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Revista mexicana de ciencias agrícolas

versión impresa ISSN 2007-0934

Rev. Mex. Cienc. Agríc vol.8 no.3 Texcoco abr./may. 2017

https://doi.org/10.29312/remexca.v8i3.27 

Artículos

Caracterización del perfil del extensionista rural en la zona oriente del Estado de México

Areli Monsalvo Zamora1 

Mercedes A. Jiménez Velázquez1  §  

José Luis García Cué1 

Dora Ma. Sangerman-Jarquín2 

Tomás Martínez Saldaña1 

José Luis Pimentel Equihua1 

1Colegio de Postgraduados. Carretera México-Texcoco, km 36.5. Montecillo, Texcoco, Estado de México. CP. 56230. Tel: (595) 9570887. (monsalvo.areli@colpos.mx; jlgcue@colpos.mx; tms@colpos.mx; jequihua@colpos.mx ).

2Campo Experimental Valle de México-INIFAP. Carretera Los Reyes-Texcoco, km 13.5. Coatlinchán, Texcoco, Estado de México, México. CP. 56250. Tel: 01(595) 9212681. (sangerman.dora@inifap.gob.mx).


Resumen

La investigación está enfocado a caracterizar el perfil del extensionista agropecuario del oriente del Estado de México tomando las funciones que desempeña, problemas que enfrenta en el sector productivo, necesidades de capacitación y competencias. Los grandes desafíos del sector agropecuario demandan conocer el perfil del extensionista para fortalecer sus capacidades como actores del desarrollo rural, encargados de transmitir conocimientos e innovaciones tecnológicas a los productores para innovar los procesos productivos. El estudio utiliza metodología mixta (cualitativa y cuantitativa), aplicando un cuestionario a los extensionistas del Programa de Desarrollo de Capacidades, Innovación Tecnológica y Extensionismo Rural que atienden la zona oriente del Estado de México de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Delegación Regional Texcoco. Los resultados muestran las funciones realizadas por los extensionistas, asistencia técnica, transferencia de tecnología y capacitación. Se observan dificultades de carácter político-institucional, interés en la actualización permanente en diferentes modalidades.

Palabras clave: desarrollo rural; extensión rural; capacitación; prestadores de servicios profesionales

Abstract

The research is focused on characterizing the profile of the agricultural extensionist in the eastern area of Estado de México, taking into account the performed functions, problems faced in the productive sector, training needs and competences. The great challenges of the agricultural sector demand to know the profile of the extensionist in order to strengthen their capacities as rural development actors, in charge of transmitting knowledge and technological innovations to the producers to innovate the productive processes. This research uses mixed methodology (qualitative and quantitative), applying a questionnaire to the Extensionists in the Program of Capacity Development, Technological Innovation and Rural Extensionism that serve the Eastern part of Estado de Mexico of the Secretariat of Agricultural Development, Texcoco Regional Delegation. Results obtained, show that the functions carried out by extension workers are technical assistance, technology transfer and training. There are difficulties of a political-institutional nature, but also interest in the permanent updating in different modalities.

Keywords: rural development; rural extension; professional service providers; training

Introducción

El medio rural plantea grandes desafíos para lograr el desarrollo de un futuro sostenible, aún la pobreza se concentra entre pequeños agricultores, jornaleros y familias sin tierra. Se requieren estrategias orientadas a mejorar la calidad de vida de las comunidades rurales dotándolas de infraestructuras y servicios; así como, fomentar la creación de autoempleo y programas de formación permanente; buscar la diversificación económica sin poner en peligro los recursos para generaciones futuras; es decir, considerar “educación para el desarrollo rural” (Paniagua, 2012).

La educación y capacitación son instrumentos poderosos para combatir la pobreza rural e impulsar la lucha de desigualdades en favor del desarrollo rural. La capacitación representa un instrumento que contribuye a impulsar el desarrollo rural a través de la participación activa de la persona o grupo capacitado (Jiménez, 2004). En el sector rural, un elemento significativo para la capacitación e innovación son las acciones que tradicionalmente se han llamado “extensionismo”. Un importante papel desempeñado por la extensión rural, promoviendo la agricultura como motor de crecimiento económico a miles de familias, enfocadas a mejorar su seguridad alimentaria, gestión económica y social; en general, sus medios de vida (RELASER, 2013).

El término “extensión” comienza a ser utilizado para describir programas de educación para adultos creados por universidades, orientados a divulgar conocimientos generados a un público fuera de los límites de la universidad. Después, es adoptado en Estados Unidos de América por universidades en régimen de “tierras concedidas”, establecidas para la enseñanza de la agricultura con el propósito de difundir sus programas y conocimientos agrícolas entre agricultores (Swanson, 2010).

A través del tiempo, la extensión se ha interpretado de distintas maneras: transferencia de tecnología, asistencia técnica o servicios de asesoría; cualquiera que haya sido la metodología utilizada, se caracterizaba por un enfoque lineal de extensión, limitaba la atención prioritaria a la explotación agrícola y al agricultor como un participante pasivo. Así, llevó a difundir la tecnología y conocimientos sin considerar la situación individual de los agricultores y a un aislamiento de las fuerzas del mercado, derivó en aumentos de producción pero no siempre se tradujo en mayor ingreso. Esta orientación, ha sido la más utilizada por los sistemas tradicionales de extensión, incluso por México hasta 1980, instrumentada por profesionales cuyos conocimientos se limitaban a transferir y divulgar tecnología (IICA, 2012).

La extensión o sistemas de asesoría rural es un proceso de trabajo y acompañamiento con el productor (González et al., 2015), se refiere a diferentes actividades realizadas para proveer información y servicios que demandan los agricultores y otros actores del sistema de innovación para ayudarlos a desarrollar capacidades técnicas, organizacionales y de gestión con el propósito de mejorar su calidad de vida y bienestar (GFRAS, 2010). De ahí, la principal idea es su importancia como herramienta para impulsar el desarrollo agrícola a través de la divulgación de tecnología en áreas rurales (Jiménez, 2004).

En un mundo globalizado la agricultura debe ser competitiva en los mercados internos y externos, la aportación de un servicio de extensión moderno cubre un amplio rango de actividades, desde la producción hasta el consumo. Donde los agentes de extensión deben trabajar como “brokers de conocimiento” para facilitar los procesos de enseñanza y aprendizaje (Aguirre, 2012). Sin embargo, trabajar para lograr cambios en los sistemas productivos más vulnerables, debe contribuir a abrir oportunidades, mejorar su seguridad alimentaria, reducir restricciones en el sistema financiero, contribuir a mitigar sus vulnerabilidades ambientales, aumentar su representatividad en el ámbito político y social (RELASER, 2013).

En México, la capacitación rural es conocida como Extensionismo, definido en virtud de que busca “Extender” (propagar o difundir) conocimientos a través de acciones de promoción de nuevas tecnologías y capacitación a los productores para mejorar su desempeño productivo. La asistencia técnica, transferencia de tecnología y capacitación, tradicionalmente se consideran ejes de un servicio de extensión (Muñoz y Santoyo, 2010). Sus orígenes surgen a principios del siglo XX, aplicando acciones en el sector agropecuario desde 1960 hasta 1990, el gobierno mexicano desarrolló un sistema de extensión y transferencia de tecnología agrícola. En los últimos veinte años, se presentaron diversos cambios e innovaciones institucionales que llevaron a su disolución. En cambio, se pusieron en marcha los medios para estimular la creación de un mercado de extensión privado en la República Mexicana, que apoya la ejecución de programas gubernamentales a nivel local. Hoy en día, no hay un servicio definido de extensión agrícola, en el medio rural se privatiza la asistencia técnica que da origen a los prestadores de servicios profesionales agropecuarios, conocidos como prestadores de servicios profesionales (PSP), dan asistencia técnica a los productores a través de programas de asesoría y desarrollo de capacidades, mediados por el gobierno mexicano a través de instituciones gubernamentales (OCDE, 2011).

La política agrícola y su aplicación basadas en la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS) desde 2001, apoya la generación y diversificación del empleo, garantiza la incorporación y participación del sector agrícola en pequeña escala en el desarrollo nacional, da prioridad a zonas marginadas y a sectores económicamente débiles de la economía rural. En el área de investigación y extensión, la Ley delega su aplicación a la SAGARPA, la cual coordina diversos órganos ejecutores cuyos propósitos son la investigación agrícola, generación de tecnología, experimentación y el extensionismo. Por eso, modifica sus líneas de política pública, proponiendo nuevas estrategias y programas: 1) apoyo a la inversión en equipamiento e infraestructura; 2) apoyo al ingreso agropecuario PROCAMPO; 3) prevención y manejo de riesgos; 4) desarrollo de capacidades, innovación tecnológica y extensionismo rural; 5) sustentabilidad de recursos naturales; y 6) proyectos transversales (Aguirre, 2012).

Esta visión, considera reducir la dispersión de recursos, se propone una mayor concurrencia, eficiencia de programas; así como emprender proyectos territoriales. El desarrollo rural se transforma en un programa transversal a toda la secretaría, promueve el desarrollo con base en el conocimiento. Se diseñan nuevas instancias de coordinación para vincular a todos los actores involucrados, redes del conocimiento y servicios de asistencia técnica, capacitación y extensión. Por eso, se constituye una “comisión nacional de desarrollo de capacidades, innovación tecnológica y extensionismo rural” y comisiones estatales donde sus gobiernos coordinan y supervisan el programa, derivada de la Ley, artículos 42 y 48: establece un sistema y servicio de capacitación y asistencia técnica rural integral (LDRS, 2012).

Un nuevo Sistema de Extensión Agrícola se crea con acciones y políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida de sus habitantes en materia de capacitación como potenciador de desarrollo económico, plantean la necesidad de contribuir con acciones y estrategias que favorezcan al Desarrollo Rural (LDRS, 2012). En el cumplimiento de estas acciones, la SAGARPA elabora el Programa Sectorial de Desarrollo Agropecuario, Pesquero y Alimentario sujeto a las normas contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018), enfatiza en la asistencia técnica o nuevo extensionismo como estrategia integral para elevar la productividad y alcanzar el máximo potencial del sector agroalimentario. Para ello, plantea aplicar la práctica del conocimiento, investigación y desarrollo tecnológico, apoyado en la vinculación entre instituciones de educación superior y centros de investigación con los sectores privado y público (SAGARPA, 2013).

El sector agropecuario al enfrentar grandes desafíos, demanda conocer necesidades y problemas a los que se enfrenta el extensionista para fortalecer sus capacidades como actores del desarrollo rural, encargados de transmitir conocimientos e innovaciones tecnológicas a productores que permitan innovar los procesos productivos (Landini, 2013a). Es importante que el extensionista cuente con la experiencia necesaria y desarrolle competencias que le ayuden a enfrentar dificultades laborales, económicas y sociales que se le presenten en su quehacer profesional para el logro de objetivos (Figueroa et al., 2010). El perfil del extensionista, definido como un conjunto de capacidades y competencias que identifican su formación para enfrentar funciones y tareas de su trabajo, permiten asumir las responsabilidades que se presentan (Mayoral et al., 2009).

Méndez (2006) y Cano (2004) mencionan que el perfil del extensionista debe tener capacidades como aprender a aprender, comunicarse, convivir, toma de decisiones, expandir sus capacidades para gestionar, resolver problemas y satisfacer necesidades individuales y sociales. Estos contenidos, basados en principios y valores de ética, autoestima, autocontrol, responsabilidad, honestidad, sociabilidad, respeto, tolerancia y capacidad de convivir. Russo (2009), sugiere sean competencias básicas de lectura, escritura, razonamiento cognitivo y deberán desarrollar habilidades que integren el uso de tecnología de la información y comunicación (TIC).

La SAGARPA, plantea un nuevo perfil del extensionista cuyo objetivo es brindar atención integral de calidad a productores en zonas de alta marginación a través de buscar su mejora, buscando desarrollar capacidades, habilidades, conocimientos y adopción de una visión innovadora de la cadena de valor que le permite transitar del sistema tradicional al extensionismo holístico. Enfocado a ofrecer todo aquello que aporte elementos en la solución a problemas específicos del sector agrícola, pecuario y pesquero que redunde en un mayor incremento y democratización de la productividad agroalimentaria (SAGARPA, 2013).

Landini (2013b) enfatiza la importancia de la extensión que ha permitido reconstruir el perfil de los extensionistas rurales que trabajan en el sistema de extensión público argentino y aportan elementos a la descripción del perfil de los extensionistas rurales; además, analiza necesidades formativas de profesionales rurales paraguayos indagando su función, problemas que enfrentan en su práctica e intereses formativos. Con base en estos trabajos, Mayoral et al. (2015) plantea su investigación con el objetivo de analizar el perfil de los extensionistas de Baja California Sur, B. C, México, describe su actuar como parte de su responsabilidad en las condiciones actuales del sector agropecuario.

En este contexto, surgen varias preguntas: ¿Qué características tiene el extensionista agropecuario del oriente del Estado de México? ¿Cuáles son las funciones que desempeña el extensionista agropecuario?, ¿Cuáles son los problemas a los que se enfrenta en el sector productivo? y ¿Cuáles son sus necesidades de capacitación? Por esas razones, se plantea el objetivo de estudio: caracterizar el perfil del extensionista agropecuario del oriente del Estado de México tomando en cuenta las funciones que desempeñan, problemas que enfrentan, necesidades de capacitación y competencias. El supuesto de la investigación es: El extensionista agropecuario de la zona oriente del Estado de México se caracteriza de acuerdo a parámetros como sus funciones, problemas, competencias y necesidades de capacitación.

Materiales y métodos

El estudio realizado en la región Oriente del Estado de México, municipios de Atenco, Chiautla, Chiconcuac, Papalotla, Tepetlaoxtoc, Texcoco y Tezoyuca; forma parte de la zona conurbada del centro de la República Mexicana, tiene fuertes concentraciones de población en asentamientos irregulares de alta productividad agrícola. Estos municipios pertenecen a la Región XI Texcoco, colinda hacia el norte Región V Ecatepec, sur Región III Chimalhuacán, poniente Ecatepec y Netzahualcóyotl, al oriente los estados de Tlaxcala y Puebla; forman parte de la Zona Metropolitana del Valle de México (COPLADEM, 2012). Su población, registra 407 694 habitantes en una superficie de 727.3 km2, representa 2.69% del Estado. Municipios de mayor superficie son Texcoco (418.7 km2), Tepétlaoxtoc (172.4 km2) y Atenco (94.7 km2), integran 81.3% de superficie total regional, el territorio restante (18.7%) ocupado por Chiautla (20.1 km2), Tezoyuca (10.9 km2), Chiconcuac (6.9 km2) y Papalotla (3.6 km2) (INEGI, 2010).

La investigación es un estudio de caso mixto, no experimental de tipo descriptivo-explicativo (Hernández et al., 2010), la población es el total de extensionistas agropecuarios (17 PSP) adscritos al Programa de Desarrollo de Capacidades, Innovación Tecnológica y Extensionismo Rural de la SAGARPA, coordinados por la SEDAGRO, Delegación regional Texcoco, Estado de México. Se diseña y aplica un cuestionario para obtener información, consta de cinco secciones: 1) datos sociodemográficos; 2) funciones desempeñadas del extensionista; 3) problemas enfrentados en el sector productivo; 4) necesidades formativas; y 5) autoevaluación de competencias.

El cuestionario sometido a pruebas: revisión de expertos, piloto, validez de contenidos y fiabilidad Alfa de Cronbach, análisis del instrumento dando un valor de 0.895 un máximo de 1, considerado fiable. Se aplicó en campo e instalaciones de SEDAGRO (22 de octubre de 2015 al 04 de febrero de 2016). Datos analizados con estadísticos descriptivos y frecuencias con el software SPSS v.21.0, los cualitativos: observación participante en campo y reuniones de trabajo en la oficina de Desarrollo Rural- SEDAGRO; y análisis de discurso con preguntas abiertas Hernández et al. (2010).

Resultados y discusión

De la información obtenida de la encuesta: 64.7% son hombres y 35.3% mujeres que destaca su participación laboral. Edades reportadas son de 26 a 60 años con una media de 36 años de edad. Estos datos, concuerdan con los resultados obtenidos por Mayoral (2015) donde menciona que es el rango de edades productivas para desarrollar la actividad de extensión.

Los extensionistas entrevistados reportan diferentes categorías laborales: 41.2% están inscritos en el padrón de extensionistas a nivel nacional, 41.1% acreditados por su experiencia y el restante (17.6%) son certificados por alguna otra institución. La información reportada, concuerda con su experiencia laboral que va de uno a 15 años; 17.6% de ellos cuentan con al menos un año de experiencia, dos años (5.9%), tres (29.4%) y cuatro (11.8%); una persona (17.7%) de 8 10, otra (17.7%) tiene de 12 a 15 años de trabajo. La experiencia, les permite tener un conocimiento más profundo del productor y su ambiente para poder proporcionar el servicio de extensión.

En cuanto a formación académica tienen nivel licenciatura (70.6%) y posgrado (29.4%) habiendo cursado su ultimo nivel de estudios en instituciones que ofertan programas agropecuarios como la Universidad Autónoma Chapingo (52.9%), Colegio de Postgraduados (23.5%), Universidad Autónoma del Estado de México (11.8%), Universidad Autónoma Metropolitana (5.9%) y el Instituto Tecnológico de Sonora (5.9%). Sus áreas de especialidad comprenden: agrícola (35.3%), pecuaria (35.3%), alimentación (5.9%), educación (5.9%), otras áreas entre ellas: agroindustria, biotecnología y botánica (17.6%). Este perfil académico tiene congruencia con las actividades que realizan en el servicio de extensión.

Los extensionistas entrevistados son empleados estatales de tiempo completo, su ámbito laboral abarca siete municipios (Atenco, Chiautla, Chiconcuac, Papalotla, Tepetlaoxtoc, Texcoco y Tezoyuca), comentan que colaboran en otros: Los Reyes la Paz, Chicoloapan y Chimalhuacán. Su lugar residencia es Texcoco (76.5%), Tepetlaoxtoc (5.9%), Chiautla (5.9%) e Ixtapaluca.

En el ciclo agrícola 2015-2016, los extensionistas prestaron servicios técnico- agrícola y pecuario a 510 productores de la región oriente en cinco cadenas de producción: bovinos leche (120 productores), ovinos (60 productores), maguey (60 productores), hortalizas (180 productores) y trigo (90 productores). Al realizar sus actividades de asistencia técnica, se encuentran con una serie de problemas que reducen el impacto de sus acciones (Landini, 2007).

Con mayor frecuencia sus actividades se relacionan con la formación de grupos de productores, transferencia de tecnología, asistencia técnica y trabajo con grupos sociales (mujeres, niños (as) y ancianos (as). También, elaboren y diseñen proyectos productivos, identifican demandas de la población, elaboran material para capacitar y promueven la autogestión de productores. Estas acciones, coinciden con Aguirre (2012); no obstante, el tiempo y transformaciones del sistema de extensión mexicano, se mantiene con ejes principales la promoción y transferencia de nuevas tecnologías, asistencia técnica, servicios de asesoría y capacitación a productores con el propósito de mejorar su desempeño productivo.

De acuerdo, al testimonio de los extensionistas plantean que no siempre hay continuidad en los proyectos y programas: “se debe apoyar y dar continuidad al trabajo del extensionista; de lo contario, se trunca el avance con el productor ya que no hay seguimiento”, “se debe fortalecer el extensionismo y la participación de los productores”, además “hay un desfase del extensionista al iniciar el servicio y la etapa del cultivo, la contratación debería ser a inicios de año” y “hacen falta apoyos para la adquisición de tecnologías”. También, existe un gran problema para comercializar y vincularse con el mercado, principalmente para pequeños productores, ellos señalan “Los costos de producción son muy altos y no hay canales de comercialización” (Entrevistas, febrero 2016).

Cuadro 1 Análisis de frecuencia de los problemas del extensionista. 

Evaluación de acuerdo a la mediana. Donde: 1= nunca (N); 2= poco (P); 3= muy poco (MP), 4= frecuentemente (F); 5= siempre (S).

Desde la perspectiva del extensionista según listado de dificultades, se observa que son de carácter político - institucional. Landini (2013a) precisa, falta de políticas de desarrollo rural ha sido un problema recurrente no solo en México sino en América Latina. La OCDE (2011) al analizar las reformas institucionales, llega a concluir que las estructuras burocráticas han demostrado ser inflexibles y no responden a un sector cambiante, el nivel de organización de los agricultores sigue siendo bajo, este tema debe tomarse en cuenta en el diseño de políticas.

La capacitación ha sido un tema fundamental en el ámbito institucional: 94.1% de encuestados se actualizan o reciben capacitación de instituciones del gobierno como SAGARPA (41.2%), INCA RURAL (82.4%), FIRA (11.8%), ICAMEX (23.5%), INIFAP (29.4%), Colegio de Postgraduados (29.4%) y Universidad Autónoma Chapingo (58.8%). La frecuencia de la capacitan es anual (58.8%), cada tres meses (23.5%) y cuando hay oportunidad (17.6%). Esta adiestramiento es financiada: por ellos y empresa dónde laboran (47.1%), proviene del gobierno (29.4%), ellos mismos (17.6%) y es financiada por la empresa dónde laboran (5.9%). Los extensionistas están interesados en recibir más cursos y tener preferencias en cursos presenciales (100%), con apoyo de TIC serían semi-presenciales (88%) y en línea (53%).

A través de instituciones gubernamentales, se han establecido acciones para capacitar, un instrumento de política pública nacional para impulsar el desarrollo rural y hacer frente a los desafíos del sector agropecuario (LDRS, 2012). Se observa en Cuadro 2, diversas áreas de interés para recibir capacitación, mayor interés (88.4%) reportan en Metodologías de capacitación y extensión rural, coincide con el trabajo de Landini (2013c). Además, destacan organización de productores, comercialización, manejo de grupos, diseño de proyectos productivos (88.2%). En adopción de tecnologías, proyectos con mujeres, uso de TIC, gestión de recursos y asistencia técnica (70.6%), proyectos con personas de capacidades diferentes (76.5%), por último uso de paquetes tecnológicos (58.8%).

Cuadro 2 Áreas de interés para recibir capacitación. 

Evaluación de acuerdo a la mediana. Donde: 1= ningún interés (NI); 2= bastante desinteresado (BD); 3= algo interesado (AI); 4= bastante interesado (BI); 5=totalmente interesado (TI).

México impulsa una extensión integral, acceso permanente a procesos de capacitación y certificación para desarrollar capacidades que permitan favorecer los procesos de desarrollo rural (SAGARPA, 2015). Al respecto Paniagua (2012), requieren de estrategias para mejorar la calidad de vida de comunidades rurales, dotándolas de infraestructura y servicios del extensionista. Con respecto a la autoevaluación de capacidades del extensionista, se evalúan con mayor puntaje en la categoría de valores y ética, se conciben como personas con principios y valores sólidos. Ellos consideran que poseen un perfil, capacidades de aprender a aprender, pensamiento creativo e innovador, toma de decisiones, solución de problemas, entre otras. Son habilidades que coinciden con las propuestas de Cano (2004), Méndez (2006) y GFRAS (2010).

Cuadro 3 Análisis de capacidades del extensionista. 

SAGARPA (2015); Méndez (2006); Cano (2004). Evaluación de acuerdo a la mediana. Donde: 1= no tengo habilidad (NH); 2= muy poca habilidad (MPH); 3= poca habilidad (PH); 4= hábil (H); 5= muy hábil (MH).

Conclusiones

Destaca el perfil académico del extensionista; su formación en áreas agrícolas, pecuarias y alimentación (ingenieros agrónomos especialistas en zootecnia, fitotecnia, agroindustrias y veterinarias), ciencias naturales y ambientales (recursos naturales, protección vegetal, fisiología vegetal, botánica, biotecnología); no hay profesionales en ciencias sociales. La mayoría con estudios de nivel superior: Universidad Autónoma Chapingo y Colegio de Postgraduados.

Funciones que realiza: formación de grupos de productores, transferencia de tecnología, capacitación técnica en múltiples áreas, trabajo con grupos sociales, elaboran planes, diseñan proyectos productivos, identifican demandas de la población, realizan materiales para capacitar a productores y promueven su autogestión. Requieren capacitación en metodologías y uso de TIC.

Fortalecer el extensionismo y participación de productores requiere de reformas a las políticas públicas.

Competencias del extensionista cumplen con el esquema propuesto por la SAGARPA. Aún está pendiente concretar su visión holística.

Literatura citada

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Recibido: Enero de 2017; Aprobado: Abril de 2017

§Autora para correspondencia: mjimenez@colpos.mx

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