Introducción
Los agroecosistemas son fundamentales para la provisión de alimentos y productos claves para las sociedades contemporáneas, entre los más simbólicos se encuentran los agroecosistemas de café bajo sombra que representan los medios de vida de alrededor de 25 millones de pequeños productores en el mundo (Valencia et al., 2016; Wagner et al., 2019). El cultivo del café, como otros cultivos, opera en escenarios de incertidumbre debido a climas extremos, precios bajos, plagas y enfermedades, esta situación fue evidenciada con la reciente crisis de la roya (Hemileia vastatrix Berkeley y Broome) en Centroamérica y México. Esto, aunado a las características propias de los productores, hace que sean vulnerables al ubicarse en condiciones de marginación (Haggar et al., 2015; Läderach et al., 2017; Gerlicz, 2018; WCR, 2019).
Producir café en contextos sociales donde la escasez de recursos prevalece es un reto abordado con distintos enfoques como la innovación inclusiva (Amaro-Rosales y Gortari- Rabiela, 2016), el fortalecimiento organizacional (Espinoza et al., 2020), los medios de vida (Alonso et al., 2019) y la promoción del cooperativismo y el comercio justo (Arboleda et al., 2020; Ramírez y Nava, 2020). En México, la producción de café es una actividad que ocurre en 14 estados y cubre una extensión aproximada de 712 000 ha. Actualmente, Oaxaca es el cuarto productor de café en el país con alrededor de 135 000 ha cultivadas en regiones indígenas marginadas (Ruelas-Monjardín, 2014; Bara y Pérez, 2015; SAGARPA, 2016; Fernández y Méndez, 2018; Henderson, 2019; SIAP, 2019).
Una región poco estudiada es la zona Mixe ubicada al noreste del estado que cuenta con 15 municipios que practican esta actividad en un contexto de alta marginación y pobreza (CONEVAL, 2018). En varias regiones se desconocen las características de los productores aun cuando esto es un requisito previo para proponer estrategias que impulsen la agricultura (Borja et al., 2018). Es importante comprender contextos locales para generar estrategias y políticas públicas adecuadas, por esta razón, el presente trabajo tuvo como objetivo describir y analizar a los productores de café con bases en aspectos sociales, productivas, económicas y la percepción actual sobre la cafeticultura.
Materiales y métodos
Área de estudio
Este estudio descriptivo y analítico se realizó en cuatro localidades: Zompantle, San Isidro Huayapam, Santa Margarita Huitepec y Santiago Ixcuintepec (16° 56’ 05.7”/17° 00’ 58.0” latitud norte y 95° 37’ 24.1”/95° 54’ 09.1” longitud oeste), ubicados en la región Mixe al noreste del estado de Oaxaca, México (Figura 1).
El área forma parte de la Sierra Madre del Sur y su topografía accidentada es propia de estas cadenas montañosas con pendientes pronunciadas (INEGI, 2016). Se encuentra inserta en una de las regiones terrestres prioritarias de México (RTP-130) que presenta diversidad de ambientes interconectados entre bosques mesófilos de montaña y selva alta perennifolia (Arriaga et al., 2000). Los habitantes de la zona pertenecen a la cultura Mixe y practican la agricultura de subsistencia, cafeticultura, ganadería extensiva, se encuentran en una categoría migratoria de fuerte expulsión y el producto de mayor comercialización en la región es el café (INPI, 2017).
Desde que el café cobró auge en la década de 1940 (Torres, 1997), la cafeticultura en esta región ha pasado por distintas etapas. Actualmente existen aproximadamente 5 420 productores organizados en 16 agrupaciones y distribuidos en los cuatro municipios de estudio (AMECAFÉ, 2020). El estudio se realizó en tres etapas: 1) muestreo no probabilístico; 2) recolección de información; y 3) análisis estadístico de la información.
Muestreo probabilístico. Los datos de campo se recogieron mediante una técnica de muestreo en dos etapas. En primer lugar, se realizó un muestreo no probabilístico que condujo al caso de cuatro agrupaciones seleccionadas por disposición y accesibilidad de los sujetos, En segundo lugar, se escogieron aleatoriamente 40 productores para realizar el presente estudio de un total de 108 productores que integran las cuatro agrupaciones.
Recolección de información. Se realizaron entrevista semiestructurada de 25 preguntas organizadas en cuatro secciones: 1) aspectos sociales (género, edad del productor, número de integrantes en la familia, servicios básicos en la vivienda -agua, energía eléctrica, drenaje, combustible para cocinar-), escolaridad, servicio de asistencia médica); 2) aspectos productivos (historial de venta, años de experiencia, superficie total de parcela, superficie en producción, edad de las plantaciones (nuevos-viejos), manejo o labores culturales, tipo de cafetal -composición por variedades plantadas, especies para sombra y otras plantaciones útiles-); 3) aspectos económicos (ingreso familiar, programas sociales, fuentes de ingresos, canales de venta); y 4) percepción sobre la cafeticultura (como opción productiva y razón de respuesta) y de los problemática.
Se entrevistaron a 31 hombres y nueve mujeres (n= 40) escogidos al azar, éstas se realizaron en sus hogares y parcelas durante el periodo de noviembre de 2018 a marzo de 2019. Análisis estadístico de la información. La información reunida se concentró en una base de datos. Se hizo un análisis descriptivo y posteriormente se clasificaron a los sujetos de estudio en grupos mediante un análisis de conglomerados jerárquicos usando distancia euclídea al cuadrado y el método de Ward a fin de optimizar la homogeneidad de los clústeres. De los grupos formados, se analizaron las variables que influyen dicha conformación mediante pruebas de Kruskal-Wallis y χ2 de Pearson. Por último, las variables cuantitativas que mostraron significancia estadística (p≤ 0.05) se sometieron a un análisis de componentes principales para explicar la conformación de los grupos. Los análisis se realizaron en el paquete estadístico SPSS V25.0 (2017).
Resultados y discusión
Características sociales
En términos organizativos, se destaca que los productores de café entrevistados están conformados por hombres (68%) y mujeres (32%) organizados en grupos locales de trabajo, esto refleja la tendencia de inclusión y relaciones de género en las estructuras de poder y los beneficios económicos (Cárcamo et al., 2010; Paz, 2018); sin embargo, las mujeres indígenas siguen viviendo en condiciones de exclusión y marginación (Muñoz y Vásquez, 2012). Respecto a los aspectos sociodemográficos, la edad promedio de los entrevistados es de 53.8 años, con familias de 3.6 integrantes en promedio y de acuerdo con su experiencia existen tres categorías: el 30% pertenecen a la generación de adultos mayores (≥ 61 años), 57.5% a la generación productores maduros (36-60 años) y 12.5% a la generación de productores jóvenes (≤ 35 años).
La disminución de productores jóvenes amenaza la continuidad de la cafeticultura por falta de relevo generacional, esto coincide con otros estudios (Aguirre et al., 2016; Jiménez-Barbosa et al., 2018) y en consecuencia, conlleva la pérdida de los beneficios sociales, económicos y ambientales que proveen estos sistemas reconocido en otros estudios como sostenibles (Haggar et al., 2017; Vanderhaegen et al., 2018; Ho et al., 2018; Morales et al., 2018).
Las viviendas de los entrevistados presentan carencia de al menos un servicio básico (100% drenaje, 32.5% combustible para cocina y 32.5% agua entubada en casa), en cuanto a energía eléctrica todos cuentan con este servicio. Las políticas y programas gubernamentales de atención social y las que están enfocadas al sector cafetalero no han podido superar estas situaciones. Pocas iniciativas han logrado mejorar la calidad vida de los pequeños cafeticultores y se consideran casos de éxito (Pacheco et al., 2019); sin embargo, las condiciones de pobreza de los pequeños productores siguen reflejando los pocos beneficios que reciben.
El 80% se consideran analfabetas (primaria incompleta y sin educación formal), esto perjudica las iniciativas relacionadas con el desarrollo de capacidades que las políticas públicas o programas de comercio justo (Kudama, 2020) y en la lectura e interpretación de instrucciones de uso de insumos empaquetados que proveen programas sociales para el sector. Todos los productores reciben atención médica en las unidades médicas rurales de Instituto Mexicano del Seguro Social (UMR-IMSS) y 57.5% recurre a médicos privados en casos de urgencia.
Características productivas
Con respecto a las condiciones productivas, el registro de venta de café pergamino seco refleja una pérdida que alcanzó 89% en el ciclo 2011-2012 con respecto al ciclo anterior (Figura 2). Esta devastación de los cafetales a causa de la epidemia de roya impactó a nivel nacional y transformó las bases sociales, económicas y ecológicas de la cafeticultura en el largo plazo (Avelino et al., 2015; Renard y Larroa, 2017; Libert et al., 2019; Henderson, 2019).

Figura 2 Historial de venta de café pergamino seco de cafeticultores encuestados (n= 40) en la región Mixe, Oaxaca, México.
Actualmente, los productores encuestados tienen en promedio 1.2 ha de cafetal que representa la mitad de la capacidad productiva. Los costos de renovación alcanzan los $102 000.00 ha-1 llevados a cabo en un periodo promedio de tres años, y respaldados por la práctica (Cuadro 1). Los cafetales se renovaron con trabajo propio, apoyo eventual de jornaleros y el auspicio de programas sociales para impulsar el sector (programa de apoyos a pequeños productores -componente PROCAFÉ-). De acuerdo con lo anterior, las características productivas de los encuestados corresponden a la categoría de pequeños productores, dado que poseen menos de cinco hectáreas de tierra, dependen principalmente de mano de obra familiar y solo contratan trabajadores de manera circunstancial (FAO, 2013; Bacon et al., 2014; Gómez et al., 2019).
Cuadro 1 Aspectos productivos actuales de cafeticultores encuestados (n= 40) en la región Mixe, Oaxaca, México.
Características | Media | DE | Mínimo | Máximo | CV (%) |
Experiencia como cafeticultor (años) | 35.8 | 13 | 5 | 60 | 34.8 |
Superficie total de la parcela (ha) | 2.3 | 1.3 | 1 | 5 | 55.8 |
Superficie en producción (ha) | 1.2 | 0.6 | 0.25 | 3 | 53.1 |
Edad de las plantaciones (años) | 10.5 | 7.54 | 3 | 18 | 71.81 |
Costo de renovación ($ ha-1 3 años-1) | 102 000 | 55 510 | 45 000 | 260 000 | 49.08 |
DE= desviación estándar; CV= coeficiente de variación.
En tanto al manejo de los cafetales, ésta ha sido predominantemente tradicional con esfuerzos de transición hacia la producción orgánica, en este sentido 85% de los productores implementan barreras vivas o muertas en curvas a nivel, cultivo de variedades resistentes a la roya, uso de insumos orgánicos para el aporte de nutrientes al suelo y posteriormente a los cafetales renovados. Todos los productores reconocen que este tipo de manejo implica más trabajo, también esperan un impacto económico positivo en el corto plazo como ya se ha constatado con otras experiencias (Calo y Wise, 2005; Rabanal et al., 2019; Rodríguez et al., 2019).
Las áreas cafetaleras estudiadas se encuentran clasificados como policultivos tradicionales. En las áreas de estudio se distinguen dos subtipos: el 55% se consideran altamente diversificados porque se encuentran entre 14 y 32 plantas útiles, hasta seis variedades de café y seis variedades de sombra, aunque actualmente tienen menor cantidad con respecto a lo reportado en otros estudios (Moguel y Toledo, 1999), los productores señalan que seguirán plantando más especies (Figura 3a) y 45% presenta baja diversificación donde se encuentra principalmente una o dos variedades de café, y plátano e Inga vera sp., como sombra dominante con un proceso de diversificación lenta y los productores no dejan claro si seguirán esa tendencia (Figura 3b).

Figura 3a y 3b. Subtipos de cafetales con base en la agrobiodiversidad de pequeños productores (n= 40) de la región Mixe, Oaxaca, México.
Los productores plantan más de una variedad de café de acuerdo con sus preferencias y facilidades de adquisición, hoy en día reportan que tienen las siguientes variedades de café: Marsellesa (97.5%), Garnica (87.5%), Costa Rica 95 (42.5%), Mundo Novo (40%), Caturra Amarrillo (30%), Bourbon (17.5%), Oro Azteca (15%) y Criollo (7.5%). Dentro de las parcelas, las variedades Marsellesa es la que predomina actualmente y cubre en promedio 67% de los cafetales, 33% restante corresponde a las otras variedades antes señaladas. Es importante recalcar que anteriormente la variedad predominante era el Criollo o Típica que fue devastada por la roya.
Las especies predominante de sombra son: Inga vera sp. (100% -todos los productores la tienen plantada-), seguida de Musa paradisiaca L. (97.5%), Persea americana (50%), Citrus sinensis (47.5%), Pouteria sapota (47.5%), Cedrela odorata (32.5%). La densidad promedio de Inga vera sp., es de 82 árboles por ha-1, las otras variedades de sombra tienen una densidad irregular que no reportan los productores excepto la especie Cedrela odorata que en promedio se encuentran 6 árboles ha-1.
Características económicas
Los productores tienen un ingreso promedio de $2 432.00 pesos mensuales que provienen de la cafeticultura y de otros ingresos. El 5% de los productores se apoya con la agricultura de autoconsumo, 62.5% con agricultura de autoconsumo y venta de mano de obra y 32.5% con agricultura de autoconsumo, remesas y/o programas sociales. La economía de los pequeños productores entrevistados obedece a las formas campesinas de diversificación de ingresos o a la multifuncionalidad de la agricultura familiar (Idárraga y Sánchez, 2016; Ticllacuri et al., 2020).
Con respecto a los canales de venta, los productores pertenecen a una sociedad de producción rural de responsabilidad limitada (SPR de RL) donde se inscriben para comercializar el café producido y así enfrentar las situaciones de crisis cafetera, pero a pesar del esfuerzo, esta estructura ha tenido un desempeño limitado, en gran medida le atribuyen a la falta de manejo gerencial profesional e involucramiento de los socios, esto coincide con otros estudios (Rodríguez, 2020; Garduño y Ramírez, 2020).
Percepción sobre la cafeticultura
El 70% de los productores considera que la cafeticultura es la mejor opción productiva en la región porque el cultivo está adaptado al entorno ecológico, social y cuenta con un mercado, esta percepción se ha ido construyendo socialmente en el marco de un contexto histórico-social, local y regional; a partir, de la experiencia y la posición de los productores en la cadena productiva que finalmente ha sido de subsistencia y reproducción social más que la acumulación de riquezas (Ejea, 2009; Rosales et al., 2018).
En el otro extremo está 30% de los productores vacilantes y consideran la ganadería a pequeña escala, el cultivo mixto de amaranto y canela como mejores opciones locales y la migración para buscar mejores oportunidades de ingreso y calidad de vida (Figura 4). En tanto a la percepción de los problemas actuales, 67.5% considera que los precios bajos generan mayor aflicción para los productores, para 17.5% son las plagas y enfermedades y 15% considera que los climas extremos representan una amenaza.
Diferenciación y análisis de los productores
Se identificaron tres grupos mediante el análisis clúster a partir de las características sociales, económicas, productivas y de percepción social de la cafeticultura. El conglomerado I integró a 9 (22.5%) productores, el conglomerado II agrupa a 15 productores (37.5%) y el grupo III está conformado por 16 productores (40%) (Figura 5).
El grupo I está conformado por productores jóvenes que tienen en promedio 35.7 años, saben leer y escribir, lo que establece una diferencia significativa (χ2= 0) con respecto a los grupos II y III. Otro contraste, es que consideran la cafeticultura como una actividad poco atractiva (χ2= 0), esto se refleja en la renovación de sus cafetales, siendo de 0.9 ha en promedio, de los cuales, 66.7% presenta baja diversificación. Los productores del grupo II son lo que menos han invertido en la renovación de su cafetal ($71 733.30 pesos) y cuentan con menor superficie promedio en producción (0.7 ha) de los cuales 86% de sus cafetales son altamente diversificados.
Una diferencia significativa (χ2= 0.001) es que tienen tres fuentes de ingreso porque han decidido explorar otras opciones como la ganadería o la migración temporal para venta de mano de obra. Su percepción sobre la cafeticultura es ‘mala’, marca diferencia significativa (χ2= 0.006) respecto a los otros grupos, esto es porque consideran que los precios bajos son el mayor problema. El grupo III está conformado por productores de edad avanzada, con mucha experiencia, fuerza laboral disminuida y se consideran analfabetas.
Son los productores que más han invertido en la renovación de sus cafetales, tienen mayor superficie en producción en hectáreas, de los cuales 75% son cafetales altamente diversificados y registraron mayor cantidad en ventas de café pergamino seco en el ciclo 2019-2020. Su percepción de la cafeticultura es muy buena, 93.8% considera que es un cultivo idóneo en términos económicos, sociales y ambientales (Cuadro 2).
Cuadro 2 Valores (mínimo, máximo y media) y significancia de variables cuantitativas que conforman al grupo III.
Variable | Subgrupo I (n= 9) | Subgrupo II (n= 15) | Subgrupo III (n= 16) | Significancia (χ2= p< 0.05) |
Edad del productor(años) | 35.3 25 ±52 | 61.8 43 ±86 | 56.8 51 ±72 | 0 |
Venta de café 2019- 2020 (kg) | 117.2 45 ±260 | 94.4 40 ±210 | 247.8 112 ±360 | 0 |
Experiencia como cafeticultor (años) | 17.8 5 ±35 | 40.8 20 ±60 | 36.8 25 ±55 | 0 |
Superficie total de la parcela (ha) | 2.1 1 ±4 | 1.9 1 ±4 | 2.8 1 ±5 | 0.154 |
Superficie en producción (ha) | 0.9 0.5 ±1.5 | 0.7 0.25 ±1.2 | 1.8 1 ±3 | 0 |
Costo de renovación ($ ha-1 3 años-1) | 88 111.1 42 000 ±145 000 | 71 733.3 30 000 ±120 000 | 165 937.5 105 000 ±260 000 | 0 |
Ingreso familiar ($) | 2 333 1 500 ±3 600 | 1 980 1 500 ±3 200 | 2 912 1 500 ±5 000 | 0.059 |
El análisis de componentes principales (KMO= 0.721 p= 0) generó dos componentes que explican 87.1% de la agrupación conformada (Figura 4). El componente 1 está definido por las variables de costo de renovación del cafetal, superficie en producción, venta de café pergamino seco, ciclo 2019-2020 y percepción sobre la cafeticultura, el componente 2 se define por la edad de los productores, los años de experiencia como cafeticultor y el nivel de educación.
Lo anterior explica y define los grupos de los productores inconformes con la cafeticultura porque consideran los bajos precios como el mayor problema (37.5%), un grupo de productores indecisos en mantener esta actividad productiva (22.5%) y los productores que están conformes con la cafeticultura (40%).
Conclusiones
La situación social de los cafeticultores entrevistados no es favorable porque la mayoría de los productores son adultos mayores y no cuentan con relevo que asuma los retos que el sector implica en la actualidad. Se desempeñan con carencias de al menos un servicio básico en la vivienda, analfabetismo y servicio médico básico, esto deriva de problemáticas sociales a nivel de los municipios que son de bajo desarrollo humano. En términos productivos, los agroecosistemas de café son impactados por la roya y se han renovado lentamente, el manejo predominante sigue siendo tradicional con esfuerzos incipientes de transición hacia la producción orgánica, pero con una tendencia notable hacia la reducción que puede generar cambios importantes en la estructura y funcionamiento.
Existen productores inconformes con la cafeticultura porque consideran los bajos precios como el mayor problema, los indecisos en mantener estas actividades productivas y los que están conformes con la cafeticultura son adultos mayores.