Introducción
Los sistemas indígenas de conocimiento y uso de la biodiversidad cobraron mayor relevancia y valorización a partir del Convenio sobre Diversidad Biológica, establecido en la Cumbre de la Tierra Río 1992. Este convenio destaca el papel que han jugado y juegan las sociedades indígenas en la conservación de la biodiversidad local y regional, en especial en aquellas naciones que como México son catalogadas de megadiversas (Boege 2008, Toledo 2011). En el contexto anterior, es fundamental entender que la conservación de la biodiversidad no ocurre en un vacío social. Por ende, tomar en cuenta la dimensión social es clave en los programas y estrategias que buscan asegurar el mantenimiento a largo plazo de las especies animales y su hábitat, así como el bienestar de las poblaciones humanas indígenas y mestizas que dependen en gran medida de la biodiversidad para satisfacer sus necesidades materiales y culturales (Millennium Ecosystem Assessment 2005).
En México, la importancia de vincular las prácticas y saberes de los pueblos indígenas a los procesos de sustentabilidad y conservación de la biodiversidad a nivel local y regional se ubica como línea estratégica de investigación, ya que cerca del 80% del territorio se encuentra bajo algún tipo de manejo por parte de las comunidades indígenas y campesinas (Sarukhán et al. 2009). Así, el conocimiento indígena tiene un valor científico per se ya que incluye información que va desde su valor alimenticio, medicinal, artesanal, ornamental, simbólico y ceremonial, hasta la clasificación de los tipos de suelos y vegetación, así como la diversidad de especies animales que habitan en un territorio o paisaje (Toledo y Barrera-Bassols 2009).
En el caso particular de la fauna, la nomenclatura y clasificación de las especies animales se fundamenta en un cúmulo de observaciones y hechos empíricos que una sociedad indígena posee como resultado de una constante interacción e interrelación con la diversidad animal (Berkes 1999, Millán-Rojas et al. 2016). Como parte de este proceso cognitivo, se conforma una categorización jerárquica para ordenar la vida animal con base en la determinación de un conjunto de atributos y rasgos de tipo simbólico, ecológico, etológico, y anatómico (Berlin et al. 1973, Posey 1984, Jara 1996, Rosch et al. 1976, Rojas 2002, Sánchez et al. 2007). Este reconocimiento indígena de los atributos intrínsecos, morfología y anatomía, constituye uno de los elementos primarios para ordenar y estructurar la diversidad animal en categorías taxonómicas a partir de la percepción y apreciación de relaciones de diferencia y similitud (Berlin 1992, Descola 2001, Santos-Fita y Costa-Neto 2009).
Sin embargo, para México la información sobre el conocimiento indígena de la morfología y anatomía aviar aún es muy limitada. Desde 1890 al 2011, se tiene registrados 659 trabajos etnozoológicos, de los cuales solo 6% (41 trabajos) corresponde a estudios relacionados con la anatomía animal y comparada, siendo en su mayoría de tipo zooarqueológico (Argueta-Villamar et al. 2012; Santos-Fita et al. 2012). Son escasos los trabajos a nivel nacional que abordan o hacen referencia a la descripción morfo-anatómica de las aves (Martin del Campo 1956; Hunn 1977, Cuevas-Suárez 1985, Retana 2004, Argueta-Villamar 2008). Asimismo, aunque en las últimas dos décadas se ha incrementado la investigación etnozoológica en el país, no se tiene registro de ningún estudio sobre el conocimiento morfo-anatómico de las aves entre comunidades mayas de la península de Yucatán (Santos-Fita et al. 2012). Por lo cual, realizamos el presente estudio con el objetivo de documentar los saberes que poseen indígenas mayas yucatecos referidos a la morfología y anatomía de las aves, como una aportación diagnóstica del nivel cognitivo perceptual de este grupo faunístico.
Métodos
Área de estudio
En el periodo de 2010 a 2015, realizamos un proyecto etnozoológico en seis comunidades mayas del estado de Campeche: Santa Cruz, Nunkiní, San Antonio Sahcabchen, Pich, Chencoh y Villa de Guadalupe (Fig. 1). Los principales criterios para la selección de las comunidades mayas a trabajar fueron: 1) aprovechamiento de la fauna como parte de una práctica tradicional; 2) que las comunidades tuvieran una antigüedad de fundación mayor a 20 años; y 3) más del 50% de la población hablara maya yucateco (INEGI 2021). El clima predominante para todas las comunidades de estudio, según la clasificación de Köepen modificada por García (1981), es cálido subhúmedo registrando una temperatura promedio anual de 26.2°C (Mendoza y Kú 2010).
Existen en la región tres principales tipos de vegetación (Flores-Guido y Espejel 1994; Flores-Guido y Sánchez 2010). La selva baja caducifolia para la que se reportan 123 especies de plantas vasculares entre las que se encuentran el chukun (Havardia albicans), chimay (Acacia pennatula), ja’abin (Piscidia piscipula) y báalche´ (Lonchocarpus longistylus). La selva mediana subcaducifolia con más de 128 especies vegetales vasculares, destacando por su abundancia el chakaj (Bursera simaruba), pich (Enterolobium cyclocarpum), sak katsim (Mimosa bahamensis) y cedro (Cedrela odorata). La selva mediana subperennifolia con un registro de 200 especies vasculares destacando por su importancia económica el chicozapote (Manilkara zapota), tsalam (Lysiloma latisiliquum), ceiba (Ceiba pentandra) y ramón (Brosimum alicastrum).
Obtención y análisis de datos
Para obtener la información relativa al conocimiento morfo-anatómico de la fauna silvestre y en particular de las aves por los pobladores mayas, realizamos entrevistas siguiendo las pautas del Código de Ética de la Sociedad Latinoamericana de Etnobiología (SOLAE Ethics Committee et al. 2018). Primeramente, realizamos entrevistas informales para tener el primer acercamiento y vínculo de confianza con las autoridades y pobladores de cada comunidad. Posteriormente aplicamos en cada comunidad 40 entrevistas estructuradas individuales a mujeres y hombres adultos maya hablantes de 26 a 68 años (N = 240). La entrevista estructurada se condujo mediante el diseño de un formato preestablecido (Chambers 1994).
Como material de apoyo usamos esquemas de la morfología externa y láminas a color de los distintos órganos de los sistemas anatómicos, a fin de obtener información puntual sobre la morfología y anatomía aviar. Cuando fue posible se trabajó con un espécimen muerto de ave para verificar la nomenclatura de las estructuras y órganos reconocidos previamente (Padua et al. 1993).
Comparamos el conocimiento maya relativo a la anatomía y morfología designada para las aves a nivel científico. Para esto, usamos los datos reportados por The Cornell Lab Bird Academy (2022), registrando 22 órganos para el sistema digestivo, 17 para urogenital, 15 para cardio-respiratorio, 93 músculos, 25 huesos, 12 nervios y 24 estructuras de la morfología externa.
Resultados
Resultado de nuestras entrevistas determinamos que el sistema cognoscitivo maya yucateco reconoce y nombra el 66.6 % (16) de las estructuras morfológicas (Fig. 2) y el 29.3 % (54) de los órganos de seis sistemas anatómicos conforme a lo establecido por el conocimiento científico (Tabla 1). De las 16 estructuras morfológicas registradas para las aves, 13 fueron nominativos que se usan para las mismas estructuras de reptiles y mamíferos. Las tres estructuras restantes: Koj (pico), K´u´uk´umel (plumaje) y Xiik´ (alas), son los caracteres esenciales que se usan para definir y clasificar a este grupo animal, el cual es reconocido como una forma de vida animal mediante el nominativo Chi´ích´ (aves).
ESPAÑOL
(Científico) |
MAYA
(En este estudio) |
NAHUATL
(Martín del Campo, 1956) |
TZETZAL (Hunn, 1977) | AMUZGO
(Cuevas, 1985) |
CHINANTECO
(Retana, 1995) |
ZAPOTECO
(Alcántara, 2003) |
Sistema digestivo | ||||||
Pico | Koj | Tototentli | sni? | ₵0?ndo | Coó ooá | roa-ba |
Cavidad bucal | Toó ooá | |||||
Lengua | Yaaḱ | Nenepill | “?ak’ | ȼa | Si-aá | útzi-ba |
Faringe | Úul | |||||
Glándula salival | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Esófago | Lúhúk | Tlatolhuaztli | sbe swe?el | Tii-lú | beta yem-ba | |
Buche | Chíim | Totome intlaliayan Tototlacualtecómatl | **čuya | thą the? | Tuú-ñit siat | sgishi-ba |
Proventrículo/ estómago glandular | Cukum | chuii | ||||
Molleja/estómago muscular | Tuuch | Memétlatl | šča? | ȼui? | Mú | shjejaba |
Hígado | Táaman | Elli, tel, eltapachtli o teltápach | ‘sehk’ub | ȼǫų | Mu soo-aá | shileii |
Páncreas | Pék | heemb-ba | ||||
Bazo | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Vesícula biliar | K´aaj | Chichícatl | Et-zi taá | shila-ba | ||
Mesenterio | shaluba latí | |||||
Divertículo de Meckel | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Duodeno (intestino delgado) | Choochel | Cuitlaxcolpitzactli | šč in bikil | ȼia? | Tií mua ti | shaluba brdaa |
Yeyuno (intestino delgado) | šč in bikil | ȼia? | shaluba latí | |||
Ileum (intestino grueso) | Noj chooch | Cuitlaxcoltomactli | smuk úl sbikil | ȼia? | Tíi mua cié | |
Colón (intestino grueso) | smuk úl top | ȼia? | ||||
Ciegos (divertículos) rectales | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Bolsa de Fabricio | gitii ergitcha-ba | |||||
Cloaca (coprodeo) | Mool-iit-chuun | Cuilchilli, tocuílchil | Top | To tu moá | ramba | |
Sistema urogenital | ||||||
Ovarios ♀ | Bej-je´il | tu´lira-ba | ||||
Óvulos (sin cascaron) ♀ | Choochel | Ston | To tu moá | rhiita-ba | ||
Oviducto ♀ | U Choochel u ye’el | sbe ston | ₵ia?aȼi? | |||
Infundíbulo ♀ | tuulinba | |||||
Magnum ♀ | ||||||
Istmo ♀ | ||||||
Útero ♀ | Máatan Naj naak´ | shaluba brdaa | ||||
Vagina ♀ | Máatan Naj naak´ | |||||
Testículos ♂ | Ye’elil | shbita-ba | ||||
Epididimo ♂ | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Vesícula seminal ♂ | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Conducto def- erente ♂ | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Pene (patos) ♂ | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Riñón | Yis | Cuitlapan ateuhtli | Mu ñiaá | rëg | ||
Uréter | Beelwiix | shaluba latí | ||||
Urodeo (orificio urinario) | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Proctodeo (orificio genital) | Toj chooch | |||||
Sistema esquelético | ||||||
Cráneo | Luuch | Cuaxicalli. | Sbakel shol | Naá mó-co chia | gikia-ba | |
Máxilar | Koj | rhita roa ba | ||||
Mandíbula | Koj | rhita roa ba | ||||
Vértebras cervicales | T´o´ol | Cuitlapanteputzchichiquilli | Sbakel snuck | ȼǫśto | Naá mó-tiluá | rhita yanii |
Notarium | elchiquíuitl torax | Sbakel šmoč | ȼi?nȼke | Naá mó-caá | ||
Costillas | Ch´ala´at | Omicicuilli-y tomicícuil | Naá mó-cooaá | rhita leii | ||
Escápula | Wóol baak | Naá mó-co cuá | ||||
Coracoides | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Fúrcula (clavículas) | K´áat baak | rhita chu-ba | ||||
Esternón | Tseem baak | Elpapálotl | Sbakel sna yo?tan | Ní-siá | rhita chu-ba | |
Húmero | Muuk´ baak | Naá mó-cocoá | shila-ba lawi | |||
Radio | Tselek k´aab | Sbakel šik’ | shila-ba yurhi | |||
Ulna | Sbakel šik’ | Naá mó-coá | shila-ba yurhi | |||
Carpo-Metacarpos | P´iiktáan P´iik´ich | Sbak šik’ | shila-ba tutzi | |||
Sinsacro | Tuuchnej | Naá mó-ti muá | rhita ramba | |||
Ilion | SR | SR | SR | SR | SR | rhita ramba |
Isquion | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Pubis | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Vertebras caudales | Sbakel sne | |||||
Pigóstilo | T´o´ol | Naá mó-chí coá | shbaanii | |||
Fémur | Táan baak | Sbakel ya? | Naá mó-quiá | rhita kutzi | ||
Tibia | Tselek | Totetepun, tlanitztli, totlánitz, tlanitzcuáuhyotl o totlanitzcuauhyo: “espinilla de la pierna” | Sbakel yakam | Naá mó-tquiaá | rhita lunia-ba | |
Fíbula | Tselek | Sbakel yakam | rhita lunia-ba | |||
Tarso-metatarso | Juuk´ P´iik’ich | rhita nii | ||||
Falange dedos | P´iik´ich baak | Naá mó-coaá | Lutakii, neii | |||
Sistema Muscular | ||||||
8 músculos cefálicos | Muuk´ pool | Cuanacáyotl | jú-eíi chí-aá | |||
10 músculos cervicales | T´íibaj | jú-eíi tií-lua | ||||
24 músculos de la extremidad anterior | ||||||
28 músculos de la extremidad posterior | Xiich´ u yook | Tacolnacayo | Ya? | ȼi?stǫhndi | jú-eíi mou qía | |
7 músculos | Muuk´ tseem (pecho) Muuk´ pu´uch (espalda) | Iciciotca, iciciyotca, yelciciutca, yelciciyutca | ȼi?hnda sįhnda | jú-eíi ñisi-at (pecho) júeíi caá (espalda) | ||
torácicos | o yeltépitz | |||||
8 músculos abdominales | Jáaynak´ | |||||
8 músculos caudales | jú-eíi co tu-má | |||||
Sistema Cardio Respiratorio | Tíits´ooj | |||||
Cavidad nasal | Jool ni´ | Toyacacoyoyan | To yiaá | |||
Faringe | Túzquitl | |||||
Glotis | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Laringe | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Tráquea | K´o´och | Cócotl, cocotli o tocócouh: “garguero”. | ₵ǫąśto | Tií lú | beta nitha | |
Bronquios | Muus | |||||
Pulmón | Ts´uuts´ej | Chíchitl o tochichi | “sot’ot’ | Mut-o-pá | lartáu gishiba | |
Sacos aéreos | Tíits´ooj | beta lba-ba | ||||
Corazón | Puksi´ik´al | Yóllotl | “?o?tan | ȼǫųsi | Mut siat | artáu-ba |
Aorta pulmonar | ||||||
Venas principales | Beel k´i´ik´ | Ezcocotli, eztli oui o estli iyoui | Ndui | Ní-joácc | nhira rhin | |
Arterias principales | . Ihíotl ioui o ihíyotl iyoui: | Sbe šč ič el yo?tan | ||||
Aurículas | artáu-túbita | |||||
Ventrículos | lartáu-batzia | |||||
Sangre | Tíits´ooj | *č’ič’ | Muá lii | |||
Sistema nervioso | ||||||
Cerebro (hemisferio cerebral) | Ts´o´om | Cuatéxotl | Ščinam | Tí tou | yubi gikia-ba | |
Cerebelo | Yiit jo´ol | |||||
Lóbulo olfativo | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Lóbulo óptico | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Tálamo | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Hipotálamo | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Pituitaria | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Glándula pineal | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Médula oblonga (Bulbo raquídeo) | Xiich´ paachkab | |||||
Cuerda espinal (Médula espinal) | Jíil ts´o´om | rhita yutzu rhin | ||||
Nervios craneales (12 pares) | Tlálhuatl o totlalhuayo | |||||
Nervios espinales (39-51 pares) | SR | SR | SR | SR | SR | SR |
Morfología | ||||||
Pico | Koj | Tototentli | sni? | ȼO?ndo | Coó ooa | roa-ba |
Plumaje | K´u´uk´umel | Ihuitl | ¨k’uk’um | ȼE | llí-jaá | dúbi |
Ala | Xiik´ | Aaztli, amatlapalli, atlapalli, azcatlapalli o aztlacapalli | ŝik’ | nȼki ȼi?nȼki | shíllí-cuá | shila-ba |
Ojo | Ich | Sit | tEnǫ | Moñiaá | lawi | |
Párpado | Sóol ich | Ixcuatolli | ȼo?no | Loñiá | ||
Oído | Toó-yiá | naaga-ba | ||||
Cabeza | Pool | Shol | śkȩ ͠ ȼośkȩ | Chí-aá | gikrhii | |
Nuca | kita | |||||
Píleo/Cresta | thąśkę | giti gikia-ba | ||||
Frente | Ba | Chi qui aá | ||||
Narina | Ñi´ | sniˆ | To yiaá | shkim-ba | ||
Vibrisas/bridas | ||||||
Lorum | ||||||
Garganta/ Cuello | Kaal | quechtlantli | snuk’ | kiśoa | Tií-lua | |
Pecho | Tseen | Elpantli, | Ŝpéču | Ñisi-at | chu-ba | |
Espalda | Pu´uch | Cuitlapantli | Caá | |||
Alula | ||||||
Abdomen | Chuun naak´ | ȼi?hnda ̴ sihnda | Si-tuá | |||
Pierna | Ooko´ob | Icxitl | Yokan | ȼitkui? ̴ tkui | Mou-qiá | nia-ba |
Tarso-pata | ȼing?e ? ̴ n?e | Mou-tiá | neii | |||
Dedo | Xau | Xopilli (hijo del pie) o toxópil: “dedo del pie” | ndEng?e | Se-tiá | ||
Uña | Íich’ak | yehk’eč | ȼ0?nȩįi | Siá-uaá | ||
Cola | Nej | Cuitlapilli | sneˆ | ȼE nȼ?a | Chí-coa | sbanii |
Obispillo/Rabadilla | Tzinchocholli | ćukilo | Co tu-miá | |||
Cloaca/ano | Mool-iit-chuun | Top | ćukilo | |||
Totales nombrados | 70 | 39 | 44 | 31 | 58 | 56 |
De los 54 órganos anatómicos registrados para las aves, el 51.9% correspondieron a los sistemas esquelético y digestivo (Tabla 1). Así, de los 25 huesos designados científicamente para el sistema esquelético de las aves, registramos que 16 de estos fueron nombrados en maya yucateco, existiendo el nominativo general Baak que significa “hueso”. Para el sistema digestivo se nombraron el 57.1% (12) de los 22 órganos que se designan científicamente. Asimismo, para el sistema muscular, registramos el nominativo especial Muuk´il que se usa para referirse de manera general a la carne (músculo). El sistema científico reconoce 93 músculos para las aves, de los cuales solo registramos seis estructuras musculares nombradas en el sistema maya yucateco, de estas solo tres (músculo de la cabeza, pecho y espalda) usaron el nominativo Muuk’il (Tabla 1).
Para el sistema nervioso, solo obtuvimos cuatro términos en maya yucateco (cerebro, cerebelo, bulbo raquídeo y medula ósea), que corresponden a estructuras del sistema nervioso central según la clasificación científica, la cual reconoce 12 estructuras (Tabla 1). Para el sistema cardio respiratorio, registramos que los mayas nombraron siete órganos de los 15 designados científicamente. Destacamos el nominativo Tíits´ooj (sangre), referente al proceso de circulación sanguínea por las venas y arterias en las aves y en los otros grupos de vertebrados terrestres.
Para el sistema urogenital, registramos 9 de las 17 estructuras generales designadas científicamente. Así, para las hembras se reconocieron en maya yucateco cuatro estructuras específicas y para los machos solo se reconoció a los testículos como estructura particular de éstos. A su vez, entre ambos sexos comparten cuatro estructuras (riñón, uréter, orificio urogenital y cloaca). Asimismo, registramos los nominativos “Ch´up” y “Tó ont” que significan hembra y macho respectivamente, los cuales se usan tanto para las aves como para otros animales cuando es posible diferenciar los sexos y ubicar su trascendencia en el proceso de reproducción, crianza y continuidad de su especie.
Discusión
En este estudio documentamos una de las nomenclaturas indígenas más completas para la morfología y anatomía de la clase Aves (70 nombres). Otros estudios realizados en México han reportado para una comunidad zapoteca 56 nombres (Alcántara-Salinas 2003), chinanteca 58 nombres (Retana 1995), y amuzga 31 nombres (Cuevas-Suárez 1985). Por otro lado, se documentaron 105 y 164 términos utilizados por los tzeltales (Hunn 1977) y mexicas (Martín del Campo 1956) respectivamente, para designar la anatomía y morfología de los animales y del humano mismo, consideradas como las terminologías más amplias que se han documentado para grupos indígenas de México.
Adicionalmente, registramos para las comunidades indígenas maya yucateco el nominativo Ch´íich´ referente a las aves. Esto corresponde con estudios de otros grupos indígenas (Martín del Campo 1956, Hunn 1977, 2008, Cuevas-Suárez 1985, Ortiz de Montellano 1985, Alcántara-Salinas 2003, Retana 2004, Miller y Doolittle 2017, Solís y Casas 2019), donde se han registrado un nominativo primario referente a las aves: Tototl (nahua), Churuwiki (rarámuri), Mut (tzeltal), Tan (chinanteco), K´ésicha (p´urhépecha), Mguîn (zapoteco), Y´ada (cuicateco), y Kisa (amuzgo). Esta propiedad de reconocer caracteres morfológicos intrínsecos a partir de los cuales se organizan y designan las diferentes formas de vida animal, es uno de los ele mentos esenciales de percepción de la realidad físi ca de su entorno y en particular de la estructura de la diversidad animal (Brown 1979, 1982).
Documentamos en el presente estudio el reconocimiento por los mayas yucatecos de las estructuras morfológicas para las aves, tanto las específicas como las compartidas con otros grupos faunísticos. El reconocimiento y nombramiento de las estructuras morfológicas constituyen los elementos primarios de percepción individual y colectiva para ubicar y ordenar a la diversidad de especies aviares que habitan en una región como parte de una forma de vida animal. Así, el nivel cognitivo de la morfología externa es un criterio descriptor y diferenciador entre grupos animales, que funciona como un elemento de clasificación, es decir, los caracteres morfológicos prototípicos son los elementos identitarios que mejor explican un dominio animal (Brown y Chase 1981, Quinlan 2005, Sierra 2009, Balée y Nolan 2015, Miller y Doolittle 2017). No obstante, se ha registrado que los caracteres morfológicos prototípicos de las aves (pico, alas y plumas), no necesariamente son utilizados en los sistemas de clasificación folk, ya que la avifauna (residente o migratoria) de una región puede ser categorizada multidimensionalmente con base en criterios o propiedades vinculadas a su importancia cultural, tipo de hábitat en el que se observan, comportamiento, locomoción, o hábitos alimentarios (Brown 1982, Berlin 1992, Toledo y Argueta 1993, Descola 2001, Rojas 2002, Alcántara-Salinas et al. 2013).
Por lo tanto, el nivel cognitivo perceptual en torno al patrón morfológico reconocido para las aves entre las comunidades mayas que registramos en el presente estudio se fundamenta en primera instancia a partir de una serie de atributos morfológicos visibles. Estos atributos visibles se asocian al color del plumaje que exhiben las aves y sus vocalizaciones, así como su patrón de actividad y ámbito hogareño (Hunn 1999, Bentley y Rodríguez 2001, Atran et al. 2002, Anderson et al. 2011, Gosler 2017, Zamudio y Hilgert 2018). Por lo tanto, en la medida en que un grupo animal tenga estructuras externas que lo vuelvan más visible, mayor será su percepción cognitiva. En este sentido, se puede determinar que entre los mayas yucatecos las aves son uno de los dominios animales que tienen mayor percepción cognitiva, cuyos caracteres morfológicos prototípicos (plumas, alas y pico) se codifican desde las primeras etapas del desarrollo de léxicos de las formas de vida faunísticas (Brown 1979, 1982, Hunn 1999).
La nomenclatura maya para la morfología y anatomía aviar registrada en este estudio, es una de las más extensas. Se ha determinado el desarrollo de un nivel cognitivo más detallado por las sociedades indígenas que habitan en territorios con alta diversidad biológica, que se refleja no solo en el uso de numerosas especies y hábitats, sino además en un mayor vocabulario de su biología, por ende, de su morfología y anatomía (Hunn 1977, Toledo y Argueta 1993, Toledo et al. 2008).
En el presente estudio, establecimos que los indígenas maya yucatecos reconocen actualmente un sistema de organización corporal interno para las aves. Esto a pesar de que existe limitado información reportada en torno al conocimiento de la nomenclatura anatómica de formas de vida animal consideradas naturalmente salientes como son las Aves, Peces o Serpientes (Brown 1979, 1982), siendo aún más escasos los estudios realizados entre comunidades indígenas de México que analizan el nivel cognitivo de los órganos anatómicos de las Aves (Argueta-Villamar 2008, Argueta-Villamar et al. 2012, Santos-Fita et al. 2012). Podemos estimar que el conocimiento morfo-anatómico de las aves y vertebrados en general se conformó desde tiempos prehispánicos, ya que la fauna silvestre ha constituido un recurso fundamental para los mayas que han habitado la península de Yucatán desde hace aproximadamente 4000 años (Jorgenson 1998, Toledo et al. 2008). Conforme a las evidencias arqueofaunísticas que datan de ocupaciones del año 800 a. E. a 1500 d. E., reportan el aprovechamiento para uso alimenticio de diversas especies de aves terrestres y acuáticas de tamaño grande y mediano que habitan en la península de Yucatán (Howell y Webb 1995, Chesser et al. 2022). Entre estos se han encontrado restos óseos en basureros asociados a estructuras habitacionales para varias especies de aves (Götz 2012a,b, 2014 Götz y Stanton 2013) destacando: guajolote ocelado (Meleagris ocellata), hocofaisán (Crax rubra), pava cojolita (Penelope purpurascens), chachalaca oriental (Ortalis vetula), loro (Amazona spp.), chara yucateca (Cyanocorax yucatanicus), pijije alas blancas (Dendrocygna autumnalis), pato real (Cairina moschata), gallareta americana (Fulica americana), gallineta frente roja (Gallinula galeata), garza morena (Ardea herodias), cormorán orejón (Nannopterum auritum), fragata tijereta (Fregata magnificens), flamenco americano (Phoenicopterus ruber) y pelicano café (Pelecanus occidentalis). Por lo que se puede inferir que durante el proceso de evisceración de un ave para su posterior aprovechamiento cárnico y de otros productos con fines alimenticios o ceremoniales, se fue observando y deduciendo un sistema estructural de órganos anatómicos en las aves y que era patente en otras especies de vertebrados (reptiles y mamíferos), inclusive entre los propios humanos.
En el contexto anterior, podemos suponer que el consumo cotidiano de aves y otros vertebrados de un tamaño considerable y de alto valor utilitario o cultural, favoreció una mayor percepción de la morfología y los órganos anatómicos, así como su función sustantiva como componentes integrales de un todo. Esta tesis se fundamenta en las tendencias reportadas en distintos estudios que refieren que la percepción cognitiva que posee un grupo social de una forma de vida animal está correlacionada positivamente con la facilidad de observación con base en su tamaño, abundancia, conocimiento ecológico local y valor simbólico o alimenticio (Bentley y Rodríguez 2001, Atran et al. 2002, Anderson et al. 2011, Gosler 2017, Zamudio y Hilgert 2018, Wajner et al. 2019).
A partir de este análisis, determinamos que el registro de una nomenclatura amplia de la morfología y anatomía animal tiene una alta importancia perceptual como diferenciadora e identificadora de un dominio animal. Asimismo, constituye una aportación diagnóstica del nivel cognoscitivo e interacción que aún tienen los indígenas mayas con la avifauna y la diversidad faunística que habita en el territorio que comparten. Esto les ha permitido generar una gama de conocimientos detallados de sus hábitos y biología general, así como hacer un aprovechamiento múltiple de la fauna silvestre para satisfacer gran parte de sus necesidades materiales y culturales hasta la actualidad.