Introducción
La agricultura de conservación (AC) es una alternativa para mejorar tanto la sostenibilidad como las exigencias de rentabilidad, riesgo y externalidades de los cultivos agrícolas. La sostenibilidad de la agricultura según Kassam (2009) esta cuestionada por el aumento en el costo de los alimentos y de la energía, la escasez de agua, la degradación de los ecosistemas, el cambio climático, la biodiversidad, y la crisis financiera. En este contexto (Scopel et al., 2013) se exige que los cultivos sean más rentables, resistentes a condiciones adversas del entorno, de bajo riesgo, basados en tecnologías de bajo costo y con externalidades negativas mínimas.
Para algunos autores (Cadena et al., 2009; Stagnari et al., 2010; Kassam y Friedrich 2011; Ndah et al., 2013) la AC es una combinación de medidas agronómicas, biológicas y mecánicas que mejoran la calidad del suelo; para otros (Knowler y Bradshaw 2007; Hobbs et al., 2008) es la integración formal de prácticas realizadas por los agricultores previo al surgimiento de la AC como forma de producción. Así, la AC puede entenderse como una innovación en el proceso de producción, o bien, como la integración de prácticas comunes realizadas de manera aislada.
Las tres prácticas que integran el sistema bajo AC son la mínima remoción del suelo, la cobertura permanente del suelo y la rotación de cultivos (Govaerts et al., 2009; Moreno et al., 2011). La mínima remoción refiere a la siembra directa para evitar la alteración mecánica del suelo. La cobertura permanente consiste en el uso de rastrojos y cultivos de cobertera para evitar la erosión y pérdida de humedad. La rotación de cultivos orienta a la selección de especies diferentes al cultivo principal con el propósito de fijar nitrógeno y romper el ciclo de plagas y enfermedades. El éxito del sistema de AC se relaciona con la aplicación simultánea de los tres principios que lo integran y del tiempo en que éstos han sido aplicados. Realizar solo una de las prácticas señaladas no se considera, en esta investigación, como una innovación de proceso sino como la adopción de una práctica tecnológica.
A nivel mundial la adopción de la agricultura de conservación (AC) es de 7% de la superficie agrícola según Kassam (2009); en el sur de América Latina la AC se practica en 60% de la superficie agrícola, principalmente entre agricultores comerciales y grandes; en México la adopción de la AC ha sido limitada, y hasta el ciclo 2008- 2009 cubría aproximadamente 1% de la superficie agrícola, lo que equivale a alrededor de 22 800 ha.
Entre los factores que explican una baja adopción de AC en los productores es su orientación empresarial, los objetivos esperados en el corto plazo, limitaciones económicas de los agricultores, así como de las normas, la cultura y las percepciones de los agricultores (Derpsch y Friedrich 2008; Baudron et al., 2009; Stagnari y Abstract, 2009). La decisión de los agricultores en adoptar una nueva tecnología agrícola con preferencia a otra alternativa depende de factores complejos y de la percepción del productor en adoptar otra tecnología que ha sido poco estudiada. Negatu (1999) señala que el conocimiento de los factores que influyen en las percepciones facilitaría la mejora del desarrollo y la transferencia de tecnologías apropiadas.
Según Feder y Umali (1993), el proceso de adopción se basa en una secuencia de decisiones que los individuos hacen de adoptar o rechazar una innovación. Para algunos autores (Knowler y Bradshaw 2007; Hobbs et al., 2008; Baudron et al., 2009; Moreno et al., 2011) existen múltiples factores que influyen en la adopción de innovaciones agrícolas, de los cuales se mencionan los siguientes: edad del agricultor, escolaridad, la renovación generacional, capital social, capacidad de gestión, la disponibilidad de maquinaria, tipo de propiedad de la tierra, tamaño de la finca, rendimiento de los cultivos, la rentabilidad agrícola y el tipo de suelos. A estos factores podemos agregar el acceso, tanto en cantidad como en calidad de información. Un mayor acceso a información de calidad incrementará la adopción de una innovación.
La mayoría de las investigaciones que se han enfocado al estudio en la adopción de innovaciones, según Ghadim (1999) se han preocupado por responder a las preguntas: (a) lo que determina si un productor particular, adopta o rechaza una innovación; y (b) lo que determina el patrón de difusión de la innovación a través de la población de los posibles adoptantes. Negatu (1999) señala que los modelos conceptuales empleados para explicar la decisión de los agricultores para adoptar nuevas tecnologías se pueden clasificar en tres grupos: (i) el modelo de innovación- difusión en la cual una tecnología se transfiere de su fuente (los sistemas de investigación) a los usuarios finales a través de agente intermediario (sistemas de extensión) y su difusión en los potenciales usuarios-comunidades depende principalmente de las características personales del usuario potencial individual; (ii) el modelo de las limitaciones económicas donde la distribución de la dotación de recursos entre los usuarios potenciales en un país o región determina el patrón de adopción de una innovación tecnológica; y (iii) modelo de contexto de la tecnología de las características del usuario el cual integra enfoques que asumen que las características de los contextos agro-ecológicas, socioeconómicas e institucionales de usuarios de tecnología que desempeñan el papel central en la decisión de adopción y proceso de difusión.
La teoría de la difusión de innovaciones de Rogers (2003) define la difusión como el proceso mediante el cual una innovación es comunicada en el tiempo y difundida por determinados canales, entre los miembros de un sistema social; y la adopción como el proceso en el que un individuo o unidad de producción pasa de tener un primer conocimiento de la innovación, a la formación de una actitud hacia ella, a la decisión de aprobarla o rechazarla, a su aplicación, y la confirmación de esta nueva idea. Engel y Salomon (1999) señalan que la clave para la innovación, incluyendo la difusión y empleo de las innovaciones originadas por otros, radica en la calidad de la interacción entre los agricultores, empresas, donantes, investigadores y gobiernos la cual no puede considerarse como una competencia individual, ni tampoco como la suma de una serie de competencias individuales; en lugar de eso, ésta debe verse como una competencia social, algo que comparten todos esos individuos, instituciones y organizaciones interesadas en el desarrollo rural.
En este enfoque Koschatzky (2002) señala que el enfoque de red de innovación reconoce de manera explícita que la innovación, producción y comercialización de un producto no puede ser llevada a cabo por una única empresa, sino sólo en colaboración con otros agentes y como resultado de la interacción de los mismos. Una red de innovación es un conjunto de actores (personas, empresas, instituciones) ubicados en un territorio para promover desarrollo individual y colectivo a través de la conjunción de recursos para la generación de valor. Una red se compone de nodos que representan a los actores y lazos que representan las relaciones sociales, técnicas y comerciales. Se emplea el enfoque de red como reconocimiento a que la innovación es un proceso social.
El objetivo de este estudio fue analizar las relaciones entre los productores para identificar tanto la difusión de innovaciones relacionadas con la agricultura de conservación como la fuente de conocimiento de estas innovaciones. Este análisis se orienta a identificar si los productores con mayor búsqueda de información y adopación de la AC, son también los productores referidos por sus pares como fuentes relevantes de información.
Materiales y métodos
El estado de Tlaxcala se divide en tres Distritos de Desarrollo Rural (DDR); el Distrito163 con sede en Calpulalpan, con 11 municipios, representa alrededor de 25% de la superficie con el cultivo de maíz; el distrito 164 con sede en Tlaxcala con 36 municipios 35% y el distrito 165 ubicado en Huamantla que incluye 13 municipios 40%. El estado de Tlaxcala, es referido como un estado con la mayor diversidad genética de maíz criollo y a su vez como un estado con los mayores porcentajes de degradación de suelos.
La información utilizada en la presente investigación corresponde a la base de datos compuesta por 461 observaciones generada del mapeo de redes de innovación del Hub Valles Altos subscrito al programa MasAgro que adoptaron el sistema AC. La información fue recolectada en los meses de septiembre a diciembre de 2012 por técnicos certificados MasAgro y técnicos que laboran en el Programa de Apoyo a la Cadena Productiva de Maíz y Frijol (PROMAF). La encuesta se estructuró en tres apartados; el primero consideró la identificación del productor y el cultivo: nombre, edad, nivel de escolaridad, cultivo, variedades, densidad de siembra, rendimiento, tipo de tierra y de riego, uso de maquinaria; el segundo apartado correspondió al tipo de innovaciones que se usan y de quiénes fueron aprendidas (red técnica); el tercero consideró con quién se relaciona el productor (red social) así como a quién le compra insumos y a quién le vende su producción (red comercial).
La información de campo se integró en una base de datos en Microsoft Excel® versión 2010. Los datos se analizaron por medio de estadística descriptiva empleando el paquete estadístico SAS.
Para el análisis de la red se elaboró la tipología de productores en la cual se definieron cuatro categorías en función a los tres principios básicos de AC, integrando un total de 461 observaciones. La tipología de productores según Duch (1998) es un medio conceptual y analítico, que agrupa las unidades de producción agrícola en conjuntos con características similares, identifica y precisa la problemática técnica, económica y social de cada tipo de productor y contribuye a entender la estructura y organización regional para la producción agrícola, su relación con la sociedad y con los organismos del estado.
Para esta investigación, el tipo A corresponde a la aplicación de la AC acorde a los tres principios que la rigen. Esta población, por tanto, merece especial atención dentro de la investigación. El tipo B realiza dos de las tres prácticas de la AC y se considera que son productores en proceso de la adopción completa de la AC. En el tipo B se integra a productores que realizan dos de las tres prácticas, sin considerar cuáles de éstas prácticas son las adoptadas.
Para el análisis de redes, se aplicaron medidas de centralidad (Koschatzky, 2002), y de actores clave (Borgatti, 2006). Las medidas de centralidad de grado utilizadas son el grado de entrada y el grado de salida. El grado de salida indica el número de relaciones que los actores dicen tener con el resto de la red. El grado de entrada es el número de relaciones referidas hacia un actor por otros actores. Ambos indicadores se pueden expresar en forma normalizada, señalando las relaciones presentes con relación a las posibles.
Un actor con alto grado de salida se identifica como un buscador de información; un actor con alto grado de entrada refiere a una fuente de información. En términos de difusión de innovaciones, un actor con alto grado de salida pudiera referirse a un productor conveniente para integrarlo a un proceso de acceso al conocimiento como pueden ser eventos demostrativos o capacitaciones en situación de campo. Por su parte, un actor con alto grado de entrada es una fuente de información, de la cual otros productores dicen aprender. Ambos indicadores, grado de entrada y salida, refieren a la capacidad inmediata de los actores en colectar o proveer información. Sin embargo, debe considerarse que ambos indicadores no estiman la cobertura en la red para la proveduría o búsqueda de información.
Los indicadores de actores clave (Key Player) con base en Borgatti (2006) permite la identificación de nodos fuente (Harvest) y nodos colectores (Diffuse) considerando su cobertura; es decir, estos nodos consideran su acceso o alcance a toda la red. Los actores fuente son aquellos que reciben consultas de información de otros actores, evidenciando prestigio como proveedores de información al presentar las mayores coberturas a partir de su grado de entrada con relación a su posición en la red. Los actores colectores son identificados a partir de los grados de salida en función de su posición en la red. Un colector es un actor en búsqueda de información para la toma de decisiones o de validación de lo realizado. Para la identificación de actores fuente y colectores, al ser un indicador de red y no solo de nodo, es necesario estimar la cobertura de cada actor o grupo de actores. Para el cálculo de la cobertura de los actores fuente y colectores se empleó la propuesta de Borgatti (2006) bajo el siguiente método de cálculo.
Donde: R= abreviatura de alcance (del inglés reach); dmj= suma del inverso de las distancias entre cada actor (dmj- 1) y el resto de la red; y N= número total de nodos en la red.
Los datos de redes fueron capturados en Microsoft Office Excel 2010 y codificados en Microsoft Bloc de notas versión 6.1. El fichero generado en el bloc de notas se exportó directamente al graficador NetDraw 2.097. Para el cálculo de los indicadores de centralidad se utilizó Ucinet 6.288. Para la identificación de actores se empleó el software KeyPlayer 2. El análisis estadístico se realizó con el programa SAS, empleando las rutinas de comparación de medias para los seis tipos de productores.
Resultados y discusión
El análisis de la base de datos reflejó una edad promedio de 47 años y una escolaridad promedio de 7 años. La superficie sembrada es de 4.3 ha con una mínima de 0.5 ha y una máxima de 28 ha. El 98.3% de la superficie es de temporal y 1.7% de riego. El rendimiento promedio es de 0.86 t siendo el mínimo de 0 y el máximo de 7.5 t. El 74.07% de los productores tienen tierras ejidales, el 87.36% no realizan ningún ciclo de AC, el 12.20% de los productores se encuentran en el año cero (inicio de proceso de conversión) de AC y el 60.57% de la maquinaria que se utiliza es rentada y solo un 23.75% es propia. Estas características de los productores los ubican como productores típicos de la zona, aún cuando no se empleó un método estadístico de muestreo. La selección de los productores entrevistados corresponden a los productores asignados por el programa MasAgro como población a atender de acuerdo a criterios de ubicación geográfica y a la integración de un listado de productores dispuestos a recibir servicios de asistencia técnica.
El grado de salida normalizado de los productores tipo A (realiza las tres prácticas de AC) es 65%, lo que refleja que este tipo de productores son los que buscan mayor información de tipo técnico y son catalogados como actores colectores o buscadores de información. A su vez, estos actores tipo A reciben 3% de las entradas o consultas de información. Es decir, son los actores con mayor búsqueda de información (p< 0.05), pero no similares en su carácter como fuentes de información (p< 0.05). Su carácter de buscadores de información contribuye a comprender el porqué presentan las tres innovaciones relacionadas con la AC. Como lo señalan Engel y Salomon (1999) la interacción con otros actores favorece que una innovación sea adoptada. Sin embargo, en los actores tipo A puede cuestionarse su capacidad para difundir la AC en tanto su grado de consultas por otros productores es similar al resto de los productores.
Los productores del tipo D (no realiza ninguna práctica de AC) son los que reflejan el menor grado de cobertura como colectores de información (p< 0.05), lo cual los ubica como el tipo de productores con menor búsqueda de información. Las prácticas de labranza que realizan son convencionales y han sido aprendidas por padres, familiares y otros productores cercanos a ellos.
*DE= desviación estándar. Literales diferentes en la misma fila indican diferencias significativas (p< 0.05). Fuente: elaboración con base en información de campo.
Las fuentes de información de los productores para la adopción de la AC no presentan diferencias estadísticamente significativas (p< 0.05) entre tipos de actores. Las fuentes principales fueron los proveedores de servicios profesionales (42%), los familiares (15%), y las instituciones de enseñanza e investigación (12%). Esta dependencia a fuentes de información externa (proveedores de servicios profesionales y las instituciones de enseñanza e investigación) refleja por un lado una red inmadura al depender de información externa para su desarrollo. Por otro lado, da cuenta de una estructura con lazos débiles que la orienta a una red heterofílica que permite el acceso de nuevo conocimiento.
En una red de difusión de innovaciones, el papel de las organizaciones de productores y de las instituciones de gobierno, como entidades representativas de ambos sectores, podrían desempeñar un papel más activo en el proceso de difusión. Sin embargo, al analizar las fuentes de información del proceso de AC, se observa que son éstas las de menor mención. Las fuentes de información de AC con mayor referencia por parte de los productores son el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Rahm y Huffman, (1984); Westra y Olson, (1997) señalan a las fuentes de información que influyen positivamente en la adopción puede incluir otros agricultores, medios de comunicación, reuniones y oficiales de extensión (PSP). Con respecto a esta última fuente, Agbamu (1995) muestra que si la difusión de información es ineficaz, incorrecta o inapropiada por parte del agente de extensión no hay adopción de nuevas prácticas.
Fuente: elaboración con base en trabajo de campo. ER= empresa rural; Ere= empresa rural referida; FAM= familiar; IE= institución de enseñanza e investigación; PSP= prestador de servicios profesionales; ORG= organización de productores; IG= institución de gobierno; Otros= compradores y proveedores de insumos y maquinaria.
La interacción entre productores (Parra-López et al., 2007; Calatrava y Franco-Martínez, 2011) es considerada como un factor que favorece la adopción de una innovación. En esta investigación se resalta que la estructura actual de la red orienta más a la dependencia de entidades externas, por lo cual la interacción entre productores es un elemento por desarrollarse.
Conclusiones
La adopción de la agricultura de consevación ocurre en productores con mayores capacidades de búsqueda de información. A mayor interacción con actores externos, como centro de enseñanza e investigación y prestadores de servicios profesionales capacitados, la adopción de los tres principios de la agricultura de conservación es mayor. Sin embargo, estos productores con capacidad de búsqueda de información y adopción de estos principios, no son los mayormente referidos por sus pares como fuentes de aprendizaje. Esta contradicción entre “el que más hace, no enseña” es el principal reto a la difusión y apropiación de innovaciones.
Futuras investigaciones podrían enfocarse a comprender el porqué un aproductor adoptante no es referido por sus pares como fuente de información. Este análisis contribuirá al diseño de indicadores del proceso de extensión en cuanto a la forma de operar programas con un componente de extensión y al diseño de estrategias de focalización para incrementar la adopción de innovaciones.