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Tzintzun. Revista de estudios históricos

versión On-line ISSN 2007-963Xversión impresa ISSN 1870-719X

Tzintzun. Rev. estud. históricos  no.74 Michoacán jul./dic. 2021  Epub 04-Oct-2021

 

Reseñas

GAFF, Alan D. y Donald H. GAFF (editores), From the Halls of the Montezumas, Mexican War Dispatches from James L. Freaner, Writing under the Pen Name “Mustang”, Denton, University of North Texas Press, 2019, (War and the Southwest Series, 14), 477 p

Carlos Arellano González1 

1Instituto de Investigaciones Históricas Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo

GAFF, Alan D.; GAFF, Donald H.. From the Halls of the Montezumas, Mexican War Dispatches from James L. Freaner, Writing under the Pen Name “Mustang”. 2019. University of North Texas Press, Denton: 477p.


La guerra entre México y Estados Unidos fue la primera conflagración a la que se le dio una cobertura periodística.1 La lucha entre dos repúblicas americanas representó una anomalía entre los países civilizados debido a la presunción de la antítesis entre la monarquía y la república. Sin embargo, la violenta expansión territorial promovida por el partido demócrata estadounidense, desató un conflicto con México que se extendió por dos años en un clima de animadversión al interior de aquel país, donde los grupos Whig rechazaron profusamente una guerra que consideraban injusta. Así, la necesidad de contar cómo se desarrollaba el conflicto y conocer la situación de las tropas llevó a decenas de periódicos de la Unión Americana a desplegar a un personaje que, por primera vez, apareció en la escena de la prensa libre: el corresponsal de guerra.

Con la llegada de estos individuos el periodismo evadió la parcialidad de las fuentes oficiales, permitiendo a una clase media cada vez más activa en los asuntos públicos, informarse y debatir sobre el desarrollo de la guerra. Además, el abaratamiento en los costos de la producción de periódicos en Estados Unidos favoreció la aparición de una prensa económica conocida como penny press, de tal manera que no faltaron diarios para informarse y, como señala Fabiola García Rubio, “la demanda de información sobre la guerra aseguró el éxito de los periódicos”, por lo cual estos necesitaban la última noticia desde el frente para ganar un mayor número de compradores.2

La historiografía estadounidense es amplia al respecto. Entre algunos de los trabajos más destacados encontramos la tesis doctoral de Thomas William Reilly, “American Reporters and the Mexican War, 1846-1848”. Por otra parte, el artículo de Lota M. Spell “The Anglo-Saxon Press in Mexico” y el trabajo de Fayette Copeland, Kendall of the Picayune, también han permitido avances en el tema, no solo con respecto al periodismo durante la Guerra entre México y Estados Unidos, sino además sobre los corresponsales en esta lucha armada.3

En el caso de México los trabajos son escasísimos, identificando entre algunos de los más representativos el libro de Jesús Velasco Márquez, La guerra del 47 y la opinión pública; la tesis de José Alcocer, “La Estrella Americana: vocero oficial del ejército norteamericano en la Ciudad de México (1847-1848)”, y el texto de Fabiola García Rubio, El Daily Picayune de Nueva Orleans.4 Lo limitado de los estudios realizados en México, obliga a voltear la mirada al vecino del norte para poder enriquecer así nuestra comprensión sobre este tema y conocer la opinión de la otredad sobre el conflicto y el país al cual le hacían la guerra. En este sentido, Alan D. Gaff y Donald H. Gaff, antropólogo e historiador respectivamente, aportan un texto que recupera y compila una serie de notas (dispatches) remitidas durante la guerra entre México y Estados Unidos por uno de los reporteros más interesantes en este conflicto: James L. Freaner, quien firmó sus artículos bajo el mote de Mustang.

James L. Freaner, mejor conocido como Mustang

James Logan Freaner nació en Hagerstown, Maryland, el 29 de diciembre de 1817, en una familia de ascendencia alemana. Desde joven mostró inclinación hacia el periodismo, trabajando como cartero y aprendiz de tipógrafo; tiempo después vivió en Austin (Texas) y en Tallahassee (Florida), donde fue impresor. Tras las elecciones presidenciales de 1845, donde expuso su filiación a los demócratas, se mudó a Nueva Orleans y consiguió trabajo como impresor del periódico New Delta.

Al estallar la guerra, Freaner se alistó en la compañía “D” del 3.er Cuerpo de Infantería de Luisiana, donde recibió el grado de sargento y vivió los primeros embates con los mexicanos. A finales de julio de 1846 conoció en Matamoros al coronel John C. Hays, de los llamados Texas' Rangers y decidió unirse a una de sus compañías, pero al terminar su servicio militar en octubre de 1846, Freaner decidió regresar a Nueva Orleans. De vuelta en casa desistió en desempacar las maletas, dado que el New Delta lo comisionó para una nueva tarea: seguir los pasos del Gallant Little Army del general Winfield Scott en la campaña militar hacia el corazón de México.5 Para entonces ya firmaba bajo la rúbrica de Mustang, aunque el porqué de ese seudónimo sigue siendo un misterio.

Una vez desplegadas las fuerzas estadunidenses en Veracruz, en marzo de 1847, Freaner hizo uso de todo su ingenio para colectar información no solo de los altos mandos, sino de los oficiales y soldados, principalmente. Como corresponsal sabía que muchas familias esperaban recibir noticias de sus amigos y familiares, por ello, compartir las notas desde la perspectiva de la tropa les daba una idea en Estados Unidos de lo que sus parientes enfrentaban en tierras ajenas.6 Conforme el ejército de Winfield Scott se internó en el país, Freaner estableció una efectiva red de mensajeros (couriers) dispuestos a llevar al puerto de Veracruz las noticias que serían embarcadas hacia Nueva Orleans y, aunque su sistema no estaba exento de peligros y el correo podía caer en manos de las guerrillas mexicanas, se volvió confiable. Tal fue la importancia del sistema que, de acuerdo a Donald y Alan Gaff, tanto Scott como Nicholas Trist emplearon a los couriers para llevar información superior a Washington. Además, Freaner jugó un papel importante dentro de la guerra: fue él quien recibió el encargo oficial por Trist de conducir personalmente el Tratado Guadalupe Hidalgo para su firma por la Cámara de Representantes en Washington, a donde llegó tan solo diecisiete días después.7 Finalmente, Mustangregresaría a México y partiría en junio de 1848 con la última columna estadunidense de ocupación.

Junto a George W. Kendall del Daily Picayune, los reportajes de Freaner fueron de los más difundidos por la Unión Americana debido a la agilidad de su pluma, sus amplias descripciones sobre la naturaleza y la población de México, los informes oficiales que transcribió y las listas que compartió de heridos, muertos y hombres que regresaban a Estados Unidos. Y aunque pocos lo tengan presente, a él se debe la denominación de The Halls of the Montezumas, frase acuñada para denominar a la Ciudad de México como resultado del imaginario fomentado por lecturas como History of the Conquest of Mexico, de William H. Prescott.

El libro: entre el periodismo y el diario de viajero

El libro inicia con una somera introducción sobre el papel que jugaron los periódicos de Louisiana en la guerra de 1846-1848, seguido por un primer apartado sobre la participación de James Freaner en esta. Luego, el libro da paso a nueve capítulos que dan estructura a la voluminosa cantidad de dispatches que Mustang remitió a lo largo de la campaña de Winfield Scott, las que abarcan del 22 de febrero de 1847 al 9 de junio de 1848. La campaña militar apenas abarca los tres capítulos iniciales, mientras que los otros seis apartados se centran en el periodo de la ocupación y espera por las negociaciones de paz. Los autores concluyen el libro con una especie de epílogo sobre el viaje de James Freaner a California, ahora como corresponsal del Daily Picayune, hasta su fatal y extraño final a manos de los indios de Pitt River, en julio de 1852. Sus dispatches fueron recuperados y cotejados por Alan y Donald Gaff de los microfilms del Daily Delta y de su versión semanal Weekly Delta. Además, el libro viene ilustrado con imágenes facilitadas por la Biblioteca del Congreso (Library of Congress) y la Biblioteca Pública de Nueva York (New York Public Library), permitiendo visualizar algunos de los escritos de Freaner.

Las fuentes que Mustang utilizó para escribir sus notas fueron varias. Parte de ellas las obtuvo del campamento militar, así como de algunos memorandos que los oficiales le facilitaron. También incluyó información de las diligencias y cartas interceptadas a los mexicanos o remitidas por soldados que quisieron compartir un momento de su intimidad. Una vez ocupada la capital, Mustangencontró una fuente valiosísima en los periódicos de la Ciudad de México, Guanajuato, Morelia, Guadalajara y San Luis Potosí, donde buscó el momento en que el gobierno mexicano aceptara sentarse en la mesa de negociaciones. Incluso, remitió el 7 de mayo de 1848 las leyes electorales y la Constitución Política Mexicana, con el objetivo de darle a conocer a los ciudadanos estadunidenses el funcionamiento de los órganos políticos mexicanos.8 Todo esto lo podrá encontrar el lector en el libro.

Al ser un texto multifacético por la diversidad de las notas, no describiré cada capítulo, solo rescataré algunos de los aspectos de estos dispatches que considero valiosos para los estudios históricos en México. En principio, el estilo de escritura de Mustang es versátil, estructurado y muy descriptivo, buscando crear las imágenes más fidedignas de México para que el lector en Estados Unidos pudiera crearse un retrato de este extraño y exótico país. Cabe mencionar que, aunque aquella expedición militar resultara en ocasiones una agradable excursión para la tropa, el 11 de mayo de 1847 Mustang reconoció que:

Notwithstanding all the natural and artificial beauties and attractions, the day's march on either side of the point knocks all the polish off the romance of campaigning, and suddenly transfers us back, with reluctance, of the stern realities of a soldier's life in the field (p. 88).

A lo largo de la campaña militar, la pluma de Freaner invita a leer los artículos como el diario de un viajero en tierras distantes, realizando coloridas descripciones de los lugares, comunidades, pasatiempos y arquitectura que van encontrando en su camino a la Ciudad de México, sin omitir la naturaleza, el clima, los animales y las fiestas populares como los toros en Xalapa o el tívoli de Puebla.

Tratándose de una guerra, Freaner le da un peso importante a los asuntos militares. La violencia de los combates quedará grabada con sangre en varios dispatches. El 23 de marzo de 1847 escribió: “War is terrible in its most modified form, but the besieging of a city like Vera Cruz when we are battering down the houses over some fellow creatures' heads […] cannot do otherwise than excite a feeling of commiseration” (p. 68).

Una de las aportaciones más valiosas es la colección de las órdenes emitidas por Winfield Scott y sus generales, así como las disposiciones de su gobierno militar una vez que ocuparon la capital mexicana, lo que ofrece una fuente apreciable para conocer las medidas de control, pacificación y normalización de los puntos ocupados hasta la retirada de los invasores. Freaner también dedicó un espacio a las anécdotas de heroísmo y valor de la tropa para mantener en alto la moral en los Estados Unidos, así como a remitir una senda cantidad de listas transcritas de hombres heridos, muertos y que retornaban a su país.

La narrativa operacional de los combates es tradicional, pero dinámica y exhaustiva en cuanto a la descripción de las maniobras, unidades y oficiales. De esta manera, Mustang muestra las dificultades a las que el ejército estadounidense se enfrentó en su avance a la capital mexicana, lo que resultó más complejo y violento de lo que historiográficamente se asume, y de cuyas batallas Frenaer ofrece reflexiones interesantes. Como señaló en la nota del 21 de agosto de 1847:

[The Mexicans] strongly resisted us at every point, and contested every inch with the strongest determination and even to desperation […] they threw themselves into the breach as no person ever expected they would, and one of the best evidences of this is the number of killed and wounded on both sides. Our loss will amount to near 700 killed and wounded, that of the enemy at least 2 000 (p. 130).

También debemos destacar las notas que corren de agosto a diciembre de 1847. La vida cotidiana de la ocupación se vuelve el tema central en estos meses, entre fiestas, acontecimientos importantes y coloridas estampas populares. Una de ellas se refirió al poema de un soldado intitulado Sidewalk Musing. The Beggar Boy:

A Little boy daily waits/ Beside a convent's many gates / to ask of every passer- by / some little gift of charity; /and as the gay and happy throng / heartless and thoughtless pass along, / the little beggar pleads his cause, / and many strangers listening, pause: / Limosna por amor de Jesús (pp. 239-240).

Sin duda, un texto multifacético como el realizado por Alan y Donald Gaff no puede agotarse en unas cuantas páginas, donde sus aportaciones a la historia de este periodo son evidentes desde el principio del libro. Además de la riquísima información militar y las cifras que aporta en cuestión de tropas y pertrechos, las vívidas descripciones de la diversidad social mexicana, de los paisajes y experiencias de los soldados en aquella guerra, complementan nuestra comprensión del México de aquellos años y, por supuesto, de una sociedad estadunidense que se ve reflejada a través de los temas abordados por Mustang. Asimismo, una nueva fuente que devele información siempre será agradecida, por lo que From the Halls of the Montezumas representa no solo un libro más de la guerra entre México y Estados Unidos, sino un texto que se incorpora a una amplia bibliografía que permite abrir y establecer un diálogo entre investigadores mexicanos y estadunidenses sobre uno de los periodos más cruciales en la historia de ambas naciones.

1JOHANNSEN, Robert W., To the Halls of the Montezumas. The Mexican War in the American Imagination, Nueva York, Oxford University Press, 1985, p. 16.

2GARCÍA RUBIO, Fabiola, El Daily Picayune de Nueva Orleans durante los años del conflicto entre Estados Unidos y México, 1846-1848: su postura ante la guerra y su recepción en la prensa mexicana, México, Instituto Mora, 2004, p. 40.

3REILLY, Thomas William, “American Reporters and the Mexican War, 1846-1848”, Tesis de Doctorado (Ph. D.), Mineápolis, Universidad de Minnesota, 1975; SPELL, Lota M., “The Anglo-Saxon Press in Mexico, 1846- 1848”, The American Historical Review, vol. 38, núm. 1, octubre, 1932, pp. 20-31; COPELAND, Fayette, Kendall of the Picayune: Being His Adventures in New Orleans, on the Texas Santa Fe Expedition, in the Mexican War, and in the Colonization of the Texas Frontier, Norman, University of Oklahoma Press, 1997; JOHANNSEN, To the Halls of the Montezumas, p. 18.

4VELASCO MÁRQUEZ, Jesús, La Guerra del 47 y la opinión pública (1845-1848), México, Secretaría de Educación Pública, 1975; ALCOCER BERNES, José Manuel, “La Estrella Americana: vocero oficial del ejército norteamericano en la Ciudad de México (1847-1848)”, Tesis de Licenciatura, México, UNAM, 1981; GARCÍA RUBIO, El Daily Picayune de Nueva, p. 40.

5GAFF, Alan D. y Donald H. GAFF (editores), From the Halls of the Montezumas, Mexican War Dispatches from James L. Freaner, Writing under the Pen Name “Mustang”, Denton, Texas, University of North Texas Press, 2019, pp. 14-21, 24, 25.

6GAFF, From the Halls of the Montezumas, pp. 12, 13.

7GREENBERG, Amy S., A Wicked War. Polk, Clay, Lincoln, and the 1846 U.S. Invasion of Mexico, Nueva York, Alfred A. Knopf, 2012, p. 260.

8“[I]n order that your readers may fully comprehend not only the organization, but the action of this extraordinary body”, señaló Freaner. GAFF, From the Halls of the Montezumas, p. 401.

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