Christopher Gregory Weeramantry (17 de noviembre de 1926-5 de enero de 2017, Colombo) concentró sus trabajos en derecho internacional público. Estudió en el Royal College Colombo y se licenció y doctoró en el King’s College London.1 Fue abogado (1948-1967), juez de la Corte Suprema de Ceilán (1967-1972), profesor en la Universidad Monash (1972-1990) y juez de la Corte Internacional de Justicia (1991-2000).
Su primera opinión famosa fue la del uso o amenaza de uso de armas nucleares, caso remitido por la Asamblea General de la ONU como Opinión Consultiva de 1995, resuelta en 1996. El juez Weeramantry expresó: “[m]i desacuerdo con ellos es que no quise dejar posibilidad en cualquier circunstancia para el uso de las armas nucleares”.2 Esto lo reitera en el texto de su opinión: “Mi opinión considerada es que el uso o la amenaza del uso de armas nucleares es ilegal en cualquier circunstancias sin excepción”.3
En el caso Gabčíkovo-Nagymaros Project (Hungary/Slovakia), él hace su segunda opinión famosa, concentrándose en el “desarrollo sustentable” (esbozado por Álvarez en África Sudoeste)4 y propone el “principio de desarrollo sustentable”; además, insinúa la idea de “balance” entre las “consideraciones ambientales” y las “consideraciones de desarrollo”. El desarrollo incluye un beneficio económico producido, un crecimiento de felicidad y una calidad de vida humana, junto al concepto de “distribución justa de los beneficios que resultan del mismo” del preámbulo de la Declaración del Derecho al Desarrollo.5