Introducción
El arroz (Oryza sativa L) en el mundo es uno de los tres granos alimenticios que predomina en superficie y producción junto con el trigo y el maíz (FAO, 2013). Durante el periodo 2010-2012 la producción arrocera fue liderada por países donde el cereal es parte de la base alimentaria, destacando China con 28 %, la India con 21 %, seguidos de Indonesia y Viet Nam con 9 % y 6 % respectivamente. Los países con mejores rendimientos para el periodo 2010-2012 fueron Australia con 9.6 t ha-1, y Egipto con 9.5 t ha-1. Dentro del plano comercial, los principales exportadores de arroz para el periodo 2010-2012 fueron Tailandia, Viet Nam e India con 60 % del total mundial; mientras que dentro de los importadores, los países de Nigeria, Indonesia, China y Filipinas destacaron con 20 % del total mundial (FAO, 2015).
En México el ceral forma parte de la dieta alimentaria como arroz pulido, con un consumo per cápita promedio de 5.1 kg (INEGI, SAGARPA-SIACON y FAO, 2013), mismo que se ha mantenido durante los últimos 20 años. Situación que se refleja en el gasto corriente monetario en los hogares, ya que para los años 2008 y 2010, el 33 % en promedio se destinó al consumo de Alimentos, Bebidas y Tabaco. De ese porcentaje en promedio el 19 % fue para el consumo de cereales (INEGI, 2011). Parte del consumo de arroz ha sido cubierto con importaciones (FAO, 2015) ya que para el periodo 2010-2012, 85% del arroz provino del exterior.
El arroz ocupa el cuarto lugar dentro de la producción de granos alimenticios, antes se encuentra el maíz, frijol y trigo (SAGARPA-SIAP, 2013). Se cultiva en 13 estados, entre los que destacan por superficie cosechada, Campeche, Nayarit, Michoacán y Veracruz, que en conjunto representaron 70 % durante 2012 (SAGARPA-SIACON, 2013). La superficie cosechada mexicana de arroz en 1990 fue de 105 402 hectáreas, con una producción de 394 388 toneladas, mientras que para 2012 fueron 31 796 hectáreas con 178 781 toneladas (SAGARPA-SIAP, 2013) lo que representó una Tasa Media Anual de Crecimiento (TMAC) de -5.3 % y de -3.5 % en la superficie cosechada y en la producción respectivamente.
La distribución de la producción de arroz en el país ha variado en los últimos 20 años; para el periodo 2010-2012 seis estados aportaron en promedio 84 % de la producción de arroz palay, siendo éstos Nayarit, Michoacán, Campeche, Colima, Veracruz y Morelos, por su orden de participación (SAGARPA-SIACON, 2013). Con la dinámica que ha tenido la producción arrocera en el país, los escenarios que se vislumbran son: la desaparición de la superficie cosechada de arroz en estados como Puebla, Sinaloa, Quintana Roo, Oaxaca y Guerrero. Los estados de Nayarit, Michoacán, Jalisco, Tamaulipas muestran una tendencia positiva en la superficie cosechada. Si bien, ha disminuido la superficie cosechada, los estados de Campeche, Colima, Veracruz, Morelos siguen siendo los principales productores de arroz del país. Destaca también que en donde se ha incrementado la producción, se ha establecido una agricultura de contrato con la industria molinera3 como un mecanismo de certeza de acceso al mercado.
La problemática de la producción nacional de arroz es que mientras la producción de arroz disminuyó a una tasa media anual de crecimiento (TMAC) de -9.4 %, al pasar de 1 135 000 toneladas cosechadas entre 1990 y 1992 a 568 924 toneladas para 2010-2012. Las importaciones aumentaron a una tasa media anual de 24.5 % ya que de 561 308 toneladas, se incrementaron a 2 598 292 para el mismo periodo. Dada la reducción de la producción arrocera en México, y las importaciones crecientes del cereal, el país se ha colocado como un importador del cereal en el mundo (FAO, 2015).
La disponibilidad de oferta externa de arroz ha provocado una disminución del precio del cereal mexicano pagado al productor, lo que ocasiona que para un amplio sector de los productores nacionales deje de ser un cultivo rentable y por tanto no competitivo de México. Como parte de la problemática que también enfrentan los productores de arroz en México, está la pérdida de rentabilidad, ya que de acuerdo al Índice de Precios Genéricos para la Producción Total -de arroz palay- que elabora el INEGI, durante los años 1994 a 2012, tuvo una TMAC de 9.2 %; lo que muestra una tendencia del precio de los insumos a la alza. Mientras que el precio medio rural (año base 2000=100) que el productor ha recibido tuvo una TMAC de - 6.3 % durante los periodos 2000-2002 y 2010-2012.
Cabe resaltar que el arroz está considerado como parte de un grupo de alimentos estratégicos, según la Ley de Desarrollo Rural Sustentable 2001 en su Capítulo XVII artículo 179 (SAGARPA, 2011).
El objetivo del presente trabajo fue evaluar la competitividad de la producción de arroz en México ante Estados Unidos como principal socio comercial, con el fin de proponer acciones que contribuyan a mejorarla.
Capitulo Descriptivo y Metodológico
La competitividad según organismos como la OECD y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), además de investigadores como Villareal y Ramos (2001), coinciden en que es un concepto multidimensional y que depende de diversas estrategias e instrumentos de política a diferentes niveles, esto es, a nivel meta, macro, meso y micro relacionados con el entorno de la empresa y la empresa misma. Definiendo a la competitividad como "un concepto comparativo fundamentado en la capacidad dinámica que tiene una cadena agroalimentaria localizada espacialmente, para mantener, ampliar y mejorar de manera continua y sostenida su participación en el mercado, tanto doméstico como extranjero a través de la producción, distribución y venta de bienes y servicios en el tiempo, lugar y forma solicitados, buscando como fin último el beneficio de la sociedad" (IICA, 1999). Porter (1990), explica la competitividad empresarial a partir de una serie de factores relacionados con el entorno económico general y con la política macroeconómica del gobierno. No obstante, la competitividad también se ve afectada por factores económicos y no económicos (CIAT, 1999; IICA 2001). Dentro de los económicos podemos citar el tipo de cambio, costos de producción, precios de insumos, disponibilidad de paquetes tecnológicos, entre otros. Entre los no económicos se incluyen a la infraestructura física de la empresa y de su entorno y los servicios de apoyo.
Zarazua et al. (2011) menciona que para aumentar la competitividad de un cultivo es necesario innovar, sobre todo en la parte organizativa y tecnológica; de forma similar Macías (2003) y Contreras-Castillo (1999) sostienen que es necesario impulsar las organizaciones de productores con un perfil empresarial y sin prácticas corporativas. Además destaca que las ventajas comparativas que se tienen debido al medio natural con que contamos, son sumamente vulnerables en el marco de los grandes avances tecnológicos existentes, lo que genera que al no transformarlas en ventajas competitivas se pierda colocación de los productos agrícolas en el mercado. Investigaciones recientes en el sector agrícola de México, involucrando la competitividad, han sido realizadas en vainilla (Barrera-Rodríguez et al., 2012), en frijol (Padilla-Bernal et al., 2012), en leche (Carranza-Trinidad et al., 2007), entre otros. Sin embargo, en los últimos años pocos estudios económicos se han realizado en arroz, y en uno de estos, Salin et al., en el 2000, en un estudio auspiciado por productores arroceros de Texas, estudiaron las oportunidades y desafíos de sus exportaciones en México a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Otro es el realizado por Ireta-Paredes et al., (2011) en el que se analiza la competitividad del arroz en la región sur de Morelos, México bajo el enfoque de Cadenas, Diálogo y Acción (CADIAC) y la Matriz de Análisis de Políticas (MAP). Este estudio concluye que si bien la mano de obra ocupa un porcentaje importante de los costos de producción del cultivo, se vuelve rentable y por tanto competitivo al ser esta mano de obra de origen familiar, aunado a que obtienen buenos rendimientos y el precio diferenciado que logran los productores de Morelos en el mercado nacional. Caso similar fue el realizado en torno a la rentabilidad de la variedad Milagro Filipino en Veracruz por Tosquy et al. (2008), en el que muestra como una dosis de fertilización, que es parte de un paquete tecnológico, puede influir en la competitividad del cereal. También está el trabajo realizado para diversos productos agrícolas, entre lo que se incluyó el arroz, analizando su entorno nacional y una retrospectiva del cereal (Buendía et al., 2010).
Para el desarrollo de la presente investigación se recurrió a los bancos de información de organismos internacionales como la Food and Agriculture Organization (FAO), el United States Department of Agriculture (USDA) y Organisation for Economic Co-operation and Development (OECD), así como de fuentes nacionales como SAGARPA-SIACON, SAGARPA-SIAP, INEGI, BANXICO y de trabajo directo con productores arroceros.
A nivel macroeconómico se realizó el cálculo del Índice de Apertura Comercial (IAC), el Índice de Autosuficiencia Alimentaria (IAA) y el Índice de Ventaja Competitiva Revelada Aditiva (VCRA):
Índice de Apertura Comercial para el arroz palay (IAC), que indica el comportamiento de las importaciones y exportaciones sobre la producción nacional, estos es, la dinámica del intercambio comercial del país IAC = (Exportaciones+Import aciones)/valor de la producción del arroz (Ayala et al., 2011).
Índice de Autosuficiencia Alimentaria (IAA), de arroz palay, que indica la competitividad del cultivo del cereal IAA= [producción nacional de arroz palay / (producción nacional de arroz palay + importaciones del arroz palay - exportaciones de arroz palay) *100] (Ayala et al., 2011).
Índice de la Ventaja Competitiva Revelada Aditiva (VCRA) de Hoen y Oosterhaven (2006), que se obtiene mediante la siguiente ecuación:
donde X es el valor de las exportaciones agroalimentarias, α= cualquier producto en este caso es arroz, i= país de origen, r = resto del mundo, n = bienes comercializados menos el producto a. Este índice arroja valores entre 1 (competitivo) y - 1 (no competitivo), además de que tiene mejores propiedades estadísticas que la ventaja competitiva, como una media y distribución más estable. El índice mide la competitividad y el desempeño de las exportaciones e importaciones a través de datos de comercio ex post, lo que permite identificar productos que tienen competitividad, distinguiendo además, un patrón de especialización.
Para el análisis de apoyos económicos otorgados a la agricultura en EE. UU. y México, se trabajó el PSE (Producer Support Estimate) que es el equivalente de subsidio al productor, que es calculado por la OECD, y ayuda a describir el valor de la transferencia monetaria resultado de las políticas agrícolas, las cuales elevan los ingresos de los productores o reducen sus costos; la información que se obtuvo comprende del año 1986 al 2012. El PSE se estima al sumar la ayuda para precios de mercado, las transferencias presupuestarias y los ingresos no percibidos, es influenciado como un valor monetario por el tamaño y estructura del sector agrícola del país, así como la inflación y el tipo de cambio existente (OECD, 2009).
A nivel microeconómico se realizó el cálculo de la rentabilidad. La información sobre los costos para el ciclo agrícola 2012 de EE. UU. se obtuvo de la página de la Economic Research Service de la USDA (2013). En el caso de México, se utilizó la metodología de Agroprospecta (2009 y 2010), que consiste en el desarrollo de paneles con productores arroceros con características similares de nivel tecnológico de producción y superficie destinada al cultivo del arroz. Cada panel de productores, contó con la participación de tres a seis productores mediante invitación directa y con el requisito de haber cultivado arroz durante el año agrícola 2012. Se efectuaron dos paneles en cada uno de los estados de Michoacán, Morelos y Campeche, con grandes y pequeños productores de arroz de cada estado.
La metodología propuesta por Agroprospecta, permite a través del consenso de los productores participantes, obtener los costos de producción para determinado ciclo agrícola. Los conceptos que se incluyeron para el cálculo de los costos de producción fueron semilla, fertilizante, productos químicos, preparación del suelo, combustibles, lubricantes, reparación de vehículos, mano de obra, renta de la tierra, impuestos y seguros, para una Unidad Representativa de Producción (URP). Dichas unidades están conformadas por la superficie promedio que dedican al cultivo los productores arroceros, incluyendo tanto la tierra propia como la tierra arrendada; resultando una estructura de costo promedio y representativo de cada estrato de productores.
Durante los meses de julio a septiembre del 2013, se efectuaron los paneles en campo. En el mismo periodo, se realizó la validación de la información previamente brindada con los participantes en cada panel realizado. Una vez obtenidos los datos de las URP, se analizó la información mediante una comparación de medias con el paquete estadístico SPSS versión 18.0.
Para el análisis de apoyos y su impacto en la rentabilidad, se partió del hecho que el productor arrocero de EE. UU. recibió el Pago Directo correspondiente para el ciclo agrícola 2012. Considerando para ese año un apoyo al 85 % de la superficie y con una tarifa de pago de 2.35 dólares (USD) por quintal (Policy Rice, 2013). En el caso de México, se tomó el apoyo de PROCAMPO Tradicional que consiste de un monto de $963 y $1300 por hectárea para riego y temporal respectivamente (ASERCA, 2013).
Resultados y Discusión
Análisis macroeconómico de la competitividad
Al realizar el cálculo del índice de apertura comercial para México en arroz palay (Figura 1) se observa un incremento de las importaciones. Lo que coincide con el comportamiento del Índice de Autosuficiencia Alimentaria para el arroz palay, la disminución progresiva en el abasto en el país (Figura 2). Esta situación muestra una pérdida de competitividad; además de que la dinámica de las importaciones y exportaciones reflejan la falta de producción nacional para satisfacer la demanda interna del cereal.
El análisis del nivel de competitividad se hizo con datos para el periodo 1980-201. Al calcular para México el Índice de la Ventaja Competitiva Revelada Aditiva (VCRA) que mide la competitividad a través de datos de comercio ex post, identificando si el producto tiene competitividad y distinguiendo un patrón de especialización para el arroz palay. Se observó que no presenta ventajas competitivas reveladas, y destaca la cada vez menor especialización en su producción, ya que los valores del índice son menores a cero (Figura 3). Una tendencia similar se encuentra en un estudio realizado para todo el Sector Agropecuario de México durante el periodo 1980-2009 por Ayala et al. (2011), donde los resultados indican que no hay ventajas competitivas reveladas aditivas y tampoco hay especialización en el sector.
Para el caso de EE. UU., al realizar el cálculo de la VCRA, se observa presencia de ventaja competitiva revelada aditiva. Ya que su tendencia ha sido ascendente y aproximándose su valor a uno. Indicando la cada vez mayor especialización en la producción de arroz palay; fortaleciendo su competitividad y por tanto su prevalencia en el comercio exterior de arroz palay, como se muestra en la Figura 3.
La especialización del cultivo de arroz en EE.UU., ha permitido la diferenciación de zonas, distinguiéndose por su cultivo cuatro regiones: la de Praderas de Arkansas, la del Delta Mississippi, la Costa del Golfo abarcando parte de Texas y Luisiana y en Valle de Sacramento que pertenece al estado de California. Estas zonas se han enfocado en producir un tipo específico de arroz, esto es, arroz de grano largo, de grano mediano o de grano corto (ERS-USDA, 2011).
En México, solo se presenta esta condición de especialización en el estado de Morelos, identificado por producir un tipo de arroz, éste es de grano grueso, largo y que además cuenta con una denominación de origen (Diario Oficial de la Federación, 2012). El grado de especialización es tal, que se cuenta con paquetes tecnológicos y variedades aptas para las condiciones agroecológicas que prevalecen en la región arrocera del estado.
Análisis de PSE con información de la OECD
Al analizar la magnitud del apoyo económico a los productores (PSE), según información de la OECD, es necesario mostrar la dinámica que ha mantenido el cultivo del arroz tanto en EE. UU. como en México con información de la FAO (2015), y que se muestra en el Cuadro 1. Las variables de área cosechada y producción para EE. UU. se han mantenido con tendencia ascendente, mientras que en el caso de México ambas han disminuido durante el periodo analizado. Las exportaciones son preponderantes en EE. UU., caso contrario con México donde éstas no figuran; mientras que con las importaciones ocurre que son sobresalientes y se han incrementado paulatinamente a través de los años.
Año | Área cosechada (ha) | Producción (ton) | Importaciones (miles de dólares) | Exportaciones (miles de dólares) | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
México | EE. UU. | México | EE. UU. | México | EE. UU. | México | EE. UU. | |
1986 | 157 430 | 955 000 | 544 632 | 6 049 000 | 381 | 38 215 | - | 622 050 |
1991 | 84 790 | 1 125 400 | 347 245 | 7 230 000 | 35 949 | 93 599 | 13 | 756 270 |
1996 | 86 778 | 1 134 750 | 394 075 | 7 783 600 | 123 298 | 178 488 | 1075 | 1 031 043 |
2001 | 53 232 | 1 341 140 | 226 639 | 9 764 500 | 104 833 | 198 613 | 554 | 717 457 |
2006 | 70 470 | 1 141 630 | 337 250 | 8 826 230 | 203 418 | 368 321 | 1276 | 1 283 373 |
2010 | 41 748 | 1 462 950 | 216 676 | 11 027 000 | 320 195 | 628 647 | 3488 | 2 354 057 |
2012 | 31 795 | 1 083 760 | 178 787 | 9 048 220 | 369 922 | 659 532 | 1568 | 2 075 294 |
Fuente: elaboración propia con información de la FAO, varios años.
Para el periodo 1986-2012 según información de la OECD (2015), el PSE para los productores arroceros en EE. UU., estuvo compuesto por el programa de apoyos basados en la producción de productos básicos, que se subdivide en apoyos por precio de mercado y pagos basados en rendimientos. Además del programa de apoyos basados en áreas actuales plantadas en el que se requiere producción. Destacando el apoyo otorgado por áreas actuales sembradas con producción requerida durante el periodo analizado (Figura 4). Estos apoyos en conjunto, definen la política agrícola que sostiene EE. UU. para posicionarse como exportador de arroz palay.
En México la conformación del PSE, ha estado integrado, según OECD (2011), principalmente por los pagos de comercialización proporcionados por ASERCA (Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria), que fueron dados por tonelada para los productores arroceros desde 1991, en pagos por semilla, que se otorgaron a los productores agrícolas de 1986 a 1995, y los pagos por fertilizantes se brindaron a los productores agrícolas de 1986 a 1993 a través de FERTIMEX (Fertilizantes Mexicanos). Dentro de los programas de ALIANZA se brindó capacitación y extensión a través de programas de asistencia técnica durante el periodo 1996-2002. Con pagos basados sobre áreas actuales sembradas está el PROCAMPO tradicional que consiste en pagos al agricultor por hectárea sembrada. Al comparar los subsidios de México con el Índice de Tipo de Cambio Real (ITCR), estos tienen un comportamiento similar (Figura 4). Resultado de un tipo de cambio sobrevaluado, los apoyos aparentemente son mayores en México, situación inversa ocurre con la subvaluación, donde éstos disminuyen. Tal y como citan Ayala et al. (2011) y Trujillo et al. (2005), el tipo de cambio prevaleciente en el país coincide con la alza o baja de los apoyos otorgados al productor arrocero. Esta situación no la toma en cuenta la OECD para realizar el cálculo de los apoyos que conforman el PSE, mostrando un alza continua de los subsidios en general, basándose en un tipo de cambio no real, que influye directamente en las estimaciones de la OECD.
Como lo mencionan Kennedy et al. (1998), los factores que contribuyen a la competitividad de la agricultura, son las políticas de gobierno que afectan el mercado nacional e internacional, como son los tipos de cambio, las tasas de interés y los subsidios. Para el caso de la agricultura mexicana y en particular en el sector arrocero, la subvaluación ha afectado a la competitividad. Al tener un tipo de cambio con más pesos por dólar, los costos de producción se encarecen, pues gran cantidad de insumos son de importación; lo que después se traduce en aumento de precios internos, lo que disminuye la competitividad de los arroceros al tener un arroz con un costo de producción más alto que el internacional.
Los apoyos a la agricultura en el mundo se han manejado como una ayuda proporcionada al agricultor para alcanzar un ingreso objetivo o mantener un ingreso promedio, o a través de mantener zonas de producción de productos básicos (USDA, 2011). Estos apoyos que se brindan en países europeos y EE. UU. para mantener un ingreso o algún otro subsidio a la agricultura, generan distorsiones del mercado mundial, propiciando que productores de otros países al no contar con este tipo de apoyos dejen de sembrar cultivos como el arroz, el cual junto con el trigo, la soya, el algodón y el maíz son fuertemente subvencionados (Murphy et al., 2005).
Análisis microeconómico de la competitividad
Para realizar el análisis microeconómico de la producción nacional de arroz, se observaron los sistemas de producción agrícola en los dos países. Para el caso de EE. UU., en cada uno de los estados productores de arroz, la producción se caracteriza por contar con paquetes tecnológicos acordes, e instituciones de investigación y académicas que los fortalecen (Producers Rice Mill Inc., 2013). En México, aunque se cuenta con paquetes tecnológicos desarrollados por los Centros Experimentales, éste sufre modificaciones por el productor o acopiador de arroz, tal como se observó al platicar con los productores arroceros al recabar la información de campo durante mayo del 2012 y de julio a septiembre del 2013. Al hacer este tipo de modificaciones en los paquetes tecnológicos, eligiendo que tipo de arroz cultivar e incrementando o sustituyendo dosis de fertilización se tiene como consecuencia directa un incremento en los costos de producción del cereal afectando la rentabilidad y disminuyendo la competitividad del arroz.
Para el análisis microeconómico de la competitividad en México, se trabajó con los costos de producción del ciclo agrícola 2012 en Unidades Representativas de Producción (Cuadro 2). Las URP Chicas tienen un rango de superficie sembrada de 1.5 a 12 ha, mientras que las URP Grandes van de 4 a 100 ha. Sin embargo, aun con las diferencias en superficie dedicada al cultivo del cereal, al revisar los costos de producción sólo se encontró diferencia significativa en el rubro de costo de fertilizantes. Destaca la similitud en el rubro de mano de obra, confirmando el uso intensivo de ésta en las regiones arroceras del país; aunque también sobresale que no hay diferencias significativas en gastos de cosecha.
Variable | Media | |
---|---|---|
URP Chica | URP Grande | |
Preparación del suelo ($/ha) | 2850.0±1460.3 a | 2533.3±1680.2 a |
Semilla ($/ha) | 800.0±277.1 a | 650.0±305.1 a |
Riego ($/ha) | 2275.2±2369.8 a | 2108.4±2094.6 a |
Fertilizante ($/ha) | 4397.7±373.5 a | 5715.0±782.6 b |
Cosecha ($/ha) | 2400.0 ±2078.4 a | 2433.3±2050.2 a |
Mano de obra ($/ha) | 8228.8±3589.0 a | 8276.5±6620.7 a |
ab Letras diferentes por fila indican diferencias significativas (p≤0.05). DE=Desviación estándar.
Fuente: información de campo de las URP, obtenida de julio a septiembre de 2013.
Al compararse la rentabilidad y productividad de los productores arroceros de México y de EE. UU. Se encontró que el nivel de competitividad de la producción arrocera de Michoacán y Morelos es más bajo que el de EE. UU. (Cuadro 3). Además el estado de Campeche resultó con pérdida económica, reflejando la disminución de la competitividad de los estados productores de arroz en México. Situación que se explica al revisar los paquetes tecnológicos generados para las zonas arroceras y las modificaciones que realizan en los tres estados.
Concepto | EE.UU. | Michoacán | Morelos | Campeche |
---|---|---|---|---|
Costo de producción (USD/ha) | 1882.0 | 2228.0 | 3398.0 | 1523.0 |
Rendimiento (t/ha) | 7.9 | 8.0 | 10.0 | 5.0 |
Costo unitario (USD/t) | 238.2 | 278.5 | 339.8 | 304.6 |
Precio unitario (USD/t) | 319.0 | 289.0 | 342.0 | 304.0 |
Ingreso Bruto (USD/ha) | 2520.1 | 2312.0 | 3420.0 | 1520.0 |
Utilidad unitaria (USD/t) | 80.8 | 10.5 | 2.2 | -0.6 |
Ganancia (USD/ha) | 638.1 | 84.0 | 22.0 | -3.0 |
Apoyo (USD/ha) | 348 | 73 | 98 | 73 |
Ingreso neto (USD/ha) | 986.1 | 157.0 | 120.0 | 70.0 |
Fuente: elaboración propia: para México con datos de paneles con productores, para EE. UU. de www.ers.usda.gov/data-products/commodity-costs-and-returns.aspx (Consultado en enero de 2013).
Al comparar los costos de producción, destaca la rentabilidad del arroz producido en EE. UU., que resulta competitivo en el mercado internacional con una combinación de un paquete tecnológico, bajos costos de producción, rendimiento y precio pagado al productor, colocando en desventaja productiva y comercial a los productores mexicanos. No obstante, destaca el mejor rendimiento de dos de los tres estados mexicanos, y por supuesto el mejor precio otorgado al productor arrocero de Morelos.
Al realizar el análisis de los gastos de las Unidades Representativas de Producción (URP) en los estados estudiados (Cuadro 4), los resultados muestran que Morelos es el estado que más diferencias significativas presentó en los gastos realizados a lo largo del cultivo del cereal.
Variable | Estado | ||
---|---|---|---|
Michoacán | Campeche | Morelos | |
Preparación del suelo | 1100 a | 2775 b | 4200 b |
Fertilizantes | 5565.8 a | 5150 a | 4453.3 a |
Riego | 1232.1 a | 600 a | 4743.3 b |
Semilla | 800 a | 960 a | 415 a |
Mano de obra | 7774 ab | 3459 a | 13 525 b |
Cosecha | 1200 a | 1250 a | 4800 b |
ab Letras diferentes por fila, indican diferencia significativa con la prueba de Tukey al 5 %.
Fuente: Información de campo de las URP, obtenida de julio a septiembre de 2013.
A nivel estatal se observa que son similares los gastos en los conceptos de fertilizantes y semilla, lo que indica que siguen un paquete tecnológico. Aunque éste es modificado en el proceso del cultivo, ya que tratan de lograr reducciones económicas durante el proceso de producción del cereal.
El estado con mejor posicionamiento competitivo es Morelos al ostentar una denominación de origen (DOF, 2012) que en el mercado nacional le significa una diferenciación como producto y en precio. Michoacán y Campeche aunque producen arroz grueso y que es el arroz que la industria nacional les está demandando y les estimula producir, al realizar la agricultura por contrato. Se encuentran en desventaja ante Morelos por los paquetes tecnológicos para las variedades que se cultivan en el estado, los rendimientos que se alcanzan y el precio, siendo su ventaja de Michoacán y Campeche sus menores costos de producción.
Conclusiones
La Ventaja Competitiva Revelada Aditiva, muestra que México está cada vez menos especializado en la producción de arroz palay.
Es indispensable estimular mediante apoyos regionales, debido a las diferencias agroecológicas, las zonas con vocación arrocera buscando incrementar la producción del cereal y con esto satisfacer cada vez más la demanda interna.
Los apoyos económicos que recibe el productor arrocero en EE. UU., contribuyen a que se siga produciendo el cereal, ya que se tiene la certeza de que recibirán un ingreso derivado del cultivo del arroz independientemente del precio que reciban en el mercado por tonelada de arroz palay. Lo que coloca en desventaja a productores arroceros de México, afectando la superficie dedicada al cultivo del arroz y por ende de la producción y creando una dependencia alimentaria hacia el principal exportador.
Para mejorar la competitividad del arroz nacional, se debe enfatizar en la adopción de paquetes tecnológicos de cada región arrocera, tal y como lo recomiendan las instituciones de investigación correspondientes, ya que los productores en su afán de incrementar rendimientos y reducir costos realizan modificaciones sin fundamento técnico.