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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.4 no.1 Texcoco ene./feb. 2013

 

Artículos

 

Reacción del frijol silvestre (Phaseolus vulgaris L.) a la profundidad de siembra*

 

Wild beans (Phaseolus vulgaris L.) reaction to planting depth

 

Cecilia B. Peña-Valdivia, Carlos Trejo1, Raquel Celis-Velazquez2 y Anselmo López Ordáz1

 

1 Botánica, Colegio de Posgraduados. Carretera México-Texcoco km 35.5, Montecillo, Estado de México. C. P. 56230. (catre@colpos.mx), (anselmo@colpos.mx). §Autora para correspondencia: cecilia@colpos.mx; cecibetipv@gmail.com.

2 Recursos Genéticos y Productividad, Colegio de Posgraduados. Carretera México-Texcoco km 35.5, Montecillo, Estado de México. C. P. 56230. (celisvr@hotmail.com).

 

*Recibido: junio de 2012
Aceptado: enero de 2013

 

Resumen

Las poblaciones de frijol silvestres (Phaseolus vulgaris L.) actualmente son usadas incipientemente por los humanos; muchas de ellas son tolerantes a ambientes inductores de estrés y sus características nutricionales y de calidad pueden ser excepcionales, por ello representan un recurso desaprovechado. El objetivo del estudio fue describir la reacción del frijol silvestre a la profundidad de siembra y contrastarla con la de cultivares. La hipótesis fue que, ya que en su hábitat las semillas de frijol silvestre germinan cerca de la superficie del suelo, donde se depositan después de la dehiscencia espontánea de las vainas, la mayor profundidad de siembra afecta negativamente la emergencia de las plántulas. Se empleó un diseño experimental completamente al azar con arreglo factorial de tratamientos (15 x 4) en condiciones de invernadero. Los factores estudiados fueron: material vegetal (seis genotipos silvestres, tres cultivares tradicionales y seis cultivares mejorados) y profundidad de siembra (2.5, 5.0, 7.5 y 10 cm). Se evaluó la biomasa de las semillas, tiempo para la emergencia inicial y final (total o máxima), y porcentaje de emergencia inicial y máxima. La emergencia acumulada de los frijoles silvestres mostró tendencia logística (y = k/l + [k-n/ne-rx]) como los domesticados. Los frijoles silvestres en profundidad de 2.5 y 10 cm tardaron 1 d más (p< 0.05) para iniciar la emergencia (7.67 y 9.93 d) en comparación con los domesticados (6.43 y 9.02 d), pero el porcentaje de emergencia inicial no fue diferente (p> 0.05). La emergencia máxima fue diferente (p< 0.05) únicamente con 10 cm, en la que los frijoles silvestres emergieron en proporción mayor (72.78 %) que los domesticados (59.02 %). La profundidad de siembra no representa desventaja para la emergencia del frijol silvestre.

Palabras clave: domesticación, plántula, recursos naturales.

 

Abstract

Populations of wild beans (Phaseolus vulgaris L.) are currently used by humans incipiently; many of which are tolerant to environmental stress inducers and their nutritional traits and exceptional quality can therefore represent an untapped resource. The aim of the study was to describe the reaction of wild beans planting depth and contrast it with that of cultivars. The hypothesis was that, as in the wild, wild bean´s seeds germinate near the soil surface where they are deposited after spontaneous dehiscence of pods as planting depth negatively affects seedling emergence. We used a completely randomized design with factorial arrangement of treatments (15 x 4) under greenhouse conditions. The factors studied were: plant material (six wild genotypes, three traditional cultivars and six improved cultivars) and planting depth (2.5, 5, 7.5 and 10 cm). We also evaluated seed biomass, time for starting and ending the emergence (total or maximum), and emergence percentage initial and maximum. The cumulative emergence wild beans showed logistic trend (y= k/l + [k-n/ne-rx]) as domesticated. Wild beans depth of 2.5 and 10 cm took 1 d more (p< 0.05) for the emergency start (7.67 and 9.93 d) compared with the domesticated (6.43 and 2.9 d), but the initial emergence percentage was not different at all (p> 0.05). The maximum emergence was different (p< 0.05) by only 10 cm, in which wild beans emerged in a higher proportion (72.78%) than domesticated (59.02%). Planting depth is no disadvantage to the emergence of wild beans.

Key words: domestication, seedling, natural resources.

 

Introducción

México es reconocido como el centro de origen y domesticación del frijol (Phaseolus vulgaris L.). En México esta especie se ha cultivando desde hace aproximadamente 8 mil años y la diversidad de climas y nichos ecológicos y culturales favoreció, durante este periodo, el desarrollo de una gran diversidad de tipos regionales (tradicionales o criollos) de frijol con un mercado diverso de preferencias (Bitocchi et al., 2012; Sánchez-Rodríguez et al., 2001). Los cultivares tradicionales y mejorados actuales son numerosos y son producto de la domesticación de ancestros silvestres, de los que aún también existen poblaciones naturales en Centroamérica y Sudamérica (Bitocchi et al., 2012). Las especies silvestres representan un recurso genético que puede ser utilizado como fuente de variabilidad para el mejoramiento de la calidad de los cultivares actuales, por sus características relacionadas con la adaptación a condiciones desfavorables, como temperaturas extremas, sequía y ataque de insectos de las plantas en desarrollo y de las semillas cosechadas (Arroyo-Peña et al., 2005; Dwivedi et al., 2007; López, et al., 2001; Peña-Valdivia et al., 1999, 2002, 2011; Sánchez-Urdaneta et al., 2003); también, se ha reconocido su potencial para el mejoramiento de la calidad nutricional de las variantes domesticadas (Peña-Valdivia et al., 2011).

Los beneficios potenciales del aprovechamiento y abundancia de las poblaciones silvestres de frijol para el fitomejoramiento preceden a su estudio detallado, desde enfoques científicos diversos, para fundamentar su aprovechamiento. El potencial de los progenitores silvestres podrá rescatarse cuando se conozca su variabilidad genética para definir y evaluar la estabilidad de sus caracteres fenológicos, morfológicos, fisiológicos, bioquímicos y biofísicos asociados a la calidad agronómica, culinaria y nutricional (Peña-Valdivia et al., 2002, 2011). En los programas de fitomejoramiento es importante considerar el vigor de la semilla y de la plántula para optimizar la germinación, emergencia y desarrollo inicial de la planta (Celis-Velázquez et al., 2008 a-b). Al respecto, el vigor de semilla se ha descrito como un conjunto de propiedades que determinan el nivel y patrón de reacción de la semilla o lote de semillas durante la germinación y emergencia de la plántula (AOSA, 1993). Así, el vigor de la semilla parece un atributo adecuado para reconocer la variabilidad genética entre y dentro de los frijoles cultivados y silvestres, pues en forma sintética puede describir las diferencias entre los procesos y reacciones bioquímicas durante la germinación. Una ventaja de evaluar el vigor de semilla es que, a través de la germinación, y específicamente de la velocidad y uniformidad de emergencia de las plántulas, en condiciones diversas, pueden valorarse numerosas poblaciones en poco tiempo (Celis-Velázquez et al., 2008a).

El vigor de las semillas silvestres de frijol ha sido evaluado escasamente y se conoce muy poco de su reacción a la siembra (Celis-Velázquez et al., 2010). El éxito de un cultivo depende en gran parte de las características fisiológicas y bioquímicas de la semilla, su reacción al ambiente y la rapidez con la que utilice sus reservas para el crecimiento de la plántula. Los cultivares que se establecen y desarrollan rápidamente después de la siembra, aseguran que el cultivo compita exitosamente contra arvenses y limitan el efecto de algunos factores adversos como la falta de humedad (Celis-Velázquez et al., 2008 a; Lamour y Lotz 2007). La emergencia y establecimiento pobre de los cultivos de frijol es un problema común que podría resolverse parcialmente con el uso de cultivares con alto vigor de emergencia.

La caracterización de la emergencia y establecimiento de la planta en dependencia de la profundidad de siembra permite reconocer variabilidad entre cultivares de caracteres como la velocidad de emergencia, crecimiento de la plántula y desarrollo del follaje (Celis-Velázquez et al., 2008 a-b). El vigor seminal inicial del germoplasma de frijol mejorado, para siembra comercial en diferentes zonas de México, basado en la morfología de la semilla y de las plántulas mostró que su variabilidad está relacionada directamente con la capacidad para emerger y su dependencia con la profundidad de siembra es reducida (Celis-Velázquez etal., 2008 b). Cultivares tradicionales de frijol sembrados en profundidades diferentes asignaron cantidades diferentes de las reservas seminales (83 a 92%) que los mejorados (50 a 90%) a las plántulas en desarrollo, entre los cultivares mejorados hubo variaciones amplias dependientes de la profundidad de siembra, los cultivares tradicionales emergieron sincrónicamente, independientemente de la profundidad de siembra, y contrastaron con los mejorados con diferencia hasta de cinco días (Celis-Velázquez et al., 2008a).

Con base en lo precedente, se consideró de interés describir la emergencia de genotipos silvestres de frijol en relación con la profundidad de siembra y contrastarla con la de cultivares tradicionales y mejorados. La hipótesis fu que, ya que en su hábitat las semillas de frijol silvestre germinan cerca de la superficie del suelo, donde se depositan después de la dehiscencia espontánea de las vainas, la mayor profundidad de siembra afecta negativamente la emergencia de las plántulas.

 

Materiales y métodos

La investigación se desarrolló en un invernadero del Área de Botánica del Colegio de Posgraduados en Montecillo, Municipio de Texcoco, Estado de México. Se utilizaron genotipos de frijol silvestre mexicano de Chihuahua, Durango, Oaxaca (Núm. G CIAT 22873, 11025B y 12876, respectivamente) (Toro et al., 1990) y Tlaxcala (recolectado en La Malinche, Tlaxcala 19º 25' latitud norte, 98º 8' longitud oeste y 2 404 msnm). La semillas de Durango (Dur) y Tlaxcala (Tlax) fueron estratificadas por tamaño y se incluyeron las de los tamaños extremos, de acuerdo con lo descrito por Peña-Valdivia et al. (2002 y 2011) y López et al. (2007). Así, se evaluaron seis genotipos silvestres, identificados como: Chih (Núm. G CIAT 22873), Dur Atípico, Dur Típico, Oax (Núm. G CIAT 12876), Tlax Atípico y Tlax Típico.

Los cultivares empleados para el contraste con los silvestres fueron tres tradicionales: Guanajuato 113-A (Gto), Michoacán 12-A3 (Mich) y Puebla 40 (Pue) y seis mejorados para su cultivo en diferentes regiones agroecológicas: Amarillo 154 (Am), Bayomex (BM), Delicias 71 (Del), Flor de Mayo Sol (FMS), Negro 150 (Neg) y Ojo de Cabra (OC). Las semillas, de los frijoles silvestres y cultivares, fueron multiplicadas en un campo experimental del Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, en Montecillo, México (19º 28' latitud norte, 98º 53' longitud oeste, altitud de 2250 m, precipitación y temperatura media anual 550 mm 18 ºC; García, 2004) antes de evaluarlas.

De cada genotipo silvestre y cultivar se obtuvo la biomasa de diez grupos de 100 semillas. Parte de las semillas de frijol silvestre puede ser latente, por lo que todas se escarificaron con un corte en la testa, de algunos milímetros de profundidad, del lado opuesto al micrópilo con un bisturí. Las semillas se sembraron en macetas de 20 L, a 2.5, 5.0, 7.5 y 10.0 cm de profundidad, en una mezcla de tierra de monte y arena (2:1 p:p).

Se aplicó un riego a saturación antes de la siembra y después, el riego se aplicó cada tercer día. Se cuantificó el tiempo (días) para el inicio de la emergencia (al menos una plántula por unidad experimental) y el tiempo para la emergencia máxima (días para la emergencia del número mayor de plántulas), se calculó el porcentaje de germinación inicial (plántulas emergidas en el tiempo de emergencia inicial respecto al total de semillas sembradas), el porcentaje de emergencia final o máxima (plántulas emergidas en el tiempo de emergencia total respecto al total de semillas sembradas) y la tasa de emergencia (número total de plántulas emergidas d-1).

Los datos se ordenaron y se analizaron bajo un diseño experimental completamente al azar con arreglo factorial de tratamientos (15 x 4). El factor material vegetal incluyó 15 niveles (seis genotipos silvestres, tres cultivares tradicionales y seis cultivares mejorados) y el factor profundidad de siembra incluyó cuatro niveles (2.5, 5.0, 7.5 y 10 cm). Así, se formaron 60 tratamientos, cada uno con cuatro repeticiones de 20 semillas.

Los resultados fueron analizados mediante ANDEVA, comparación de medias con la prueba de comparación múltiple de medias de Tukey (p<0.05) con el paquete estadístico SAS (versión 8.1). La representación gráfica de los datos se realizó con el programa SigmaPlot de Jandel Scientific (versión 10.0).

 

Resultados y discusión

La emergencia acumulada de los seis genotipos silvestres, como la de los nueve cultivares, mostró una tendencia logística: y = k/l+(k-n/n)e-rx); en la que, de acuerdo con Peña-Valdivia et al. (2002) n representa el valor de emergencia esperada, en un tiempo x, k representa el valor esperado de la emergencia para cada tiempo x total, en la representación gráfica equivale a la altura de la asintótica, y r puede tomarse como el valor que representa la media de la velocidad de emergencia (Figuras 1, 2 y 3).

La emergencia es un proceso complejo, aun más que la germinación; al respecto, Welbaum et al. (1998) señalaron que el parámetro r debería interpretarse como la variación del tiempo en el que las plántulas completan la emergencia individualmente. No obstante, la emergencia de los frijoles silvestres y domesticados en el presente estudio tuvo comportamiento similar a la germinación de semillas silvestres y domesticados de frijol descrita por López etal. (1999) y Peña-Valdivia et al. (2002), en ensayos de laboratorio, con temperaturas entre 25 y 40 ºC.

De acuerdo con Peña-Valdivia et al. (2011), los frijoles en este estudio representan un gradiente de domesticación, en el que los extremos están representados por el grupo de los genotipos silvestres y los cultivares mejorados. Por esto, resultó de interés comparar también la reacción del grupo de cultivares tradicionales con el silvestre y el mejorado.

Tiempo para la emergencia inicial

El tiempo para iniciar la emergencia en la siembra a 2.5 cm mostró un gradiente entre los genotipos silvestres y los cultivares tradicionales y mejorados. Los silvestres tardaron poco más de 1 d en comparación con los cultivares mejorados y con el grupo domesticado completo (cultivares tradicionales más mejorados) (p< 0.05). El tiempo para iniciar la emergencia incrementó con la profundidad en los tres grupos y únicamente hubo diferencia significativa en la siembra a 10 cm, en la que el silvestre tardó en promedio 1 d más en comparación con el de los domesticados.

El tiempo para iniciar la emergencia fue homogéneo dentro de cada grupo en cada profundidad, con algunas excepciones (Figura 4 A-C). Los silvestres emplearon entre 7.2 (Dur Típico) y 8 d (Oax y Tlax atípico) en la siembra a 2.5 cm y entre 9.4 (Chih) y 10.6 d (Tlax Atípico) en la de 10 cm; y los tiempos menores y mayores correspondieron a los cultivares mejorados en las siembras a 2.5 y 10 cm respectivamente, entre 5.6 (Neg) y 7.2 d (BM) en el primer caso y entre 7.7 (del 71) y 10 d (Am) en el segundo. El tiempo para iniciar la emergencia dependió de la interacción estadísticamente significativa (p= 0.01) entre el genotipo o cultivar y la profundidad de siembra; y se demostró la relación no lineal de la emergencia con la profundidad de siembra de los genotipos silvestres y los cultivares (Figura 4 A-C).

Otros estudios demostraron que las plántulas de tres genotipos silvestres de Durango y Tlaxcala, en condiciones de cultivo en campo, emergieron en promedio en tiempos similares (10 y 11 d) a los cultivares Am y Bayo Mecentral (9.8 y 10.8 d) (Aguirre et al., 2003) y en condiciones de invernadero las plántulas de un silvestre de Durango emergieron al mismo tiempo que las de la línea 370 (Berrocal et al., 2002); no obstante, estos autores no indicaron la profundidad de siembra.

Porcentaje de emergencia inicial

El porcentaje de emergencia inicial indica la sincronía de cada genotipo o cultivar para emerger y en este estudio fue afectado por la profundidad de siembra, con tendencias poco claras dentro y entre los grupos (Figura 5 A-C), fue significativamente menor y mayor en el grupo silvestre con la siembra a 5 y 10 cm en comparación con el grupo mejorado (p< 0.05), fue similar al de los cultivares tradicionales y no existió diferencia (p> 0.05) en las otras profundidades. Además, la comparación de los porcentajes de emergencia entre el grupo silvestre y domesticado mostró diferencia (p< 0.05) únicamente con la siembra a 7.5 cm de profundidad, en la que el silvestre superó con 10% al domesticado.

Las diferencias, aunque amplias del porcentaje de emergencia inicial, no fueron significativas entre Tlax Típico y Chih (32%) y los cultivares tradicionales Gto y Pue (26%) y mejorados BM y Am (32%) con la siembra a 2.5 cm de profundidad. En contraste, las diferencias con la siembra a 7.5 y 10 cm dentro de los grupos si fueron significativas; las más amplias las presentaron Chih y Tlax Atípico (27.2%) entre los silvestres y FMS y Neg (25.2%) entre los cultivares mejorados en 7.5 cm, y Tlax Típico y Dur Atípico (42.4%) en 10 cm.

Entre las características del "síndrome de domesticación" de frijol está la sincronía de las etapas fenológicas (Aguirre, 2003). Los frijoles domesticados, tanto tradicionales como mejorados, son producto de la selección de características de interés antropocéntrico y poseen uniformidad morfológica, fisiológica y agronómica alta. El crecimiento sincrónico de las plantas será, en parte, resultado de la emergencia simultánea de las plántulas (García et al., 1997).

Sobresalió la ausencia de alguna relación directa del tamaño y origen de la semilla con la emergencia. Entre los genotipos silvestres, dos con las semillas de biomasa menor, Dur Típico y Tlax Típico (Figura 6), mantuvieron porcentajes de emergencia inicial similar en las cuatro profundidades de siembra (Figura 5 A).

En contraste, Soltani et al. (2006) aseguraron que el tamaño de semilla puede tener efecto en la emergencia, ellos observaron que las especies con semilla grande tuvieron ventaja sobre las de semilla chica durante la germinación y Parker et al. (2004) indicaron que las semillas grandes tuvieron soporte metabólico mayor para el crecimiento temprano y originaron plántulas de mayor tamaño, lo que conduce a su establecimiento mejor. Según Leishman (2001) las especies con semillas grandes también exhiben establecimiento superior en ambientes con competencia alta, y emergencia mayor desde capas más profundas de suelo. Sin embargo, Grime (2001) aseguró que las especies con semilla pequeña exhiben establecimiento mayor en hábitat abiertos y perturbados, en los que las semillas requieren pocos recursos para el crecimiento temprano. Además, se ha señalado que la biomasa de la semilla se correlaciona con su vigor (Wang et al., 2006), permanencia de la plántula (Debain et al., 2003), tamaño de la planta y su probabilidad de sobrevivir (Simons y Johnston, 2000).

La interacción entre variante de frijol y profundidad de siembra sobre el porcentaje de emergencia inicial mostró significación estadística (p= 0.001), predominó la tendencia decreciente del porcentaje de emergencia inicial entre los cultivares mejorados, con fluctuaciones amplias entre ellos y, en general, la mayor estabilidad de la emergencia inicial de los genotipos silvestres en relación con la profundidad de siembra (Figura 5 C).

La reacción adecuada de los cultivares a la profundidad de siembra asegura la permanencia y éxito del cultivo. Celis-Velázquez et al. (2008 b) determinaron que las plántulas de 99 % de una muestra de 48 cultivares mejorados de frijol emergieron igual con las siembras a 2.5 y 5 cm de profundidad, pero la disminuyó a 58% cuando la siembra se hizo a 10 cm; sin embargo, la variabilidad del vigor inicial dependiente de la profundidad de siembra fue reducida en los 48 cultivares.

Tiempo para la emergencia total

Después de la fase inicial de emergencia, la emergencia de los frijoles silvestres y los cultivares se incrementó aceleradamente (Figuras 1 a 3). Las tasas de emergencia mayores, en los tres tipos de frijoles, se observaron a 2.5 cm de profundidad (Figura 6).

Una tendencia parcialmente similar a la caída de la tasa de emergencia debida a la mayor profundidad de siembra de los cultivares mejorados se observó en los cultivares tradicionales y en los silvestres; sin embargo, el efecto fue menos pronunciado en estos últimos (Figura 7) y en algunos casos, como en los cultivares Gto y Mich y en las variantes silvestres Chih y Dur Atípico, la siembra a 10 cm de profundidad favoreció la tasa de emergencia con respecto a la generada con 7.5 cm de profundidad (Figura 4 D-F). Así, el tiempo para la emergencia total con la siembra a 2.5 y 5.0 cm de profundidad fue estadísticamente similar entre las 15 variantes (con valores promedio de 14.2 y 14.9 días, respectivamente).

Porcentaje para la emergencia total

El porcentaje de emergencia total fue significativamente similar dentro y entre grupos con la siembra a 2.5 y 5.0 cm de profundidad; en general, con éstas profundidades además se alcanzaron los mayores porcentajes de emergencia. La siembra a 7.5 y 10 cm afectó negativamente la emergencia y por tanto la tasa de emergencia de todos los frijoles; aunque, las diferencias estadísticas se detectaron entre los grupos sólo a 7.5 cm. Los genotipos silvestres incrementaron significativamente la tasa de emergencia con la siembra a 10 cm, respecto a la de 7.5 cm; y los cultivares tradicionales Pue y Gto, destacaron por sus porcentajes de emergencia altos con la siembra a 7.5 y 10 cm de profundidad.

Celis-Velazquez et al. (2008 b) observaron que la capacidad de emergencia entre los frijoles domesticados depende del cultivar y la profundidad de siembra, ya que cerca de 60% de un grupo de 48 cultivares mejorados no emergió de la siembra a 10 cm y, aunque entre ellos hubo semillas de biomasa baja y alta, la proporción mayor que no emergió tenía semilla con biomasa intermedia entre los extremos de todo el grupo (14.60 y 51.57 g 100 semillas-1); así, en ese estudio no se observó un efecto de la biomasa de semilla en la capacidad de emergencia y coincide con nuestros resultados.

Además, de acuerdo con Vázquez de Aldana et al. (2011) la forma de las semillas, en contraste con la biomasa, fue la característica seminal de la que dependió la emergencia de las plántulas de 14 especies herbáceas sembradas en diferentes profundidades. Estos autores obtuvieron una correlación significativa negativa entre la diferencia del porcentaje de emergencia con la profundidad y el tamaño de la semilla, el coeficiente de correlación aumentó al considerar sólo las semillas de forma alargada y la correlación con el peso de las semillas no fue significativa. En relación con esto, con la información de Peña-Valdivia et al. (2002) puede reconocerse que las semillas de los cultivares BM y Am son más anchas que largas (índices longitud/anchura igual a 1.54 y 1.67) y contrastan con las semillas silvestres Dur típico, Tlax típico, Dur atípico y Tlax atípico que tienden a ser igualmente largas que anchas (índices longitud/anchura entre 1.31 y 1.46).

Cabe destacar que se carece de alguna explicación de la relación fisiológica entre la forma de la semilla y la expresión del vigor seminal al incrementar la profundidad de siembra. Sin embargo, la imbibición máxima para la germinación de una semilla con diámetro o espesor mayor puede tomar más tiempo que una semilla con diámetro o espesor menor, aunque tengan masa similar, y esta reacción retarda la emergencia. En relación con esto, el espesor de las semillas silvestres de frijol es la mitad o menos (0.22 a 0.31 mm) que el de las semillas de los cultivares (0.45 a 0.53 mm) (Peña-Valdivia et al., 2002).

Además, Soltani et al. (2006) señalaron que el retardo de la emergencia puede reducir la cantidad de plántulas que emergen, pues se incrementa la oportunidad de que la semilla y la plántula sean invadidas por patógenos del suelo. Algo similar pudo haber sucedido en el frijol sembrado a10 cm de profundidad en el presente estudio, pues la tasa de emergencia y la emergencia total con la siembra a esta profundidad se redujo significativamente; pero, con efecto menor en los genotipos silvestres (Figura 5 D, F) que han mostrado tolerancia mayor a diversos factores ambientales respecto a los cultivares mejorados (Arroyo-Peña et al., 2005; Dwivedi et al., 2007; López et al., 2001; Peña-Valdivia et al., 1999, 2002, 2011; Sánchez-Urdaneta et al., 2003).

Otros factores en el nivel del micro-ambiente, como las fluctuaciones de temperatura, afectan la emergencia de las semillas (Chauhan et al., 2006). Al respecto, Peña-Valdivia etal. (2002) demostraron la reacción desigual a la temperatura de la imbibición y exposición de la raíz, en condiciones controladas de laboratorio, de cuatro genotipos de frijol silvestre y dos cultivares mejorados.

 

Conclusión

La profundidad de siembra no representó desventaja para la emergencia del frijol silvestre y parece independientemente del tamaño de semilla o lugar de origen.

 

Literatura citada

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