Introducción
Una de las instituciones sociales más impactadas por la dinámica social, política y económica en nuestro tiempo ha sido la familia, esta ha sufrido durante las últimas décadas un proceso de desarraigo cultural en todos los sentidos y transformaciones en su estructura y función. Tipos de familia, componentes, roles y relaciones han constituido los aspectos, dónde de forma más acusada, se reflejan los cambios culturales que han dado lugar a nuevos mecanismos de interacción e intervención en el interior de la familia. En la década de los 90´s, como señalan Palacios, Hidalgo y Moreno,1 el estudio de la relación entre las ideas sobre la educación y desarrollo de los hijos y los estilos parentales que los padres y madres de familia utilizaban, permitió descubrir que existe coherencia interna entre el conocimiento, las expectativas, atribuciones y valores que padres y madres mantienen en el ejercicio de su parentalidad, aunque es preciso señalar que esta relación no es ni perfecta ni lineal.
Es importante considerar en el estudio del pensamiento en torno a la parentalidad, que este se conforman a partir de la incorporación de ciertos elementos dados por la cultura y la sociedad, pero también se integran por la construcción de sus experiencias individuales de crianza. Como afirma Triana,2 la cultura y la cognición son factores indispensables en la comprensión de las concepciones o ideas que padres poseen sobre la educación y desarrollo de sus hijos. Esto quiere decir que el conjunto de conocimientos traducidos en experiencias relacionadas con la crianza se integran al conjunto de pautas culturales y sociales, para así conformar las bases del pensamiento que dan lugar a la acción.
Así pues, siguiendo a Solís-Cámara,3 se considera que el estudio de las concepciones acerca de la crianza de los hijos, pues las concepciones de crianza reflejan una guía general de los padres acerca de qué es lo importante al educar a sus hijos
El presente trabajo presenta el resultado de una exploración realizada a 1000 familias de diferentes tipos, escenarios y niveles socioeconómicos sobre nociones y concepciones sobre la familia y su relación con las pautas de crianza, los vínculos de apego y patrones de éxito promovidos en el mismo núcleo familiar. Es preciso señalar que a lo largo de este trabajo se hará uso de la palabra padres para referirse tanto a padres como madres de familia, de igual forma al hacer mención de hijos, para referirse a hijos e hijas de manera indistinta.
La familia
Los cambios que desde hace unas décadas se manifiestan al interior del núcleo familiar por el impacto de las distintas formas de convivir, relacionarse y comunicarse, han derivado en una dinámica familiar adaptada al nuevo estilo de vida "posmoderna" del mundo occidental.
A pesar de estos cambios, la familia en sus distintas modalidades (nuclear, monoparental, extensa, reconformada, adoptiva, etc.),4 de acuerdo con Luengo,5 continúa siendo una institución socializadora por naturaleza que contribuye a proporcionar a sus miembros los recursos necesarios para promover estados de bienestar.
En relación con lo anterior, Muñoz6 plantea que la familia es el principal contexto de desarrollo del individuo, convirtiéndose en un contexto trascendental de crianza y educación, siendo la familia un entorno favorable para el crecimiento personal, social y cognitivo de los seres humanos.
En este trabajo se considera, desde la perspectiva ecológica de Bronfenbrenner y sistémica de Bertanlaffy,7 para el análisis de la vida familiar tres dimensiones: cogniciones de los padres, estilo relacional de la familia y escenario educativo (contexto sociocultural), las cuales, en su conjunto, se integran también en el modelo de parentalidad positiva, la cual se define como las acciones parentales encaminadas, a partir del interés superior del niño, que permite su pleno desarrollo con el justo reconocimiento y orientación al mismo, incluyendo el establecimiento de límites y excluyendo la violencia.8
Además se entiende la familia como la definen Rodrigo y Palacios:9
La unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.
En el mismo sentido se aborda el concepto de familia a partir de las funciones que esta desempeña, de acuerdo con los mismos autores, quienes proponen cuatro funciones que la familia debe efectuar:
Construir personas adultas que desarrollen niveles adecuados de autoestima, seguridad, confianza en sí mismos y bienestar psicológico, todo ello a partir de cálidas relaciones de apego desde las primeras etapas de vida.
Aprender a afrontar retos, así como asumir responsabilidades y compromisos generando personas productivas y con capacidad de adaptarse a su medio social.
Fungir como escenario de encuentro intergeneracional, en donde se encuentran las distintas visiones del mundo de abuelos, padres e hijos y además se comparte valores que rigen el actuar cotidiano.
Ser red de apoyo social para las diversas transiciones de la vida, la familia se convierte en un elemento de apoyo para las dificultades propias de cada etapa, así también constituye un punto de encuentro para resolver problemáticas surgidas al interior de la misma.
En resumen, la familia como uno de los contextos propicios para promover el desarrollo de individuos de forma armónica, integra dentro de sus cualidades la capacidad para asimilar normas y límites, construir vínculos de apego y promover patrones de éxito ligados al modelo del contexto social al que pertenecen. Por lo tanto, la familia se convierte en una institución primordial para el desarrollo de las sociedades, tal como lo señala la ONU10 en el artículo 16 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos "La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado". El contexto familiar, entonces, constituye un campo propicio para la indagación de las nuevas dinámicas familiares, así como para intervenir desde la psicología en los retos que enfrentan las familias de hoy.
El estudio psicológico de las concepciones de los padres de familia
Dentro del campo de la psicología existen diferentes perspectivas bajo las cuales se pueden realizar aproximaciones al estudio de la familia como núcleo social. Para los fines de este trabajo se aborda a la familia desde la mirada evolutiva considerando que los individuos que conforman las familias se relacionan con el contexto en el que se desarrollan, y que cambian con el transcurso del tiempo, lo mismo que la dinámica de las pautas de crianza, los vínculos de apego y los patrones de éxito que se promueven y potencian al interior de las mismas.
Se retoma el estudio del pensamiento de los padres de familia desde una postura psicológica de corte mediacional, considerando que sus concepciones, ideas o teorías sobre la familia y la parentalidad son resultado de su conocimiento sobre el crecimiento y desarrollo los hijos, las experiencias previas de paternidad en su propia familia y una serie de hábitos y comportamientos heredados culturalmente. En este orden de ideas, es posible afirmar que las concepciones son producto de los valores, el sentido común y la cultura como sostienen Rodrigo y Palacios.11 Estas ideas, concepciones o teorías elaboradas a partir de la propia experiencia de los padres, desempeñan un papel de mediación en su mente, respecto a su propia tarea parental, aunque estas mismas concepciones no sean siempre racionalizadas y analizadas de forma consciente.
El conjunto de estas ideas o concepciones pueden o no guardar un sentido implícito, esto es, no siempre son accesibles a la conciencia, sin embargo actúan como una base que sostiene lo que se piensa y la forma en que se actúa sobre la realidad, ya que estas han formado parte de la propia crianza, se encuentran presentes en la cultura y sociedad a la que se pertenece y forman parte del paisaje cotidiano compartido, así lo afirman Palacios, Hidalgo y Moreno.12
No solo las ideas, concepciones o teorías sobre la familia y la parentalidad determinan en cierto modo la conducta de los padres, sino que, como afirma Palacios,13 una acción puede ser realizada no solo a partir de una concepción, sino de la combinación de varias, pues otros factores como son las características de personalidad de los propios padres, las características y etapa madurativa de los hijos y la propia demanda a la que se enfrenten, influyen en la formalización de las actuaciones de los padres y madres, es decir, comúnmente las pautas de crianza, los vínculos de apego y los patrones de éxito no guardan precisamente una estabilidad o permanencia a lo largo de la propia historia familiar, pero si es posible hablar de una tendencia que caracteriza la cultura familiar.
Así, al hablar de teorías en torno a la familia se hace referencia al conjunto de ideas, concepciones o creencias compartidas por padres que engloban su pensamiento respecto a la conceptualización de la familia, sus funciones y las tareas de crianza desempeñadas al interior de la misma. Como se dijo antes, estas teorías están integradas por las condiciones sociales de las propias familias, ideas dadas por la cultura a la que pertenecen, características personales y experiencia de padres e hijos
Modelo Parental
Es sabido que en lo que respecta a los estilos parentales las dimensiones que se han tomado en cuenta han sido principalmente el afecto y el control, como lo exponen Torío, Peña Calvo e Inda Caro,14 además de estas dimensiones en el presente trabajo se añade una dimensión más: los patrones de éxito, con los cuales se pretende indagar acerca de lo que los padres hacen para promocionar y fomentar en sus hijos acciones que los dirijan al éxito. Entonces, se considera que el modelo parental es el conjunto de pautas culturales que conforman las pautas de crianza, los vínculos de apego y los patrones de éxito que son promovidos en el seno familiar con intenciones de sustentar, proteger y conservar la institución familiar.
Estas dimensiones que conforman el modelo parental, se involucran en la convivencia familiar, se manifiestan de manera muy variada dependiendo de las características de sus componentes como el tipo familiar, la edad de padres e hijos, el número de hijos, etc.; y por otro lado, la economía o el nivel educativo de los mismos.
Las dimensiones que desde esta perspectiva conforman el modelo parental son las pautas de crianza, aquello que es permitido o no dentro de la familia regularmente establecido por los padres y que se constituyen en normas y/o límites de comportamiento, convivencia y control en tres escenarios específicos: la familia, la sociedad y la escuela; los vínculos de apego que se refieren al afecto, el tipo o modelo de comunicación y el tiempo compartidos entre los miembros de la familia dedicado para la convivencia; y por último los patrones de éxito que abordan los campos o áreas privilegiados por la familia como sinónimo de éxito y que se manifiestan con una forma de promoción y control hacia su logro. En la Tabla 1 se describe los estilos propuestos para cada dimensión.
El objetivo de este trabajo se traduce en la exploración de los ejes de racionalidad con que los padres estructuran sus ideas, creencias y concepciones sobre la familia y la parentalidad; y categorización en grupos coherentes que constituyan posibles teorías cotidianas sobre la familia, que respalden la práctica de la parentalidad manifestada en un modelo parental específico.
Método
Este trabajo se realizó bajo una metodología mixta de carácter exploratorio con diseño en paralelo, es decir, se realizaron simultáneamente dos estudios uno cualitativo y otro cuantitativo, con la intención de abordar de manera más amplia el objeto de estudio según Hernández,15 en este caso las teorías sobre la familia y el modelo parental de cada uno de los padres sujetos de este estudio.
Instrumentos
Como técnicas de recolección de información se emplearon un Cuestionario de Modelos Parentales (instrumento de corte atribucional) elaborado por Martínez, Salazar e Infante16 el cual fue diseñado y validado por grupo de expertos en el grupo de investigación "Aprendizaje, pensamiento y desarrollo" del Instituto e Investigación y Posgrado de la Facultad de Psicología de la UASLP17 para explorar la atribución de los padres hacia un modelo parental determinado.
El Cuestionario Atribucional de Modelos Parentales identifica las pautas de crianza, los vínculos de apego y los patrones de éxito que conforman los modelos parentales de las familias contemporáneas. Este instrumento cuenta con dos apartados, el primero explora los datos biográficos familiares, el segundo indaga los modelos parentales a través de trece reactivos que exploran las pautas de crianza, vínculos de apego y patrones de éxito.
Además se utilizó una entrevista semiestructurada (instrumento de carácter representacional) integrada por preguntas que exploran las concepciones alusivas a la familia, la importancia que tiene la familia, las características que se consideran para ser un buen padre o buena madre, los aspectos más fáciles de la crianza así como los más difíciles. Se consideró pertinente el uso de esta técnica dado el carácter exploratorio y descriptivo del estudio, pues con el cuestionario de preguntas abiertas es posible acceder al marco de referencia de los participantes y conocer sus opiniones, antes de establecer categorías, como señala Bravo.18
Población
En el estudio participaron 1000 familias procedentes de 180 colonias de la capital de San Luis Potosí (México) de la zona urbana y conurbada de la misma donde se trató de incluir diferentes zonas geográficas que contemplaron todos los niveles socioeconómicos conceptualizados en este estudio.
Para agrupar a las familias participantes en relación a su nivel socioeconómico se utilizó el índice de Niveles Socio Económicos (NSE) propuesto por la Asociación Mexicana de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública (AMAI), esta norma basada en análisis estadístico, permite agrupar y clasificar a los hogares mexicanos en siete niveles (A/B,C+,C,C-,D+,D y E) de acuerdo a su capacidad para satisfacer las necesidades de sus integrantes en términos de: vivienda, salud, energía, tecnología, prevención y desarrollo intelectual). En este estudio se han agrupado los siete niveles propuestos por López19 (AMAI) en cuatro tipos: Tipo 1(Niveles A/B), Tipo 2 (Niveles C+,C+C-), Tipo 3 (Niveles D+,D) y Tipo 4 (Nivel E).
Análisis
Para el análisis de la entrevista semiestructurada y la delimitación de las teorías sobre la familia, se realizaron procedimientos que incluyeron: la etiquetación de argumentos, análisis de argumentos, elaboración y definición de categorías y, por último, análisis de peso categorial de cada dimensión explorada, lo que posibilitó la agrupación de las mismas en función de la afinidad a uno u otro eje de racionalidad, que dio lugar a la definición y delimitación de cada teoría.20 De este proceso y el análisis de la información resultaron cuatro grandes teorías que dan cuenta de las nociones, creencias y concepciones sobre la familia agrupadas de forma coherente y armónica. En tanto que, para el Cuestionario Atribucional de Modelos Parentales, se empleó el uso de bases de datos, agrupación y filtro de datos, análisis de distribución de frecuencias con graficas descriptivas a través de la herramienta de la hoja de cálculo de Microsoft Excel. Cuando la información de ambos instrumentos fue analizada, se procedió a realizar un análisis en conjunto, en el que se pudiera identificar la relación entre las teorías y el modelo parental correspondiente.
Resultados
Se exponen los resultados en tres apartados, en el primero se muestra la descripción de las cuatro teorías encontradas, en el segundo se da cuenta del modelo parental prevaleciente en el estudio y finalmente se señala la relación entre el modelo parental que corresponde a cada una de las teorías sobre la familia encontradas.
En la Tabla 2 se presentan los datos sociodemográficos de las familias participantes en el estudio. El 77.8 % de los instrumentos fueron respondidos por madres¸ mientras que el 19 % fueron respondidos por padres y un 2 % fueron ambos padres presentes en el momento de la realización de la entrevista.
En relación al modelo parental se observa en la Figura 1, que las pautas de crianza más atribuidas por los participantes son la negociadora y la rígida, es decir, en ambas categorías se incluye el 60.87%, en tanto que las pautas de crianza menos atribuidas por los padres son la situacional e indulgente respectivamente. En estos datos cabe hacer mención, que la pauta de crianza negociadora como principal protagonista del estilo parental y en relación con el promedio de edad de los hijos de los participantes, resulta hasta cierto punto alarmante, si entendemos que en estas edades, la mayor parte de las normas y los límites no son negociables. En relación a los vínculos de apego los estilos con los que se identifica más la población estudiada son el cálido y cercano, agrupando en estas categorías el 63.69% del total de participantes, siendo los estilos elemental y situacional los estilos que representan al resto de los padres, pareciera ser que como el vínculo cálido y cercano constituye alrededor del 60%, esto respondería las expectativas, con respecto al afecto, el tiempo compartido y el modelo de comunicación que se practica, sin embargo, hablar de casi un 40% de familias con vínculos de apego elementales o situacionales también se puede interpretar como una carencia relevante en relación con uno de los aspectos más importantes para el desarrollo de los hijos y las relaciones intrafamiliares . En lo que toca a los estilos de promoción de éxito es visible una marcada tendencia hacia el estilo orientador, con el que se identifica el 36.64% de los participantes, sin embargo los estilos situacional, emancipador y promotor se reparten de manera similar conformando el restante 63.36% de los sujetos.
Teorías sobre la familia
A partir de la información obtenida se construyeron cuatro teorías acerca de la conceptualización de la familia, a partir de la afinidad de argumentación de los padres incluida en cinco aspectos en relación con la misma: 1) el concepto de familia de los padres, 2) la importancia de formar una familia, 3) las cualidades que un buen padre/madre debe poseer en el ejercicio de la parentalidad, 4) los aspectos que desde su experiencia han resultado más fáciles de la crianza y 5) los aspectos que desde su experiencia han resultado más difíciles en la tarea de criar a sus hijos. A continuación se presenta la conformación de las cuatro teorías sobre la familia, teniendo como referencia que la primera teoría se construyó con la afinidad de los argumentos del 50% de los participantes, la segunda un poco más del 20%, la tercera casi un 20% y la cuarta alrededor de 10%.
Teoría 1: La familia como unidad para la convivencia, el bienestar, el apoyo y el logro de objetivos comunes
Desde esta perspectiva la familia se constituye como un grupo de personas que conviven, comparten vínculos afectivos y valores en la búsqueda de estados de bienestar y logro de objetivos comunes además de satisfacer necesidades afectivas de compañía y apoyo. Los padres cumplen la función de desarrollar y promocionar pautas de crianza, vínculos de apego y patrones de éxito de manera integral. Las mayores preocupaciones giran en torno a la economía y hacen de las etapas del desarrollo y o los aspectos de carácter y personalidad de sus hijos una oportunidad para la promoción del desarrollo y la integración familiar.
Teoría 2: La familia como estructura básica de la sociedad
La familia se concibe como la estructura básica de la sociedad cuya finalidad radica en la educación y la formación para el desarrollo personal y colectivo a través de la transmisión de valores y pautas educativas que contribuyen al desarrollo social. La promoción de normas y límites así como de patrones de éxito claro y definido como la escolaridad son las principales tareas de los padres. Se conciben el afecto y la confianza, parte de los vínculos de apego como el principal reto y complicación en estas familias.
Teoría 3: La familia como entidad ideal
Se describe a la familia con adjetivos ideales y románticos que pueden llegar incluso a situaciones utópicas, su formación se refiere al logro de una realización personal para el cumplimiento de metas definidas idealmente, los vínculos de apego cálido y cercano son características de los padres y parte fundamental de la convivencia. La adolescencia y la juventud resulta un reto para la mayor parte de los padres que sostienen esta teoría.
Teoría 4: La familia como un conjunto de personas que comparte principalmente lazos sanguíneos y de parentesco
La familia se concibe como un conjunto de personas que comparten lazos sanguíneos y de parentesco con funciones diferentes en relación con la cercanía o lejanía de los mismos lazos, su principal función es la preservación de la especie y su desarrollo evolutivo. El establecimiento de normas y límites es la principal función educativa de los padres, lo que a su vez se considera como la parte medular y difícil de la crianza.
Las teorías y su relación con el modelo parental
En la teoría uno sobre el concepto de familia se enfatiza en la convivencia, y los vínculos afectivos y particularmente de apoyo como pilares que sostienen la familia, la importancia de conformar una familia y las cualidades de un buen padre se establecen a partir de la satisfacción de necesidades de compañía; asimismo se observa que los padres que mantienen esta concepción tienden a incluir elementos de las pauta de crianza negociadora, del vínculo de apego elemental y del patrón de éxito orientador, dentro del ejercicio de su parentalidad. Esta teoría confirma la visión de que "en situaciones de crisis la familia constituye la principal fuente de apoyo".21
La segunda teoría describe el concepto de familia como la estructura básica de la sociedad, señala que la razón para conformar una familia se centra en el desarrollo y crecimiento personal de los miembros que la conforman, lo que a su vez, es visto como la principal función de esta institución. Las cualidades que deben poseer los padres bajo la perspectiva de esta teoría se relacionan con la promoción adecuada de normas y límites; asumiendo como una tarea fácil de la crianza la escolarización de los hijos mientras que las tareas más difíciles a las que se enfrentan los padres desde esta teoría tienen que ver con las demostraciones de afecto, este tipo de pensamiento en su conjunto tiende ser manifestada por padres que asumen elementos de las pautas de crianza indulgentes, vínculos de apego elementales y patrones de éxito emancipadores, como directrices que guían su práctica parental.
La tercera teoría hace mención de la familia como una identidad ideal, es decir, no muestra una definición concreta de la familia, sino que incluye adjetivos como "lo mejor que me ha pasado en la vida", "lo más importante para mí", etc. Establecer vínculos afectivos constituye una cualidad de buen padre/madre y al mismo tiempo un aspecto fácil de la crianza, en tanto que el aspecto difícil de la crianza a partir de ésta teoría se refiere a la educación de los hijos adolescentes. De manera general los padres que hacen alusión a estos argumentos tienden a atribuirse algunos elementos de la pauta de crianza situacional, el vínculo de apego cálido y el patrón de éxito situacional, en el rol de padre o madre que desempeñan cotidianamente.
La teoría cuatro identifica a la familia como un conjunto de personas que comparten lazos sanguíneos cuya función principal se caracteriza por preservar a la especie humana, las cualidades que un buen padre/madre debe poseer desde esta teoría engloban aspectos ligados con la educación; en ese sentido los aspectos fáciles de la crianza se consideran ligados a las primeras etapas de desarrollo de los hijos, mientras que el aspecto que los padres consideran más difíciles está dado por la imposición de normas y límites al educar a los hijos. Estas ideas mantienen relación con los elementos de la pauta de crianza rígida, con el vínculo de apego cercano y con el patrón de éxito orientador.
Discusión y conclusiones
A partir de los resultados es posible afirmar que el estudio del pensamiento de padres encuentra relación con las acciones que estos realizan como parte de sus tareas de crianza, aunque no en todas las ocasiones esta es unidireccional o causal. El hallazgo de estas cuatro teorías pone de manifiesto no solo la existencia de diferentes concepciones sobre la familia sino también el peso específico de cada una de ellas en la población estudiada, lo que determina los ejes de racionalidad mediante los cuales los padres conceptualizan culturalmente a la familia, lo que posibilita enriquecer el conocimiento que se tiene sobre la misma desde la perspectiva que la familia es el tema cultural más relevante en las sociedades contemporáneas.22
En la primera teoría, la que constituye el eje de racionalidad de casi la mitad de las familias estudiadas, se define a la familia a partir de los vínculos afectivos que se comparten y la convivencia, sin embargo esta teoría mantiene relación con un vínculo de apego elemental, es decir, donde se comparte poco tiempo en familia, y hay escasas muestras de afecto de padres a hijos y la comunicación es limitada.
Por otro lado, la segunda teoría, que implica una cuarta parte de las familias estudiadas, y que define a la familia como estructura básica de la sociedad, en la cual se incluyen ideas acerca de la dificultad de establecer lazos afectivos y de confianza entre padres e hijos, mantiene relación con el vínculo de apego elemental, lo que indica que esas ideas corresponden de manera directa con lo que los padres realizan en su práctica parental. Asimismo, esta teoría señala como principal función de la familia la formación y educación de sus miembros, estableciéndose una relación con la pauta de crianza indulgente en la que existen pocas normas y límites al interior de la familia y el incumplimiento de esta no genera ninguna consecuencia.
En el análisis de la tercera teoría que ocupa el tercer lugar con un 20% de las familias estudiadas y su relación con el modelo parental, se rescata que a partir de la definición poco clara expresada sobre la familia, se hace énfasis en la demostración del afecto, considerándolo como una cualidad que todo buen padre/madre debe llevar a cabo, y manteniendo congruencia con el vínculo de apego cálido. De igual forma desde esta teoría se considera como un aspecto difícil de la crianza, lidiar con las diferentes etapas evolutivas por las que atraviesan los hijos, lo que guarda relación con una pauta de crianza y patrón de éxito situacionales, es posible que el hecho de visualizar el cambio como una constante en el desarrollo de los hijos impide que los padres se atribuyan un estilo en específico.
En la teoría cuatro, casi un 10% de las familias estudiadas, en el que se identifica a la familia como un conjunto de personas unidas por lazos sanguíneos que comparten parentesco, se considera como cualidad de buen padre/madre promocionar aspectos ligados a la educación, así también el aspecto que para esta teoría es más complicado en el ejercicio de la crianza se refiere a establecer normas y límites claros y la formación en valores. Estas ideas se relacionan con la pauta de crianza rígida, es decir, los padres desde esta teoría se encuentran preocupados por la formación de sus hijos y al mismo tiempo se muestran poco flexibles en este sentido.
Finalmente, la familia constituye por excelencia el espacio en el que se aprenden valores, se construye una forma de ver el mundo, una ideología y un sistema de reglas, los cuales han de ser determinantes para el desarrollo afectivo, social y psicológico de los individuos, de ahí que, como afirman Huitrón y Torres,23 resulte importante el estudio del pensamiento de los padres, pues estos se consideran los responsables del bienestar de los hijos. Este trabajo ha puesto de manifiesto la existencia de diferentes tendencias de pensamiento en relación con la familia y su vinculación con hábitos o pautas culturales de los padres en relación con la crianza de sus hijos.
Es oportuno señalar que estas tendencias de pensamiento y acción parental se ven influenciadas en términos genéricos por las consecuencias de la dinámica social que genera fenómenos como la sociedad de la información, la globalización y la posmodernidad, y particularmente por los medios masivos de comunicación, la cultura de violencia y competitividad de la sociedad, así como las condiciones socioeconómicas y políticas, parte de una realidad social generalizada, a partir de esto, es posible asumir como señalan Palacios, Hidalgo y Moreno24 que la cultura funge como un primer determinante que influye en la conformación de las ideas que sostienen los padres en relación a su parentalidad.
La relevancia de este trabajo implica, a partir de sus resultados, la consideración de la importancia de la familia como un hecho social25 y del modelo parental como catalizador del desarrollo de los integrantes del grupo familiar, lo que implica la posibilidad de reconstruir, a través de programas de formación parental, la visión sobre una parentalidad que se fundamenta en el desarrollo con tres aspectos específicos: pautas de crianza dinámicas y flexibles adaptadas a las etapas de desarrollo de los hijos, vínculos de apego cálidos que favorezcan la reconstrucción de las interacciones familiares y patrones de éxito fundamentados en la visión de bienestar y felicidad que requiere la vida cotidiana.