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Agricultura, sociedad y desarrollo
versión impresa ISSN 1870-5472
agric. soc. desarro vol.5 no.1 Texcoco ene./jun. 2008
Las consecuencias culturales de la migración y cambio identitario en una comunidad tzotzil, Zinacantán, Chiapas, México
Cultural consequences of migration and identity change in a tzotzil community, Zinacantán, Chiapas, México
Jorge Mercado-Mondragón*
* Sociología Rural. Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco (jormemo@hotmail.com).
Resumen
En esta investigación se analizan las consecuencias de la migración internacional en una localidad indígena: Zinacantán, comunidad tzotzil del estado de Chiapas. Específicamente se estudian las repercusiones en su idioma, en la conformación de nuevas estructuras económicas, en las pautas de reproducción, en los nuevos lugares de reproducción de patrones socio culturales, en los sistemas de cargos, en la vida ceremonial, en los sistemas agrícolas, en la organización del trabajo rural, en la estructura familiar, en las redes de relaciones sociales, en la educación, en la organización comunal, y en el ámbito simbólico.
Palabras clave: Cambio cultural, identidad, migración internacional, sistemas agrícolas, sistemas de cargo, trabajo rural.
Abstract
In this research, the consequences of international migration are analyzed in an indigenous location: Zinacantân, a Tzotzil community in the state of Chiapas. The following repercussions are specifically studied: on language, on the conformation of new economic structures, on reproduction guidelines, on the new places for socio-cultural pattern reproduction, on the charges system, on ceremonial life, agricultural systems, rural work organization, on family structure, on social relations networks, education, communal organization, and on the symbolic sphere.
Key words: Cultural change, identity, international migration, agricultural systems, representation systems, rural work.
Introducción
Cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) nos indican que 'en México existen al menos 12 millones de indígenas, o sea 10% de la población total; con 62 grupos étnicos y 78 o más lenguas indígenas. Sin embargo, y a pesar de la riqueza cultural de los pueblos indios, en ellos se encuentran los mayores índices de pobreza y marginación.
La migración, como fenómeno estructural, alcanzó de manera contundente a las zonas indígenas. El flujo de población en estos espacios obedece fundamentalmente a la situación de atraso generalizado, así como a la existencia de viejos clientelismos y cacicazgos. Por otro lado, en la actualidad una gran cantidad de indígenas radica fuera de su lugar de origen, residiendo en las principales ciudades de los Estados Unidos. La migración internacional se ha vuelto la única opción que tienen para salir de su atraso estructural gracias a las remesas que reciben de los familiares que trabajan en los EE. UU.
Con el ascenso del neoliberalismo y el incremento de la migración nacional e internacional, las identidades culturales de los grupos indígenas donde la tasa migratoria es alta, han sufrido modificaciones que van desde el afianzamiento en las instituciones identitarias y culturales así como en elementos de cohesión comunitaria, hasta la desarticulación y devastación de las culturas indias. Por lo anterior, es importante analizar detalladamente los impactos de la migración en el conjunto de las sociedades indígenas en sus pautas de reproducción cultural e identitaria.
En el presente trabajo se analizan las consecuencias de la migración internacional en Zinacantán, comunidad tzotzil del estado de Chiapas. Específicamente se estudian las repercusiones en su idioma, en la conformación de nuevas estructuras económicas, en las nuevas pautas de reproducción, en los nuevos lugares de reproducción de patrones socio cultural, en los sistemas de cargos, en la vida ceremonial, en los sistemas agrícolas, en la organización del trabajo agrícola, en la estructura familiar, en las redes de relaciones sociales, en la educación, en la organización comunal y en el ámbito simbólico.
Nota metodológica
Para la presente investigación se aplicaron de manera aleatoria 30 cuestionarios en diferentes viviendas del municipio de Zinacantán. Es importante señalar que no se pretendió obtener una representatividad; el propósito fundamental fue trazar líneas generales de investigación del fenómeno analizado, desde un estudio estrictamente microsociológico y basado en la representación social. Por lo anterior, las conclusiones de este trabajo únicamente son válidas para la muestra analizada.
Si en ocasiones la suma del total de las respuestas no es igual a 100% de las observaciones es porque no se consideraron las respuestas con pequeño o nulo porcentaje de representación. Las opiniones o representaciones sociales que se recogieron en campo y que posteriormente analizamos pueden corresponder o no con la realidad; es decir, el análisis se realizó a partir de la opinión o representación social de la propia comunidad entrevistada, y en un sentido estricto ésta puede corresponder o no con la realidad. En ese tenor, la intención central del presente artículo es dar a conocer lo que nos mostraron los datos en campo y la necesidad, que se desprende, de ahondar más en este tipo de problemáticas y abrir el debate en el terreno sociológico.
Las características de los y las informantes que componen la muestra de estudio son: en relación con la educación la muestra tiene una escolaridad mayoritaria de primaria incompleta (28.6%), seguido por los que no tienen ningún tipo de estudio 25% y finalmente los que tienen primaria completa (7.1%). En relación con la ocupación se encontraron los siguientes datos: 40.5% son artesanos1, 18.5% campesinos y 11.1% amas de casa, entre las ocupaciones más representativas.
Cultura, identidad y cambio sociocultural desde un enfoque teórico
Uno de los supuestos de este trabajo es que los flujos migratorios en los espacios indígenas han alterado las pautas de reproducción cultural y la identidad, en dos sentidos: a) el movimiento poblacional ha influido en el afianzamiento y consolidación de esas estructuras y b) la cultura y la identidad están siendo alteradas de manera importante como consecuencia de las flujos migratorios. Lo anterior supone un movimiento en un sentido o en otro, que da como resultado (entonces) un cambio cultural2.
La cultura, como concepto analítico, tiene diversas acepciones dependiendo de la óptica con la que se le enfoque. Desde el punto de vista filosófico se entendería como el conjunto de producciones específicas que produce el hombre atendiendo a su carácter creador; esta particularidad transforma tanto al hombre como a su entorno. Desde la antropología cultural se definiría como el conjunto de elementos materiales y los que no lo son, ésto es las lenguas, las técnicas, la ciencia, las costumbres, los valores, las tradiciones e incluso los valores y modelos de comportamiento que son socialmente transmitidos y por consiguiente asimilados; estos elementos distinguirían a un grupo social de otros.
Para el presente análisis privilegiaremos la segunda definición, pues pensamos que la propuesta antropológica que define a la cultura como una dimensión simbólica - expresiva de las relaciones sociales3, es la más indicada para el análisis del fenómeno migratorio. Esta definición coincide en gran medida con la de Sieglin (2004) quien propone que la cultura debe de ser entendida como un sistema o conjunto de símbolos y signos (linguísticos y no linguísticos) que son usados para la interpretación y la significación de los fenómenos del mundo: subjetivo, objetivo y social. De hecho esta última definición será de gran utilidad cuando analicemos la categoría de cambio sociocultural.
Otro concepto que se ha tenido que integrar y analizar como consecuencia, entre otras, de la intensificación de los flujos migratorios es el de identidad. Al igual que el concepto de cultura, el de identidad presenta varias aristas. En el presente trabajo nos apagaremos al planteamiento de Giménez (2000), donde se mencionan tres elementos de análisis: a) ubicar el concepto de identidad en un lugar compartido por una teoría de la cultura y una teoría de los actores sociales; b) entender la identidad como parte de una teoría de la cultura "distintivamente internalizada como habitus" y c) ubicar la identidad en el marco de las representaciones sociales, por los actores sociales.
Desde esta perspectiva la identidad sería el "lado subjetivo de la cultura considerada bajo el ángulo de su función distintiva". Giménez menciona que la identidad, tanto individual como colectiva necesariamente tiene que ser sancionada por el "reconocimiento del otro" para que ésta pueda existir en el plano social y público. Así mismo, la identidad tiene un carácter altamente intersubjetivo y relacional, en un marco de auto percepción de un sujeto en relación con los otros, dado que en esa relación opera el reconocimiento y la aprobación entre los miembros de una comunidad. Es muy importante destacar que la identidad de los sujetos sociales inmersos en una interacción social surge y se consolida en un marco de confrontación con respecto de otras identidades. Giménez proporciona tres elementos de distinguibilidad para el análisis de la identidad, estos serían: "la pertenencia a una pluralidad de colectivos; la presencia de un conjunto de atributos idiosincráticos o relacionales y una narrativa biográfica que recoge la historia de vida y la trayectoria social" (Giménez, 2000:51). Finalmente, como menciona el autor "existe una clara continuidad entre cultura e identidad, en la medida de que esta última resulta precisamente de la internalización peculiar y distintiva de la cultura por los actores sociales como matriz de unidad {cid intrá) y de diferenciación (cid extra)". (Giménez y Gendreau, 2004:173).
En relación con el cambio sociocultural, en términos generales se define como aquel que se produce y lleva a cabo en el nivel de los símbolos culturalmente significativos que el hombre produce. Gallino (citado por Esteinou, 2005) define este cambio como "la variación diferenciada o alteración relativamente amplia y no temporal, aunque no irreversible, en la propiedad, estado o estructura de la organización social de determinada sociedad, o bien en las relaciones entre los sistemas sociales mayores que la componen" (Esteinou, 2005:18). Sieglin (2004) propone que el cambio sociocultural se debe analizar como un efecto del cambio de los esquemas conceptuales con que se interpretaban las experiencias y a través de las cuales se otorgaba un valor emocional, intelectual y racional distinto. Esta autora plantea que si pensamos la cultura (entendida) como un sistema de signos, entonces el cambio cultural resultaría el producto de diversos procesos en tres niveles: a) la reinterpretación y resignificación de eventos, objetos, emociones y afectos a los cuales se les otorgan nuevos significados; b) el uso de significados, conceptos y modelos de significación otorgados a nuevas experiencias, instituciones y objetos y, c) el surgimiento de nuevos conceptos y modelos que involucran tipos renovados de interacción, instituciones, artefactos e identidades (Sieglin, 2004).
Sobre las representaciones sociales4
¿Cómo entender la percepción, o más específicamente la representación social de las respuestas emitidas por la población entrevistada en Zinacantán? Al respecto, hablar de su familia o de los miembros de la comunidad, implica de alguna manera referirse "al otro" o "a los otros"; es decir, la representación que se tenía de la familia, de la población, de la comunidad donde viven, y precisamente del cómo los sujetos entrevistados explican el comportamiento de los otros. En ese sentido, se tiene que considerar en primer lugar que estas representaciones son producto de un prolongado proceso de objetivación y de la elaboración de "estructuras definidas" del otro, que se constituyen en "sistemas de explicación" (Paicheler, 1984). Este autor sostiene que estas representaciones son producto de las mismas prácticas sociales que de alguna manera reflejan los conflictos y presiones al interior de una comunidad. De esta manera, la representación social constituye la forma en que los sujetos sociales aprenden los acontecimientos cotidianos, que integran un conocimiento espontáneo o de sentido común.
Es por eso que ese conocimiento es "socialmente elaborado y compartido" y sobre todo fundamentalmente práctico (Jodelet, 1984). El conocimiento definido así, fragua la certidumbre de la realidad consensual y participa en la construcción social de la realidad. Esta última expresión es de Berger y Luckmann (1968). La preocupación de estos investigadores se encuentra ligada a la definición de lo que la población en general entiende por realidad, que en términos generales los autores definen como una no teórica o preteórica.
Entonces, es el sentido común el que contiene el edificio de significaciones de una sociedad específica. Berger y Luckmann (1968) señalan que el diario acontecer de los grupos humanos se presenta como una especie de "realidad interpretada" por la sociedad con un "significado subjetivo de un mundo coherente". En consecuencia, el objeto de análisis para los sociólogos es justamente esa realidad, la cual hay que apropiarla como algo dado, pues el acontecer (realidad) de la vida cotidiana es la suprema realidad, la realidad por excelencia. El sentido común es entonces un "cuerpo de conocimiento" socialmente reconocido ya que es producido de manera espontánea por todos los miembros de una comunidad, éste se basa en la tradición y en el consenso, pues a través de la razón cambia y modifica lo acumulado por la tradición. Desde esta perspectiva, la ciencia no es otra cosa que la sistematización del sentido común (Moscovici, 1984).
De esta manera, la representación social "designa una forma de conocimiento específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la operación de procesos cognitivos y funcionales socialmente caracterizados. En sentido más amplio, designa una forma de pensamiento social. Las representaciones sociales constituyen modalidades de pensamiento práctico orientados hacia la comunicación, la comprensión y el dominio del entorno social, material e ideal. En tanto que tales, presentan características específicas en el ámbito de la organización de los contenidos, las operaciones mentales y la lógica" Jodelet (1984:474).
Estudio de caso
Zinacantán se ubica muy cerca de la ciudad de San Cristóbal de las Casas (a 10 Km) y está asentado en la altiplanicie central, pertenece a la región II Altos y en el municipio se asientan 47 localidades (la presente investigación se llevó a cabo únicamente en la cabecera municipal). Tiene una superficie de 141.4 Km2. En la actualidad hay dos actividades fundamentales: la floricultura y la confección de vestimentas artesanales.
Características de la migración en el municipio de Zinacantán
Las preguntas que se plantearon en los cuestionarios de representación fueron sobre el tipo de migración que se realiza. Al respecto las respuestas fueron que fundamentalmente se lleva a cabo una migración colectiva (60.7%) y en menor medida individual (39.3%). Los estados destino que se mencionaron fueron: California (14.3%) y Florida (7.1%) entre las más representativas. Las principales actividades en las que se desempeñan los indígenas migrantes de Zinacantán en los EE. UU. son: trabajo agrícola (64.3%), albañilería y comercio (ambas con 7.1%).
De los entrevistados 89.3% menciona que no conocen la existencia de comités de apoyo en los EE. UU. que hayan establecido los migrantes de la comunidad5. El dinero que envían los migrantes fundamentalmente se utiliza para alimentación (65.5%); para la construcción y mejora de la casa (15.8%); y para la compra de ropa (7.1%). Así mismo un mínimo porcentaje expresó que el dinero se utilizaba para pagar deudas. El rubro educación no fue mencionado, lo que nos indicaría que las unidades familiares indígenas no destinan a la educación de sus hijos ningún recurso de las remesas.
Se les preguntó también qué harían si los recursos que envían los migrantes que trabajan en los EE. UU. dejaran de llegar. Se obtuvieron varias respuestas, entre ellas: se pondrían tristes (la más frecuente); habría hambre; buscarían trabajo, y se tendría que intensificar el trabajo artesanal (confección de ropa típica), seguirían igual de pobres y finalmente se pondrían a pensar si no les pasó nada grave.
Lengua
En la comunidad se habla fundamentalmente el Tzotzil, aunque 3.6% de los entrevistados se comunican en español. Lo anterior es importante dado que la migración de retorno supondría una disminución del uso del idioma local, como ocurre en otros lugares indígenas con alta tasa de migración6. Sin embargo, como se ha mencionado, la migración en Zinacantán y en general en el estado de Chiapas es reciente.
Respecto del uso de la lengua indígena los datos que se obtuvieron con la población interpelada en la comunidad fueron: 7.1% de los migrantes que retornan no utilizan su lengua materna para comunicares entre ellos, y 46.4% de los indígenas entrevistados consideran que los Tzotziles que se encuentran trabajando en los EE. UU. dejan de hablar su lengua materna. Por otro lado 35.7% considera que de aumentar los flujos migratorios, la lengua Tzotzil correría el riesgo de perderse.
La mayoría de los datos obtenidos no rebasan 50% de las representaciones, sin embargo llama la atención que casi 50% de los entrevistados piensen que sus paisanos o familiares migrantes dejen de usar la lengua indígena, sobre todo por las consecuencias que ésto tendría en el sistema de pertenencia o adscripción étnica, donde el idioma juega un papel fundamental. Recordemos que la identidad cultural se elabora y fundamenta en gran medida por un sistema de signos y símbolos que sobretodo son lingüísticos. Por otro lado, es relevante que poco menos de 40% piense que de incrementarse la migración la lengua indígena corra un peligro de perderse. Lo anterior encontraría su explicación en el hecho de que los entrevistados consideran que en otro lugar prefieran hablar el español y que los indígenas migrantes ya deben hablar Inglés. Es importante mencionar que los que consideran que la lengua no tiene peligro de perderse por la migración, mencionan que la lengua indígena nunca se pierde.
Identidad y cultura
Con respecto a la identidad y la cultura planteamos una serie de interrogantes que tienen relación con estos conceptos y las consecuencias sobre ellos, con la presencia de los flujos migratorios. Al respecto, 67.9% considera que los indígenas que se van al norte no dejan de ser indígenas. Cuando se les formuló la pregunta de otra manera, es decir si ellos consideran que los migrantes de Zinacantán siguen siendo indígenas el 85.7% piensa que sí. Todos los entrevistados creen que si se nace indígena, ésta condición nunca se pierde.
Con los datos anteriores parecería que no hay ningún problema con respecto a la cultura y a la identidad indígena en relación con los flujos migratorios, pues los entrevistados consideran que los migrantes siguen siendo indígenas y que un indígena que nace con esa condición siempre lo será. Sin embargo, cuando formulamos las preguntas con respecto de "yo" como miembro de la comunidad y del "otro", y la pertenencia a un grupo social, las opiniones y respuestas cambiaron drásticamente; verémos por qué.
Anteriormente planteamos que uno de los elementos de la identidad era el reconocimiento o la sanción del "otro" y la pertenencia a una pluralidad de colectivos. Esos dos elementos nos dan una idea de lo que ocurre con la identidad y su repercusión en los flujos migratorios. ¿Por qué remarcamos lo anterior? Por el simple hecho de que al preguntarles a nuestros entrevistados quiénes eran más indígenas, los de aquí o los que se van a los EE. UU., 92% contestó que son más indígenas los que viven en la comunidad que los que migran. Es decir, por el simple hecho de salir de su comunidad para buscar mejores opciones de vida, pierden (frente a los que se quedan) rasgos de pertenencia a la comunidad, pues estos últimos consideran que ellos son más indígenas que los que se van. Insistimos: el simple hecho de salir de la comunidad los colocaría en desventaja, pues los integrantes del pueblo piensan que pierden rasgos de la identidad y la cultura indígena al salir de Zinacantán.
Otro dato que apoya la observación anterior es que cuando se les preguntó a los y las informantes indígenas de Zinacantán en qué momento se es "más indígena", antes o después de la migración, las respuestas que se obtuvieron fueron también altas en el sentido de que se opina que se es "más indígena" antes de los flujos migratorios, 88.5% de los entrevistados piensa eso. Si nos apegamos a estos datos parecería que efectivamente la salida de una parte de los miembros de la comunidad sí es considerada como un peligro para la cultura y la identidad de los zinacantecos.
Los que opinan que se es más indígena estando en la comunidad, y que antes de la migración hay más cultura e identidad, mencionan que cuando están en Zinacantán, asisten a todas las fiestas y visten la indumentaria oficial de los Tzotziles. Al salir o migrar, a los lugares donde van (EE. UU.) "aprenden otras costumbres" y "niegan sus raíces" además de que "las personas de allá son diferentes". Se mencionó que al regresar los indígenas migrantes ya cambiaron costumbres y traen otras ideas.
También se refirió que ellos consideran que en los EE. UU. no hay cultura y no hay costumbres. Otro dato que apoya la situación anterior es que 64.3% mencionó que los indígenas que migran ya no conservan sus tradiciones. El 75% refiere que la migración ha influido en la vestimenta, sobre todo porque ya no usan el traje típico. A la pregunta de si los migrantes han traído nuevas formas de vestir a la comunidad, 67.9% menciona que sí. Estas formas de vestir están relacionadas con la indumentaria chola (camisas, pantalones y tenis). Con relación a si la migración internacional habría sustituido al vestido tradicional de la comunidad, 50% menciona que sí7.
En relación con el cambio de patrón alimenticio como producto de los flujos migratorios, 23.1% considera que sí ha habido cambio. Además, 39.3% considera que la migración ha tenido un impacto en la música tradicional de la comunidad; y 32.1% que Zinacantán era más indígena antes de que se iniciaran los flujos migratorios.
Es importante descatar el hecho de que cuando colocamos la identidad, la cultura étnica y a los migrantes, en un plano de "otro", parece que todo está bien. Sin embargo, cuando confrontamos la cultura y la identidad de los que se quedan en la comunidad con respecto de la de los migrantes o la migración, las cosas cambian radicalmente. Como nuestro trabajo se basó fundamentalmente en las representaciones sociales, no sabemos si en la práctica esto opera así, pero es contundente que la gran mayoría de nuestros y nuestras informantes opinen que se es más indígena cuando se queda en la comunidad (nueve de cada diez) y se es más indígena antes de migrar (ocho de cada diez).
Como se mencionó en la parte teórica, lo anterior es importante, ya que en el plano identitario es en el marco de la auto percepción de un sujeto y su relación con los otros, donde opera la relación de reconocimiento y la aprobación entre los miembros de una comunidad.
Sistema de cargos, organización comunal, trabajo agrícola y familia
Los sistemas de cargos en Zinacantán son fundamentales pues sobre ellos se organiza y se constituye la estructura social de la comunidad. Este mecanismo de cargos proporciona una cohesión comunitaria y proporciona una protección con respecto del exterior8.
En relación con los sistemas de cargos, los y las informantes mencionaron que fundamentalmente son los siguientes: cargos religiosos (el mas importante es el del sacristán), tres tipos de autoridades a) comunales, b) municipales y, c) tradicionales; las mayordomías, el alférez, los músicos9.
Desde el punto de vista de nuestros entrevistados y entrevistadas, estos cargos tienen la función de resolver problemas de la comunidad, organizar y celebrar las diferentes fiestas, cuidar la iglesia y los sanos patronos "cuidar los dioses"10, hacer cumplir con el respeto de la comunidad, educar a la sociedad para cuidar, ordenar y vigilar a la población, para hacer seguir y respetar las tradiciones.
También se preguntó que en caso de que no estuvieran los ciudadanos cómo se hacía para cubrir el sistema de cargos, y las respuestas que se obtuvieron fueron: si un ciudadano indígena está cubriendo un cargo, no podrá migrar sino hasta el término de éste o en casos extremos tendrá que dejarlo. La familia del migrante tiene que responder o ayudar para el cargo y en otros casos aportan dinero para que otra persona lo realice. Se preguntó si los migrantes pueden ser responsables de un cargo y se mencionó que sí, a través del dinero que envían o de sus cooperaciones económicas o por los familiares que se quedan en la comunidad.
Sin embargo, la mayoría opinó que no se puede ejercer el cargo si no se está presente en la comunidad. Otro porcentaje alto de informantes opinó que los migrantes, una vez que se van, ya no participan. También se comentó que si la migración se intensifica no hay quién pueda ocupar los cargos, aunque nunca se han suspendido dado que los miembros que se quedan en la comunidad los asumen. En todo caso se documentó que si se intensifican los flujos migratorios, los sistemas de cargo los pueden apoyar indígenas de otra comunidad.
Se preguntó que en caso de que los flujos migratorios se incrementaran de manera importante y esto trajera como consecuencia la desaparición del sistema de cargos, qué ocurriría con la comunidad. Las respuestas fueron: se perderían las costumbres, no habrá unidad, no habría fiestas, la iglesia estaría descuidada y abandonada, habría caos y desaparecería la comunidad. Lo anterior permite darnos una idea de la importancia del sistema de cargo en Zinacantán, sin embargo, una parte de nuestros entrevistados y entrevistadas mencionó que eso no puede pasar porque los cargos no pueden desaparecer.
Parece ser que los flujos migratorios han modificado de manera incipiente la organización y la estructura de la organización comunal. Es decir, la estructura en la cual se apoya la vida comunitaria permanece, así como sus instituciones. Por ejemplo, en relación con el sistema de cargos todo parece indicar que este sigue funcionando y la migración ha afectado poco sus estructuras internas y de organización. La migración no ha reducido o aumentado el número de cargos en la comunidad, pues todos los entrevistados respondieron que estos permanecen estables. En relación con las fiestas, ninguna se ha tenido que suspender y que, por el contrario, la migración ayuda o apoya su realización (57.1%). Un 89.3% considera que la migración no pone en peligro las fiestas patronales.
En relación con la familia, 78.6% considera que la suya estaba más unida antes de la migración. Así mismo se menciona que con la migración hay una falta de unión y un sentimiento de separación. Cuando se les pregunta si ha habido cambio en los valores de la familia por los flujos migratorios, 67.9% responde que no. Un 32.1% considera que sí ha habido cambios en el sistema de valores. Las transformaciones serían: cambio en la forma en la que se comportan, en su forma de pensar pues algunos "ignoran su origen", en la forma de vestir y de hablar y abandono de la religión católica por la de los testigos de Jehová.
A la pregunta de cuáles serían las consecuencias más negativas de la migración en relación con la familia, se mencionaron: cambio en la tradición, desorganización de la familia, separación de la familia y "pérdida de las ideas", la muerte de sus familiares en el camino al norte y el incremento de la violencia. La mayoría opinó que no hay ninguna consecuencia. Sin embargo, cuando se les interrogó respecto a las actividades que tradicionalmente desempeñaban los miembros de la familia y sus cambios por la migración, se preguntó si ha habido modificaciones importantes en relación con la jefatura del hogar, y 46.4% menciona que ésta sigue dependiendo de la madre. Con respecto a las tareas agrícolas y su distribución en la familia, es el padre quien las realiza (17.9%), seguido por los hijos (21.4%). En relación con las faenas, son fundamentalmente los hijos quienes las llevan a cabo, seguidos por el padre (14.3%).
En cuanto a la impartición de la educación y la infraestructura educativa, la migración parece afectarlas de manera circunstancial, pues cuando se pregunta si los flujos migratorios han afectado la educación, 7.1% menciona esa relación. Sin embargo es importante mencionar que cuando se canaliza o distribuye el dinero de las remesas, los informantes no mencionaron el rubro de la educación y por si fuera poco 78.6% mencionó que sus paisanos que están en los EE. UU. no mandan apoyo económico para el apoyo de las escuelas, y 90% refirió que los migrantes no ayudan en el rubro de la educación en la comunidad.
En la organización comunal, municipal y política, los y las informantes refieren que la migración no ha afectado las formas en que se eligen las autoridades, ni su función. Un 96.4% considera que los indígenas migrantes no tienen forma de elegir a los representantes de la comunidad, y 70.4% considera que los indígenas migrantes tienen y mantienen sus características de ciudadanos activos (con derechos y obligaciones). Sin embargo, cuando se preguntó si los indígenas migrantes participan políticamente en la comunidad, la mayoría contestó que no participan de ninguna forma.
En relación con el trabajo agrícola, se preguntó si la migración lo afecta y la mayoría contestó que no (71.4%). El resto refiere que hay abandono de tierras y ocupación ilegal de éstas. Ya vimos, en la parte concerniente al cambio en las tareas domésticas de los miembros de la unidad familiar, que los flujos migratorios no han ocasionado cambios importantes en las tareas asignadas. Sin embargo, cuando se preguntó si con la migración internacional las mujeres habían intensificado su participación en el trabajo agrícola, 42.3% respondió que si; además de que los niños han incrementado su actividad agrícola, y algunos indígenas han vendido la tierra para obtener el dinero para migrar. Hay entonces un cambio incipiente en las actividades agrícolas por el aumento de la migración. En relación con el trabajo agrícola y los flujos migratorios, la relación con los efectos negativos de la migración parece aumentar, dado que 28.6% de los y las entrevistadas declara que el trabajo agrícola sí ha sido afectado por la salida de indígenas migrantes, y 32.1% considera que el aumento de la migración pondría en peligro la actividad agropecuaria, dada la disminución de mano de obra.
Por otro lado, para 35.7% el dinero enviado por los migrantes ayuda a la realización de actividades agrícolas y 17.9% dice que el dinero enviado por los migrantes puede ayudar a la agricultura. Este apoyo de los migrantes se canaliza a la compra de fertilizante, semillas y abono y al pago de jornaleros.
Con relación a la propiedad de la tierra y el efecto de la migración en ella, los cambios son: 14.3% considera que a los indígenas migrantes que tienen tierra ya no se les puede considerar como propietarios, y 11.1% opina que la migración ha cambiado los principios de la propiedad comunal. Un aspecto relevante es que 30.8% de los informantes refieren que con el aumento de la migración ha habido abandono de tierras, y 37% que, como producto de la migración, se ha iniciado un proceso de venta de la tierra. Estas dos últimas representaciones nos estarían mostrando efectos negativos de la migración.
Hay temas en los que parece haber temor por parte de los indígenas de Zinacantán en relación con los efectos negativos de la migración: la lengua y el trabajo agrícola.
En los Cuadros 1 a 4 se presentan los rubros y los niveles de representación que tuvieron en la muestra. Los conceptos con más de 50% se consideran con un nivel alto de relación entre la migración y su repercusión en la cultura, la identidad y las tradiciones.
En el Cuadro 1 se muestra que los temas donde existe mayor relación entre flujos migratorios y cambio cultural e identitario es en los que se refiere que la comunidad tenía más valores y costumbres antes de los flujos migratorios. Es decir que la migración es considerada una amenaza para la cultura y la identidad de la comunidad. La mayoría de los y las indígenas entrevistados consideran que la comunidad perdió valores y costumbres con los flujos migratorios. Aunque la pregunta es general y no menciona qué tradiciones o valores, más adelante veremos en qué consiste el cambio cultural o esa pérdida de valores o costumbres.
Los dos rubros siguientes se refieren a que son más indígenas los que se quedan en la comunidad y que se es más indígena antes de la migración. Los datos muestran que la salida de uno o varios miembros de la comunidad es percibida como un elemento de desestabilización para la cultura, la identidad y tradición de Zinacantán. Ésto confirma que el centro de la pertenencia o adscripción de la cultura y la identidad de los indígenas y sus tradiciones se encuentra en la permanencia en la comunidad y a un grupo y a una lengua. Cuando no se está presente en la comunidad, no se tiene una relación con el grupo social, y los lazos de pertenencia al grupo se diluyen. Además, no participar en las actividades generadas por los sistemas de cargos es fuertemente sancionado. Los migrantes indígenas no están presentes para cumplir con dichas actividades; lo que sugiere la pregunta de sí el dinero que envían les exime de toda responsabilidad, o si este recurso llena o cubre la ausencia que implica la migración. Como hemos mencionado, el sistema de cargos es fundamental para la reproducción cultural de la comunidad y más aún, la comunidad existe gracias al sistema de cargos.
En ese sentido la migración no ha alterado sustancialmente dicha figura, sin embargo si hay o existen otros elementos que, conjuntamente con la migración, podían afectar severamente al sistema de cargos. Nos referimos al creciente desinterés por los jóvenes por este sistema (una buena parte prefiere migrar); el otro elemento es justamente la penetración de otras religiones (que en ocasiones esta en relación con la migración) y finalmente el peso económico que representa el ser mayordomo. Si mezclamos esos tres ingredientes con la intensificación de la migración, podríamos hablar de una alerta para el sistema de cargos.
La separación familiar alcanza 78.6%. Estudios hechos por el autor en otros municipios del país muestran que existe un sentimiento de separación familiar, que en el caso de Zinacantán tendría repercusiones importantes también el plano cultural e identitario11.
Otros aspectos en que la población considera que la migración ha traído una repercusión desfavorable en la vida cultural e identitaria es la vestimenta. Este tema es importante para los pueblos Tzotziles en los altos de Chiapas, cuya forma de distinguirse es el traje tradicional. Otro elemento que proporciona una idea de la importancia del traje típico es el hecho de que quién ostenta un cargo viste de manera distinta al resto de la comunidad. Asimismo, el traje tradicional se relaciona con una cosmovisión que está relacionada con su cultura y su identidad.
Zinacantán es un pueblo que vive (en gran parte) de la confección de trajes típicos, y una gran cantidad de los habitantes (sobre todo mujeres) portan el traje tradicional. Por ello los entrevistados alertan que la migración está alterando el patrón de vestimenta tradicional. Además, el traje tradicional les proporciona identidad y los refiere a su propia creación como pueblo.
Los informantes de Zinacantán refieren que la migración altera los valores y las costumbres (que de hecho fue la observación más alta, ya que nueve de cada diez así lo considera). En ese sentido podemos decir que cuando los y las zinacantecos mencionan esta alteración, se refieren al vestido tradicional. Ésto no es una cuestión menor, ya que la ropa que ellos y ellas confeccionan y portan, los remite a su cultura y a su identidad, y a su universo simbólico y su surgimiento como pueblo Tzotzil. Los entrevistados consideran que los que migran hacia EE. UU. no conservan sus costumbres (64.3%).
Los migrantes indígenas, al no estar presentes o insertos dentro de este sistema que los produce y los reproduce como indígenas y ciudadanos, pierden casi automáticamente las costumbres e incluso el componente indígena. Entonces el dinero enviado por ellos (remesas) les proporcionaría una garantía de reindianización, de recomunitarización y de retradicionalización en el momento en que ellos reingresen a la comunidad.
Por ello pensamos que las respuestas altas sobre la pérdida del componente indígena y de la tradición como consecuencia de la migración tiene relación directa con un sistema que penaliza fuertemente la no realización de las obligaciones (sistema de cargos) que como indígena y como ciudadano tiene que cumplir, dado que son éstas las que permiten la existencia de una comunidad de Tzotziles llamada zinacantecos, con una cultura y una tradición que además les proporciona una cohesión como grupos, frente a Tzotziles de otras comunidades.
Los rubros anteriormente comentados están por arriba de 50% de las cuotas de representación, lo que supone una preocupación fundamental entre los y las indígenas entrevistados en Zinacantán con respecto de la migración y su impacto en el cambio cultural e identitario.
En el Cuadro 2 se resumen los rubros con cerca de 40% de representación. Uno de ellos está en el centro de lo que supondría un cambio cultural en la comunidad. Nos referimos al hecho de que nuestros informantes mencionan que los migrantes ya no utilizan la lengua materna en EE. UU. Suponemos que al igual que la vestimenta, la lengua otorga un elemento distintivo que proporciona y refuerza los lazos identitarios, culturales y de la tradición. Una de las definiciones de la cultura se refiere a un conjunto de símbolos y signos, lingüísticos y no lingüísticos, utilizados para la interpretación de los fenómenos sociales; entenderíamos que cualquier cambio en el sistema idiomático repercutirá en la manera en que se interpretan los sistemas sociales.
Además, como se mencionó, la migración de los indígenas supone una salida (temporal o permanente) del sistema de presión social que implica vivir en la comunidad y comunicarse necesariamente en Tzotzil. Bajo la representación de las y los entrevistados, el uso de la lengua materna perdería sentido fuera de la comunidad. En todo caso el problema del uso o no de la lengua lo plantearían los migrantes retornados. (7.1% de las personas entrevistadas refirió que los migrantes que regresan a la comunidad ya no se comunican en Tzotzil).
Una consecuencia lógica, producto de los flujos migratorios, es la feminización de las actividades agrícolas. Por la salida de la fuerza de trabajo masculina, que se dedicaba tradicionalmente a esas actividades, las mujeres han tenido que ocupar esos espacios. Este hecho indica un cambio importante en la composición de las unidades domésticas indígenas producto de la migración. El cambio en la composición de la unidad familiar representa aliteraciones en el conjunto del sistema agrícola y por consiguiente en la unidad familiar misma. Las mujeres que se ocupan de estas actividades han tenido que convertirse en pluriactivas y asumir el papel de jefas de familia.
Los rubros con alrededor de 30% de representación se presentan en el Cuadro 3.
El tópico más señalado es el que se refiere a que la migración ha tenido efectos negativos en la música tradicional de la comunidad. Si lo relacionamos con el que menciona que la comunidad tenía más valores y costumbres antes de la migración, concluímos que la preocupación predominante se refiere a los pilares de la tradición: la vestimenta y la música.
En relación con la lengua, no se trata de la utilización o no de ésta por parte de los migrantes en su lugar de llegada, sino del uso de la lengua en la comunidad. Es en ese tenor es significativo que 35.7% piense que de incrementarse los flujos migratorios tiene el riesgo de perderse. Con relación a que los indígenas que se van al norte dejan de ser indígenas y que la comunidad era más indígena antes de los flujos migratorios únicamente llamaríamos la atención en la recurrencia del tópico en representaciones de alto y mediano porcentaje como es en este caso (alrededor de 30%)
Un tema por demás interesante es el referido a la tierra y la agricultura. Aunque en este caso las representaciones no rebasan 50%, los contenidos parecen mandar señales negativas; puesto que 37% señaló que se han iniciado procesos de venta de tierras.
Aunque este fenómeno ha sido observado en otras regiones del país, el hecho de que se documente en Zinacantán, que es una zona indígena, y que 30.8% mencionó que con la migración también se han observado procesos de abandono de tierras, estamos en condiciones de mencionar que aunque la migración en Chiapas es reciente, ya se están observando consecuencias negativas para los sistemas agrícolas; mucho más negativas que en zonas agrícolas no indígenas, debido a la importancia de la tierra para la cultura, la identidad y la tradición de los grupos étnicos. Entre los grupos indígenas la madre tierra tiene un papel importante en la realización de rituales polisémicos y agrícolas que están estrechamente vinculados con el campo, es decir existe una cosmovisión indígena agraria, ya que
"...la tierra constituye el fundamento primordial de la religiosidad indígena, la cual se manifiesta mediante creencias y rituales que se vinculan íntimamente con la vida campesina, en la entidad social que ineludiblemente ha incorporado histórica y dialécticamente en su cosmovisión, elementos culturales sincretizados..." (Maldonado, 2005:19).
De esta manara fenómenos como la venta de tierras y los procesos de abandono registrados son una consecuencia negativa para la religiosidad y para los sistemas de referencia, tanto culturales como identitarios en Zinacantán.
Además, 32.1% de los informantes declaró que, de continuar los flujos migratorios, se terminará el trabajo agrícola. Parecería que, de incrementarse los flujos migratorios, no solamente los sistemas agrícolas se verían amenazados sino la cosmovisión indígena agraria de ellos.
Las representaciones sociales de alrededor de 20% se presentan en el Cuadro 4. En él puede observarse la recurrencia del trabajo agrícola y la agricultura. En la muestra, 28.6% consideran que de continuar la migración se afectaría al trabajo agrícola. Es pertinente recordar que el fenómeno migratorio en el estado de Chiapas es muy reciente y llama la atención que ya se estén presentando problemas en el sector agrario de Zinacantán; lo que implicaría que los flujos migratorios en Chiapas, específicamente en Zinacantán, no se ajustan a los patrones tradicionales de la migración. La migración en Zinacantán es principalmente colectiva (60.7%) y, tradicionalmente, cuando la migración se inicia en una comunidad o región se desarrolla individualmente, ya que la colectiva supone un proceso de especialización que toma años. En todo caso los datos anteriores indican la necesidad de realizar estudios (longitudinales) sobre el impacto de la migración en los sistemas agrícolas, pues con la información que se obtuvo en el presente estudio (transeccional) se vislumbra un impacto negativo de la migración en la agricultura de Zinacantán.
Otro aspecto con un porcentaje de representación de alrededor de 20% se refiere a que la migración ha ocasionado cambios en el patrón alimenticio. Un 23.1% manifestó lo anterior, lo que nos lleva a plantear que el flujo de una parte de la población de Zinacantán hacia los EE. UU. comienza a tener manifestaciones negativas en los sistemas culturales, identitarias y de la tradición que involucran hasta a los patrones alimenticios.
Conclusiones
Aunque el presente estudio se realizó en un marco transeccional, pudimos constatar (a partir de las representaciones sociales de la población encuestada) que la migración internacional de los indígenas zinacantecos hacia los EE. UU. comienza a causar una alteración del mapa cultural y del sistema de referencia identitario, así como en las tradiciones. El dato que obtuvimos en el sentido de que los migrantes de Zinacantán, son considerados como "menos indígenas", o que la comunidad era "más indígena" antes de los flujos migratorios, nos muestra que el sistema social (que es en cierta medida coercitivo) penaliza la salida de los integrantes de la comunidad, otorgándoles una característica que devalúa la condición de ser indígena. Es en este hecho fundamental donde debemos enmarcar los efectos de la migración en la cultura y en la identidad, dado que los indígenas que se quedan la comunidad se sienten amenazados por los cambios que supone la migración en su sistema cultural y de auto percepción (identidad). Las altas tasas de representación que se obtuvieron en relación con el efecto negativo de la migración en los valores y costumbres, en particular la vestimenta, que reviste una simbología que remite a la fundación misma de la comunidad y de la cultura zinacanteca, nos proporciona un marco de entendimiento del temor que expresan los indígenas de la comunidad, cuando observan cómo con la migración han entrado a la comunidad vestimentas del tipo de los "cholos". Este hecho es la antítesis del mito fundacional.
También hay un temor sobre los efectos negativos que los flujos de población puedan tener sobre el sistema de cargos, a los que, aunque no ha afectado mayormente, si lo puede hacer si se conjunta con otros fenómenos (desinterés de los jóvenes, conflictos religiosos e incapacidad monetaria). Otro punto que destacó en las entrevistas es el de los efectos perversos de la migración en los sistemas agrícolas, entre los que refirieron venta y abandono de tierras. Ambos fenómenos son negativos para la cosmovisión indígena agraria y para la recreación cultural y la continuación de la religiosidad indígena, que descansa ampliamente en su relación con la tierra.
Los datos anteriores sugieren una cierta alteración en la producción cultural, i. e. en la lengua, en los valores, las tradiciones, las costumbres y por consiguiente una modificación en el sistema de autopercepción.
Considerando que el estudio se realizó en un marco transversal y fundamentalmente por medio de las representaciones sociales, podríamos aventurar y dar respuesta a algunas de las interrogantes que plantea Giménez (2000): ¿cuál es la dirección del cambio cultural e identitario como producto de la migración, se puede prever una orientación regenerativa (reagregación) que descarte una asimilación o aculturación a expensas de la matriz identitaria original (root paradigms)?. O, por el contrario, ¿puede preverse una orientación disolutiva que conduzca a la pérdida de identidad por adopción de paradigmas culturales ajenos o por choque violento con los mismos?. En el caso de la vestimenta, plantearíamos que en Zinacantán se están generando procesos que apuntan en la dirección del segundo planeamiento.
Finalmente, creemos con López Sala (2002), que en la actualidad, y como producto de los flujos migratorios, hay una no relación o desfase en ámbitos que tradicionalmente se encontraban unidos: "Identificación entre ciudadanía y territorio, ciudadanía y derechos y ciudadanía e identidad cultural" (López Sala, 2002).
Literatura citada
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1 Esto comprensible si recordamos que en la comunidad fundamentalmente se dedican a la fabricación de textiles.
2 Giménez (2000) plantea esta interrogante de la siguiente manera: "No cabe duda que (...) los fenómenos migratorios (...) producen cambios considerables en los componentes culturales y en la auto percepción (identidad) de los actores sociales. (...) Pero siempre quedan pendientes dos problemas fundamentales (...) 1) ¿Cuál es la amplitud del cambio cultural e identitario? ¿Se trata de una verdadera mutación de la cultura objetiva y subjetiva, o sólo de su transformación adaptativa por asimilación gradual? 2) ¿Cuál es la dirección de ese cambio? ¿Se puede prever una orientación "regenerativa" (reagregación) que descarte una asimilación o aculturación a expensas de la matriz identitaria original (root paradigms)? ¿O por el contrario, puede preverse una orientación disolutiva que conduzca a la pérdida de identidad por adopción de paradigmas culturales ajenos o por choque violento con los mismos?" Cf. Gilberto Giménez y Mónica Gendreau (2004). Impacto de la migración y de los media en las culturas regionales tradicionales. In: Manuel Angel Castillo, Alfredo Lattes y Jorge Santibáñez (coord) Migración y Fronteras. El Colegio de la Frontera. México.
3 Giménez da una definición de cultura que pensamos es de gran utilidad cuando se analiza la migración y su efecto en la cultura y la identidad: "La cultura es un universo de significados, de informaciones, valores y creencias que dan sentido a nuestras acciones y al que recurrimos para entender el mundo.
4 Esta sección se basa fundamentalmente en la investigación publicada por el autor en la Revista Sociológica. CF. Mercado (2006).
5 Al respecto cabe señalar que la migración en el estado de Chiapas es relativamente reciente, en comparación con otras zonas indígenas, como las de Oaxaca, donde si hay una existencia importante de comités de apoyo en la Unión Americana.
6 Es el caso de San Pablo Macuitinguis, Oaxaca, donde una parte de los migrantes indígenas de retorno se comunican incluso en inglés, sobre todo con los hijos que nacieron en los Estados Unidos. Cf. Mercado, Jorge (1988).
7 Este tema es un tanto sensible, ya que durante el trabajo de campo se observó que buena parte de los hombres y mujeres en la comunidad usan el traje típico de los Tzotziles. Imaginemos el impacto de un joven ataviado con la indumentaria chola.
8 Obregón (2003) menciona que "El sistema de cargos o jerarquía religiosa ha sido durante muchos años la base de la estructura social del municipio indígena y el medio por el cual las distintas unidades domésticas o familias se incorporan a la comunidad. Ha sido a la vez un mecanismo para protegerse de los extraños, mantener el orden público y organizar la toma de decisiones que afectan a toda la comunidad. El modelo de esta particular forma de organización, que se estructuró durante el siglo XIX, parece tener sus orígenes en el sistema colonial de la república de indios, que permitió a los indígenas gobernarse casi autónomamente, resolver sus propios asuntos civiles y religiosos, y representar a la comunidad frente a las autoridades españolas". Citado por Guzmán García (2007) El universo simbólico religioso de una comunidad indígena actual: el caso de la fabricación de textiles en el pueblo de Zinacantán; Chiapas. Tesis de licenciatura en Sociología Rural del departamento de Sociología. UAM-A. México.
9 Sin embargo Cancian (1980) menciona que "la jerarquía (sistema de cargos) tiene cuatro niveles, el primero de ellos está integrado por treinta y cuatro cargos. Una vez que ha ocupado alguno de ellos, el individuo puede pasar a ocupar una de las catorce posiciones de alférez del segundo nivel. El tercer nivel consiste de cuatro regidores y el cuarto de dos alcaldes viejos. Con una sola excepción sin importancia, todos aquellos que ocupan estos cargos están dedicados a la realización de los rituales religiosos. Op cit.
10 Es importante señalar que para los Zinacantecos existen dos tipos de deidades: a) los santos patronos que conforman una parte importante de las diversas prácticas rituales y los dioses ancestrales. De hecho Early (1980) lo menciona de la siguiente manera: "Según la mitología zinacanteca, los santos santoetik son dioses particulares hechos por el gran Dios que está en el cielo y que es el sol htotik k' al. Los santos son los ladinos que hablan español, al contrario de los dioses ancestrales totilme' iletik que viven en las montañas sagradas, quienes constituyen la primera generación de zinacantecos y hablan tzotzil. Junto con los dioses ancestrales, los santos observan a la gente de Zinacantán, protegiéndola cuando obedece las costumbres sociales del grupo y castigándola cuando es desobligada. Los santos son individuos temperamentales que exigen la realización de festejos rituales en su honor. Durante estos rituales, los funcionarios del ceremonial ofrecen velas, flores, incienso y pox (bebida tradicional), mientras se toca música y se danza para el entretenimiento de los santos. Si los rituales no se llevan a cabo, los santos castigarán a la gente con enfermedades, malas cosechas o con alguna otra desgracia.
11 Al respecto consúltese: Mercado (2006).