Introducción
La mayoría de los colores pigmentarios en aves se producen por medio de la participación de tres tipos de moléculas: melanina (eumelanina y phaeomelanina), caroteno y porfirina. La aparición de colores atípicos en aves puede presentarse debido a un exceso o deficiencia del pigmento de melanina, causada por mutaciones a nivel genético (Van Grouw 2006). De las mutaciones, el albinismo representa la ausencia total de los pigmentos corporales (i.e. plumas, escamas, pico, iris, piel (Miller 2005).
Por el contrario, el leucismo se manifiesta con reducción de melanina de forma parcial con simetría bilateral o total en la pigmentación del plumaje. Así como en diferentes grados de magnitud y regiones del cuerpo, que rara vez afecta las partes desnudas del cuerpo como las patas, el pico y la piel, pero nunca el iris (Van Grouw 2006). Por su parte, el envejecimiento ocurre cuando aparecen repentinamente plumas blancas en el cuerpo del ave, derivadas del resultado de una lesión o una mala nutrición, con la posibilidad de que la pérdida de células pigmentarias de melanina sea progresiva en plumaje a causa de los cambios de la muda y de la edad (Van Grouw 2013).
Avistamientos sobre anormalidades pigmentarias en el contexto nacional son limitados, con el registro para 31 especies pertenecientes a 22 familias, que corresponden al 3% de la avifauna mexicana (Tinajero et al. 2018). Estos registros son de particular interés, pues además de ser hallazgos no muy recurrentes, nos permiten documentar más acerca de las especies, su comportamiento, así como los ambientes en los que se manifiestan este tipo de anomalías.
Recientemente se han documentado algunos casos de anormalidades pigmentarias en varias especies de aves (Contreras-Balderas y Ruiz-Campos 2011, Ayala-Pérez et al. 2014, González-Arrieta y Zuria 2015, Rodríguez-Casanova y Zuria 2018, Tinajero et al. 2018), entre las que destacan las del orden Columbiformes (Tinajero et al. 2018), i.e. en la paloma de collar turca (Streptopelia decaocto), una especie euriasiática de carácter invasor en México (Contreras-Balderas y Ruiz-Campos 2011, Ayala-Pérez et al. 2015, Rodríguez-Ruíz et al. 2017, Tinajero et al. 2018), en la paloma huilota (Zenaida macroura) donde se ha determinado un caso de leucismo (Braun y Boyd 1979) y leucismo parcial (Berdeen y Otis 2011), y en la paloma ala blanca (Z. asiatica) con albinismo en un individuo en cautiverio (Hayley-McCardle 2012).
En esta nota presentamos el primer registro visual de envejecimiento para Z. asiatica en un área urbana del noreste de México.
Registros
El 29 de mayo, 1 y 4 de junio de 2018 en horario crepuscular observamos a un individuo adulto (no sexado) de Z. asiatica (con anormalidad pigmentaria) llegar a pernoctar a un árbol de casuarina (Casuarina equisetifolia) en áreas verdes del Club Social “COFRADES” (23°43’20.18” N, 99°10’6.53” O, 83 msnm) en Ciudad Victoria, Tamaulipas.
Identificación
Para la identificación de la anormalidad pigmentaria en el ave, corroboramos mediante clave dicotómica (Rodríguez-Ruíz et al. 2017). El individuo presentaba evidencia de envejecimiento con las plumas blancas en frente, región auricular y mejillas, mientras que el resto de cuerpo mantiene el patrón de pigmentación normal para la especie (Figura 1). Discernimos de leucismo debido a que se ha descrito que éste rara vez involucra las plumas alrededor de los ojos (Van Grouw com. pers.), como sucedió en el individuo que registramos. Además, el envejecimiento ocurre de forma más frecuente en la naturaleza, considerado como la causa más común de plumas blancas en aves (Van Grouw 2012, 2013, Van Grouw et al. 2018).
Cuando el envejecimiento se detecta en edades tempranas es posible discernir del leucismo. Debido a que el envejecimiento no muestra un patrón blanco en el plumaje, con parches bilateralmente simétricos, más bien exhibe las plumas blancas entremezcladas de forma azarosa en el cuerpo (Van Grouw 2012). Sin embargo, si detectamos un individuo con envejecimiento en edades avanzadas es casi imposible diferenciar de forma visual una anormalidad de otra (leucismo vs. envejecimiento, Van Grouw 2013, Van Grouw et al. 2018).
Discusión
Situaciones similares respecto a casos de anormalidades pigmentarias en aves han sido asociadas a la calidad nutrimental y del hábitat (Bensch et al. 2000). Posiblemente, el estrés ambiental al que se enfrenta Z. asiatica en el noreste de México (Contreras et al. 2001) sea asociada a la cacería cinegética (Sánchez et al. 2009), áreas de cultivo (Baptista et al. 1997) y centros urbanos.
El caso de envejecimiento en Z. asiatica se interpreta como un proceso fisiológico irreversible asociado a una alteración progresiva que provoca cambios en la estructura fenotípica a corto plazo del individuo. Además, este tipo de anormalidad pigmentaria en aves tiende a aumentar la vulnerabilidad al estrés ambiental por cambios antropogénicos, modificaciones en el patrón alimenticio y a la enfermedad misma. Por lo que, el plumaje desprovisto de melanina también es un factor contribuyente en especies con anormalidades pigmentarias, al ser un componente estructural y cohesivo de la pluma (Miller 2005). Si consideramos que el orden Columbiformes (i.e. Columba livia, Nam y Lee 2006) es un excelente bioindicador de impacto antropogénico, individuos de Z. asiatica con anormalidades pigmentarias, asociados a centros urbanos, podrían contribuir a determinar los posibles factores ambientales que provoca la alteración pigmentaria.