SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.3 número6Sustratos orgánicos en la producción de chile pimiento morrónEstacionalidad de bacterias y hongos en la rizósfera de dos especies de plantas en el Valle semiárido de Zapotitlán, Puebla índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.3 no.6 Texcoco nov./dic. 2012

 

Artículos

 

Sistemas de manejo y comercialización de tamarindo (Tamarindus indica L.) en tres municipios de Veracruz*

 

Systems management and marketing of tamarind (Tamarindus indica L.) in three municipalities of Veracruz

 

Juan Carlos Viveros García1, Katia Angélica Figueroa Rodríguez, Felipe Gallardo López1, Eliseo García Pérez1, Octavio Ruiz Rosado1 y Francisco Hernández Rosas2

 

1 Programa de Postgrado en Agroecosistemas Tropicales. Colegio de Postgraduados. Campus Veracruz.

2 Programa en Negocios Agroalimentarios. Colegio de Postgraduados. Campus Córdoba, Km. 348 Carretera federal Córdoba-Veracruz, Córdoba, México. C.P. 94946. §Autora para correspondencia: fkatia@colpos.mx.

 

* Recibido: febrero de 2011
Aceptado: agosto de 2012

 

Resumen

El tamarindo (Tamarindus indica L.) por su fácil adaptación y resistencia a la sequía forma parte de los agroecosistemas tropicales como fuente de alimento para el ganado y complemento de los ingresos de los productores agropecuarios. A nivel nacional, la dinámica de la producción de tamarindo se ha modificado, decreciendo en el sur del país y consolidándose en Jalisco. El objetivo del estudio fue identificar los sistemas de manejo y comercialización del tamarindo en los municipios de Soledad de Doblado, Manlio Fabio Altamirano y Paso de Ovejas, Veracruz y su relación con la dinámica de producción nacional. Se aplicaron dos cuestionarios en entrevistas directas a 92 productores y 37 intermediarios locales seleccionados con la técnica no probabilística de muestreo de bola de nieve durante 2008. Se identificaron tres sistemas: huertos, traspatios y cercos vivos, todos con bajos niveles de manejo. La mayoría venden el fruto en el árbol a intermediarios (52.8%), participando con 3.1% del precio final, los que realizan la venta de fruto con cáscara obtienen 21.4% y los que venden el fruto sin cáscara logró 27.8% del precio final. El productor que se apropia de más eslabones tiene mayores y mejores ingresos, de lo contrario, los mayores márgenes los adquiere el comercializador que cosecha, pela y acopia el tamarindo. Se concluye que la dinámica de desplazamiento del tamarindo en el sur del país responde a la falta de desarrollo en huertos de alta tecnología, lo que lo mantiene como un producto que provee de ingresos complementarios o marginales al productor.

Palabras clave: comercialización, traspatio, valor agregado.

 

Abstract

Tamarind (Tamarindus indica L.) for its easy adaptation and resistance to drought is part of tropical agro-ecosystems as a food source for livestock and a complementary income of farmers. Nationally, the dynamics of production of tamarind has been modified, decreasing in the south and consolidated in Jalisco. The objective of this study was to identify management systems and marketing of tamarind in the municipalities of Soledad de Doblado, Manlio Fabio Altamirano and Paso de Ovejas, Veracruz and its relation to the dynamics of domestic production. Two questionnaires were applied in direct interviews with 92 producers and 37 local intermediaries selected with probability sampling technique of snowballing in 2008. We identified three systems: orchards, backyards and hedges, all with low levels of management. Most sell the fruit on the tree to intermediaries {52.8%), participating with 3.1% of final price, which made the sale of fruit in shell obtained 21.4% and those who sell the fruit, peeled obtained 27.8% of the final price. A producerthat takes over more links has higher and better incomes; otherwise, the higher margins are obtained by the retailer that harvest, peels and collect the tamarind. We conclude that the dynamics of displacement oftamarind in the South responds to the lack of development in high-tech orchard, which keeps it as a product, which provides additional income or marginal producer.

Key words: marketing, backyard, value added.

 

Introducción

Las áreas rurales de México se caracterizan por modelos de traspatio o solares donde la composición de las especies agrícolas o pecuarias es variable y está asociada a las actividades socioeconómicas y culturales de las familias (Vieyra et al., 2004; Zamudio et al., 2004). El tamarindo (Tamarindus indica L.) ha sido ubicado como componente de dichos solares para el aprovechamiento de sus frutos o como un árbol de sombra por lo que es común encontrarlo en los traspatios de los hogares de Yucatán, Tabasco, Puebla y Oaxaca (El-Siddig et al, 2006; Vázquez, 2007; Mitra y Pathak, 2009).

El tamarindo es un cultivo de fácil adaptación, resistente a la sequía y no tolera las heladas. Es originario de África tropical, y actualmente se encuentra en 54 países (El-Siddig et al., 2006). La principal parte del árbol que se aprovecha es el fruto, cuya disponibilidad es estacional pero que puede encontrarse en el mercado todo el año, éste es utilizado para la elaboración de agua fresca desde la época de la colonia y constituye un insumo de la gastronomía nacional (Pedrero, 2008). Las hojas, flores, ramas, corteza y raíces son utilizadas como afrodisiacos y otros usos medicinales en países de África (Gustad et al, 2004). El fruto y las hojas tienen aplicación en la industria por sus cualidades como goma espesante y polisacárido (Leakey, 1999), también existe una diversidad de productos a base de tamarindo como son bebidas, polvo para preparar bebidas, tamarindo en polvo como condimento y dulces (Zhao et al., 2005). En los sistemas agroforestales y silvopastoriles las hojas se utilizan como forraje para el ganado (Boffa, 1999; Koffi y Diarrassouba, 2009), e incluso es recomendado como una especie con potencial de ornato (Seth, 2003).

Por otra parte, las explotaciones comerciales de tamarindo buscan la obtención del fruto que destinan al mercado nacional y a la exportación (CONABIO, s/f; Silva y Lucatero, 2006). Orozco (2006) reporta que en los últimos años el interés del cultivo de tamarindo se ha incrementado, por lo que se han establecido nuevas plantaciones con un nivel de tecnificación mayor y con mejoras en el manejo de los huertos. Mientras que Daniel y Dudhade (2007), establecen que el cultivo del tamarindo bajo riego puede combinarse con otros cultivos intensivos como el tomate y generar altas ganancias a los productores.

La información disponible relativa a la producción y comercio internacional de tamarindo es escasa, con reportes que indican que India es el mayor productor y exportador, y Tailandia el mayor productor de dulces a base de tamarindo (Orozco, 2001). Según Daniel (2009), el tamarindo en India no se ha desarrollado debido al limitado uso como condimento en la comida hindú, sin alcanzar los precios de otras especias. En países como Mali, se reporta la venta de los frutos del tamarindo colectados de árboles dispersos distribuidos en la sabana y no de plantaciones comerciales como base para la preparación de bebidas (Gustad et al., 2004).

Por su parte Koffi y Diarrassouba (2009), mencionan que este árbol juega un papel importante en la alimentación y vida económica de las personas en África, pues su venta en las áreas rurales representa una parte importante de la economía de subsistencia, al ser un fruto con mejor precio de mercado que otros frutos recolectados. Runge et al. (1998), establecen que la venta de tamarindo recolectado y comercializado representaba entre 1 y 3% del ingreso de los hogares rurales. De hecho, se estima que el tamarindo junto con otros árboles no maderables podrían representar hasta 77% del valor neto de los bosques del este de India, siendo incluso más redituable dedicarse a la recolección y venta de diversos frutos estacionales que a la actividad agrícola o pecuaria (Kumar y Tewari, 2005), de ahí la importancia que tiene el estudio de dicho frutal.

La producción de tamarindo en México

El tamarindo se encuentra en 21 entidades federativas, tanto en forma silvestre como en cultivo, principalmente en las costas del Pacífico y del Golfo de México (Orozco, 2001). La superficie sembrada en 2009 fue de 8 599.43 hectáreas, de las cuales 25.5% era superficie de riego y sólo 83.43% era cosechada, con una producción de 38,390.07 t y un valor de 145 millones de pesos (SIACON, 2010). La importancia de México a nivel mundial es relativamente pequeña (31 795 t) comparada con las 105 000 hectáreas sembradas en Tailandia, o con la producción de India de 300 000 t producidas en 2005 (Daniel, 2009; El-Siddig et al, 2006). En 2009, India reportaba exportaciones a los Estados Unidos por 10 000 t, mientras que México por 1 067 t (USDA, 2010).

La superficie sembrada con tamarindo a nivel nacional de 1980 a 2009 ha tenido una tendencia a la baja con una contracción de 1 376.57 hectáreas. Esta disminución se dio en particular por la reducción de la superficie en estados como Chiapas (-10.5% de 1980 a 2009), Michoacán (-9.2%), Nayarit (-6.6%), Oaxaca (-5.6%), Yucatán (-3.5%) y Veracruz (-1.9%). El principal estado productor en 2009 fue Jalisco con 33.1% de la superficie, seguido por Colima con 25.8% de la superficie, donde el 53% son plantaciones que cuentan con riego (SIACON, 2011), de hecho estas últimas son las únicas entidades que han mostrado incrementos en superficie. El principal municipio en Jalisco es Cuautitlán de García Barragán con 18% de la superficie nacional (1,626 hectáreas) y que en 2002 sólo reportaba una superficie de 295 hectáreas.

A nivel municipal, para el estado de Veracruz previo a 2002 no se cuenta con información sobre el cultivo de tamarindo, a partir de este año, se reportan cuatro municipios con producción de tamarindo (Adalberto Tejeda, Cotaxtla, Manlio Fabio Altamirano y Soledad de Doblado), adicionándose uno en 2005 (Jamapa). El principal municipio productor es Soledad de Doblado (457.5 t), seguido por Manlio Fabio Altamirano (2311), que representaron en 2009 el 53.3% y 26.9% de la producción del estado de Veracruz así como el 0.02% y 0.04% de la producción nacional. En general, la tendencia de la producción ha sido estable, con un ligero incremento de 22 hectáreas en todo el estado (OEIDRUS, 2011).

En términos de los rendimientos por hectárea, éstos han ido a la baja a nivel nacional. En el caso del estado de Veracruz la tendencia es similar hasta 1996 en que se reporta un rendimiento promedio superior a la media nacional. Esto coincide con los años en que se presenta la disminución en la superficie sembrada a nivel nacional.

Es de resaltar que los rendimientos promedio reportados para los municipios de Soledad de Doblado y Manlio Fabio Altamirano fueron de 5 y 5.5 t ha-1, mientras que el municipio de Cuautitlán de García Barragán, estado de Jalisco, reportaba rendimientos de 6.02 t ha-1 para 2009. En 2002, el rendimiento en los dos municipios Veracruzanos era de 4.85 t ha-1 y en Cuautitlán era de 2.65 t ha-1 (SIACON, 2011), lo que denota la especialización y tecnificación del municipio Jalisciense, mientras que la producción local en el estado de Veracruz no se ha desarrollado al mismo ritmo. Esto debido a que principalmente es un producto del traspatio por lo que presenta un ingreso adicional para los pequeños productores (Cisneros, 1993), o se utiliza como cerco vivo en los potreros (Avendaño y Acosta 2000; Bautista et al., 2011) y no como una explotación comercial.

El presente estudio se realizó en los municipios: Soledad de Doblado, Manlio Fabio Altamirano y en Paso de Ovejas del estado de Veracruz. Los tres municipios tienen niveles medios de marginación (CONAPO, 2005) y están altamente influenciados por la zona conurbada de Veracruz y Boca del Río, las cuales son generadoras de empleos en las áreas de los servicios lo que permite a los productores tener actividades remuneradas extra-finca. Son municipios netamente rurales, ubicándose pocas empresas dedicadas a la manufactura y elaboración de alimentos y sin ninguna empresa reportada en la elaboración de dulces a base de tamarindo u otro frutal (INEGI, 2009).

A pesar de que el tamarindo representa un componente adicional del ingreso familiar de los habitantes locales, existe poca información sobre la tipología de producción, los sistemas de comercialización y destino final del producto. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue identificar los sistemas de manejo y comercialización del tamarindo en tres municipios de Veracruz y su relación con la dinámica de producción nacional. Con el propósito de contribuir al entendimiento de la realidad de los habitantes del medio rural, en la manera en que complementan su ingreso, a la vez que permite establecer los procesos de comercialización de productos tradicionales en la dieta nacional, explicando la dinámica nacional de producción de este frutal, y el potencial como ingreso central o para incrementar sus ingresos como productores-comercializadores.

 

Materiales y métodos

El área de estudio se ubicó en la zona del sotavento del Estado de Veracruz en los municipios de Manlio Fabio Altamirano, Soledad de Doblado y Paso de Ovejas; ubicados geográficamente entre los 19° 03' a 19° 17' latitud norte y 96° 20' a 96° 26' longitud oeste, con una altitud entre 20 a 340 msnm. Los tres municipios son colindantes con características similares en términos agrometereológicos, los climas predominantes son Aw0 y Aw1, correspondientes al tropical seco y subhúmedo. Tienen un clima cálido subhúmedo con lluvias en verano, con tipos de suelo de Leptosol, Phaeozem y Vertisol. El uso del suelo es principalmente destinado a la agricultura, con la presencia de pastizales.

La información generada se obtuvo durante 2008 mediante la administración personal de cuestionarios a 92 productores (33.7% de Soledad de Doblado, 34.8% de Manlio Fabio Altamirano y 31.5% de Paso de Ovejas), en su mayoría del género masculino (85.9%), con una edad promedio de 61 años y 3 años de educación formal. Así como 37 agentes que intervenían en el proceso de comercialización del tamarindo (63.8% acopiadores locales, 21.9% intermediarios regionales que venden a mayoristas en centrales de abastos de diversos estados y 8.9% intermediarios foráneos). Debido a que no se cuenta con un censo de productores no fue posible establecer un tamaño de muestra teórico, por lo que para la selección de los entrevistados se utilizó la técnica de bola de nieve o tipificación señalada. Esta consiste en la localización de algunos individuos, los cuales conducen hacia otros, hasta alcanzar una muestra suficientemente representativa (Hanneman, 2001). Es un método no probabilístico que tiene como ventajas permitir estudiar poblaciones y tener representatividad de la muestra, sin embargo, puede ser excluyente de los individuos que no tengan fuertes redes con la comunidad. La decisión sobre lo representativo de la muestra se determinó por el criterio de saturación, que consiste en suspender la aplicación de la encuesta cuando la información colectada se repite y no aporta nuevos patrones de respuesta. Los instrumentos utilizados fueron dos cuestionarios, ambos con preguntas abiertas y cerradas uno destinado a los productores que contempló variables para caracterizar el manejo del cultivo, costos estimados de producción -mismos que no incluyeron el costo de la tierra y de reposición de los árboles al no ser considerados relevantes para el análisis-, consideraciones sobre la organización de productores, así como una sección sobre el destino y características de venta de la producción de tamarindo. En el segundo destinado a intermediarios, se incluyeron preguntas sobre las funciones del agente, sus costos, precios de compra y venta del tamarindo.

Con la información obtenida se identificaron los canales de comercialización a través de establecer los tipos de agentes participantes en la comercialización del producto y márgenes de comercialización por cada etapa del proceso. Los precios y costos promedio utilizados en el análisis fueron calculados según las respuestas de los agentes entrevistados, debido a que el trabajo de campo se realizó únicamente durante un año, se consideraron pesos corrientes de 2008 para el análisis de la información. Los márgenes de comercialización se calcularon basados en las fórmulas utilizadas por Guzmán et al. (2004):

Margen de ganancia del productor= Pc-Cp

Margen bruto al acopiador= Pa-Pc

Margen neto del acopiador= margen bruto del acopiador-Ca

Margen absoluto total de comercialización= Pf-Pc

Margen neto total de comercialización= margen absoluto total de comercialización-Cf-Ca

Margen relativo en relación con el precio de venta de cada etapa R1=(precio o costo respectivo*100)/(precio de venta en cada etapa).

Margen relativo en relación con el precio de venta en el mercado terminal R2= (Precio o costo respectivo* 100)/ (Precio de venta en el mercado terminal).

Donde:

Pc= Precio al productor

Pa= Precio al acopiador

Pf= Precio de venta en el mercado terminal

Cp= Costo de producción

Ca= Costo de acopio

Cf= Costo de transporte al mercado terminal

En el caso del costo del manejo del frutal, se consideraron: chapeo, tratamiento fitosanitario, riego, fertilización y poda. El costo promedio fue de 188.00 pesos árbol-1 para el sistema de huertos, 120.00 pesos árbol-1 para los cercos vivos y 29.00 pesos árbol-1 para el sistema de traspatio. El rendimiento promedio reportado fue de 260 kg árbol-1 para huertos, 180 kg árbol-1 en cercos vivos y 225 kg árbol-1 en traspatio. Obteniéndose un costo promedio por kilogramo de 1.40 pesos kg-1 para el sistema de huertos, 0.70 pesos kg-1 para los cercos vivos y 0.10 pesos kg-1 para el sistema de traspatio, con un promedio general local considerando a todos los participantes de 0.51 pesos kg-1 a diciembre del 2008 (0.01 dólares kg-1).

 

Resultados y discusión

Sistemas y prácticas de manejo del tamarindo

Con relación al sistema de manejo, los municipios de Soledad de Doblado y Manlio Fabio Altamirano, tenían la mayor proporción como huertos (plantación formal con 119.5 árboles promedio por hectárea y 2.6 hectáreas por productor) y como parte del traspatio (con 4.1 árboles promedio por hectárea y 0.2 hectáreas por productor), por lo que tiene una mayor importancia productiva; mientras que en el municipio de Paso de Ovejas se observó en mayor proporción establecido como cerco vivo (34.6 árboles promedio por hectárea y 0.9 hectáreas por productor), denotando su importancia en la actividad silvopastoril (Cuadro 1).

En lo referente a las prácticas de manejo de los árboles se consideraron: chapeo (42% de los productores lo realizan), diversos tratamientos fitosanitarios (8%), riego (5%), fertilización (5%) y poda (4%), los productores no reportaron ninguna otra. En general, los que menos mantienen sus tamarindos son los productores del traspatio, lo que nos permite observar que éstos como parte de dicho sistema no tienen fines comerciales. Mientras que el municipio donde se observó que los productores realizaban más prácticas fue el de Manlio Fabio Altamirano (especialmente debido a la presencia de huertos), seguido por Soledad de Doblado (debido al cuidado de los cercos vivos). De igual manera, Silva y Lucatero (2006), en un diagnóstico de la producción de tamarindo en el estado de Colima reportan que los productores siguen prácticas tradicionales, lo que implica que el tamarindo es un frutal, en general, con bajos niveles de manejo, lo que coincide con lo reportado por Vázquez (2007) para el sur del estado de Veracruz.

Aunado a lo anterior, debe considerarse que los productores de tamarindo en la región de estudio no se dedican exclusivamente al aprovechamiento del tamarindo; el 55.5% de los entrevistados mencionó dedicarse exclusivamente a actividades agropecuarias, el porcentaje restante tienen actividades extrafinca como: asalariado (13.0%), labores del hogar (10.2%), comercio agrícola (8.8%), venta de abarrotes (4.4%), albañil (2.3%) y el 5.8% realiza diversas actividades. Esta situación coincide con estudios previos donde se establece que el grado de diversificación de las fuentes de ingresos disminuye el profesionalismo de la actividad agrícola (Allub, 2001).

En cuanto se refiere a las ocupaciones agropecuarias de los productores de tamarindo, en los tres municipios la mayor proporción siembra diversos cultivos (ej. maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris L.), pepino (Cucumis sativus), ajonjolí (Sesamum indicum), chile (Capsicum annuum), tomate (Solanum lycopersicum), sorgo (Sorgohum vulgare) y caña de azúcar (Saccharum officinarum L.), seguido por la actividad ganadera (ganadería de doble propósito) y en menor proporción el aprovechamiento de otros frutales (e.g. mango (Mangifera indica L.), limón (Citrus latifolia T.), nanche (Byrsonima crassifolia), ciruelo (Prunus domestica), naranjo (Citrus sinensis L.). De acuerdo a la importancia que representan estas actividades en la obtención de ingresos, los productores mencionan que la agricultura y fruticultura es considerada como su fuente principal en la generación de ingresos (40.9%); la ganadería representó 31.8% y otras actividades no agrícolas (extrafinca) representaron 27.3% del total de sus ingresos. Resalta que el aprovechamiento del tamarindo no es la actividad principal de los productores, explicando el poco tiempo dedicado al cultivo y por ende los bajos nivele s de manejo. Esta situación es similar a la reportada en India por Daniel (2009), donde el aprovechamiento del tamarindo es una actividad adicional de los productores.

La cosecha, sin importar el sistema de aprovechamiento y manejo, se realiza de forma manual a través del corte del fruto con tijeras de corte o cuchillo, cortando el fruto con el pedúnculo, esto es cuando comienza la temporada (enero) y existen frutos que no han llegado a su madurez; pero cuando la mayoría de la producción presenta una madurez generalizada (marzo-abril) el fruto es tirado del árbol sacudiendo las ramas, para su posterior recolección en cajas de plástico, lonas o canastos; para después ser transportado a los lugares de acopio (domicilios o almacenes particulares), y en algunos casos, seleccionarlo y prepararlo para su venta. Como se observa el sistema de cosecha es rústico, acorde con las características generales de manejo del frutal.

Sistemas de comercialización del tamarindo: canales y márgenes

La comercialización del tamarindo por los productores se realiza de febrero a mayo, mientras que algunos intermediarios la realizan todo el año. El tamarindo que se produce no se comercializa en su totalidad, siendo contemplado como producto de autoconsumo regional o dejándose en lo árboles (5.6% del total). El 94.6% de los encuestados mencionó en alguna ocasión haber vendido el fruto. De la producción que es constantemente cosechada, la mayoría se vende en pie de árbol (54.0% en promedio), es decir y como puede verse en el Cuadro 2, el intermediario es el principal agente que cosecha el producto, esto se presenta principalmente en huertos como en cercos vivos. En el caso del traspatio, el tamarindo casi no es vendido sino utilizado para autoconsumo o como árbol de sombra a menos que se requiera completar el ingreso, lo cual es parecido con lo encontrado por Guerrero (2007) en un estudio sobre solares en San Felipe del Progreso, Estado de México, donde las plantas ornamentales son vistas como un producto que ocasionalmente venden cuando requieren una fuente inmediata de ingresos.

En términos de manejo pos-cosecha se tiene el descascarado o pelado del fruto de manera manual, la cual es una actividad importante para cerca de la mitad de los productores que sí cosechan su propia producción. Esta actividad la realiza el 32.3% de los productores del municipio de Soledad de Doblado, 43.7% de Manlio Fabio Altamirano y 58.6% del municipio de Paso de Ovejas, con un costo promedio de 0.60 pesos kg-1. Dicha actividad repercute en la retención de valor local y en la generación de empleos en el medio rural. Mientras que el proceso de selección del fruto para su venta, lo realizan solamente dos productores en el municipio de Manlio Fabio Altamirano (6% de productores entrevistados en el municipio) y uno en el municipio de Paso de Ovejas (3% de productores entrevistados en el municipio). Únicamente cuatro productores mencionaron almacenar el producto por un período de máximo 30 días en algún lugar de sus hogares (4.35% del total de entrevistados). Esto evidencia la poca agregación de valor económico a nivel local así como el bajo nivel de especialización comercial que tienen los productores.

En relación con los canales de comercialización existentes, en primer nivel se ubica el productor quien vende al recolector o acopiador. En el segundo nivel está el acopiador quien puede ser local, regional o foráneo (Cuadro 3), quien revende al mayorista o a la industria, para después trasladar el producto a minoristas y supermercados, para finalmente hacerlo llegar al consumidor. Autores como El-Siddig et al. (2006), reportan canales de comercialización de tamarindo similares en otras partes del mundo, donde existe un acopiador que lo lleva al mercado local donde es vendido a un segundo acopiador que funge como mayorista, por lo que es un cultivo con cadenas donde están involucrados varios intermediarios que resultan ineficientes para el consumidor y el productor.

En lo que se refiere a los márgenes de comercialización, se encontró que 52.7% de los productores que realizan la venta de producto a recolectores en pie de árbol participan con 3.1% del precio final (%R2 fruto en pie); 42% que realiza la venta de fruto con cáscara y el 5.3% que lo vende sin cáscara obtienen 21.4% (%R2 fruto con cáscara) y 27.8% (%R2 fruto pelado) del precio final respectivamente (Cuadro 4). Cabe resaltar que el productor que vende su producción a pie de huerta tiene incluso pérdidas de 0.07 pesos kg-1. Se observa que aquel productor que interviene en más eslabones de la cadena de comercialización tiene mayores y mejores ingresos; de no tener esta oportunidad, los mayores márgenes los obtendrá el comercializador mayores funciones económicas realice (cosecha, pelado y acopio del tamarindo).

En términos de los márgenes absolutos y relativos, los mayoristas son los que obtienen mayores márgenes en ambos casos. Por su parte, El-Siddig et al. (2006), encontraron que el primer acopiador se queda con un margen de 36% del valor del producto. Debe a la vez considerarse que en términos de la relación beneficio/costo los intermediarios tienen mejores rendimientos ya que su ingreso es mayor al comercializar mayores volúmenes, contrariamente al limitado volumen de los productores individuales. En el presente estudio no se integraron al análisis a los detallistas, no obstante el precio de compra del consumidor final en el supermercado en la Ciudad de Veracruz fue el doble del precio de venta en la central de abastos, sin embargo deben contabilizarse los costos de dicho intermediarios, como son: almacenado, renta del local, personal, entre otros. Por otra parte, Koffi y Diarrassouba (2009) encontraron en Costa de Marfil que el precio de la pulpa de tamarindo vendido en bolitas de 250 gramos duplicaba su precio en los mercados urbanos con respecto a los rurales, lo que coincide con lo encontrado en este estudio.

En lo que se refiere a los costos de comercialización, el costo más elevado fue el pelado esto debido a que es altamente demandante de mano de obra. No obstante, cabe aclarar que salvo dos productores (2.17% del total de encuestados) el resto indicó no seleccionar el tamarindo, por lo que el manejo post-cosecha del fruto es limitado, no contándose con costos elevados como podría ser para otros cultivos como son las frutillas (Guzmán et al, 2004).

De igual manera, los procesos de transformación para la producción de dulces fueron casi inexistentes, salvo el caso de un productor que señaló procesar media tonelada de "tamarindo en bolitas con azúcar" (1% del total de encuestados). La misma situación se reporta para el caso del estado de Colima, donde la producción se comercializa en fresco (Silva y Lucatero, 2006).Aunque en México se venden una diversidad de dulces a base de tamarindo que incluso son exportados a los Estados Unidos, no existe información específica sobre dulces a base de este producto, sino como estudios sobre dulces mexicanos en general (Miranda, 2008).

No obstante, países como China han incrementado sus exportaciones de tamarindo deshidratado a los Estados Unidos (Brooks et al, 2009), quedando claro que existe un mercado para los productos industrializados que no está siendo bien aprovechado por México. Daniel y Dudhade (2007), por su parte, han reportado en India la producción de: -salsas, -"toffee" (dulce a base de azúcar y mantequilla), y -tamarindo deshidratado en polvo. Sin embargo, los productos obtenidos son limitados y el mercado está dominado por pocas empresas que a la vez elaboran una diversidad de productos que no son exclusivamente de tamarindo, donde los mayores márgenes de ganancia los obtienen los intermediarios (mayoristas y detallistas).

Finalmente, en lo pertinente a la organización de los productores con fines de comercializar colectivamente su producción, se observa que no existen asociaciones, ni organizaciones formales o informales. Este alto nivel de individualismo coincide con lo reportado por Silva y Lucatero (2006) para el caso de la producción de tamarindo en Colima.

 

Conclusiones

El tamarindo es una especie de importancia nacional por el papel complementario que juega para el ingreso de las familias rurales, para la industria que elabora dulces a base de tamarindo, así como, para las exportaciones hacia Estados Unidos de América. Su dinámica productiva en México tiene actualmente una reconfiguración, ya que los estados históricamente productores del sur del país han reducido la superficie sembrada del cultivo, contrario a la concentración que se ha dado en un municipio en el estado de Jalisco. La explicación sobre esta reconfiguración responde a la manera en que actualmente se maneja y comercializa el frutal en las zonas rurales de los estados del trópico mexicano ejemplificados en este estudio, misma que se caracteriza por bajos niveles de manejo, siendo el producto un complemento del ingreso familiar, con pocos huertos establecidos y canales de comercialización largos e ineficientes, donde los intermediarios son los que mejores márgenes de comercialización pueden lograr.

 

Literatura citada

Allub, L. 2001. Aversión al riesgo y adopción de innovaciones tecnológicas en pequeños productores rurales de zonas áridas: un enfoque causal. Estudios Sociológicos. XIX(56): 467-493.         [ Links ]

Avendaño, R. S. y Acosta, R. I. 2000. Plantas utilizadas como cercas vivas en el estado de Veracruz. Madera y Bosques. 6(1): 56-71.         [ Links ]

Bautista, T. M.; López, O. S.; Pérez, H. P.; Vargas, M. M.; Gallardo, L. F. y Gómez, M. F.C. 2011. Sistemas agro y silvopastoriles en la comunidad el Limón, municipio de Paso de Ovejas, Veracruz, México. Tropical and Subtropical Agroecosystems. 14:63-76.         [ Links ]

Boffa, J. M. 1999. Agroforestry parklands in sub-Saharan Africa. FAO. Conservation Guide 34. FAO, Roma, Italia.         [ Links ]

Brooks, N.; Regmi, A. and Jerardo, A. 2009. U.S. food import patterns, 1998-2007. Economic Research Service/USDA.         [ Links ]

Cisneros, S. V. M. 1993. Caracterización de la agricultura de la zona central de Veracruz. UACH. 1ª Ed. México. 339 p.         [ Links ]

Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). s/f. Tamarindus Indica. http://www.conabio.gob.mx/. Fecha de consulta: 16/09/2010.         [ Links ]

CONAPO. 2005. Índices de marginación. México, DF. http://www.conapo.gob.mx/. Fecha de consulta: 20/01/2011.         [ Links ]

Daniel, J. N. 2009. Value chain analysis in relation to processing and marketing of three underutilized fruits in India. En: Jaenicke et al. Proc. IS on underutilized plants. Acta Hort. 806: 505-511.         [ Links ]

Daniel, J. N. and Dudhade, P.A. 2007.Analysis of economic characteristics of value chains of three underutilised fruits of India. Research Report No. 3. International Centre for Underutilised Crops, Colombo, Sri Lanka. 22 p.         [ Links ]

El-Siddig, K.; Gunasena, H. P. M.; Prasad, B. A.; Pushpakumara, D. K. N. G.; Ramana, K. W. R.; Vijayanand, P. and Williams, J. T. 2006. Tamarind, Tamarindus indica. Southampton Centre for Underutilised Crops. Southampton, Reino Unido.         [ Links ]

Guerrero, P. A. G. 2007. El impacto de la migración en el manejo de solares campesinos, caso de estudio la Purísima Concepción Mayorazgo, San Felipe del Progreso, Estado de México. Investigaciones Geográficas. (063): 105-124.         [ Links ]

Gustad, G.; Dhillion, S. S. and Sidibé, D. 2004. Local use and cultural and economic value of products from trees in the parklands of the municipality of Cinzana, Mali. Econ. Bot. 58(4): 578-587.         [ Links ]

Guzmán, S. E.; Garcia, M. R.; Muratalla, L. A.; Garcia, D. G. y Mora, F. J. S. 2004. Análisis de precios de la frambuesa roja (Rubus idaeus L.) producida en el valle de Bravo, México. Agrociencia. 38(5): 565-571.         [ Links ]

Hanneman, R. A. 2001. Introduction to Social Network Methods. Department of Sociology, University of California, Riverside. 322 p.         [ Links ]

INEGI. 2009. Censos económicos resultados definitivos. Aguascalientes, Ags. http://www.inegi.org.mx/ Fecha de consulta: 20/01/2011.         [ Links ]

Koffi, K. E. and Diarrassouba, N. 2009. Socio-economic values of tamarind (Tamarindus indica L.) and nerid (Parkia biglobosa Benth) resources in Cote d'Ivore. In: Jaenicke, P. (Eds.). Proc. IS on underutilized plants. Acta Hort. 806:533-538.         [ Links ]

Kumar, M. A. and Tewari, D. D. 2005. Importance of non-timber forest products in the economic valuation of dry deciduous forest of India. Forest Policy and Economics. 7:455-467.         [ Links ]

Leakey, R. R. B. 1999. Potential for novel food products from agroforestry trees: a review. Food Chemistry. 66:1-14.         [ Links ]

Miranda, R. G. 2008. Algunos significados de la cocina mexicana en los estados de Guerrero, Morelos y México. Pasos, Revista de Turismo y Patrimonio Cultural. 6(2):335-346.         [ Links ]

Mitra, S. K. and Pathak, P. K. 2009. Underutilized plant species: Implications in homestead farming. En: Jaenicke et al. (Eds.). Proc. IS on underutilized plants. Acta Hort. 806:107-113.         [ Links ]

OEIDRUS, 2011. http://www.oeidrus-veracruz.gob.mx/. Fecha de consulta: 17/01/2011.         [ Links ]

Orozco, S. M. 2001. El cultivo del tamarindo (Tamarindus indica L.), en el trópico seco de México. INIFAP-SAGARPA. Campo Experimental Tecomán. Colima. México. (7): 89.         [ Links ]

Orozco, S. M. 2006. Cenicilla (Oidium Sp.) del tamarindo (Tamarindus indica L.): Un problema recurrente y su manejo integrado en el trópico seco de México. Rev. Mex. de Fitopatol.. A.C. 24(2):152-155.         [ Links ]

Pedrero, N. G. 2008. La vida cotidiana de tres mujeres tabasqueñas en la finca "Las Mercedes" en la primera mitad del siglo XX. Contribuciones desde Coatepec. (014): 85-118.         [ Links ]

Runge, D.; Wesseler, J. and Waibel, H. 1998. The economic value of trees in agrosilvo-pastoralist systems of Sub-Saharan Africa. Comunicado presentado en el Word Congress of Environmental and Resource Economics, Venecia. Junio 25-27.         [ Links ]

Seth, M. K. 2003. Trees and their economic importance. The Botanical Review, 69 (4):321-376.         [ Links ]

SIACON. 2011. Sistema de información agropecuaria de consulta. http://www.siap.gob.mx. Fecha de consulta: 18/01/2011.         [ Links ]

Silva, E. R. y Lucatero, C. S. E. 2006. Diagnóstico de la cadena del sistema producto tamarindo (Tamarindos indica L.), en el estado de Colima. Consejo estatal de productores de tamarindo del estado de Colima A.C./Universidad de Colima. Colima, México. 128 p.         [ Links ]

USDA. 2010. U.S. fresh-market fruit imports, monthly, 2009. http://usda.mannlib.cornell.edu/MannUsda. Fecha de consulta: 10/01/2010.         [ Links ]

Vázquez, G. V. 2007. La recolección de plantas y la construcción genérica del espacio. Un estudio de Veracruz, México. Ra Ximhai. 3(3):805-825.         [ Links ]

Vieyra, J.; Castillo, A.; Losada, H.; Cortés, J.; Bastida, G. A.; Ruiz, T.; Hernández, P.; Zamudio, A. y Acevedo, A. 2004. La participación de la mujer en la producción traspatio y sus beneficios tangibles e intangibles. Cuadernos de Desarrollo Rural. (053):9-23.         [ Links ]

Zamudio, B. A.; Alberti, M. P.; Manzo, F. y Sánchez, M. T. 2004. La participación de las mujeres en los sistemas de traspatio de producción lechera en la Ciudad de México. Cuadernos de Desarrollo Rural. (51):37-60.         [ Links ]

Zhao, Y.; Yang, S. and Li, K. 2005. Compressive utilization of Tamarindus indica Linn. Chemistry & Industry of Forest Products. (2).         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons