Introducción
En México, el uso y adopción de tecnología en el sector agropecuario ha sido estudiado por diversos autores (Galindo, 1992; Galindo, 1995; Damián et al., 2007; Cuevas et al., 2013), en tales estudios se identifican los factores que la determinan desde el punto de vista de la oferta, es decir, se analizan las variables sociales, económicas y ambientales que favorecen o limitan la adopción de innovaciones tecnológicas como resultado de la implementación de un programa de extensión, la intervención de una agencia no gubernamental u otro actor externo.
Estudios realizados en países en desarrollo se han enfocado en el análisis de las características individuales de los productores como factor relevante para lograr una mayor tasa de adopción (Feder et al., 1982; Fujisaka, 1994; Wadsworth, 1995). Otras investigaciones han identificado que el uso de innovaciones está en función del tipo de recursos y tipos de productores (Cáceres et al., 1997; De la Barra & Holmberg, 1998). Como todo proceso de modificación de las prácticas sociales, se ven involucrados un sinnúmero de aspectos, que condicionan positiva o negativamente el proceso de cambio. Mucho tiene que ver el tipo de productor al cual la tecnología está dirigida, las características propias de la nueva tecnología y algunas situaciones contextuales (sociales, económicas, culturales e históricas) que enmarcan el proceso de cambio (Feder et al., 1982; Fujisaka 1994: Wadsworth 1995; Cáceres y Woodhouse 1996).
En general, el proceso de la difusión y adopción de innovaciones incluye cuatro elementos relevantes para su realización: a) la innovación, b) los canales de comunicación empleados, c) el tiempo de difusión (que incluye el proceso de decisión, el momento de adopción y, la tasa de adopción) y d) el sistema social donde se difunde la innovación (Rogers, 2003). Es decir, la adopción de tecnología como proceso se inicia con el generador de la misma y termina cuando el productor la utiliza de forma continua y permanente hasta convertirla en una innovación que le genera utilidad, reflejada en mayor valor o bienestar económico.
La FAO (2009) señala que las innovaciones tecnológicas en el sector pecuario han estado relativamente poco disponibles y han sido más difíciles de aplicar para los pequeños productores. En este mismo sentido, estudios recientes reconocen que “no hay innovación, ni extensión, si no hay adopción, adaptación, aprendizaje y cambio de prácticas” (Preising et al., 2014; 224), es decir, el uso y adopción de tecnología requiere del conocimiento de la innovación y la interacción con diversos actores, no obstante el elemento primordial es el productor, quien al final es el que toma la decisión de utilizar o no una nueva tecnología.
De acuerdo a Pannell (1999) existe un serie de etapas o estados de “conciencia o conocimiento” por las que los productores deben pasar antes de adoptar una innovación; 1) el productor debe tomar conciencia (saber) que la innovación existe, 2) percepción por parte del productor de que es factible y vale la pena pasar a la etapa de uso o experimentación de la innovación, 3) percepción del productor de que la innovación impulsa los objetivos que él busca.
Cáceres et al., 1999, en un estudio realizado sobre las lógicas productivas y prioridades tecnológicas de pequeños productores y técnicos que interactúan en un proyecto de mejoramiento de rebaños caprinos implementado en el Noroeste de Córdoba, Argentina, encontraron que los técnicos no logran articular propuestas técnicas apropiadas a las características de cada subtipo de pequeño productor. Por un lado los técnicos piensan en componentes, mientras los productores siguen una lógica de sistema; además, señalan, que pequeños productores y técnicos enfrentan visiones contrarias acerca de cómo abordar los aspectos que componen la propuesta tecnológica ganadera.
Diversos autores señalan que para entender los procesos de innovación es preciso visualizar los flujos e intercambios de información y conocimiento entre los diferentes actores involucrados (Clark, 2006; Cuevas et al., 2012). Respecto al tema del conocimiento, es importante hacer notar que este puede ser científico o tecnológico y ambos se desarrollan en forma distinta. El primero se sustenta fundamentalmente en el proceso de investigación científica, en tanto que el segundo puede originarse en ese mismo proceso o en la práctica misma de los sistemas productivos y en los procesos de aprendizaje y capacitación (Casas, 2009).
La importancia de la capacitación ha sido reconocida por la teoría administrativa (Shuler & Jackson, 1987), así como por la práctica organizacional, la cual señala que ésta es un factor clave de la competitividad (Barney, 1991; Amit y Schoemaker, 1993). La capacitación es un esfuerzo para eficientizar el rendimiento actual o futuro mediante la mejora de las capacidades a través del aprendizaje; esta mejora puede lograrse por medio del cambio en las actitudes del empleado originada como resultado de la mejora en sus habilidades y conocimientos (Dolan et al., 2003).
En el análisis de la transmisión y utilización de conocimientos se distinguen al menos dos tipos distintos: el codificado o formal y el tácito. El primero es el que es sistematizado y escrito y no necesariamente es exclusivamente teórico, por su parte el conocimiento tácito no está disponible en forma de texto y debe ser observado, como el que se obtiene tras la experiencia de trabajar en procesos particulares de transformación o el que está incluido en un contexto organizativo particular (Gibbons et al., 1994). Por sus características el conocimiento tácito no puede expresarse en forma impresa y se adquiere por la experiencia, siendo incorporado en las personas (Casas, 2009).
En nuestro país a la fecha, no se han realizado estudios para identificar la percepción o conocimiento tácito que los diferentes tipos de productores tienen sobre las innovaciones consideradas “útiles por los agentes de extensión o investigadores”. Esto puede deberse, en parte, a la falta de una clasificación o estratificación de productores y también a que normalmente las estrategias de extensión y desarrollo de capacidades se otorgan a partir de una problemática generalizada del sistema de producción. Ante esto, el presente artículo analiza el conocimiento o interés por utilizar (y potencialmente adoptar) una tecnología en el sector pecuario con productores del sistema bovinos doble propósito en el Norte del estado de Sinaloa, México. El objetivo de esta investigación fue identificar a través de la capacitación en campo, la percepción y conocimiento sobre componentes tecnológicos relacionados con la alimentación pecuaria que tienen diferentes tipos de productores en el norte de Sinaloa.
Método
Área de estudio. El estudio se realizó en tres municipios del Norte de Sinaloa; Ahome, El Fuerte y el municipio de Guasave. El Fuerte se encuentra ubicado a 26°26'45'' LN 108°37'17'' LW. El municipio de Ahome se ubica a 25°27'46'' LN 108°43'47'' LW 26°21'08'' LN 109°24'20'' LW, y finalmente, el municipio de Guasave se localiza en 25°27'10'' LN 108°48'05'' LW. El 48% del estado de Sinaloa presenta clima cálido subhúmedo localizado en una franja noreste-sureste que abarca desde Choix hasta los límites con Nayarit, el 40% es clima seco y semiseco presentes en una franja que va desde El Fuerte hasta Mazatlán, el 10% es muy seco y se localiza en la zona de Los Mochis, el restante 2% es clima templado subhúmedo localizado en las partes altas de la Sierra Madre Occidental (INEGI, 2011).
Selección de la muestra. Se analizó la información obtenida de tres grupos de productores organizados que recibieron capacitación relacionada con tecnologías en el área de alimentación pecuaria en el norte de Sinaloa (El Fuerte, Ahome y Guasave), cada grupo constituido por 40 productores pecuarios participo de julio a diciembre de 2015 en el Proyecto Integral de Innovación y Extensionismo Rural (PIIEX): “Bovinos doble propósito” financiado por el INCA- Rural.
La selección de los productores se realizó por muestreo no probabilístico1, para ello se utilizaron los siguientes criterios de inclusión de productores: a) el productor participó en el programa PIIEX en el ciclo 2015; b) el productor recibió la invitación a la capacitación y con su asistencia denota el interés por el uso de tecnología c) la evaluación se realizó solo con los productores que asistieron a la capacitación, d) el productor contestó el cuestionario sobre percepción y conocimiento de las innovaciones propuestas en la capacitación. De esta forma, en la capacitación sobre variedades y siembra de sorgo realizada en el municipio de El Fuerte asistieron 15 productores. El curso de capacitación sobre establecimiento de praderas realizado en el municipio de Ahome contó con un total de 17 ganaderos, y, finalmente la capacitación sobre establecimiento de alfalfa, realizada en el municipio de Guasave contó con la participación de 14 ganaderos.
Recolección de datos. La recolección de datos incluyo las siguientes etapas: 1) elaboración de la encuesta de diagnóstico de línea base de los ganaderos, para esta etapa se modificó la encuesta planteada por la Unidad Técnica del INIFAP (UTEP-INIFAP, 2013) para adecuarla a las necesidades de caracterización de la unidad productiva pecuaria, 2) aplicación de la encuesta de línea base, la encuesta fue aplicada durante los meses de julio a diciembre de 2015 y 3) elaboración y aplicación de la encuesta para medir la percepción y/o conocimiento de tecnologías.
Clasificación de las UP. Con base al análisis de la encuesta de línea base realizada a los productores del PIIEX y a la tipología realizada por Cuevas et al., (2014) se identificaron los tipos o estratos a los que pertenecían los productores participantes en cada una de las capacitaciones otorgadas. De esta forma, el productor pequeño cuenta con un promedio de 21±10.1 unidades animal; el productor mediano tiene en promedio 55±13.9 unidades animal; el productor grande dispone de 115.4±19.8 unidades animal en promedio, y, finalmente, el productor empresarial tiene en promedio 242.5±76.5 unidades animal. Esta actividad se realizó con la finalidad de diferenciar el conocimiento, percepción o interés de cada tipo de productor respecto al uso potencial de la innovación.
Análisis de la información.- Desde el punto de vista metodológico la investigación se encuadró en lo que se conoce como estudios de caso (Álvarez y San Fabián, 2012). Debido a las particularidades del problema en estudio y a la necesidad de captar la riqueza de los procesos socioproductivos involucrados, se puso especial atención en registrar la dinámica del proceso estudiado: evaluar la reacción y comportamiento de los productores pecuarios respecto al uso de tecnologías pecuarias promovidas en las capacitaciones recibidas durante el proyecto.
La codificación de variables fue realizada mediante variables categóricas; 0= no conoce la innovación o no le interesa y 1= Si conoce la innovación o si le interesa. Los datos obtenidos en la encuesta de percepción se capturaron y organizaron en hojas de cálculo y se analizaron a través de medidas de valor central. El estudio de las variables categóricas se realizó a través de pruebas de Ji cuadrada, se utilizó el paquete estadístico SPSS (Pérez, 2001).
Resultados
En cada una de las capacitaciones hubo productores que no participaban en el PIIEX, de tal forma que la información presentada corresponde a nueve productores que participaron en la capacitación de sorgo, 10 productores que participaron en la capacitación sobre establecimiento de praderas de riego, y 11 productores que asistieron y participaron en la capacitación sobre el establecimiento de alfalfa. Los resultados referidos al conocimiento de tecnologías existentes sobre la alimentación para la producción pecuaria se presentan por tipo de productor (cabe señalar que los productores entrevistados solo corresponden a tres de los cuatro tipos identificados por Cuevas et al., 2014), en primer lugar para cada uno de los estratos se muestran las variables que caracterizan la unidad de producción; años de asistencia técnica que han recibido los productores, la edad promedio, y el número de unidades animal con las que cuentan, así como el grado de escolaridad. Posteriormente se presenta el tema de capacitación, la problemática, el objetivo de aprendizaje y para cada estrato el nivel de conocimiento o percepción que tiene cada tipo de productor respecto a las tecnologías propuestas.
Capacitación-demostración: Cultivo del Sorgo
La primera capacitación que se realizó, fue la de “Establecimiento y manejo del cultivo de sorgo variedades INIFAP en el estado de Sinaloa”, la cual fue realizada el 15 de agosto en el municipio de El Fuerte. Uno de los principales problemas en la ganadería sinaloense es la falta de forraje en cantidad y calidad para la alimentación del ganado bovino durante todo el año, pero principalmente en la época de sequía. Tradicionalmente los productores agropecuarios han dependido de los esquilmos de cosecha (maíz y sorgo), para alimentar su ganado en la época de sequía. La utilización de estos esquilmos se realiza mediante el pastoreo directo, lo cual solo permite aprovechar de manera óptima el 40% del forraje disponible. Una alternativa para resolver ese problema es la utilización de sorgos de polinización libre con potencial forrajero bajo condiciones de temporal con el propósito de ensilaje de buena calidad y semilla de bajo costo.
El objetivo fue dar a conocer mediante un curso de capacitación y una demostración de campo a los técnicos y productores del municipio de El Fuerte, las variedades de sorgo doble propósito INIFAP y sus prácticas agronómicas para el establecimiento y manejo del cultivo y difundir los resultados los resultados obtenidos de este tema entre los productores y agentes de cambio por medio de eventos demostrativos y publicaciones.
Entre los resultados obtenidos respecto a las características socioeconómicas de los productores participantes en este grupo, se identificó que tienen entre cinco y seis años en promedio de recibir asistencia técnica, es decir, son productores que han participado en otros programas de extensionismo y capacitación. La edad de los pequeños productores fue de 66.25 años en promedio, los productores medianos tienen 56.5 años y la edad promedio de los productores empresariales fue de 66 años. Un elemento que se ha considerado en los estudios de adopción es la escolaridad del productor. En este sentido es importante señalar que 75% de los productores pequeños tienen estudios a nivel básico de secundaria o primaria; en este estrato un productor tiene estudios a nivel profesional (profesora jubilada), en la actualidad este productor dispone de un pequeño hato de 17 cabezas de ganado. De los productores medianos, 33% tiene escolaridad nula y 66.7% cuenta con escolaridad media básica y finalmente, cabe señalar que los productores empresariales que participaron en esta capacitación tienen escolaridad básica: uno con primaria incompleta y uno con secundaria incompleta (Cuadro 1).
La problemática de falta de forraje es generalizada, sin embargo, la estrategia de los productores para enfrentarla puede ser diferenciada. En lo que respecta al uso de los componentes relacionados con la siembra del sorgo es necesario que el productor conozca su existencia y en segundo lugar que considere que le es útil. En este sentido, se evaluó la percepción o conocimiento del productor respecto a cuatro variables: si conoce el sistema de labranza de conservación (SLC), si conoce la práctica de tratamiento de la semilla de sorgo previo a la siembra, si conoce la aplicación de herbicidas pre-emergentes en el cultivo del sorgo, y si conoce la práctica de fertilización.
Los resultados obtenidos respecto al conocimiento de los anteriores componentes tecnológicos nos muestran que pese a que los productores tienen entre cinco y seis años de recibir asistencia técnica el conocimiento no es generalizado. El Cuadro 2 muestra que el productor empresarial dispone de mayor conocimiento y/o percepción respecto a los componentes necesarios para establecer de forma correcta una parcela para la producción de sorgo, ya que estos productores señalaron tener conocimiento de la disponibilidad de métodos de labranza de conservación (SLC), así como conocimiento sobre la importancia de realizar el tratamiento a la semilla previo a la siembra (tratamiento semilla), y utilizar herbicidas pre emergentes y fertilizantes.
Esta tendencia de conocimiento o percepción de innovaciones no se mantiene para los productores considerados como medianos y pequeños, ya que entre un 25 y 67% señalo desconocer la importancia del uso de componentes como la fertilización o uso de herbicidas pre- emergentes para la obtención de una mayor producción de grano y forraje de sorgo. De acuerdo a las recomendaciones técnicas, el no utilizar los componentes tecnológicos de tratamiento de semilla, aplicación de herbicidas pre emergentes o fertilización impacta de forma directa en el rendimiento en grano y forraje del cultivo del sorgo, y para este grupo, aunque es una muestra pequeña nos puede indicar que el recibir capacitación es importante, sin embargo se deben considerar factores externos e indagar sobre los motivos por los cuales los productores con menores cantidades de recursos no conocen o no les interesa saber más sobre componentes tecnológicos individuales.
Capacitación-demostración: Establecimiento de Praderas
La demostración fue realizada en la tercera semana del mes de septiembre en el municipio de Ahome. La baja calidad nutritiva del forraje (7% de proteína y 50% de digestibilidad), la pobre calidad genética de los hatos lecheros y el elevado consumo en la suplementación alimenticia son los principales problemas que están enfrentando los productores pecuarios en Sinaloa. Una alternativa para complementar la alimentación del ganado es el establecimiento de praderas para áreas de temporal y para áreas de riego. En este sentido, la segunda capacitación-demostración realizada fue: “El establecimiento y manejo de pasto bermuda cruza dos y Callie bajo riego y la importancia de la diversificación de especies forrajeras en el municipio de Ahome Sinaloa”.
El objetivo fue contribuir al incremento de la productividad de los forrajes para mejorar la alimentación animal con la capacitación y actualización a técnicos y productores en buenas prácticas para la siembra y manejo de praderas de riego. Los aspectos prácticos se enfocaron al conocimiento y aprendizaje sobre: a) ordenamiento de las especies forrajeras en el rancho, b) selección de especies para el establecimiento de praderas, c) actividades de siembra, y d) manejo. Los productores participantes en esta demostración tienen menos de un año de recibir asistencia técnica, tienen menos de 50 años (48 años en promedio para los pequeños productores y 46 años para los productores medianos) y son productores con escolaridad básica y media básica principalmente (Cuadro 3).
El conocimiento por parte de los productores sobre el componente tecnológico de praderas para zonas de temporal es reducido. Respecto a los métodos de propagación, 75% de productores pequeños y 50% de productores medianos desconocen la forma de generar semilleros para los tipos de praderas que se plantan con material vegetativo en su región. Además, el 75% de los productores pequeños (y 50% de los productores grandes) señalo desconocer la importancia de realizar la aplicación de herbicida para un buen establecimiento de praderas (Cuadro 4).
Capacitación-demostración: Establecimiento de Alfalfa
La tercera capacitación realizada fue sobre el establecimiento y manejo agronómico del cultivo de alfalfa bajo riego en la zona norte de Sinaloa. La capacitación-demostración fue realizada en la cuarta semana del mes de octubre de 2015 en el municipio de Guasave. El cultivo de alfalfa se reproduce únicamente por semilla (pura y/o peletizada), por lo que es importante contar con un proveedor y disponer de la semilla a tiempo y en cantidad suficiente para el establecimiento del cultivo. En el mercado existe una amplia gama de variedades, algunas de ellas tolerantes a suelos salinos. Este cultivo es considerado como la especie de mayor calidad nutritiva en su forraje, así como una opción interesante de pastoreo para el estado de Sinaloa. El objetivo de aprendizaje estuvo enfocado hacia el establecimiento y manejo agronómico del cultivo de alfalfa a través de elementos técnicos de buenas prácticas en el establecimiento y manejo agronómico del cultivo en suelos irrigados del norte de Sinaloa.
Las características de los productores participantes en la capacitación sobre alfalfa indican que son ganaderos con experiencia en recibir asistencia técnica (tienen de 2 hasta casi 4 años de participar en este tipo de programas). Son productores jóvenes, los productores pequeños tienen en promedio 45.56 años de edad, en tanto los productores medianos cuentan con un promedio de edad de 43.5 años. Esto puede ser un factor positivo para la adopción de nuevos componentes tecnológicos (Cuadro 5).
La alfalfa en el norte de Sinaloa por las altas temperaturas se maneja como cultivo anual. Al evaluar los componentes de forma individual se identificó que aproximadamente la mitad de los productores desconocen la existencia de diferentes variedades de alfalfa (41.70% y 50% de los productores pequeños y medianos no conocían esta información, respectivamente). Posteriormente, cuando se evaluó el conocimiento que tienen sobre la existencia de un distribuidor de semilla de alfalfa; se encontró que 50% de productores del estrato medio y 83.30% de productores del estrato pequeño conocen la existencia de este tipo de actor comercial. En lo relacionado al control de malezas, los productores del estrato medio entrevistados desconocen la importancia de utilizar herbicidas para el control de malezas en este cultivo, en contraste con el 83.30% de productores pequeños que si lo conoce (Cuadro 6).
Discusión
En esta investigación comprobamos la falta de articulación entre los técnicos y los productores, una posible respuesta a esta falta de articulación de lo que “ofrecen” los técnicos y lo que “demandan” los productores puede radicar en que las necesidades de los productores efectivamente se diferencian por el tipo de recursos con los que cuentan, es decir, una intervención tecnológica de capacitación o asistencia técnica sobre el uso de nuevas tecnologías debe originarse de estrategias diferenciadas de acuerdo al tipo de productor que se refiera. Ya que como señala Herrera (1998), una clasificación de productores sirve para constituir categorías de actores, de tal forma que se puedan analizar las particularidades de cada una e identificar soluciones específicas para problemas que también son específicos.
De acuerdo a Cáceres et al., 1999, los equipos técnicos deben indagar directamente con los pequeños productores las características que deberían tener las tecnologías para adecuarse al interés de ellos. En este sentido, los resultados obtenidos en el presente estudio contribuyen con ese tipo de indagaciones, ya que la percepción y conocimiento tácito que tienen los productores son diferentes para un mismo componente tecnológico. Por lo que los resultados de la investigación pueden ayudar a entender la lógica que orienta el accionar y toma de decisiones del productor y con ello mejorar el proceso de adopción de nuevas tecnologías que se deseen incorporar en la ganadería de doble propósito de los productores del Norte de Sinaloa y en otras regiones del país que cuenten con condiciones agroclimáticas y productivas similares.
Diferentes estudios (Cáceres et al., 1997; De la Barra & Holmberg, 1998; Galindo, 2001) relacionan el nivel de recursos con la estrategia tecnológica o productiva a utilizar por el pequeño productor. Algunos autores señalan que “...la existencia de una determinada relación en la dotación de los factores de producción hace tender los sistemas campesinos hacia definiciones tecnológicas distintas según el factor productivo que actúa como dinamizador” (De la Barra & Holmberg, 1998: 68). Es decir, un aspecto importante en la adopción de innovaciones sin duda es la motivación del productor pero esta a su vez está condicionada por el tamaño y recursos disponibles en su unidad de producción, en el presente estudio el tamaño del hato con que cuenta cada tipo de productor es el factor que diferencia y puede condicionar la necesidad de obtener mayor conocimiento y aplicación de innovación tecnológicas para la producción de leche y carne, productos que obtienen los productores pecuarios del norte de Sinaloa.
Estudios recientes sobre el uso de componentes tecnológicos, señalan que los factores que más influyen sobre la adopción de tecnologías ganaderas en zonas rurales son entre otros la capacitación (Forero et al., 2013). Sin embargo, no basta con “calificar o evaluar” que los talleres, cursos, demostraciones o espacios de capacitación son buenos y los temas tratados de fácil aplicación. La capacitación y el consiguiente desarrollo de capacidades son actividades recurrentes en el sector agropecuario de nuestro país, sin embargo, se realiza de forma general asumiendo, posiblemente, que todos los productores presentan las mismas necesidades y problemática. Para lograr un mayor impacto de los recursos destinados a procesos formativos, es necesario identificar el impacto en el aprendizaje de corto plazo y a través de seguimiento en campo evaluar si los procesos de desarrollo de capacidades inciden en cambios de conducta de los diferentes tipos de productores.
Este primer análisis de la percepción y/o conocimiento de innovaciones por parte del productor pecuario debe complementarse con la obtención e identificación de factores críticos o positivos a través del seguimiento de la capacitación otorgada, es decir, evaluar en las unidades de producción aquellos productores que optaron por cumplir el segundo requisito de adopción de una tecnología, que es la de considerar que la innovación les es útil y proceder a su uso o experimentación en sus propios terrenos. En esta medida, se podrán identificar factores que favorezcan o limiten el tema de la capacitación rural y lograr que los recursos que se involucran en este rubro tengan impactos cuantificables y mayor bienestar para los productores.
Conclusiones
De acuerdo a las evidencias que arroja el trabajo, parece ser que la percepción del uso de tecnología está en función de los recursos con los que cuenta el productor, en este caso, el tamaño de hato. El estudio muestra que el estrato al cual pertenece el productor y la dotación de factores de producción, reflejado en su inventario ganadero, influye en el conocimiento o percepción de componentes tecnológicos que desde el punto de vista del agente de extensión o investigador son de utilidad en su unidad de producción.
La adopción de tecnología es un proceso que requiere de la participación de diversos actores, el productor es uno de ellos y el que finalmente toma la decisión de utilizar o no una nueva tecnología. En este sentido, resulta relevante evaluar el interés del productor por utilizar tecnologías relacionadas con su actividad productiva, esto puede servir para identificar el nivel de percepción y conocimiento del uso de innovaciones y de esta forma elaborar programas de capacitación o asistencia técnica que generan un mayor impacto; en primer lugar, un mayor conocimiento y desarrollo de capacidades al considerar los recursos con los que cuenta el productor; y en segundo lugar, lograr un incremento en el uso de nuevas tecnologías apropiadas para los productores involucrados.
La información obtenida en el presente estudio puede ser útil para orientar los procesos de capacitación y extensión pecuaria, así como darles mayor precisión a los modelos de transferencia de tecnología pecuaria utilizados con los diferentes tipos de productores ganaderos en la región de estudio y en otras regiones que tengan condiciones similares a las del norte de Sinaloa.