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Revista mexicana de ciencias pecuarias
versión On-line ISSN 2448-6698versión impresa ISSN 2007-1124
Rev. mex. de cienc. pecuarias vol.3 no.3 Mérida jul./sep. 2012
Artículos
Características de la canal, rendimiento en cortes primarios y composición tisular de corderos Katahdin x Pelibuey alimentados con garbanzo de desecho
Carcass characteristics, primal cut yields and tissue composition of Katahdin x Pelibuey lambs fed cull-chickpeas
Francisco Gerardo Ríos Rincóna,d, Hugo Bernal Barragánb,d, María Andrea Cerrillo Sotoc,d, Alfredo Estrada Anguloa,d, Arturo Saúl Juárez Reyesc,d, Jesús Francisco Obregóna,d, Jesús José Portillo Loeraa,d
a Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Autónoma de Sinaloa. Blvd. San Ángel s/n, Fracc. San Benito 80236, Culiacán, Sinaloa México. Tel: +52 (667) 718-1650. alfred@uas.uasnet.mx. Correspondencia al cuarto autor.
b Facultad de Agronomía. Universidad Autónoma de Nuevo León. Campus Ciencias Agropecuarias.
c Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Juárez del Estado de Durango.
d Red Internacional en Nutrición y Alimentación de Rumiantes.
Recibido el 10 de enero de 2011.
Aceptado el 14 de junio de 2011.
RESUMEN
Para determinar el efecto de la inclusión de 0, 15, 30, 45 ó 60 % de garbanzo de desecho (GD) en las características de la canal, rendimiento en cortes primarios y composición tisular, se utilizaron 40 canales de corderos Katahdin x Pelibuey. Se registraron las características de la canal y los cortes primarios se diseccionaron en tejido magro (TM), adiposo (TA) y óseo (TO). La inclusión de GD no modificó (P>0.05) la respuesta productiva ni las características de la canal, mientras que la grasa pélvico-renal incrementó en los tratamientos con 45 y 60 % (P<0.01). No se observó efecto de los tratamientos (P>0.05) en el rendimiento de cuello, hombro, brazuelo, pecho y lomo, a diferencia del costillar y la falda, donde éste fue inferior (P<0.05) en los corderos que recibieron GD. En respuesta a la inclusión de GD, aumentó (P<0.05) el TA de pierna (9.9 vs 13.1 %), pecho (16.1 vs 26.0 %), brazuelo (13.2 vs 18.2 %) y falda (43.6 vs 51.2 %); y disminuyó (P<0.02) el TM en pecho (66.8 vs 57.7 %) y falda (56.4 vs 48.8 %). El TM total disminuyó (62.6 vs 58.0 %; P<0.04); y el TA total incrementó con la inclusión de GD (17.1 vs 21.5 %; P<0.02). La relación músculo/grasa se modificó (P<0.02) por la inclusión de GD (3.7 vs 2.8). Se concluye que la inclusión de más de 45 % de garbanzo de desecho en la dieta reduce la proporción de tejido magro e incrementa el adiposo en las canales de corderos Katahdin x Pelibuey en finalización intensiva.
Palabras clave: Garbanzo, Ovinos de pelo, Tejidos corporales, Finalización intensiva.
ABSTRACT
To determinate carcass characteristics, yield of primal cuts and tissue composition 40 Katahdin x Pelibuey male carcasses, from feedlot were used. They received during 84 d 0, 15, 30, 45, or 60 % of cull-chickpeas (CCH) in complete diets. The left half of carcass was used for carcass evaluation and dissection in lean (LT), adipose (FT) and bone (BT) tissue. The carcass halves were then split according to commercial standards. Inclusion of CCH did not modified (P>0.05) productive response and carcass characteristics; kidney-pelvic fat linear increased (P<0.01) according CCH level (2.7 vs 3.9 %). Yield of neck, shoulder, foreshank, breast and loin were similar (P>0.05) among treatments. However, yield of rack and flank was lower (P<0.05) in lambs that received CCH. In the leg, was observed a linear trend (P<0.09) to decreased its yield in response of high levels of CCH. Inclusion of CCH increased (P<0.05) FT in leg (9.9 vs 13.0 %), breast (16.1 vs 26.0 %), foreshank (13.2 vs 18.2 %), and flank (43.6 vs 51.2 %); and decreased (P<0.02) LT in breast (66.8 vs 57.7 %), and flank (56.4 vs 48.8 %). Total LT decreased (62.6 vs 58.0 %, P<0.04) due to inclusion of CCH; on the contrary total FT increased (P<0.02), due to the incorporation of CCH in the complete diets (17.1 vs 21.5 %). The muscle/fat ratio was modified (P<0.02) due to inclusion of CCH (3.7 vs 2.8). It is concluded that inclusion of more than 45 % of cull-chickpeas in the completed diets reduces the proportion of lean tissue to fat in Katahdin x Pelibuey lambs carcass in the feedlot.
Key words: Chickpeas, Hair sheep, Tissue composition, Intensive feeding.
INTRODUCCIÓN
Por su composición química, el grano de garbanzo y el que ha sido descartado para consumo humano (de desecho) se pueden considerar como fuente proteínica para utilizarse en la alimentación de rumiantes(1). Con la inclusión de 23 % de garbanzo a dietas para bovinos al inicio de la engorda, se observó que su palatabilidad y patrones de fermentación ruminal lo hacen apto como suplemento proteínico en dietas de iniciación para bovinos de engorda(2).
Estudios previos en corderos de pelo(3,4), donde se incluyó garbanzo de desecho en las dietas, no mostraron cambios en la respuesta productiva, ni en las características de la canal, pero en dichos estudios no se evaluó el rendimiento en cortes primarios ni la composición tisular de las canales. El peso y rendimiento de los cortes primarios, se asocia con el peso al sacrificio y el sistema de alimentación(5) y la proporción de tejidos corporales, particularmente el adiposo, tienden a incrementarse de acuerdo con el grado de madurez de los corderos(6). El porcentaje que corresponde a estos tejidos puede variar entre canales de cordero de peso similar, debido a la influencia de factores de tipo racial, sistema de producción y tipo de alimentación; por ello, se busca que las canales tengan elevada cantidad de carne, mínima cantidad de hueso y un nivel óptimo de grasa, para evitar la deshidratación de la carne, y que se favorezca la calidad del producto final(7). La proporción de tejidos muscular, adiposo y óseo, influye en las características cualitativas y cuantitativas de la canal, por lo que es de interés conocer el efecto de sistemas de alimentación o de la inclusión de ingredientes en las dietas de los animales(8).
Informes recientes establecen que la población ovina en México es de 7.76 millones de cabezas, que producen un estimado de 54,830 t(9), en tanto que el consumo nacional aparente de carne ovina incrementó de 47,098.9 t en 1990 a 85,965.2 t en 2005(10), de las cuales, entre 40 y 60 % son importadas, por lo que es sustancial explorar alternativas de alimentación de ovinos que permitan incrementar la producción nacional. De 2007 a 2009, México produjo 389,000 t de garbanzo, con lo que consiguió el primer lugar en América Latina y sólo quedó por debajo de India, Turquía, Pakistán y Australia en el contexto mundial(11). Aunque el garbanzo producido es principalmente para consumo humano, se debe contemplar la utilización alternativa del grano que no reúna las características para ese fin; en este sentido, se afirma que el 10 % del garbanzo producido no cumple con las especificaciones de calidad para su comercialización en los mercados nacional e internacional(12). Con base en lo anterior, el objetivo del presente estudio fue conocer el efecto de la inclusión de diferentes niveles de garbanzo de desecho en dietas integrales y su efecto en las características de canal, rendimiento en cortes primarios y en la composición tisular de la canal de corderos Katahdin x Pelibuey en finalización intensiva.
MATERIALES Y MÉTODOS
Cuarenta corderos (F1 del cruzamiento de machos Katahdin x hembras Pelibuey; 140 días de edad; PV 36.04 ± 0.53 kg), se seleccionaron de un lote para finalización intensiva de 1,000 animales (mismo empadre, misma edad, mismo tipo racial) en una Unidad de Producción Pecuaria localizada en Culiacán, Sinaloa. Los corderos seleccionados fueron trasladados a la Unidad Experimental para Ovinos de la FMVZ-Universidad Autónoma de Sinaloa, 24°46'13" N; 107°21'14" O; 38 msnm; clima BS1 (h') w(w)(e), en donde se pesaron al inicio de la prueba; luego se formaron cuatro bloques con base en el peso corporal inicial y se asignaron en corraletas experimentales de 6 m2. De acuerdo con un diseño en bloques completos al azar, cada bloque estuvo compuesto de cinco grupos de dos animales; los grupos fueron alimentados durante 84 días en corrales de finalización intensiva, con una proporción de 0, 15, 30, 45 ó 60 % de garbanzo de desecho (GD) en dietas integrales (Cuadro 1). Se registró el consumo de alimento y se determinaron la ganancia de peso y la conversión alimenticia.
Al finalizar la prueba de alimentación, los 40 corderos se dietaron durante 16 h antes del sacrificio y se pesaron. Después del proceso de matanza se registró el peso de la canal caliente y se calculó el peso del cuerpo vacío (peso vivo al sacrificio menos el contenido gastrointestinal; el cual fue calculado midiendo el TGI lleno menos el TGI vacío), así como el rendimiento comercial de la canal (peso de la canal caliente entre el peso vivo final x 100). Las canales se conservaron a 4 °C durante 24 h, para registrar el peso de la canal fría y calcular el rendimiento biológico de la canal (peso de la canal fría entre peso del cuerpo vacío x 100). En la canal fría se midió el área del músculo Longissimus dorsi, el espesor de la grasa dorsal, espesor de la pared abdominal y el porcentaje de grasa renal y pélvica; además, se determinó la conformación recurriendo a las medidas morfológicas de: longitud total, anchura de la canal, longitud y circunferencia de la pierna(13,14). Con esta información se calculó el índice de compacidad de la canal (ICC) como el peso de la canal fría dividido entre la longitud de la canal. También, se calculó el índice de compacidad de la pierna (ICP), como el cociente entre su anchura y longitud. Cada canal, se dividió en dos medias canales, dejando la mitad izquierda disponible para la obtención de los cortes primarios; del cuarto anterior se obtuvieron: costillar, pecho, hombro, brazuelo, y del cuarto posterior: lomo, falda y pierna, con base al lineamiento de IMPS(15) aprobado por USDA para carne fresca de cordero. El peso de cada corte se multiplicó por dos (considerando la simetría de la canal) y se calculó su porcentaje con relación al peso de la canal fría. Cada corte se diseccionó en tejidos magro, adiposo y óseo, y el peso de los tejidos se utilizó para calcular su porcentaje con relación al peso total del corte.
A las variables del comportamiento productivo, se les aplicó análisis de varianza para un diseño de medidas repetidas en el tiempo(16) y a los valores de las características de la canal se les aplicó análisis de varianza para un diseño en bloques completos al azar, donde cada canal fue considerada como una observación y el peso al sacrificio se incluyó como covariable(17). Las medias se ajustaron por efecto de la covariable y se compararon utilizando la prueba de Tukey-Kramer(18). Además, se probó el contraste del nivel 0 contra los niveles de garbanzo de desecho (15, 30, 45 y 60 %), así como la tendencia en la respuesta mediante polinomios ortogonales, se fijó un nivel de alfa menor o igual a 0.05 para aceptar diferencias entre tratamientos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Comportamiento productivo
La energía metabolizable (EM) y la proteína metabolizable (PM) de las raciones experimentales se calcularon de acuerdo al SRNS (Small Ruminant Nutrition System), considerando las fracciones solubles, insolubles e indigestibles de los carbohidratos y de las proteínas de los ingredientes(19) que fueron empleados en las dietas utilizadas en el experimento, descritas en el Cuadro 1. De acuerdo con el SRNS los corderos con una escala de peso de 40 a 50 kg y con ganancia promedio de peso de 250 g/día, tienen un requerimiento de PM de 108 a 113 g/ día(20). Como el peso promedio de los corderos en el presente trabajo fue de 44 kg, el contenido de PM de las dietas utilizadas fue de 11.79 a 12.39 % mayor al requerimiento(19); de esta forma, el consumo promedio varió entre 118 g PM/día (dieta con 0 % de GD) y 145 g PM/día (dieta con 45 % de GD) (Cuadro 2). Las otras tres dietas tuvieron un consumo promedio de 132 a 134 g PM/día que es 17 a 19 % mayor al requerimiento superior (113 g PM/día) referido por NRC(20). Los niveles de proteína requeridos para ovinos en finalización han sido descritos previamente y estimados en valores muy cercanos al 15 %(21). Sin embargo, al alimentar corderos en corral de engorda con altos niveles de proteína y energía, se beneficia la respuesta productiva y el consumo de alimento, ya que estimula la síntesis de proteína microbiana, la fermentación ruminal y mejora la utilización de la energía(22). Cuando se utilizan granos de desecho en la alimentación animal, es importante considerar el costo de las dietas experimentales, teniendo en cuenta el precio de los ingredientes y su nivel de inclusión en la dieta. Al tomar en cuenta el consumo de alimento correspondiente a cada tratamiento, se obtuvieron los costos de alimentación (Cuadro 2). El ingreso económico se calculó considerando un precio del cordero en pie de $ 24.00/kg; con estos valores se calculó la diferencia entre el ingreso y el costo de alimentación, como un indicador de beneficio económico. Así, bajo las condiciones en las que se llevó a cabo el presente trabajo, se observó que la inclusión de 30 % de GD a la dieta de ovinos en finalización entre los 35 y 54 kg de peso, resulta en un beneficio económico equivalente a 3.2 veces el obtenido con la dieta testigo. En cambio, en las dietas con 45 y 60 % de inclusión de GD, el beneficio económico fue equivalente a 2.4 veces el obtenido con la dieta testigo (Cuadro 2). Por lo anterior, se deduce que el GD es un ingrediente económicamente atractivo para mejorar la economía de los sistemas de producción intensiva de carne ovina.
En el presente trabajo la inclusión de GD en la dieta no modificó (P>0.08) la respuesta productiva de los ovinos Katahdin x Pelibuey en finalización intensiva. No se observaron diferencias en la ganancia diaria de peso entre periodos (Cuadro 3); pero las variables de consumo de alimento y conversión alimenticia fueron distintas entre periodos de alimentación de 28 días. Esto se debe a que el animal aumenta la cantidad de alimento consumido con respecto a su peso vivo a través del tiempo, y por lo tanto, esta modificación del consumo impacta en la conversión alimenticia.
Mediciones postmortem
Los corderos se sacrificaron con un peso vivo promedio de 50 kg, en atención a las exigencias del mercado de carne ovina, que demanda canales mejor conformadas y mayores volúmenes de producto. El nivel de inclusión de garbanzo de desecho no modificó los valores de rendimiento de la canal, biológico y comercial (Cuadro 4). En un estudio previo, con la inclusión de 0, 12.5 y 25 % de garbanzo, no se registraron diferencias en el peso vivo, peso de canal y rendimiento en canal de corderos con peso inicial de 16 kg, alimentados durante 12 semanas con un concentrado que reemplazaba harina de soya(23). En el presente estudio, las características de la canal, área del ojo de la costilla, espesor de la grasa dorsal, espesor de la pared abdominal, grasa omental, índice de compacidad de la pierna e índice de compacidad de la canal (Cuadro 5), no variaron debido al nivel de inclusión de GD en la dieta. Sin embargo, el nivel de grasa pélvico-renal se incrementó en los tratamientos 45 y 60 % (P<0.01) de inclusión de GD en la dieta. El análisis mediante contrastes, indicó que los tratamientos 15 y 30 % mantienen el depósito de grasa cavitaria en la canal igual que el nivel 0 %, en tanto que los tratamientos 45 y 60 %, favorecen el depósito de ese tipo de grasa. La diferencia en la cantidad de energía entre las dietas (0.28 Mcal en ED, 0.08 Mcal en EM y 0.06 de ENg, más las diferencias en el consumo de proteína, puede ser la causa del incremento de grasa cavitaria, al favorecer la síntesis de tejido adiposo en lugar de fijarse como tejido magro(21); lo anterior, se evidencia al no presentarse modificaciones en el área del ojo de la costilla ni los índices de compacidad en respuesta a los distintos niveles de GD en la dieta; a esto se suma el alto nivel de energía en las dietas experimentales (promedio 3.09 Mcal de EM/kg de MS), que pueden promover el incremento de la grasa renal y pélvica (2.68 vs 3.51 %); además, el nivel energético (2.82 Mcal de EM/kg de MS) del garbanzo de desecho(24) y su alto contenido de lípidos entre 4.5 y 10 %, que es mayor que el de otros granos(25,26), pudieron afectar la respuesta de esa variable.
El rendimiento de los cortes primarios de la canal se muestra en el Cuadro 6. Los rendimientos de cuello, hombro, pecho, brazuelo y lomo, fueron similares (P>0.06) entre tratamientos con promedios respectivos de (9.2; 18.5; 7.2; 10.9 y 8.1 %). En el costillar, se observó que con la inclusión de 15 y 30 % de GD en la dieta, los rendimientos fueron similares entre sí, pero inferiores al promedio del rendimiento observado con la inclusión de 45 y 60 % de GD. Se observó tendencia en el rendimiento de la falda (P<0.06) cuando no se incluyó garbanzo de desecho. Al respecto, se afirma que el rendimiento de la pierna en corderos de grupos raciales europeos de buena conformación, varía de 32 a 36 %(27); sin embargo, otros autores(28,29) refieren que el rendimiento de esta pieza varía de 31.1 a 32.6 %, en corderos de la raza Pelibuey; además, se ha demostrado que el peso y el rendimiento de los cortes primarios se asocian con el peso al sacrificio y el sistema de alimentación(4). En corderos Katahdin x Pelibuey en finalización intensiva, se observó que el promedio del rendimiento de la pierna fue de 27.6 %(30). En el presente trabajo, el rendimiento de la pierna fue superior a los promedios obtenidos en el cruzamiento de razas Blackbelly (BB) con Pelibuey (PB) donde la proporción de la pierna osciló en el rango de 25.8 a 26.5 % en BB y BBxPB, pero se muestran inferiores en comparación con PB (31.2 a 31.6 %)(31). En este sentido, la variación observada en las proporciones de los cortes primarios en la canal ovina, pueden deberse a que en los estudios y determinaciones se siguen procedimientos con diferentes criterios sobre las líneas de corte de las piezas primarias(32); por esta razón, resulta difícil comparar los valores con los obtenidos en otros países, que siguen procedimientos diferentes en la obtención de los cortes primarios; incluso, variando en su denominación.
Los resultados de la composición tisular de cada corte primario se muestran en el Cuadro 7. La inclusión de GD en las dietas, incrementó (P<0.05) el tejido adiposo de pierna (9.9 vs 13.0 %), pecho (16.1 vs 26.0 %), brazuelo (13.2 vs 18.2 %), costillar (21.4 vs 26.7 %) y falda (43.6 vs 51.2 %), observando tendencia lineal (P<0.04) en respuesta a los crecientes niveles de inclusión de GD en la falda. También se disminuyó el tejido magro en el pecho (66.8 vs 57.7 %) y en la falda (56.4 vs 48.8 %), donde se observó tendencia lineal (P<0.01) de la respuesta de las variables al nivel de inclusión de garbanzo a la dieta. En general, estos resultados sugieren que a medida que se eleva el nivel de GD en la dieta de corderos de pelo, se incrementa el tejido adiposo en demérito de la proporción del tejido muscular, por lo que el peso y el rendimiento de los cortes primarios (Cuadro 6) puede estar, en esta etapa de la finalización intensiva, mayormente influenciado por la cantidad de grasa que se ha depositado de forma subcutánea e intermuscular(5).
Se han señalado diferencias entre grupos raciales, en referencia a la proporción de los componentes tisulares de cortes primarios de la canal ovina(33,34), y entre la proporción (52.61 %) de tejido magro; también se ha observado tendencia a una mayor deposición de grasa en el pecho de corderos(33). Se afirma que el crecimiento de la grasa ocurre más rápido en el cuarto anterior, y que la proporción de este componente, en lo general se eleva conforme incrementa el peso al sacrificio(34), pero no hay efecto directo del nivel energético de la dieta en la proporción de piezas en la canal; sin embargo, el incremento de la deposición de grasa en la canal, puede deberse mayormente a la edad al sacrificio de los corderos, donde los individuos más maduros muestran mayor almacenamiento de reservas lipídicas(35).
En el Cuadro 8, se muestran los valores de la composición tisular de la canal. Al comparar estos resultados con los observados por otros autores en corderos Katahdin encastados con razas cárnicas especializadas(36), se advierte que la proporción de tejidos magro (65 %) y óseo (21.3 %) fueron superiores a los valores promedio registrados en el presente estudio (58.9 y 16.8 %, respectivamente), pero en el caso del tejido adiposo, refieren 18.1 %, el cual es inferior a 20.6 % encontrado en el presente estudio. En un estudio desarrollado en ovinos Pelibuey castrados, sacrificados a 22.5 kg de peso vivo, se obtuvieron canales con 59.8 % de tejido magro, 13.1 % de tejido graso y 23.7 % de tejido óseo(37). Al respecto, se menciona que conforme incrementa el grado de madurez de los corderos, la proporción de grasa diseccionada de la canal tiende a aumentar, y en lo general se eleva conforme incrementa el peso al sacrificio(5,34).
La inclusión de 60 % de GD en la dieta de corderos disminuyó (P<0.05) la proporción de tejido magro total en las canales (62.6 vs 58.3 %), incrementó el tejido adiposo total (17.1 vs 21.5 %; P<0.02); sin embargo, la relación tejido magro/tejido óseo, no se modificó por efecto de los tratamientos, no así la relación tejido magro/tejido adiposo, la cual se modificó (P<0.02) por la inclusión de GD (3.7 vs 2.8). La cantidad de tejido magro guarda relación con la referida previamente en corderos Pelibuey y en corderos Pelibuey x Suffolk(38), no así la relación del tejido adiposo y óseo. Con la inclusión de GD, no se modificó (P>0.05) la relación músculo/hueso; sin embargo, al depositarse más grasa en los cortes primarios de la canal por la inclusión de GD en la dieta de los corderos, la relación músculo/grasa se modificó (3.7 vs 2.8; P<0.02), observándose tendencia lineal (P<0.02), en respuesta al nivel de inclusión de garbanzo. En corderos Merino sacrificados a 25 kg de PV se observó que la relación músculo/hueso fue de 2.7, y la relación músculo/grasa fue de 3.5(39). En cambio, en corderos de la raza Corriedale sacrificados a 23.2 kg de PV, se determinó que la relación músculo/ hueso fue de 2.8 y la relación músculo/grasa fue de 2.4(40). Esta relación también puede cambiar por efecto del grupo racial a un determinado peso al sacrificio; al respecto, otros autores observaron relación de 5.1 en corderos Pelibuey y de 4.3 en corderos Pelibuey x Suffolk, sacrificados a 46 kg de peso vivo(38); lo anterior, puede indicar que en la relación de los tejidos de la canal ovina es determinante, el tipo de alimentación, el peso vivo al sacrificio y el grupo racial de los corderos. La disminución en la proporción de hueso observada al incluir 60 % de GD, podría deberse al mayor contenido de grasa en la dieta, lo cual reduce la absorción de calcio, provocada por la unión de cationes divalentes secretados al ciego con los ácidos grasos no digeridos(41,42), afectando la formación de tejido óseo. La distribución del tejido muscular en la canal es muy importante, pues hay grandes diferencias en la composición de las piezas de la canal, ya sea que se destinen a propósito de venta al detalle o bien para el procesamiento industrial. Es deseable que la distribución del peso del músculo en la canal, sea una característica constante(43), ya que el porcentaje que corresponde a cada tejido puede variar considerablemente entre canales de peso similar, dependiendo de la raza y el tipo de alimentación, principalmente; las mejores canales deben tener un mínimo de hueso y un nivel óptimo de grasa.
CONCLUSIONES E IMPLICACIONES
La inclusión de garbanzo de desecho en la dieta modifica la proporción de tejidos magro/adiposo, al aumentar el porcentaje de tejido adiposo y disminuir el porcentaje de tejido magro en las canales de ovinos de pelo en finalización intensiva.
Los resultados permiten sugerir el uso de garbanzo de desecho en dietas para corderos en finalización intensiva en niveles entre 15 y 30 %; así mismo, la utilización de garbanzo de desecho en estos niveles representa una opción para reducir los costos de alimentación en los sistemas intensivos de producción de carne ovina.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen el financiamiento otorgado para la operación de este proyecto a Promep- SES-SEP 2009. Proyecto clave 103.5/09/1172.
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