Sobre Bernard Vincent
Bernard Vincent es un historiador francés nacido en París en 1941. Obtuvo el grado de Doctor de Estado en 1986. Ha dedicado su vida al estudio de la España morisca en la época moderna. Fue director de estudios de la Casa de Velázquez (1977-1978) y su secretario general (1978-1982); también estuvo como director de estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de París (1988). Entre sus principales obras destacan: Andalucía en la Edad Moderna. Economía y sociedad; 2 Minorías y marginados en la España del siglo XVI; 3 El río morisco; 4 y con Bartolomé Bennassar, España, siglos de Oro. 5 Su libro más conocido lo escribió junto a Antonio Domínguez Ortiz, Historia de los moriscos. Vida y tragedia de una minoría, que ha sido reeditado por Alianza Universidad. 6 Otra publicación que recibió numerosos premios y fue traducida a varios idiomas es 1492: el año admirable. 7
Nota: Entrevista realizada por Rafael Castañeda García a Bernard Vincent el 25 de mayo de 2017 en la ciudad de México. Agradezco la colaboración de Gloria Guarneros por el proceso de edición y a Dalia A. Guevara González por la transcripción de la entrevista.
Es miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia de Madrid (1997). Ha recibido la distinción de Doctor Honoris Causa por las universidades de Alicante (2000); Almería (2004); Granada (2008) y la Universidad Complutense de Madrid (2015). En 2010 recibió un homenaje que tuvo lugar en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, organizado por colegas y ex alumnos; tres años después de este homenaje, se publicó el libro Negociar la obediencia. Autoridad y consentimiento en el mundo ibérico en la Edad Moderna, 8 coordinado por Jean-Paul Zúñiga. La obra buscaba —además de manifestar el aprecio y admiración a Bernard Vincent—, destacar su aporte a la historiografía.
Entre el 16 y 17 de mayo de 2017 se realizó en la ciudad de México el Seminario Internacional “Jerarquías de poder en los mundos ibéricos”, evento organizado por El Museo Nacional de Arte, la Red Columnaria, El Colegio de México, el Instituto de Investigaciones Históricas de la unam, El Colegio de Michoacán y El Colegio de San Luis. En este evento participó Bernard Vincent, ocasión que fue propicia para extenderle una invitación con el objeto de que nos compartiera un poco de lo que ha sido su trayectoria académica y también para que nos hablara de algunos conceptos historiográficos, a lo cual amablemente aceptó.
Rafael Castañeda García (RCG): ¿Qué profesores considera que influyeron en su trayectoria académica?
Bernard Vincent (BV): Hubo dos profesores que fueron fundamentales para mi formación: el primero, Pierre Vilar, historiador e hispanista francés muy reconocido, conocedor de la historia en general, y un gran especialista de historia económica. 9 Historiador marxista (yo nunca he sido marxista, pero me atraía su rigor científico), fue al mismo tiempo un hombre directo y abierto que me formó desde el principio al ser mi director de tesis. El otro fue Antonio Domínguez Ortiz, historiador español, a quien conocí cuando era muy joven y empezaba mi investigación. 10 Tenía yo 25 años cuando lo vi por primera vez y desde entonces mantuve una relación muy estrecha con él, hasta su muerte en 2003. Podría decir que me considero como un hijo literario suyo, pues me propuso, entre otras cosas, escribir conjuntamente un libro sobre la historia de los moriscos, el cual se publicó en 1978 y ha tenido muchas reediciones. Él fue un historiador con un enorme sentido común, muchísima curiosidad intelectual, un gusto muy peculiar por los materiales históricos y que me inculcó este interés por los archivos.
(RCG): ¿Cómo surgió el interés y gusto por España y su historia?
(BV): Bueno, la lengua española me interesaba particularmente, aun¿que estudié inglés en el bachillerato y luego, español en el colegio y en el instituto. Curiosamente mi familia es totalmente francesa. Soy parisino y, de hecho, nací en el corazón de París, viví toda mi infancia y adolescencia a 200 metros del Sena, tuve un abuelo a quien le gustaba muchísimo la historia y fue él quien me instó a leer revistas de historia cuando yo tenía diez años. Pero el interés por España creo que surgió en la ciudad donde vivía mi abuela materna (en el suroeste de Francia, unos 100 km al norte de Toulouse). Ahí habían muchos españoles refugiados de la Guerra Civil, que eran vecinos de mi abuela, con quien yo conviví cuando iba de vacaciones cada año, hablaba con ellos y creo que eso ha tenido cierta influencia sobre mi interés por el mundo hispánico.
(RCG): A usted le ha interesado mucho la historia de los moriscos, últimamente, la de los africanos ¿cómo puede definir Bernard Vincent a las minorías?
(BV): Las minorías del siglo XVI o del siglo XVII me interesan tanto como las de hoy. Por ejemplo, la cuestión del racismo me preocupa muchísimo, pero creo que es algo recurrente a lo largo de la historia. Entonces, estudiando los mecanismos del rechazo a una minoría por parte de la mayoría, las maneras que éstas tienen de sobrevivir y defenderse, nos ayuda a entender los procesos de relación de la sociedad, de los unos con los otros. Es un aspecto que me parece absolutamente fundamental.
(RCG): ¿Cómo fue el traslado del interés por el tema de los moriscos al de los africanos esclavos y libres para la península? 11
(BV): Mi traslado de unos a otros fue simplemente por el hecho de que entre los moriscos hubo esclavos. El problema de la esclavitud me lo planteé a partir del caso de los moriscos y me di cuenta de que constituía un fenómeno muy importante de la historia social, y de la historia misma. Por consiguiente, quise trabajar sobre otros grupos de esclavos, porque hubo muchos que vinieron del norte de África y que a menudo se olvidan; a partir de ahí me han interesado también los africanos subsaharianos porque están muy presentes en la historia de la Península Ibérica. Precisamente, un estudio que estoy haciendo es sobre el cautiverio y la esclavitud de los cristianos en el norte de África, y el cautiverio y esclavitud de los musulmanes en España, ya que hay una correspondencia entre ambos fenómenos y eso me interesa mucho. Todo esto también me impulsó a trabajar más atento a la historia de los territorios americanos. Por otro lado, el problema de la esclavitud interesa a la sociedad de hoy. Sabemos que hay mucha gente explotada, es decir, que está dependiendo totalmente de sus dueños, situación que no es exactamente del esclavo del siglo XVI-XVII, pero se asemeja en el sentido de que estas personas nada pueden hacer en la vida por independizarse de otras.
(RCG): Hace poco usted dio una charla en el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM y habló de la relación entre los moriscos —para la corona española— y la Iglesia católica, y cómo esto también se aplicaba o tenía que ver con el tratamiento que la Corona también tuvo —la Iglesia— con los indios en América. ¿Podría ahondar más en ello? 12
(BV): Claro, es bastante sencillo. Hay que pensar que la situación de los indios en América no es tan peculiar como se podría pensar. Los moriscos eran unos habitantes autóctonos de España. Es decir, que si pensamos, por ejemplo, en el reino de Granada —cómo se conquista en 1492— bueno, hay una población de musulmanes que finalmente tienen que aceptar el bautismo a los pocos años. Y ellos se consideraban ya autóctonos de este territorio. Y, precisamente, tenemos en 1567 un alegato —podríamos decir— de un morisco que afirma: “bueno, es que nosotros hemos vivido en este territorio desde hace siglos”. Entonces, bajo este aspecto, la condición de los moriscos viene a ser muy semejante a la de los indios.
(RCG): Cambiando el giro de la entrevista, me gustaría saber su opinión sobre el ejercicio de hacer historia global, ¿y cómo se relaciona con el estudio de la monarquía hispánica?
(BV): Siempre he querido hacer historia global, porque precisamente eso pertenecía al vocabulario de Pierre Vilar. Sólo que él decía historia total, creo que era más o menos lo mismo. Entonces, en aquellos años centrales de 1960 a 1980, aproximadamente, se hablaba mucho de historia total. Se trataba de hacer una historia económica, social, cultural y política. Yo, principalmente hago historia social y pretendo a partir de este enfoque hacer una historia global. Es decir, una historia de todos los grupos humanos, tanto de los pudientes como de los marginados. De hecho, he investigado mucho sobre las minorías y marginados, quiero abarcar toda la sociedad. Además, desde el punto de vista acerca de mi manera de trabajar, me interesa hacer el estudio de un lugar muy preciso, que tenga las características que me parecen importantes, precisamente para proponer un modelo que se pueda comparar con otros. Por eso, hacer historia global a partir de una parcela a veces muy pequeña, ha sido una de las vías esenciales de mi trabajo. Y hacer un estudio completo de la monarquía hispánica es una meta esencial, porque creo que ésta es un conjunto particularmente complejo, con estos territorios dispersos, pero me fascina el hecho de ver la forma en que un conglomerado como éste —de la monarquía hispánica— ha podido mantenerse durante tres siglos. Por ello, creo que a través del estudio de la historia hispánica se podría hacer historia global.
(RCG): Sin embargo, usted sabe que en América Latina el ejercicio de la historia regional pesa mucho. También en Europa se hace este tipo de historia, pero la pregunta es, si estamos en un contexto académico que busca hacer una historia más conectada, comparada y/o global, ¿cómo insertarse en una perspectiva más general que no termine en lo local y a veces parroquial? ¿La historia regional parece no estar de moda, pero sigue siendo necesaria?
(BV): Es necesaria porque creo que no hay una historia que tenemos que preferir a las demás, es decir, local-regional-general, todo vale si hacemos un buen trabajo, si utilizamos buenas fuentes, y sabemos plantear buenas preguntas, en fin... Y resulta que la historia regional estuvo muy de moda cuando empecé a trabajar. Mis inicios fueron a finales de los 60, la historia regional era fundamental en aquellos tiempos, tanto así que cuando elegí mi tema principal de tesis, Pierre Vilar me preguntó “¿entonces quiere trabajar sobre España?, ¿sobre qué región?” Esa era la única interrogante que le venía a la cabeza. Le contesté: Andalucía (que yo aún no conocía) y él precisó: “muy bien, Andalucía oriental”. ¿Por qué oriental? Porque había ya otro investigador que trabajaba sobre Andalucía occidental pero, naturalmente, las dos “Andalucías” tienen un perfil distinto.
(RCG): Finalmente, le pediría un consejo para los jóvenes que están iniciando, es una pregunta muy general, ¿qué temas están esperando ser estudiados por los historiadores?
(BV): Los temas son muchísimos. Uno de los grandes problemas y que no me agrada del todo en el desarrollo de la historia, es que tendemos mucho a privilegiar el estudio de las élites, es una palabra clave. Se lo digo a mis alumnos, “¿y dónde están los campesinos?”, pues éstos constituyen la inmensa parte de la población a lo largo de la edad moderna. Precisamente, la historia global de los años 60-70 tendía a estudiar de manera preferente a los campesinos, y ahora se han olvidado mucho. Entonces, creo que hay que hacer más historia económica que la que se está haciendo hoy, de suerte de lograr el equilibrio entre historia económica, social, cultural y política, porque, precisamente, la parte económica, está abandonada.