Introducción
El clembuterol es un agonista beta adrenérgico derivado de la norepinefrina, tiene propiedades anabólicas que aumentan la síntesis de proteínas y disminuye la acumulación de grasas en los tejidos.1 Tiene una vida media de 25-40 horas, alcanzando niveles en plasma a las dos horas, es metabolizado en hígado y eliminado por orina.1
En el humano es aprobado su uso como broncodilatador (20 μg dos veces al día) y actualmente ha ido en aumento su abuso entre los atletas. La intoxicación tiene un periodo de incubación de 15 minutos a cinco horas posterior a la ingesta y la dosis mayor de 40 μg desencadena el cuadro clínico, presenta con más frecuencia: taquicardia (91%), ansiedad y temblores (88%), vértigo (42%), palpitaciones, debilidad, cefalea (18%), náusea, mialgias, parestesias, hipokalemia e hiperglucemia transitoria; en algunos casos fibrilación auricular, hipertensión arterial, rabdomiólisis e infarto agudo al miocardio, y en ocasiones psicosis y alucinaciones.2
Su diagnóstico se confirma por el cuadro clínico y la detección de clembuterol en orina y/o sangre en las primeras 48 horas, aunque el tiempo de eliminación varía entre diferentes tejidos (Tabla 1).3 El manejo de esta entidad, está centrado en el reconocimiento oportuno y tratamiento de las consecuencias cardiovasculares y metabólicas.
En 2008 las entidades de Jalisco, Ciudad de México, Guanajuato, Zacatecas y Michoacán presentaron mayor intoxicación por clembuterol. En México a partir de 2002 se fortaleció la vigilancia epidemiológica de la intoxicación alimentaria por clembuterol; en 2007 se notificaron 555 casos, con incidencia de 0.53 casos por 100,000 habitantes y en el año 2001 se notificaron 110 casos, lo anterior representó una reducción en la incidencia de los casos de 81%.2
El clembuterol no está aprobado por la FDA o la NOM, por lo que a partir de 2007 la modificación de la Ley Federal de Sanidad Animal tipificó su uso como un delito.2
Presentamos dos casos confirmados de intoxicación por clembuterol, los cuales llegan a nuestro hospital con diferente diagnóstico a su ingreso:
Paciente 1: Femenino de 51 años, aparentemente sana, sin antecedentes de importancia. Se presenta al servicio de urgencias con temblor distal generalizado, parestesias en manos y piernas, así como mareo, náusea, cefalea, diaforesis, taquicardia de 105 lpm y en los estudios de laboratorio con hipokalemia de 2.8 mEq. Se inicia la sintomatología 30 minutos posterior a la ingesta de hígado de res, descartando otras posibilidades diagnósticas, se sospecha de una intoxicación por clembuterol, por lo que se solicitaron niveles en orina y se inició tratamiento sintomático. Se nos reporta resultado a los 15 días como positivo.
En la Tabla 2 se muestran los laboratorios durante su estancia en el hospital y en la Figura 1 su electrocardiograma de ingreso.
Paciente 1 | Paciente 2 | |
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Hemoglobina (g/dL) | 14.1 | 12.7 |
Plaquetas | 219,000.0 | 247,000.0 |
Leucocitos | 10,200.0 | 10,800.0 |
Glucosa (mg/dL) | 145.0 | 203.0 |
BUN (mg/dL) | 19.3 | 12.0 |
Creatinina (mg/dL) | 0.65 | 0.71 |
Sodio (mEq/L) | 139.0 | 140.0 |
Potasio (mEq/L) | 2.8 | 3.0 |
Cloro (mEq/L) | 109.0 | 107.0 |
TSH (mU/L) | 2.49 | 3.63 |
Paciente 2: Femenino de 41 años de edad quien es personal administrativo de nuestro hospital, no cuenta con antecedentes de importancia. Acude a urgencias por palpitaciones, sensación de ansiedad y temblor distal en ambas manos. Al ingreso con FC 120 lpm, tensión arterial 145/95 mmHg e hipokalemia de 3.0 mEq. La paciente refirió haber consumido hígado de res 30 minutos previos al inicio de la sintomatología, lo que nos hace sospechar de intoxicación secundaria al clembuterol. Con detección de niveles en orina positivos. En la Tabla 2 se muestran sus estudios al ingreso y en la Figura 2 su electrocardiograma en el servicio de urgencias.
Las dos pacientes presentaron en común taquicardia, ansiedad y el síntoma que predominó y persistió hasta su egreso fue el temblor, con duración de la sintomatología no mayor de 40 horas de haber iniciado el cuadro. Se continuó su evolución por consulta externa, con resolución del cuadro clínico y sin alteraciones electrolíticas.
Discusión
En la actualidad, en países desarrollados se ha incrementado su uso como droga de abuso entre los atletas por sus propiedades anabólicas y en México su uso ilegal en la alimentación de los bovinos ha ocasionado la presentación de brotes de intoxicación a partir del consumo de carne y vísceras. No hay un valor mínimo en la determinación del clembuterol que se pueda considerar seguro, y nunca debe existir esta sustancia en el alimento a consumir.4
Debemos considerar que el diagnóstico de este padecimiento es clínico, confirmándose mediante cromatografía líquida de alta resolución, con detección desde 100-200 ng/kg, ensayo inmunoenzimático (ELISA) que detecta desde 100 ng/kg y cromatografía de gases con espectrometría de masas (GC-MS), se detecta desde 10-20 ng/kg, la cual es una prueba confirmatoria.5,6
La prueba realizada en estos dos casos fue GC-MS; se efectuó perfil toxicológico, y se encontró positivo sólo para clembuterol.
Es de suma importancia la notificación de la enfermedad a las autoridades sanitarias, ya que el uso del clembuterol se ha convertido en un problema no sólo de salud pública, sino también de tipo económico y ético; representa buenas ganancias para quien lo distribuye y lo utiliza, sin importar las consecuencias en la salud. En personas previamente sanas tal vez no tenga repercusión pasada la intoxicación, pero se pueden desencadenar arritmias en pacientes propensos por la taquicardia y disminución del potasio, o infarto agudo al miocardio en pacientes con insuficiencia cardiaca.6
En el periodo de un mes se presentaron en nuestro hospital dos casos, con cuadro clínico de hiperestimulación adrenérgica posterior al consumo de hígado de res. Nuestro hospital se encuentra en la Ciudad de México, y de acuerdo a la Secretaría de Salud, Jalisco y la Ciudad de México son las entidades con mayor intoxicación reportada.2 Esto nos hace pensar que posiblemente hay un mayor número de casos no detectados, ya sea por desconocimiento del padecimiento o por la falta de métodos diagnósticos accesibles, es por ello que nos cuestionamos si se trata de una entidad subdiagnosticada.