Los patrones de coloración del plumaje de las aves son muy estables, sin embargo, sus alteraciones son un fenómeno bien conocido aunque poco común (Phillips 1954, Acosta 2005). Entre esas alteraciones se encuentra el leucismo, una condición caracterizada por la ausencia total de melanina en algunas (leucismo parcial) o todas las plumas (leucismo total), que no afecta el color del pico, de las patas ni de los ojos como en el albinismo (Buckley 1989, van Grouw 2006).
El leucismo es la aberración de coloración más frecuente en las aves (Sage 1963, Gross 1965, van Grouw 2006). La causa principal es la expresión de alelos mutantes que evitan la transferencia y depósito normal de la melanina en las plumas (van Grouw 2006, Bensch et al. 2010, Nogueira y Alves 2011). La senilidad, el estrés, la contaminación ambiental, las lesiones en los folículos, los desórdenes fisiológicos y la dieta pueden ser otros factores que promueven el leucismo en las aves (Phillips 1954, Sage 1963, Holt et al. 1995).
Las aberraciones en la coloración del plumaje son comunes en especies asociadas a ambientes urbanos y domésticos (Sage 1963, Crawford 1990, Rodríguez-Ruiz et al. 2014), pero escasas en poblaciones silvestres (Sage 1963, Santos 1981, Hosner y Lebbin 2006, Bensch et al. 2010). Además, el leucismo es más común en especies gregarias, sedentarias o con poblaciones reducidas, debido al efecto de endogamia (Sage 1963, Bensch et al. 2010).
En México se han documentado casos de leucismo parcial en especies de las familias Procellariidae, Podicipedidae, Ardeidae, Sulidae, Cathartidae, Accipitridae, Laridae, Columbidae, Falconidae, Mimidae, Passeridae y Emberizidae (Castillo-Guerrero et al. 2005, López-Ortega y Carbó-Ramírez 2010, Tinajero y Rodríguez-Estrella 2010, Carbó-Ramírez et al. 2011, Contreras y Ruiz 2011, Ayala-Pérez et al. 2014, Rodríguez-Ruiz et al. 2014), pero ninguno para la familia Turdidae.
La familia Turdidae se sitúa en el primer lugar de incidencia de leucismo en las aves de las islas británicas (Sage 1963) y el segundo lugar en las aves de Norteamérica (Gross 1965). En ambos casos, el género Turdus es el más afectado. Sage (1963) registró casos de leucismo parcial en Turdus torquatus, T. merula, T pilaris, T. iliacus, T. philomelos y T. viscivorus. Por otra parte, Gross (1965) encontró que T. migratorius es la especie con la mayor incidencia de alteraciones de coloración dentro de las aves norteamericanas. Santos (1981) observó individuos de T. merula y T. iliacus con leucismo parcial en España. Recientemente, Campos et al. (2008) reportaron un caso de leucismo parcial en T. rufiventris en Brasil, mientras que Rodríguez-Pinilla y Gómez-Martínez (2011) lo hicieron para T. fuscater en Colombia.
El mirlo pardo (Turdus grayi) es una especie que se distribuye desde el este de México hasta el norte de Colombia (Howell y Webb 1995). En México, se extiende a lo largo de la vertiente del Golfo de México hasta la península de Yucatán y Chiapas (Howell y Webb 1995, Peterson y Chalif 2008). Habita áreas semiabiertas, cultivos, jardines y ecotonos de bosque, desde el nivel del mar hasta los 2 100 msnm (Howell y Webb 1995, Peterson y Chalif 2008). El plumaje típico de la especie es color canela uniforme; la cabeza y el dorso son color café claro, el pecho es marrón opaco que se aclara hasta ser canela-ante en el vientre, la garganta es pálida y está rayada con café claro (Howell y Webb 1995, Peterson y Chalif 2008) (Figura 1).
El 11 de mayo de 2014 capturamos, mediante una red de niebla (12 m de longitud x 2.5 m de altura, 30 mm de luz de malla), a un individuo de Turdus grayi con leucismo parcial (Figura 2) en las instalaciones del Colegio de Posgraduados Campus Veracruz, ubicado en el municipio de Manlio Fabio Altamirano, en el centro de Veracruz (19°11'41.22"N, 96°20'18.11"O; 35 msnm). La vegetación predominante en la región es el bosque tropical caducifolio con un alto grado de perturbación antropogénica. El individuo fue capturado como parte de una actividad de docencia efectuada en el sitio. Se obtuvo el peso (71.2 g) y se midió la longitud de cuerda alar (117 mm), cola (99 mm) y tarso (35 mm); se tomaron fotografías y posteriormente fue liberado.
El individuo capturado presentó algunas plumas blancas, concentradas en la nuca; el leucismo se observó en menor medida en la región superciliar y malar (Figura 2). El mismo patrón se observó en ambos lados de la cabeza. El resto del plumaje fue fenotípicamente normal. Las plumas blancas en el ejemplar capturado se localizaron en la región cefálica, lo que corresponde al tipo más común de leucismo parcial en las aves (Buckley 1989, Carbó-Ramírez et al. 2011, Nogueira y Alves 2011), siendo en la mayoría de las ocasiones de distribución simétrica (Buckley 1989), como en este caso.
A diferencia de las aves albinas, la visión de los individuos con leucismo no es afectada, por lo que sus posibilidades de supervivencia no se reducen, observándose más frecuentemente en la naturaleza (van Grouw 2006). En este sentido, es probable que la incidencia de leucismo entre los túrdidos neotropicales sea elevada como en otras regiones geográficas, tales como las islas británicas (Sage 1963) y Norteamérica (Gross 1965). En nuestro estudio, durante 18 horas-red de esfuerzo de muestreo capturamos tres individuos de T. grayi de los cuales uno presentó leucismo parcial.
Este registro de leucismo parcial es importante, ya que es el primero en ser reportado para T. grayi y para la familia Turdidae en México.