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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.3 no.7 Texcoco sep./oct. 2012

 

Artículos

 

Cambio tecnológico y tecnología comunitaria en El Valle Morelia-Queréndaro, Michoacán, México*

 

Technological change and cooperative technology in The Valley Morelia-Queréndaro, Michoacán, Mexico

 

Arturo Franco Gaona, Artemio Cruz León1 y Benito Ramírez Valverde2

 

1Dirección de Centros Regionales. Universidad Autónoma de Chapingo. Carretera México-Texcoco km 38.5. C. P. 56230, Chapingo, México. (artemiolen@yahoo.com.mx).

2Posgrado en Estrategias para el Desarrollo Agrícola Regional, Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas Campus-Puebla. Carretera Federal México- Puebla km 125.5, C. P. 72130, Puebla, Puebla, A. P. 2-12. Colonia Libertad, Tel. 01 222 2851442. (ramirez@colpos.mx). §Autor para correspondencia: fagamex@yahoo.com.mx.

 

* Recibido: diciembre de 2011
Aceptado: agosto de 2012

 

Resumen

Con el fin de reconocer el tipo de agricultura que se ha practicado en la región y la tecnología utilizada, así como los cambios que han tenido y las implicaciones que se desencadenaron al adoptar nuevas tecnologías, desde el uso de la yunta al del tractor, se describe la tecnología agrícola utilizada por tres comunidades del valle Morelia-Queréndaro, con base en el instrumento, la técnica y el conocimiento utilizados desde su conformación. La investigación se realizó durante los años 2009 y 2010. Para su estudio se utilizó el método del informante clave con una entrevista semi-estructurada y un transepto. Se encontró la realización de prácticas de cultivo utilizando la fuerza del hombre, la yunta, el tronco de caballos y mulas, más el uso del tractor y la aplicación de paquetes tecnológicos, cuyo principal promotor fue el gobierno, mediante la aplicación de políticas públicas al campo: particularmente en las zonas irrigadas; y el abandono del cultivo del frijol como una consecuencia del uso de herbicidas. En la zona irrigada hizo su presencia la mecanización mediante el uso del tractor y una tendencia hacia el cultivo de forrajes, los cuales se integran a la ganadería como un sistema de producción. La potencia de los tractores existentes en la región, en "caballos de fuerza" (HP), rebasa en casi tres veces los requeridos para la cantidad de tierra arable, lo que implica una subutilización de la capacidad de trabajo de los tractores, los que se usan para las siembras por sus propietarios o por medio de maquila.

Palabras clave: campesino, costos de maquila, tecnología agrícola tradicional, tractorización, historia agrícola comunitaria.

 

Abstract

In order to recognize the type of agriculture that has been practiced in the region, the technology used, the changes that have been taken and, the implications that were triggered by adopting new technologies; from the use of the yoke to the tractor, it describes the agricultural technology used by three valley communities of Queréndaro, Morelia, based on the instrument, technique and knowledge used since its formation. This research was conducted during 2009 and 2010. For this study we used the key informant method with a semi-structured interview and a transept. We found that, the cultivation practices were made through the force of the humans, the oxen, horses and mules, plus the use of the tractor and the application of technology packages, whose main promoter was the government, through the implementation of public policies: particularly in irrigated areas, and the abandonment of the bean crop as a result of the use of herbicides. In the irrigated area of mechanization it made its presence using the tractor and a trend towards the cultivation of fodders, which are integrated to livestock as a production system. The power of the tractors in the region, in 'horsepower' (HP), exceeds by almost three times that required for the amount of the arable-land, which implies an under-utilization of labor capacity of the tractors, used for sowing by their owners or through maquila.

Key words: communal agricultural history, farmer, maquila costs, traditional agricultural technology, use of tractors.

 

Introducción

Desde que el hombre descubrió la agricultura, desarrolló la tecnología que le permite explotar el ambiente disponible. Sí éste ofrece pocos recursos, la tecnología potencia su aprovechamiento, incluso más allá de lo necesario, ya que las restricciones ambientales no influyen el desarrollo tecnológico.

En el caso de la agricultura mexicana, ésta manifiesta una diversidad tecnológica amplia que va desde explotaciones basadas sólo en la fuerza humana donde se producen especies nativas destinadas al autoconsumo, sin uso de pesticidas ni fertilizantes, hasta explotaciones con un alto uso de tecnología Cruz (1997); diversidad factible de encontrarse prácticamente en cualquier región o comunidad del país en donde predominan estrategias campesinas.

En el contexto agronómico y del desarrollo rural en México, un conjunto de cambios en lo social, económico y tecnológico se han suscitado en las comunidades Michoacanas y de manera particular las que se encuentran en el Valle Morelia-Queréndaro, originados como consecuencia de las políticas públicas de desarrollo agrícola y programas gubernamentales implementados durante el siglo pasado; que dejaron hondas huellas en la región, cuyos resultados finales fueron cambios paradigmáticos en la forma de hacer agricultura y en la disminución de la población rural a consecuencia de la migración.

Al Valle Morelia-Queréndaro, ubicado en la cuenca endorreica de Cuitzeo, se le considera como el segundo granero del estado de Michoacán, por contar con una amplia superficie plana, casi sin heladas y abundante agua proveniente de la presa de Cointzio o a partir de pozos profundos. Estas condiciones medioambientales permitieron el desarrollo de diferentes cultivos y, a su vez, una importante industria ganadera productora de leche y carne, con un alto empleo de tecnología moderna.

Así, varias preguntas de investigación surgieron cuando se visualizó la conformación del paisaje rural-urbano del valle, como la presencia de cultivos de temporal y riego en diferentes condiciones, la tecnología que se utiliza y el abandono de tierras de cultivo, dentro de las cuales destacaron: ¿Cuáles son los cambios y causas en la agricultura de la región en el siglo XX? ¿Cuáles son los cambios en el padrón de cultivos? y ¿Cuáles son las actividades realizadas con tractor, su calendarización y su costo?

Para responder se identificaron los cambios tecnológicos presentados en la agricultura en el valle; se consideró que desde la formación de las comunidades del valle se han presentado cambios paradigmáticos en la forma de hacer agricultura, en la tecnología usada, donde el tractor se muestra como un indicador de prosperidad y modernidad. Los programas de desarrollo promovidos por el gobierno para el bienestar comunitario, los sectores a los que se enfocan, entre otros. Todo esto permitió un análisis a fondo sobre la situación agronómica y social de la región y proporciona información para apoyar la toman decisiones en el desarrollo local y regional y con ello obtener mayor impacto.

 

Tecnología agrícola

Teorizar sobre la situación de la agricultura en México y considerarla como elemento de desarrollo regional, conduce hacia el paradigma del cambio tecnológico, el cual se ha presentado continuamente a lo largo de la historia de la humanidad. Para ello un enfoque pertinente que puede ayudar a explicar las causas del "avance", "retraso" o "conservación" de la agricultura es el histórico, basado en las prácticas de los actores dentro de la unidad de producción.

La agricultura surge en sociedades con alto grado experiencia de acumulación de conocimientos ecológicos y sobre el uso de los recursos naturales; desarrollada por sistemas autóctonos de generación y transmisión de conocimientos; y mecanismos de innovación tecnológica, enmarcados en los sistemas agrícolas de producción, identificadas con técnicas usadas para modificar el ambiente de las plantas y obtener productos útiles para el hombre (Hernández et al, 1988). Esto significa que las antiguas formas de producción se sustituyen por nuevas, en donde destaca el factor tecnológico, a partir del cual se originan nuevos equipos, insumos y productos.

Al inicio de la agricultura, el hombre dependía de su fuerza como energía para realizar la agricultura, posteriormente utilizó la de los animales domésticos, y ya en siglo XIX, pero particularmente en el XX, empleo la energía fósil, por medio del tractor. Con esta visión, podemos observar en la realidad nacional esta diversidad, cuya expresión se presenta con diferentes elementos biológicos, químicos, agronómicos y mecánicos, además de riego; lo que se manifiesta como una presencia de herramientas tan antiguas como la coa y el arado en su diversidad, movido por tracción animal; y energía mecánica; aquí el tractor se ha interpretado como un icono de la modernidad (Cruz et al., 2004).

La tecnología utilizada durante el siglo pasado y la que se encuentra presente en las comunidades de estudio, se puede clasificar considerando cuatro elementos: 1) biológicos; 2) químicos; 3) mecánicos; y 4) los agronómicos, que incluye a las prácticas culturales y manejo (Arellano, 1999; Cruz, 2002); los cuales a su vez se subdividen en varios componentes. Cabe aclarar, que Arellano (1999) considera a los elementos de la tecnología, como "innovaciones agrícolas"; menciona los biológicos, químicos, mecánicos y la organización del trabajo, donde incluye a los agronómicos. De tal manera que al estudiarlos, es posible encontrar una mezcla de conocimientos empíricos, tradicionales y científicos que han conducido hacia cambios en su uso dentro del cultivo; donde se destacan nuevos desafíos, nuevas preguntas y nuevos métodos e instrumentos (Aguilar, 2005).

En este documento, tecnología se considera como la aplicación del conocimiento hacia la creación de condiciones de producción que permitan un mayor rendimiento, calidad, seguridad oportunidad o faciliten las acciones bajo las cuales se lleva a cabo el proceso productivo (Cruz, 2002), con inclusión de elementos que han conducido hacia un rendimiento enmarcado dentro de acciones, servicios asistenciales y de investigación; de infraestructura y tecnología en la agricultura.

Una tecnología es una combinación de todas las prácticas de manejo para producir un cultivo, una mezcla de cultivos o para almacenar los productos provenientes de éstos; mientras que la práctica agrícola se define por el tiempo y cantidad de componentes tecnológicos utilizados, tales como la preparación de la cama de siembra, uso de fertilizantes, el deshierbe, etc. (Sangerman- Jarquín et al, 2009).

Un ejemplo sobresaliente en el campo mexicano, es la tecnificación en zonas de riego y la tractorización, los cuales son componentes del paradigma tecnológico de la Revolución Verde, centro de las políticas de desarrollo de la agricultura en los años sesentas; mismas que sólo benefician a los productores ricos, la gran mayoría quedan marginado del beneficio de las nuevas tecnologías (Del Valle y Solleiro, 1996).

Por otro lado, los trabajos sobre mecanización en el agro mexicano han sido escasos (Macera, 1990; Palacios, 2009), los estudios serios que hay solo dan cuenta de las características e impactos que ha tenido la tractorización a niveles de agregación geográfica; donde la mayor cantidad de ellos se encuentran en las zonas irrigadas, dejando relegada a las zonas de temporal (Macera, 1990). Los inicios de la mecanización en el país datan del siglo XIX, fue introducida para beneficio de las haciendas.

La tractorización ha sido promovida por el estado mexicano y ha llegado a convertirse en un ideal, un símbolo de prosperidad y modernización, al que planificadores, políticos, agrónomos y productores han apostado, a grado tal que se han introducido tractores en sitios en donde resulta inconveniente su uso, desde el punto de vista económico, ecológico y de la tecnología implicada (Cruz, 2002).

Para dejar en entredicho los beneficios de la mecanización, se requiere aplicar el análisis económico de los costos de producción de las diferentes tecnologías y hacer un comparativo, al respecto, Cruz et al. (2004) mencionan que en términos absolutos, los costos de producción son mayores en la tecnología de tractor al compararlos con los sistemas de cultivo tradicional, como la roza-tumba y quema, en una relación de dos a uno. Aparte, el uso del tractor ha incorporado "modernidad" a las comunidades y los cambios que las máquinas provocan en el suelo se traducen en profundos cambios en la mentalidad habitual del productor al considerarlo como un artefacto-animal (Palacios, 2009).

El trabajo que realizan los tractores implica la disminución de jornales para determinado sistema de cultivo. Macera (1990) menciona que un tractor de 70 caballos de fuerza (HP), permite el cultivo de 80 hectáreas al año. El tractor es empleado por los propietarios en sus tierras y por medio de la maquila en terrenos de productores sin tractor, lo cual da como resultado que algunos de ellos establezcan un sistema mixto de trabajo, en donde usan el tractor para las prácticas que requieren más fuerza, como el barbecho, y la tracción animal para actividades más livianas, como la escarda (Turrent y Cortés, 2005).

 

Marco regional de la zona de estudio

El Valle Morelia-Queréndaro se ubica en la Región Centro del estado de Michoacán (Figura 1); cuya altitud oscila entre los 1800 y 1860. Las localidades de estudio se encuentran en los municipios de Tarímbaro (Téjaro. Latitud norte 19 °50 '03''; longitud oeste 101° 05' 10'') y Álvaro Obregón (Las Trojes. Latitud norte: 19° 88' 36''; longitud oeste 101° 05' 63'' y La Presa. Latitud norte 19° 90' 08''; Longitud oeste 101° 03' 75''). Cuya descripción general se hace en el Cuadro 1. La región fue seleccionada porque: a) presenta localidades que se originaron antes de la reforma agraria en la región; b) existen programas y políticas públicas que han afectado a la región; y c) se presenta agricultura de subsistencia y comercial. Además, el área ejidal se encuentran dentro del vaso disecado del lago de Cuitzeo, lo cual les ha permitido compartir todos los cambios tecnológicos implementados a nivel gubernamental.

 

La región tiene un clima templado sub húmedo con lluvias en varano C (w) y temperaturas que oscilan entre 2.5° a 25.1, siendo 15 °C el promedio de temperatura. Con precipitación de 190 mm en el mes más lluvioso del año (julio) y una precipitación promedio anual cercana a los 1 000 mm (López et al., 2002). Los suelos son aluviales, residuales y arcillosos, desarrollados a partir de basaltos, brechas, tobas, andesitas y riolitas; ricos en calcio, magnesio y fierro; moderados en potasio y sodio, adecuados para la agricultura de temporal y de riego (García y Carrillo, 2006).

Se cultiva principalmente: maíz, frijol, alfalfa, sorgo, trigo, garbanzo, cebolla, jitomate y se cría ganado bovino, porcino, caprino, avícola, equino, ovino y apícola. Se considera que esta región vivió un proceso de modernización agropecuaria desde la construcción del Distrito de Riego Núm. 20, en los años 30, hasta la década de los 80 (García y Carrillo, 2006), de ahí que se requiriere un análisis más profundo para determinar si aún persiste esta condición de modernidad.

Según el INEGI (s. d.) para el 2006, el principal sector de actividad económica que aporta el mayor porcentaje al Producto Interno Bruto (PIB) del estado es, el de los servicios, con 24.9%; y las actividades: agropecuaria, silvícola y pesca ocupa el cuarto lugar, con 12.5%.

 

Materiales y métodos

La investigación partió de la búsqueda de información de gabinete, y posteriormente de campo; para esto se realizaron transeptos por los caminos vecinales de las comunidades de estudio, con el fin de identificar los cultivos y la tecnología utilizada. La información de campo se obtuvo mediante entrevistas a profundidad, con preguntas relativas a la forma en que se venía realizando la agricultura y tecnología utilizada desde el siglo pasado y conformación de las comunidades, hasta la actualidad; poniendo énfasis en el tipo de tecnología utilizada, las modificaciones que ha tenido y sus causas.

Para considerar a una persona como informante clave, ésta debía ser originaria de la región, haber viviendo el tiempo suficiente en la comunidad para conocerla, ser adulto, de preferencia en plenitud, no importaba el sexo y que estuviera relacionado con la agricultura. A partir de aquí, se utilizó el método de bola de nieve que nos condujo de un informante a otros.

Las comunidades estudiadas fueron seleccionadas por estar bien comunicadas, existir una relativa cercanía entre ellas, practican una agricultura, de riego y secano, muy similar, hay una interacción tecnológica entre ellas, poseen ejidos en las inmediaciones del vaso de la Laguna de Cuitzeo y forman parte de los programas implementados por el gobierno, de los cuales obtienen beneficios y sufren los inconvenientes de su aplicación; así también presentan un alto índice de migración.

La información obtenida se procesó de manera longitudinal, considerando varias épocas: hacendaria, pequeños propietarios, ejidal y actual; el tipo de prácticas agrícolas y tecnología utilizada en cada una de ellas. Dentro de cada cultivo se tomó en cuenta: tipo, mecanización, condición, herramienta utilizada, tipo de suelo, variedades y si era de temporal o riego. Asimismo, para estimar la tractorización, se obtuvo la cantidad de ellos por comunidad y municipio, con el fin de calcular los parámetros de eficiencia, al relacionar unidades- superficie, cantidad y actividades que realiza en diferentes cultivos, ciclo de trabajo, capacidad de trabajo y los costos de las diferentes actividades agrícolas.

Para calcular la relación superficie y capacidad de trabajo del tractor, se consideró que con un caballo de potencia (Hp) se trabaja una hectárea; para ello se tomó como base constante un tractor pequeño de 60 Hp y se multiplicó por la cantidad de tractores que hay en cada comunidad; resultando la cantidad de hectáreas factibles de trabajar. Se tomó como valor base el tractor de 60 Hp, debido a que es el más pequeño que menciona el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI) en los resultados obtenidos a partir del VII Censo Agrícola, Ganadero y Forestal. Finalmente, para entender cómo se ha desarrollado la agricultura y cuál ha sido su presencia y manejo actual y futuro, los sistemas de cultivo se caracterizaron en el tiempo.

 

Resultados y discusión

Tecnología agrícola comunitaria

La tecnología para la realización de las prácticas agrícolas en las comunidades de Las Trojes, La Presa y Téjaro, ha tenido un proceso evolutivo, que dependió básicamente del tipo de tenencia y condición del terreno; favorecido por las condiciones ambientales del valle, propias para la transferencia y apropiación de nuevas técnicas y conocimientos.

Los métodos tradicionales de cultivo utilizados desde principios del siglo XX, en la época hacendaría, se conocen en la zona como "año y vez. Este método consistía en sembrar un año una fracción de tierra y al siguiente año dejarla descansar, a la vez se utilizaba como agostadero, aquí además de pastar el ganado abonaba al terreno con sus hecesx." y de "a mano". Este método de cultivo consiste en acondicionar el terreno, mediante la limpia, acomodamiento de las piedras en líneas perpendiculares a la pendiente, cuando el terreno lo permite o realizando hoyos en el suelo pedregoso para colocar la semilla, realizar labores de limpia, cosecha y recolección de los residuos oigánicos, en el caso de que sea posible su extracción, de lo contrario, el rastrojo se dejaba para enriquecer el suelo y consumo del ganado; éstos eran realizados en terrenos de las haciendas y en las pequeñas propiedades. Las herramientas utilizadas en su realización, eran el azadón, la hoz y el machete, el "pizcador" y el "guangoche" o ayate; es decir, sólo instrumentos manuales. En los terrenos planos, las haciendas. Más que haciendas eran grandes ranchos, los cuales se redujeron en 1936, como consecuencia de la aplicación de la reforma agraria en la región. Utilizaban la yunta, el arado de metal con ruedas, ollas de agua, presas, represas y algunos tractores con ruedas de metal. Los principales cultivo eran el trigo, seguido por el maíz, frijol, calabaza y hortalizas, arreglados en policultivo y el trabajo era realizado por peones acasillados o trabajadores "a medias" o "al tercio". Forma de trabajo que consiste en dividir los gastos del cultivo, en dos o más partes, donde el dueño del predio aporta una parte y quien siembra otra. Al final se reparte la cosecha en dos o tres partes, según acuerdo entre participantes.

Con la dotación de tierras al ejido en 1936, varias modificaciones se presentaron en la tecnología, debido a que "el gobierno dio tierra, pero no dinero con que trabajarla". Ello obligó a la gente a construir y adecuar herramientas a sus posibilidades, así ocurrió con el arado "de palo", uno de los primeros instrumentos utilizados por los ejidatarios y elaborado en su mayor parte por ellos mismos, ya que el cuerpo del arado se fabricaba con madera de mezquite y la reja de hierro; y era tirado por la yunta de bueyes. La producción de granos se destinaba para el autoconsumo y los esquilmos para el ganado. El rastrojo se apilaba para la época de desabasto o de "secas"; y el ganado se introducía en el terreno en barbecho para que se comiera los residuos de la cosecha y el pie de mata.

 

Cambios tecnológicos

Después de la aplicación de la reforma agraria en 1936 en la región, los nuevos ejidatarios iniciaron a trabajar la tierra con la yunta, para 1946 el gobierno federal implementó el programa de lucha contra la fiebre aftosa (Ocádiz, 2001), colocando en la región centros de sacrificio de animales de pezuña hendida, tal es el caos de Singuio, Álvaro Obregón, a donde se aplicaba el método del "rifle sanitario", esto obligó a deshacerse del ganado vacuno. Por lo cual se originó un cambio en la tecnología agropecuaria, al dejar al campesino sin la yunta para trabajar la tierra.

Se puede afirmar que el programa contra la fiebre aftosa fue la punta de lanza para la introducción de la modernización tecnológica en la agricultura de la región, la cual se continuó en 1961, con la Revolución Verde. Los promotores optaron por proporcionar créditos bancarios a los ejidatarios para que pudieran sembrar, criar ganado vacuno y otras especies domésticas; fue a través de estos créditos que se obligaba a la siembra de ciertos cultivos bajo determinada tecnología, y control de la comercialización, situación que persiste hasta la actualidad, esto concuerda con lo expuesto por Del Valle y Solleiro (1996) en su trabajo realizado sobre agroindustrias en México.

Con el ejercicio de los primeros créditos, los campesinos se percataron del condicionamiento a ciertos cultivos y cierto "paquete tecnológico", en donde se incluían nuevas variedades de plantas y fertilizantes químicos, desconocidos por ellos y que los obligaba a modificar métodos y abandonar plantas tradicionales. Lo primero que cambió fue el policultivo, hacia monocultivo, la desaparición de plantas y variedades que se habían conservado por generaciones. Estos cambios fueron más intensos en la zona de riego, donde se introdujeron semillas híbridas de maíz y otros cultivos totalmente mecanizados como el sorgo y trigo. En los cuales se aplicaba todos los elementos del paquete tecnológico, incluyendo el agua.

Con la aplicación de la revolución verde en la región, los cambios en los sistemas agrícolas fueron definitivos, así se dejó de utilizar la yunta de bueyes; se perdieron las semillas de maíz blanco, amarillo, azul, rojo, de dulce para tostar y hacer "ponteduro". Maíz dulce, tostado, garapiñado con dulce de piloncillo, utilizado como golosina, se repartía en la época de navidad, en las posadas y pinole; Polvo de maíz de color, tostado y mezclado con piloncillo. El método de siembra a "tapa pie"; desaparecieron las gavillas de rastrojo de maíz, hasta de seis metros de altura, en las que se almacenaba la pastura para usarse como forraje para la yunta y que eran parte del paisaje rural. También se perdió el pastoreo del ganado en las parcelas en donde se daba un abonado con las heces que incrementaba la fertilidad, lográndose beneficios, según lo menciona Mazoyer y Laurence (2006).

En la actualidad se siembran de 80 a 100 plantas de maíz por hectárea; no se utilizan los residuos de la cosecha anterior, se confina al ganado en espacios alejados de los campos de cultivo, se utilizan insumos químicos y el tractor. "se gana mucho", mencionan; sin embargo, "también se gasta más", lo que implica contar con recursos financieros para realizar el siguiente ciclo, debido a que la semilla de la cosecha anterior por ser híbrida, ya no funciona, "no da" se sabe colectivamente, por ello se debe comprar a comerciantes, que imponen precios y uso de productos químicos y biológicos. Del Valle et al. (1996) afirman que las agroindustrias demandantes de materias primas tienen injerencia en las decisiones de qué y cómo producir en el campo, con ello se privilegia un paquete tecnológico.

En la actualidad las técnicas de cultivo y la tecnología utilizada han cambiado en la región del valle Morelia-Queréndaro, ajustándose al nuevo paradigma promovido.

Se modificaron los calendarios agrícolas y dejaron de tener un vínculo directo con las fiestas patronales comunitarias, los productores le apuestan a los cultivos de riego, en donde siembran dos veces al año y dejan abandonados los terrenos de temporal. Así también, el frijol ya no se cultiva, como una consecuencia del uso de herbicidas para malezas en el maíz, con ello se ha perdido el producto que se mandaba al mercado y por ello aportaba dinero en efectivo, antes de la cosecha del maíz.

Actualmente, a lo largo y ancho de los campos de cultivo es evidente que la producción agrícola está enfocada a la producción de forrajes para ganado bovino y porcino; para la producción de carne y leche para el mercado local. Se encontró que la alfalfa cubre 67.2 % de la superficie, seguido por la avena y el maíz; (Cuadro 2) situación que suele cambiar de un ciclo a otro, sobre todo en el caso de la avena, el maíz y el trigo.

 

Tractorización comunitaria

El arribo de los tractores en la región se dio en 1946, junto con el programa contra la fiebre aftosa, eran pequeños y costaban el equivalente a 10 yuntas, recientemente se usan las remesas para adquirir tractores de manera individual o en sociedad, los que se utilizan para cultivar sus propias tierras y para maquila en los terrenos de aquellos que no cuenta con este medio.

La cantidad de tractores en la región llama la atención en virtud a que cada municipio o comunidad posee cantidades elevadas, que al considerar el número por caballos de potencia (HP) y compararlo con la superficie laborable disponible se encontró que la potencia de tractores existentes es muy por encima de la tierra disponible, de ésta manera existen 27 545 HP para 9 531.7 ha en Álvaro Obregón y 15 860 HP para 13 885.3 ha de Tarímbaro. Para el caso de las comunidades de estudio la situación es similar, esto implica una subutilización de tractores (Cuadros 3 y 4), situación que posiblemente se explique por el estatus social y reconocimiento en las comunidades a los poseedores de un tractor.

El ciclo de trabajo de un tractor inicia en el mes de noviembre, con la preparación de la tierra, continua con siembra y en ocasiones se hacen labores de cultivo, ya en el mes de julio, por ello, un tractor puede ocuparse durante 8 meses al año si se dedican a la maquila. Los mejores tractoristas tienen mayor demanda y por ello se ocupan durante mayor tiempo, se requiere habilidad, conocimiento y calidad de trabajo del tractorista. En la actualidad, con el tractor se realizan diversas actividades durante el ciclo agrícola, que varían en relación con el cultivo (Cuadro 5).

Es de mencionar que en este trabajo se consideró el tractor más pequeño (60 Hp) que menciona INEGI para la región, sin embargo éstos tienden a variar ampliamente en su potencia.

El precio en la maquila del tractor por actividad es variable, los valores más altos corresponden al barbecho, siembra con fertilizante, escarda y trilla del trigo y sorgo, que oscila entre $ 700.00 y $ 800.00 por hay los valores más bajos corresponden a actividades como aplicar herbicidas, abonar, regar entre otros; con precios que van desde los $ 250.00 hasta los $ 400.00. Ésta variación se debe al tiempo que se utiliza el tractor por actividad, a la fuerza que se requiere y al tipo de cultivo. En general su utilización, ya sea rentado o propio implica un gasto elevado que incrementa costos de producción de los cultivos.

 

Riego

Un factor importante que permite la introducción de innovaciones en la agricultura regional, fue el agua para riego, esta constituye un elemento potenciador del uso de otros factores típicos de agricultura tecnificada. El agua se obtiene de la Presa de Cointzio y llega a través del Río Grande de Morelia, el cual cruza los terrenos agrícolas de las comunidades y desemboca en la Laguna de Cuitzeo. También existen pozos profundos, con capacidad de hasta ocho pulgadas, que pueden regar alrededor de 60 ha.

El método de riego es por gravedad, vía canales al aire libre y sin revestimiento, el agua se utiliza para el cultivo de alfalfa, trigo, maíz y sorgo. El riego por goteo es poco utilizado, se presenta en hortalizas para lo cual se obtiene el agua de pozos de pequeños propietarios con y capacidad de seis pulgadas, en donde además se usan acolchados, con lo que se lograr mayor eficiencia en el uso del agua.

El costo del agua depende del cultivo, por ejemplo, si se siembra maíz, se paga por la limpieza de los canales y los derechos del riego. En cambio para la siembra de alfalfa, se requiere pagar un derecho por el cambio de cultivo; la limpieza de canales, los riegos necesario, los cuales tienen un precio más elevado que los del maíz, debido a la mayor cantidad de agua que utiliza.

En la región se promueve labranza de conservación, lo que implica la utilización de la maquinaria de "cero labranza", esto trae nuevas necesidades de maquinaria y disminución de gastos en pago de maquila, sin embargo, se incrementa de manera importante el pago por productos químicos. Es importante encontrar las diferencias en costos de estas dos tecnologías y recapitular en los daños ecológicos y a la salud que su uso implica.

Con relación a la ganadería, fue promovida hace más de 40 años mediante créditos bancarios, cuyo fin era articular la producción agrícola con al ganado vacuno, porcino y especies menores, promovidos mediante la creación de organizaciones ejidales o entre particulares. Cuando la organización fue exitosa se conservó la producción de ganado vacuno, decreciendo las especies menores y los cerdos. Ésta articulación permitió incrementar los ingresos del productor, al darle un valor agregado a la producción de granos y forrajes en la dieta de los animales que cría y comercializa.

Al respecto Sánchez etal. (2008) comentan que los productores de Téjaro y Cotzio buscan mantener un balance entre el número de vacas en producción y el recurso forrajero agrícola disponible, con lo cual se hacen menos vulnerable a las fluctuaciones en el precio de los alimentos concentrados. No obstante los precios de los productos alimenticios balanceados, impuestos por el mercado continúan siendo una limitante.

 

Conclusiones

La agricultura regional sufrió grandes trasformaciones, dentro de las cuales destacan el cambio de especies y variedades, aquí el maíz criollo de autoconsumo fue sustituido por trigo, sorgo, alfalfa, para la venta; la sustitución de las yunta de bueyes, cambiado por el tronco de mulas, tiro de caballos y tractor; los abonos orgánicos se sustituyen por fertilizantes químicos, además se agregan los pesticidas y herbicidas. Esto trajo como consecuencia la erosión de la cultura campesina, la pérdida de la autosuficiencia alimentaria y el establecimiento de una agricultura mercantilista.

Los cambios tecnológicos en la agricultura del siglo XX de la Región Morelia-Queréndaro fueron promovidos mediante políticas públicas y programas aplicados al campo mexicano, cuyas consecuencias han llevado a la pérdida de control del proceso productivo por los campesinos y el impulso a una agricultura para el mercado, en donde los menos beneficiados son los destinatarios de los programas.

La medida sanitaria usada por el gobierno mexicano para el control de la fiebre aftosa en la región, originó un desajuste en la economía de los campesinos, al privarlos del medio de tracción tradicional, y fue la punta de la lanza de la introducción de cambios tecnológicos ahorradores de mano de obra, que desemboca en migración a la vez que se establecen las bases para la mecanización y en general una agricultura productora de mercancías.

La región sufrió un proceso de reconversión productiva en donde se pasa de cultivos tradicionales a una producción de forrajes y materias primas industriales, este cambio se distingue por el uso de los mejores recursos productivos, como son los terrenos, planos, profundos y con agua de riego, a la vez se marginan los terrenos sin estas características.

 

Literatura citada

Aguilar, C. C. 2005. Naturaleza del cambio tecnológico y el crecimiento económico. Contribuciones a la Economía. 23 p. En línea: http://www.eumed.net/ce/2005/cac/index.htm. Fecha de consulta: Junio de 2011.         [ Links ]

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