Introducción
La baja eficiencia en la detección de estros que se padece en los hatos lecheros, ha motivado el desarrollo de programas de inseminación artificial sin la necesidad de detectar a las vacas en estro. El primer programa validado con estas características se conoce como Ovsynch y ha servido como base para crear otros esquemas. Este programa comienza con la inyección de GnRH en el diestro temprano (día cero), seguida de la inyección de PGF2α (día siete); posteriormente se administra la segunda dosis de GnRH (día nueve) y se insemina 16 h después. La primera inyección de GnRH induce la ovulación o la luteinización de los folículos ≥ 8 mm de diámetro, lo cual sincroniza la emergencia de la oleada folicular, de tal forma que al momento de inyectar la PGF2α las vacas continúan en diestro y tienen un folículo preovulatorio en el mismo estado de desarrollo; con la segunda inyección de GnRH se induce la ovulación, la cual está sincronizada con la inseminación artificial a tiempo fijo1. La proporción de vacas gestantes del total inseminado [tasa de gestación (TG)] obtenido en este programa es similar al logrado cuando se insemina en el estro observado, ya sea natural o sincronizado con PGF2α 1,2. Sin embargo, la ventaja del programa de Ovsynch consiste en que se inseminan a todas las vacas que entran al programa mientras que con los programas de inseminación a estro observado sólo se inseminan a las vacas que se detectan en estro (entre 40 y 60 % del total elegible)1,3.
No obstante la ordenada concepción fisiológica del programa Ovsynch, los resultados en los hatos lecheros no son los óptimos. Dentro de los factores más importantes que determinan los resultados están: la etapa del ciclo estral en la que se inicia la sincronización de la oleada folicular4, las características del folículo ovulatorio5,6, la ciclicidad de las vacas que se enrolan en el programa7, las concentraciones de progesterona durante el programa8,9, así como factores de manejo, los cuales determinan que no todas las vacas que inician el programa lo terminen correctamente2.
Dentro de las modificaciones que se han hecho al programa básico de Ovsynch para optimizarlo destaca la inclusión de progesterona10-12. La combinación con progesterona ha favorecido la TG hasta en diez puntos porcentuales8, lo cual se relaciona con un mejor ambiente para el desarrollo del folículo ovulatorio13; además, la incorporación de progesterona puede inducir un estro fértil en hembras que están en anestro o en la fase de transición del anestro a la ciclicidad14. Por otra parte, se ha buscado disminuir el periodo de dominancia del folículo ovulatorio mediante el acortamiento del tiempo entre la primera inyección de GnRH y la administración de la PGF2α. Así, se desarrolló un programa en el cual a las vacas se les inserta un dispositivo intravaginal liberador de progesterona durante cinco días. El día de la inserción reciben la primera inyección de GnRH y al momento de retirar el dispositivo se les inyecta PGF2α, la cual se repite 24 h después. La segunda inyección de GnRH se realiza 56 h posterior al retiro del dispositivo y se insemina 16 h después10-12.
De acuerdo con la información mencionada, el programa con progesterona generaría mejores resultados que el programa básico de Ovsynch; sin embargo, no hay suficientes estudios de campo con vacas productoras de leche en los cuales se contrasten dichos programas. Por tanto, el objetivo del presente trabajo fue comparar la TG entre vacas inseminadas mediante el programa Ovsynch común y vacas inseminadas con un programa Ovsynch, en el cual las vacas reciben progesterona durante 5 días y además se reduce de 7 a 5 días el periodo entre la inyección de GnRH y la PGF2α.
Materiales y métodos
Manejo del hato
El estudio se realizó entre los meses de octubre de 2013 y enero de 2014, en un hato lechero ubicado en Aguascalientes, Ags. El clima de la región es semiseco, con una temperatura media anual de 17.4 °C y precipitación media de 526 mm.
El establo cuenta con 3,200 vacas Holstein en producción, se ordeña tres veces al día y la producción media por lactación es de 9,500 kg. Las vacas están en corrales con cubículos de libre acceso y áreas de piso de tierra. Las vacas se alimentan dos veces al día con una ración totalmente mezclada, la cual cumple con los requerimientos recomendados por el NRC15.
Diseño del experimento
Se utilizaron 275 vacas de diferente número de partos, de condición corporal mayor de 2 (escala de 1 a 5). Todas las vacas fueron presincronizadas con dos inyecciones i.m. de PGF2α (Enzaprost®, Ceva Salud Animal, México) con intervalo de 14 días a partir de los 32 ± 3 días posparto (DPP); doce días después de la segunda inyección de PGF2α (58 ± 3 DPP), se asignaron de forma aleatoria a los siguientes tratamientos: 1) Ovsynch (n=144) recibieron una inyección i.m. de GnRH (Cevarelin®, Ceva Salud Animal, México) a las 0800; siete días después las vacas recibieron una inyección i.m. de PGF2α(Enzaprost®) (65 ± 3 DPP; 0800); 56 h más tarde recibieron una segunda inyección i.m. de GnRH (67 ± 3 DPP; 1600) y se inseminaron a tiempo fijo 16 h después (68 ± 3 DPP; 0800). 2) Grupo PRID5d (n=131) recibieron una inyección i.m. de GnRH (Cevarelin®) a las 0800 y un dispositivo intravaginal liberador de progesterona (PRID Delta®, Ceva Salud Animal, México), el cual permaneció in situ durante cinco días; al momento de retirar el dispositivo (63 ± 3 DPP; 0800) se aplicó una inyección i.m. de PGF2α y 24 h después se administró una segunda inyección i.m. de PGF2α; 56 h después de retirar el dispositivo se aplicó la segunda dosis de GnRH (65 ± 3 DPP 1600) y se inseminó a tiempo fijo 16 h después (66 ± 3 DPP; 0800). Después de la segunda inyección de PGF2α durante la presincronización, a todas las vacas se les colocó un parche para la detección de la monta y se determinó la proporción de vacas que mostraron estro. El diagnóstico de gestación se realizó por palpación rectal entre 45 y 50 días posinseminación.
En la Figura 1 se muestran de manera esquemática los dos tratamientos. Cabe señalar que en el presente estudio se compararon dos protocolos diferentes de inseminación a tiempo fijo: el grupo PRID5d es distinto al grupo Ovsynch porque el primero incluye cinco días de progesterona y la reducción de dos días del periodo entre la inyección de GnRH y la PGF2α (de 7 a 5 días). Esta aclaración es pertinente, ya que de haber diferencia entre los grupos, no se podría establecer si obedece a la inclusión de progesterona o a la modificación del intervalo entre la inyección de GnRH y la PGF2α.
Análisis estadístico
Se comparó la TG mediante un análisis de regresión logística con el programa JMP16. Las variables independientes fueron: tratamiento (Ovsynch vs PRID5d), producción láctea (≤40 vs >40 kg), técnico inseminador (1 vs 2), tipo de puerperio [normal vs anormal (retención de placenta, metritis o endometritis)], número de partos previos (primíparas vs multíparas) y respuesta estral después de la segunda inyección de PGF2α de la presincronización (si vs no).
Resultados
La TG fue similar entre los tratamientos (27 vs 21 %; Ovsynch y PRID5d, respectivamente). No se observó efecto de la producción de leche, del número de partos, del técnico inseminador, ni del tipo de puerperio sobre el porcentaje de concepción (Cuadro 1); asimismo, no se encontró un efecto de la interacción de estas variables con el tratamiento en la TG (P>0.1). La proporción de vacas que mostraron estro después de la inyección de PGF2α previa al inicio de la sincronización de la ovulación (primera inyección de GnRH) fue similar entre los tratamientos [77 % (111/144) vs 78 % (102/131); Ovsynch y PRID5d, respectivamente]. La presentación del estro previo a la primera inyección de GnRH no afectó la TG y no hubo interacción de esta variable con el tratamiento (P>0.1). La TG fue similar entre las vacas que no mostraron estro [Ovsynch (12.1 %; 4/33) vs PRID5d (20.7 %; 6/29). P=0.36].
Discusión
En el presente estudio se esperaba que la inclusión de progesterona en el grupo PRID5d mejorara la TG; sin embargo, ésta fue similar al obtenido con el programa básico de Ovsynch. La TG global lograda en ambos tratamientos es igual a la obtenida en programas de sincronización similares17 y coincide, también, con la obtenida en la inseminación a estro observado18,19.
Se preveía que las vacas en el protocolo de PRID5d tuvieran mayor TG que las vacas que no recibieron progesterona, ya que la evidencia experimental así lo indicaba8. En diversos estudios, la administración de progesterona durante la sincronización de la oleada folicular y la maduración del folículo ovulatorio ha mejorado la TG10,20,21. Asimismo, las vacas que están ciclando y que tienen un cuerpo lúteo al momento de la primera inyección de GnRH tienen mayor TG que aquellas vacas que están en anestro7,22. No obstante, en el presente estudio las vacas que recibieron progesterona no mostraron mayor TG. La causa de este resultado se desconoce; sin embargo, en los siguientes párrafos se exponen algunas posibilidades.
El tiempo de dominancia del folículo ovulatorio en los programas de Ovsynch influye en la TG. La ovulación de folículos muy pequeños, es decir folículos que alcanzan la dominancia muy cerca del momento de la inducción de la regresión lútea, pueden generar concentraciones bajas de estradiol e incremento de la regresión prematura del cuerpo lúteo del ciclo estral subsiguiente (fases lúteas cortas) y pérdida de gestaciones23-25. Por el contrario, la ovulación de folículos con periodos largos de dominancia (folículos demasiado grandes) también afectan la TG, posiblemente debido a que los ovocitos liberados tienen menor competencia para desarrollar embriones viables26-28. En protocolos de inseminación a tiempo fijo en ganado de carne10,25,29, la reducción del periodo de dominancia del folículo ovulatorio mediante la disminución de dos días entre la primera inyección de GnRH y la administración de PGF2α (7 vs 5 días) conjuntamente con el alargamiento del proestro ha resultado en mejor TG. La ausencia de mejoramiento de la TG observada en el presente trabajo probablemente radica en que el periodo entre la PGF2α y la inducción de la ovulación con la segunda inyección de GnRH fue de 56 h mientras que en los estudios citados fue de 72 h. Esta diferencia temporal pudo haber influido en las características del folículo ovulatorio, dando como consecuencia la ovulación de un folículo de menor tamaño, lo cual se asocia con reducción de la TG25,30.
Por otra parte, una desventaja de la reducción del periodo entre la primera inyección de GnRH y la administración de PGF2α (5 días) es que el cuerpo lúteo formado después de la ovulación inducida con la GnRH sea resistente al efecto de la PGF2α 11,12,31. Aún en el programa básico de Ovsynch en el cual transcurren 7 días entre la GnRH y la PGF2α, se ha observado falla en la luteólisis en un rango del 5 al 30 % (luteólisis incompleta)6,32, lo que ocasiona que las vacas presenten concentraciones suprabasales de progesterona al momento de la inseminación. Así, concentraciones de progesterona mayores de 0.3 a 0.5 ng/ml al momento de la inseminación están relacionadas con bajas tasas de gestación32. Se han evaluado tratamientos con dos inyecciones de PGF2α con diferencia de 8 h o una sola inyección con una dosis doble de PGF2α en vacas con un cuerpo lúteo (de la edad equivalente a las vacas del presente estudio), y en ambos casos la luteólisis ha sido incompleta31. Aunque en el presente trabajo las vacas del grupo PRID5d recibieron dos inyecciones de PGF2α con 24 h de diferencia, no se debe descartar que una falla en la luteólisis haya impedido en las vacas de este grupo mostraran un incremento de la TG.
Es posible, también, que la ausencia de un efecto positivo en las vacas que recibieron progesterona se deba a que la complementación con esta hormona favorece la ciclicidad y la TG, especialmente en vacas que aún no han iniciado su actividad ovárica posparto2,33. En el presente trabajo, la proporción de vacas que mostraron estro después de la inyección de PGF2α previa a la sincronización de la ovulación fue similar entre los grupos (77 vs 78 %; Ovsynch y PRID5d, respectivamente), lo cual indica que una alta proporción de ellas estaba ciclando y tendrían, hipotéticamente, un cuerpo lúteo al inicio del programa Ovsynch. En estas condiciones, el efecto esperado por la adición de progesterona en el protocolo de sincronización pudo ser intrascendente. Cabe señalar que en los programas de inseminación a tiempo fijo en vacas anéstricas de razas productoras de carne, la inclusión de progesterona mejora la TG tanto en vacas Bos taurus10 como en Bos indicus34.
La TG en ambos tratamientos es consistente con la obtenida en programas de sincronización similares17,33 o cuando las vacas se inseminan después de la observación del estro18,19. No obstante, la proporción de vacas gestantes del total elegible para inseminarse (tasa de preñez) fue del doble en los programas evaluados en comparación con la obtenida en vacas contemporáneas inseminadas cuando se detectaron en estro (espontáneo o inducido con PGF2α). En el presente estudio, 40 % de las vacas contemporáneas elegibles para inseminarse se detectaron en estro y se sirvieron, mientras que en los protocolos evaluados se inseminó el 100 % de las vacas. Con estos datos, la tasa de preñez en los grupos experimentales fue de 24 % mientras que en las vacas contemporáneas fue de 12 % (se consideró en esta estimación 30 % de TG y 40 % de eficiencia en la detección de estros). Cabe mencionar que la tasa de preñez en México fluctúa de 12 a 15 % y es similar a la observada en Estados Unidos2,3. Esta diferencia en la tasa de preñez podría justificar económicamente los programas de inseminación a tiempo fijo. En un estudio hecho en México en 201135, se estimó mediante la metodología Montecarlo36 la consecuencia económica de los cambios en la tasa de preñez y se encontró que por cada punto porcentual que se incremente en el rango de 15 a 20 %, se genera un ingreso adicional de $748.00 por vaca al año.
Por otra parte, algo que conviene resaltar del presente estudio es que la producción de leche no afectó la TG. Si bien en los últimos 30 años se ha observado una asociación entre el incremento de la producción de leche y la disminución de la TG37, no necesariamente las vacas que producen más leche son menos fértiles. López Gatius et al38 encontraron que las vacas que produjeron más leche (>50 kg) en el día 50 posparto fueron más fértiles. Aunque en el presente estudio no se encontró un resultado similar al citado38, tampoco se observó una disminución de la TG en las vacas que produjeron más de 40 kg de leche en comparación con las vacas que produjeron menos 40 kg.
En el presente trabajo, las vacas primíparas tuvieron una TG similar a las multíparas (31 vs 20 %, respectivamente, P=021), lo cual contrasta con lo observado en otros estudios19,38, probablemente por el escaso número de observaciones.
El tipo de puerperio no afectó la TG, lo cual es diferente a lo encontrado en otros estudios, en los cuales las vacas que tuvieron alguna patología uterina posparto fueron menos fértiles en el primer servicio que las vacas que tuvieron un puerperio normal3. La causa de este resultado se desconoce, pero se puede especular que está relacionada con el manejo clínico de las vacas con puerperio anormal, ya que además de recibir los tratamientos farmacológicos respectivos, se sometieron a la inyección sistemática de PGF2α cada 14 días a partir del día 32 posparto (presincronización). Así, la luteólisis y la presentación del estro favorecieron la eliminación de las infecciones uterinas y evitaron su efecto negativo en la TG del primer servicio39.