Introducción
En el Estado de Chiapas existen 44 áreas naturales protegidas, 19 de carácter federal y 25 estatal, lo que representa 1 285 000 hectáreas de bosques y selvas protegidas. Las áreas naturales protegidas (ANP) más grandes del estado son siete: Selva el Ocote, La Encrucijada, Lacan-tun, Montes Azules, La Sepultura, El Triunfo y Volcán Tacaná; distribuidas por todo el territorio chiapaneco (CONANP, 2011), las cuales son un reservorio ecológico, biológico y genético de incalculable valor (Ortiz-Espejel y Toledo, 1998).
Alrededor de estas áreas protegidas (zonas de amortiguamiento) se desarrollan actividades agropecuarias. Esto trae consigo serios problemas ambientales como erosión, deforestación y contaminación, entre otros. “La tasa estimada de deforestación anual promedio entre 1970 y1993 para todo el Estado de Chiapas fue de 73 159 hectáreas/año, siendo las selvas las mayormente afectadas (53 498 ha/año)”. Esto significó la pérdida de 2.14 % de la superficie forestal al año, cifra que ubicó a Chiapas muy por arriba de la tasa nacional calculada en ese período (1.2 % anual) por las cifras oficiales (Mifsut y Sandoval, 1996).
La expansión de la actividad ganadera en Chiapas se considera uno de los factores con mayor influencia en la degradación ambiental y pérdida de cobertura boscosa, principalmente por el sistema de producción extensivo que se practica en el estado. Sin embargo, no puede marcarse como la única actividad que ha provocado esta situación (Alemán et al., 2007). Los cambios en el uso de la tierra se deben a múltiples factores endógenos y exógenos (variabilidad natural, socioeconómico y tecnológicos, demográficos, institucionales, usos y costumbres locales -culturales- tipo de sistema productivo, condiciones ecológicas o por la globalización) que influyen en la toma de decisiones de los poseedores de la tierra (López et al., 2004; Lambin y Geist, 2007; Gómez Castro et al., 2013). Asimismo, la intervención institucional ejerce influencia positiva o negativa en las transformaciones o modificaciones en el uso del territorio, que responde a los objetivos de los proyectos que estas organizaciones implementan (Brando et al., 2013).
La sociedad campesina se desarrolla con alta marginalidad y pobreza donde las áreas rurales tienen fuertes limitaciones para el desarrollo de actividades agropecuarias de gran escala. Frecuentemente sus territorios son ricos en flora y fauna, pero ecológicamente frágiles, donde el sobreuso puede ocasionar un colapso en los recursos naturales. Históricamente las prácticas productivas han evolucionado; en principio desarrollaron prácticas funcionales en lo local que tenían bajo impacto ambiental y económico. La ubicación geográfica de estos grupos los hizo enfrentar diferentes realidades (climáticas, fisiográficas, de hidrología, biodiversidad, etcétera), lo que diferenció significativamente la forma de producción, convivencia, cultura y costo de vida, dando como resultado su configuración territorial actual (Trujillo, 2010).
Todas las sociedades basan su existencia en los medios de vida, es decir, en las actividades que realizan para satisfacer sus necesidades (Imbach, 2012), las cuales dependen de la capacidad de generar sostenibilidad económica, ambiental y bienestar social (Bautista-Solís et al., 2012). Los recursos o bienes con los que cuenta para generar nuevos recursos son denominados capitales de la comunidad (Flora y Arnold, 2012); son siete capitales: humano, social, cultural, político, físico, financiero y natural (Flora et al., 2005) Analizar las comunidades con base en estos principios provee información valiosa y necesaria con respecto a la estructura básica de una comunidad o actividad y cómo funciona; esto, con la finalidad de proponer estrategias adecuadas para promover cambios pertinentes dirigidos a mejorar las acciones y la toma de decisiones (Flora y Arnold, 2012).
Metodología
El análisis de la actividad ganadera se realizó en tres comunidades, las cuales colindan con dos importantes Áreas Naturales Protegidas (ANP) del estado de Chiapas: La Sepultura (1) y La Encrucijada (2 y 3). Tierra y Libertad (1) (Cuadro 1), ubicada en el municipio de Villaflores (INEGI, 2010), en una zona de bosque de Pino-Encino (Carabias-Lillo et al., 1999b), en las coordenadas 934213-161413 (INEGI, 2010); Paraíso (2) y Salto de Agua (3), con coordenadas 930533-153630 y 931135-153412, respectivamente, ambas del municipio de Pijijiapan (INEGI 2010), ubicadas en zona de manglares, tulares y poales (Carabias-Lillo et al., 1999a).
Aspectos biofísicos | Comunidades | ||
Tierra y Libertad | Paraíso | Salto de Agua | |
Municipio | Villaflores | Pijijiapan | |
Altitud (msnm) | 1141 | 32 | 10 |
Hidrografía en unidad productiva (UPP) | Nacimientos de agua, ríos, corrientes de agua | Corrientes de agua y ríos | Algunas zonas cercanas a lugares pantanosos, ríos |
Topografía de UPP | Montaña, semimontaña, en menor proporción planicie | Planicie, en menor proporción semimontaña | Planicie |
Material de construcción de caminos a potreros | Terracería | Pavimento, terracería, cruza la carretera federal a Tapachula | Pavimento, terracería |
Distancia (h) de cabecera municipal | 2 | 0.20 | 0.30 |
Sensibilidad de riesgo | Desborde de río, deslaves y derrumbes, incendios | Incendios | Inundación en período de lluvias |
Precipitación | De 90-119 días de lluvia, 1182.7 mm anual | De 90-119 días de lluvia, 2181.9 mm anual | |
Temperatura | Max. Promedio 25.5 °C y min. Promedio 16.5 °C | Max. Promedio 33.8 °C y min. Promedio 21.7 °C | Max. Promedio 33.8 °C y min. Promedio 21.7 °C |
Suministro de agua en UPP | Acceso a río o corrientes de agua | Acceso a corrientes de agua, jaguey, bebederos | Acceso a corrientes de agua, Jaguey, bebederos |
Tecnología e infraestructura en UPP | Cercos vivos, comederos, silos, bancos de proteínas (leucaena leucocephala y guazuma ulmifolia), bancos forrajeros pasto cubano (Pennisetum purpureum) y jamaiquino/pasto morado (Pennisetum typhoides) y árboles dispersos en potrero, comedero, pasto mejorado | Cercos vivos, cerco muerto, cerco eléctrico, árboles dispersos en potrero, leucaena leucocephala dispersa en potreros, pasto mejorado | Cercos vivos, cerco muerto, cerco eléctrico, corral de manejo (para ordeña), comederos, árboles dispersos en potrero, banco forrajero (leucaena leucocephala y pasto cubano -Pennisetum purpureum-), pastos mejorados y sorgo (Pennisetum glaucum) |
Rango de superficie de UPP/productor | 7-62 ha | 7-12 ha | 5-21.5 ha |
Construcción basada en datos proporcionados por El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), INEGI (2010), Servicio Meteorológico Nacional -SMN- (2017) y visitas a campo.
La selección de comunidades consideró tres criterios: 1) la disposición de participar en el estudio; 2) la actividad ganadera como elemento importante en sus estrategias de vida; y 3) ubicarse cerca de un área natural protegida (ANP). El total de productores que consintieron participar fueron 32 (Tierra y Libertad 12 personas, Paraíso 8 y Salto de Agua 12). Se recabó la información con entrevistas semi-estructuradas y talleres participativos para caracterizar la actividad ganadera local actual (Gómez Castro et al., 2013); los cambios que ha sufrido (2007-2013) y cómo perciben se desarrollará para 2019. La información se analizó con un FODA modificado (Geilfus, 2009), contrastando la actividad ganadera con los capitales de la comunidad -entendiéndose por capitales de la comunidad como los recursos con los que se construyen los medios de vida de una sociedad- (Martínez, 2012; Flora et al., 2005). Cada enunciado registrado por los productores se valoró con el número 1 (asignando un peso en porcentaje) y este valor se ubicó en el capital con el que se relacionaba el comentario. Finalmente se sumaron todos los valores acorde al capital correspondiente para obtener un porcentaje total (UICN-FIIB, 2006).
Resultados y Discusión
Cambios en la ganadería 2007-2013
El análisis de los capitales de la comunidad en las localidades elegidas marcan una pauta de cómo influencian las decisiones/acciones de los grupos ganaderos a nivel local. Esto a su vez enmarca las posibilidades de interactuar con ellos de acuerdo con sus intereses y necesidades, al tiempo que se conoce qué cambios perciben posibles en la actividad ganadera (Flora y Flora, 2008). Esta investigación vinculó la percepción de la ganadería que se desarrollaba en las comunidades en 2007, la actual (2013) y la visión que tienen para 2019.
En el Cuadro 2 se muestra la línea base de cada comunidad, resaltando la importancia que han tenido las prioridades institucionales en la dirección y desarrollo de la actividad ganadera.
Capital | Tierra y Libertad | Paraíso | Salto de Agua |
Humano | No se conocían los bancos forrajeros ni los pastos mejorados | No se registra haber recibido capacitaciones sobre ganadería | Recibían talleres sobre silos y capacitaciones (CONANP†) |
Social | No pago de jornales (mano de obra familiar) | Trabajaban individual o por grupo familiar | Integrados como Sociedad Intercambios de experiencias |
Cultural | Tomaban decisiones por medio de asamblea ejidal | Había menos delincuencia | Parcelas demostrativas de leucaena leucocephala y pastos de corte (para implementación de sistemas silvopastoriles) |
Político | No había asistencia técnica Tenían apoyo del PROGAN¶ No había apoyo de la CONANP | No había apoyo de ninguna dependencia No existía mejoramiento técnico | CONANP y TNC§ apoyan proyectos de ganadería |
Físico | Menos hectáreas de potrero. Más pastos (predominaba gordura).No había pastos mejorados. Más ganado No había árboles forrajeros | No había mejoramiento de pasto. El ganado sufría menos por pasto. Los caminos estaban engravados | Cerco eléctrico. Banco de proteínas |
Financiero | Había enfermedades (derriengue, neumonía, septicemia). Menos problemas con la garrapata. Precio bajo del ganado. Se cultivaba más maíz | Algunos recibían PROCAMPOþ | Disminución de agroquímicos |
Natural | Más agua en los arroyos. Menos árboles. No existía problemas con los cambios de clima. Había más lluvia | Había más lluvia. Había más vegetación natural.Había más conciencia sobre la naturaleza Había más reforestación | Reforestación con árboles frutales y maderables |
Construcción propia basada en información de talleres participativos.
†Comisión Nacional de Áreas Naturales protegidas; ¶Producción Pecuaria Sustentable y Ordenamiento Ganadero y Apícola; §The Natural; þPrograma de fomento al campo Conservancy.
En la comunidad Salto de Agua la ganadería comenzaba a cobrar fuerza, perfilándose para desarrollarse como la principal actividad económica del ejido, mientras que en Paraíso se desarrollaba más la cultura de producción para autoconsumo. En Tierra y Libertad se llevaba a cabo como actividad principal la caficultura, la siembra de maíz y, en menor grado, la ganadería, aunque esta última se mantenía con poco ganado que vendían cuando tenían urgencia económica. Debido a la disminución de la fertilidad del suelo (por deslaves y erosión), algunos productores argumentaron que la producción de maíz “ya no era negocio” y comenzó el reemplazo por ganaderización (Valdivieso, 2011).
En concordancia con lo escrito por Carabias-Lillo et al. (1999a; 1999b), la comunidad Tierra y Libertad distribuía sus potreros en zonas planas (en menor cantidad), onduladas y montañosas. Esta comunidad se ubica en una región importante de captación de agua, la cual suministra el vital líquido a las comunidades aledañas; esta característica beneficia a los ganaderos, puesto que en la mayor parte de los potreros se pueden encontrar ríos, nacimientos de agua o pequeños afluentes. Paraíso tiene sus potreros en terrenos planos y ondulados, mientras que sus potreros están cercanos a sus casas, lo que facilita el suministro de agua en canaletas (bebederos) o los pastorean a ríos cercanos. Salto de Agua se caracterizó por la planicie de su territorio y por suministrar el agua a su ganado en canaletas, ríos cercanos o jagüeyes. En las tres comunidades el sistema ganadero se manejaba de forma extensiva y en la mayoría de los casos se abrían nuevas áreas para el pastoreo. La toma de decisión de los ganaderos condujo a la configuración territorial distinta en cada comunidad, así como su desarrollo social, económico y cultural; esto respalda las observaciones de Flora y Arnold (2012), quienes sostienen que la construcción territorial es con base en las decisiones de su población sobre el uso y manejo de sus recursos.
Las tres localidades tienen riesgos específicos que anualmente causan daños en sus territorios. Por su orografía, Tierra y Libertad tiende a sufrir deslaves, derrumbes de caminos, desborde de río e incendios. Por su cercanía a los manglares, Salto de Agua sufre inundaciones anuales en una porción de su territorio e incendios en época de secas. En este sentido, Paraíso es más propenso a tener incendios y en ocasiones estas comunidades se ven afectadas por huracanes o tormentas tropicales. Sin embargo, están en constante adaptación para sobrellevar los estragos de estos eventos. De acuerdo con los registros de Ruiz-Meza (2010), Balancán et al. (2014) y CONAFOR (2016), esta región es altamente sensible a incendios originado por acumulación de biomasa seca o por manejo inadecuado del fuego en sistemas agropecuarios, así como a deslizamiento de masas, erosión y desastres naturales como huracanes, lluvias torrenciales, sequías prolongadas e inundaciones.
Las características anteriores no fueron limitantes para el impulso de políticas públicas (año 2007) orientadas al subsidio agropecuario en la región, pese a estar ubicadas en zonas de amortiguamiento y en el caso de Tierra y Libertad dentro de la reserva natural. Estas acciones institucionales acompañadas de la iniciativa para regular la tenencia de la tierra a través de la entrega de título de propiedad privada a los ejidatarios permitían la toma de decisiones individual e incluso le daba la posibilidad de vender su propiedad. La actividad ganadera paulatinamente tuvo mayor impacto en las áreas donde se llevaban a cabo, las políticas de fomento agropecuario de ese entonces fueron vinculadas con la expansión de la ganadería y relacionada con la deforestación y degradación del territorio (Guevara-Hernández et al., 2011). En su análisis de intervención gubernamental en el sector agropecuario, Márquez et al. (2008) destaca el enfoque altamente asistencialista de los programas de desarrollo rural y subsidios que se dirigían a implementar acciones concretas para el aumento de producción sin un criterio ambiental claro, programadas de manera estandarizada a nivel federal. A través del tiempo, las políticas federalizadas disminuyeron abruptamente los montos destinados a esos subsidios, lo que redujo la existencia de programas que impulsaran el sector agropecuario en México; así también, la apertura al mercado internacional creó un escenario negativo en el campo evidenciado por el abandono de tierras, debido a la falta de capacidad para invertir en la producción y el cambio en el manejo de los sistemas agrícolas y pecuarios que tenían alta dependencia a insumos externos y prácticas extensivas.
Para 2013 la situación de la ganadería local cambió notablemente. Para entender más claramente cómo influenció este cambio en los capitales de la comunidad se presenta la Figura 1.
Capital humano. Las tres comunidades se ven fortalecidas porque reciben capacitaciones de instituciones gubernamentales, no gubernamentales y académicas, las cuales se enfocan en fomentar tecnologías de manejo sostenible para la actividad ganadera, la conservación de los recursos naturales, salud, nutrición, etcétera. En Salto de Agua varios productores se asociaron y fundaron una empresa rural de productos lácteos llamada “Quesería Pichichi”. Esta localidad tiene ventaja sobre los otros grupos puesto que ha tenido mayor acceso a apoyos institucionales. Lisson et al. (2010) considera que uno de los factores limitantes para el desarrollo de tecnologías, innovaciones, acceso a diferentes mercados, así como el mejoramiento de las prácticas agropecuarias es la falta de conocimiento o capacitaciones sobre estos temas. CONAFOR (2016) documentó cómo la concentración de proyectos institucionales (gubernamentales y no gubernamentales) impulsaron estrategias de recuperación ambiental, fomentaron el fortalecimiento de capacidades en rubros como organización local, comercialización y educación no formal a través de intercambios de experiencias con campesinos y profesionistas de otras regiones e incluso de otros estados de la República, lo cual se consideró un avance estratégico de los productores hacia un perfil de producción sustentable.
Capital social. Tierra y Libertad tiene una organización local con más de seis años de trabajo como grupo ganadero. Paraíso recién conformó un grupo de trabajo con el objetivo de monitoreo ambiental y manejo de la actividad ganadería. Salto de Agua tiene un grupo legalmente constituido (Quesería Pichichi) que tiene una influencia directa en las actividades diarias de los miembros de las familias involucradas. Estos grupos se encuentran en etapas muy diferentes con respecto al fortalecimiento del capital social, todos dirigidos a obtener verdaderos cambios comunitarios. Se espera que esto sea resultado de diálogos participativos endógenos, lo cual fortalece la construcción de la identidad colectiva, aspiraciones, estrategias de gestión para alcanzar sus metas y mejorar las estrategias de vida, tal como sugieren Imbach et al. (2009) y Barranquero (2012) en sus estudios sobre desarrollo social.
Capital cultural. Es el capital que registra la valoración más baja en la gráfica puesto que ninguna de las comunidades atribuyó al aspecto cultural influencia sobre el sistema ganadero. Sin embargo, Tierra y Libertad enfatizó que la toma de decisiones se lleva a cabo en asamblea, basados en sus experiencias, considerando los usos y costumbres como ejidatarios. Paraíso es un grupo que trata de acoplar los intereses de los socios en el desarrollo de una actividad ganadera más sostenible. Salto de Agua toma decisiones en consenso con los socios de la quesería, priorizando los intereses de la empresa. Pese a la escasa importancia que estos resultados dan hacia el capital cultural, Barranquero (2012) enfatiza que la relevancia de la cultura en la vida social del humano y la construcción de su historia está en articular las antiguas y nuevas visiones, dirigir las estrategias de vida, y formar una identidad colectiva y sostenibilidad de la cohesión social.
Capital político. Están consideradas las instituciones que se vinculan con la ganadería en las comunidades. Paraíso y Salto de agua son apoyadas por las dependencias gubernamentales y ONG. Tierra y Libertad se siente aislada de apoyo gubernamental, pero respaldada por ONG y la academia. Las tres comunidades se encuentran receptivas a las convocatorias institucionales. Los ganaderos de Tierra y Libertad colaboran con las organizaciones Ambio y Ecosur y, aun cuando no lo mencionan, la CONANP ha tenido apoyos intermitentes en la comunidad con respecto a la actividad ganadera; Paraíso y Salto de Agua (esta última se encuentra en proceso de transición a producción orgánica) con Pronatura Sur y CONANP. Para la formación de la empresa rural, la comunidad de Salto de Agua recibió el apoyo de The Nature Conservancy (TNC), Banco Mundial, Comité Estatal y la CONANP. Todos los grupos tienen personas que están registrados en el PROGAN. Los programas y/o proyectos institucionales en las tres comunidades se desarrollan con énfasis similares; sin embargo, es común encontrar que, como resaltan Pfaff y Robalino (2012), los programas institucionales de incentivos se enfocan en evitar un daño o perjuicio comúnmente ambiental (deforestación, degradación, pérdida de servicios ecosistémicos) o social, sin considerar que los valores y la responsabilidad social deben ser fortalecidos para obtener mayor impacto de acuerdo con los objetivos de la iniciativa y que se debe aceptar que “hay y habrá procesos de degradación ambiental limitada y temporal necesario para generar los bienes y servicios requeridos para el bienestar de los seres humanos, pero que es necesario mantener estos procesos dentro de límites que aseguren que dicha degradación es posible de revertir” de acuerdo con lo que plantea Imbach (2012).
Capital físico. Se refiere a la infraestructura que puedan tener las comunidades para llevar a cabo su actividad productiva. Paraíso y Salto de Agua tienen árboles multifuncionales dispersos en las unidades de producción pecuaria (UPP). Tierra y Libertad cuenta con algunos silos forrajeros (individuales), bancos de proteínas y pastos de corte (establecidos hace menos de dos años), dos picadoras de pasto para el grupo también cuentan con cercos vivos y muertos en las unidades de producción. Paraíso tiene producción ganadera diversificada (crían borregos y bovinos), y cercos vivos y muertos; Salto de Agua tiene cercos eléctricos, y cercos vivos y muertos; algunas UPP tienen bebederos, comederos y caminos de fácil acceso a sus UPP en comparación con algunos terrenos de Paraíso y Tierra y Libertad, acciones que colaboran para revertir los procesos de degradación causados por las actividades humanas (Imbach, 2012). CONAFOR (2016) atribuye a la intervención de proyectos institucionales que los sistemas ganaderos cuenten con infraestructura como cercos eléctricos, tanques de captación de agua, sistemas de luz solar en las UPP, así como la introducción de pastos mejorados.
Capital financiero. Las tres comunidades están interesadas en incorporar en su producción ganadera, prácticas agrosilvopastoriles sostenibles para mejorar la productividad, el manejo y el mantenimiento del ganado, minimizar los costos de producción y minimizar el impacto ambiental (Alemán et al., 2007; Nahed et al., 2009; Sepúlveda e Ibrahim, 2009; Trujillo, 2010; Ferguson et al., 2013). Tierra y Libertad ha reducido costos de mantenimiento por la implementación de sistemas silvopastoriles; algunos de los integrantes del grupo se dedican al cultivo de café, palma camedor, cría de peces y venta de madera. Paraíso vende leche, cultivos anuales, y carne de ovino y bovino. Bartra (citado por Trujillo 2010) plantea que la diversificación productiva eficiente y de baja dependencia de insumos fomenta el incremento de la oferta agropecuaria y en la satisfacción de las necesidades humanas. Estas dos comunidades venden sus productos de manera local o con intermediarios. Salto de Agua vende quesos a nivel local y nacional, y ha diversificado su producción de queso; tiene sistema de pasteurización, lo que le permitiría incursionar en mercados internacionales si tuviera interés y suficiente volumen de producción. Martínez (1999); De Los Ríos-Carmenado et al. (2011) sostienen que el desarrollo de comunidades rurales depende de las relaciones con actores a diferentes escalas territoriales, con grupos multidisciplinarios o complementando la intervención institucional con los mercados regionales, nacionales o internacionales, mostrando resultados económicamente exitosos.
En la comunidad Tierra y Libertad se reciben incentivos sociales como el Programa Oportunidades (incentivo dado a las madres de familia para apoyar con la educación de los hijos), Setenta y más, Amanecer (estos dos últimos dirigidos a población adulta mayor); también reciben incentivos por protección de fuentes de agua, pago por servicios ambientales -PSA- y el incentivo ganadero PROGAN (no todas las personas que participaron en esta investigación reciben este apoyo). Nahed et al. (2013a) sostiene que estos apoyos económicos hacen más grande o mantienen la brecha socioeconómica de las comunidades.
Capital Natural. Contrario a lo que plantea Palma (citado por Guevara-Hernández et al., 2011), quien señala que la importancia social de la ganadería se contrapone al buen uso y conservación de los recursos naturales, las comunidades de este estudio están en constante comunicación con la CONANP, la cual se enfoca a planear estrategias de conservación y manejo de áreas boscosas y productivas. Tierra y Libertad designó un área de conservación. Salto de Agua solo menciona la importancia de conservar árboles en las zonas de producción pecuaria.
Paraíso y Salto de Agua están trabajando con Pronatura Sur diversos proyectos de investigación (como el monitoreo de erosión en el territorio) y la incorporación de bancos de proteínas para la alimentación del ganado con el objetivo de limitar el manejo extensivo de la ganadería. Trujillo (2010) asume que la sociedad campesina se desarrolla con alta marginalidad y pobreza donde las áreas rurales tienen fuertes limitaciones para el desarrollo de actividades agropecuarias de gran escala. Gran parte de sus territorios son ricos en flora y fauna, pero ecológicamente frágiles donde el sobreuso puede ocasionar un colapso en los recursos naturales. No obstante, en algún momento estos grupos desarrollaron prácticas funcionales en lo local que tenían bajo impacto ambiental y económico. Sin embargo, en su estudio a nivel estatal dirigido a identificar estrategias de manejo que fomenten la conservación en áreas naturales protegidas, CONANP (2011) encontró que las actividades productivas con manejo extensivo, alto uso de agroquímicos y falta de capacitación de los productores, son los principales estresores del paisaje natural.
Propuesta para el desarrollo de la ganadería local
La ganadería en Chiapas se maneja con bajo uso de insumos químicos y tecnología (Nahed et al., 2013b), lo cual representa oportunidad para fomentar la recuperación ambiental en las zonas ganaderas sin perder la rentabilidad de la productividad en la actividad (Murgueito et al., 2011; Ferguson et al., 2013) mediante un proceso multidisciplinario con base en el fortalecimiento de los capitales de la comunidad (Guevara-Hernández et al., 2011; Nahed et al., 2013a) y participativos para permitir la potenciación y desarrollo de los individuos. Implicar a las comunidades da la oportunidad de conocer las opiniones e intereses locales, además de reforzar los vínculos de confianza interinstitucionales, creando desarrollo comunitario integral y de acuerdo con la concertación de intereses entre los entes externos y los participantes locales (Dávalos, 2005; Sanchez, 2005; Jakesová S.f.) (Anexo 1).
Partiendo del análisis anterior, durante los talleres los grupos plantearon una visión común de cómo quieren desarrollar la ganadería en sus respectivos territorios (para el año 2019), tomando en cuenta que esta actividad es considerada por ellos en desarrollo y se ven como aprendices constantes.
En Chiapas la ganadería extensiva es una práctica generalizada; trae consigo graves implicaciones económicas y ambientales. Esto se percibe como disminución de la productividad en los suelos, incremento de emisiones de gases que favorecen al calentamiento global, disminución en la disponibilidad de agua y pérdida de biodiversidad (Guevara-Hernández et al., 2011). Este tipo de manejo se considera promotor de deforestación y degradación del suelo, asociado a poca acción de las instituciones y políticas del sector dirigidas poco relacionadas al manejo sustentable (Gerber et al., 2013). La región costera del estado es la mayor productora de ganado bovino (78 %) y representa 47 % del ingreso estatal (SIAP, 2015).
Reconocer que una opción para cambiar de fondo la actividad ganadera es la “re-culturalización” del sistema, entendiendo este término como una propuesta de cambio en los hábitos de manejo del sistema productivo, la apropiación del productor de una identidad de ganadero conservacionista y con el compromiso de tomar decisiones en pro de la sustentabilidad.
Esto sugiere contrarrestar el proceso de la “revolución ganadera” con estrategias participativas que incorporen el conocimiento local, los avances científicos y el apoyo institucional (Jiménez, 2010). Para cumplir con lo anterior es necesaria la cooperación técnica, adecuados niveles de participación política y legislaciones apropiadas. Reconocer que las comunidades que habitan las regiones boscosas tienen el potencial de hacer un manejo sustentable del bosque -comercial o no- (Bray et al., 2003) y considerar el agropecuario a través de prácticas como la agricultura orgánica, la agroecología, los sistemas agroforestales; así también, herramientas como el rediseño de la estructura y función del agro-ecosistema, promoviendo la diversificación para optimizar sus procesos ecosistémicos clave. De igual manera, re-valorar la tecnología indígena y el conocimiento tradicional como fuente para crear estrategias adaptativas. El éxito depende en gran medida de la mejora en la capacidad humana para tomar decisiones, incrementar su nivel de pericia en el manejo de los recursos, adquirir información y evaluar resultados (Nicholls y Altieri 2011). A nivel de paisaje se requiere mantener el rango y distribución de la estructura del bosque, especies que lo componen y diversidad biológica (Lindenmayer et al., 2000).
La propuesta para cumplir esta visión es que la ganadería debería apostar a la organización local para llevar acciones colectivas con los diversos actores de la región (externos y locales) para el perfeccionamiento y fortalecimiento de habilidades y capacidades locales (capital social y humano) que faciliten la implementación de tecnología productiva agropecuaria adecuada a la realidad in situ, infraestructura y equipo para el desarrollo agroecológico de la ganadería (capital físico). Para esto, es necesario formular un plan de manejo del territorio participativo con el objetivo de integrar armoniosamente las actividades productivas con la preservación y aumento de la flora y fauna silvestres (capital natural) por medio de la intervención multidisciplinaria e interinstitucional para la especialización productiva y cadena de valor eficiente y eficaz; ajuste de las políticas públicas de conservación y fomento agropecuario para convenir las acciones de los diversos actores, complementar y evitar la duplicidad de esfuerzos (capital político-financiero). Con esto se pretende fomentar el enriquecimiento y evolución del capital cultural con respecto al manejo de la ganadería y su impacto ambiental, esperando que se naturalice dentro de la sociedad esta conceptualización para impulsar un proceso de manejo estratégico-integral del territorio y la resiliencia ganadera (Figura 2).
Conclusión
La ganadería en las tres comunidades tiene distintos grados de desarrollo, posiblemente por la influencia de factores como la infraestructura carretera, cercanía a comunidades con mayor desarrollo económico, vulnerabilidad climática o actividades humanas, intereses de desarrollo de instituciones activas en la zona, objetivo de los productores para la ganadería y perspectiva local sobre las ventajas y desventajas de implementar las acciones individuales y colectivas sobre esta actividad pecuaria.
A pesar de que la ganadería se desarrolla en las zonas de amortiguamiento y están bajo el monitoreo institucional (CONANP), el manejo de la ganadería ha sido extensivo y poco amigable con el ambiente.
El nuevo enfoque sostenible de los objetivos de los proyectos institucionales (académicos, gubernamentales y no gubernamentales) ha permitido que la ganadería en las tres comunidades se vaya orientando a prácticas silvopastoriles que son más sostenibles y favorecen la recuperación de los recursos naturales.
Si se lleva a cabo un proceso participativo e inclusivo en las localidades es posible provocar una re-culturalización naturalizada que de acuerdo con el enfoque con el que se trabaje entre todos los actores los resultados podrían ser sostenibles a través del tiempo.