Introducción
La medición del desempeño es una parte fundamental de todas las industrias y la producción de leche no es diferente; el rendimiento de un hato se evalúa mejor usando indicadores clave de rendimiento cuantitativos medibles (Lane et al., 2013), por lo que todo sistema de producción pecuario está relacionado con indicadores productivos, económicos, sociales y ambientales, cuyas relaciones definen su sustentabilidad.
En el país no se tiene determinado con precisión ni las características ni los indicadores productivos de los diferentes sistemas de producción, lo cual es muy importante porque permite identificar grupos representativos para la evaluación y comparación de niveles de competitividad homogéneos y, además, permite identificar fortalezas y debilidades en cada estrato, lo que a su vez facilita el desarrollo e implementación de políticas orientadas a distintos grupos, según sus necesidades específicas (Mariscal-Aguayo et al, 2012). Particularmente en Jalisco, el estado ganadero más importante del país y en donde se encuentra una región productora de leche muy relevante, resulta trascendente la determinación de las características de los sistemas de producción de leche y de sus indicadores productivos.
La demanda nutricional para producción de leche puede generar incapacidad reproductiva en las vacas (Lucy, 2003). Sartori et al. (2004) comentan la existencia de bajas tasas de concepción en vacas altas productoras. De acuerdo con Roche et al. (2000), lo anterior se debe a enfermedades metabólicas ocasionadas por un balance negativo de energía en vacas postpartum. Sin embargo, Grön y Rajala-Schultz (2000) señalan que la alta producción de leche no es un factor importante en el retraso de la concepción, excepto en vacas de primer parto.
En la disyuntiva generada entre sí es la exigencia en producción de leche o el manejo de las vacas el factor que determina su capacidad reproductiva; se hace necesaria la comparación entre productores lecheros de distinto nivel tecnológico, para los cuales se suponen diferencias en la aplicación de prácticas nutricionales, reproductivas y sanitarias, con el fin de identificar las posibles causas de la baja eficiencia reproductiva.
De Jarnette et al. (2007) señalan que en los últimos 20 a 25 años la eficiencia reproductiva en el ganado lechero ha declinado de manera significativa; sin embargo, hace 20 años no se le exigía a la vaca acortar su intervalo entre partos y quedar gestante en el menor tiempo posible después del parto, como se hace en los sistemas actuales, sobre todo en los intensivos. Hace más de dos décadas, investigadores como Hillers et al. (1984) reportaron que factores relacionados con el manejo pueden influenciar directamente el comportamiento reproductivo del hato lechero, entre ellos: la detección oportuna de celos, manejo adecuado del semen, técnicas de inseminación, sanidad y alimentación de la vaca. Lo anterior sigue siendo sostenido por Lane et al. (2013).
La eficiencia reproductiva del hato es uno de los aspectos más importantes de la producción de ganado lechero, ya que tiene un alto impacto en los costos de producción. La eficiencia reproductiva determina en gran medida la rentabilidad de una empresa ganadera, pues de esta depende el periodo de producción de las hembras (Grön y Rajala-Schultz, 2000; Vergara et al., 2008).
De acuerdo con Lane et al. (2013) y Cathy et al. (2014) existen varias formas de evaluar la eficiencia reproductiva del ganado y pueden ser utilizadas según el propósito de la evaluación, las condiciones de cada empresa y la información disponible. Algunos de importancia relevante son: número de servicios por concepción, intervalo entre partos, días abiertos, edad al primer parto, intervalo parto primer celo, intervalo parto primer servicio.
Considerando lo expuesto anteriormente y la importancia de los parámetros reproductivos en vacas lecheras se plantea la siguiente hipótesis: los indicadores reproductivos de las vacas en las agroempresas con nivel tecnológico empresarial y de transición son diferentes. Para dar cumplimiento a la hipótesis planteada se propuso el siguiente objetivo: evaluar el comportamiento reproductivo de vacas lecheras en agroempresas con diferente nivel tecnológico ubicadas en la región de Los Altos de Jalisco.
Materiales y Métodos
Origen de la información
La información analizada fue tomada de bases de datos pertenecientes a 17 agroempresas de bovinos lecheros, ubicadas en la parte sur de la región de Los Altos de Jalisco. La información fue capturada por técnicos asesores de las agroempresas en estudio, por medio del software AGROPEC-Star®, el cual es una herramienta para la administración de agroempresas. La información utilizada se tomó del reporte global que genera dicho software, misma que se exportó al programa Microsoft Excel® para ser editada.
Agroempresas
Las agroempresas consideradas corresponden a dos niveles de estratificación: empresarial y de transición, de acuerdo con la clasificación de FAO (2005) modificada por López et al. (2007) y adaptada para la región de estudio, incluyendo solo los dos citados niveles tecnológicos de cinco que considera la FAO.
Nivel tecnológico empresarial: los productores de agroempresas empresariales tienen una escolaridad promedio de nivel licenciatura; todos cuentan con superficie agrícola de temporal y 50 % con superficie de agostadero; dentro del hato ganadero venden lo más pronto posible las crías machos, conservando las hembras para reemplazo; cuentan en promedio con 190 cabezas de ganado y las vacas son servidas únicamente vía inseminación artificial; la alimentación se basa en forraje de corte y alimento balanceado; en algunos casos se ofrece dicha dieta por estado fisiológico y nivel de producción en un sistema estabulado.
Nivel tecnológico de transición: Los productores de agroempresas de transición tienen una escolaridad promedio de secundaria; 73 % de ellos cuentan con superficie de uso agrícola o pradera de temporal; 13 %, con superficie agrícola o pradera de riego; y 53 %, con agostaderos de buena calidad. Cuentan en promedio con 87 cabezas de ganado y dentro del manejo reproductivo aplican inseminación artificial y monta para aquellos animales que no quedaron gestantes después de la inseminación; la alimentación del ganado es variable, realizándola en pastoreo de praderas cultivadas o en agostadero más alimento balanceado y suplemento mineral en un sistema semiestabulado, o bien, sistemas estabulados basados en forraje de corte y alimento balanceado, pero sin que la alimentación sea diferenciada por etapa fisiológica o nivel de producción.
La calidad genética de los hatos lecheros de ambos estratos de productores es similar, constituida principalmente por ganado de raza Holstein. La adopción de prácticas de manejo y sanidad, así como la infraestructura y equipo es mayor en el nivel empresarial que en el de transición. Considerando las diferencias en las características de las agroempresas se plantea que el comportamiento reproductivo en los dos tipos de ranchos es diferente.
Base de datos
La base de datos estuvo constituida por 17 agroempresas, de las cuales 15 son de transición, con 1441 vacas, y dos empresariales, con 600 vacas dando un total de 2041 vacas de 1 a 13 partos ocurridos entre 1996 y 2008. Los partos iguales o mayores que siete se clasificaron como parto siete, con el fin de eliminar el efecto de celdas perdidas. Para las variables estudiadas que fueron: edad al primer parto (EPP), servicios por concepción (SPC), días abiertos (DA), intervalo entre partos (IEP), intervalo al primer celo posparto (IPCP) e intervalo al primer servicio posparto (IPSP), se obtuvo una gráfica de distribución de los valores generados y se eliminaron los datos biológicamente poco probables, como fue el caso de la variable días abiertos, donde se eliminaron aquellos que fueron menores de 21 días. Debido a registros insuficientes para las variables "servicios por concepción" e "intervalo al primer servicio posparto", se eliminaron los datos de dos agroempresas clasificadas en el nivel tecnológico de transición y una para las variables intervalo entre partos e intervalo al primer celo posparto.
Análisis estadístico
Para el análisis de las variables se consideró un modelo mixto que incluyó los efectos fijos de número, año y época de parto, nivel tecnológico y rancho, además de las interacciones dobles entre éstos, que tuvieron efecto significativo (p≤0.05). Para la variable edad al primer parto se tomó en cuenta el año de nacimiento en lugar del año de parto. Asimismo, se consideró agroempresa anidada dentro de nivel tecnológico y vaca anidada dentro de agroempresa y nivel tecnológico como efecto aleatorio. El modelo se presenta a continuación:
Y ijklmno = μ + NT i + EP j + NP k + AP l + AE(NT)m + V(AE)n + (APxNT)li + (APxEP)lj + (NPxAP)kl + (NPxEP)kj + e ijklmno
Donde: Y ijklmno: respuesta en cada una de las variables respuesta modeladas, μ: media general, NT i: efecto del i-ésimo nivel tecnológico (i=1=transición, i=2=empresarial), EP j: efecto de la j-ésima época de parto [j=1=seca(junio-octubre), j=2=lluvia(noviembre-mayo)] NP k: efecto del k-ésimo número de parto (k= 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 o más), AP i: efecto del l-ésimo año de parto (l= 1996,...2006 o más), AE(NT)m: efecto aleatorio de la m-ésima agroempresa (m= 1,...17) anidada en NT~N (0, σ 2a), V(AE)n: efecto aleatorio de la n-ésima vaca (n=1,...2,041) anidada en AE~N (0, σ 2v), (APxNT)li: efecto de la interacción del l-ésimo año de parto con el i-ésimo nivel tecnológico, (APxEP)lj: efecto de la interacción del l-ésimo año de parto con la j-ésima época de parto, (NPxAP)kl: efecto de la interacción del k-ésimo número de parto con el l-ésimo año de parto, (NPxEP)kj.: efecto de la interacción del k-ésimo número de parto con la j-ésima época de parto, eijklmno: efecto aleatorio asociado con cada observación ~N (0, σ 2 e).
Los indicadores reproductivos se analizaron con el procedimiento MIXED de SAS (2013) y se utilizó el método REML. Para obtener las medias de cuadrados mínimos de los efectos principales y de las interacciones se aplicó el enunciado LSMEANS. Para la comparación de las medias de cuadrados mínimos se utilizó la prueba de Tukey ajustada (Kramer, 1956).
Resultados y Discusión
En el Cuadro 1 se muestran los niveles de significancia para cada una de las variables reproductivas evaluadas.
Fuente de variación | Variables respuesta† | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
EPP, meses |
SPC, No. |
IDCP, D |
IPSP, D |
DA, d |
IEP, d |
|
Número de parto (NP) | ND | <0..0001 | <0..0001 | 0.0016 | 0.4982 | 0.6518 |
Año de parto (AP) | <0..0001 | <0..0001 | <0..0001 | <0..0001 | <0..0001 | <0..0001 |
Época de parto (EP) | 0.0631 | 0.0399 | 0.0011 | <0..0001 | 0.5537 | 0.9613 |
Nivel tecnológico (NT) | 0.3501 | 0.0802 | 0.0030 | 0.0294 | 0.3677 | 0.4169 |
(AP)x(NT) | 0.0083 | ND | <0..0001 | <0..0001 | ND | ND |
(AP)x(EP) | ND | ND | ND | 0.0004 | 0.0210 | ND |
(NP)x(AP) | ND | ND | 0.0093 | ND | ND | ND |
(NP)x(EP) | ND | ND | 0.0425 | 0.0113 | ND | ND |
†EPP: edad al primer parto, SPC: servicios por concepción, IPCP: intervalo al primer celo pos-parto, IPSP: intervalo al primer servicio posparto, DA: días abiertos, IEP: intervalo entre partos. ND: No determinado.
El año de parto tuvo efecto (p≤0.05) en todas las variables evaluadas. La edad al primer parto solo fue afectada por el año de nacimiento y la interacción entre año de nacimiento y nivel tecnológico; el IPCP fue afectado por todas las fuentes de variación consideradas a excepción de la interacción entre año de parto y época de parto; el IPSP también fue afectado por todas la fuentes de variación, a excepción de la interacción entre el número de parto y año de parto. El número, año y época de parto tuvieron efecto en el número de servicios por concepción. La interacción año de parto por época de parto tuvo efecto en los días abiertos. La variable intervalo entre partos solo fue afectada por el año de parto.
Edad al primer parto (EPP)
En la Figura 1 se presentan los intervalos del efecto de la interacción de año de nacimiento por nivel tecnológico para EPP, donde las vacas del nivel tecnológico empresarial presentaron en 45 % de los años graficados, mínimo, un mes menos de edad al primer parto, comparativamente con las vacas de los hatos con nivel tecnológico de transición.
Intervalo al primer celo posparto (IPCP)
En la Figura 2 se presentan los resultados de la interacción entre año de parto y nivel tecnológico para el intervalo al primer celo posparto, donde la magnitud de las diferencias de IPCP entre niveles tecnológicos resultó ser mayor en 2004 y 2007. El nivel tecnológico empresarial presentó en promedio 27 d menos de intervalo al primer celo posparto comparativamente con el nivel de transición, pues alcanzó un valor promedio de 63.8±6.2 vs 90.8±2.7 d del nivel de transición, posiblemente debido a una mejor detección de celos o un manejo alimenticio más adecuado en las agroempresas de tipo empresarial. Sin embargo, los hatos clasificados en ambos niveles tecnológicos están lejos del óptimo reportado por Ortiz et al. (2005) en ganado lechero manejado de forma intensiva, quienes indican que debe ser menor de 40 d ya que, según Linderoth (2005), las presentaciones de celos a los 40 d son un indicativo de que las vacas en estos sistemas de producción están ciclando normalmente y pueden responder adecuadamente al protocolo de inseminación. De acuerdo con Friggens et al. (2010), hay una estrecha relación entre el rendimiento reproductivo y la producción de leche, por lo que aquellas vacas que tardan más tiempo en volver al estro después del parto tienen tasas de concepción más pobres y muestran menos signos de estro. Lo anterior puede estar relacionado con una mayor producción de leche, por lo que es importante implementar estrategias nutrimentales para proporcionar una adecuada alimentación de acuerdo con el nivel de producción de la vaca y tratar de minimizar un efecto negativo en la reproducción de la misma, lo cual se puede medir con la grasa corporal como un índice de capacidad de salvaguardar la inversión reproductiva y la movilización de la grasa corporal como un índice del medio ambiente nutricional actual.
Intervalo al primer servicio posparto (IPSP)
En la Figura 3 se muestran los resultados de la interacción entre el año de parto y el nivel tecnológico para el intervalo al primer servicio posparto, donde la magnitud de las diferencias de IPSP entre niveles tecnológicos resultó ser mayor en 2004, 2005 y 2006. El nivel empresarial presentó, en promedio, 15 días menos de intervalo al primer servicio posparto que el nivel de transición.
El nivel tecnológico empresarial resultó ser mejor que el de transición por presentar menor IPSP (75.5±5.5 vs 91.1 ±2.3 d), siendo el reflejo de lo obtenido para IPCP.
Arbel et al. (2001) mencionan que un retraso de 60 días con respecto al periodo de espera voluntario en la inseminación de vacas altas productoras trae ventajas económicas y permite al productor tomar decisiones relativas a cada vaca. Miller et al. (2007) reportan que para el cálculo de tasa de preñez se supone un periodo de espera voluntario de 60 días, al igual que para días a la concepción (De Jarnette et al., 2007).
Stewart y Rapnicki (2006) señalan que las vacas altas productoras son las de segundo y tercer parto, para las cuales en este análisis se encontró un intervalo al primer servicio de 84.5 ±3.1 y 81.7±3.1 d. Sin embargo, Ramírez y Segura (1992) reportan 83 d de IPSP para vacas lecheras en sistemas intensivos del noreste de México. Nebel (2003) recomienda como meta 75 d al primer servicio en sistemas de producción intensiva y Córdova et al. (2005) publicaron un óptimo de 77.53 d en vacas de lechería estabulada. De acuerdo con este análisis, los productores empresariales obtuvieron una media de 75.7± 5.5 d de IPSP y los de transición de 91.1 ± 2.3 d, por lo que se deduce que los productores empresariales presentan un IPSP más adecuado en el aspecto biológico que los productores de transición.
En el Cuadro 2 se presentan las medias de cuadrados mínimos de los efectos principales considerados para las variables reproductivas analizadas.
Efectos fijos | EPP, meses |
SPC, número |
IDCP, D |
IPSP, D |
DA, D |
IEP, D |
---|---|---|---|---|---|---|
Número de parto | ||||||
1 | ND | 1.68±0.1c | 84.3±3.5a | 86.9±3.1a | 120.8±6.4a | 398.7±6.3a |
2 | ND | 1.74±0.1b c | 78.8±3.6a b | 84.5±3.1a b | 123.3±6.5a | 402.8±6.4a |
3 | ND | 1.83±0.1b | 73.8±3.7b | 81.7±3.1b | 123.2±6.7a | 399.1±6.5a |
4 | ND | 1.88±0.1b | 71.0±3.8b | 79.8±3.2b | 125.5±6.9a | 402.8±6.8a |
5 | ND | 1.90±0.1b | 76.3±4.2a b | 83.3±3.4a b | 123.7±7.3a | 400.1±7.3a |
6 | ND | 1.93±0.1a b | 81.1±4.6a b | 82.7±3.7a b | 125.7±8.0a | 400.6±8.2a |
7 | ND | 2.16±0.1a | 76.2±5.0a b | 85.0±3.7a b | 133.8±8.2a | 408.5±8.4a |
Época de parto (nacimiento) | ||||||
Lluvias | 25.5±0.5a | 1.84±0.1b | 79.9±3.6a | 86.5±3.1a | 124.3±6.5a | 401.7±6.3a |
Secas | 25.9±0.4a | 1.91±0.1a | 74.8±3.5b | 80.4±3.0b | 126.0±6.4a | 401.8±6.2a |
Nivel tecnológico | ||||||
Empresarial | 25.2±0.8a | 2.04±0.2a | 63.8±6.2b | 75.7±5.5b | 119.3±11.5a | 396.7±11.1a |
Transición | 26.1±0.3a | 1.72±0.1a | 90.8±2.7a | 91.1±2.3a | 131.0±4.9a | 406.9±4.9a |
Medias en la misma columna y efecto con distinta literal son diferentes (p≤0.05). ND: No determinado.
La media general de EPP fue 25.7± 0.6 meses; los valores para IPCP e IPSP fueron 77.35 ±3.48 y 83.41 ±3.33 d, y 125.14±7.14 d para DA. Marini et al. (2004) compararon vacas de 26.1 ± 0.02 y 36.6±0.13 meses de EPP y encontraron que las Holstein de 26.1 meses de edad presentaron un mayor intervalo al primer celo posparto (76.1 ±1.99 d), al primer servicio posparto (122.8± 3.84 d) y periodos de días abiertos más largos (140.3± 3.97 d) que las de 36.6 meses de edad; por otra parte, Nilforooshan y Edriss (2004) mencionan que 24 meses es la edad ideal al primer parto. Al comparar los resultados del presente estudio con los encontrados por Marini et al. (2004) se puede observar que EPP e IPCP fueron similares; sin embargo, el IPSP y DA tuvieron 39 y 15 d menos que los encontrados por los autores mencionados, lo que indica que el manejo general de las agroempresas en estudio es bueno, debido a que la vida productiva de la vaca comienza a una edad cercana a la recomendada por Nilforooshan y Edriss (2004), teniendo intervalos al primer servicio posparto más cortos y, como resultado de ello, menos días abiertos, factor que se traduce en menos pérdidas económicas atribuidas a costos de alimentación, sanidad y mano de obra, principalmente.
Las vacas de primer parto presentaron más días (p≤0.05) al primer celo posparto (84.3±3.5 d) y primer servicio posparto (86.9± 3.1 d) que las de tres y cuatro partos; estas últimas presentaron menos días de IPCP (73.8±3.7 y 71.0±3.8 d) e IPSP (81.7±3.1 y 79.8 ±3.2 d), lo que concuerda con los resultados reportados por González (2008), quien menciona que vacas de primer parto reciben su primer servicio posparto días más tarde que aquellas de tercero y cuarto.
El nivel tecnológico empresarial presentó menos (p≤ 0.05) días de IPCP e IPSP (63.8 ± 6.2 y 75.7±5.5 d) que el de transición (90.8 ±2.7 y 91.1 ±2.3 d). Al respecto, Hillers et al. (1984) reportaron que factores relacionados con el manejo pueden influenciar directamente el comportamiento reproductivo del hato lechero, entre ellos: detección oportuna de celos, manejo adecuado del semen, técnicas de inseminación, sanidad, mejoramiento genético y alimentación de la vaca. De igual manera, Lane et al. (2013) indican que el comportamiento reproductivo es el resultado de la acción de diversos factores, por lo que Overton y Waldron (2004) señalan que es necesario lograr la nutrición óptima de la vaca, cuyos requerimientos varían según el estado fisiológico, además de satisfacer las demandas de nutrientes específicos en el periodo seco para prevenir trastornos metabólicos en el período perinatal; entonces, se puede considerar que el manejo nutricional de la vacas del sistema empresarial es más adecuado (tal vez no óptimo), al igual que el mejor manejo en la detección de calores que el de los de transición, pues tienen diferentes raciones de acuerdo con la etapa fisiológica de la vaca y están en confinamiento. Por lo tanto, presentan una mejor respuesta en la variable de IPSP.
Días abiertos (DA)
De acuerdo con lo presentado en el Cuadro 2, el nivel tecnológico empresarial presentó un promedio de 119.3 ±11.5 días abiertos y de 131 ±4.9 d para el de transición, sin haber diferencia estadística entre ellos. Ortiz et al. (2005) señalan un óptimo de 85 a 110 días abiertos, con cifras mayores a 140 d como indicadores de problemas en sistemas intensivos, lo cuales son valores similares a los óptimos reportados por Córdova et al. (2005) de 85 a 100 DA en un sistema estabulado. En este estudio se obtuvo un promedio general de 125 DA, indicando que las agroempresas tienen un adecuado periodo de DA. Las agroempresas con nivel tecnológico empresarial presentaron 11.7 DA en promedio, menos que las de transición, pero esta diferencia no fue significativa (p≥0.059).
Servicios por concepción (SPC)
El número de parto influyó en el de servicios por concepción (Cuadro 2); los SPC se incrementaron de manera gradual con la edad de las vacas. Para vacas de primer parto el número de servicios por concepción fue 1.68± 0.1, menor que para las de siete o más (2.16±0.1). Hillers et al. (1984) señalan que existen muchos factores que influyen en el comportamiento reproductivo de las vacas lecheras y que son de gran impacto en la fertilidad, entre ellos el número de parto y la edad; con respecto a este último, reportan que las de uno y dos partos tienen mejor porcentaje de concepción que las de tres o más.
Agroempresas con nivel tecnológico empresarial y de transición presentaron 2.04 ±0.2 y 1.72 ±0.1 SPC. Ortiz et al. (2005) señalan un óptimo menor a 1.7 SPC y como indicador de problemas reproductivos, más de 2.5 SPC, por lo que las agroempresas en estudio se encuentran dentro del rango de valores aceptables.
En época de lluvias se dieron menos servicios por concepción que durante la de sequía, mientras que el IPCP e IPSP fueron menores para esta última. Maciel y Scandolo (2008) comentan que las lluvias intensas reducen la actividad estral y la manifestación de celos en climas con temperaturas ambientales mayores de 30 °C y lluvia; es tres veces menos notoria que en clima seco con temperaturas de 20 a 25 °C.
El hecho de que durante la época de secas se puedan observar mejor los signos de comportamiento estral influye en el comienzo temprano de la detección de celos e inseminación; dicho evento concuerda con los resultados encontrados en el presente estudio. Por otra parte, el que se dieran menos servicios por concepción durante la época de lluvias pudiese estar relacionado con el hecho de que en dicho periodo la calidad nutricional del forraje que se ofrece al ganado es mejor y, por lo tanto, la actividad reproductiva, pues es bien sabido que el comportamiento reproductivo se encuentra estrechamente asociado con el estatus nutricional.
Intervalo entre partos (IEP)
El nivel tecnológico no influyó (p>0.05) en el IEP, lo que coincide con lo reportado por Caldera (2003) en agroempresas con niveles tecnológicos bajo, medio y alto en la región de los Altos de Jalisco. En este análisis de las fuentes de variación incluidas solo el año de parto tuvo efecto en el IEP. Se encontró una media de 396.7± 11.1 d (13.22 meses) de IEP para los productores empresariales y de 406.9 ±4 d (13.56 meses) para los de transición. Teyer et al. (2002) reportaron 15.6 meses de intervalo entre partos en sistemas lecheros especializados del sur de México. Córdova et al. (2005) mencionaron un óptimo de 12 meses de IEP en sistemas estabulados, muy similar al reportado en sistemas intensivos por Ortiz et al. (2005) de 12.5 a 13 meses, con 14 meses como indicador de problemas; sin embargo, en vacas con sistema de producción similar, Nebel (2003) registró un óptimo de 13.5 meses de IEP. De acuerdo con la literatura citada, las agroempresas estudiadas se encuentran dentro de los valores recomendados.
El promedio general de intervalo entre partos fue 401.8 días, similar a los 406.8 días reportado por Hare et al. (2006) para vacas Holstein en sistemas intensivos.
Con base en los resultados obtenidos se identifica que solo existen diferencias en indicadores IPPC e IPPS, y que las vacas de las agroempresas del NT empresarial tienen un mejor comportamiento hasta antes de los 60 días después del parto, ya que presentan celo y son inseminadas más pronto. Sin embargo, estas diferencias no son tan importantes para tener un impacto en los indicadores de DA e IEP, ya que al final los animales de los diferentes NT tecnológicos tienen un comportamiento reproductivo similar.
De manera adicional, en futuros trabajos resulta importante analizar si la diferencia en inversión que se tiene en infraestructura y ganado es significativa en los dos niveles tecnológicos para tener más elementos para identificar el más rentable.
Conclusiones
El nivel tecnológico empresarial presentó intervalos al primer celo posparto y al primer servicio posparto menores que el nivel tecnológico de transición.
No se encontraron diferencias significativas entre el nivel tecnológico de transición y empresarial para días abiertos, servicios por concepción, edad al primer parto e intervalo entre partos. Sin embargo, existe una tendencia a que los indicadores de las agroempresas del nivel empresarial sean mejores. Por lo anterior, sería recomendable continuar con la capacitación y asesoría en el manejo integral de las agroempresas.
La obtención de información de las agroempresas para la generación de indicadores de una de las regiones lecheras más importantes del país resulta interesante para considerarse en las políticas públicas para el desarrollo, así como para la docencia y la investigación.