Masculino de 45 años acude por cervicalgia de tres meses; en resonancia de columna cervical se encontró incidentalmente tejido neoplásico de 8 × 4 cm paravertebral izquierdo a nivel de T1-T2 (Figura 1). Por toracotomía, con microscopio, se practica resección total de la lesión (Figura 2); histopatológicamente correspondió a cordoma, la inmunohistoquímica: EMA, CK8, S-100 positivos en células fisalíferas y brachyury positivo en el núcleo de células neoplásicas (Figura 3). A un año de seguimiento, paciente asintomático con resonancia normal.
![](/img/revistas/amga/v20n3//1870-7203-amga-20-03-278-gf1.jpg)
Figura 1: Imágenes de resonancia magnética de columna dorsal a nivel de T1-T2: A) corte coronal; B) corte sagital; C) corte axial que muestran masa tumoral de 4 × 8 cm. con forma de “hongo”, de localización paravertebral izquierda que corresponde a cordoma.
![](/img/revistas/amga/v20n3//1870-7203-amga-20-03-278-gf2.jpg)
Figura 2: A) Imagen fotográfica a través de microscopio quirúrgico de masa tumoral paravertebral izquierda con disección de mediastino; B) fotografía de pieza quirúrgica con peso de 11 g.
![](/img/revistas/amga/v20n3//1870-7203-amga-20-03-278-gf3.jpg)
Figura 3: Fotografías de cortes histológicos: A) neoplasia epitelial que alterna con matriz cartilaginosa con células poligonales de núcleo hipercromático; B) inmunohistoquímica de citoqueratina CK8 y 18 positivos en células fisalíferas; C) inmuno-reacciones positivas para antígeno epitelial de membrana (EMA) brachyury en el núcleo de células neoplásicas y proteína S-100 positiva focal en células fisalíferas, confirmando diagnóstico de cordoma.
El cordoma (C) es un tumor maligno de crecimiento lento, se origina a partir de restos de la notocorda, 50% se localizan en la región sacro-coccígea; otro sitio frecuente es la vértebra C2; a nivel vertebral torácico es poco frecuente, de 2 a 5% de los casos. La incidencia anual es de 0.1/100,000 habitantes, mayor en varones (2.7:1). Su síntoma principal es dolor de tipo mecánico que progresa con sintomatología neurológica. Su diagnóstico incluye positividad de citoqueratina y del gen brachyury, (biomarcador específico que permite la diferenciación entre cordomas y condrosarcomas). El tratamiento es quirúrgico con resección en bloque; la tasa de recidiva varía de 26-68%; los C pueden metastatizar de 20 a 60% de los casos; la supervivencia a cinco años es de 10 a 70%.