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Tzintzun. Revista de estudios históricos
versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X
Tzintzun. Rev. estud. históricos no.60 Michoacán jul./dic. 2014
Reseñas
Niño, Antonio, y José Antonio Montero (Editores), Guerra fría y propaganda. Estados Unidos y su cruzada cultural en Europa y América Latina
Mercedes Saborido
Madrid, Biblioteca Nueva, 2012, 430 pp.
Universidad de Buenos Aires.
Numerosos fueron los escenarios en los cuales se desarrolló la guerra fría, y este libro nos introduce, desde diferentes perspectivas, en el tema de la propaganda desplegada por los Estados Unidos desde el fin de la segunda guerra mundial hasta comienzos de la década de 1960. Si para la dirigencia de la Unión Soviética la propaganda constituía una herramienta utilizada sistemáticamente desde poco tiempo después del triunfo bolchevique para operar sobre los integrantes de la sociedad a los efectos de obtener la adhesión óo por lo menos la conformidadó respecto de las acciones de los gobernantes, para la sociedad y la dirigencia estadounidense la utilización de la propaganda era considerada contraria a uno de los principios básicos de la tradición política del país: la no interferencia del gobierno en la formación de la opinión pública.
Como analizan los editores del libro en la introducción, los cambios que se produjeron en las relaciones internacionales desde las reuniones de los tres líderes de los países vencedores en Yalta y Potsdam en febrero y julio de 1945 hasta la puesta en marcha por parte del presidente Harry Truman en febrero de 1947 de la estrategia de contención del comunismo, obligaron a modificar la actitud del gobierno. El resultado fue la aprobación en enero de 1948 por parte del Congreso de la Information and Educational Exchange Act, conocida como ley Smith-Mundt. Esta ley, junto a la creación en el mismo año de la National Psychological Strategy Board, destinada a coordinar la acción de los organismos gubernamentales en el campo de la información, y la creación cinco años más tarde de la United States Information Agency (usia), encargada de potenciar la imagen de Estados Unidos como bastión del mundo libre, constituyeron las bases del desarrollo de la propaganda norteamericana.
En la medida en que se establecieron diferencias importantes entre las estrategias de propaganda de acuerdo al escenario, el libro se estructura en tres bloques: 1) una visión panorámica de las actividades propagandísticas norteamericanas en Europa occidental (capítulos 1-3); 2) un estudio de caso, el de la España franquista, marginada del ámbito político occidental por el carácter dictatorial del régimen (caps. 4-6); 3) un panorama de las políticas aplicadas en América Latina, que a diferencia de lo ocurrido en Europa se iniciaron antes de la segunda guerra mundial (caps. 7-9). El capítulo final es una exposición de las experiencias personales de Richard T. Arndt, funcionario de la usia que se desempeñó como agregado cultural en diferentes países de Europa y Asia.
Los textos referidos a la estrategia de los Estados Unidos en Europa en materia de propaganda y de accionar cultural óa cargo de Jessica Gienow-Hecht, Nicholas Cull y Gilles Scott-Smithó permiten percibir, más allá de los temas tratados, que la misma apuntaba fundamentalmente a dos objetivos, diferentes pero de similar importancia. Uno de ellos era el de presentarse como los ardorosos combatientes encargados de defender el modo de vida y los intereses de los ciudadanos occidentales frente a la amenaza soviética, lanzando el mensaje, algo ingenuo, de que ellos eran los portadores de la verdad, frente a las mentiras del otro bando. El otro objetivo era el de recurrir a variados métodos que incluyeron, entre otros, la propaganda a la promoción de viajes destinados a que líderes y estudiantes europeos conocieran la realidad de Estados Unidos, con lo cual intentaban modificar el estereotipo ampliamente difundido en el viejo continente, en relación con una sociedad caracterizada por la importancia de sus logros materiales, pero carente de toda vida cultural relevante. En particular, sorprende una de las conclusiones de Gienow-Hecht: cuando sostiene que "tomando en consideración el despliegue de la cultura americana en Europa, los Estados Unidos no ganaron la Guerra Fría", afirmación que apuntala en el hecho de que a pesar de su influencia óy de los recursos desplegadosó, "no ha [...] mejorado la opinión de los europeos sobre la civilización americana".
Antonio Niño, Pablo León Aguinaga y Lorenzo Delgado, afrontan con rigor los dilemas que para los Estados Unidos implicaban enfrentarse con un régimen condenado por la opinión pública y por numerosos gobiernos occidentales, que además se caracterizaba por una actitud claramente antinorteamericana. Por supuesto, el clima internacional generado por el agravamiento de la guerra fría fue el factor fundamental en el interés que el gobierno norteamericano tuvo en modificar su actitud respecto a España. Esta realidad se plasmó en el acuerdo que dio lugar a la instalación de bases militares en territorio peninsular. El ferviente anticomunismo que caracterizaba a Franco y a la elite que lo rodeaba, fue un elemento de importancia a la hora de facilitar los acercamientos, aunque éstos no se originaban más que en la mutua conveniencia e iban acompañados de una fuerte intransigencia respecto de la injerencia externa en las cuestiones políticas del país.
Antonio Niño explora las implicancias del esfuerzo propagandístico que acompañó el nuevo trato que el gobierno de Estados Unidos dispensó al régimen dictatorial, mostrando que a pesar de insistir en que su tarea consistía en "ayudar" al pueblo español sin apoyar a su gobierno, una de sus consecuencias fue que la oposición al régimen acusó a los norteamericanos de contribuir a sostener la dictadura del general Franco, aunque al mismo tiempo se produjo una disminución del acendrado sentimiento antiamericano que caracterizaba a las elites tradicionales.
El trabajo de León Aguinaga se centra en analizar los rasgos más destacados de los mensajes y las políticas culturales, destinadas a los españoles por parte de la administración estadounidense entre los años 1950 y 1961. El objetivo era ganar su confianza mostrando tanto los vínculos entre ambos pueblos como los éxitos del sistema sociopolítico americano y las dimensiones de su liderazgo a nivel internacional. En las conclusiones, el autor puntualiza que el resultado más apreciable terminó siendo el éxito del "modelo americano" entre los sectores del franquismo. Éstos adquirieron influencia política a partir del vuelco desarrollista iniciado por ese régimen a fines de la década de 1950.
La política de atracción hacia las elites políticas y sociales de la España franquista a través del Foreign Leader Program implementado por la usia en la década de 1950 es el objetivo del estudio de Lorenzo Delgado. La idea principal, por supuesto, era que estos sectores, tradicionalmente antiamericanos, después de tomar contacto con universidades, periódicos e instituciones culturales estadounidenses, pudieran ser "portadores de una mejor comprensión y apreciación de los logros sociales, políticos, económicos y culturales americanos". Esa estrategia se profundizó en la década siguiente, a medida que la situación española se iba modificando y apuntaba a un crecimiento cuantitativamente más amplio de los beneficiarios, al tiempo que se diversificaba el campo de reclutamiento, abarcando a sectores obreros y universitarios opositores no comunistas "susceptibles de convertirse en futuros líderes".
Los trabajos correspondientes al despliegue de la propaganda norteamericana en América Latina y su política cultural muestran la existencia de marcadas diferencias respecto de su actitud en el escenario europeo. Partiendo de la base de que el subcontinente no era un objeto preferente de atención durante los años de la guerra fría, los objetivos fueron ciertamente diferentes y menudearon las críticas respecto de esa subordinación.
El texto de Miguel Rodríguez revisa la estrategia de la administración estadounidense a lo largo de las décadas de 1950 y 1960, mostrando que también en América Latina se había asumido que "todos los aspectos de la cultura debían contribuir directamente a los objetivos de la política exterior". En cuanto a los temas que captaron la atención de quienes estaban encargados de los asuntos propagandísticos y culturales, éstos fueron básicamente dos: por una parte, la obsesión respecto del "peligro rojo" que los llevaba a imaginar una penetración comunista mucho más importante de la que en realidad había, y que condujo a que la Central Intelligence Agency (cia) participara en operativos destinados a desestabilizar gobiernos en la región (el caso de Guatemala en 1954 es uno de los más importantes aunque no el único). Pero además, vinculado con el tema anterior, existía la preocupación por las actitudes independientes de algunos gobiernos latinoamericanos, quienes actuaban guiados por posturas nacionalistas pero eran con frecuencia descalificados vinculándolos a la penetración de la ideología comunista.
La idea de que América Latina no se encontraba entre las prioridades de Estados Unidos durante la guerra fría, también está presente en el trabajo de José Antonio Montero referido a las políticas desplegadas frente a México. En las nuevas circunstancias, el vecino del sur había perdido peso como aliado político y económico, lo que trajo como consecuencia un distanciamiento visible; el abrumador mensaje anticomunista y el énfasis puesto en destacar los valores de la sociedad, la economía y la cultura norteamericana sólo sirvieron para mostrar las desconexiones existentes entre los responsables de la propaganda y la realidad mexicana.
Un abordaje diferente es el de Hugo Rogelio Suppo respecto de la propaganda norteamericana en Brasil: su objetivo es estudiar la evolución de ésta y de otras intervenciones en el país y su relación con la evolución de la política interior entre 1945 y 1964. La principal aportación de su texto, en nuestra opinión, reside en que además de revisar las actividades propagandísticas y culturales vinculadas con la promoción de Estados Unidos en el país más extenso de América Latina, aborda el tema de los métodos de intervención en su evolución política. En este aspecto, el trabajo se relaciona con un libro publicado recientemente en Argentina, que se centra en mayor medida en este tipo de actividades.[1]
Si el conjunto de los trabajos brinda una visión amplia del tema abordado y constituye una aportación significativa a la temática, el capítulo de cierre, ya citado, aparece un tanto desconectado del resto y resulta algo confuso para los lectores.
Notas
[1] Calandra, Benedetta, y Marina Franco (Editoras), La guerra fría cultural en América Latina. Desafío y límites para una nueva mirada de las relaciones internacionales, Buenos Aires, Biblos, 2012. [ Links ]