Introducción
En la actualidad y desde la óptica del observador, el sector rural mexicano se asemeja a un paisaje interrelacionado de presiones que limitan el desarrollo de las actividades productivas y por lo tanto de la presencia de amplios grupos de población en condición de marginación y pobreza. Para diversos autores, este sector es dirigido mediante políticas públicas ineficaces que dejan de lado las particularidades de los territorios, grupos e individuos; donde las acciones gubernamentales se reducen a actividades asistencialistas de bajo impacto y sobre todo desconocen las capacidades y potencialidades de los grupos rurales sometiéndolos a procesos de exclusión económico y social sin reconocer el verdadero valor de los bienes que ofrecen ni de los conocimientos necesarios para su uso y/o producción.
Sin embargo, existen en el medio rural mexicano, un sinfín de productos que se comercializan y que la industria explota, sobre la base del conocimiento local registrado en ellos y que expresan una riqueza en los saberes locales no valorizados y no reconocidos en los beneficios obtenidos (Torres, 2011).
Una de estas actividades es la alfarería, que como el caso de los Alfareros de comales y tinajas de San Felipe Cuapexco, han estado marginados de los procesos de transformación, lo que ha ocasionado una actividad poco rentable y con un futuro incierto ante la magnitud de limitantes que enfrenta. Los alfareros combinan actividades, prácticas y trazan estrategias para sostener su modo de vida y mantenerse a flote en el contexto de pobreza mediante la combinación de la agricultura y la producción de comales, principalmente. La alfarería de comales es una actividad que se lleva a cabo de una manera rustica con muy escasa incorporación de tecnología, de baja productividad y rentabilidad, con una tendencia a decrecer por la diversidad de limitantes que enfrenta (Moctezuma, 2010).
Sin embargo, en la actualidad suma ingresos para el día a día de las familias (alimentación, vestido, agua, luz, educación y compra de insumos para la producción agropecuaria) y fortalece la convivencia y el desarrollo de capacidades productivas de la familia, abona a la identidad cultural y la autoconfianza al generar ingresos económicos, sin que ello implique el descuido de las diversas responsabilidades en el hogar y la parcela.
Por la relevancia de esta actividad para las familias de la Comunidad de San Felipe Cuapexco y reconociendo los vacíos de información existentes para llevar a cabo propuestas de transformación, la presente investigación se planteó como objetivo establecer una propuesta de mejora en la línea de adición de valor con suficiente viabilidad cultural y económica para ser desarrollada por los alfareros como alternativa a la forma tradicional de venta de su producto. El estudio aborda, el quehacer de los alfareros de San Felipe Cuapexco, a partir de algunos elementos de la investigación acción participativa (IAP) en combinación con elementos de tipo cuantitativo, en cuanto a lo que son, lo que tienen y lo que hacen para autogenerar ingreso y seguir con la visión de permanecer en su comunidad.
Metodología
Reconocimiento del área de investigación acción
La comunidad de San Felipe Cuapexco, pertenece al municipio de Cohuecan que se localiza en la parte centro oeste del estado de Puebla, sus coordenadas geográficas son los paralelos 18º 41' 4'' y 18º 50' 48'' de latitud norte y los meridianos 98º 39' 42'' y 98º 44' 8'' de longitud occidental. La comunidad se ubica a cuatro kilómetros de la cabecera municipal. Colinda al este con el municipio de Acteopan, Puebla; mientras que al poniente, sur, norte y oeste limita con el estado de Morelos (INAFED, 2013) (Figura 1).
La comunidad cuenta con una población total de 629 personas, de las cuales 298 son hombres y 331 son mujeres; el total de la población se distribuye en 155 viviendas y presenta un alto grado de marginación y bajos niveles de educación formal (CONAPO, 2010). Como principales actividades productivas destacan las del sector primario como es la producción de maíz, frijol, cacahuate, sorgo y amaranto; además se aprovecha el traspatio para establecer plantas de ornato, hortalizas, plantas medicinales y condimentos. En ganadería predomina la explotación de aves, cerdos, ovinos, caprinos y animales de trabajo (equinos) que son criados en el traspatio bajo un sistema de producción tradicional o “rustico” con un bajo número de cabezas por especie. Una actividad de gran relevancia es la alfarería de barro para la elaboración de comales, ollas y tinajas, la cual es desarrollada por más de 80% de las familias de la comunidad.
Proceso metodológico establecido
Como se mencionó anteriormente, la presente investigación se ubica en el ámbito de los procesos participativos por lo que toma elementos de la propuesta de investigación acción participativa elaborada por Yopo (1981), en combinación con elementos de la investigación cuantitativa como son censo, encuesta, entrevista semiestructurada y entrevista a profundidad.
El proceso general de la investigación se desarrolló en siete fases iterativas agrupadas en dos etapas que se describen a continuación:
Primera etapa: etapa previa
Fase 1. Establecimiento del grupo de trabajo: conformado por una estudiante de maestría, cinco investigadores(as) del Colegio de Postgraduados en Ciencias Agrícolas, Campus Puebla y de la Universidad Politécnica de Puebla, especialistas en las áreas de economía, desarrollo rural y seguridad alimentaria.
Fase 2. Revisión documental: se realizó una búsqueda y revisión de artículos y libros sobre casos específicos de la producción alfarera en México y otros países; así como sobre métodos participativos para conocer los enfoques teóricos usados, sus métodos de estudio, variables analizadas y resultados obtenidos.
Segunda etapa. De la investigación participativa
Fase 3. Acercamiento con los alfareros mediante tres vías de contacto: 1) talleres y reuniones entre el equipo de investigadores y las familias integrantes del grupo de trabajo “Nuevo Amanecer” de la comunidad; 2) presentación informal con alfareros de la comunidad; y 3) levantamiento de un censo de alfareros.
Fase 4. Análisis de la producción de alfarería: Mediante un diagnostico participativo, realizado en tres sesiones, se indagó sobre la actividad alfarera y su problemática; así como visitas a los talleres y recorridos por la comunidad.
Fase 5. Determinación de línea de acción: entre las herramientas utilizadas destacan la identificación de problemas, la jerarquización de problemas y el análisis FODA. A partir de un análisis colectivo y por el interés manifiesto de la mayoría de artesanas participantes se determinó que la línea de acción sería la búsqueda de valor agregado a los comales mediante su transformación a objetos decorativos-artesanales mediante la pintura en acrílico y pegado de cromos al polióleo.
Fase 6. Trabajo participativo: una vez definida la principal línea de acción, se estableció un proceso de enseñanza-aprendizaje, llevado a cabo en siete sesiones durante los meses de julio-noviembre de 2012, en el auditorio de la comunidad, por petición de las alfareras quienes comentaron que “era mejor trabajar en un lugar neutral como el auditorio y no en la casa de alguna de ellas, para evitarse problemas”. Se inició con la enseñanza de las bases de la técnica de cromo al polióleo a través de una experta en el tema y posteriormente, mediante el enfoque de aprender haciendo y con el apoyo de video y manuales, los artesanos y artesanas aprendieron la técnica de pintura a mano con acrílico. Durante todas las sesiones se encausó el desarrollo de capacidades a través de la participación, la comunicación y el apoyo entre los participantes, con libertad de decorar el comal a su gusto, sin presión y utilizando su creatividad. Al final de cada sesión se valoraba la calidad de los trabajos realizados.
A la par se participó en ferias y exposiciones artesanales, con la finalidad de dar conocer el producto y motivar a las artesanas a seguir desarrollando sus capacidades. Estos eventos fueron aprovechados para conocer la percepción de los consumidores sobre el producto y el precio a pagar, en base a lo que plantea Kitelab (2009), a partir de una encuesta aplicada por las propias artesanas.
Fase 7. Retroalimentación: Después seis meses de trabajo participativo las alfareras propusieron hacer una reunión para examinar la dinámica de trabajo, en base a las experiencias del proceso de enseñanza-aprendizaje establecido y la participación en ferias y exposiciones. En esta reunión las artesanas decidieron realizar ajustes en dos aspectos de la dinámica de trabajo: a) trabajar en subgrupos; y b) enfocarse exclusivamente a la técnica de pintura a mano. El grupo quedó divido en tres subgrupos y se les dotó del material necesario para seguir pintando y decorando los comales. Se han tenido reuniones informales hasta el mes de noviembre de 2013.
Resultados
En el presente apartado se muestran los resultados más sobresalientes obtenidos en la segunda etapa de la investigación denominada: de la investigación participativa; de manera particular en las fases: Fase 4. Análisis de la producción de alfarería; fase 5. Determinación de línea de acción; fase 6. Trabajo participativo y fase 7. Retroalimentación; reconociendo que su desarrollo no fue de manera lineal, sino a través de un proceso iterativo durante el periodo de la investigación.
La producción de comales en San Felipe Cuapexco
La alfarería se ha practicado en la comunidad desde hace 200 años, lo que ha generado una vasta experiencia en la elaboración de comales. En cuanto a su experiencia en esta actividad, el censo detectó que 5% de los alfareros tiene más de 61 años, 33% tiene alrededor de 30 años, 40% entre 16 y 29 años y 22% lleva menos de 15 años en la producción. En muchos de los hogares la alfarería está en función del trabajo agrícola, esto coincide con lo manifestado por Morales (2011), Moctezuma (2010) y Turok (2006). En la comunidad de Cuapexco durante la temporada de siembra de los cultivos extensivos la elaboración de comales se detiene. Sin embargo, 34% de los alfareros no interrumpe la alfarería porque es su principal actividad y la realizan todo el año. Durante la temporada de secas, las alfareras dedican de 4 a 8 horas por día en la elaboración de comales sin descuidar las labores domésticas.
Cabe mencionar que 79% de los alfareros se dedica exclusivamente a elaborar comales, 8% hace tinajas, 9% elabora los dos productos (comales y tinajas), y 2% realiza comales y figuras de barro. La especialización en los comales se ha dado porque permite disponibilidad de tiempo para la realización de otras actividades (agrícola, traspatio y oficios) y por ser una actividad que puede ser interrumpida; situación contraria a las tinajas, en su elaboración se emplean varias horas y no se puede interrumpir porque se requiere el ensamble de las piezas. Además las tinajas van en desuso en la región y por tanto su elaboración y comercialización ha decaído.
Valoración de la producción alfarera en el modo de vida. Para 51% de las UPF que practican la alfarería la consideran en igualdad de importancia que la agricultura, porque es una actividad que suma ingresos importantes a la economía familiar y de acuerdo a las propias opiniones de los alfareros y alfareras “con una sola actividad productiva no podrían sobrevivir”; mientras que para 34% de los alfareros tiene mayor importancia la agricultura; en contra parte 12% de ellos considera más importante la alfarería porque les genera mayor ingreso y 3% considera más importante el trabajo de oficios que la alfarería.
Para las mujeres, el trabajo invertido en comales ha permitido sacar a sus hijos(as) adelante cuando son madres solteras o han enviudado, y para aquellas que viven con sus esposos, la venta de comales ayuda al gasto familiar. Como comentan ellas, “hacer comales siempre te va a dar de comer, y si no haces comales, no comes”.
Proceso de producción de comales. Como lo describen Morales (2011), Méndez, (2008) y, Osorno y Nayra (2008), el proceso de producción de comales se divide en las tres fases siguientes:
a) obtención y preparación de la arcilla. Se obtiene gratuitamente de la “mina de barro” del paraje Tlaxtlala del cerro los encinos que está a menos de un kilómetro de la comunidad. Generalmente el jefe del hogar (esposo) se encarga extraer el barro con picos y palas, y acarrearlo al hogar. La arcilla obtenida se pone a secar sobre una lona o sobre el pavimento de la calle, a la par se van eliminando los terrones grandes golpeándolos con un garrote o dejan que los carros y gente que pasa los pise, también se quitan las piedras para que se pueda moler con el molino de martillo. Al momento de moler se combinan dos tipos de arcilla para que la masa de barro sea más maleable. Otro recurso disponible y que se requiere en la elaboración de comales es arena, la cual se obtiene del río que pasa por la comunidad. Los insumos como la leña y pintura provienen de otras regiones y son comprados por los alfareros porque hay personas que los llevan a la comunidad.
La preparación de la masa de barro es una labor realizada principalmente por mujeres. Ellas preparan un “tanto” de barro: combinan agua y arcilla encima de un plástico o carretilla y con sus manos realizan la mezcla. Hecha la masa de barro, ésta se coloca, en forma de bolas o bastones, dentro de una bolsa para su fermentación durante la noche y que no pierda humedad.
b) moldeado. Al siguiente día y después de haber hecho los quehaceres del hogar, las alfareras comienzan a trabajar el barro: En su mesa de piedra o madera, esparcen arena fina que sirve como antiadherente, colocan la bola de barro y con la ayuda de una piedra especial (espolvoreada de arcilla seca en polvo) la aplanan hasta extenderla. Cuando la pieza tiene un grosor de un centímetro y el diámetro indicado conforme al tamaño que se quiere obtener, se pasa al molde para lijarlo con una piedra húmeda y a su vez va obteniendo forma cóncava y se plasma el sello del gallo. Finalmente con un hilo se recorta la orilla que sobresale del molde y se pule con un trapo húmedo. Después de moldear el comal, éste se lleva a un espacio con sombra (a veces bajo un árbol) para que se oree y se ponen un poco al sol para que se reduzca el tiempo de secado. Cuando el comal ya esta oreado, se pinta con un color hecho de arcilla roja.
c) Horneado del producto. El horneado se realiza durante la tarde-noche y dura aproximadamente 2 ó 3 horas. Los hornos de ladrillo o block y adobe son construidos por los propios alfareros y la capacidad de éstos, varían dependiendo de la cantidad de comales que se quieran quemar: 70, 100 o hasta 200 comales.
La comercialización del comal rústico. Los comales rústicos elaborados en Cuapexco, tienen la característica de ser resistentes al fuego y tienen una vida útil de hasta un año. La mayoría de los alfareros venden su producto a intermediarios de otras comunidades y regiones o incluso a intermediarios de la misma comunidad, esto concuerda con Fernández (2003), que menciona que la principal forma de comercialización de loza es a través de intermediarios. Solo unas cuantas personas van y ofrecen directamente en la puerta de los consumidores de otras comunidades y regiones (Hueyapan, Zacualpa y Cuautla del estado de Morelos, y San Juan Amecac, Cohuecan y Atlixco, del estado de Puebla) obteniendo hasta 35 pesos por un comal grande.
Costos de producción. La mayoría de los alfareros desconoce tanto los costos como las cantidades de insumos que utiliza en su producción, por ese motivo se estimó primeramente el costo de producción referido a 150 comales en la UPF de Don Idelfonso, en base a la producción de comal grande. Así se pudo tener una primera aproximación y las cantidades de materia prima utilizadas y tener referencias para el análisis de costos de producción de otros alfareros. Para determinarlos se sumó el precio de la arcilla, agua, leña, arena y mano de obra (Cuadro 1). Los artesanos en general, solo consideran el gasto en la compra de insumos como la leña, la pintura, el agua, el traslado y molido de la arcilla y no toman en cuenta su trabajo invertido, ni el precio de la arcilla y arena, en el caso de que la compraran. De un análisis de 30 UPF que producen comales, y con referencia a la producción de 100 comales, se determinó que el costo promedio asciende a $1 171.14, con un costo por comal de $11.7 pesos.
Concepto | Cantidad | Costo | |
Materia prima | Arcilla | 8 costales | $ 240.00 |
Arena | 25 kg | $ 3.40 | |
Agua* | 250 litros | $ 1.00 | |
Pintura* | 1 medida | $ 8.00 | |
Mano de obra | Extracción de arcilla | 8 costales | $ 40.00 |
Preparación del lodo | 8 costales | $ 60.00 | |
Moldeado | 150 comales | $ 960.00 | |
Extracción de arena | 25 kg | $ 30.00 | |
Secado y molida de arcilla | 8 costales | $ 20.00 | |
Horneado | 150 comales | $ 120.00 | |
Gastos indirectos | Traslado de arcilla* | 8 costales | $ 27.00 |
Leña* | 180 kg | $ 360.00 | |
Molida de arcilla* | 8 costales | $ 30.00 | |
Total | $ 1 899.40 | ||
Gasto percibidos por el alfarero* | $ 426.00 |
*Para Don Idelfonso el costo de producción lo refiere a $426 pesos, generándole una ganancia aparente de $1 473.40, si vendiera todos los 150 comales que produce con intermediarios.
Fuente: elaboración propia con información de entrevista a profundidad.
Las unidades de producción familiar con más activos productivos (molino, horno y torno) tienen mayor capacidad de producción. Aquellas con mayor índice de activos (10 a 14.6) producen en promedio 2 350 comales al año, mientras que los que tienen un índice menor de activos (0 a 3.8) producen en promedio 1 572 comales por año. También, se observó que los costos de producción son menores para las UPF que producen durante todo el año, con mayor índice de activos promedio y con mayor capacidad para el horneado de piezas (Cuadro 2); mientras que para los que producen pocos meses tienen el mayor costo de producción.
Determinación de línea de acción
Para determinar la línea de acción, se llevaron a cabo tres talleres participativos donde se identificaron los problemas que enfrentan los artesanos, destacando en orden de importancia el bajo precio de su producto; la falta de un taller exclusivo para la actividad; el amasado del barro ya que es una labor que requiere mucho esfuerzo físico y finalmente la falta de leña como un recurso disponible en la comunidad.
El análisis FODA indicó que las principales debilidades de la producción y que la limitan son las implicaciones del secado, la falta de regulación de la temperatura de los hornos, perdidas por el quebrado de comales durante el horneado, desconocimiento de apoyos que pueden gestionar los alfareros y la extracción no controlada de la materia prima. Por otro lado, dentro de las amenazas, destacan que en la producción de comales comunidades vecinas han usurpado la imagen del gallo, distintivo de los alfareros de Cuapexco y la presencia de intermediarios que adquieren la producción manejando precios a conveniencia.
Si bien cada uno de los problemas fue analizado a profundidad y se identificaron sus posibles propuestas de solución, en esta ocasión solo describimos las propuestas realizadas para el problema del bajo precio de los productos, ya que este fue el que marcó las acciones futuras del grupo. Las propuestas se orientaron hacia: 1) hacer otros productos con el barro, como figuras planas o macetas; 2) añadir características al comal rustico para aumentar su valor económico; 3) obtener registro de marca del gallo; y 4) organizarse para establecer canales de venta directa a consumidores en otras localidades u otros municipios.
Una vez analizada la información entre los participantes (alfareros e investigadores), se determinó que el principal problema a enfrentar es el bajo valor económico de sus comales, definiéndose que la pintura y decoración de éstos, para transformar su uso en decorativo-artesanal, sería una alternativa a desarrollar, ya que se presenta como la más viable desde una visión económica, social y cultural de los alfareros y el grupo de trabajo, porque requiere de una baja inversión económica, respeta las actividades y los tiempos de los alfareros y busca plasmar y rescatar la cultura de la comunidad. Además se planteo que los comales a decorar serían de tamaño estufa (tres veces más chico que el comal grande).
Trabajo participativo: proceso de enseñanza-aprendizaje
Una vez identificada la línea de acción se procedió a establecer un proceso de enseñanza-aprendizaje para añadir o cambiar características de los comales rústicos (Figura 2). En las sesiones de aprendizaje participaron un total de 35 personas, de las cuales ocho fueron niñas, cinco niños, 17 mujeres mayores de 15 años y 5 hombres mayores de 20 años. La asistencia de las personas fue muy variada: el 40% de participantes asistió de forma constante, entre ellos, mujeres jóvenes de entre 16 y 40 años, niñas de 7 a 14 y un hombre de 23 años.
Las mujeres y las niñas que asistieron constantemente trabajaron con integración grupal, sentido colaborativo y buena comunicación ayudándose entre ellas cuándo había una complicación en el desarrollo de sus trabajos de pintura. Bajo esta forma de trabajo varias artesanas descubrieron las habilidades y cualidades que tenían para pintar, pues no se creían capaces de hacer ese trabajo, en muchas ocasiones ellas se sorprendían por los trabajos que hacían y se motivaban a hacer mejor su trabajo.
El proceso de enseñanza aprendizaje establecido fomentó el desarrollo de capacidades y encaminó a lo que establece Reason y Bradbury (2008), generar conocimientos de valor para transformar la realidad, lo cual se constata con las siguientes opiniones de algunas alfareras.
Un beneficio no contemplado de este proceso participativo, expresado por los participantes fue el “convivir en un espacio diferente a la casa despejó y quitó el estrés de los quehaceres cotidianos en el hogar”. Durante las sesiones de aprendizaje hubo dos personas que les gustó el trabajo e hicieron pedidos de 30 comales cada uno, dicha venta las motivó a seguir pintando y mejorar su trabajo.
Por sus características de participación los alfareras pueden ser consideradas personas emprendedoras, por tanto, como ejemplifica Okhomina (2010) es pertinente el análisis de las características de su contexto productivo. Los artesanos y artesanas que tuvieron una participación constante provenían de hogares con mayor capacidad productiva en alfarería, tanto por su mayor disponibilidad de activos y su frecuencia de producción.
Aspectos relevantes en la venta de comales decorados. Como elemento importante para identificar si se iba en el camino correcto con relación al mercado de los nuevos productos se participó en diversos eventos de comercialización. Varias integrantes del grupo asistieron a tres ferias artesanales en diferentes fechas, una en el municipio de Zacualpan de Amilpas, Morelos (23 y 24 de noviembre de 2012), y dos en Puebla capital los días 14, 15 y 16 de diciembre de 2012 y 19, 20, y 21 de abril del 2013 (Figura 3). Durante la exposición, 95% de los comales fueron vendidos. Durante estas participaciones se rescataron valiosas opiniones de los consumidores y se realizó un estudio mediante encuestas para conocer la percepción de los consumidores y potenciales consumidores. Se observó que los comales pintados a mano (técnica al acrílico) tuvieron más aceptación entre el sondeo realizado a personas que les gusta comprar frecuentemente artesanías y en cuanto a los diseños que mayor gustaron fueron los de pinturas de paisajes de naturaleza (22.4%), paisajes rústicos (17.9%) y flores (14.9%).
Las valoraciones de los consumidores expresadas en dinero sobre lo que pueden o están dispuestos a pagar por un producto se relacionan sin duda a su ingreso, lo que les gusta, por el género al que pertenece (Cuadro 3), y algunas otras características. En el análisis por ocupación, se observó que ser ama de casa o tener alguna otra actividad como empleado o comerciante no determina una tendencia de lo que se puede pagar por los comales decorados.
Variable | Grupo | Promedio | Estadístico t | Significancia |
Género | Masculino | 74.5 | -2.395 | 0.022* |
Femenino | 52.8 | |||
Ocupación | Ama de casa | 51 | -0.731 | 0.471 |
Otros | 55 | |||
Técnica de pintura | Pintura en acrílico | 70 | 1.95 | 0.05 |
Cromo al polióleo | 53.8 | |||
Por su referencia | No los ha visto | 55.2 | 0.736 | 0.467 |
Si los ha visto | 61.4 | |||
Ingreso | 3 000 a 6 000 | 53.5 | -2.037 | 0.049* |
7 000 a 12 000 | 72.5 |
* Puesto que la hipótesis nula (Ho) a contrastar: No existencia de diferencia significativa entre promedios. Por tanto, si el valor de la probabilidad (p< 0.05) se rechaza Ho.
Fuente: elaboración propia con base en el sondeo de opiniones a 42 consumidores potenciales en las ferias Agro-Artesanales.
Las variables que marcan un efecto en cuanto a pagar un mayor precio por los comales pintados son el tener mayor ingreso y ser mujer. Aunque la valoración que da el consumidor sobre el tipo de comal pintado a mano en comparación con el de cromo, no cumple la regla de significancia, se puede decir que es relevante la diferencia entre lo que puede pagar, puesto que está dispuesto a pagar en promedio 70 pesos por éste producto. Esto concuerda con lo planteado por (Ramos et al., 2000; Fernández, 2003; Hernández et al., 2005; Herrera, 2007; García, 2009) que se debe mejorar la calidad del producto artesanal para ampliar su mercado.
Retroalimentación
En cuanto a los subgrupos que se formaron, solo uno de ellos pudo seguir con la pintura, porque la artesana que lidera el grupo ha sabido ser imparcial y equitativa. El subgrupo está conformado por cuatro integrantes, en cuanto a calidad han mejorado su trabajo (Figura 4), han vendido comales decorados a través de encargos y también los han hecho para darlos de recuerdos en eventos sociales, los cuales han tenido muy buena aceptación y buenos comentarios. Es importante destacar que se han vuelto más abiertas, participan en exposiciones y eventos para promocionar sus productos, han desarrollado confianza en sí mismas (anteriormente no se atrevían a hablar en público porque les daba pena). Por otro lado siguen en la búsqueda de un mejor mercado, a la par que tiene la inquietud de enseñar a pintar a otras alfareras que quieren aprender.
El segundo grupo no pudo seguir trabajando en conjunto debido a que la artesana que lideraba el grupo tuvo problemas con su esposo y no le permitió seguir pintando, además hubo choque de intereses entre ella y otro integrante del grupo. El grupo estaba conformado cinco integrantes. Aunque no pudieron seguir trabajando en grupo, el material estuvo a disposición para que trabajasen en sus casas y así lo hicieron, pero el subgrupo se ha disuelto debido a que una integrante se fue a vivir a otro municipio y otra integrante estaba en sus últimos meses de embarazo y tenía que cuidar a sus hijas de uno y cuatro años. Actualmente las integrantes practican muy poco la pintura de comales.
El tercer grupo se formó con ocho integrantes y ya había tenido capacitaciones anteriores de pintura en comal. Este grupo tampoco pudo seguir, debido a que tres de sus integrantes son adultos mayores y no tenían paciencia en los detalles de la pintura, las demás integrantes tienen mayor número de actividades en sus hogares que nos le permitió seguir practicando la pintura, además para ellas la elaboración de comales no es una de sus principales actividades.
Conclusiones
La aplicación de procesos participativos y en particular de algunos elementos de la IAP en esta investigación logró generar y poner en marcha una alternativa enfocada a generar valor agregado a los comales rústicos, a través de la pintura y decorado; a la par permitió que las artesanas desarrollaran capacidades que les hicieron sentirse mejor con ellas mismas y mejoraron la calidad de sus productos artesanales.
Las características adicionadas a los comales rústicos representa una opción viable para generar valor agregado, pues se observó en este proceso investigativo que el precio que el consumidor puede pagar en comales pintados a mano y de paisaje es de cuatro veces más que el precio que los artesanos reciben en la venta de comales rústicos. Por tanto se pude obtener mejores ingresos y es una actividad que se adecua al modo de vida de los alfareros y sin modificar la esencia artesanal de sus productos originales, como lo plantea Hernández et al. (2006), cuando se trabaja con artesanos se debe tomar en cuenta las tradiciones y cultura de los artesanos.