Introducción
En el trópico mexicano, el sistema de producción bovino a base de pastoreo extensivo es el más utilizado debido a que es la forma más económica de alimentarlo; sin embargo, la degradación de las pasturas es la principal amenaza para la sostenibilidad del sistema. Esto se debe principalmente a factores de manejo entre los que se mencionan: las quemas para estimular el crecimiento de los pastos, el uso de agroquímicos, el manejo inadecuado del pastoreo (intensidad e intervalo de pastoreo y capacidad de carga animal de los potreros), que en consecuencia, reducen la productividad y rentabilidad de estos sistemas, debido al incremento en la adquisición de insumos externos para la manutención de los animales. Lo anterior ocasiona la expansión de la frontera ganadera, que implica la desforestación de bosques y disminución de los servicios ambientales de estos ecosistemas que contribuyen al calentamiento global que actualmente padece el planeta1.
Una alternativa para una ganadería sustentable, son los sistemas silvopastoriles (SSP), que se basan en la interacción de plantas leñosas perennes (árboles o arbustos), leguminosas herbáceas y pastos, en diferentes arreglos y estratos para la alimentación del ganado bovino2. En Latinoamérica, los SSP se han trabajado desde hace más de dos décadas, con resultados positivos para el productor y el medio ambiente, como: el aumento en la producción de carne y leche, disminución de la ocupación de insumos externos, una carga animal por hectárea más alta, reforestación, mitigación de gases de efecto invernadero, disminución de la erosión en el suelo, conservación de fuentes de agua y la restauración de flora y fauna1,3; sin embargo, el bajo capital para el establecimiento y la escasez de asistencia técnica y conocimientos, se consideran las principales barreras que limitan la adopción de estos sistemas4. Entre los proyectos con mayor impacto y éxito para la establecimiento de los SSP, se encuentra el de Enfoques Silvopastoriles Integrados para el Manejo de Ecosistemas (2002-2007) realizado en Costa Rica, Colombia y Nicaragua y actualmente el Proyecto de Ganadería Colombiana Sostenible (2010-2017); estos proyectos se basan principalmente en ofrecer asistencia técnica y un incentivo de pago por servicios ambientales (PSA) que en colaboración con instituciones de investigación y gubernamentales han potencializado la adopción de los SSP5.
En México, la Red de Sistemas Silvopastoriles Intensivos (SSPi) liderada por el Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria (CIPAV), de Colombia y la Fundación Produce A. C. del estado de Michoacán, en conjunto con instituciones académicas nacionales y la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) lograron establecer cerca de 10 mil hectáreas de SSPi en 15 estados de la república en menos de cuatro años, mediante el ofrecimiento de semillas, asistencia técnica y un incentivo económico6. En Chiapas, se ofrecen programas de apoyo a la ganadería por parte de la SAGARPA (Programa de estímulos a la productividad ganadera, PROGAN 2003) y la Secretaría del Campo (SECAM) a través del modelo Grupo Ganadero para la Validación y Transferencia de Tecnología (GGAVATT). Recientemente (2005), el Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) en conjunto con las instituciones anteriores, han intervenido con talleres, cursos para productores y asesores GGAVATT, congresos y proyectos de investigación en el noreste del estado, destacando el potencial para el desarrollo de los SSP en esta área7,8; sin embargo, a pesar de estos esfuerzos y los estudios realizados sobre aspectos tecnológicos, económicos y ambientales de los SSP, aparentemente existe poca adopción de estos sistemas, por lo que el objetivo del estudio fue conocer la influencia de los apoyos de instituciones gubernamentales y académicas, socioculturales y personales, sobre la decisión de los productores para optar o no por SSP, desde su propia perspectiva.
Material y métodos
El estudio se realizó de septiembre 2012 a noviembre de 2013, en el municipio de Mezcalapa que se sitúa en la región “III Mezcalapa” del estado de Chiapas. A 17º 08" N y 93º 18" O, a 320 msnm. El clima es Af (m) (cálido húmedo con abundantes lluvias en verano), temperatura media anual de 24 a 26 °C y precipitación media anual de 1,932 mm.
Para efectuar el estudio, se formalizó un convenio con la Sociedad de Producción Rural Grupo Malpaso, integrada por 103 productores con unidades ganaderas (UGs) especializadas en la producción de leche. Los productores participantes contaban con SSP tradicionales (dejan crecer árboles dentro de sus praderas para leña y sombra, tienen cercos vivos para delimitar sus potreros o los límites de sus ranchos, pero no los utilizan para la alimentación animal), y con SSP tecnificados (donde además de las actividades tradicionales habían establecido árboles forrajeros dispersos en sus praderas, SSPi y bancos de proteína).
A partir de los resultados de un estudio alternativo en el que se condujeron tres talleres participativos con integrantes de esta SPR, se construyó un cuestionario semi-estructurado que incluyó una sección de datos sociodemográficos y se diseñó considerando los siguientes factores: apoyos gubernamentales, apoyos de instituciones académicas, sociocultural y personal, de acuerdo con la metodología de Morgan9. Previa calibración y ajuste, se aplicó a 23 productores (22.3 % de la población) en sus predios, para efectuar observaciones directas y cotejar la información.
El cuestionario contempló 39 indicadores a) cinco sociodemográficos: sexo, edad, escolaridad, religión y estado civil; b) seis para apoyos gubernamentales: experiencias con la SAGARPA y la SECAM, apoyos para mejorar el medio ambiente, opinión sobre el programa GGAVATT, gestión administrativa para la obtención de recursos y utilidad de estos; c) cinco para apoyos de instituciones académicas: asesoría, apoyo económico, impartición de cursos, experimentación y presencia en sus ranchos; d) nueve para el sociocultural: concepciones grupales, ganancias anuales e ingresos adicionales a la ganadería, nivel de intermediarismo y conducta de generaciones jóvenes hacia al campo; e) siete para el personal: grado de conocimiento de los SSP, frecuencia de introducción de árboles, certificado como productor orgánico, y opinión sobre los insumos agropecuarios.
Los datos se capturaron en Excel para el análisis por conglomerados de k- medias, mediante el paquete estadístico SPSS Ver. 20, con el que las unidades ganaderas se agruparon, conforme a un índice de desarrollo de los sistemas silvopastoriles (IDESSP), que se derivó de los indicadores siguientes: superficie de pastizales con árboles dispersos y cercos vivos, número total de vacas existentes, superficie de SSP tecnificados, metros lineales de cercos vivos y superficie total del rancho. Las diferencias entre los niveles del IDESSP, de los indicadores, se determinaron mediante análisis de varianza de una sola vía y la prueba de comparación de medias de Tukey (P<0.05), y el análisis de X2 para los no paramétricos (SPSS ver. 20).
Resultados y discusión
Resultaron tres conglomerados que consistieron en tres niveles del IDESSP: alto, medio y bajo, que agruparon a 4, 9 y 10 productores respectivamente, con UGs cuya superficie fue de 10 a 109 ha. No hubo diferencia entre los niveles del IDESSP para el indicador pastizales con árboles dispersos por vaca/ha (P>0.05). Sin embargo, las diferencias entre estos fueron significativas (P<0.05) para la superficie con SSP tecnificados y metros lineales de cerco vivo por hectárea (Cuadro 1).
In parenthesis is the standard error. n= population.
abc Values with different letters in the same row are different (P<0.05).
Datos sociodemográficos
La mayoría de los productores con UGs de alto, medio y bajo IDESSP eran del sexo masculino, estaban casados y tenían una edad promedio de 58.5, 60.7 y 58.2 años, respectivamente (Cuadro 2), esto indica que algunos de ellos, ya son o están próximos a ser adultos mayores, que en parte, explica la poca adopción de SSP, como reportó Salas et al10 en el norte de México, donde productores de edad avanzada fueron los que menos adoptaron nuevas tecnologías. El 75 % de los productores con UGs de alto IDESSP eran católicos, mientras que 55.6 y 60 % de ellos con medio y bajo IDESSP respectivamente, eran adventistas (no laboran los sábados). Es importante mencionar que el 50, 55.6 y 60 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, alcanzaron sólo estudios de primaria; al respecto, en un estudio realizado por Marín et al11 señalaron que la baja escolaridad es un indicador de pobreza que obstaculiza la adopción de los SSP. En los resultados de los factores, siete indicadores no fueron incluidos en los cuadros porque fueron contundentes y se aludieron directamente integrándolos a la discusión.
Factor apoyos gubernamentales
Los resultados indicaron que el 75 % de los productores con UGs de alto IDESSP señalaron que su experiencia con la SAGARPA fue regular, mientras que fue buena para el 55.6 y 50 % de los productores con medio y bajo IDESSP; esto se atribuye principalmente al apoyo del PROGAN (Cuadro 3). De igual forma, el 50, 66.7 y 60 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, indicaron haber tenido buena experiencia con la SECAM, posiblemente debido a la asistencia técnica que otorgó desde hace cinco años al 50, 70 y 77.8 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, a través del programa GGAVATT, orientado a la certificación en la producción de leche orgánica. Es posible que por lo anterior, el 50, 55.6 y 50 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, opinaran que el funcionamiento del programa GGAVATT ha sido bueno aunque temporal y suficiente para certificar a la mayoría de los productores que recibieron asesoría. Esto coincide con un estudio realizado en Colombia, donde la capacitación a productores influyó positivamente en la adopción de nuevas tecnologías12 , por lo que, enfocar las asesorías del GGAVATT al establecimiento de los SSP, incrementaría la adopción y desarrollo de estos sistemas en la región, sobre todo, porque el 50, 44.4 y 80 % de los productores en los niveles alto, medio y bajo del IDESSP refirieron que no es frecuente recibir apoyos de programas para mejorar el medio ambiente, lo cual también los limita, debido a la escasez de políticas públicas que promuevan la conservación del medio ambiente, a través del establecimiento de SSP. Esto coincide con Casasola et al13 quienes en Costa Rica, destacaron que es de vital importancia la eficiencia de políticas públicas con apoyo de incentivos económicos (pagos por servicios ambientales) y de asistencia técnica para potencializar la adopción de los SSP. Por otra parte, salvo en el nivel medio del IDESSP, la mayoría de los productores en los dos niveles restantes, calificó de regular utilidad a útiles, los apoyos económicos de programas gubernamentales; respecto a lo accesible, adecuado y efectivo de la gestión administrativa para la obtención de dichos recursos, el 50 % de los productores con alto IDESSP señaló que son poco accesibles y que deberían autorizarse trámites individuales no sólo colectivos, en tanto que, fueron accesibles y regularmente accesibles para los productores con niveles medio (44.4 %) y bajo del IDESSP (40 %) . La gestión administrativa fue poco adecuada y efectiva para el 50 % de los productores con alto IDESSP, mientras que fue muy adecuada y efectiva para los de nivel medio (44 %) y regularmente adecuada y efectiva para los de nivel bajo del IDESSP (50 %), lo que resultó bastante polémico. Adicionalmente, señalaron que el 100 % de los productores de los tres niveles del IDESSP no cuentan con seguro médico por las actividades pecuarias que realizan.
Factor apoyos de instituciones académicas
A este respecto, el 100, 70 y 55.6 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, han recibido apoyo por parte del ECOSUR; el 75 % de los productores con alto IDESSP señalaron que los investigadores del ECOSUR utilizan sus ranchos para desarrollar trabajos de investigación, mientras que sólo con el 33.3 y 10 % de los productores con medio y bajo IDESSP han desarrollado dicha actividad (Cuadro 4). El 100 y 75 % de los productores con alto IDESSP han recibido apoyo de asesorías y de tipo económico respectivamente, mientras que, el 33.3 y 50 % de los productores con medio y bajo IDESSP sólo han recibido cursos (Figura 1). Adicionalmente, el 50 % de los productores con alto IDESSP refirieron que fue regular la presencia del ECOSUR en sus ranchos, en tanto que, no existió presencia de esta institución en los ranchos del 66.6 y 70 % de los productores con medio y bajo IDESSP. Respecto a la intervención de la UNACH, el 100, 77.8 y 70 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, han recibido apoyo por parte de esta institución; el 75 % de los productores con alto IDESSP indicaron que la UNACH utiliza sus ranchos para investigación, mientras que, el 66.6 y 90 % de los productores con medio y bajo IDESSP señalaron que no han utilizado sus ranchos (Cuadro 4). El 75 % de los productores con alto IDESSP han recibido apoyo en asesorías, en cambio, el 55.6 y 50 % de los productores con medio y bajo IDESSP, sólo han recibido cursos (Figura 1); de igual forma, el 50 % de los productores con alto IDESSP señalaron que es mucha la presencia de la UNACH en sus ranchos y como ocurrió con la institución anterior, el 55.6 y 70 % de los productores con medio y bajo IDESSP señalaron que no existió presencia de la UNACH en sus UGs. De acuerdo a los resultados anteriores, se puede notar que los productores con alto IDESSP han tenido mayor intervención por parte de las instituciones académicas y han recibido mayor apoyo en cuanto a asesorías, apoyos económicos y presencia en sus ranchos, lo que justifica que tengan un mejor desarrollo de SSP. Este resultado coincide con los estudios realizados en Costa Rica y Colombia donde consideran que el apoyo en asistencia técnica, más el de incentivos económicos facilita la adopción de los SSP14,15, así también, se menciona que la intervención de instituciones académicas es vital para la adopción de estos sistemas16.
Factor sociocultural
El 100 % de los productores con alto IDESSP tienen otro ingreso económico además de la ganadería, mientras que el 77.8 y 60 % de los productores con bajo y medio IDESSP respectivamente, tienen como única fuente de ingreso a la ganadería (Figura 2), lo cual indica que estos últimos tienen menos oportunidad de innovar, debido a limitaciones económicas, como reportaron Aldy et al17, cuando revelaron que los productores no cambian de un sistema tradicional, más seguro y experimentado, a una nueva tecnología que pudiera estar asociada a riesgos económicos. En promedio, el 93 % de los productores de los tres IDESSP coincidieron en que existe un alto intermediarismo o coyotaje en la venta de los animales, lo que reduce el ingreso por animal y dificulta indirectamente la adopción y desarrollo de alguna modalidad silvopastoril. En un estudio realizado en esta misma región, la ruta de comercialización de los animales vendidos pasan por tres intermediarios, en donde la diferencia entre el precio inicial de venta, por parte del productor, y el precio final de venta por parte de los detallistas, es de 157 %, lo que es un margen de comercialización elevado que no beneficia al productor; por tanto, es necesaria una política pública permanente dirigida a resolver los problemas de la cadena productiva, que conduzca a evitar dicho intermediarismo prevaleciente desde la venta del animal en pie, hasta la carne en diferentes cortes, lo que revertiría en una justa y mayor ganancia económica para los productores18.
Respecto a sus concepciones grupales ante la ganadería, el 50 y 44.4 % de los productores con alto y medio IDESSP, se manifestaron totalmente en desacuerdo con que los nuevos sistemas de producción ganadera son una moda, no así, el 50 % de los productores con bajo IDESSP quienes estuvieron de acuerdo (Cuadro 5). El 50, 77.8 y 60 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, estuvieron totalmente de acuerdo en que la ganadería con base únicamente a pastos afecta la biodiversidad. Así también, la mayoría de los productores en los tres IDESSP estuvieron en desacuerdo y totalmente en desacuerdo con que los árboles afectan el crecimiento de los pastos (Cuadro 5). Al respecto, en Latinoamérica se ha reportado en diferentes estudios la creencia de los productores de que el pasto no crece debajo de los árboles, y es uno de los factores que limita la adopción de los SSP19,20, lo cual, no es un obstáculo para la mayoría de los productores según este estudio.
En los tres niveles del IDESSP, los productores están de acuerdo y totalmente de acuerdo en que las generaciones más jóvenes no tienen interés en el campo; esto puede generar decisiones como la venta del rancho o cambiar a otros sistemas de producción que conlleven menos esfuerzos y costos (esto afloró en los talleres participativos previos a este estudio, próximos a publicarse), continuando así los daños ambientales, como la deforestación, la degradación de pastizales y erosión del suelo entre otros, por lo que, se considera necesaria una política pública para motivar la permanencia o regreso de ellos al campo, una vez concluidos sus estudios.
La mayoría de los productores en los tres niveles del IDESSP, están totalmente de acuerdo con que los productores deben experimentar diferentes alternativas para mejorar la producción del rancho, lo cual se dificulta sin el apoyo de los jóvenes. Por otro lado, el 75, 55.6 y 70 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP consideraron que los ingresos económicos anuales de sus UGs son regulares y están siendo afectados por el alto intermediarismo ya mencionado, el bajo precio que les pagan por litro de leche ($ 4.20) y la penalización del 50 % ($ 2.00) de su precio si llegan a detectar algún grado de contaminación.
Factor personal
En relación a las horas que el productor dedica a las actividades del rancho, el 50, 66.7 y 50 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, señalaron que trabajan entre 5 a 10 h diarias. El grado de conocimiento sobre los SSP que indicaron tener fue regular, para el 75, 77.8 y 60 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente (Cuadro 6), esto indica que en los tres niveles los productores tienen un conocimiento limitado, lo cual frena el proceso de adopción y el desarrollo de estos sistemas, lo cual coincide con Calle et al5 quienes reportaron que en Latinoamérica la falta de conocimiento, es una de las principales barreras para la adopción de los SSP. Sin embargo, existen diferencias importantes, como puede entreverse por la frecuencia en que los productores introducen árboles forrajeros en las UGs, dado que el 75 % de ellos con alto IDESSP los introducen con frecuencia, en tanto que el 44.4 % y 70 % con medio y bajo IDESSP lo hacen de forma poco frecuente y regular. A pesar de lo anterior, los productores han tomado conciencia sobre los daños ocasionados al medio ambiente por la practicas ganaderas que efectuaron anteriormente, a consecuencia de la intervención del ECOSUR y la UNACH desde hace ocho años, mediante un proyecto para la certificación en la producción de leche orgánica, entre otros, lo cual explica que el 100, 66.7 y 70 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, resultaran con dicha certificación.
Actualmente, dentro de las razones por las que llevan a cabo su sistema de producción, el 75, 33.3 y 30 % de los productores con alto, medio y bajo IDESPP respectivamente, señalaron la conservación del medio ambiente, aunque productores de los dos últimos niveles indicaron en un 22.2 y 10 % que su razón es que siempre se ha trabajado así, y destaca que los porcentajes relacionados con el bienestar animal sean descendentes a partir del nivel más alto del IDESSP (Cuadro 6). Los datos muestran que los productores con alto IDESSP son los más concientizados sobre la conservación del medio ambiente, lo que favorece directamente el desarrollo de los SSP en sus UGs. Adicionalmente, el 100, 55.6 y 90 % de los productores con alto, medio y bajo IDESSP respectivamente, señalaron que es necesario realizar acciones para mejorar el medio ambiente.
La percepción que tuvieron los productores sobre los productos de empresas agropecuarias (medicamentos, alimentos comerciales, agroquímicos, etc.) fue que son poco accesibles económicamente para los de nivel alto (75 %) y medio (55.6 %) y regularmente accesibles (50 %) para los de nivel bajo del IDESSP, en tanto que la mayoría de los tres niveles coincidieron en que son adecuados y efectivos, lo cual indica que los productores, confían en estos productos para resolver los problemas que se presentan en sus UGs a pesar de su costo. En suma, el 50 % de los productores con alto IDESSP mencionaron que el apoyo más importante que necesitan para introducir mejoras en su rancho es el económico, mientras que para los productores con nivel medio (66.7 %) y bajo (40 %) del IDESSP, es en infraestructura.
Conclusiones e implicaciones
La edad, escolaridad e ingreso extra de los productores determinan la adopción de los sistemas silvopastoriles. La falta de ingresos adicionales, los problemas de comercialización como el bajo precio de la leche y la venta de los animales a través de intermediarios (coyotaje), los desmotiva y afecta al 68.9 % de ellos, puesto que apenas satisfacen sus necesidades básicas, a excepción de los que tienen otra fuente de ingresos y tienen claro que esta situación origina que las generaciones jóvenes no tengan interés ni apego al campo. En los tres niveles del IDESSP los productores tuvieron un conocimiento regular sobre los SSP, y señalaron necesitar mayor asesoría técnica de instituciones gubernamentales, académicas y de investigación, así como otras estrategias de intervención para conocer y adoptar la tecnología de esta modalidad agroforestal y sus beneficios; así como, mejores políticas públicas, que contemplen el pago de servicios ambientales, procedimientos más accesibles para lograr apoyos económicos y no sólo como grupo, sino también de manera individual, servicios médicos, becas para el estudio de sus hijos, entre otros, que incentiven a esta población primaria. El índice de desarrollo de SSP generado es una herramienta que permitirá dar seguimiento a las unidades ganaderas en esta zona.