Introducción
La multifuncionalidad en el desarrollo rural se refiere a la relación entre la naturaleza y la variedad de funciones del territorio y espacio rural (Moyano, 2005; Moyano y Garrido, 2007); con actividad agrícola se valora por sus múltiples funciones económicas y no económicas de producción alimentaria y no alimentaria, conservación ambiental, equilibrio entre ecosistemas, preservación de espacios forestales, mantenimiento productivo y articulación socioeconómica del medio rural, materias primas para la farmacología y cultivos agroenergéticos; sin agricultura posibilita funciones de paisaje, naturaleza, ocio, recreación, patrimonio cultural (Moyano y Garrido, 2007; Moyano, 2008), adquiriendo un carácter ambiental, sociocultural, económico-productivo y territorial (Ayala y Gracia, 2009). Metodológicamente es “la operacionalización del modelo de la agricultura sustentable” (Losch, 2002), como herramienta para incrementar la sustentabilidad de actividades (Hagedorn, 2005) agrícolas y no agrícolas, o como lo indican Delgadillo y Torres (2009), en los marcos analíticos de enfoque territorial que implica procesos de desarrollo local y de planeación territorial rural. Está determinada por externalidades o beneficios o perjuicios que la agricultura ocasiona, pero también genera efectos colaterales que no están incorporados en las funciones de producción, en los costos e ingresos de las actividades productivas, ni forma parte del análisis financiero de un empresario en particular, sino que son efectos que se escapan a su actividad productiva, pero que afecta al conjunto social (Echeverri y Rivero, 2002) y al entorno ambiental en el que se desarrollan y que determinan las funciones de la agricultura al menos en cuatro categorías básicas: alimentaria, ambiental, social y económica.
La función alimentaria se relaciona con la seguridad alimentaria, que implica el acceso físico y económico a suficientes alimentos, como lo señalan Antonio et al. (2016) con el carácter saludable y equilibrado en la calidad de las materias primas y de los alimentos elaborados para evitar problemas de salud pública. La función ambiental comprende la relación simétrica entre la agricultura y las condiciones biofísicas del medio ambiente para mantener la viabilidad y la salud global de los ecosistemas (Munasinghe, 2009), el paisaje rural y del patrimonio cultural en las comunidades indígenas con la cosmovisión, ideas, pensamientos, saberes locales y conocimientos sobre el aprovechamiento racional de los recursos naturales en la obtención de materias primas alimentarias de origen agrícola. La función económica refiere a la complejidad y madurez de los mercados (privados o no privados) en el suministro, abastecimiento, consumo y comercialización de bienes, materias primas y alimentos intercambiables entre los sectores productivos, generar excedentes exportables y aportar divisas a la economía que impulsan la agricultura y mejoran las condiciones de vida de los campesinos productores bajo la racionalidad conservacionista, condición que sugiere evaluaciones recurrentes para identificar y resolver las causas de la degradación de los recursos naturales; la función social considera la conservación de la herencia cultural generacional orientada a proteger la producción familiar a pequeña escala, paisajes rurales tradicionales, y mantener el empleo e ingresos en el medio rural (Valdés y Foster, 2004; Kallas y Gómez, 2004; Gómez et al., 2008).
A las categorías anteriores hay que agregar las prácticas de conservación de la identidad individual, comunitaria y regional, la lengua, la organización de la convivencia y del trabajo familiar y comunitario, y la autogestión colectiva, requerimientos que contribuyen a la sustentabilidad de la agricultura, como sucede en los sistemas agrícolas de la siembra de maguey mezcalero en los valles realizado por indígenas zapotecos de la Región del Mezcal (RM) de Oaxaca (Antonio y Smit, 2012), por su vulnerabilidad a factores exógenos socioeconómicos y ecológicos, sobre todo los relacionados con el mercado, y al uso excesivo de los recursos naturales, como el caso de la expansión del mercado mundial del tequila, lo han modificado y han originado la recomposición agrícola en un doble efecto: el crecimiento de la frontera agrícola de la siembra y la sobreproducción de maguey mezcalero, ocasionando la descapitalización socioeconómica de los campesinos indígenas y el deterioro ambiental de la región, que se manifestó en el descenso y abandono de su siembra y la degradación de los suelos, acompañado de la cancelación de las prácticas agrícolas tradicionales, situación que ha encauzado a la inseguridad alimentaria, cambios en la flora y fauna nativa de importancia biocultural, además del desempleo y la falta de ingresos que han agudizado la pobreza en la región.
La recomposición de la agricultura forma parte de los procesos de transformación de los sistemas agrarios, al vincularse con la nueva ruralidad en el mundo. Ambos conforman reestructuraciones geoeconómicas y reacomodos geopolíticos a nivel global, nacional y local, pero en cada país o localidad del planeta asume sus propias peculiaridades (Llambi, 1996), asociado a cambios estructurales, mutaciones de la acción pública y recomposición económica rural y regional (Léonard y Losch, 2009) que se expresa en la persistencia rural (Matijasevic y Ruíz, 2013), múltiples ruralidades (Llambi, 2010), desruralización y desagrarización ( Pérez, 2006; Ruíz y Delgado, 2008; Dirven, 2011), entre otros, condiciones que determinan territorios productivos específicos como la RM en Oaxaca, que por sus características agroclimáticas favorece la producción de maguey mezcalero y la elaboración de mezcal.
En la nueva ruralidad latinoamericana los fenómenos socioeconómicos se manifiestan en la exclusión social por la intensificación y expansión global del capitalismo sobre el sector agropecuario y forestal, la difusión creciente del trabajo asalariado, la precarización del empleo rural, la multi-ocupación, expulsión de medianos productores del sector, continuas migraciones campo-ciudad o transfronterizas, orientación de la producción agropecuaria a los mercados y la articulación de los productores agrarios a complejos agroindustriales, en los que predominan las decisiones de núcleos de poder vinculados a grandes empresas trasnacionales (Teubal, 2001), poseedoras de tecnologías de última generación que contribuyen a la consolidación del capitalismo en el sector primario. Dirven (2011) indica que la nueva ruralidad se vincula también al surgimiento y desarrollo de nuevas actividades, la pluriactividad, nuevos agentes sociales y entes regulatorios en los espacios que anteriormente estaban dedicados exclusivamente a las actividades agrícolas, originando lo que Kay (2007) denomina como la semiproletarización de los campesinos bajo una nueva ruralidad, como se observa en la RM donde se agudiza la pobreza de los campesinos indígenas zapotecos.
En este contexto la cadena productiva del maguey mezcalero en Matatlán y El Camarón se reconfigura y adapta al entorno socioeconómico al presentar múltiples transformaciones en su estructura productiva, generando dentro y fuera de la unidad productiva la pluriactividad o un conjunto de actividades económicas interdependientes y distintas a la agricultura para integrar un ingreso global y favorecer su reproducción socioeconómica (Antonio y Ramírez, 2008a). En orden de importancia destacan la migración internacional, el trabajo como jornalero y el pequeño comercio de mercancías en las comunidades, constituyendo flujos económicos locales, estrategias de supervivencia de la familia campesina, y de permanencia y desarrollo de la agricultura mediante la producción de maguey mezcalero (Antonio y Smit, 2012). La diversificación de actividades complementa y recompone la actividad agrícola, y se asocia a la baja rentabilidad y productividad, ligada a los bajos ingresos obtenidos que limitan la reproducción socioeconómica de las familias campesinas (Antonio 2004; Antonio y Ramírez, 2005; Antonio y Ramírez, 2008a).
A principios de 1980 los productores de tequila de Jalisco incursionaron en la RM por un corto periodo (dos años), realizando la extracción y compra de maguey mezcalero a mejores precios en relación con los establecidos por los productores de mezcal. En el año 2000 se intensificó la compra; Antonio y Smit (2012) y Antonio et al., (2015) mencionan que este proceso generó la recomposición de la agricultura mediante la expansión e incremento de la siembra de maguey sustentado en las remesas de la migración internacional, bajo una racionalidad económica a expensas de la conservación ambiental, utilizando técnicas inadecuadas de producción y orientado a la elaboración del tequila, pero al finalizar el ciclo de desarrollo y alcanzar su madurez (ocho años en promedio) se convirtió en un problema de sobreproducción por la falta de demanda de los productores de tequila y mezcal, y al desconocimiento de los campesinos sobre otros usos, productos y subproductos, lo que originó el abandono y descuido de la siembra, sobre todo aquellas con un alto grado de maduración, interrumpiendo también la realización de las prácticas agrícolas tradicionales como las resiembras, entre otras. Esto trajo consigo la supresión de los servicios ambientales que ofrece el maguey, como su contribución a la retención de las partículas, nutrientes y humedad del suelo a través de su sistema radicular, que se caracteriza por constituirse por filamentos pequeños y fuertes, y anclarse superficialmente al suelo (Nobel, 1998; Martínez et al., 2005), evitando así la degradación edáfica, además de la falta de rotación, asociación y el intercalado con cultivos básicos como maíz, frijol, calabaza que imposibilitan obtener la seguridad alimentaria en las comunidades en estudio.
El deterioro de los suelos generado por las causas mencionadas se manifiesta en la compactación, enmontamiento (favorece la conservación, pero económicamente es inviable por los costos que representa la rehabilitación del suelo para la siembra de maguey), pérdida de humedad y de su consistencia física ocasionados en la expansión de la siembra de maguey, inicialmente por el cambio de uso del suelo, como lo destaca la CONABIO (1998), similar al caso argentino en 2000, con la producción intensiva de soya, algodón, y maíz, entre otros (Pérez et al., 2008). Posteriormente, en condiciones de sobreproducción, acompañado del crecimiento de una biomasa constituida de pastizales bajos que no favorece la captación de humedad y conservación de la fertilidad, de la pérdida de la fauna silvestre que participa en el control biológico y del equilibrio ecológico-productivo mediante la polinización no solo del maguey sino también de otras plantas y cactáceas nativas, cuya reproducción se encuentra en riesgo de no realizarse.
El objetivo del estudio fue analizar los efectos socioeconómicos y ambientales generados por la sobreproducción de maguey mezcalero (Agave angustifolia Haw) en la región del mezcal de Oaxaca, a partir del incremento del cultivo y demanda en la producción, consumo y comercialización mundial del tequila, que ha ocasionado el abandono de la siembra de maguey mezcalero, el deterioro de los suelos por la ausencia de prácticas agrícolas tradicionales y la disminución de ingresos de las familias campesinas de la región.
Materiales y Métodos
La RM comprende los Valles Centrales y Sierra Sur del estado de Oaxaca, integrada por siete distritos políticos, sus municipios, agencias municipales y comunidades agrarias que desarrollan sistemas agrícolas de maguey mezcalero en valles y laderas (Cuadro 1). Para el estudio se seleccionaron las comunidades de Matatlán y El Camarón por su importancia productiva de maguey.
Fuente: elaboración propia, 2016. * Matatlán se encuentra en Tlacolula ** El Camarón se localiza en Yautepec.
El INEGI (2012) indica que Matatlán se localiza a 16° 47’ 3’’ N y 2° 44’ 2’’ E del meridiano de México, a una altitud de 1658 m, de clima templado, con temperatura promedio de 20 °C, 590 mm de precipitación pluvial y suelos de tipo Luvisol crómico. Se siembra 70 % de maguey en el sistema de valles en asociación con maíz, frijol y calabaza y el resto en monocultivo (Figura 1).
El Camarón se ubica en la latitud norte a 16° 33’ 45’’ y en longitud oeste a 96° 1’ 52’. Su altitud es de 690 m, clima cálido seco, temperatura promedio 25° C y 595 mm de precipitación pluvial, suelos de tipo Litosol y Regosol (INEGI, 2012), factores agroclimáticos que reducen el periodo de maduración del maguey. Se caracteriza porque 95 % del maguey mezcalero se siembra en laderas y en monocultivo; el porcentaje restante en pequeños valles asociado con maíz, principalmente (Figura 1).
Se constituyó un padrón comunitario con ambas comunidades con 350 campesinos productores con sobreproducción de maguey mezcalero (N=350). Se obtuvo una muestra de estudio aleatoria simple de 20 % (n=70); de acuerdo con Hernández et al. (2010) se considera confiable para el análisis. Se integró con 45 campesinos de Matatlán, de una población de 225 y 25 de 125 campesinos de El Camarón, respectivamente. El estudio fue descriptivo y analítico mediante descriptores básicos cuantitativos; se realizó de 2009 a 2014, periodo de sobreproducción de maguey mezcalero y manifestación de los efectos socioeconómicos y ambientales. La información referente a la sobreproducción de maguey y deterioro de los suelos se obtuvo de recorridos de campo, de la observación directa y de entrevistas semi-estructuradas a los campesinos con interrogantes relacionados con el origen y causas de la problemática socioeconómica y sus efectos en el suelo agrícola en valles y laderas, respectivamente, destacando variables sobre la oferta y demanda de la materia prima, estado físico de los suelos como la estructura, entre otros. También se aplicó una encuesta a la muestra aleatoria simple calculada en valles y laderas, con preguntas abiertas y cerradas de tipo socioeconómico y ambiental referentes a los efectos desfavorables en los ingresos de los campesinos y su relación con la superficie agrícola de maguey maduro, cantidad de maguey maduro no vendido, mercado y precio del maduro, y las condiciones físico-productivas de la superficie agrícola por el abandono de la siembra y de prácticas agrícolas tradicionales; asimismo, sobre otros usos del maguey mezcalero en condiciones de sobreproducción.
Resultados y Discusión
Extracción y compra de maguey mezcalero para la producción de tequila
En 1980, por primera vez, los industriales del tequila realizaron la extracción y compra de maguey mezcalero en la RM (sin modificar la NOM 006-SCFI-1994, que señala la utilización de maguey Agave tequilana Weber), suspendiendo esta actividad y abandonando la región por la inconformidad de los productores de mezcal y la intervención del gobierno del estado de Oaxaca (Antonio y Terán, 2008b; Antonio et al., 2015) al desarticular la cadena productiva del mezcal por el desabasto y encarecimiento de la materia prima para su elaboración. La información obtenida de las entrevistas a los campesinos productores destaca que la extracción y compra de maguey por los productores de tequila se inició en el Distrito de Yautepec a mejores precios que en el mercado regional, dejando la materia prima fuera del alcance de los productores de mezcal (Antonio y Ramírez, 2008a; Antonio y Smit, 2012 y Antonio et al., 2015). Coincidió con un ciclo prolongado de sequía para la agricultura de temporal, ocasionando la disminución de siembra de maguey mezcalero en la región. Después del periodo de interrupción de casi veinte años, los tequileros regresaron a la RM en noviembre de 2000 para continuar con la compra de maguey mezcalero (con la modificación de la NOM 006-SCFI-1994 para utilizar azúcares provenientes de otras especies de magueyes). Boffil (2004) destaca que también incursionaron en Yucatán para comprar el henequén (Agave Fourcroydes) para enfrentar la expansión del mercado mundial del tequila y, de acuerdo con Pérez y Echánove (2006), relacionado con la eliminación de cuotas en el mercado internacional al favorecer la exportación, pero también con efectos desfavorables en otros sectores, como la cafeticultura que en 1989 ocasionó una sobreproducción en México.
De la RM de 1999 al 2003 salieron 300 mil toneladas de piñas de maguey en diversos estados de madurez, sembradas en aproximadamente 10 mil hectáreas (Fundación PRODUCE Oaxaca, 2007), superficie que se incrementó 35 % a partir de 2000 por el mejoramiento del precio del maguey mezcalero por los productores de tequila (Antonio, 2004). La información de las encuestas aplicadas a la muestra de campesinos estiman que 70 % de maguey comercializado provino del distrito de Yautepec que optaron por vender a los tequileros y no a los mezcaleros, al alcanzar precios en el mercado regional, hasta cuatro veces más ($4000.00/t ) que el pagado por los productores de mezcal. Los precios se convirtieron en un poderoso factor para vender a los tequileros por sus condiciones de pago de contado, además de no realizar la selección de la materia prima, como lo hacen los mezcaleros que prefieren el maguey con un alto grado de madurez (conocido como maguey “capón”) a un precio de no más de $1000.00/t y en pagos diferidos. La mejoría en los precios y condiciones de venta impulsó la siembra de maguey en la región; 80 % de las unidades domésticas campesinas de Matatlán y el Camarón intensificaron la siembra de maguey en superficies agrícola en promedio de una hectárea, datos similares a los reportados por Antonio (2004) y Antonio y Ramírez (2008a). La superficie agrícola de maguey mezcalero en la RM estimada mediante la información de las entrevistas y encuestas aplicadas a los campesinos es de más de 15 mil hectáreas, superficie similar reportada por la Fundación PRODUCE Oaxaca (2007); que también indica que las siembras se incrementaron en Zaachila, Etla, la región de la mixteca, Nochixtlán (San Pedro Teozacoalco y alrededores), Huajuapan, Silacayoapan, Distrito de Teposcolula y parte de la región de la cañada. Comunidades que no integran la RM pero por la demanda y mejores precios optaron por la siembra de maguey mezcalero como opción de cultivo agrícola.
Los indicadores del Sistema Producto Maguey Mezcal en Oaxaca (2004) señalan el incremento de la producción de maguey, pero al cotejarla con la información de las encuestas aplicadas en el trabajo de campo del presente estudio se observa que la superficie agrícola y la población involucrada en las actividades productivas se encuentran en descenso (Cuadro 2) por la baja rentabilidad del cultivo y bajos ingresos, ocasionando la emigración de los campesinos hacia los EEUU, como sucedió con la producción de café en México a principios de 1990 (Pérez y Echánove, 2006) y con la floricultura colombiana en el periodo 1996-1999 (Páez, 2008).
Fuente: elaboración propia 2016. A partir del Sistema Producto Maguey Mezcal (2004), (Antonio y Ramírez, 2008b). *Entrevista a productores de maguey mezcalero en comunidades en estudio. **Información y cálculo con base en encuestas a productores de maguey. Los productores de mezcal lo denominan maguey cortado; en el caso del maguey Tequilana es la jima y cosecha. S/D: sin determinar, t: toneladas, TE: total estatal.
La información oficial apunta el desarrollo y consolidación de la cadena productiva del maguey- mezcal; sin embargo, la situación es adversa para los campesinos al observar otros indicadores del Cuadro 2 relacionados con la demanda y oferta de la materia prima y las condiciones de compra de los productores de mezcal: los pagos a plazos mayores a seis meses a campesinos productores de maguey, que por la falta de liquidez económica para el mantenimiento han abandonado la siembra, las labores culturales agrícolas y el corte de maguey maduro para su venta.
Las labores culturales agrícolas abandonadas en la siembra del maguey sobresale el deshierbe y remoción manual del suelo y el desahijamiento. Los primeros contribuyen a mejorar la captación y aprovechamiento de la humedad por el maguey y mejorar la fertilidad del suelo. El segundo es determinante en el crecimiento de la planta madre al separar a los hijuelos (reproducción asexual) que surgen después del tercer año del establecimiento del cultivo; se limpian, se cortan las raíces (para promover el surgimiento de una nueva raíz) y se seleccionan para establecer una nueva siembra, requiriendo estas actividades el pago de jornales para su realización. En condiciones de sobreproducción los productores no realizaron estas actividades por los altos costos de los jornales, pero para conservar la siembra solo separaron los hijuelos (sin limpiar y seleccionar) y los desecharon como estrategia de manejo productivo y económico, y como mecanismo de ahorro al no realizar inversiones por el pago de jornales en la selección y limpia de hijuelos. En el caso de escasez y demanda se tienen dos opciones: 1) Realizar el desahijamiento, limpieza, selección y ser utilizados por el mismo productor para establecer nuevas siembras; y 2) Los hijuelos limpios y seleccionados son vendidos a otros productores para establecer nuevas siembras a un precio durante el periodo de estudio de $5.00 a $12.00 por planta, de acuerdo con su tamaño y calidad.
No cortaron maguey maduro por los altos costos que representó el pago de seis jornales (en total $1200.00) por camioneta, con una capacidad de tres toneladas. El costo de los jornales se relaciona con la escasez de la mano de obra en la región; además del corte se agrega el pago por concepto de transportación de maguey (en promedio $1000.00) a los palenques para su procesamiento. Ambos pagos difícilmente son recuperables por la nula demanda en el periodo de estudio en la región, situación que llevó al abandono del cultivo y de las prácticas agrícolas tradicionales.
Los datos de las encuestas aplicadas a la muestra de campesinos productores indican que en condiciones de sobreproducción de maguey mezcalero, únicamente 5.7 % realizó labores culturales, 10 % extrajo hijuelos, 8.4 % no cortó maguey maduro y solo 4.3 % realizó las tres actividades mencionadas, asociada a la autoproducción de mezcal. Un grupo minoritario de campesinos que poseen cultivos entre dos y tres años de establecidos se encuentran en espera de obtener información referente a otros usos, productos y subproductos que se puedan obtener del maguey mezcalero, como los mencionados por Antonio (2011), como la producción de inulinas para la industria farmacéutica, de biocombustibles o la siembra asociada con oleaginosas (Ricinus comunis L., Jatropha curcas L.) que posibilitan el establecimiento de plantas productoras de biodiesel. Asimismo, Castro (2016) menciona que se puede obtener el ácido poliláctico para la elaboración de empaques para alimentos y el cítrico para usos diversos.
Superficie agrícola y disponibilidad de maguey maduro
Los recorridos de campo y la información obtenida de las encuestas aplicadas a la muestra obtenida en las comunidades de estudio destacan que durante el periodo de sobreproducción la siembra de maguey mezcalero se encontraba en diversos estados de madurez; 70 % correspondió a siembras con un alto grado de madurez que requerían el corte inmediato para su procesamiento y reducir al mínimo las pérdidas económicas ocasionadas por la falta de demanda de maguey en la región. La información también indica que al no realizar el corte las pérdidas económicas en el ingreso global de los campesinos fue de 60 %; al respecto, Antonio (2004) reporta que en condiciones de demanda y escasez las pérdidas representan 30 % del ingreso global al relacionarse con las frecuentes variaciones del precio de la materia prima al precio del mezcal en el mercado local y nacional, y a la presencia de intermediarios en la comercialización de la bebida. El resto de los cultivos (Cuadro 3) inician su etapa de madurez y de reproducción sexual (con escapo floral o quiote); en este caso, los campesinos productores realizaron actividades culturales agrícolas enfocadas a la producción de plantas (floración, poda de floración, etcétera) para el establecimiento de almácigos y posteriormente de nuevas siembras.
Estado de madurez | Superficie sembrada (ha) | Cantidad estimada (t) | Emergencia del “corte” de maguey | ||
Muy urgente (%) | Urgente (%) | Poco urgente (%) | |||
Inicio de madurez | 9 | 130 | 9 | 11 | 70 |
Con quiote | 5 | 72 | 0 | 0 | 0 |
Capón | 16 | 283 | 60 | 30 | 10 |
Muy maduro | 22 | 326 | 75 | 15 | 10 |
Pudrición | 18 | 212 | 85 | 5 | 5 |
Fuente: elaboración propia. 2016. A partir de información de trabajo de campo y encuestas aplicadas a campesinos de Matatlán y El Camarón, Oaxaca.
La información anterior muestra las dimensiones de la descapitalización socioeconómica y productiva relacionada con la sobreproducción del maguey mezcalero y la reducción del ingreso global, situación que profundiza la pobreza de los campesinos.
Mercado y precios del maguey mezcalero en Matatlán y El Camarón, Oaxaca
Los estudios de Antonio y Smit (2012) mencionan que en 2009 la demanda del maguey mezcalero para la producción de tequila y mezcal descendió y sobrevino la sobreproducción; acompañado de los efectos socioeconómicos mencionados se agudizó con el desconocimiento sobre otros usos, productos y subproductos que se pueden obtener de esta materia prima. De acuerdo con los recorridos de campo y datos de las encuestas aplicadas en las comunidades estudiadas solo un campesino productor de Matatlán mencionó tener información verbal básica sobre la obtención de inulinas; la totalidad desconoce sobre el tema de la obtención de biocombustibles y otros productos mencionados por Castro (2016), situación que complicó la falta de su demanda y contribuyó al descenso y abandono de la siembra de maguey mezcalero en el periodo de estudio.
Durante la presencia de los industriales del tequila en Matatlán y El Camarón, 100 % de los campesinos cortaron maguey en diversas etapas de madurez, comercializaron y transportaron a los centros de acopio instalados en Tlacolula y en El Camarón, a un precio de $ 4000.00/t. Otra modalidad de compra fue la de parcelas de maguey, también en diversas etapas de maduración, por productores originarios de la región contratado por los industriales del tequila para este fin. La información de las encuestas y entrevistas arrojan que cada unidad productiva vendió en promedio 0.75 ha-1, con un rendimiento promedio de 13 y 17 t/ha en los valles y en laderas, respectivamente. La totalidad de los campesinos señalaron que 80 % del maguey vendido a los tequileros estaba inmaduro (entre cinco y siete años de cultivo) y el porcentaje restante iniciando la madurez y sin “magueyes capones”, que es preferido por los productores de mezcal por su alto contenido de azúcares y mejores rendimientos en la obtención de esta bebida.
Los datos de la observación directa, entrevistas y encuestas aplicadas a la muestra de estudio estimaron que en Matatlán y en El Camarón, 25 % de los cultivos de maguey por su alta descomposición son totalmente inservibles en cambio, 75 % de los cultivos son útiles para la obtención de bebidas alcohólicas, pero realizando el corte a la brevedad, por tener entre 20 y 30 % de maguey con un alto grado de madurez y próximo a la descomposición natural. Al respecto, los datos de las encuestas indican que en el sistema de laderas, 100 % de campesinos productores presentaron dificultades para vender el maguey; en cambio, en los valles lograron comprometer la venta con productores de mezcal bajo la modalidad de “compra por parcela” o “pedazos de maguey” (en zapoteco ndaa duva), con una extensión no mayor a una hectárea y generalmente a bajos precios.
En la “compra por parcela” los campesinos lo ofertan en los palenques; si al productor de mezcal le interesa, selecciona y compra la parcela próxima a su madurez y con una mayor cantidad de “capones” o cercanos a desarrollar el escapo floral o quiote. Ambas partes establecen el precio (en el periodo de estudio en promedio en $ 6000.00 ha-1), generalmente diferido en varios pagos. Al tomar posesión de la “parcela de maguey”, el productor de mezcal realiza el corte de quiotes, con la finalidad de incrementar la cantidad de “capones” en el corto plazo (uno a dos años); después selecciona e inicia el corte del maguey para su procesamiento, obteniendo altos rendimientos en la producción de mezcal y ganancias inmediatas. Este proceso de transferencia productiva-económica genera ahorros considerables al productor de mezcal al no realizar inversiones durante las etapas iniciales del ciclo del desarrollo del maguey; asimismo, la disminución de riesgos por pérdidas económicas relacionadas con las condiciones climáticas adversas que eventualmente enfrenta la siembra.
La estrategia de compra de maguey por los productores de mezcal en las condiciones descritas anteriormente contribuye a la permanencia del sistema productivo artesanal en Matatlán (capital mundial del mezcal), proceso en el que destacan dos elementos: 1) En la compra de parcelas de maguey a precios bajos el campesino realiza el traspaso del cultivo porque carece de recursos económicos para realizar las actividades culturales durante el ciclo agrícola. La posesión productiva se acompaña de un programa de maduración natural del maguey relacionada con las necesidades del productor de mezcal; y 2) Se establece una forma de propiedad temporal de la parcela de maguey por el productor de mezcal al adquirir derechos en la realización de las actividades agrícolas establecidos en los acuerdos verbales o escritos con el campesino productor de maguey, el cual queda imposibilitado en realizar actividades agrícolas durante el periodo de tiempo acordado. Generalmente, el productor de mezcal tiene hasta dos años para realizar el corte de maguey y regresar la parcela al propietario.
La información de los campesinos productores durante el trabajo de campo destaca que las actividades culturales en las dos etapas iniciales (seis años) de la siembra del maguey representa 80 % de los costos de producción por concepto del pago de jornales que el productor de mezcal no realiza y ahorra, haciendo más atractiva la compra de oportunidad de las parcelas de maguey porque solo paga jornales en el corte de quiotes, que generalmente es realizado por él mismo.
En el distrito de Yautepec la siembra de maguey en laderas es en monocultivo y sustantiva en la economía local; la producción de mezcal es marginal. Es considerado como abastecedora de materia prima por tener las condiciones agroclimáticas que favorecen y reducen el periodo de crecimiento del maguey mezcalero (en promedio siete años). En situación de sobreproducción el productor recurrió a estrategias de eficiencia económica que permiten la continuidad de su siembra o conservar la vocación productiva en la comunidad, utilizando activos económicos y materiales que posee, como los vehículos de carga (camionetas con capacidad para 3.5 t); realizaron el corte de maguey maduro y lo transportaron a Matatlán para venderlo con los productores de mezcal, generalmente a plazos mínimos de pago de dos meses (periodo en que el productor de mezcal vende su producción de mezcal). El precio de venta a los mezcaleros en 2012 fue de $1000.00 por camioneta con la capacidad antes mencionada, precio que no alcanzó a cubrir el gasto por concepto del corte y de transportación, y mucho menos la inversión hecha en todo el ciclo de la siembra; sin embargo, para contrarrestar los gastos mencionados, en el corte utilizó la mano de obra familiar ahorrando el pago por este concepto, y la venta del maguey se realiza aprovechando el traslado de algún integrante de la familia a la capital del estado para efectuar actividades personales o la compra de mercancías diversas que solo pueden adquirirse en este lugar, favoreciendo a esta condición la ubicación geográfica de Matatlán que se encuentra de paso hacia la ciudad de Oaxaca. Esta estrategia de venta contribuye a la continuidad de la siembra de maguey aún en situaciones de ausencia de demanda y bajos precios.
Condiciones físico-productivas de los suelos y la sobreproducción de maguey
Los beneficios ambientales generados por la agricultura son necesarios en las funciones de producción de la actividad misma, en el desarrollo rural, en la conservación de la biodiversidad, en el combate contra la deforestación, desertificación y la sequía, entre otros. La gestión inadecuada o la pérdida de estas condiciones ocasionada por diversos factores tiene efectos desfavorables en los ecosistemas, como es el caso de la sobreproducción de maguey mezcalero en la RM causado por factores socioeconómicos y de opciones productivas antes mencionados, que han conducido al abandono de la siembra de maguey y de prácticas agrícolas tradicionales, provocando el deterioro del suelo agrícola en el que se desarrolla la siembra, como lo es la compactación, desertificación y erosión en el largo plazo, procesos que complican resolver otros problemas que enfrenta la humanidad, como la seguridad alimentaria, la conservación de la biodiversidad y los que destaca Derpsch (2005), relacionados con la producción de gases de efecto invernadero para constituir sumideros de carbono en el suelo, y los señalados por CDB (2000) y FAO (1997), vinculados con la conservación de la biodiversidad agrícola, entre otros.
La observación directa, entrevistas y encuestas aplicadas a los campesinos productores de maguey de Matatlán y El Camarón aportan información sobre los efectos negativos del abandono de la siembra y de las prácticas agrícolas en la degradación paulatina del suelo agrícola utilizada en la siembra del maguey mezcalero y de otros cultivos agrícolas de temporal. El proceso de degradación de suelos también es ocasionado por el uso intensivo de los recursos naturales, como es el caso de la silvicultura, la ganadería y la agricultura en las comunidades rurales argentinas (Moscuzza et al., 2003). Los resultados indican que el abandono del cultivo de maguey se inició a principios de 2009; al igual que la extracción y venta, en el Distrito de Yautepec se inició en este periodo, por un poco más de 70 % de campesinos productores, y meses más tarde por los de Matatlán. En este último caso el retardo fue por la relación con la elaboración del mezcal, que aplazó en parte los efectos socioeconómicos y ambientales ocasionados por la falta de su demanda.
Con respecto al estado físico-productivo de los suelos, la información de campo de la observación directa, entrevistas y encuestas aplicadas a productores señalan que la mayor superficie agrícola de maguey en abandono se encuentra enmontado y en proceso paulatino de compactación por la falta de prácticas agrícolas tradicionales, como la remoción del suelo y el deshierbe manual del cultivo, que favorecen las funciones y los beneficios en la prevención de la erosión edáfica.
En el sistema de laderas se observa que la compactación en diversos niveles se acompaña del deslave y tiende a la erosión inmediata, por el efecto de las lluvias que arrastra las partículas del suelo y materia orgánica, provocando la disminución de la filtración y el incremento de la pedregosidad, situación que se observa en un poco más de 60 % de la superficie agrícola de los productores de El Camarón y, en menor grado, en Matatlán (Cuadro 4).
Condiciones físicas del suelo | Nivel de afectación del suelo* | % de productores | ||
Matatlán | El Camarón | Matatlán (n=45)** | El Camarón (n=25)** | |
Compactación | alto | alto | 93.3 | 92.0 |
Enmontamiento | alto | alto | 86.6 | 80.0 |
Compactación-Pedregocidad | bajo | alto | 22.2 | 72.0 |
Desertificación (coloración) | medio | alto | 88.8 | 96.0 |
Erosión | bajo | medio | 20.0 | 28.0 |
Fuente: elaboración propia, 2016. * Se determinó con base a la percepción de los productores de maguey relacionados con las características físicas del suelo. ** Muestra aleatoria de cada comunidad.
En Matatlán los entrevistados mencionaron que, por la irregularidad del periodo de lluvias, la desertificación de los suelos es notoria, y se ocasiona por la pérdida de su capacidad de absorción de humedad, que conduce paulatinamente a la erosión, vinculado también a la ausencia de las funciones ambientales que proporcionan la siembra del maguey. Asimismo, mencionan que un indicador de la resequedad y de la infertilidad de los suelos es su coloración; al respecto, la información obtenida destaca que durante el periodo de estudio un poco más de la mitad (Cuadro 4) de los suelos han perdido su coloración (en condiciones de siembra son de color café oscuro), asociada a la falta de lluvias. Los cultivos no prosperan; asimismo, se incrementan las posibilidades de presentar procesos de erosión en el mediano y largo plazo, situación que trae consigo dificultades para lograr la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad en las comunidades en estudio y en la RM.
Conclusiones
La sobreproducción de maguey mezcalero en la Región del Mezcal de Oaxaca, vinculado a la expansión del mercado mundial del tequila, es producto de la recomposición de la agricultura mediante la intensificación de la producción de maguey mezcalero bajo la racionalidad económica a expensas de la conservación ambiental, la falta de demanda por los tequileros y mezcaleros y al desconocimiento de información sobre el uso y obtención de otros productos y subproductos derivados de esta materia prima.
La producción de maguey mezcalero se interrumpió por factores económicos relacionados con el mercado, situación que puede ocasionar en el corto plazo la escasez y especulación de la materia prima por los altos precios que puede alcanzar en la RM, profundizando aún más la desarticulación de la cadena productiva del mezcal
El abandono de la siembra del maguey ocasionó la disminución de los ingresos de los campesinos indígenas por la falta de demanda y oferta de productores de tequila y mezcal; con estos últimos, al depender de sus formas desventajosas de compra.
El abandono de la siembra de maguey y de las prácticas agrícolas tradicionales tiende a generar la compactación, enmontamiento, desertificación y erosión de los suelos, pérdida de los servicios ambientales que ofrece el cultivo en la conservación edáfica y de la agrobiodiversidad que constituyen la base de la seguridad alimentaria en la región.
El control del problema de la sobreproducción de maguey mezcalero requiere de medidas de planeación económica y productiva de la siembra, considerando su demanda y oferta en el mercado local y nacional, medidas de control de los precios del maguey y del deterioro de los suelos, entre otros, para la protección de la cadena productiva del maguey mezcalero desarrollado por los campesinos indígenas de la RM.