Introducción
En la mayor parte de la superficie agrícola del Estado de México se siembran semillas criollas de maíz (Herrera et al., 2002) y para esta región pertenecen a cinco razas (Wellhausen et al., 1951). El manejo del cultivo por los campesinos ha incrementado la diversidad de variedades, conservando la identidad y variabilidad genética en forma de poblaciones locales. La selección tradicional practicada ha mejorado (rendimiento o calidad); sin embargo, al seleccionar visualmente por las propiedades de la mazorca, la altura de planta se soslaya. Se desconoce si la mazorca fue de una planta cuatera o no, el acame de tallo, anclaje de raíz y número de plantas con esterilidad femenina; un incremento en el valor de algunas de estas variables está relacionado con una disminución en su potencial de rendimiento (Niño et al., 1988)
En milpas de cultivo de maíz (Zea mays L.,) los genotipos que lo representan exhiben diferentes grados de variación, producto de la selección del hombre y el ambiente en relación con la presión ecológica, fisiológica, culinaria y la concepción del mundo campesino (Hernández, 1972). Los campesinos se identifican por tener una economía familiar; son pequeños productores con tierra, laboran con ayuda de equipo simple y el trabajo de su familia produce para su propio consumo. También se caracterizan por ser labradores y ganaderos; se identifican como un grupo, el cual comparte aspectos socioeconómicos y culturales. Principalmente, la unidad campesina está dedicada a cultivar para el sustento alimenticio (Chayanov, 1974; Wolf, 1975; Martínez, 1985). "...el campesino para producir tiene que invertir su trabajo y el de su familia, utiliza su tierra, animales propios de tiro, usa su fuerza mental para planear y administrar, utiliza semillas de sus cultivos, tiene que planear rendimientos no solo para sobrevivir biológicamente él y su familia, sino que tiene que alcanzarle para alimentar a su fuerza de trabajo, tracción animal y quizá engordar algunos animales para su consumo festivo. Tiene que decidir usar o no algunos agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, herbicidas, etcétera). Para obtener productos como granos, forrajes, fibras, animales o sus derivados, además de algunos subproductos útiles para su unidad doméstica o remunerativos en el mercado..." (Martínez, 1985). Los campesinos han mantenido la conservación y mejoramiento de su semilla de generación en generación.
En este contexto, los recursos filogenéticos deben ser atesorados para poder ser utilizados (ONU-FAO, 1996); la mayor parte de la diversidad genética del maíz nativa de México se puede encontrar en los campos agrícolas en forma de variedades criollas (Wellhausen et al., 1951), ya que solo 18.8 % de la superficie sembrada con maíz usa semilla mejorada (USDA-SAGAR, 1997); la evolución es un hecho continuo, puesto que los campesinos siguen identificando características adicionales y combinando materiales genéticos, aportando su ingenio para formar más variantes; y que la conservación de dichos recursos genéticos in situ es una actividad cotidiana.
Se tomaron en cuenta los aportes realizados por Hernández X. (1980), relativos a la selección y conservación de la semilla. El objetivo de la investigación fue analizar la proporción de agricultores que utilizan semilla criolla o mejorada de maíz en la comunidad de estudio, ubicada en Valle de Acambay, una zona con condiciones homogéneas, y conocer el porcentaje de campesinos que utilizan semilla criolla, las características físicas de la mazorca que toma en cuenta el campesino al realizar la selección, el momento en que lo hace y la mazorca que utiliza. Asimismo, describir la experiencia acumulada de los campesinos en la selección de semilla criolla.
Materiales y Métodos
El trabajo se realizó en la comunidad de Pueblo Nuevo, Valle de Acambay, Estado de México, donde se practica una agricultura tradicional orientada al auto abasto familiar, más que al mercado. La mano de obra es familiar y se utilizan pocos insumos externos; la producción se destina al auto-abasto y su subsistencia está basada en una combinación de prácticas agrícolas y trabajo asalariado (Hernández X., 1972; Toledo 1990). Es una comunidad representativa de las zonas rurales de México, poco integrada a la economía de mercado, hablante de la lengua otomí y con un grado de marginación alto. Las características fisiográficas son suelo tipo feosem en más de 50 % de las parcelas y, en menor medida, vertisol. Cuenta con un monte de uso común; las sequías y en ocasiones las heladas son frecuentes en la comunidad y la región, generando que las condiciones de producción agropecuaria se limiten, de acuerdo con información del Catastro Municipal.
La fase de campo para el levantamiento de información se realizó en otoño de 2014 y se consideraron las actividades cotidianas del campesino y su familia. El enfoque cualitativo se ampara en la idea fundamental de la observación y descripción de participantes dentro de una comunidad; sirven para estudiar al desarrollo rural desde el punto de vista descriptivo (Hernández et al. 2005; Geilfus, 2002). Se realiza visita de campo, un estudio exploratorio y un recorrido para realizar encuestas a campesinos del lugar, aplicadas en su domicilio particular, que es donde se les encuentra con mayor facilidad y se puede realizar la entrevista con efectividad. A partir de la información obtenida se define el planteamiento del problema y las herramientas de investigación.
La fase exploratoria y las entrevistas con informantes clave se realizó para conocer las siguientes características: perfil del campesino, evaluación de recursos, flujograma de actividades del cultivo del maíz, presupuesto del cultivo, problemas para el almacenamiento de semilla, planificación de autodiagnóstico de soluciones locales. El estudio exploratorio permitió concluir que las familias campesinas presentan características homogéneas en términos de las prácticas de selección de semilla y labores productivas. El método de estudio empleado fue el descriptivo; se realizó un muestreo simple aleatorio en el cual se consideraron todas las familias campesinas. En la metodología cuantitativa se trabajó con el cuestionario apoyado de la metodología estadística, utilizando las variables de investigación (Hernández et al., 2005).
La población son las familias campesinas (jefes de familia). Se cuenta con un total de 710 viviendas. Debido a que la población es muy homogénea se determina que el tamaño de muestra sea de 50 familias campesinas. En este caso, todos los campesinos son propuestos para el análisis y tienen la misma probabilidad de ser seleccionados. La muestra es mayor al de la población y es suficiente por las características similares de las familias campesinas. El diseño de la encuesta permitió registrar la información, tomando en cuenta el objetivo del estudio y variables seleccionadas. El cuestionario es de 46 preguntas, cerradas, de opción múltiple y algunas abiertas para facilitar su aplicación y enriquecer la información. Los datos obtenidos se analizaron con estadística descriptiva (Infante y Zárate, 2005), utilizando el programa Excel versión 2010 (gráficas, promedios, frecuencias). La información cualitativa se obtuvo realizando recorridos en las parcelas y observación participante (Geilfus, 2002). Al final, apoyados con las características de la agricultura tradicional, se lleva a analizar y entender la información recabada (Hernández, 1972; Toledo, 1995).
Con el enfoque antropocéntrico, y tomando como base que la agricultura de maíz genera una interdependencia entre medio ambiente y hombre (Hernández X., 1949), se procedió a determinar la proporción de campesinos que usan semilla criolla o mejorada; después, observar en qué momento del proceso productivo inicia la selección y conservación de la semilla de sus variedades de maíz. Finalmente se cuantificaron los principales caracteres que considera el campesino al realizar la selección de semilla (tamaño y sanidad de mazorca, entre otras) y que parte de la mazorca utilizada es para semilla.
Se consideró como variedad criolla a la semilla reproducida en la comunidad desde hace al menos 30 años (Louette y Smale, 1996); como variedad foránea a la criolla, que es adquirida a través de un campesino de otra región en época reciente; y como comercial a la que proviene de una variedad mejorada.
Resultados y Discusión
Con base en los recorridos de campo (observación participante) se puede mencionar que la comunidad de estudio tiene un patrón de asentamiento disperso; no existe un trazo definido de las calles y hay poco espacio para el tránsito vehicular. Sólo el camino principal está pavimentado y comunica rumbo al noreste con la cabecera municipal y rumbo al sureste con las comunidades de Bocto y San Mateo. Las calles están bien definidas, revestidas con cemento y algunos tramos con piedra, así como con tezontle rojo y empedrados. En orientación noroeste se encuentran las escuelas, la iglesia, el centro de salud y el mercado. En cuanto a la actividad agrícola, se practica el cultivo de maíz en más de 80 % de las parcelas (otoño, 2014); hay algunos predios baldíos y en los traspatios tienen frutales, flores y plantas medicinales. La mayor parte de la cosecha de los productos que cultiva la población se destina al autoconsumo, mantenimiento de aves y ganado en pequeña escala.
Aspectos generales del cultivo, selección y almacenamiento de semilla
En México el área cultivada de maíz (80 %) se siembra con semilla criolla (USDA-SAGAR, 1997) y en la comunidad de estudio constituye 100 % del maíz cultivado. De acuerdo con los campesinos encuestados, regularmente la emergencia de la semilla cultivada en las milpas se ve afectada por diversos factores adversos: muerte del embrión de la semilla (38 %), falta de agua (32 %), mala preparación de la tierra (10 %), plagas presentes en el suelo (6 %), por aventar semilla el sembrador fuera de lugar (4 %), se tapa la semilla (2 %), es muy pequeña (2 %), falta de sanidad (2 %) y otros factores (4 %).
Los campesinos de la zona Valle de Acambay utilizan agroquímicos; la mayoría aplica fertilizantes y herbicidas, realizando por ciclo de una a dos aplicaciones de dicho liquido (84 %). Otros solo aplican fertilizantes (12 %), el resto no usa agroquímicos (elimina la maleza con el uso de implementos como el azadón) y realiza la fertilización con abono orgánico (4 %). Cultivan maíz (98 %) y jitomate (Solanum lycopersicum) (2 %), de los cuales 14 % siembra en asociación o intercalado con otro cultivo: trigo (Triticum aestivum L.), frijol (Phaseolus vulgaris L.), haba (Vicia faba var. equina), calabaza (Cucúrbita moschata, Potret) o avena (Avena sativa L.). El rendimiento promedio de maíz (en monocultivo) es de 1.9 t/ha y 1.6 t/ha (maíz intercalado). La técnica de selección de semilla heredada por sus familiares campesinos (96 %) ayuda a los vecinos (2 %) y otros (2 %). La selección de semilla se hace en familia, con la participación de su pareja e hijos (80 %) y la ayuda de parientes (12 %), jornaleros (4 %), amigos (2 %) y otros (2 %).
Los campesinos cultivan principalmente maíz blanco (40 %), blanco mezclado con otros colores (20 %), blanco o azul (12 %), blanco o negro (10 %), blanco o pinto (8 %), rosado (6 %), pinto (2 %), rojo (2 %). El cultivo de otros colores de maíz diferente al blanco se realiza en predios más pequeños, en el caso de los campesinos que tienen más de un predio o en algunos surcos de la milpa, ya que lo ocupan para realizar tortillas para las fiestas patronales o familiares. El tipo de maíz más cultivado en la comunidad y de acuerdo con la opinión de los campesinos es el blanco, debido a que en caso de tener un excedente es de fácil comercialización.
La semilla se almacena en un tambo cerrado (46 %), en tapanco (36 %), otro lugar de la casa (10 %) o en la troje (8 %). La semilla se envasa en costales de rafia (76 %), en barriles (16 %), frascos (4 %) y algunos no la envasan (a granel, 2 %).
Cuando no cuenta con semilla o no es suficiente para su siembra, lo compran o intercambian con maíz entre campesinos vecinos o lo consiguen con familiares. La semilla o grano se seca en la azotea (74 %), en el patio de las casa (18 %) y en el tapanco o la cocina (2 %). Limpian su semilla, cribándolo (62 %) con ayuda del viento (36 %) o la dejan en un cuarto (2 %).
Todos los campesinos encuestados utilizan semilla criolla (100 %) y la seleccionan, además de que la mantienen en su propiedad desde hace tres generaciones. El tipo de semilla utilizada es asociada al tipo de agricultura en cada región (Louette y Smale, 1996). En la comunidad se practica un tipo de agricultura campesina, sustentada en un proceso de selección bajo domesticación de los recursos genéticos (semillas-criollas); es una experiencia empírica, conocimiento físico-biótico, una educación no formal para transmitir los conocimientos, y acervo cultural en la mente de la comunidad campesina (Hernández X., 1972; Toledo, 1990). Por otro lado, las regiones que practican agricultura empresarial se apoyan en uso de pesticidas, fertilizantes, maquinaria, semilla mejorada etcétera, respaldada por el uso de riego, visión de mercado y un alto insumo de energía (CEPAL, 1986; Toledo, 1995).
La mayoría de los campesinos realizan la selección de la semilla (después de limpiar las mazorcas) posterior a la cosecha (91 %); otros la prefieren antes (4 %). La selección realizada por el hombre a través de los siglos hizo posible tener los maíces actuales; la selección de semilla después de la cosecha tiene la desventaja de que no se sabe si las características seleccionadas se deben al ambiente en que se desarrolló, si la planta de donde se obtuvo la semilla tenía competencia o si la mazorca de donde se obtuvo se debe al genotipo de la variedad. En general, se caracteriza por un grado variable de heterogeneidad al interior de la población, relativo a caracteres como sanidad, altura de planta, precocidad y productividad, entre otros (Louette y Smale, 1996).
Sólo 4 % de los campesinos señalaron seleccionar su semilla antes y después del ciclo agrícola (preselección), al cosechar mazorcas previamente marcadas. Quienes emplean esta variante son los que tienen formas o tipos de maíz con características particulares (altura de la planta y tamaño de mazorca) identificables en la región de estudio.
El porcentaje (menor a 10 %) de campesinos que realizan selección de semilla de maíz sobre variedades compradas mencionan que las variedades introducidas que llegan a producir bien son seleccionadas por el productor con base en características específicas (buen anclaje, altura de planta, tamaño de mazorca); después, son adoptadas e intercambiadas entre ellos. Los principales factores que explican los intercambios de semilla entre la comunidad son: disponibilidad momentánea de semilla, calendario agrícola y curiosidad de los campesinos (Louette, 1996). En la comunidad de estudio lo común es recurrir a conseguir semilla local con los vecinos campesinos cuando por algún motivo se queden sin semilla, o bien, cuando quieran cultivar maíz de otro color distinto al blanco, ya que es empleado con menor frecuencia.
La introducción de una variedad tiene un efecto sobre la estructura genética de las variedades locales, en función de la distancia entre parcelas (Hainzelin, 1988), tiempo entre floraciones (Bassetti y Westgate, 1993) y concentración de polen en el aire (Raynor et al., 1972), entre otras, pues los campesinos no buscan aislamiento en el espacio ni reproducción entre variedades (Louette, 1996).
Las características que toman en cuenta los campesinos para seleccionar su semilla son tamaño de mazorca (70 %), mazorcas con olote delgado (18 %), sanidad de la mazorca (8 %), otro color diferente (4 %).
La identificación realizada por los campesinos del tamaño de mazorca como característica principal está en relación con las condiciones de agricultura de temporal que se practica, la cual requiere sembrarla a mayor profundidad y, por lo mismo, requiere de semilla con más contenido de reserva para emerger. La presión de selección sobre una característica puede ser un indicador de cómo la selección realizada por el campesino genera diversidad de maíces en una región. De ahí que existan razas de mazorca grande, grano grande, varias hileras, buena cobertura de mazorca, olote delgado, entre otras, y variación entre estas características distintivas. En la comunidad los campesinos eligen mazorcas grandes, sus granos de mayor tamaño, aunado al hecho de que en menor escala cultivan otros colores de maíz diferentes al blanco, lo que propicia mayor diversidad del maíz local.
Este tipo de campesinos juegan un papel importante en la conservación y la generación de la diversidad del maíz in situ, pues con una actividad cotidiana identifican características adicionales (planta con buen follaje, vigor, anclaje); combinadas de manera creativa, en armonía con las mazorcas, las plantas mantienen y crean mayor variación. Asimismo, es probable que algunas recombinaciones tengan mayor estabilidad genética como consecuencia de la selección continua. Al respecto, la selección bajo domesticación tiene relación directa con las formas en que las comunidades rurales usan el maíz (Hernández X., 1972).
Una vez seleccionada la mazorca de la cual se obtendrán semillas, los resultados permiten afirmar que más de la mitad de campesinos utiliza solo la parte central de la mazorca (70 %), junto con los que eligen la parte basal (26 %) y toda la mazorca (4 %), respondiendo a condiciones particulares, como es contar con sistema de riego al momento de la siembra, haber tenido un año difícil el ciclo anterior y no contar con semilla suficiente para la siembra siguiente. De lo mencionado anteriormente se reporta un total de 96 % de campesinos que no utilizan los granos más pequeños de mazorca. Esta situación evidencia su preferencia por la semilla de mayor tamaño y uniformidad, al elegir granos de la parte central y basal de la mazorca porque esperan obtener en sus siembras un mayor número de plántulas que sean más vigorosas. En particular es importante en áreas de temporal donde las condiciones de humedad al momento de la siembra no siempre son favorables; la semilla se deposita a mayor profundidad para estar en contacto con el suelo húmedo, razón por lo cual requiere de mayor reserva para emerger.
La aplicación de características anteriores como criterios de selección, al campesino le permite obtener una semilla de buena calidad, física, fisiológica y sanitaria, puesto que al seleccionar la parte central de la mazorca con mayor tamaño (sana, olote delgado) obtiene semilla con cierta uniformidad, libre de plagas y enfermedades, contribuyendo a la obtención de mayor vigor y germinación.
La variedad fenotípica del maíz que predomina en Valle de Acambay corresponde al cónico, que tiene un rendimiento aceptable; su mayor adaptabilidad al Valle contribuiría a la derivación de poblaciones precoces de mayor rendimiento. Cruzar esta variedad criolla (cónico) con otros híbridos de maíz como un principio para mejoramiento genético puede ser útil para disminuir la altura de planta, el acame y esterilidad.
La técnica de selección de semilla que realizan los campesinos es aceptable, aunque se pueden agregar algunas medidas: realizar la práctica de selección antes, durante y después de la cosecha, con la cual es posible identificar plantas sanas (tallos fuertes, altura de planta y mazorca ideal, llena y grande, entre otros). Esto permitiría a través del tiempo desarrollar un tipo o variedad de maíz que se ajuste a sus preferencias de manera integral.
Aspectos económicos
En la pregunta respecto a otras fuentes de ingreso de los campesinos encuestados, la investigación arrojó los datos siguientes; obtienen de la agricultura sus principales ingresos (36 %). Asimismo, se desempeñan en el comercio (28 %), otra actividad (14 %), ganadería (8 %), jornaleros (8 %), empleados (4 %), agricultura y ganadería (2 %).
Entre las actividades de donde proviene la mayor parte del ingreso familiar están: venta de artesanías (36 %), agricultura (24 %), comercio (18 %), ganadería (12 %), remesas (4 %), programa de gobierno (4 %), otra (2 %).
Conclusiones
El uso de semilla está asociado al sistema agrícola tradicional. La mayoría de los campesinos de la región realizan la selección de semilla cuando la mazorca ya está formada, eligiendo la de mayor uniformidad, mejor tamaño y que esté libre de plagas y enfermedades. Uno de los aspectos relevantes que consideran los campesinos es la sanidad de la mazorca, la cual es de vital importancia para obtener una mejor germinación de la semilla.
Los campesinos de la zona de estudio cultivan maíz criollo tipo cónico en un ambiente temporal; seleccionan la semilla después de la cosecha, buscando una semilla que provenga de una mazorca que destaque por su tamaño, de olote delgado y las de mejor sanidad, eligiendo la parte del centro y base de la mazorca.
Los campesinos del lugar tienen la capacidad autogestiva de seleccionar su propia semilla, sin depender de las empresas semilleras, lo que permite tener una riqueza de variedades de diferentes colores de maíz y condiciones propicias de precocidad y adaptadas a las condiciones climáticas de la comunidad para tener una producción aceptable.