Introducción
Uno de los problemas que inciden sobre la producción de forrajes en la Comarca Lagunera es la baja fertilidad de los suelos, provocada por su sobre explotación (Salazar et al., 2007). Para combatir lo anterior, la incorporación de abonos orgánicos (AO) es esencial, ya que resulta insoslayable que la materia orgánica, además de ser el soporte básico para la vida en los suelos, puede definir su potencial productivo (Sánchez et al., 2011). Entre los productos que se utilizan como materia prima para generar AO se encuentran diversos estiércoles, residuos de cosechas y urbanos, materiales de podas, algas marinas, entre otros residuos, que no estén contaminados (Sánchez et al., 2011), además, a partir de estos materiales también se han generado extractos o fertilizantes líquidos, los cuales se emplean, tanto como alternativa nutricional para suelos y plantas, como para el manejo de enfermedades en los cultivos (Canales, 1999; Zermeño et al., 2015). Por lo ya descrito, y por ser de interés del productor el conocer el efecto de los fertilizantes Acadian Suelo y Acadian Foliar (Stimplex) [Acadian Seaplants Mexicana, SA. de CV.®], obtenidos de extractos de algas marinas, se propuso evaluar el efecto de estos AO, buscando cubrir los requerimientos nutrimentales del cultivo, sobre el rendimiento y la calidad del maíz forrajero.
El lote experimental de 20 ha se localizó en la pequeña propiedad del establo Corona (aprox. a 4 km de la carretera “La Partida-Granada”, Municipio de Matamoros, Coahuila, dentro de la Comarca Lagunera (101° 41’ y 104° 61’ longitud oeste, y 24° 59’ y 26° 53’ latitud norte). El estudio se realizó en período abril- agosto de 2015. La superficie, cuyo cultivo previo fue alfalfa, fue barbechada y posteriormente se realizaron tres pasos de rastra. La siembra del híbrido 2A120 (Dow AgroSciences de México, SA. de CV.®) con 99% de pureza, se realizó en seco, el 20 de abril de 2015, a razón de 6 a 7 semillas 1 m lineal (60 000 plantas ha-1). Cuatro días después se dosificó el 1er riego, en total se aplicaron 4 riegos de auxilio, distribuidos cada 28 a 30 días, con una lámina total de 80 cm.
Los tratamientos evaluados fueron: T1= Acadian suelo [inoculación de semilla (100 mL 20 kg-1 semilla) y aplicación al suelo en 2do y 3er riego (0.5 L ha-1 riego-1)] + Stimplex foliar [dos aplicaciones al follaje (cuando las plantas presentaron 4 y 6 hojas verdaderas) a razón de 0.5 L ha-1] y T2= testigo comercial [a la siembra se aplicó la dosis 50-80-00, utilizando (NH4)2SO4 y fosfato monoamónico (MAP) y la dosis 140-00-00 (N-P-K) al 1er riego, con urea]. El Acadian suelo y el Acadian foliar (Stimplex) son formulaciones diseñadas para aplicar al suelo (pH de 7.8-8.2) y al follaje (pH de 3.6-4.2), respectivamente y cuentan con certificación OMRI y BSC.
Durante el desarrollo del cultivo se evaluaron: emergencia (E), a los 15, 19 y 24 días después de la siembra (dds) se cuantificó el número de plantas nacidas por cada 6 m, desarrollo radicular (DR), 30 días después del 1er riego y usando una pala lagunera, se extrajeron 16 plantas a las cuales se eliminaron residuos de suelo, se colocaron en hieleras para evitar su deshidratación, se trasladaron al laboratorio donde se pesaron, utilizando la parte vegetativa por debajo de la corona, en una balanza analítica (Type 1501, Sartorius®), para vigor de las plantas (VP) se utilizó la escala de vigor de Huisman y Kortleve (1994) quienes sugieren evaluaciones a los 7, 14 y 21 después de la nacencia, usando la escala “vigor rating” 0 a 9; altura de planta (AP), se registró a 15, 30, 60 y 90 días del 1er riego, utilizando una cinta métrica flexible, ésta se colocó a ras del suelo y se registró el valor hasta el desarrollo de la última hoja del centro ápice de crecimiento, rendimiento del cultivo, en función de la producción de forraje verde (FV) y de la materia seca (MS) por hectárea, a los 90 dds se obtuvieron muestras en verde, representativas de cada tratamiento y repetición, y se secaron en una estufa de circulación de aire forzado a 60 °C por 72 h.
Se utilizó un diseño experimental de bloques al azar con dos tratamientos y 16 repeticiones. Estas variables se sometieron a Andevas y separación de medias con prueba DMS5%, complementados con la estadística descriptiva para la obtención del error estándar y rangos de datos en resultados.
En el Cuadro 1, se muestran los resultados de emergencia a los 15, 19 y 24 dds. En éste se aprecia que solo se registraron diferencias significativas (p≤ 0.05), a los 19 y 24 dds, debido al efecto del T1, superando en 2.98 y 4.61% de emergencia respecto al T2. La aplicación de AO, derivados de extractos de algas marinas, resulta benéfica para los productores de maíz forrajero, ya que la emergencia de trigo (Triticum aestivum L.) y maíz, evaluada 20 dds, disminuye de forma considerable al incrementarse la dosis de fertilización nitrogenada (Kitchen y Westfall, 1990). Los resultados obtenidos fueron ampliamente superados por los reportados por Sánchez et al. (2014) quienes al realizar la inoculación de semillas de maíz con Azotobacter spp., Burkhodelia spp., más fertilizante nitrogenado, al 50%, registraron a los 11 dds, 95% de emergencia, mientras que el testigo, sin inocular y fertilizante nitrogenado a 100% obtuvo 85% de emergencia. Por otro lado, los valores de emergencia obtenidos, a los 24 dds, fueron similares a los reportados por Clau et al. (2013) quienes no observaron diferencias significativas entre los tratamientos y registraron 90% de emergencia, a 30 dds, en el cultivo de soya con doble inoculación Bradyrhizobium- micorrizas y el uso de fitoterápicos de semilla.
Para el VP, el cual es requerido tanto para un establecimiento adecuado como para un desarrollo exitoso del maíz (Oskouei et al., 2014), se observó que las plantas del T2 fueron más vigorosas en los primeros 15 dds, y a su vez las plantas que fueron fertilizadas con los AO (Acadian suelo y Stimplex foliar) presentaron mayor vigor conforme transcurrió el desarrollo experimental (Cuadro 2). Esto puede deberse a que los AO, aunque presentan una concentración baja de elementos nutritivos, se caracterizan por su lenta liberación, además de poseer acciones residuales y efectos mejoradores sobre las propiedades de los suelos que reciben su incorporación (Fortis et al., 2009).
En el Cuadro 3, se presentan los resultados para la AP. Cabe mencionar que la primera evaluación fue programada para el 30 de abril, en la cual no se registró emergencia de plantas, lo anterior fue debido a que el productor realizó la siembra en seco y aplicó el 1er riego entre los 3 a 4 dds. En el mismo Cuadro 3 se aprecia que solo existieron diferencias significativas (p≤ 0.05) a los 39 dds, registrándose en el T1 un valor 58.56 ±2.36 cm, mientras que en el T2 fue de 51.03 ±1.37 cm, siendo los rangos mínimos y máximos de 40 y 76 cm, respectivamente.
La AP registrada, 2.59 m a los 90 días, para el maíz forrajero fertilizado con extractos de algas marinas, resultó ligeramente inferior (11.3%) al valor promedio reportado por Olague et al. (2006), para este cultivo fertilizado, con 100 t ha-1 de estiércol bovino, incorporado al suelo tres meses antes de la siembra, y las dosis 62-00-00 a la siembra y 50-00-00 (N-P-K) en el sistema de riego sub-superficial, con tres separaciones de la cintilla de riego (80, 90 y 100 cm), desarrollado en un ciclo similar, P-V y dentro la misma región agrícola. Por su parte, Salazar et al. (2010) reportaron un promedio de AP del maíz forrajero de 2.58 m, como resultado de la aplicación de estiércol bovino, durante seis años, en dosis de 0, 40, 80, 120 y 160 t ha-1. Esto permite resaltar que los AO utilizados favorecieron la AP el maíz sin aplicar fertilizantes sintéticos.
Los resultados para el DR, a los 30 días después del 1er riego, se muestran en el Cuadro 4, el Andeva registró diferencias significativas (p≤ 0.05) por efecto de los tratamientos, el mayor peso de raíz se registró en T1, con 27.4 ±2.77 g, superando al DR del T2, 42.34%. Para el DR los rangos mínimos y máximos observados fueron de 13 y 48.3 así como 10.8 y 28.7 para T1 y T2, respectivamente. Los resultados para DR coinciden con los obtenidos por Khan et al. (2012) ellos determinaron que la fertilización con extracto de [Ascophyllum nodosum (L.) Le Jolis] (EAN) estimula tanto la formación de nódulos en las raíces como el crecimiento de la alfalfa y sugieren que éste puede contener compuestos que promueven la relación simbiótica leguminosas-rhizobium.
DR= desarrollo radicular; FV= forraje verde; MS= materia seca. Literales diferentes en columnas difieren estadísticamente (p≤ 0.05).
Para la variable RC se aprecia en el Cuadro 4 que el efecto de los AO, utilizados en el T1, favorecieron las diferencias significativas (p≤ 0.05) entre tratamientos. El FV promedio de maíz con los AO -Acadian suelo y Stimplex foliar- fue de 59 402.063 kg ha-1, registrándose una diferencia de 4 935.91 kg ha-1 respecto al T2. En estudios realizados con AO en la Comarca Lagunera por Fortís et al. (2009) determinaron que el ANDEVA mostró que el FV fue significativo al 1.3%, indicando que al menos uno de los cuatro tratamientos evaluados generó un mayor rendimiento. El FV promedio obtenido fue de 51 000 kg ha-1 y un CV de 17.28%. De la comparación de medias, se determinó que con la aplicación del vermicompost se obtuvieron 64 000 kg ha-1, y con el biocompost 56 000 kg ha-1, ambos valores muy similares al rendimiento obtenido de 59 402.063 kg ha-1 de FV de maíz.
En el Cuadro 4 se presentan los resultados obtenidos para MS, se observa que se registraron diferencias significativas (p≤ 0.05) debido al efecto de los AO Acadian suelo y Stimplex foliar, con 20 098.44 kg ha-1 para el T1, obteniéndose una diferencia de 1 670.04 kg ha-1 respecto a T2. La cantidad de MS obtenida de maíz al igual que el caso de FV, superó en al menos 40.23 y 32.31% al valor promedio reportado para esta variable por Fortis et al. (2009); Yescas et al. (2015), el primer caso como resultado de la incorporación de vermicompost y biocompost y en el segundo caso debido a la aplicación de fertilizantes sintéticos, ambos trabajos desarrollados en misma región agrícola. El incremento en la producción, tanto del FV como de la MS del maíz, se puede deber a que los AO, no solo trae como consecuencia el beneficio sobre las propiedades de los suelos, sino que además son una fuente natural que libera los elementos nutritivos paulatinamente, durante el ciclo fenológico el cultivo, donde se incorporan estos productos (Fortis et al., 2009).
Conclusiones
La aplicación de los AO, Acadian Suelo y Acadian Foliar (Stimplex), obtenidos de extractos de algas marinas, durante el desarrollo del maíz forrajero, además de cubrir sus requerimientos nutricionales, provocó que las plantas lograsen reflejar mayor vigor y peso radicular, favoreciendo también la obtención de mayores rendimientos de FV y MS, lo anterior sin aplicación de fertilizantes sintéticos.