SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.7 número3Las mulas olvidadas por la historia agrícola colonial: una restituciónAgrobiotecnologías en Uruguay: posicionamiento de actores en torno a un debate incierto índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Agricultura, sociedad y desarrollo

versión impresa ISSN 1870-5472

agric. soc. desarro vol.7 no.3 Texcoco sep./dic. 2010

 

La actividad frutícola en tres municipios de la Sierra Nevada en Puebla: características, organizaciones y estrategia de valorización para su desarrollo

 

Fruit production activity in three municipalities in Puebla's Sierra Nevada: characteristics, organizations and appreciation strategy for development

 

Ricardo Mendoza-Robles,1 Filemón Parra-Inzunza,1 Ignacio de los Ríos-Carmenado2

 

1 Campus Puebla. Colegio de Postgraduados. Km 125.5 Carr. Federal México-Puebla, Momoxpan, San Pedro Cholula. 72770. Puebla, México. (rimero52@hotmail.com), (fparra@colpos.mx)

2 Departamento de Proyectos y Planificación Rural. Universidad Politécnica de Madrid. 28040. Madrid, España. (ignacio.delosrios@upm.es)

 

Resumen

La importancia del sector frutícola de la Sierra Nevada, Puebla, México, radica en que puede constituirse en el motor económico del actual sistema diversificado de producción y comercialización. Utilizando la metodología LEADER europea y el enfoque de cadenas, se formuló un modelo de valorización de la producción local y se aplicó parcialmente en dicho sector frutícola. Los resultados indican que los procesos productivos, de comercialización e institucionales, tienen un nivel bajo de eficiencia; que es posible triplicar la producción actual de durazno, que algunas acciones agronómicas y de comercialización están duplicando el valor de la producción y triplicando las de transformación y, lo más importante, que pueden mejorarse estos valores. Se concluye que es factible detonar un proceso de desarrollo frutícola a partir de un modelo de valorización que consta de los elementos siguientes: enfoque territorial, enfoque ascendente (desde abajo) y conformación de un Grupo de Acción Local, estrategia de innovación basada en medidas y acciones dirigidas a promover procesos mejorados de producción, transformación, comercialización, participación institucional y vínculos con otros sectores, organización en red de los productores y del comercio, y gestión de la estrategia y financiamiento de proyectos frutícolas.

Palabras clave: Cadenas de valor, iniciativa LEADER, innovación.

 

Abstract

The importance of the fruit production sector in Sierra Nevada, Puebla, México, lies in that it can constitute the economic motor of the current diversified production and marketing system. Using the European LEADER methodology and the value chain approach, a model was developed to evaluate local production, and it was partially applied to the fruit production sector. Results indicate that productive, marketing and institutional processes have a low efficiency level; that it is possible to triple the current peach production, that some agronomic and marketing actions are doubling the production value and tripling the transformation value, and the most important thing, that these values can be improved. We conclude that it is feasible to detonate a process of fruit production development, based on an appreciation model that includes the following elements: territorial approach, ascending approach (bottom-up), and conformation of a Local Action Group, an innovation strategy based on steps and actions directed at promoting improved production, transformation, marketing, institutional participation processes and links with other sectors, network organization for producers and commerce, and management of fruit production projects' strategy and financing.

Key words: Value chains, LEADER initiative, innovation.

 

Introducción

En la región Sierra Nevada del estado de Puebla, México, que tiene como referente a los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, se ha generado experiencia sobre sistemas de producción en frutales (Turrent et al., 1994). En el caso del durazno mejorado se ha desarrollado y transferido tecnología sobre prácticas de producción (Mendoza et al., 2006; Cortés et al., 2004), a la vez que se ha fomentado, junto con otras especies, el establecimiento de viveros frutícolas que funcionan como microempresas familiares, para que los productores dispongan de árboles injertados con variedades mejoradas.

Aun cuando se han generado logros importantes en la producción frutícola para condiciones particulares, se han detectado ineficiencias en los procesos productivos (como baja productividad derivada de un manejo técnico inadecuado de los árboles), de transformación (procesos de muy pequeña escala y de calidad no aceptable), y comercialización (bajos precios asociados al mercado local de productos), lo que justifica la formulación y aplicación de una estrategia de valorización de la producción local tendiente a lograr un desarrollo frutícola más amplio. Esta estrategia, con base en el enfoque de cadenas productivas, está encaminada a incrementar el valor agregado de los productos frutícolas. En el contexto del enfoque de desarrollo local, el incremento de valor se busca lograr mediante la aplicación de algunas medidas que propone el modelo de desarrollo empleado en Europa LEADER: enfoque territorial y ascendente, gestión local, enfoque integrado e innovador, organización y financiamiento (Cazorla et al., 2005).

Actualmente los productores disponen de un sistema diversificado de producción y comercialización agrícola tradicional, que se caracteriza por la incorporación de frutales criollos de baja calidad y que se manejan deficientemente, donde se intercalan cultivos anuales y forrajeros entre las hileras de los árboles con el propósito de asegurar la alimentación de la población rural. Por lo que este sistema cumple con una función social y permite que el productor se apropie de algunos recursos. Sin embargo, la importancia del componente frutícola, que se aborda este trabajo, se concibe a partir de que puede constituirse en el motor económico de dicho sistema, mediante la obtención de frutas mejoradas y de buena calidad que podrían ubicarse en condiciones y mercados más favorables.

Actualmente los productores disponen de un sistema diversificado de producción y comercialización agrícola tradicional, que se caracteriza por la incorporación de frutales criollos de baja calidad y que se manejan deficientemente, donde se intercalan cultivos anuales y forrajeros entre las hileras de los árboles con el propósito de asegurar la alimentación de la población rural. Por lo que este sistema cumple con una función social y permite que el productor se apropie de algunos recursos. Sin embargo, la importancia del componente frutícola, que se aborda este trabajo, se concibe a partir de que puede constituirse en el motor económico de dicho sistema, mediante la obtención de frutas mejoradas y de buena calidad que podrían ubicarse en condiciones y mercados más favorables.

Por lo que en el caso del sector frutícola se plantean las siguientes preguntas: ¿cuáles son los principales factores que están limitando los procesos de producción, transformación y comercialización?, ¿qué tipo de alternativas tecnológicas y de mercado se dispone?, ¿cuáles organizaciones locales están presentes y cuál es el papel que están jugando las instituciones de fomento a la producción y de desarrollo agrícola y rural?, y ¿cómo pueden contribuir el enfoque de cadenas de valor y el modelo LEADER de la Unión Europea en la valorización de los productos locales?

El objetivo general de este trabajo consiste en realizar una caracterización y un análisis de valorización en los principales componentes de la cadena productiva frutícola en el territorio Sierra Nevada del estado de Puebla, México, y proponer una estrategia de valorización de la producción local encaminada al mejoramiento de la fruticultura.. Como hipótesis general se plantea que es factible el mejoramiento productivo y económico del sector frutícola mediante el uso de tecnologías y mercados alternativos, y que la aplicación de una estrategia de innovación referente a la valorización de la producción local de este sector podría contribuir en buena medida a promover su desarrollo en un sentido amplio.

La valorización de la producción se refiere a revalorar, agregar valor y tomar en cuenta productos locales o recursos que tienen un alto potencial de desarrollo dentro de un territorio, incluyendo los conocimientos técnicos y las culturas locales, en donde la calidad, el mercado y las estrategias comerciales juegan un papel importante (Comisión Europea, 2005). La valorización en este trabajo guarda una relación estrecha con las distintas formas de innovación, entendida ésta como la introducción de algo novedoso y auténtico en cualquier proceso (Knudson et al., 2004).

También se refiere al incremento de la productividad por medio del uso de tecnologías alternas, teniendo en cuenta la diversidad de especies en los patrones de cultivo (Dixon et al., 2001; Gordon et al., 2002). Así como al valor agregado por medio de la transformación de productos con mayor calidad y la creación de colectivos con pequeñas empresas (AEIDL, 1995), donde se señala que este supera al valor agregado que proviene únicamente de la comercialización de los productos frescos.

En esta investigación primero se realiza una caracterización del territorio y del sector frutícola, y enseguida se propone la aplicación de una estrategia de valorización de la producción local en tres municipios de la Sierra Nevada de Puebla, la cual se formuló previamente de manera conceptual, tendiente al desarrollo frutícola de la región.

 

Metodología

Se realizó una caracterización de la Sierra Nevada del estado de Puebla a partir de información secundaria, tomando en cuenta principalmente una serie de indicadores socioeconómicos relacionados con la población, extensión territorial, grado de ruralidad, grado de dependencia entre los habitantes, escolaridad, la dependencia económica que se da en relación con los sectores productivos, entre otros. Esto permitió la selección de tres municipios como territorio para el análisis y la propuesta de acciones relativas al sector frutícola. También se realizó un análisis del papel que están desempeñando las organizaciones y sujetos sociales y las instituciones públicas que apoyan este sector.

Para la caracterización física, social y económica de la fruticultura en la zona de estudio, en el marco de los enfoques territorial y ascendente (desde abajo), se realizó una serie de entrevistas semiestructuradas con informantes clave, y el análisis de información disponible de estudios previos realizados con productores se presenta en el Cuadro 1. Es importante mencionar que en este cuadro se presentan los factores identificados y el número de ellos que fueron entrevistados.

La valorización de la fruticultura se llevó a cabo también con información proveniente de las entrevistas y de análisis económicos realizados a partir de información disponible, para lo cual se calcularon coeficientes de valorización (CV) individuales (AEIDL, 1995), que se refieren al valor de la producción que se obtiene mediante procesos alternativos en relación con el valor de la producción convencional. De esta forma, se obtuvieron CV en cada componente de la cadena productiva frutícola (producción, industrialización y comercialización), de acuerdo con las formulaciones siguientes:

CV1 = Valor de la producción con la tecnología recomendada / Valor asociado a la Tecnología del productor

Este CV indica que si se logra obtener un valor mayor a uno se justifica utilizar la tecnología recomendada, ya que el valor asociado a esta, es mayor que el valor que genera la tecnología del productor. Los valores de la producción (ingresos netos en pesos por hectárea) se calcularon a partir de un análisis de costos, sin tomar en cuenta el valor de la tierra, asociados a la tecnología del productor (estimados por el Consejo Estatal de Productores de Durazno en Puebla) y a la tecnología recomendada (estimados por el grupo de sistemas de producción del Colegio de Postgraduados Campus Puebla), los cuales se descontaron los beneficios brutos arrojados por ambas tecnologías, calculados estos a partir de los rendimientos y el precio promedio del durazno en el mercado local (Huejotzingo).

CV2 = Valor del producto transformado / Valor del producto fresco

Un CV mayor a uno indica en este caso que el valor de una unidad de producto transformado localmente es superior al valor de una unidad equivalente de producto fresco, también en el mercado local; el valor se da en este caso en pesos por kilogramo.

CV3 = Valor del producto en el mercado externo / Valor del producto en el mercado local

En el caso de la comercialización, si el CV resulta superior, se entiende que el valor de un producto es mayor en el mercado externo (Puebla, Distrito Federal), en comparación con su valor en el mercado local (Huejotzingo o comunidad donde se obtiene el producto). Aquí también el valor se refiere al precio de venta en pesos por kilogramo.

Como una forma para mejorar los procesos y coeficientes de valorización del sector frutícola, se definió una estrategia de desarrollo para este sector utilizando el modelo de valorización propuesto por Mendoza et al. (2009). Para la formulación del modelo, estos autores revisaron previamente el concepto de valorización de la producción local, tanto en el marco de los sistemas de producción en pequeñas explotaciones como de los procesos de transformación y comercialización que se dan en las pequeñas y medianas empresas (AEIDL, 1995), bajo un enfoque que toma en cuenta los principales elementos de una cadena productiva. Enseguida se revisó el concepto de innovación, como principio que rige los procesos productivos y de desarrollo en el que se basa la valorización, a la vez que se hizo un análisis de las tendencias del desarrollo agrícola y rural (gestión local, uso de redes, descentralización). Por otro lado, el modelo de valorización formulado se basa en una adecuación de los principales elementos de la iniciativa LEADER europea descrita por De los Ríos et al. (2002) y Cazorla et al. (2005), así como en los métodos para la formulación y evaluación de proyectos.

La conformación de la estrategia de valorización frutícola, Fue la siguiente:

1) Enfoque territorial. Se refiere a la definición de un ámbito de actuación, con base en indicadores socioeconómicos y en criterios de homogeneidad física, económica y social.

2) Enfoque ascendente. Como parte del método participativo en la toma de decisiones, y la propuesta de constitución de un Grupo de Acción Local (GAL) como representante legítimo (no por mandato) de los actores y beneficiarios interesados. Esto se refiere a la consulta de la población para elaborar iniciativas de interés, cuya gestión corresponde al GAL.

3) Un plan de acción innovador orientado a procesos productivos y de distribución alternos (mejorados) que toma en cuenta la calidad, localidad, originalidad y tipicidad de los productos, vinculada a un ámbito de especial interés o elemento aglutinante; en este caso el sector frutícola. El plan de acción se fundamenta en la elaboración y operación de un programa de innovación rural (PIR) referente a los procesos de valorización de los productos locales.

4) Organización en red de los productores y de la comercialización de los productos dentro y fuera del territorio, mediante diversas formas de asociación y uso de información disponible en Internet, así como la integración en red con otros programas y territorios , o sea, la organización de los actores sociales e institucionales.

5) Operación local de un programa piloto, que incluye financiamiento y apoyo técnico, bajo una coordinación entre el GAL y el Colegio de Postgraduados-Campus Puebla y el mantenimiento de relaciones con las instituciones que apoyen el programa.

Por otro lado, los coeficientes de valorización que pueden obtenerse con la adecuación del modelo LEADER, o sea, el valor agregado de los productos que debe darse como resultado de la aplicación de la estrategia de valorización (mediante acciones productivas), que puede estimarse mediante la diferencia entre el valor generado con proyecto y el valor generado sin proyecto, en este trabajo no se cuantifica, porque todavía no se llega a la etapa de aplicación de la estrategia en el ámbito operativo de Puebla.

 

Resultados y Discusión

Características del territorio

El territorio seleccionado en la región Sierra Nevada se ubica en la parte centro-oeste del estado de Puebla, en las estribaciones de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, e incluye los municipios de Huejotzingo, Chiautzingo y Calpan. La población es de 80 mil habitantes, tiene una extensión territorial de 286 km2 y una densidad de población de 287 habitantes por km2. La PEA agrícola (sector primario) es de 16% y equivale a 50% de la PEA total; la tasa de dependencia1 es de 1.3, y el grado de ruralidad2 de 79% (Bock et al. , 2004). Estos indicadores están en concordancia con los propuestos por Alier et al. (2002), quien indica la conveniencia de seleccionar territorios con poblaciones menores a 100 mil habitantes, eminentemente rurales, que cuenten con condiciones de dependencia de un determinado sector y propicias para el desarrollo local, el agrícola en este caso.

Los criterios basados en homogeneidad física, económica y social (Alier et al., 2002) indican; en el primer caso, que el clima es templado con lluvias en verano donde las bajas temperaturas (heladas) y el granizo constituyen un cierto riesgo para las variedades de durazno mejorado. Los suelos son profundos y de textura ligera (arenosos), en los cuales es posible la conservación de humedad residual durante el invierno mediante prácticas de roturación, lo que favorece la producción de frutales en condiciones de temporal. La superficie con riego pequeño es importante en dos de los tres municipios, derivado tanto de aguas rodadas como de pozos profundos, lo que se asocia con el cultivo de especies comerciales como durazno mejorado, alfalfa y hortalizas.

En relación con la homogeneidad económica y social, puede señalarse que la población de esta zona depende principalmente de la agricultura, es de carácter rural, posee una cohesión e identidad propia por la tierra y una cultura con fuertes manifestaciones religiosas.

Caracterización de la producción frutícola

En la región se tiene un manejo deficiente de los sistemas de producción frutícola, siendo común el uso de variedades criollas de las distintas especies: durazno (Prunus pérsica), manzana (Malus domestica), ciruela (Prunus domestica), pera (Pyrus communis L.), chabacano (Prunus armeniaca), nogal (Juglans regia), tejocote (Crataegus pubescens), capulín (Prunus serotina). Entre las características de la producción de frutales, es frecuente intercalar cultivos anuales y forrajeros entre las hileras de árboles; la falta de atención de los árboles en cuanto a poda, fertilización y control de plagas y enfermedades, así como encontrar altos costos de producción. Es por esto que los rendimientos en las variedades criollas de las distintas especies son bajos, fluctuando de 2 a 5 t ha-1 en durazno, ciruelo, peral y chabacano. Los productos son de mala calidad, lo que repercute en precios de los productos también bajos (Cuadro 2).

Los principales sistemas de producción identificados en frutales criollos (varias especies creciendo juntas) son tres; todos asociados a un bajo nivel tecnológico utilizado por los productores: uno de temporal intercalado con maíz y frijol, otro de temporal en huerto simple, y otro más en riego intercalado con flores (rosas). En durazno mejorado, son cuatro los sistemas de producción más importantes, predominando dos tipos de huertos simples en riego con grados de uso de tecnología bajo y mediano, y siguiéndole en importancia otros dos tipos de huertos intercalados con bajo nivel tecnológico, uno en condiciones de riego intercalado con alfalfa y hortalizas, y otro en temporal intercalado con maíz y frijol.

Los procesos de transformación de los productos frutícolas primarios son comúnmente desconocidos, por lo que se requiere de un fuerte componente de capacitación para el uso de técnicas sobre tecnología alimentaria. Los procesos actuales se llevan acabo por talleres pequeños de tipo artesanal, lo cual no es una desventaja, siempre que se utilicen los procedimientos adecuados, ya que la pequeña empresa ha demostrado su viabilidad en una agricultura con escasez de recursos. Por otro lado, se trata de procesos muy incipientes, ya que son pocas las familias que se dedican a esta actividad, pues en el caso de durazno, aun cuando es la especie que más se industrializa, ésto se lleva a cabo sólo en 15% de la producción de la zona.

En la comercialización se observa, por un lado, un limitado acceso a los insumos y servicios necesarios tanto para la producción primaria como para la transformación (por falta de información y de recursos económicos), lo que afecta estos procesos productivos. Por otro lado, existe un alto grado de participación de intermediarios y un fuerte desconocimiento del mercado por los productores, lo que se refleja en precios muy bajos de la fruta fresca para el productor primario.

No obstante esas condiciones, el análisis DAFO y de los principales componentes de la cadena productiva frutícola (producción, comercialización, industrialización) dan como resultado que se tienen amplias oportunidades en los distintos procesos, las que constituyen alternativas a los procesos convencionales.

Análisis de valorización de la fruticultura

En el caso de durazno mejorado, los rendimientos obtenidos por los productores con su propia tecnología se estiman en promedio en 7.0 t ha-1(según información del Consejo Estatal del Sistema Producto Durazno), superando ampliamente las 2.5 que se obtienen con variedades criollas, lo cual genera un ingreso neto de 12 000 $ ha-1. Sin embargo, el rendimiento potencial promedio estimado en la zona por expertos es de 23.5 t ha-1, mientras que el rendimiento experimental promedio obtenido en campo por académicos del Colegio de Postgraduados, es de 25.5 t ha-1. Con un ajuste más conservador de estas cifras (14 ton/ha), se asocia con un ingreso neto de 32 000 $ ha-1. De esto resulta que el coeficiente de valorización en la producción (CV1), por efecto de tecnología mejorada, es de 2.6, lo que significa que en términos económicos la tecnología recomendada supera a la del productor 2.6 veces. En tanto que el CV asociado a la comercialización externa del producto en fresco es del orden de 2.0 (CV3), y el del producto transformado localmente del orden de 3.0 (CV2) (Cuadro 2). Todo esto frente a los procesos que ocurren tradicionalmente a nivel local: valor de la producción asociado a la tecnología tradicional del productor, venta del producto fresco en el mercado local y valor del producto fresco, respectivamente.

Lo anterior puede explicarse con ejemplos, por lo que, en el caso de durazno el CV3 se obtuvo de la siguiente manera: $10.00/$5.00 = 2.0, lo que significa que el valor del producto en el mercado externo es de dos veces el valor del mismo producto en el mercado local. En relación con el CV2, este se generó así: $25.00/$8.00 = 3.1, lo que indica que el producto industrializado tiene un valor de tres veces en comparación con el valor del producto fresco. Los datos utilizados para estos cálculos, en el caso de los CV2 y CV3, se obtuvieron mediante entrevistas con productores, mientras que en el caso del CV1, la información se deriva del análisis económico realizado por los autores.

Como el valor obtenido por los intermediarios en el proceso de venta de los productos frutícolas es del doble que el generado por el productor, y como el valor obtenido por los industrializadores es del triple, se plantea la necesidad de un poder negociador a favor de los productores, para lo cual hay varios caminos, como el de la producción de buena calidad asociada con mejor manejo y uso de tecnologías mejoradas, y/o el de la integración de los productores con procesadores, comerciantes y el mercado directo, para que obtengan mejores precios, y por consiguiente, se reduzcan los márgenes de ganancia de los otros actores involucrados en la cadena productiva.

También se cuenta con experiencias externas e información técnica y de mercados que permiten plantear soluciones a la problemática frutícola anterior en los componentes de producción, industrialización y comercialización. En el aspecto productivo se puede mencionar el ejemplo de los productores de durazno de Casas Grandes, Chih., quienes utilizan técnicas de manejo y variedades adecuadas al cultivo y a esa condición, riego vertical presurizado para control de heladas, malla antigranizo, cosecha manual-mecánica, etcétera.

Estos productores, al igual que los del estado de Morelos, comercializan sus productos organizadamente por medio de centros de acopio locales y puntos de venta en la central de abasto de la ciudad de México. En el caso de la agroindustrialización se tiene un ejemplo importante en la zona, donde la Universidad Tecnológica de Huejotzingo, además de educación a sus alumnos, proporciona a técnicos y productores información, capacitación, asesoría y apoyos en relación con diversos procesos de tecnología alimentaria, que van más allá de los propios procesos que se están dando localmente y que requieren mejorarse.

Organizaciones, sujetos sociales e instituciones

El sector social está conformado por 17 grupos ejidales (que aglutinan a cinco mil productores y a más de seis mil ha agrícolas y forestales), y tres importantes organizaciones frutícolas de ejidatarios y pequeños propietarios: una integra seis Sociedades de Producción Rural y 135 productores de durazno; otra a 106 productores de tejocote, y otra más que representa a más de 300 productores de durazno de esta zona. De los cinco mil productores mencionados, se estima que 1550 desarrollan actividades en las distintas especies frutícolas en los tres municipios, quienes poseen en promedio una hectárea con frutales.

También se ha identificado un sector microempresarial (Cuadro 1) representado por centros de acopio de tejocote que fueron entrevistados en 2006, y que se continúan instalando en diferente magnitud durante cada temporada de cosecha; fabricantes de sidra; procesadores de conservas de frutas y verduras, y viveristas pequeños y medianos que propagan árboles frutales injertados con variedades mejoradas. En total se estima que hay más de 40 pequeñas y medianas empresas que se ubican en el sector secundario, además de una gran fábrica de sidra que procesa anualmente alrededor de 900 toneladas de manzana. Por otro lado, se estima que hay cerca de 100 comerciantes de frutas criollas y mejoradas, de los conocidos como "intermediarios", que "compran" frutas a los productores, inclusive adquieren la producción directamente en el huerto que ellos mismos cosechan y que venden en el mercado mayorista.

En la región se detectaron 28 dependencias públicas dedicadas al fomento de la agricultura y al desarrollo del sector rural, además de las tres alcaldías, incluyendo las que apoyan el desarrollo directamente, las que otorgan financiamiento y las que realizan investigación y enseñanza, entre otras. Un análisis de las entrevistas y sobre las funciones de dichas instituciones, donde la mayoría realiza acciones en el ámbito local, mostró que el papel que están desempeñando es deficiente, al no contar en la práctica con formas de coordinación institucional adecuadas y con programas integrados, sino que más bien se realizan acciones puntuales en tiempo y espacio, además con un alto grado de burocratismo. Según testimonio de los productores y otros actores, los programas no se "aterrizan", lo cual significa que los recursos y apoyos no llegan a los supuestos beneficiarios.

Ante las deficiencias institucionales que se observan en la región, en el Cuadro 3 se resume un ejercicio donde se compara el tipo de participación institucional que se da a nivel local en la Sierra Nevada, y las acciones que se plantean en el modelo de valorización de la producción local, que se basa en la iniciativa LEADER europea y el enfoque de cadenas, como una manera de tomar en cuenta las experiencias que se están dando en otros ámbitos, y la posible adecuación de algunos elementos en forma de soluciones alternativas en nuestro caso.

De tal forma, que un enfoque territorial, ascendente e integrado, y mediante acciones organizadas con capacidad para negociar financiamiento, de acuerdo con la propuesta de valorización, puede ser más viable, teniendo en cuenta que se parte de una zona más específica que en el caso regional, con propuestas "desde abajo" donde participa la población involucrada basadas en un programa de innovación integrado, donde los actores están organizados y cuando se establece un proceso de gestión local efectivo.

No obstante, esto conlleva a un planteamiento de acciones diferente (desde lo local), donde la influencia institucional se reduce y se posiciona más la sociedad civil. Por lo que una gestión gubernamental implicaría la necesidad de provocar cambios importantes en los procedimientos institucionales convencionales, que actualmente tienen las siguientes características: enfoques para la toma de decisiones verticales y centralizados, aplicación de programas sectoriales, falta de organización de los distintos actores y asignación de recursos humanos y financieros muy limitados; cambios que, en esta perspectiva de desarrollo, deben darse en algún momento considerando que otras orientaciones han dado buenos resultados en otros países.

Estrategia para el mejoramiento de la fruticultura

La estrategia se conforma, por un lado, a partir de la caracterización del territorio y de la actividad frutícola, en el marco de los enfoques territorial y ascendente. Por otro lado, a partir de este punto, constituye la propuesta tendiente a la solución de los problemas y necesidades detectadas en dicha caracterización, la cual debe operacionalizarse mediante la constitución de un Grupo de Acción Local, la formulación de un Programa de Innovación Rural (PIR) que debe integrarse tomando en cuenta las acciones e iniciativas que presente la población o los actores interesados, la organización de las acciones productivas y de comercialización, así como, la operación y financiamiento del programa.

Constitución de un Grupo de Acción Local (GAL)

Un GAL se constituye mediante alguna forma de "asociación" intermunicipal u otra forma de organización, donde el órgano de gobierno debe integrarse por tres elementos: 1) la asamblea general, como órgano rector que integra a todos los miembros del GAL; 2) una junta directiva, que es el órgano ejecutivo responsable de la gestión de recursos, selección de proyectos y la concesión de ayudas; y 3) un equipo técnico, como órgano de dirección y gerencia, encargado del apoyo técnico a los promotores de proyectos, de elaborar expedientes e informes y del seguimiento a los proyectos (Cazorla et al., 2005).

Dado que en Puebla aún no se ha constituido el GAL, la estrategia considera en primer lugar la necesidad de integración del mismo, el cual debe instrumentarse en forma de una cooperación horizontal y una instancia que debe constituirse por agentes públicos y privados que representen a los actores locales; por lo que en la Sierra Nevada debe conformarse por representantes legítimos de los distintos sectores económicos y sociales que tienen presencia en el ámbito local: alcaldes, representantes institucionales con presencia en la zona, y titulares de las organizaciones y empresas locales, como son los ejidatarios, productores frutícolas y microempresarios que se indican en el Cuadro 1.

El GAL debe constituir una estructura intermedia entre los niveles distrital y municipal (y sus respectivos Consejos de Desarrollo), para cumplir una función de concertación y gestión (recepción y manejo) de recursos territoriales, que en la Sierra Nevada corresponde a tres municipios. Dichos recursos (administrativos, técnicos, financieros), de acuerdo con una normativa desarrollada por el GAL, deben utilizarse para el fomento de proyectos productivos (principalmente), gastronómicos, uso y conservación de recursos ambientales, actividades culturales y recreativas, etcétera, donde los beneficiarios directos son las organizaciones y empresas locales. En el caso del modelo LEADER se dispone de una normativa referente a la forma de financiamiento, que puede tomarse en cuenta, y que incluye los aspectos de selección de los beneficiarios, documentación que debe acompañarse a la solicitud de proyectos y criterios de valor o de selección que deben superar las iniciativas (UPM, 2000).

La finalidad del GAL debe ser representar a la población rural interesada en temas sobre la valorización de la producción local, las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), el empleo, etcétera. Esto debido a que, en México, comparativamente con el desarrollo de infraestructura urbana, se está otorgando muy poco apoyo a la infraestructura rural y a proyectos productivos (Banco Mundial, 2006), más aún en el caso de la agricultura tradicional. Lo anterior se plantea a partir de que las PYMES tienen amplias posibilidades de desarrollo, como ocurre tanto en áreas rurales de la Unión Europea y Estados Unidos (Avermaete et al., 2004) como de Latinoamérica (Giuliani et al., 2005).

Propuesta de un plan de acción innovador

Una vez constituido el GAL, éste tiene la responsabilidad de elaborar el PIR, pero como en el caso de Puebla esto no es posible ante la ausencia del GAL, con los resultados de la caracterización se presenta una propuesta de acuerdo con lo siguiente. Con base en las posibilidades de comercialización, las condiciones de producción disponibles y algunas características de los productos locales como su calidad, originalidad, localidad y tipicidad (Comisión Europea, 2005), se seleccionaron cuatro especies frutícolas a las que se orienta la estrategia de innovación: durazno, manzana, tejocote y nogal.

Para cada especie deben formularse objetivos, medidas tendientes a las ayudas y acciones que integran la estrategia de desarrollo del sector frutícola están orientadas al aspecto aglutinante siguiente: la valorización de los recursos y productos locales, encaminada a recuperar el interés de los productores y otros actores en las actividades frutícolas indicadas, y particularmente en el durazno mejorado, ante los avances en la zona en cuanto a su manejo y desarrollo tecnológico de esta especie. Los objetivos no se definen en este trabajo, mientras que las medidas se orientan al incremento del valor añadido mediante acciones organizadas de producción, industrialización y la comercialización de los productos frescos y procesados.

En tanto que las propuestas de acciones innovadoras sobre la valorización de los productos locales están orientadas, de manera general, al aprovisionamiento de insumos, equipo e infraestructura; a proporcionar los servicios de información tecnológica, asesoría, capacitación, formación profesional, empresarial y administrativa; a la promoción de tecnologías de producción (huertos simples e intercalados) y procesos de comercialización (marcas, participación en circuitos cortos como ferias, etcétera); a estudios de mercado y de tecnología alimentaria; a la búsqueda de esquemas de financiamiento y formas de cooperación e integración de los actores, conectando la producción primaria y secundaria y a éstas a su vez con el mercado; y al fomento de las pequeñas y medianas empresas, entre otras.

En Puebla, las anteriores acciones pueden instrumentarse en el caso de durazno mejorado, a partir de tres etapas. En la primera, organizando a los productores para adquirir financiamiento y capacitándolos técnicamente para obtener productos de buena calidad, en la segunda incluyendo los aspectos comerciales y de mercado, y en la tercera desarrollando infraestructura para la industrialización de alguna proporción de la producción, sobre todo de aquella no comercializable en fresco (baja calidad, problemas de precios, etcétera). Lo que requeriría de la conjunción de esfuerzos entre productores y otros actores con los ayuntamientos (recursos municipales), el Consejo Poblano del Durazno (capacitación técnica), la Secretaría de Desarrollo Rural (varios apoyos), la SAGARPA (información comercial y de mercados), la Fundación Produce (financiamiento, demostración), la Universidad Tecnológica de Huejotzingo (tecnología alimentaria) y el Colegio de Postgraduados (asesoría, estudios, facilitación del proceso completo).

La factibilidad de dichas acciones, de acuerdo con cifras oficiales del INEGI, se apoya en el planteamiento de que el el territorio se cuenta con un potencial frutícola de siete mil hectáreas de las 20 mil laborables, de las cuales más de 2200 son de riego, en donde se podría beneficiar a más de cuatro mil familias y una población aproximada de 24 mil habitantes (Bock et al., 2004), así como generar alrededor de 8300 empleos permanentes con acciones dirigidas al sector primario de dicho potencial frutícola (cálculo a partir de Mendoza et al. , 1999), adicionales a los empleos que puedan generarse en los procesos de transformación y comercio.

Organización en red de los productores y la comercialización

Con esto se busca acercar a los productores con los demás actores (proveedores de insumos y equipo, procesadores, comercializadores y otros microempresarios), para lograr un mayor acceso de los productores a los servicios para la producción y al mercado de los productos. Asimismo, el acceso a la información institucional disponible en el territorio en relación con los planes de acción tecnológicos con que se cuenta en los distintos procesos, así como a la información de programas de apoyo financiero y técnico. Pero también con las bases de datos que se encuentran en la red de Internet sobre el comercio y mercado de los insumos y productos, como aquellas disponibles en el sistema de información empresarial mexicano (SIEM, 2003) y el sistema nacional de información e integración de mercados (SECOFI, 2001), entre otras, facilitado ésto por el Colegio de Postgraduados como parte de la asesoría prestada a los productores.

Operación de la estrategia y financiamiento

Esto corresponde al GAL, de acuerdo con la experiencia generada, ampliamente difundida y ya conocida de la Comunidad de Madrid, así como por las experiencias mencionadas de que se dispone en México, que si bien estas experiencias no son comparables, por lo menos en los GAL se tienen ejemplos exitosos que podrían tomarse en cuanta para elaborar un mecanismo más eficaz para Puebla. Por lo que el GAL debe vincularse con las demás instancias involucradas, por un lado con el Colegio de Postgraduados quien debería coordinar, facilitar y apoyar las acciones relacionadas con la operación de un proyecto piloto, y por el otro, con las dependencias encargadas de proporcionar los apoyos técnicos y recursos financieros necesarios para su instrumentación (por ejemplo SAGARPA, SDR, Fundación Produce, Ayuntamientos).

El papel de una institución educativa como el Colegio de postgraduados se fundamenta en la experiencia que tiene sobre la operación de programas de desarrollo (como el Plan Puebla), y porque cuenta con personal académico capacitado tanto en el modelo LEADER como en la estrategia de valorización que se plantea. Inclusive, ante la conocida situación de desvío de fondos , puede aprovecharse la experiencia que el Colegio tiene para fungir como depositario de los recursos por parte de las instancias financieras, para luego canalizarlos a los beneficiarios por medio del GAL.

Para esto se requiere de un presupuesto orientado a la operación, así como de apoyos financieros para el desarrollo de proyectos productivos y de otra índole que guarden relación con el sector frutícola (gastronómicos, culturales, turísticos, ambientales, etcétera).

En orden de importancia, se espera que el financia-miento de los proyectos debe darse de la siguiente manera: cofinanciamiento público (que podría ser federal, estatal, municipal), financiamiento de organismos internacionales y no gubernamentales, privado mediante préstamo con garantía, y autofinanciamiento. Donde el GAL tendría las funciones de participar en la consecución de fondos y su administración, la definición de reglas claras para su asignación a proyectos que demande la población (productores, organizaciones, empresas pequeñas), así como de los criterios de subvención y de recuperación de dichos fondos.

 

Conclusiones

La revisión de las características físicas, sociales y económicas de la Sierra Nevada en Puebla permitió definir el ámbito de actuación (tres municipios) para la propuesta de aplicación de una estrategia de valorización de los productos frutícolas locales.

La caracterización de la producción frutícola muestra que sus ineficiencias están relacionadas con un manejo técnico no adecuado de los huertos simples e intercalados, aun cuando se dispone de tecnologías de producción locales, con procesos de industrialización y formas de organización incipientes, aun cuando se dispone de tecnologías de producción locales, mercados externos, tecnología alimentaria y procesos participativos que pueden mejorar su productividad, rentabilidad y desempeño.

El análisis de valorización de la actividad frutícola provee información sobre la magnitud de cómo se comporta cada sector productivo, de tal manera que los procesos alternativos de producción e industrialización prácticamente triplican y el de comercialización duplica el valor de la producción asociado a cada uno de los procesos convencionales, los cuales pueden mejorarse mediante el desarrollo de actividades productivas.

Es por esto y otros factores, como la experiencia generada en el modelo LEADER, que se considera viable una propuesta de estrategia de valorización de la producción local frutícola, que considera los elementos siguientes: definir y actuar en un ámbito territorial, consultar a la población para conocer sus demandas y constituir un grupo de acción local quien la represente y gestione sus iniciativas, propuesta de un plan de acción en forma de un programa de innovación rural, formas de organización e integración de los actores para la producción y comercialización, y operación del programa que incluye apoyo técnico y fuentes de financiamiento.

 

Literatura Citada

AEIDL (Asociación Europea de Información sobre el Desarrollo Local). 1995. La valorización de recursos agrícolas locales: La experiencia de LEADER I. Cuadernos LEADER. Observatorio Europeo de la Innovación y del Desarrollo Rural. Bruselas. 55 p.         [ Links ]

Alier G., J. L., I. De los Ros C., J. M. Díaz P., y J. L. Yagüe B. 2002. La planificación del desarrollo en la iniciativa LEADER plus: Programas de innovación en diversas regiones. In: Innovación para el desarrollo rural: La iniciativa LEADER como laboratorio de aprendizaje. De los Ríos C., I. (coord.). Ed. Comunidad de Madrid. pp: 139-174.         [ Links ]

Avermaete, T., J. Viaene, E. J. Morgan, E. Pitts, N. Crawford, and D. Mahon. 2004. Determinants of product and process innovation in small food manufacturing firms. Trends in Food Science & Technology 15: 474-483.         [ Links ]

Banco Mundial. 2006. Descentralización y entrega de servicios para los pobres. In: Rubio, S. M. (ed y coord). Banco Mundial, México. 171 p.         [ Links ]

Bock S., Y., N. Pérez R., A. Argumedo M., J. Regalado L., J. I. Olvera H., y R. Mendoza R. 2004. Proyecto de desarrollo rural en la región oriente de la Sierra Nevada (Puebla). Colegio de Postgraduados, Campus Puebla. 112 p.         [ Links ]

Cazorla M., A., I. De los Ríos C., y J. M. Díaz P. 2005. La iniciativa comunitaria LEADER como modelo de desarrollo rural: Aplicación a la región capital de España. Agrociencia 39: 697-708.         [ Links ]

Comisión Europea. 2005. Tema central: Valorización de la producción local. LEADER Magazine 3: 9.         [ Links ]

Cortés F., J. I., R. Mendoza R., E. Hernández R., E. Aceves R., A. Turrent F., y N. Estrella Ch. 2004. Manual para técnicos: El sistema milpa intercalada en árboles frutales en terrenos planos. INIFAP, Sistema de Investigación Ignacio Zaragoza-CONACYT, Colegio de Postgraduados-Campus Puebla. 70 p.         [ Links ]

De los Ros C., I., J. L. Alier G., J. M. Díaz P., y J. L. Yagüe B. 2002. La iniciativa LEADER, un planteamiento de desarrollo rural desde la innovación y el conocimiento local: Resultados y experiencias. In: Innovación para el desarrollo rural: La iniciativa LEADER como laboratorio de aprendizaje. De los Ríos C., I. (coord). Ed. Comunidad de Madrid. pp: 75-138.         [ Links ]

Dixon, J., A. Gulliver, y D. Gibbon. 2001. Compendio: Sistemas de producción agropecuaria: Cómo mejorar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores en un mundo cambiante. Hall, M. (ed). FAO y Banco Mundial. 50 p.         [ Links ]

Giuliani, E., C. Pietrobelli, and R. Rabellotti. 2005. Upgrading in global value chains: Lessons from Latin American clusters. World Development 33: 549-573.         [ Links ]

Gordon, A. M., S. M. Newman, and P. A. Williams. 2002. Temperate agroforestry: An overview. In: Temperate agroforestry systems. Gordon, A. M., and S. M. Newman (eds). Center for Agriculture and Biosciences, CAB International. pp: 1-8.         [ Links ]

Knudson, W., A. Wysocki, J. Champagne, and C. Peterson. 2004. Entrepreneurship and innovation in the agri-food system. Amer. J. Agr. Econ. 86: 1330-1336.         [ Links ]

Mendoza R., R., E. Hernández R., J.I. Cortés F., A. Turrent F., L.A. Lerma V. y E. Aceves R. 1999. Inclusión del durazno mejorado en el sistema de producción de cultivos básicos para aumentar las productividades de la tierra y del trabajo. In: Memoria del IV Simposio Internacional y V Reunión Nacional sobre Agricultura Sostenible. De la Isla, de B.M.L., L. Tijerina C., C. Rodríguez H. y F. Escobedo C. (eds). Morelia, Mich., México. pp: 223-229.         [ Links ]

Mendoza R., R., J. I. Cortés F., A. Turrent F., F. Parra I., y N. Estrella Ch. 2006. Proyectos de investigación-transferencia del sistema frutales-anuales en Puebla y Oaxaca, México. In: Comunicaciones del X Congreso Internacional de Ingeniería de Proyectos. 13-15 de septiembre, Valencia. pp: 160-171.         [ Links ]

Mendoza R., R., F. Parra I., e I. de los Ríos C. 2009. Conceptos utilizados para el planteamiento de un modelo de valorización de la producción local. In: Experiencias y aportaciones en la investigación científica y tecnológica para el desarrollo rural. Parra I., F., e I. Ocampo F. (coords). Tomo 1. Colegio de Postgraduados Campus Puebla y Altres Costa-Amic (eds). pp: 200-230.         [ Links ]

SECOFI (Secretaría de Comercio y Fomento Industrial). 2001. Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM). México. http://www.secofi-sniim.gob.mx/e_default.asp?.         [ Links ]

SIEM (Sistema de Información Empresarial Mexicano). 2003. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. Secretaría de Economía. México. http://www.siem.gob.mx.         [ Links ]

Turrent F., A., J. I. Cortés F., R. Mendoza R., J. L. Alonso A., J. Díaz A., C. Bárcenas S., E. Inzunza I., y N. Estrella C. 1994. Desarrollo de un prototipo de explotación agropecuaria familiar para el Distrito de Desarrollo Rural de Cholula-Plan Puebla. Colegio de Postgraduados. Montecillo, México. 228 p.         [ Links ]

UPM (Universidad Politécnica de Madrid). 2000. Programación del desarrollo rural de la Asociación ARADUEY dentro de la iniciativa LEADER+. Departamento de Proyectos y Planificación Rural. 170 p.         [ Links ]

 

Notas

1 La tasa de dependencia se refiere a la población que depende de las personas en edades para trabajar, y se calculó dividiendo la población en edad activa, que tiene de 15 a 64 años, entre la población en edades no productivas, con menos de 15 años y más de 64.

2 El grado de ruralidad se estimó tomando en cuenta las comunidades con una población menor a cinco mil habitantes.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons