuenta únicamente de Strongyloides sp. (Han-Gómez, 1988) y de Dirofilaria immitis (Hernández y Pineda, 2012) como parásitos del coyote en este país. Por lo mismo, el objetivo del presente estudio es adicionar algunas especies de helmintos al inventario de C. latrans impavidus, incrementando el conocimiento de la helmintofauna en los coyotes de México.
En un estudio sobre la evaluación poblacional de grandes depredadores en la Sierra Madre Occidental, se recolectó un individuo C. latrans impavidus, atropellado en el municipio de Tepehuanes, Durango, a una altura de 2,425 m snm, con las siguientes coordenadas: 25°12’20.03” N y 105°56’24.60” O. El ejemplar presentó la siguiente morfometría: longitud de cuerpo, 650 mm; longitud de cola vertebral, 330 mm; longitud total, 980 mm; longitud de pata trasera, 128 mm; longitud de oreja, 180 mm; peso, 14.5 kg; sexo, hembra; edad, adulta (Hall, 1981); sin evidencia de reproducción o gestación. El ejemplar fue congelado y trasladado al Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre de la UAM-Xochimilco, donde se extrajeron los órganos internos (corazón, pulmones, faringe, estómago, intestino delgado, intestino grueso) y se revisaron bajo el microscopio estereoscópico (Nikon® Mod SMZ745). Los helmintos se conservaron en alcohol etílico al 70%. Algunos en estado de descomposición avanzada, como el caso de trematodos. Los cestodos y trematodos recolectados fueron teñidos con paracarmín de Mayer y tricrómica de Gomori (Guzmán-Cornejo et al., 2012; Salgado, 2009), mientras que los nematodos fueron aclarados con lactofenol de Amman.
Se recolectaron 98 individuos de helmintos; los ejemplares representantes de cada especie fueron depositados en la Colección Nacional de Helmintos (CNHE), Instituto de Biología, UNAM. Se encontraron 5 especies pertenecientes al phylum Nematoda: Ancylostoma caninum (5, intestino delgado, CNHE 10149), larvas de tercer estadio de Physaloptera sp. (4, estómago, CNHE 10150), larvas de tercer estadio de Spirocerca lupi (36, intestino grueso, CNHE 10153), Spirura sp. (6, intestino grueso, CNHE 10154) y Didelphonema longispiculata (19 larvas de tercer estadio y 8 adultos, intestino grueso, CNHE 10151 y 10152, respectivamente); 3 especies del phylum Platyhelminthes, de las cuales 2 pertenecen a la clase Trematoda: 3 individuos del género Alaria (1, intestino delgado; 2, estómago: CNHE 10156 y 10157, respectivamente) y otra especie de la clase Cestoda, Taenia pisiformis (17, intestino delgado, CNHE 10155) (fig. 1).
Los ciclos de vida de los helmintos encontrados son fuertes argumentos para reconocer y ratificar que el coyote se alimenta de lagomorfos, aves, roedores, insectos y reptiles, que fungen como hospederos intermediarios y/o paraténicos. Esto concuerda con los datos registrados en estudios previos de dieta del coyote en México (Aranda et al., 1995; Grajales et al., 2003; Servín y Huxley, 1991).
Así, los lagomorfos y roedores son hospederos intermediarios de T. pisiformis (Soulsby, 1987); también actúan como hospederos intermediarios los escarabajos coprófagos y cucarachas en el ciclo de vida de D. longispiculata (Dunn, 1983), Physaloptera (Bowman, Hendrix, Lindsay y Barr, 2002; Dunn, 1983), S. lupi (Borchert, 1981; Ferrantelli et al., 2010; Quiroz, 1987) y Spirura sp. (Dunn, 1983); los roedores como hospederos paraténicos de Alaria spp. (Dunn, 1983; Soulsby, 1987), mientras que A. caninum presenta ciclo de vida directo (Quiroz, 1987).
Por lo tanto, la cantidad de especies encontradas (8 en total, 3 especies en fase larvaria y 6 en adulta) sugiere que las interacciones entre el hospedero definitivo y los hospederos intermediarios son estables dentro de la comunidad; la relación parásito-hospedero es un fuerte indicio sobre las relaciones tróficas que nos permite conocer de qué tipos de organismos se alimenta el hospedero y a cuáles especies sirven de alimento, con lo cual el parásito podría completar su ciclo de vida (Pérez-Ponce de León y García-Prieto, 2001); además, es indicativa de cambios en la estructura y función del ecosistema (Marcogliese, 2004).
Esta investigación aporta los primeros registros de D. longispiculata (tanto en su fase larvaria como en estado adulto), A. caninum, Physaloptera sp., S. lupi, Spirura sp., D. longispiculata, Alaria spp. y T. pisiformis en el coyote C. latrans impavidus en México. La información incrementa el conocimiento de la relación hospedero-parásito en un área poco atendida en los estudios de grandes carnívoros en México, al acercarnos al estudio de la helmintofauna del coyote y poder incorporar a los parásitos como piezas clave en el entendimiento de la comunidad biótica, y con ello aportar información útil en la toma de decisiones para la conservación de estas comunidades en México.