Introducción
El colibrí cola canela (Amazilia tzacatl) es un miembro de la familia Trochilidae, que se distribuye desde el sureste de México hasta el Ecuador a lo largo de la vertiente del Atlántico, pasando por Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, noroeste de Venezuela, y noroeste de Colombia (Howell y Webb 1995, INaturalist 2021). Los registros más al norte de su distribución, se reportan cerca de San Andrés Tuxtla, en Veracruz, México (Reich 2020, Naturalista 2021), mientras que el registro más al sur se ubica en el Parque Botánico Buenaventura, en la provincia de El Oro en Ecuador (Reich 2020, INaturalist 2021). En México, la especie se distribuye desde el suroeste de Veracruz hacia el noreste de Oaxaca, Tabasco, el norte de Chiapas, el sur de Campeche (existe un registro en el norte del estado) y Quintana Roo (Howell y Webb 1995, Peterson y Chalif 2000, Navarro-Sigüenza y Peterson 2007). Por tanto, en México, la especie se distribuye en la región Neotropical, incluyendo las provincias biogeográficas del Golfo de México, Chiapas y la Península de Yucatán (Morrone 2005), mientras la especie no ha sido reportada en los listados de aves del estado de Guanajuato en la región Neártica (Ramírez-Albores et al. 2015, SMAOT-Guanajuato 2021). Dentro de su distribución el colibrí cola canela es una especie común, que ocurre en los bordes de bosques, vegetación secundaria, áreas abiertas y jardines (Howell y Webb 1995). La especie suele beneficiarse de la presencia de los humanos por las fuentes de alimento que le proporcionan.
El colibrí cola canela posee las partes superiores de su cuerpo (incluidas las coberteras de las alas) de color verde, a excepción de los lores, las coberteras supracaudales y las rectrices que son de color marrón castaño (Howell y Webb 1995). Las remeras son negras con un ligero brillo violáceo; la garganta, pecho y costados son verdes; en algunos especímenes, las plumas de la garganta y el antecuello tienen bordes estrechos de color blanco opaco (Reich 2020). El pecho inferior es gris, el vientre y la tibia blancos, las coberteras infracaudales de color marrón castaño. La mitad distal del maxilar del pico, la tomia y la punta de la mandíbula son de color negro mate, el resto del pico es rojo, más brillante en la base (Howell y Webb 1995); mientras que el tarso, dedos de los pies y garras son de color negro mate (Reich 2020). Howell y Webb (1995) mencionan que su longitud total varía entre 10 y 11 cm. Los machos registran un peso promedio de 5.4 ± 0.1 g, y las hembras 4.7 ± 0.1 g (Reich 2020).
Debido a su amplio rango de distribución y de la falta de datos que indiquen un declive de su población, la especie está catalogada como Menor Preocupación (Least Concern) por la IUCN (BirdLife International 2016). En México, la especie tampoco se encuentra enlistada bajo alguna categoría de riesgo.
El colibrí cola canela puede ser fácilmente confundido con el colibrí vientre canelo (A. yucatanensis) ya que ambas especies son de tonos verdes, pico rojizo y pecho grisáceo (Howell y Webb 1995). Para distinguirlos, hay que revisar la forma de la cola, así como en la coloración de las rectrices centrales, ya que la cola en A. yucatanensis es ligeramente bifurcada (no de punta cuadrada), las rectrices son mayormente verdes, y las coberteras infracaudales son del mismo color que el vientre (Reich 2020).
Aquí presentamos el primer reporte del colibrí cola canela para el estado de Guanajuato. Además de reportarlo por primera vez, la relevancia del avistamiento radica en que se encuentra en una zona distante de su distribución reportada, que termina en el lado este de la Sierra Madre Oriental.
Observaciones
Las observaciones las llevamos a cabo durante un monitoreo de aves en los parques urbanos de la ciudad de León, Guanajuato en marzo de 2020. En el año 2005, la vegetación original en el municipio de León cubría solamente el 17% del territorio (Terrones et al. 2014); por ello, los parques urbanos han experimentado procesos de revegetación que incluyeron pocas especies vegetales, casi todas exóticas. Actualmente, el IMPLAN (2020), menciona que la vegetación de estos parques se compone principalmente de casuarina (Casuarina equisetifolia), jacaranda (Jacaranda mimosifolia), eucalipto (Eucalyptus deglupta), ficus (Ficus indica), fresno (Fraxinus uhdei) y pirul (Schinus molle). En el parque Metropolitano se encuentran algunos relictos de matorral crasicaule cuyo ensamblaje vegetal presenta especies como el cazahuate (Ipomoea murucoides), copales (Bursera bipinnata, B. cuneata, B. fagaroides, B. palmeri), huizaches (Vachellia pennatula, V. schaffneri) y mezquite (Prosopis laevigata).
La primera observación del colibrí cola canela la hicimos el 1 de marzo de 2020, aproximadamente a las 09:40 h, en el parque los Cárcamos (21°10’2.31” N, 101°41’2.52” E; 1827 msnm). El segundo avistamiento lo hicimos el 9 de marzo de 2020 a las 10:50 h, en el parque Metropolitano de la ciudad de León (21°10’38.34” N, 101°41’53.55” E; 1842 msnm). Las observaciones las hicimos con binoculares 10 x 42 mm, y las fotografías las tomamos con una cámara Canon EOS 5D, empleando un lente de 400 mm.
Al primer colibrí lo localizamos cuando estaba alimentándose de las flores de un muérdago (Psittacanthus calyculatus), que crecía sobre un mezquite (Prosopis laevigata). Avistamos al individuo por un par de minutos hasta que se perchó en una rama aproximadamente a 10 m de distancia, donde lo observamos claramente para identificarlo (Figura 1 y 2). El segundo ejemplar estaba posado en un fresno (Fraxinus uhdei), que también estaba parasitado por muérdago (sin flores). A este individuo lo vimos durante un minuto a una distancia de 15 m, alimentándose de algunas flores de tabaquillo sudamericano (Nicotiana glauca), tiempo en el cual pudimos corroborar que era la misma especie.
Los dos especímenes fueron machos, pero no pudimos escuchar con claridad alguna vocalización. Taxonómicamente, distinguimos al colibrí cola canela macho por su pico ligeramente curvo de color rojo brillante (mandíbula inferior y superior) con la punta negra. Las partes superiores y los flancos eran de color verde bronceado, la garganta verde dorado, y el abdomen era gris cenizo; resaltó su cola color marrón castaño. Lo diferenciamos de A. yucatanensis por el color marrón castaño de las rectrices centrales, la cola cuadrada y las cobertoras infracaudales de color marrón castaño (Figuras 1 y 2).
Discusión
Cuando avistamos el colibrí nos percatamos que no se parecía a alguna de las dos especies más comunes del área, particularmente por la garganta de color verde brillante y la cola color marrón. En la ciudad de León y las áreas naturales adyacentes a la mancha urbana, se pueden encontrar tres especies de colibríes con las que se podría confundir el colibrí cola canela. Las especies más comunes son el colibrí corona violeta (Leucolia violiceps) y el colibrí pico ancho (Cynanthus latirostris), las cuales avistamos en los mismos parques en los que observamos al colibrí cola canela. Aunque ambas especies de colibrí presentan un pico rojo con la punta negra, ellas difieren significativamente en la coloración del plumaje. El colibrí corona violeta es de gran tamaño y se caracteriza por su pecho blanco y la corona azul-violeta, mientras que el colibrí pico ancho presenta colores azules en pecho y garganta (Peterson y Chalif 2000, Sibley 2014). Estas especies vocalizan activamente y exhiben un canto muy característico. En la zona también observamos al colibrí berilo (A. beryllina), especie de tamaño mediano que posee alas y cola rojizas. Esta especie en vuelo se podría confundir con el colibrí cola canela; sin embargo, el colibrí berilo es más pequeño y tiene la parte superior del pico completamente negra (Sibley 2014, Reich 2020).
Los individuos del colibrí cola canela observados en León, Guanajuato, representan los primeros registros de esta especie para la región biogeográfica Neártica. Estos individuos se localizaron específicamente en la Provincia Austro-Central (Morrone 2005), a una distancia de 446 km hacia el oeste de su registro más cercano. Su distribución, hasta ahora restringida al Neotrópico, corre a lo largo de la vertiente del Golfo, en la provincia Veracruzana (Reich 2020). En esta zona, la especie se observa en Tlacotalpan, y de forma más común hacia el sur en la región de los Tuxtlas y Catemaco, y hacia el suroeste en la región de San Juan Bautista Tuxtepec, Oaxaca (Naturalista 2021, registros verificados). En esta región se ha colectado el 47.5% de los especímenes de colibrí cola canela resguardados en las colecciones de aves del Museo de Zoología Alfonso L. Herrera (MZFC) de la Facultad de Ciencias (FC-UNAM, 2022), y del Instituto de Biología (IB-UNAM 2022), ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los estados de Tabasco, Campeche y Chiapas tienen el resto de los registros con el 37.5%, 10% y 5% respectivamente. Navarro-Sigüenza et al. (2018) también sitúan a la especie desde Veracruz hasta Colombia.
En el parque los Cárcamos, observamos al colibrí cola canela alimentándose cerca del lago, donde es común encontrar una gran cantidad de insectos (principalmente mosquitos), que podrían constituir un recurso alimenticio rico en proteínas. Remsen et al. (1986) encontraron que entre los colibríes tropicales del género Amazilia, el colibrí cola canela es quien mayor proporción de artrópodos contenía en su estómago. Por otro lado, uno de sus dos principales recursos florales en el área es el tabaquillo sudamericano (N. glauca), una especie exótica de hábitos ruderales y que en México es considerada como naturalizada (Nee 1986). Otro de los recursos florales de la especie es el muérdago (P. calyculatus), una hemiparásita que por su alta densidad poblacional constituye una plaga para la vegetación arbórea de la ciudad de León (IMPLAN 2020). Pese a estas características, las dos plantas son un recurso importante para muchas especies nectarívoras. El colibrí cola canela usa esta zona como área de forrajeo ya que se adapta muy bien a la presencia de vegetación secundaria y arbustiva (Corado y Hall 2016), por lo que se considera una especie tolerante a la perturbación.
Navarro-Sigüenza et al. (2018), mencionan que el colibrí cola canela potencialmente puede distribuirse en Querétaro y San Luis Potosí, pero no encontramos algún reporte en estos estados. Sin embargo, nuestra observación del colibrí cola canela en Guanajuato fortalece la hipótesis de que la especie puede distribuirse en la región. Nosotros también registramos los individuos en sitios alrededor de los 1800 msnm. La especie es reportada como habitante de las zonas bajas y hasta los 1200 msnm (Howell y Webb 1995), aunque en Colombia la especie se ha registrado a elevaciones entre los 1700 y 1800 msnm, y en Ecuador hasta una altitud de 2500 msnm (Acevedo-Charry et al. 2017). Sánchez-González (2013) señala que la presencia de un taxón en una región biótica distinta, es decir cuando el registro amplía su distribución a una región biogeográfica o piso altitudinal diferente, es considerado como un nuevo registro. Por ello, nuestro reporte de observación del colibrí cola canela en León, Guanajuato, representa un nuevo registro y una ampliación de la distribución de esta especie en México.