El aguacate es uno de los cultivos de mayor importancia económica en el país, al mes de enero de 2020 la producción obtenida de aguacate en México fue de 206 466 t, donde el estado Michoacán aportó 94.6% (195 366 t) al total nacional, lo que lo convierte el principal productor (SIAP, 2020).
En México la producción de planta de aguacate se basa principalmente en el uso de portainjertos originados por semilla; sin embargo, no se cuenta de planta certificada de aguacate, ya que aún no se dispone de la regla técnica respectiva que indique los procedimientos para producir planta en vivero, por lo tanto, el procedimiento para la propagación es variable (Campos-Rojas et al., 2012).
En cuanto a su manejo en el vivero, se fertilizan principalmente con fosfato diamónico (DAP-18-46-00) así como aplicaciones de algunas otras fuentes de fertilizantes químicos (Ortíz-Estrella y Vázquez-Collado, 2008). Por otra parte, existen los bioestimulantes derivados de diversas sustancias y microorganismos que ayudan a mejorar el crecimiento de las plantas (Calvo et al., 2014; du Jardin, 2015). Asimismo, las raíces de las plantas influyen sobre las características físicas, químicas y biológicas de la rizosfera del suelo (Koo et al., 2005) y actúan directamente sobre los microorganismos por la secreción de distintos compuestos (Bais et al., 2006).
El uso de inoculantes microbiales como las rizobacterias, hongos endófitos y micorrícicos se ha incrementado en los últimos años con distintos fines (Hayat et al., 2010). Por lo que el objetivo propuesto fue evaluar el efecto de diferentes bioestimulantes sobre el desarrollo de plántulas de aguacate. El presente estudio se realizó en las instalaciones de la Facultad de Agrobiología ‘Presidente Juárez’ dependiente de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, localizada en la ciudad de Uruapan, Michoacán en las coordenadas 19° 23’ 41.375” latitud norte, 102° 3’ 30.192” longitud oeste y una altitud de 1 589 m.
Se utilizaron plantas de un vivero comercial de la localidad de Tingambato, Michoacán. Estas tenían 15 días de injertadas con la variedad Hass en patrón criollo de la región y presentaban un porte visual homogéneo, posteriormente fueron trasladadas al área experimental (invernadero) dentro de las instalaciones de la Facultad de Agrobiología.
Se utilizó un diseño completamente al azar, con siete tratamientos y ocho repeticiones. La unidad experimental consistió en una planta de aguacate. Los productos evaluados fueron un testigo (control) y los bioestimulantes comerciales: Nutrisorb® L (ácidos carboxílicos, 11%), Mycoroot® (Pisolithus tinctrius, 1 x 106 UFC g-1, Glomus intraradices, 1 x 103 UFC g-1; Azospirillum brasilense, 1 x 106 UFC g-1, ácidos carboxílicos, 19.7%), Biofit® RTU (Trichoderma harzianum, 1.35 x 105 UFC g-1, Penicillium bilaiae + Penicillium spp. + Paecilomyces lilacinus, 1.25 x 107 UFC g-1, Bacillus subtilis, 1.25 x 108 UFC g-1, Azospirillum brasilense, 1.25 x 105 UFC g-1, ácidos carboxílicos, 34%) y Glumix® (Glomus spp. 1 x 103 UFC g-1) (Cuadro 1).
Tratamiento | Dosis * |
---|---|
A) Nutrisorb® L | 3 ml |
B) Mycoroot® | 5 g |
C) Biofit® RTU | 5 g |
D) Nutrisorb® L + Mycoroot® | 3 ml + 5 g |
E) Nutrisorb® L + Biofit® RTU | 3 ml + 5 g |
F) Glumix® | 5 g |
G) Testigo | Agua |
*= dosis en un litro de agua por plántula por aplicación.
Las aplicaciones se realizaron en drench cada 21 días. En total nueve aplicaciones iniciando en octubre de 2019 y terminando en abril de 2020 donde se evaluaron las siguientes variables respuesta: número de hojas, altura de la planta, longitud de la raíz principal, unidades SPAD y peso seco de la raíz, además se determinó el porcentaje de micorrización. Con los datos obtenidos se realizó un análisis de varianza y una prueba de separación de medias de Tukey α= 0.05, con el programa estadístico Statistical Analysis System versión 9.0 (SAS, 2002). Todas las variables agronómicas evaluadas presentaron diferencias altamente significativas (p≤ 0.01) para tratamientos en los análisis de varianza (Cuadro 2).
Tratamientos | Número de hojas |
Contenido de clorofila (unidades SPAD) |
Altura de la planta (cm) |
Longitud de raíz (cm) |
Peso seco de raíz (g) |
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A) Nutrisorb® L | 40.12 b | 66.86 b | 51.7 bc | 43.47 bc | 8.62 d |
B) Mycoroot® | 40 bc | 72.37 ab | 49.42 c | 49.38 b | 12.75 bc |
C) Biofit® RTU | 38.75 bc | 70.47 ab | 51.77 bc | 45.12 bc | 11.96 c |
D) Nutrisorb® L + Mycoroot® | 40.25 b | 68.56 ab | 53.37 b | 49.38 b | 13.65 b |
E) Nutrisorb® L + Biofit® RTU | 53.87 a | 75.48 a | 58.58 a | 63.23 a | 24.5 a |
F) Glumix® | 41.75 b | 65.25 b | 54.87 b | 47.5 b | 13.75 b |
G) Testigo | 32.62 c | 55.65 c | 41.91 d | 34.25 c | 4.91 e |
Las medias agrupadas con la misma literal no difieren estadísticamente entre sí, según la prueba de Tukey (p≤ 0.05).
En las pruebas de comparación de medias de Tukey para las variables se observó que la mezcla de Nutrisorb® L + Biofit® RTU presentó mayor número de hojas con una media de 57.87 hojas por planta. Esto coincide con González y Fuentes (2017) que evaluaron diferentes microorganismos los cuales produjeron efectos benéficos en el número de hojas para las plantas de girasol (Helianthus annuus L). Sakthiselvan et al. (2014) y han sugerido que los microrganismos pueden favorecer el crecimiento vegetal, ya que generan un efecto positivo sobre algunas propiedades químicas del suelo aumentando la solubilización de nutrientes y la capacidad de absorción de estos.
Es común que el contenido de clorofila se utilice en programas de manejo nutricional (Blasco et al., 2010) y es una herramienta útil para dar seguimiento a la nutrición y con ello mejorar el rendimiento del cultivo (López-Bellido et al., 2004). El tratamiento de Nutrisorb® L + Biofit® RTU presentó el mayor contenido de clorofila con 75.48 unidades SPAD. Los resultados obtenidos difieren de los encontrados por Arellano (2017) quien en el caso del contenido de clorofila en hojas de aguacate obtuvo que el valor medio más alto lo registró el tratamiento micorrizas (40.2 unidades SPAD), mientras que Leal-Almanza et al. (2018) al evaluar Bacillus cereus, B. subtilis, Pseudomonas fluorescens y Trichoderma harzianum como promotores de crecimiento vegetal en el cultivo de papa Solanum tuberosum L., tampoco encontraron diferencias significativas.
Lo anterior puede explicarse debido a que la aplicación de ácidos orgánicos junto con los microrganismos favorece su actividad en la rizosfera, además incrementa la arquitectura radicular y esto se refleja en una mayor asimilación de nutrientes en las plantas, y por ende un mayor contenido de clorofila (Badri y Vivanco, 2009; Zare-Maivan et al., 2017).
En cuanto a la altura de la planta en promedio el tratamiento Nutrisorb® L + Biofit® RTU presento en promedio 58.58 cm de longitud. Estos resultados coinciden con Canseco-Martínez et al. (2020) los cuales encontraron que aplicaciones de materia orgánica influyen directamente sobre el tamaño de plantas en comparación con el testigo sin aplicación, reportan que obtuvieron plantas de café (Coffea arabica L.) de mayor tamaño, debido a que al haber mayor cantidad de materia orgánica, existe también una mayor actividad microbiana y por ende mayor posibilidad de liberación de nutrientes que al ser aplicados al suelo continúan con el proceso de descomposición. Asimismo, Silveira et al. (2003) reporta un mayor desarrollo de follaje al realizar inoculaciones de micorrizas en aguacate.
En la variable longitud de la raíz el mejor tratamiento fue Nutrisorb® L + Biofit® RTU, que presento una media de 63.23 cm mientras el testigo fue el de menor longitud. En plantas de aguacate, se ha demostrado los efectos de micorrizas en un mejor desarrollo radicular (Carreón-Abud et al., 2014) lo cual coincide con los resultados obtenidos. González y Fuentes (2017) mencionan que los microorganismos favorecen la producción de auxinas lo cual incrementa la longitud de las raíces.
En cuanto al peso seco de raíz la mezcla Nutrisorb® L + Biofit® RTU presento el mayor peso seco con 24.5 g, seguido por los tratamientos de Glumix® y Nutrisob® L + Mycoroot®. Barroetaveña y Rajchenberg (2003) y González y Fuentes (2017) reportan resultados similares al utilizar micorrizas, bacterias y Trichoderma encontrando un mayor número de raíces debido a la producción de fitohormonas como citoquininas lo que repercutió en el peso seco en plantas de pino (Pinus ponderosa Douglas ex C. Lawson), arroz (Oryza sativa L.) y lechuga (Lactuca sativa L.).
El porcentaje de micorrización fue influenciado por la aplicación de los ácidos orgánicos de la mezcla de Nutrisorb® L + Biofit® RTU resultando el tratamiento con mayor porcentaje (73%), seguido de Mycoroot® y Glumix® con 58 y 57% respectivamente (Figura 1).
Lo anterior coincide con Quiñones-Aguilar et al. (2014) quienes al incorporar fuentes de materia orgánica con micorrizas obtuvieron mayores porcentajes de micorrización en raíces de papayo (Carica papaya L.) en comparación con el testigo donde no se aplicaron. En vivero, se han tenido los mayores efectos en la implementación de la simbiosis de micorriza arbuscular, como una forma de mejorar la sanidad y el estado nutricional de las plantas, en la propagación de algunos frutales (Úsuga et al., 2008; Monticelli et al., 2000). Huang et al (2014); Dey y Sengupta (2020) mencionan que la presencia de sustancias orgánicas es vital para incrementar la actividad microbiana en la rizosfera, de tal manera que la planta se ve favorecida durante su desarrollo. Lo anterior, respalda estos resultados por lo que es factible la utilización de microrganismos y sustancias orgánicas dentro de programas de manejo de plántulas en viveros de aguacate.
Conclusiones
La aplicación de la mezcla de Nutrisorb® L + Biofit® RTU presenta el mayor efecto sobre las características de crecimiento y contenido de clorofila en las plántulas de aguacate injertadas con la variedad Hass en patrón criollo de la región por lo que es recomendable su uso para la producción comercial de plantas injertadas en vivero.