Introducción
En México, según la CONEVAL (2011) indica que, de los 120 millones de mexicanos, 51% son pobres y que, de estos, 27 millones son pobres y marginados. Hoy esa cifra se ha incrementado a 28 millones de mexicanos que viven en las regiones más deprimidas del país y de ellas la mayoría se encuentra en zonas que tienen cierto grado de marginación, donde la principal actividad económica es la agricultura basada en el sistema ‘milpa’ ampliamente documentada desde Hernández-Xolocotzi et al. (1994), hasta Lara Ponce et al. (2012), estos autores, indican que existe una diversidad de policultivos, aprovechamiento de hierbas comestibles y medicinales, además de la crianza de animales domésticos para sustentar y seguir con su reproducción; sin embargo, no es suficiente y tienen la necesidad de suplir sus necesidades con una gama extensa de actividades extra parcela.
El estado de Chiapas, es considerado uno de los tres estados con mayor índice de marginación solo por debajo de Oaxaca y Guerrero, es aquí donde las condiciones ambientales, sociales y económicas se conjugan para crear condiciones de pobreza, poca productividad y menos oportunidades de crear un desarrollo endógeno a partir de los recursos y el contexto que los rodea. En muchos de los municipios del estado de Chiapas que tienen pendientes arriba de 15%, la producción agrícola presenta diversos problemas, como son: bajos rendimientos, insumos caros, bajos precios a la cosecha, incapacidad de generar empleos, pero el principal son problemas estructurales como: la roza-tumba-quema que causan la erosión y la pérdida de fertilidad de los suelos (Camas et al., 2012), además del uso irracional de pesticidas. Debido a esta crisis en la que se encuentra inmerso la producción agrícola se establece un nuevo desarrollo tecnológico para las pequeñas unidades de producción, en las que sobresale el sistema de milpa intercalado en árboles frutales (MIAF), considerado como un sistema que pudiera ser una vía de solución para combatir los problemas mencionados.
El sistema MIAF se orienta principalmente hacia los pequeños productores de las llamadas áreas marginadas, con el propósito de mejorar el nivel de vida laboral y económica del productor, con la integración de varias especies de cultivos anuales y perennes en una misma parcela como son: el maíz, frijol, en ocasiones la calabaza y un frutal, este sistema está ampliamente documentado en Cortés et al. (2005); Cortés et al. (2010). De acuerdo a Camas et al. (2012), existe una amplia variabilidad de sistemas de cultivo, que van desde sistemas comerciales hasta marginales. Cadena (2004) menciona que en Chiapas, se dedican al cultivo de maíz 860 000 hectáreas, de las cuales aproximadamente 60% se encuentra en laderas, en las que no se ha generado conocimiento para la actividad agrícola, por tanto esta se ha realizado con un mínimo control del efecto sobre los recursos naturales.
Esta situación los hace muy susceptibles de ser degradados en poco tiempo de seguir con las mismas prácticas agropecuarias. Por ello y ante la necesidad de establecer un sistema sustentable del suelo en parcelas dedicadas al cultivo de básicos en los municipios con alta marginación de Chiapas, se realizó esta investigación con el objetivo de diagnosticar y evaluar el sistema MIAF en la localidad de Manzanillo Pinabeto del municipio de Rayón, en el ámbito social, cultural, económico y biológico, con el fin de medir el impacto que el sistema ha generado en el agricultor y la localidad a nivel general durante el periodo 2009-2014, detectando así los beneficios y las limitaciones del agricultor bajo el sistema.
En el sur sureste de México, el uso y operación del sistema MIAF, se remonta al inicio del milenio, el cual se dio a través del proyecto manejo sostenible de laderas (PMSL), en las poblaciones Cuicateca, Mazateca y Mixe del estado de Oaxaca con el objetivo de reducir la pobreza y degradación ambiental, la población objetivo para el gobierno eran aquellas zonas de alta y muy alta marginación económica, caracterizadas por la práctica de cultivos en laderas, mediante el sistema de roza-tumba-quema (Sánchez, 2002).
El propósito fundamental del PMSL, fue aprovechar, conservar y mejorar los recursos naturales de ladera, para mejorar las condiciones del medio ambiente y la vida de aquellos agricultores y productores que han hecho de las laderas un refugio para la subsistencia. A raíz de esto, se establece un nuevo sistema de producción, los agricultores de origen náhuatl del estado de Puebla, originaron un sistema de cultivo agroforestal; el cual, les permitía cosechar diferentes tipos de alimentos y forrajes a lo largo del año (Castro, 2008). Para convertir el sistema tradicional a uno de milpa intercalada con árboles frutales (MIAF), estos agricultores contaron con el asesoramiento de los investigadores del Colegio de Postgraduados (CP) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), todo esto como parte del proyecto Plan Puebla, ampliamente documentado (Díaz et al., 1999).
En Chiapas existen pequeñas áreas dedicadas a este sistema y destacan los municipios de, Rayón, Tapalapa, Pantepec, Pueblo Nuevo, La Concordia, Chamula, Las Margaritas Trinitaria y ocho municipios de la región Altos, Chiapas. En los primeros cuatro municipios se estableció el sistema MIAF con árboles de durazno Prunus persica (L.) Stokes y aguacate Hass Persea americana (Mill.) a través de una Asociación Civil denominada ‘Colectivo Isitame’. Mientras que en el municipio de Ocotepec este sistema fue impulsado por el INIFAP y la Organización ‘Visión mundial México’. Mientras que, en el municipio de la Concordia en la Depresión Central del estado de Chiapas, existen 300 hectáreas dedicadas a este sistema con limón persa Citrus latifolia Tanaka, las cuales fueron apoyadas a través de un programa de desarrollo del BANCHIAPAS.
El Colectivo Isitame tiene como objetivo, experimentar innovaciones tecnológicas sustentables para la producción de alimentos, mejorando la utilización de los recursos naturales y la generación de empleos, para lo cual, esta Asociación, gestionó un proyecto productivo a cargo del programa estratégico de seguridad alimentaria (PESA) de la SAGARPA, en el año 2009 y entregó árboles de durazno y fertilizantes orgánicos a los productores de las localidades de Manzanillo Pinabeto y Ribera San Sebastián del municipio de Rayón Chiapas. Inversión realizada para implementar el sistema MIAF, con el fin de eliminar la quema en las milpas de los productores de tales localidades beneficiando a 67 familias. Las unidades de producción son menores de cinco hectáreas y se ubican en tierras marginales donde la degradación del suelo tiene un alto costo agroecológico que afecta su productividad, por lo que la producción obtenida es insuficiente para satisfacer las necesidades de alimentos e ingreso de las familias campesinas (Arellano y López, 2004).
Por su parte, Turrent et al. (2014), indican que para las pequeñas unidades de producción una alternativa viable es el sistema MIAF especialmente en áreas de ladera y áreas marginadas, concluyen que este sistema es una tecnología multiobjetivo compatible con la agricultura tradicional, en el cual el motor económico es el frutal. Sin embargo, aunque sea una opción viable para esas áreas, existen algunos factores que pueden determinar si se usa o no. Orozco et al. (2009), indican que existen al menos 18 factores que influyen en la adopción de nuevas tecnologías. En su estudio realizado en las zonas montañosas de Oaxaca, concluyen que El MIAF fue adoptado en la medida en que los productores tuvieron conocimiento de la tecnología y que tenían mayor cosmopolitismo, como principales factores de adopción, indican que este representa una buena opción para áreas marginadas de México, conclusión a la que llegan también Ruíz, et al. (2012), donde además de los anteriores indican que las capacitaciones para el manejo del MIAF fueron determinantes para su adopción.
El objetivo de este documento es: conocer y analizar el impacto del establecimiento del sistema MIAF, en el municipio de Rayón, Chiapas en el ámbito social, ambiental, económico y biológico, así como medir los beneficios generados a los productores con la aplicación del sistema. Es importante mencionar que el gobierno del estado de Chiapas elevó a rango constitucional a partir de julio de 2009 los objetivos del milenio. Chiapas es el segundo estado con mayor grado de marginación en el país y concentra 14% de la pobreza extrema, 116 municipios presentan algún grado de marginación, entre ellos 48 de muy alta marginación, 39 tienen alta marginación, situación que los convierte entre los más pobres de México (SEDESOL, 2014).
Materiales y métodos
El municipio de Rayón, se ubica en las montañas del norte, de ahí su intrincada orografía, localizado a los 17º 12” latitud norte y 93º 00” longitud oeste. Limita al norte con el municipio de Tapilula, al este con Pueblo Nuevo Solistahuacán, al sur con Jitotol, al oeste con Pantepec (Figura 1). El municipio presenta climas cálidos y semicálidos y templados húmedos.
Predomina el clima cálido húmedo con lluvias abundantes de verano, seguido del clima semicálido húmedo con lluvias todo el año. Durante los meses de mayo a octubre, la temperatura mínima promedio va de los 9 °C a los 21°C, y predomina el rango de los 15 °C a 18 °C en 47.45% del territorio y de 18 °C a 21 °C en 28.74% restante. De noviembre a abril, la temperatura mínima promedio va de los 6 °C a los 18 °C, predominando de 9 °C a 12 °C. La precipitación pluvial en estos meses oscila de los 900 mm a los 2 600 mm (SEGOB, 1988).
Aunque existen más de 70 productores en diversas etapas de manejo del sistema MIAF, en este estudio solamente se entrevistaron a 32 productores, dado que ellos fueron los que tenían más de cuatro años de trabajo y experiencia con el sistema.
Resultados
Digno de destacar es la participación de las mujeres en la toma de decisiones en este sistema de producción; sin embargo, son también las que menos acercamiento han tenido a los niveles educativos, dado que son ellas quienes el porcentaje de analfabetas mostraron en este estudio, por otro lado el hecho de ser en promedio productores jóvenes indica que el relevo generacional puede ser propicio para este sistema, de seguir así las condiciones socioeconómicas. Es preocupante el hecho que su inventario de recursos productivos sea muy baja aunado a que el porcentaje de pendiente sea mayor al 15%, lo cual hace que sean muy susceptibles de ser erosionados y con ello la pérdida de recursos productivos (Cuadro 1).
Concepto | n= 32 | |
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Edad de los productores (años) | 38 | |
Integrantes en su núcleo familia | 4 | |
Sexo | 69% hombres | 31% mujeres |
Escolaridad (%) | 85 con algún grado de escolaridad hasta nivel secundario | 15 analfabetas |
Tenencia de la tierra | 69% propiedad | 31% comunal |
Pendiente del terreno | 69% de 20 a 30% | 31% más del 40% |
Superficie promedio total de terreno (ha) | 3 ha | |
Superficie dedicada al MIAF | 0.25 ha |
Los productores entrevistados en la localidad de Manzanillo Pinabeto, empezaron a trabajar con el sistema MIAF en el año 2009. Sobre el conocimiento acerca del sistema, el primer acercamiento fue mediante giras técnicas organizadas por el colectivo ISITAME AC a la estación experimental establecida en el estado de Veracruz, por el Colegio de Postgraduados (COLPOS), y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). A raíz del interés mostrado por los productores se establecieron parcelas a través del financiamiento del programa estratégico para la seguridad alimentaria (PESA) de la SAGARPA. El 100% de los productores realizaron la siembra de los árboles frutales en el año 2009, en tanto que 77% aplicó fertilizante cuando lo trasplantó. Al ser una zona de alta marginación, los costos para el fertilizante químico, puede ser oneroso para los productores, además de matar a ciertos organismos que mantienen vivo al suelo, para ello se promueve el uso de las compostas a base de lixiviados de vermicomposta (Bunch, 2008).
El 85% de los productores reportaron presencia de plagas en sus árboles frutales y el mayor daño fue causado por el pulgón (Brachicaudus schwarzi Myzus persicae). La mayoría de los productores aplican pesticidas no aptos para el control de las plagas mezclando inclusive insecticidas y fungicidas debido al desconocimiento del manejo de los productos. Por otro lado, el 23% de los productores reportaron presencia de enfermedades en sus árboles frutales. Las plagas identificadas fueron: la gomosis causada por el hongo Botryosphaeria dothidea y la verrucosis (Taphrina deformans (Berk.), para ello no realizan control alguno principalmente por falta de conocimiento y de recursos.
Para tener un mejor control de plagas y enfermedades, según el manual para el establecimiento del sistema MIAF, se deben de revisar periódicamente los cultivos, para detectar la presencia de plagas y enfermedades, que dañan y disminuyen el rendimiento en los cultivos, en caso de detectar algún daño por estos, se debe de proceder a la aplicación de los agroquímicos que se recomienda para cada especie (Cortés et al., 2005).
Respecto de la poda de los frutales, los productores indicaron que tienen conocimiento que es una técnica que se maneja dentro del sistema MIAF, todos lo realizan de una a dos veces al año con la finalidad de desarrollar y dar forma al árbol y optimizar la producción del fruto. De acuerdo con Cortés et al. (2005), el despunte del árbol es necesario, pues determina la altura y distribución de la ramificación estructural primaria.
Aunque todos los productores conocen y saben de la necesidad de formar el filtro de escurrimiento con los residuos del maíz y frijol, así como también de las ramas y follajes que se obtienen de las podas, sólo 92% son quienes realizan esta actividad. Los productores afirman que esta técnica funciona como una barrera que impide el arrastre de los suelos, y mantiene la humedad. Los creadores del MIAF, indicaron que el filtro de escurrimiento es un componente fundamental en el sistema MIAF, ya que controla la erosión hídrica e incrementa la infiltración del agua.
La mayor parte de los beneficios que ofrece el sistema se ven reflejados con la aplicación del filtro sobre la base de los árboles aguas arriba. Los productores aseguran que en muy poco tiempo dejaran de comprar y aplicar fertilizantes para sus parcelas, puesto que el rastrojo ha beneficiado grandemente a los suelos, han observado un mejoramiento y una mayor fertilidad en sus parcelas. Esto es más evidente en las hileras de árboles dado que es el área donde se establece el filtro.
El 77% de los productores, aplican el raleo de frutos en sus árboles. Esta técnica consiste en quitar los frutos dañados, amontonados y muy pequeños Cortés et al. (2005), indican que a distancia más apropiada para los frutos es entre 10-13 cm. Los productores que no aplican el raleo, es debido a que no se acostumbran a quitar el fruto de los arboles por ‘lastima’ o apego sentimental, por lo que hay que entender la cosmovisión que ellos tienen de la naturaleza, de ver un potencial producto en cualquier árbol digno de alimentar o satisfacer sus requerimientos alimenticios o de poderlos comercializar.
En todos los casos se puede apreciar que los rendimientos por hectárea de maíz y frijol bajo el sistema MIAF disminuyen, esto en virtud que el área destinada a estos cultivos disminuye para pasar a ser ocupada por el árbol frutal; sin embargo, después de entrar en producción los arboles de durazno y/o aguacate, los ingresos empiezan a tener un crecimiento muy por arriba de lo obtenido con el sistema tradicional, salvo los productores que obtienen una relación beneficio costo muy pequeña, la gran mayoría de ellos tienen una relación promedio de 2, significando esto de que además de su inversión obtienen un peso más en los tres primeros años, lo cual es un indicativo de las bondades del sistema comparado con lo que tradicionalmente ellos venían realizando (Cuadro 2).
Productor | Rendimiento testigo (kg ha-1) |
Rendimiento MIAF (kg ha-1) | Costo total ($ ha-1) | Ingresos ($ ha-1) | Relación (B/C) | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Maíz | Frijol | Maíz | Frijol | Durazno | Testigo | MIAF | Testigo | MIAF | ||
Marín Molina | 1 156 | 368 | 900 | 200 | 1 960 | 2 224 | 6 848 | 9 776 | 26 000 | 3.9 |
Miguel Molina | 1 211 | 257 | 680 | 200 | 160 | 2 170 | 7 140 | 8 446 | 7 120 | 1.7 |
Agustín Jiménez | 1 267 | 293 | 800 | 200 | 860 | 2 435 | 7 280 | 9 173 | 14 600 | 2.4 |
Manuela Gómez | 1 120 | 427 | 800 | 280 | 780 | 2 220 | 9 200 | 10 453 | 14 960 | 2.2 |
Crescencia Díaz | 1 400 | 360 | 800 | 200 | 120 | 2 260 | 6 580 | 10 640 | 7 200 | 2 |
Marina Rodríguez | 1 120 | 413 | 760 | 320 | 200 | 1 860 | 6 080 | 10 267 | 9 520 | 2.5 |
José Gutiérrez | 1 014 | 270 | 870 | 230 | 1 680 | 2 140 | 8 120 | 7 836 | 23 500 | 3.1 |
Miguel Gutiérrez | 900 | 240 | 480 | 80 | 180 | 1 220 | 4 680 | 6 960 | 4 840 | 2 |
Zenaida López | 1 084 | 233 | 920 | 160 | 1 200 | 2 950 | 8 800 | 7 593 | 17 920 | 2.2 |
Gregorio Rodríguez | 920 | 310 | 440 | 160 | 2 280 | 2 920 | 10 320 | 8 020 | 26 800 | 2.6 |
Roselino Gutiérrez | 1 229 | 217 | 900 | 340 | 1 400 | 2 940 | 12 320 | 7 946 | 22 360 | 2 |
Miguel Rodríguez | 1 080 | 180 | 800 | 100 | 1 956 | 3 680 | 12 680 | 6 840 | 24 160 | 1.9 |
Marcos Gutiérrez | 1 135 | 289 | 880 | 190 | 1 840 | 3 808 | 13 336 | 8 586 | 24 580 | 1.9 |
Noé Gutiérrez | 1 200 | 200 | 800 | 120 | 48 | 3 640 | 5 100 | 4 140 | 5 384 | 1.1 |
Enrique Laguna | 1 200 | 200 | 480 | 120 | 160 | 3 875 | 5 150 | 5 150 | 5 000 | 1.1 |
Enrique Núñez | 1 000 | 200 | 600 | 120 | 240 | 3 510 | 4 715 | 4 715 | 6 120 | 1.3 |
Gregorio L | 1 200 | 400 | 900 | 320 | 800 | 5 838 | 7 655 | 7 655 | 14 800 | 1.7 |
Cirilo Núñez | 1 000 | 450 | 800 | 400 | 500 | 5 388 | 8 475 | 8 475 | 13 200 | 1.6 |
Jesús A Gómez | 800 | 340 | 400 | 200 | 800 | 4 413 | 6 085 | 6 085 | 11 000 | 1.6 |
Jorge A Ruiz | 1 500 | 400 | 1252 | 400 | 500 | 6 188 | 7 075 | 7 075 | 15 008 | 1.7 |
Maclovio R | 1 200 | 213 | 800 | 120 | 800 | 6 025 | 7 050 | 7 050 | 11 400 | 1.4 |
Andrés A López | 1 600 | 160 | 500 | 120 | 500 | 4 638 | 6 175 | 6 175 | 7 800 | 1.3 |
Javier Laguna | 1 200 | 200 | 800 | 120 | 500 | 4 344 | 6 298 | 6 298 | 9 000 | 1.4 |
Tomas R | 1 400 | 400 | 1200 | 200 | 600 | 5 675 | 10 670 | 10 670 | 12 600 | 1.4 |
Albino Núñez | 2 000 | 700 | 900 | 352 | 800 | 4 850 | 7 500 | 7 500 | 15 280 | 1.8 |
Claudio R | 800 | 300 | 600 | 200 | 600 | 5 138 | 5 575 | 5 575 | 10 200 | 1.5 |
Jesús A Núñez | 1 333 | 333 | 320 | 600 | 1 800 | 5 731 | 10 173 | 10 173 | 24 680 | 2.2 |
Santiago AG | 1 250 | 300 | 1 200 | 200 | 1 000 | 5 319 | 302 | 302 | 15 800 | 2.9 |
Viviana Ruíz | 1 500 | 380 | 1 120 | 360 | 2 500 | 6 263 | 13 785 | 13 785 | 29 880 | 2.2 |
Andrés Gómez | 1 800 | 500 | 1 000 | 200 | 1 000 | 4 563 | 6 785 | 6 785 | 15 000 | 1.9 |
Andrés Hernández | 800 | 200 | 400 | 100 | 1 000 | 5 194 | 6 557 | 6 558 | 11 100 | 1.5 |
Evaristo R | 1 400 | 400 | 1 000 | 200 | 1 800 | 4 638 | 8 255 | 8 255 | 21 400 | 2.3 |
Promedio | 1 213 | 317 | 784 | 222 | 955 | 4 002 | 7 711 | 7 655 | 14 944 | 2 |
De seguir con sólo los cultivos de maíz y frijol, el riesgo de no cosechar nada es muy alto, dado que están en un área donde las inclemencias del tiempo pueden no permitirles cosechar ninguno de los dos cultivos y ello facilite la migración hacia otros mercados de trabajo para ofertar su mano de obra, sea en labores propias del campo o bien en otro ramo de la actividad económica. Algo similar encontraron Rodríguez et al. (2015) en tomate rojo Lycopersicum esculentum L.
en un municipio marginado de Oaxaca, y posteriormente Salinas et al. (2016); Cadena et al. (2016), quienes al evaluar el sistema MIAF con aguacate en condiciones de marginación, la relación B/C fue de 4.89.
Con los datos presentados y las expectativas de los productores, así como el crecimiento de sus plantaciones, es posible hacer agronegocios en áreas de alta y muy alta marginación, dado que en el mediano y largo plazo la producción de los frutales sea aguacate o durazno, pueden generar más ganancias a los productores que seguir sembrando solamente sus satisfactores. Al igual que lo encontrado por Ruiz et al. (2012); Orozco et al. (2009), que identificaron necesaria la concientización de los productores para tener un asesor técnico permanente, de tal suerte que puedan garantizar la calidad final de la fruta demandada por el mercado (Cuadro 3).
Fuente: elaboración a partir del trabajo de campo. INIFAP, 2015.
En el análisis FODA, según Ramírez (2002), se apoya el proceso de planeación estratégica de una organización, su importancia consiste en la evaluación de los puntos fuertes y débiles dentro de los ambiente internos y externos de una organización, con la finalidad de contar con un diagnóstico de sus condiciones de operación. En este caso, lo manifestado por los productores se puede notar la importancia de incorporar un sistema nuevo a su sistema tradicional de autoconsumo y la importancia de las asesorías y buscar los potenciales nichos de mercado de productos.
Aunque las expectativas indicadas por ellos sobre una nueva relación entre los productores y el mismo terreno de donde es su fuente de consumo, y aunque actualmente no tienen ningún plan de contingencia para las amenazas, es cierto que las debilidades mostradas son factibles de superar con la presencia de un asesor técnico.
El 85% de los entrevistados manifestaron, que el nivel de vida de ellos y sus familias ha mejorado económica, familiar y laboralmente, puesto que los ingresos han aumentado con la venta de sus cultivos, ahora ya no tienen la necesidad de salir en busca de trabajo fuera de sus hogares, y sobre todo reafirmaron que, con este sistema, el trabajo en las parcelas ha incrementado. Por otra parte, 15% restante no detectó ningún cambio, esto posiblemente a que el durazno no ha producido en años anteriores, por no brindarles la atención y manejo adecuado, dado que los mayores beneficios se observan con la venta del durazno.
Conclusiones
El sistema MIAF para las áreas marginadas de México, representa una aceptable opción productiva y de reconversión productiva, dado que ofrece la posibilidad de obtener ingresos a partir del tercer o cuarto año por el frutal seleccionado sin menoscabo de la producción para autoconsumo, y los rendimientos promedio obtenidos y la relación B/C, por la introducción del sistema no ha cambiado la actitud de los productores hacia el campo y una ventaja del sistema ha sido la inclusión de mujeres en la toma de decisiones.
Los rendimientos en los tres años del establecimiento son más bajos que los tradicionalmente obtienen los productores, pero la relación B/C, es en promedio de 2, por lo cual los productores se han interesado por el sistema para las condiciones en la región del norte de Chiapas.