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Revista mexicana de ciencias pecuarias
versión On-line ISSN 2448-6698versión impresa ISSN 2007-1124
Rev. mex. de cienc. pecuarias vol.4 no.3 Mérida jul./sep. 2013
Artículos
Rendimiento en forraje de maíces del trópico húmedo de México en respuesta a densidades de siembra
Forage yield in response to sowing density in eight corn (Zea mays) genotypes in the humid tropics of Mexico
Miguel Angel Sánchez Hernándezª, Cecilio Ubaldo Aguilar Martínezª, Nicolás Valenzuela Jiménezª, Bertín Maurilio Joaquín Torresª, César Sánchez Hernándezb, María Concepción Jiménez Rojasc, Clemente Villanueva Verduzcoc
a Universidad del Papaloapan. Av. Ferrocarril s/n. Ciudad Universitaria Loma Bonita, Oaxaca, México. C.P. 68400 Tel. y Fax: 01(281) 872-9230. msanchez@unpa.edu.mx. Correspondencia al primer autor.
b Universidad de la Cañada. Carretera Teotitlán-San Antonio Nanahuatipan, Km 1.7 paraje Titlacuatitla, Teotitlán de Flores Magón, Oaxaca. México.
c Universidad Autónoma Chapingo, Chapingo, Estado de México. México.
Recibido el 8 de diciembre de 2011.
Aceptado el 12 de abril de 2012.
Resumen
El objetivo fue estimar el rendimiento de genotipos de maíz con potencial forrajero en respuesta a densidades de siembra. El Exp 1 se hizo de noviembre de 2007 a febrero de 2008 y el Exp 2 se realizó en 2009, en Loma Bonita, Oaxaca, México, evaluándose los genotipos H-520, HE-1A17, HE-2A15, V-556AC, VS-536, A7573, H-564C y un criollo, en tres densidades y cuatro repeticiones. Los tratamientos fueron la combinación de genotipos y densidades, en un diseño de bloques al azar. En promedio de densidades, el criollo tuvo la mayor altura de planta (Exp1=247, Exp2=216 cm), área foliar total (Exp1=5,834, Exp2=7,516 cm2), diámetro de tallo (Exp1=6.6 cm) y rendimiento de forraje (Exp1=44.3 t ha-1). En el Exp2 el H-564C tuvo el mayor diámetro de tallo (8.2 cm), número de hojas arriba del elote (7.3), peso de elote con (251.7 g) y sin brácteas (148.7 g), longitud (18.0 cm) y diámetro de elote (13.2 cm), rendimiento por planta (564.7 g) y por hectárea (36.6 t ha-1). En promedio de genotipos, la densidad de 83,333 plantas ha-1 (Exp1=35.8; Exp2=37.3 t ha-1), superó en rendimiento de forraje a la de 62,500 (Exp1=32.1; Exp2=32.1 t ha-1) y 50000 plantas ha-1 (Exp1=23.1; Exp2=25.5 t ha-1). El análisis combinado indicó que el criollo produjo más forraje que los híbridos. Por densidad, el criollo a 83,333 plantas produjo 57.1 t ha-1 de materia verde, superando en esa densidad al H-520 y al testigo VS-536.
Palabras clave: Zea mays L., Híbridos, Variedades, Sintéticos, Área foliar.
Abstract
The purpose was to estimate the forage yield in genotypes of maize with forage potential in response to different sown densities. A first essay (Expl) was made in November 2007 to February 2008, a second study (Exp2) was made in 2009 in Loma Bonita, Oaxaca, Mexico, evaluating the genotypes H-520, HE-1A17, HE-2A15, V-556AC, VS-536, A7573, H-564C and a native variety, in three densities and four replications. Treatments were the combination of genotypes and densities, in a randomized block design. In average of densities native variety had the highest plant height (Exp1=247, Exp2=216 cm), total leaf area (Exp1=5834, Exp2=7516 cm2), stem diameter (Exp1=6.6 cm) and forage yield (Exp1=44.3 t ha-1). In the second experiment H-564C genotype had the major stem diameter (8.2 cm), number of leaves upper the ear (7.3), ear weight with leaves (251.7 g), ear weight without leaves (148.7 g), ear height (18.0 cm), ear diameter (13.2 cm), yield per plant (564.7 g) and per hectare (36.6 t ha-1). In average of genotypes, the density of 83,333 plants exceeded in forage yield (Exp1=35.8; Exp2=37.3 t ha-1) to the density of 62,500 (Exp1=32.1; Exp2=32.1 t ha-1) and 50,000 plants ha-1 (Exp1=23.1; Exp2=25.5 t ha-1). Combined analysis indicated that the native variety produced more forage than hybrids. For density, the maximum yield by genotype was established at 83333 plants ha-1 the native variety; it produced 57.1 t ha-1 of forage, above the maximum yield of H-520 and the control VS-536 in that density.
Key words: Zea mays L., Hybrids, Varieties, Synthetics, Leaf Area.
INTRODUCCIÓN
El maíz (Zea mays L.) originario de México y Centroamérica(1) se utiliza para consumo humano con 209.8 kg per cápita(2), y en alimentación animal como grano o forraje por su alto contenido de biomasa aérea de 35 a 95 t ha-1(3). Es uno de los cultivos más importantes en el mundo por superficie; en el año 2008 se establecieron cerca de 160 millones de hectáreas de maíz para grano(4). En México es el cultivo más importante por área plantada y valor de la producción(2), sembrándose 8.0 millones de hectáreas para grano cada año; de las cuales 2.5 a 3.0 millones se tienen en trópico húmedo(5,6).
En Oaxaca, 80 % del área total sembrada con maíz es con razas locales adaptadas a las diferentes regiones agrícolas, con promedios de rendimiento para grano de 1.4 a 2.2 t ha-1(7). La producción de forraje de maíz se concentra en dos de las siete regiones del Estado que son: Mixteca (463 ha; 35.0 t ha-1 de forraje verde)(7) y Valles Centrales en riego (762 ha; 35.4 t ha-1)(8).
La región Papaloapan, perteneciente a Oaxaca y Veracruz es una zona de trópico húmedo donde el 95 % de productores son en su mayoría tradicionales(9), los cuales siembran variedades de maíz de polinización abierta, de las que el productor cosecha en promedio 2.0 t ha-1 de grano y el forraje ocasionalmente se ensila para alimentar ganado rumiante en época de sequía(10). Aún siendo importantes los beneficios que aporta el cultivo, los ganaderos no cuentan con genotipos especializados en producción de forraje, los cuales se ven afectados por: plagas, enfermedades, malezas, acidez del suelo, fertilización, edad de corte y densidades de población a las que se establecen, incidiendo directamente en los principales componentes del rendimiento(1).
Se ha indicado que cualquier tipo de maíz puede cultivarse para forraje, pero las variedades que producen mayores rendimientos de biomasa son las de porte alto. Los híbridos por ser de porte bajo, producen menos forraje verde por unidad de área(1).
Las densidades de siembra en maíz varían según el objetivo, que puede ser grano, forraje o ambos, recomendándose para maíz forrajero una densidad de población óptima de 39,520 a 98,800 plantas por hectárea, ya que en teoría la biomasa total de forraje incrementa cuando lo hace la densidad de plantas(11). Se sabe también que la densidad óptima de plantas en maíz para rendimiento de grano y forraje depende del tipo de híbrido, fertilidad del suelo y manejo agronómico del cultivo(12). Así, al evaluarse maíces forrajeros a una densidad de 104 mil plantas por hectárea en condiciones de riego se obtuvieron rendimientos de forraje entre 27.8 y 70.2 t ha-1(13). Híbridos como el H-376, productor de grano y forraje, se recomienda sembrar bajo riego a 80 mil plantas ha-1 con rendimientos estimados de 78.1 a 90.8 t ha-1 de materia verde(14). En maíces forrajeros: Aspros-721, H-31, VS-2000 y cacahuacintle a 85 mil plantas ha-1 se obtuvieron rendimientos en forraje de 52.5 a 85.6 t-1 ha-1(15).
Se recomiendan híbridos de maíz de doble propósito, productores de grano y forraje, siempre y cuando se utilicen prácticas de manejo similares(16). Nótese que el rendimiento de grano y forraje de los híbridos modernos de m aíz es m ucho mayor que el de sus predecesores de hace cincuenta años, dichos incrementos se han atribuido a ganancias por mejora genética y prácticas de manejo agronómico del cultivo; de ahí que los genotipos modernos en cierta medida sean tolerantes a plagas, enfermedades, sequía, fertilidad baja del suelo y altas densidades de población(17).
En México ninguna variedad de maíz mejorada se desarrolló para producción y calidad forrajera, sólo se seleccionaron por rendimiento de grano(18), formándose híbridos que teóricamente podrían superar a los criollos en diversos componentes vegetativos y reproductivos asociados con rendimiento y calidad de grano(19). Ante esta situación y considerando la inquietud de los agricultores de la Cuenca del Papaloapan por contar con maíces productores de forraje adaptados a sus condiciones particulares de clima y suelo, se tuvo como objetivo evaluar el potencial de rendimiento en forraje de diferentes genotipos de maíz adaptados a trópico húmedo, y en diferentes densidades de siembra, con la finalidad de aprovechar al máximo el potencial genético de esas variedades y ofrecer al productor genotipos sobresalientes que se utilicen en la alimentación animal.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se efectuó en el Campo Experimental de la Universidad del Papaloapan, Campus Loma Bonita que se localiza a 18° 06' N y 95° 52' O, a 25 msnm. El clima es cálido húmedo con abundantes lluvias en verano(20). La precipitación y temperatura media anual son de 1,845 mm y 24.7 °C, respectivamente(21). Los suelos son arenosoles de textura gruesa y acrisoles de textura fina, los cuales presentan acidez (pH 4.5 a 5.5)(21,22).
Del 12 de noviembre de 2007 al 20 de febrero de 2008 se estableció en campo el Exp 1, con los genotipos: H-520, HE-1A17, HE-2A15, V-556AC, VS-536, propiedad del Programa Maíz de INIFAP-Cotaxtla, Veracruz, México. Se incluyó el híbrido A7573 propiedad de Monsanto y un criollo colectado en Papantla, Veracruz; por su buen rendimiento en hoja y forraje(10). En 2009 se condujo el Exp 2 con los genotipos del experimento uno, excepto HE-1A17 y HE-2A15 por falta de semilla, de ahí que en dicha evaluación se incluyera el híbrido H-564C (Cuadro 1).
En el Exp 1 los tratamientos ensayados fueron la combinación de siete genotipos distribuidos en parcela chica y tres densidades de siembra (50, 62.5 y 83.3 mil plantas ha-1 en parcelas grandes), en un diseño experimental de bloques al azar con arreglo en parcelas divididas y cuatro repeticiones, que generó 84 parcelas experimentales cada una de 16 m2, con cuatro surcos (surcado a 0.80 m) de 5 m de longitud. La parcela útil se conformó por dos surcos centrales de los que se tomaron diez plantas con competencia completa para estimar componentes de crecimiento y rendimiento.
El Exp 2 fue del 21 de enero al 20 de abril de 2009, e incluyó a los genotipos H-520, H-564C, V-556AC, VS-536, A7573 y criollo para hoja; con las tres densidades indicadas en el primer experimento. El diseño, parcela experimental y la parcela útil fueron equivalentes a lo declarado para el primer experimento.
Para preparar el terreno de siembra se hizo un barbecho, rastreo, cruza y surcado a 0.80 m; y la siembra fue manualmente el 12 de noviembre de 2007 (Exp1) y el día 21 de enero de 2009 (Exp2); se depositaron dos semillas por mata a 25, 20 y 15 cm. Cuando las plantas tenían una altura de 20 cm se raleó a una planta por mata para ajustar las densidades a 50, 62.5 y 83.3 mil plantas ha-1. Al realizar el primer control de malezas, 25 días después de siembra, se fertilizó con la fórmula 161-46-00(23), aplicando la mitad del nitrógeno y todo el fósforo, con el segundo cultivo se incorporó el nitrógeno restante. El control de plagas como gusano cogollero (Spodoptera frugiperdá) y gusano elotero (Heliothis zea) se hizo con clorpirifós etil (Lorsban 480, 0.75 L ha-1). Diabroticas (Diabrotica balteata), grillos (Melanoplus spp) y pulga saltona (Epitrix sp) se combatieron con paration metílico (Foley 35 CE 1 L ha-1). La cosecha se hizo el 20 de febrero de 2008 y 20 de abril de 2009, para los Exp 1 y 2, respectivamente.
Variables de crecimiento. Se midió en diez plantas su altura (ALP; cm), desde la superficie del suelo al punto de crecimiento en la base de la espiga, a los 21, 35, 56, 71, 90 y 100 días después de siembra para Exp1 y sólo se hicieron cinco muestreos a los 21, 35, 56, 71 y 90 días en el Exp2. En las mismas fechas que se midió la altura de planta se estimó el área foliar total por planta (AFT; cm2); considerando largo (cm) x ancho de la hoja (cm) x 0.75(24). Durante el desarrollo de cada genotipo se contabilizó floración masculina (DFM) como los días transcurridos desde la siembra hasta que el 50 % de las plantas derramaban polen. La floración femenina (DFF) se registró a partir de que un 50 % de las plantas tenían sus estigmas completamente expuestos. El número de hojas arriba del elote (NHO) se contabilizó al momento de realizar la cosecha de forraje, con la idea de tener un indicador de la acumulación de carbohidratos en dicho órgano reproductivo. El diámetro de tallo de las plantas (DTA) se midió en centímetros con un vernier.
Variables de rendimiento. A la cosecha, en una muestra de diez plantas de cada parcela experimental se estimó por planta el peso de hojas (PEH; g), tallos (PET; g) y espigas (PES; g). Se contabilizó el número de elotes completamente desarrollados por planta (ELO); y de estos, con un vernier se midió su longitud (LEL; cm) y diámetro ecuatorial (DEL; cm) sin brácteas. Además del número de hileras por elote (NHE), número de granos por hilera (NGH) y número de granos totales por elote (NGE). También se consideró el peso del elote (g) con totomoxtle o brácteas (PTO) y el peso del elote (g) sin brácteas (PST). A partir del peso total por planta (PPL; g) que consideró la suma en pesos de órganos vegetativos y reproductivos; se estimó para cada genotipo el rendimiento de forraje (REN; t ha-1). Para conocer las variables de rendimiento se cosechó el forraje de dos surcos centrales de cada parcela útil, no considerando las plantas que se encontraban a un metro del final de cada extremo del surco, para evitar efecto de orilla y así tener plantas con competencia completa. En tales determinaciones se usó una báscula digital Marca Eura M2/50 con capacidad para 40 kg; y en el caso de las variables que requirieron de mayor precisión se utilizó una balanza OHAUS Scout Pro con capacidad para 2,000 g.
Se calcularon análisis de varianza en cada experimento para las distintas variables en estudio, y la comparación de medias entre genotipos se hizo con la prueba de Tukey al nivel de significancia de 1%. El análisis de varianza se efectuó haciendo uso del procedimiento GLM del Software Statistical Analysis System(25), teniendo como fuentes de variación a genotipos (G), densidades (D), repeticiones (R), la interacción GxD, además del error parcelar (E) e intraparcelar (W). Se efectuó un análisis conjunto de la información, usando el procedimiento GLM de SAS, en aquellos genotipos que se evaluaron en ambos ensayos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Análisis de varianza. El análisis indicó que los genotipos presentaron diferencia (P<0.001), en la mayoría de caracteres de crecimiento y rendimiento evaluados en los dos experimentos (Cuadro 2). Genotipos mostró diferencia (p<0.05) en número de elotes por planta en el experimento dos y número de granos por elote en el Exp1. Se encontraron diferencias estadísticas al 1% para densidades (D), repeticiones (R) e interacción GxD para la mayoría de variables estudiadas en los dos trabajos (Cuadro 2). El comportamiento anterior donde se detectaron diferencias entre genotipos y densidades se atribuye a que la temperatura y precipitación fueron distintos de un ciclo de cultivo a otro, registrándose más lluvia en el primer experimento (Cuadro 3), lo que explica los resultados obtenidos. Los coeficientes de variación oscilaron entre 1.0 y 48.5, correspondientes a DFF y PEH, respectivamente (Cuadro 2) y sugieren que en aquellas variables donde se tuvieron coeficientes bajos, hubo consistencia en la información obtenida a través de repeticiones.
Crecimiento de genotipos. La altura de la planta varió entre genotipos al término de cada ciclo productivo (P<0.01; Cuadro 2). El criollo (Exp1=247; Exp2=216 cm) superó al testigo VS-536 (Exp1=195, Exp2= 194 cm); y al resto de variedades e híbridos (Cuadro 4). Debido a que híbridos como el H-520 promediaron 65 días a floración masculina (DFM) y 69 a femenina (DFF); y el criollo fue más tardío con 72 y 78 DFM y DFF. El sintético VS-536 promedió 68 DFM y 73 DFF, confirmando que las variedades son más tardías que los híbridos. Así, se han contabilizado 52 DFM en VS-536(26) y en el caso de híbridos como el H-520 en el sureste mexicano tarda 54 a 56 DFM con alturas de planta de 228 cm y 139 cm a la mazorca(2,6).
En maíces comunes y de alta cantidad proteínica se estimaron alturas de planta de: V-556AC (220 cm), H-520 (226 cm), VS536 (242 cm) y criollo (270 cm), corroborando que las variedades tienen alturas de planta mayores en relación con los híbridos; encontrando altos porcentajes de acame en el criollo, VS-536 y V-556AC, con 66, 47 y 46 %, respectivamente(27).
El diámetro de tallo promedio fue mayor en el segundo ensayo (Exp1= 6.2 cm; Exp2= 7.4 cm; Cuadro 2) y entre genotipos sobresalieron el criollo y el H-564C en Exp2, aun cuando la ALP de este último genotipo fue menor (Cuadro 4). En otros estudios al evaluarse la productividad de híbridos de maíz de distinto ciclo vegetativo, se reportaron diámetros de tallo de maíz promedio de 1.77 cm(28). Al ensayarse 24 híbridos comerciales de maíz se estimó un diámetro de tallo promedio de 2.33 cm(29); valores muy inferiores a los encontrados en el presente estudio; la diferencia se explica porque los genotipos estudiados tuvieron condiciones adecuadas de suelo, temperatura, y precipitación que les permitieron expresar un buen potencial productivo.
El área foliar fue mayor en el criollo (Exp1=5,834 cm2; Exp2=7,515 cm2), superando estadísticamente al H-520 (Exp1=4,342; Exp2=4,339 cm2), VS-536 (Exp1=4,028; Exp2=4,367 cm2) y a los restantes genotipos (Cuadro 4). La densidad con áreas foliares mayores fue la de 50,000 plantas ha-1 (Exp1=4,500, Ex2=4,730 cm2), y superó en el primer ciclo a la de 62,500 plantas (Exp1=4,191, Exp2=4,812 cm2) y en las dos evaluaciones a la densidad de 83,333 (Exp1=4,078, Exp2=4,482 cm2); atribuido a que plantas que crecen a densidades bajas tienen menor competencia por luz, agua y nutrientes formando doseles de planta más vigorosos. Se encontró previamente, en dos años de estudio, que la respuesta de híbridos de maíz a densidades de siembra era distinta, por lo que el AF de plantas individuales decreció al incrementar la densidad de 60,000 plantas (Exp1=4,800, Exp2=5,700 cm2) hasta 75,000 (Ex1=4,400, Ex2=5,500 cm2) y 90,000 plantas ha-1 (Exp1=4,100, Exp2=5,400 cm2)(12). En otra experiencia(30) se cuantificaron en maíz AF totales por planta de 4,570 a 6,638 cm2, información concordante con la del presente trabajo. Por otro lado en nueve genotipos de maíz a 80 mil plantas ha-1 se tuvo áreas foliares de 5,327 a 8,411 cm2(31).
Rendimiento de genotipos. Los principales componentes de rendimiento como: número de elotes por planta, número de hojas por planta, peso de hojas y tallos por planta; además de longitud y diámetro de elote. Junto con número de hileras por elote, número de granos por hilera y número total de granos por elote, presentaron diferencias marcadas entre los diferentes genotipos en estudio (Cuadro 2). Variabilidad atribuible a la selección que se ha practicado en estos genotipos por productores y mejoradores, en relación con los caracteres descritos. Dichas diferencias son más evidentes; ya que de acuerdo con el Cuadro 4, el genotipo criollo superó en los dos ciclos de evaluación al resto de las variedades, muy por arriba de los rendimientos registrados para dichas variables en el testigo VS-536 y el resto de híbridos y variedades evaluadas. No obstante, nótese que el H-564C superó al criollo en algunas variables en el segundo ensayo (Cuadro 4), debido a que se formó para rendimiento de grano, y al ser precoz evitó pérdidas de agua en esa segunda experiencia donde la sequía afectó a genotipos tardíos como el criollo.
Las variables peso de hojas (PEH) y tallos por planta (PET) fueron muy similares entre ensayos, con una relación cercana de 1:1, representando cada componente un 25 % del peso total de la planta; siendo superados por el peso del elote con totomoxtle o brácteas que tuvo un valor del 45 % en relación con el peso total de la planta (Cuadro 2), información muy similar a la obtenida para maíces del norte de México en los cuales se registró un promedio de 53.2 % de mazorca(32). Lo anterior se entiende porque en el presente trabajo los materiales utilizados en su mayoría se seleccionaron por rendimiento de grano y no por producción de forraje. Ya que plantas de híbridos precoces tienen mayor producción de mazorca y proporción de grano(33). En un estudio donde se utilizó un maíz criollo se estimó un contenido mayor de materia verde en tallos (38,821 kg ha-1), seguido de hojas (15,886 kg ha-1) y mazorca (3,709 kg ha-1), indicando que la producción total de materia verde (kg ha-1) fue superior a altas densidades de siembra (48,000 plantas ha-1) que a bajas densidades (20,000 a 28,000 plantas ha-1)(34). En contraste, en maíces forrajeros establecidos a 160 mil plantas ha-1, las hojas representaron un 25 % de la producción total por planta, los tallos aportaron un 37 % y la proporción de mazorca fue de 38 % en relación con el rendimiento(35), valores que están en sintonía con los estimados en el presente trabajo. En este tenor, se ha asegurado que el peso del elote con totomoxtle y el peso de los tallos con espigas, son los que más contribuyen al rendimiento de forraje verde(36).
El número de elotes por planta fue de 1.0 en promedio en los dos ensayos (Cuadro 2), siendo diferente entre genotipos (Cuadro 4). Al respecto hay reportes que sugieren que aquellos materiales que presenten mayor número de mazorcas por planta, suministran mayor energía si son utilizados en alimentación animal(37). En el presente trabajo el H-564C fue uno de los genotipos más prolíficos produciendo 1.1 mazorcas por planta, resultado similar al obtenido en otro ensayo donde se encontró un valor de 1.06 a 1.31 mazorcas por planta(36); aunque otro autor contabilizó entre 0.25 y 1.0 mazorcas por planta, sosteniendo que en maíz pueden obtenerse hasta 1.7 mazorcas por planta(37).
La longitud promedio de elote (Exp1= 15.7 cm, Exp2= 16.2 cm) fue mayor que su diámetro (Exp1= 13.6 cm, Exp2= 12.6 cm; Cuadro 2). Para esta variable se han reportado longitudes de mazorca que variaron entre genotipos de 14.5 cm a 17.1 cm, argumentando que la longitud cambia dependiendo del cultivar utilizado(35). Así, para diferentes maíces evaluados en el estado de Oaxaca, se tuvieron valores promedio en longitud de mazorca de 16 centímetros y un diámetro de mazorca de 5.2 cm(7).
Entre genotipos, para longitud y diámetro de elote, en los dos ensayos sobresalieron el A-7573 (utilizado en la zona para producción de elote), VS-536 y el híbrido H-564C en el segundo experimento (Cuadro 4). En un estudio realizado por otros autores en el híbrido A-7573, en condiciones de riego, se cuantificaron longitudes de elote entre 24 y 31 cm y diámetros de 4.1 a 5.5 cm, con pesos de elote con totomoxtle de 182 a 300 g(38). Dicha información es diferente a la encontrada en este trabajo, ya que los ensayos se condujeron en temporal.
El número de hileras por elote (Exp1= 13.2, Exp2= 13.0), número de granos por hilera (Exp1= 28.2, Exp2= 27.7) y número total de granos por elote (Exp1= 373, Ex2= 361; Cuadro 2) fueron muy parecidos entre ensayos; aunque variaron entre genotipos, sobresaliendo los híbridos HE-1A17, HE-2A15 y H-564C. El criollo sobresalió en peso de espigas (Exp1=9.4 g; Exp2=15.8 g), NGH y NGE, aunque este último genotipo presentó a la cosecha granos menos llenos por ser más tardío que los híbridos, los cuales de manera visual dejaban notar que habían acumulado mayor cantidad de fotosintatos. En trabajos sobre componentes morfológicos de maíz se contabilizó entre 11.5 y 16 hileras por mazorca, con 38 a 49 granos por hilera, aportando un estimado de 435 a 560 granos por elote(39), información distinta a la obtenida en el presente estudio.
En otra determinación se registraron 14.2 a 15.2 hileras por mazorca, 39.5 a 44.2 granos por mazorca y un total de 596 a 640 granos por elote(40). Información contrastante con la reportada en otro trabajo para diferentes genotipos de maíz donde la longitud de mazorca anduvo entre 13.3 y 14.8 cm, el diámetro de mazorca promedió 5 cm y se tuvo un total de 15 a 16 hileras por mazorca(19).
El rendimiento en forraje de los diferentes genotipos fue distinto entre ensayos (Cuadro 2). Considerando la producción de materia verde en el promedio de las tres densidades de siembra en Exp1 el criollo promedió 44.3 t ha-1 de materia verde, superior (P<0.05) en un 26.5 % al testigo VS-536 que acumuló 32.5 t ha-1. De este modo, el rendimiento más bajo en Exp1 se observó en el híbrido A7573 (Cuadro 4), en concordancia con su altura de planta y área foliar que también fueron las más bajas. Aún cuando el maíz criollo no se cosechó en su etapa óptima, por ser tardío, (73 DFM y 79 DFF; Cuadro 4) los rendimientos superaron al resto de las variedades e híbridos, situación muy similar a lo reportado previamente donde al estimarse la producción de forraje en maíz, se encontró que el rendimiento a una misma edad de cosecha fue 30 % mayor en un genotipo criollo en relación con un híbrido, lo que se explica porque el material criollo presentó una altura de planta superior(1). Esto se refuerza al considerar que en producción de materia verde los genotipos más tardíos alcanzan el mayor rendimiento, dada su mayor altura; debido a que los materiales productores de grano no presentan importantes producciones de biomasa(28).
Es de resaltar que en el Exp 1 la humedad del suelo se distribuyó mejor como lo indica el dato de precipitación (Cuadro 3), generando temperaturas más frescas en relación con la segunda evaluación. En el Exp2 el híbrido H-564C, en promedio de tres densidades, superó al criollo (Cuadro 5). Dicha respuesta es atribuible a que en esa segunda experiencia la sequía afectó el desempeño productivo de los genotipos en estudio, pero el H-564C redujo sus días a floración masculina y femenina, en relación con el criollo. El híbrido A7573 junto con la variedad V-556AC presentaron las menores acumulaciones en forraje en el segundo ensayo. En trabajos previos se ha asegurado que en maíz se cultivan diferentes genotipos para forraje, siendo los de mayor rendimiento aquellas variedades regionales de porte alto, ya que los híbridos por su porte pequeño, generalmente producen menos cantidad de forraje por unidad de área(34).
El análisis conjunto de la información indicó que el criollo en promedio de dos ciclos alcanzó 38.7 t ha-1 de forraje, superando (P<0.01) a los híbridos H-564C y H-520, diseñados para mayor rendimiento de grano(6). Por su parte el testigo VS-536 acumuló más forraje que los híbridos H-520, HE-1A17, HE-2A15 y el elotero A7573. Este último junto con la variedad V-556AC tuvieron las menores producciones de materia verde (Cuadro 5). Estos resultados son aceptables, si se considera que algunos genotipos superan el rendimiento estatal de 36.6 t ha-1 de forraje(8), donde la producción es bajo riego; y los ensayos que se presentan fueron en temporal, con una tecnología de producción que trató de igualar lo que tradicionalmente realiza el productor al trabajar sus cultivos de maíz.
El primer ensayo demostró que la densidad de 83,333 plantas ha-1, en promedio de genotipos, fue superior en rendimiento de materia verde (P<0.01), a la de 62,500 plantas ha-1, y ésta a su vez superó a la de 50,000 plantas ha-1. El criollo a 83,333 plantas rindió 57.1 t ha-1 de forraje, más que lo que produjo el H-520 a 62,500 plantas (36.4 t ha-1 de forraje). El testigo VS-536 a 83,333 plantas acumuló 37.0 t ha-1 de forraje (Cuadro 5).
En el segundo ensayo, en promedio de genotipos, la densidad de siembra a 83,333 plantas ha-1 acumuló más forraje que la de 62,500 plantas, siendo esta última superior que la densidad de 50,000 plantas ha-1 (Cuadro 5). El híbrido H-564C a 83,333 plantas produjo 43.8 t ha-1 de forraje, superando al testigo VS-536 (41.3 t ha-1) y al criollo (37.7 t ha-1). Los rendimientos de genotipos fueron intermedios a 62,500 plantas ha-1 y los más bajos se tuvieron a 50,000 plantas ha-1; en esta última densidad el híbrido A7573 y la variedad V-556AC tuvieron los rendimientos más bajos en forraje (Cuadro 5).
Es de resaltar que de acuerdo con la prueba de comparación de promedios (Tukey, P<0.05; Cuadro 4), la gran mayoría de variables cuantificadas fueron superiores en el genotipo criollo. Nótese que el híbrido H-564C, en la segunda evaluación, presentó el mayor diámetro de tallo, número de hojas por arriba del elote, peso de elote con y sin brácteas, longitud y diámetro de elote; además de tener buen rendimiento por planta y por hectárea; el presentar una alta prolificidad traducido en un mayor número de elotes por planta, se explica porque es un material diseñado para mayor rendimiento de grano que otros híbridos tropicales(41), aunque en precocidad fue superado por otros híbridos como el elotero A7573 y el híbrido H-520.
CONCLUSIONES E IMPLICACIONES
Se encontraron diferencias entre genotipos para 19 caracteres de crecimiento y rendimiento, principalmente en altura de planta, floración masculina y femenina, área foliar total por planta, número de elotes por planta, longitud y diámetro de elote, rendimiento por planta y por hectárea. El genotipo criollo en promedio de densidades presentó la mayor altura de planta, área foliar por planta y rendimiento de forraje en el experimento uno. En el segundo ensayo el híbrido H-564C tuvo el mayor diámetro de tallo, número de hojas por arriba del elote, peso de elote con y sin brácteas, longitud y diámetro de elote, rendimiento por planta y por hectárea. Así, el H-564C produjo 43.8 t ha-1 de forraje, superando al testigo VS-536 (41.3 t ha-1). El análisis combinado indicó que el criollo produjo más forraje que los híbridos, y en las dos evaluaciones, la densidad de 83,000 plantas produjo mayor rendimiento. Por densidad el criollo a 83,333 plantas aportó 57.1 t ha-1 de materia verde, por arriba de la mayor producción del testigo VS-536 que en esa densidad produjo 41.3 t.
AGRADECIMIENTOS
Al programa de maíz de INIFAP, Campo Experimental Cotaxtla, Veracruz, México, a través de los investigadores Mauro Sierra Macías y Artemio Palafox Caballero por los genotipos otorgados para realizar el presente estudio.
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