Introducción
Los bosques, además de ser fuente de productos maderables y servicios ambientales, generan recursos que son recolectados para uso artesanal, doméstico, industrial, y medicinal (Gutiérrez, 1989), que tienen gran valor social y cultural para las comunidades rurales (Campos, 1998; Conforte, 2000). A la parte no maderable del bosque, referida a los materiales biológicos de la naturaleza excepto madera (Semarnat, 2003; Zorondo, 2007), se le conoce con diversos términos, entre ellos Productos Forestales Alternativos, Recursos Biológicos Forestales, Bienes y Servicios No Madereros, Productos Silvestres, Productos Naturales y Recursos Forestales No Maderables (RFNM) (Chandrasekharan, 1995; FAO, 1999; Wunder y Angelsen, 2003). Estos se recolectan desde tiempos ancestrales por las comunidades rurales y contribuyen significativamente a su bienestar y estilo de vida (Chandrasekharan et al., 1996; Ulujobi, 2012).
A nivel mundial, se estima que varios miles de especies se obtienen de la naturaleza para una variedad de propósitos (Myers, 1988), en particular para la subsistencia de los pobladores rurales y, en menor medida, para su aprovechamiento comercial. Por lo general, permanecen en el sector informal debido a que su venta no se registra de forma constante y rigurosa (FAO, 1995).
En México, las familias campesinas combinan la agricultura, la ganadería, pequeños oficios y la migración con la recolecta de RFNM, para obtener ingresos, aunque reducidos, sí contribuyen a la dieta diaria (Pulido et al., 2010). En el estado de Oaxaca, por su diversidad en ecosistemas, existe una gran tradición etnobotánica que incluye el conocimiento, el uso y el manejo de una gran cantidad de especies vegetales, mediante complejas formas de interacción entre las comunidades locales y su entorno.
Se estima que en la entidad hay 2 800 especies útiles de plantas vasculares; aunque su documentación es limitada, a pesar de la riqueza de usos de la flora local y de las diferentes formas de interacción entre las poblaciones humanas y las plantas (Caballero et al., 2004).
Con la finalidad de registrar los RFNM, específicamente plantas silvestres, en dos comunidades zapotecas de la Sierra Juárez de Oaxaca se generó un listado de especies útiles, se investigaron sus nombres vernáculos en zapoteco, que forman parte del conocimiento tradicional y se hizo su determinación taxonómica.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El trabajo se realizó en Capulálpam de Méndez (Capulálpam) y Santa María Jaltianguis (Jaltianguis), poblaciones zapotecas regidas por el sistema de usos y costumbres con reconocimiento oficial. Capulálpam posee una superficie de 3 850 hectáreas, se ubica en las coordenadas 17°17’02’’ a 17°20’53’’ latitud norte y 96°21’14’’ a 96°28’06’’ longitud oeste, a una altitud promedio de 2 040 m, con 1 467 habitantes (Inegi, 201a) y el sector agrícola, pecuario y forestal es el de mayor importancia (Inegi, 201b). Jaltianguis se ubica en las coordenadas 17°18’32.4’’ a 17°24’43.2’’ latitud y de 96°29’35.9’’ a 96°34’ 8.8’’ longitud, con una superficie de 5 555.7875 hectáreas, a una altitud promedio de 2 040 m, con 575 habitantes, la mayoría de las personas hablan Zapoteco (Inegi, 2011a) y el sector primario es el más relevante (Inegi, 2011b).
Se eligieron informantes clave, mediante la técnica de bola de nieve; la muestra se restringió a personas con alto conocimiento sobre plantas silvestres (por recomendación de los pobladores), principalmente, personas mayores. Se aplicaron 25 entrevistas en Capulálpam y 15 en Jaltianguis, a hombres y mujeres de diferente edad, escolaridad, ocupación y competencia lingüística. El número de RFNM mencionados por el método de listado libre se ordenó ascendentemente y graficó para conocer la curva acumulativa de especies (número de informantes - número de especies), que se hizo asintótica en los últimos entrevistados, lo que evidenció que estos no aportaron nuevos nombres de plantas silvestres. Los datos fueron colectados de enero 2014 a junio 2015.
Procedimiento de la toma de información
e registraron los nombres en Español de las plantas silvestres útiles y se investigaron sus nombres en Zapoteco. Los usos fueron agrupados en las siguientes categorías: medicinales, comestibles, ornamentales y forrajeras (Cárdenas et al., 2002), rituales, artesanales, elaboración de utensilios, combustibles, saponíferas y otros usos. En los recorridos de campo se colectaron muestras botánicas y se hicieron registros fotográficos de los ejemplares mencionados. La determinación taxonómica se realizó con apoyo de técnicos de la UZACHI (Unión de Comunidades Productoras Forestales Zapotecas-Chinantecas de la Sierra de Juárez), investigadores de la Universidad de la Sierra Juárez, del Instituto Tecnológico de Oaxaca y de la Universidad Nacional Autónoma de México; se complementó con trabajo de herbario en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional Unidad Oaxaca, lugar donde se depositaron los ejemplares, y con la consulta de bibliografía especializada.
Resultados
En Capulálpam se registraron 122 especies, con 177 usos agrupados en ocho categorías; las de mayor importancia, en cuanto al número de especies, fueron medicinal (42 %), comestible (21 %) y ornamental (19 %); seguidas de aquéllas empleadas en ritos (9 %), artesanías (3 %), forraje (3 %), otros usos (2 %) y para combustible (1 %). La mayor parte de las plantas tienen un solo uso (64 %), con dos 28 %), tres (5 %) y cuatro (3 %).
En Jaltianguis, se identificaron 128 plantas silvestres con 192 usos, agrupados en 10 categorías; la que integró el mayor número de especies fue la medicinal (43 %), seguida de las comestibles (19 %), ornamentales (14 %), rituales (10 %), forrajeras (5 %), artesanales (4 %), otros usos (2 %), saponíferas (2 %), combustible (0.5 %) y para utensilios (0.5 %).
En cuanto al número de usos por especie, la mayoría de ellas tienen uno (62 %), dos usos (31 %), tres (5 %) y cuatro (2 %).
De forma conjunta, se obtuvieron 166 plantas silvestres y se detectó que 84 especies (51 % del total) fueron mencionadas en las dos localidades. El listado florístico se muestra en el Cuadro 1, con los nombres vernáculos y en Zapoteco.
1 Los nombres científicos y familias botánicas corresponden a los nombres aceptados científicamente de acuerdo a: http://www.theplantlist.org/ (30 de septiembre de 2015).
Con respecto a los nombres zapotecos, en Capulálpam, no se registraron, mientras que en Jaltianguis, 67 % de las plantas conservan su nombre zapoteco, aunque un grupo reducido de la población puede escribirlo.
Del listado florístico para Capulálpam, solo 2 % (3) de las plantas no se determinaron y se registran, únicamente, por su nombre vernáculo (hoja de golpe, hoja guinda y hormiguillo); 29 % (35) se identificó a nivel género; y 69 % (84) hasta especie.
En el caso de Jaltianguis, 26 % (33) se identificaron a nivel género y 74 % (95) a especie. Del listado para las dos comunidades, 30 % (50) a género y 68 % (13) a especie.
De la flora de Capulálpam, 20 RFNM fueron mencionados con dos o más nombres vernáculos distintos, mientras que en Jaltianguis 34 RFNM fueron nombrados de dos o más formas (Cuadro 2).
Determinación taxonómica y clasificación de los RFNM
La determinación de grupos taxonómicos, en Capulálpam, se registraron 50 familias botánicas, de ellas sobresalen: Asteraceae (21), Orchidaceae (16), Leguminosae (8) y Lamiaceae (5); el resto agruparon cuatro especies o menos. El listado de Jaltianguis integró 60 familias botánicas. El mayor número de especies correspondió a las Asteraceae (20), seguida de Orchidaceae (14), Lamiaceae (8) y Leguminosae (6). Las familias restantes incluyeron cuatro especies o menos. Los RFNM citados en las dos localidades pertenecen a 66 familias botánicas (Cuadro 3).
El total de especies de RFNM, se clasificaron de acuerdo a García y Meave (2012) en las categorías: nativas, endémicas de México, endémicas de Oaxaca, exóticas y cultivadas. En la población de Capulálpam, se registraron ocho especies endémicas de México, dos endémicas de Oaxaca, dos cultivadas, ocho especies exóticas y el resto correspondió a nativas; en Jaltianguis, ocho especies endémicas de México, dos endémicas de Oaxaca, 13 exóticas, dos cultivadas y el resto fueron especies nativas (Cuadro 4).
Discusión
El listado florístico de 122 plantas silvestres de Capulálpam y 128 de Jaltianguis no ha sido citado para comunidades de la región Sierra Juárez. Acosta y Martínez (2013) documentaron 48 RFNM, en Santa María Yavesía y 39 en Santa Catarina Lachatao; cantidades inferiores a las obtenidas en este estudio. Por lo anterior, es necesario continuar con los esfuerzos, no solo para conocer y documentar la flora útil, sino la flora en general. Esto alentaría hacer estudios comparativos y permitiría visualizar prioridades de conservación de algunos recursos que son referidos como escasos o en peligro, debido a diferentes actividades humanas.
Al restar las plantas exóticas y cultivadas que crecen de forma silvestre en las localidades de estudio, el registro para la primera población fue de 12 (91 %) y para la segunda fue de 113 (88 %) plantas silvestres, consideradas desde el punto de vista de la planeación del manejo forestal como RFNM.
En cuanto a las categorías de uso de los RFNM registrados, el mayor porcentaje correspondio a la medicinal, con 42 % en Capulálpam y 43 % en Jaltianguis; lo que coincide con los resultados de Loredo et al. (2002), Monroy y Ayala (2003), Padilla (2007), Luna y Rendón (2008), y Molina et al. (2012).
Con respecto al 51 % de especies compartidas por las dos comunidades, si bien, ambas se localizan en la misma región, por la ubicación geográfica se observan cambios en las condiciones ambientales de cada localidad, que permiten una diferencia en la diversidad de especies.
El conocimiento y registro de los nombres comunes, locales o vernáculos para una misma planta, presenta variaciones en distintas localidades aun cuando se trata de la misma región, puesto que se documentó el uso de dos nombres para una misma especie (Equisetum myriochaetum Schltdl. et Cham.) y un solo nombre para referirse a distintas especies (pino).
El conocimiento ancestral, en específico del uso de la lengua materna, disminuye drásticamente con el paso del tiempo y por la implementación de programas de desarrollo económico y político. En Capulálpam, reconocido como Pueblo Mágico, no se mencionaron nombres de plantas en lengua zapoteca; en Jaltianguis se registraron 86 nombres. Estos datos son superiores al estudio de plantas medicinales de Cervantes y Valdés (1990), quienes citan 101 especies, de las que solo 22 se denominaron en lengua indígena. De igual manera, en la presente investigación se consigna un mismo nombre zapoteco para taxa diferentes; por ejemplo, para el maguey blanco, maguey de flor roja y maguey verde (bromelias) se emplea el término Benáh, con el de Shia-tziilah se refieren al grupo de orquídeas y con de Diígah tzáh a la zarzamora y zarzaparrilla.
Lo anterior sugiere la relevancia de implementar investigaciones para indagar los sistemas de clasificación local, a fin de tener una identificación botánica precisa y asegurar que se trata de la misma entidad taxonómica (Martínez et al., 2015). En consonancia con lo que Berlin (1992) llama Taxa Folk, que corresponde a una forma de estructurar un sistema de clasificación tradicional que incluye animales y plantas.
Los 166 RFNM registrados en las dos localidades, se agruparon en 66 familias botánicas, las de mayor riqueza específica fueron Asteraceae (25), Orchidaceae (22), Lamiaceae y Leguminosae (9), Pinaceae (7), Cactaceae (5), y Agavaceae, Bromeliaceae, Rosaceae y Verbenaceae (4). Resultados que concuerdan con la diversidad florística que consigna García (2012) para Oaxaca, quien ubica a la familia Asteraceae como la más diversa, con 856 especies. A nivel regional, hay coincidencia con Torres et al. (2009), autores que señalan a las familias Asteraceae y Orchidaceae con la mayor riqueza, 174 y 104 taxa, respectivamente.
Para otras regiones del estado, los valores también son similares. Padilla (2007) documenta en San Pablo Etla, 107 especies útiles, pertenecientes a 36 familias, de ellas Asteraceae es la mejor representada con 18 especies (22 %). En la Sierra Sur, Luna y Rendón (2008) identifican 555 especies, pertenecientes a 301 géneros y 13 familias, de las cuales 20 incluyen a 50 % de los taxa útiles; las familias sobresalientes fueron Fabaceae, Asteraceae y Solanaceae. En la región mixteca del estado de Oaxaca, Tapia (2011) cita 223 especies, agrupadas en 79 familias botánicas, sobresalen: Asteraceae (10.7 %) y Cactaceae (5.8 %).
Estudios realizados en otros estados del país con diferentes enfoques señalan a la familia Asteraceae como la más numerosa. Loredo et al. (2002), en Michoacán, registraron 199 especies útiles agrupadas en 153 géneros y 68 familias; indican que 44 % está representado por ocho familias: Asteraceae con 25 especies, Lamiaceae con 17, Fagaceae con 1, Rosaceae y Solanaceae con 10, Fabaceae con nueve, Apiaceae con siete y Brassicaceae con seis.
En el estado de Morelos, Monroy y Ayala (2003), citaron 77 especies (4 especies no se identificaron por su nombre científico), agrupadas en 42 familias, entre las que sobresalen, Fabaceae con 10 especies y Asteraceae con ocho. Hernández et al. (2005), registraron para Zapotitlán de las Salinas, Puebla, 44 especies pertenecientes a 26 familias y 41 géneros de uso medicinal, y la familia Asteraceae presentó el mayor número de las especies utilizadas (20.5 %). Canales et al. (2006), registraron para San Rafael, Coxcatlán, Puebla, 46 especies medicinales en 28 familias y 46 géneros, siendo Asteraceae la familia con el mayor número de registros. Lira y Blanckaert (2006), en su estudio etnobotánico de malezas útiles en Santa María Tecomavaca, documentaron 37 familias, 94 géneros y 142 especies, las familias más numerosas fueron Poaceae con 22 especies, Asteraceae con 17, Malvaceae con 13, Solanaceae con 12, Fabaceae con 1 y Euphorbiaceae con 10.
En Los Altos de Chiapas, Nepomuceno y Ishiki, 2010) reconocieron 68 especies útiles, pertenecientes a 30 familias y 56 géneros; las familias botánicas mejor representadas fueron Asteraceae con nueve especies, Leguminosae con ocho y Verbenaceae con seis. Molina et al. (2012), en Hidalgo, determinaron 69 familias, 148 géneros y 222 especies de plantas; Asteraceae y Labiatae presentaron mayor número de taxa. Gómez (2012), para una aldea en Tabasco, cita 12 plantas medicinales agrupadas en 57 familias, entre las que sobresalen: Asteraceae con 10 especies y Lamiaceae con siete.
White et al. (2013), en el Estado de México registraron 165 especies correspondientes a 147 géneros y 70 familias; Asteraceae (18) fue la más representativa, seguida de Lamiaceae con 10 especies. Villarreal et al. (2014) en Malpasito- Huimanguillo, Tabasco identificaron 128 plantas medicinales, distribuidas en 63 familias, de ellas, las mejor representadas fueron Asteraceae con 10 especies, Fabaceae y Lamiaceae con siete.
Suárez y Villaseñor (2011) indican que Asteraceae destaca por su endemismo, ya que 502 especies son endémicas de México y 133 de Oaxaca. Con respecto a la presencia de plantas exóticas silvestres, los datos son reducidos; García y Meave (2012) señalan 308 especies para el estado.
Conclusiones
El listado florístico de 166 especies de RFNM en dos comunidades de la Sierra Juárez constituye uno de los más altos registros de la flora silvestre útil.
Es evidente el vínculo de saberes entre comunidades, al compartir 51% de las especies registradas, así como el conocimiento tradicional de usos de la flora silvestre, con una mayor proporción de plantas medicinales.
El registro de 67 % de plantas con nombre indígena evidencia la resistencia a la pérdida local del uso de la lengua materna.
Resalta la importancia de los estudios sobre la nomenclatura tradicional, por la presencia de un número considerable de plantas mencionadas con nombres vernáculos.
El listado florístico de 166 RFNM fueron agrupados en 66 familias botánicas, las de mayor número de especies fueron Asteraceae, Orchidaceae, Lamiaceae, Leguminosae, Pinaceae y Cactaceae.
Dentro de las especies de plantas útiles, ocho son endémicas de México, dos endémicas de Oaxaca, 13 exóticas y dos cultivadas.
Contribución por autor
Joel Martínez López: elaboración del resumen, la introducción y el marco metodológico, trabajo de campo y de herbario, redacción de los resultados, discusión y conclusiones; Alejandra Acosta Ramos: apoyo de trabajo en campo, identificación de especies de la familia Orchidaceae, elaboración de los cuadros 2, 3 y 4, apoyo en la introducción y discusión; Enrique Martínez y Ojeda: realización del Abstract y apoyo de trabajo en herbario; Filemón Manzano Méndez: trabajo en campo, apoyo en los apartados de áreas de estudio, metodos y discusión.