El tomate es uno de los cultivos hortícolas más importantes en el Noroeste de México. En Sinaloa, México, en el ciclo hortícola 2012-2013 se sembraron 13 785 hectáreas, de las cuales, 2 405 correspondieron a superficie protegida (malla sombra e invernadero).
Durante los últimos diez ciclos hortícolas, se ha observado la presencia de agallas radiculares en diferentes híbridos comerciales de tomate. Sin embargo, en el ciclo 2012-2013, se observó en condiciones de malla sombra, el daño de agallamiento por nematodos en el híbrido de tomate indeterminado cv Ramsés, al cual lo reportan con alta resistencia al daño de las especies Meloidogyne incognita, M. javanica y M. arenaria.
Los síntomas causados por el daño de nematodos incluían achaparramiento de las plantas, presencia de agallas en la raíz y como consecuencia reducción en el rendimiento. Lo anterior indica que el daño a estas plantas podría estar causado por una especie de nematodo aún no detectada en la zona de estudio, por lo tanto, el objetivo de esta investigación fue identificar la especie de nematodo agallador responsable de la enfermedad.
Se colectaron 20 sub muestras de suelo y raíces agalladas en cultivos de tomate cv Ramsés bajo malla sombra en el valle de Culiacán, las cuales se homogenizaron para formar una sola muestra (2 kg). La extracción de machos y juveniles se realizó mediante la técnica de tamiz-embudo (Cobb, 1918). Para extraer las hembras adultas de las raíces se utilizó la técnica de triturado de tejido radical y se procedió a su identificación a nivel género y especie. Los especímenes de hembras globosas, se sometieron a disección, para obtener patrones o modelos perineales. Cada uno de los patrones o modelos perineales que presentaron las hembras, se comparó con los ya reportados por Yang y Eisenback (1983).
Para la confirmación mediante técnicas moleculares de la identidad de Meloidogyne a nivel especie, se extrajeron 50 hembras con una aguja de disección y se depositaron en un tubo de microcentrífuga de 1.5 mL; posteriormente, se añadió una alícuota de 45 μL de buffer de lisis (NaOH 50mM), se sometió a lisis por calor a 95 °C por 10 min, se agregó una alícuota de 45 μL de Tris-HCl (pH 8) y se centrifugó por 3 min a 10000 rpm (Hu et al., 2011); se recuperó el sobrenadante, para proceder con la PCR utilizando el par de iniciadores específicos Me-F (5′-AACTTTTGTGAAAGTGCCGCTG -3′) y Me-R (5′-TCAGTTCAGGCAGGATCAACC-3′), que codifican un fragmento de la región rADN-IGS2 (Long et al., 2006).
Las reacciones de PCR se realizaron utilizando el sistema de PCR core systems 1 (Promega). El volumen total de la mezcla de reacción fue de 25 μL para todas las reacciones. El contenido de la mezcla de reacción fue: 10 ng de ADN genómico, 5 μL de buffer de PCR 10x, 3 μL de MgCl2 (25 mM), 0.5 μL de cada dNTP (10mM), 1 μL de cada iniciador, 0.2 μL de Taq polimerasa (5u/µL) y el resto de agua nanopura estéril. La amplificación del ADN se llevó a cabo en un termociclador (BIO-RAD T100), bajo las siguientes condiciones de amplificación: 94 °C por 2 min, 35 ciclos de 94 °C por 30 s, 64 °C por 30 s, 68 °C por 1 min, seguidos de una extensión final a 72 °C por 5 min.
Una alícuota del producto de PCR se visualizó, en un gel de agarosa al 1%, teñido con 1 µL de bromuro de etidio (10 mg mL-1), en un transiluminador (Benchtop UV). La respuesta positiva se definió como una banda visible de 256 pb . Adicionalmente, se evaluó la densidad de población de Meloidogyne en el suelo colectado y se realizó una prueba para confirmar la patogenicidad de los nematodos sobre el cv Ramsés.
La prueba de patogenicidad se realizó en 30 plántulas de tomate cv Ramsés de 4 semanas de edad, en macetas que contenían 5 kg de sustrato formado por suelo (estéril) y fibra de coco en relación 3:1, a las que se les aplicó una dosis de inóculo de 15 larvas por 100 g de suelo. En plantas testigo solo se agregó agua destilada. Las plantas se mantuvieron dentro de un invernadero a 28 °C y 70% de HR, se regaron cuando fue necesario y se aplicó una dosis de fertilizante (10 meq L-1 de NO3, 1.5 meq L-1 de H2PO4, 3 meq L-1 de SO4, 8 meq L-1 de K, 6 meq L-1 de Ca y 5 meq L-1 de Mg) al inicio del experimento.
La población de nematodos en la muestra colectada fluctuó entre 300 y 315 larvas por cada 100 g de suelo. Los juveniles (J2) se caracterizaron por ser vermiformes anillados, con extremos ahusados, de 406.3-469.9 µm de largo. Los machos son vermiformes, ligeramente anillados hacia adelante y redondeados de la parte posterior, de tamaño variable, donde el estilete osciló entre 21.3 y 24.9 µm. Las hembras son anilladas con campos laterales blancos y de forma piriforme, de tamaño variable. La relación entre la distancia de la cabeza al poro excretor oscilo de 4.1 a 4.5 µm, ubicándose a nivel del metacorpus. La longitud del estilete fue de 13.0-17.8 µm. Los patrones perineales fueron de ovoides a redondeados, con el arco moderadamente alto y redondeado. Las características morfológicas y morfométricas coinciden con lo reportado por la EPPO en 2011, para M. enterolobii (Yang y Eisenback, 1983) o su sinónimo M. mayaguensis (Rammah y Hirschmann, 1988).
En los ensayos de patogenicidad, la formación de agallas y síntomas de daño por nematodos fue observado a los 45 días después de la inoculación. Se realizó la extracción de nematodos, se confirmaron las características morfológicas y la identificación por PCR se realizó en hembras del nematodo tomadas directamente de las agallas formadas, lo que confirmó la patogenicidad de M. enterolobii. En las plantas control no se observó ningún daño por nematodo. El experimento fue repetido bajo las mismas condiciones y se obtuvieron resultados similares.
Aunque M. enterolobii ha sido detectado en diversos países como: Congo, Costa de Marfil, Malawi, Senegal, Sudáfrica, Estados Unidos de América, Brasil, Costa Rica, Cuba, Guatemala, Martinica, Trinidad y Tobago, Venezuela y Francia, y en cultivos como: Capsicum annuum L., Citrullus lanatus L., Coffea arabica L., Glycine max L., Ipomea batatas L., Solanum lycopersici L., Nicotiana tabacum L., Phaseolus vulgaris L., Psidium vulgaris L., Psidium guajava L., Solanum melongena L. y plantas ornamentales, en México solamente existe el reporte de Ramírez et al. (2014) quienes identificaron a M. enterolobii causando daños en el cultivo de sandía en el estado de Veracruz.