Femenina de 55 años, sin antecedentes de importancia; acudió por sensación de fatiga. En la exploración, lo único notable fue hepatomegalia de 10 cm por debajo del borde costal; no existía edema de los miembros inferiores. El electrocardiograma mostró ritmo sinusal con datos de hipertrofia de ambas aurículas; se efectuó el diagnóstico de insuficiencia cardiaca y se solicitó una resonancia magnética del corazón, donde se encontró miocardiopatía dilatada, sin datos de necrosis o fibrosis (Figura 1), con fracciones de eyección del ventrículo izquierdo de 19% y del ventrículo derecho de 17%; originaba insuficiencia valvular mitral y tricuspídea por la dilatación de los anillos valvulares, que ocasionaba chorros de regurgitación (Video)https://www.medigraphic.com/videos/am192y.html
![](/img/revistas/amga/v17n2//1870-7203-amga-17-02-194-gf1.jpg)
Figura 1: Imagen de resonancia magnética de cuatro cámaras, sin medio de contraste; muestra miocardiopatía dilatada, incluyendo dilatación de los anillos valvulares mitral y tricuspídeo (flechas), que ocasiona regurgitación por insuficiencia valvular de ambas.
Entre las miocardiopatías, la dilatada (MCD) se define por la presencia de dilatación y disfunción sistólica que afecta al ventrículo izquierdo o a ambos ventrículos; su prevalencia en adultos es de 1/2.500 individuos;1 en muchos casos, se trata de una enfermedad hereditaria (20-48% de los casos). El diagnóstico se basa en la historia clínica y los hallazgos ecocardiográficos o de resonancia magnética nuclear cardiaca compatibles.2 Actualmente, los métodos de diagnóstico, incluidas las técnicas de imagen, el diagnóstico genético3 y la biología molecular, permiten identificar en más pacientes las causas específicas de la MCD.