Introducción
Para que las plantaciones sobrevivan y crezcan de modo satisfactorio es necesario usar planta de calidad, que depende de su origen genético, así como de las características de los atributos morfológicos y fisiológicos desarrollados durante su producción en el vivero (Landis et al., 2010). Los primeros incluyen la altura de la parte aérea, el diámetro del cuello de la raíz, el tamaño y la forma del sistema radical y las relaciones entre dichas variables (Prieto et al., 2009); los fisiológicos se refieren al contenido de lignina y de carbohidratos, así como la asimilación de nutrimentos, definida por su concentración y proporción de macro y micronutrimentos (Landis et al., 1989).
La aplicación de fertilizantes en los viveros es una práctica cultural común, que contribuye a obtener planta vigorosa en menor tiempo y, además, a minimizar costos (Landis et al., 2010). La absorción nutrimental es dinámica y depende del balance entre los nutrimentos y los patrones de crecimiento, y no necesariamente tiene una relación directa respecto a la concentración de las soluciones (Román et al., 2001).
Cuando los fertilizantes son aplicados de forma soluble, la asimilación de nutrimentos es rápida, lo que permite un mejor manejo de la nutrición, ya que es más acorde a las necesidades específicas de la planta en cada fase de cultivo (Peñuelas y Ocaña, 2000); en cambio, la adición de fertilizantes de liberación controlada tarda más tiempo en reflejarse y una vez aplicados no pueden ajustarse (Rose et al., 2004). La eficiencia de la fertilización para evitar pérdidas se logra al fraccionar los nutrimentos aplicados, principalmente nitrógeno y potasio (Carpenedo et al., 2016).
La fertilización debe hacerse con base en el desarrollo de la planta en vivero, ya que las proporciones requeridas de los tres principales macronutrimentos (N-P-K) varían en función de la fase de crecimiento, que son: fase de establecimiento, que comprende desde la germinación hasta la aparición de las primeras acículas verdaderas; le sigue la fase de crecimiento rápido, cuando la plántula crece a una tasa exponencial y el tallo se aproxima a la altura objetivo; finalmente, la fase de endurecimiento que comienza cuando la planta termina el crecimiento de su parte aérea y la energía es redirigida al crecimiento en diámetro y raíz (Dumroese et al., 2012).
Debido a que cada especie puede tener diferente respuesta a la aplicación de nutrimentos, particularmente en especies que demandan altas concentraciones, es necesario conocer sus necesidades particulares (Bustos et al., 2008; Soriano, 2011). En el Valle del Guadiana, estado de Durango, México, Pinus greggii Engelm. logra crecimientos rápidos, en comparación con otras especies y es utilizada en programas de plantaciones forestales comerciales, ya que además muestra alta tolerancia a condiciones adversas de suelo y clima (Prieto et al., 2006), por lo que surge la necesidad de estudiar diversos aspectos que favorezcan su buen manejo.
Además de los aspectos técnicos ya descritos, es importante evaluar los costos de producción de la planta en vivero, pues con frecuencia este concepto representa uno de los principales factores que inciden en la viabilidad financiera de las plantaciones y reforestaciones (Hernández et al., 2015a). Por tal motivo y para contribuir a la estimación de dicha viabilidad, Hernández et al. (2015b) desarrollaron un simulador que facilita calcular en forma detallada los costos unitarios de producción de planta en viveros forestales.
En este ensayo se evaluó la respuesta en el crecimiento de Pinus greggii en vivero, ante la aplicación de un fertilizante de entrega controlada, combinado con tres tipos de fertilizantes solubles en agua, en dos dosis. El objetivo fue identificar una dosis que mejore la producción e incremente la calidad de las plantas al menor costo posible de fertilización. Se partió de la hipótesis de que al combinar un fertilizante de liberación controlada, con al menos una dosis de fertilizante soluble en agua, es posible favorecer el crecimiento de las plantas y reducir los costos de producción debido a este insumo.
Materiales y Métodos
Área de estudio
El trabajo se realizó en el vivero de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Juárez del Estado de Durango, ubicado en las coordenadas 24°00’48.38” N y 104°41’03.64” O, a una altitud de 1 860 m.
Producción de la planta evaluada
La siembra se realizó la última semana de noviembre de 2015, en charolas de poliestireno expandido de 77 cavidades con 170 mL de capacidad cada una; como sustrato se usó una mezcla compuesta por 44 % de mezcla base (54 % turba, 24.5 % vermiculita y 21.5 % perlita) y 56 % de corteza de pino composteada.
Para conocer la condición morfológica de la planta al inicio de la etapa experimental, se realizó una valoración previa a la aplicación de los tratamientos a los tres meses de edad, para lo cual se utilizó una muestra de 56 plantas extraídas aleatoriamente del lote experimental; las características iniciales promedio, de los individuos bajo evaluación, fueron las siguientes: 5.2 cm de altura de la parte aérea, 0.82 mm de diámetro al cuello y 0.175 g de peso seco.
Los materiales vegetales permanecieron en un invernadero durante las primeras ocho semanas, con una cubierta de plástico de polietileno calibre 720, protegido contra rayos ultravioleta; las siguientes cuatro semanas crecieron en un ambiente de malla sombra a 60 %, y finalmente, las últimas tres semanas estuvieron a la intemperie. En el Cuadro 1 se muestran las condiciones específicas de temperatura, humedad relativa y luminosidad, que prevalecieron en las tres condiciones donde se desarrolló el ensayo. El registro de las variables de referencia se hizo con un data logger Hobo® U12-012.
Tratamientos evaluados y diseño experimental
Durante la preparación del sustrato se evaluaron siete tratamientos, todos basados en la incorporación de 6 kg m-3 del fertilizante de liberación controlada (de 8 a 9 meses) Multicote® 18N - 6P2O5 - 12K2O + 2MgO + micro nutrimentos (Haifa Chemicals Ltd.). A excepción del tratamiento 1 (testigo), que solo recibió el agua del riego sin fertilizar, los otros seis tratamientos se complementaron con los fertilizantes solubles en agua: Triple 19 (19 N -19 P205 -19 K2O), Poly-feed ® (20 N -10 P205 -20 K2O) y Peters professional ® (20 N -7 P205 -19 K2O), aplicados en dosis fija (200 ppm) y exponencial (100, 200 y 300 ppm) (Cuadro 2).
Tratamiento | Fertilizante | Dosis N-P-K (ppm) Semana 1-4 |
Dosis N-P-K (ppm) Semana 5-8 |
Dosis N-P-K (ppm) Semana 9-12 |
Dosis N-P-K (ppm) Semana 13 |
Dosis N-P-K (ppm) Semana 14 |
Dosis N-P-K (ppm) Semana 15 |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | FEC+Agua | 0-0-0 | 0-0-0 | 0-0-0 | 0-0-0 | 0-0-0 | 0-0-0 |
2 | FEC+Triple 19 | 200-88-166 | 200-88-166 | 200-88-166 | 200-88-166 | 200-88-166 | 200-88-166 |
3 | FEC+Triple 19 | 100-44-83 | 200-88-166 | 300-132-249 | 300-132-249 | 200-88-166 | 100-44-83 |
4 | FEC+Poly-feed ® | 200-44-166 | 200-44-166 | 200-44-166 | 200-44-166 | 200-44-166 | 200-44-166 |
5 | FEC+Poly-feed ® | 100-22-83 | 200-44-166 | 300-66-249 | 300-66-249 | 200-44-166 | 100-22-83 |
6 | FEC+Peters Professional ® | 200-30-158 | 200-30-158 | 200-30-158 | 200-30-158 | 200-30-158 | 200-30-158 |
7 | FEC+Peters Professional ® | 100-15-79 | 200-30-158 | 300-45-237 | 300-45-237 | 200-30-158 | 100-15-79 |
FEC = Fertilizante de entrega controlada (Multicote ® 18N - 6P2O5 - 12K2O + 2MgO + micro nutrimentos, adicionado al sustrato en dosis fija de 6 kg m-3 para todos los tratamientos). Los fertilizantes solubles en agua se aplicaron en dosis fijas y variables.
Debido a la variación en la recepción de luminosidad, por la posición del invernadero, el ensayo se estableció bajo un diseño experimental de bloques al azar. Cada tratamiento tuvo cuatro bloques y la unidad experimental estuvo conformada por una charola de 77 cavidades de 170 mL; las plantas seleccionadas fueron las 45 centrales.
Los fertilizantes solubles en agua se aplicaron durante 15 semanas y sus cantidades se calcularon con base en la concentración de nitrógeno de cada uno: 1) Dosis fija (200 ppm), de forma permanente durante 15 semanas; 2) Dosis exponencial, 100 ppm las primeras cuatro semanas; las siguientes cuatro, se incrementó a 200 ppm. Por cuatro semanas más se aumentó a 300 ppm; las últimas tres semanas del experimento, las dosis se disminuyeron en los tratamientos exponenciales, se agregó 300, 200 y 100 ppm por semana (Cuadro 2). Lo anterior permitió que las dosis fueran iguales en la parte fija y exponencial. Entre cada cambio de dosis, para drenar posibles excesos de sales derivados de las fertilizaciones aplicadas, la planta se regó a saturación y no se fertilizó.
El fertilizante hidrosoluble se incorporó dos veces por semana con regadera manual; en cada unidad experimental (charola) se agregaron 3.5 litros de agua con la solución de fertilizante que le correspondía. El pH del agua se mantuvo entre 5 y 6, y cuando fue superior a ese intervalo se ajustó con ácido clorhídrico diluido en el agua de riego; el pH se midió semanalmente con un potenciómetro Ohaus ST10.
Variables de respuesta
A los 134 días (4.5 meses) de iniciar la fertilización, cuando las plantas tenían 7.5 meses de edad, se seleccionaron al azar diez plantas de cada unidad experimental. De cada una se registró la altura de la parte aérea (cm) con una regla graduada (cm); el diámetro al cuello de la raíz (mm), con un vernier marca Trupper ® 14388 SURTEK ® 122204; el peso seco total, de la parte aérea y raíz se cuantificó con una balanza Ohaus ® PA214 a partir de las muestras secadas en una estufa FELISA ® FE-291D por 72 horas a 70 oC. Con las variables anteriores se calculó el índice de calidad de Dickson (ICD) y se estimó la concentración y el contenido de N-P-K en el follaje de las plantas con tres muestras compuestas de 5 g de acículas por tratamiento.
El análisis químico del tejido vegetal se hizo en el Laboratorio de Fertilidad de Suelos y Química Ambiental del Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo, Texcoco, Estado de México. El contenido de nitrógeno se obtuvo mediante el método de micro-Kjeldahl (digestión con H2SO4), el de fósforo a través de determinación colorimétrica con complejo amarillo vanadomolibdato y el de potasio con espectrofotometría de emisión de flama, con un SprectrAA Atomic Absorption Spectrometer 220 Fast Sequential (Chapman y Pratt, 1979).
Para establecer si existían diferencias significativas (p ≤ 0.05) en las variables morfológicas y hacer los análisis de varianza (ANOVA) se usó el paquete estadístico SAS® (Statistical Analysis System) versión 9.0 (SAS, 2002) y cuando se confirmaron tales diferencias, se realizó la prueba de medias de Tukey (α= 0.05) (SAS, 2002).
El efecto de los tratamientos de fertilización sobre el estado nutrimental de las plantas se evaluó mediante un ANOVA. Adicionalmente, con el método gráfico de vectores se ilustraron dichos resultados. La construcción e interpretación de los nomogramas de vectores se elaboró con base en la metodología descrita por Haase y Rose (1995).
Para evaluar las diferencias entre los costos que implica el uso de cada combinación de fertilizantes durante el crecimiento de la planta, se consideró el costo del fertilizante de entrega controlada incorporado a cada tratamiento, así como la cantidad y costo del fertilizante soluble en agua, aplicado durante cada riego.
Resultados y Discusión
Variables morfológicas
La altura de las plantas mostró una dispersión de datos en un intervalo de 29.1 a 31.6 cm con el tratamiento 2, ubicado en el grupo estadístico superior (p<0.05) (Cuadro 3). Rodríguez (2008) indica que una planta con altura del tallo mayor a 25 cm y diámetro al cuello menor a 4 mm es más susceptible a sufrir daños por viento; sin embargo, la Norma Mexicana NMX-AA-170-SCFI-2016 (Secretaría de Economía, 2016) establece que Pinus greggii, de seis a ocho meses de edad, debe tener una altura de 25 a 30 cm, lo cual coincide con los resultados obtenidos en la presente investigación.
Tratamiento | Altura (cm) | Diámetro (mm) | Índice calidad Dickson |
---|---|---|---|
1 | 31.3 ± 0.57 ab | 3.3 ± 0.04 b | 0.26 ± 0.0 a |
2 | 31.6 ± 0.53 a | 3.4 ± 0.05 ab | 0.24 ± 0.0 a |
3 | 31.1 ± 0.73 ab | 3.5 ± 0.05 a | 0.25 ± 0.0 a |
4 | 29.1 ± 0.55 b | 3.3 ± 0.03 b | 0.23 ± 0.0 a |
5 | 30.4 ± 0.64 ab | 3.4 ± 0.05 ab | 0.24 ± 0.0 a |
6 | 30.0 ± 0.49 ab | 3.2 ± 0.04 b | 0.22 ± 0.0 a |
7 | 30.2 ± 0.05 ab | 3.3 ± 0.05 b | 0.24 ± 0.0 a |
1 = FEC (Fertilizante de entrega controlada) + agua; 2 = FEC + Triple 19, dosis fija; 3 = FEC + Triple 19, dosis exponencial; 4 = FEC + Poly-feed ®, dosis fija; 5 = FEC + Poly-feed ®, dosis exponencial; 6 = FEC + Peters professional ®, dosis fija; 7 = FEC + Peters professional ®, dosis exponencial. Valores con letras distintas para la misma variable, indican diferencias estadísticas significativas (p<0.05), según Tukey.
Para el diámetro al cuello, la dispersión de datos fue de 3.2 a 3.5 mm,-con diferencias significativas (p<0.05) entre tratamientos- con el tratamiento 3, que se ubica en el grupo estadístico superior y el único en alcanzar los estándares establecidos en la NMX-AA-170-SCFI-2016 para Pinus greggii (Secretaría de Economía, 2016), que señala que las plantas en el vivero deben alcanzar un diámetro mínimo de 3.5 mm para asegurar un desempeño satisfactorio en campo (Cuadro 3). En diversas especies se ha constatado que el diámetro al cuello de la raíz es una de las principales características morfológicas que determina la adaptación de las plantas en el sitio de plantación (Tsakaldimi et al., 2013). Los valores del Índice de Calidad de Dickson variaron entre 0.22 y 0.26, sin diferencias significativas entre tratamientos (p<0.05) (Cuadro 3).
En la producción de biomasa de la raíz, la planta testigo fue la mejor, a pesar de que solo se le nutrió con el fertilizante de entrega controlada, con 26.8 % más de biomasa con respecto al valor promedio de los demás tratamientos (Cuadro 4); al parecer, las plantas al tener insuficiente suministro de nutrimentos desarrollaron más raíz en su búsqueda, lo cual también consignó Soriano (2011), quien describió que la mayor dosis de fertilización en Pinus patula Schiede ex Schltdl. & Cham y P. devoniana Lindl. desfavoreció el crecimiento del sistema radical. Según Berendse et al. (2007), así como Camargo y Rodríguez (2006), en condiciones de escasa fertilidad, las plantas asignan mayor biomasa a la raíz para favorecer su crecimiento.
Tratamiento | Peso seco raíz (g) |
Peso seco parte aérea (g) |
Peso seco total (g) |
---|---|---|---|
1 | 0.79 ± 0.02 a | 2.51 ± 0.07 b | 3.30 ± 0.08 ab |
2 | 0.59 ± 0.02 b | 2.85 ± 0.10 ab | 3.44 ± 0.12 ab |
3 | 0.58 ± 0.01 b | 3.04 ± 0.10 a | 3.62 ± 0.11 a |
4 | 0.58 ± 0.01 b | 2.60 ± 0.08 b | 3.18 ± 0.09 b |
5 | 0.58 ± 0.02 b | 2.75 ± 0.09 ab | 3.33 ± 0.10 ab |
6 | 0.56 ± 0.02 b | 2.63 ± 0.07 b | 3.19 ± 0.09 b |
7 | 0.58 ± 0.01 b | 2.82 ± 0.08 ab | 3.40 ± 0.09 ab |
1 = FEC (Fertilizante de entrega controlada) + agua; 2 = FEC + Triple 19, dosis fija; 3 = FEC + Triple 19, dosis exponencial; 4 = FEC + Poly-feed ®, dosis fija; 5 = FEC + Poly-feed ®, dosis exponencial; 6 = FEC + Peters professional ®, dosis fija; 7 = FEC + Peters professional ®, dosis exponencial. Valores con letras distintas para la misma variable, indican diferencias estadísticas significativas (p<0.05), según Tukey.
El tratamiento 3 también destacó en la biomasa del tallo y las acículas; Rendón et al. (2001) indican que la biomasa generada en esta parte de la planta está relacionada con su crecimiento, ya que el tallo funciona como órgano de soporte y conducción, mientras que las acículas ayudan a la actividad metabólica. Dado que la biomasa de la parte aérea generalmente es mayor que la de la raíz, el mismo tratamiento produjo la mayor biomasa total (Cuadro 4).
Jacobs et al. (2009) evaluaron en Quercus ilex Lour la respuesta a la aplicación de nitrógeno en dosis de 0 a 200 mg por planta y concluyeron que una dosis de 150 mg puede ser suficiente para el crecimiento de las plantas; sin embargo, la dosis mayor puede representar el valor óptimo, el cual permite un mejor manejo de su nutrición, sin que exista toxicidad. Por su parte, Prehn et al. (2013) observaron que en Guindilla trinveris Gillies ex Hook. & Arn. al aplicar nitrógeno en dosis crecientes, la biomasa aérea se incrementó hasta 2 g planta-1 y a partir de ahí decreció hasta ocasionar su muerte. En el caso de este ensayo, ninguna de las dosis tuvo efecto tóxico.
Variables fisiológicas
Las plántulas con mayor cantidad de reservas nutrimentales fueron las del tratamiento 3 y el testigo se ubicó con el valor más bajo (Cuadro 5).
Tratamiento | Peso seco (mg planta-1) | Concentración (%) | Contenido (mg planta-1) | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
N | P | K | N | P | K | ||
1 | 0.59 (100) | 1.202 (100) | 0.167 (100) | 0.846 (100) | 7.081 (100) | 0.984 (100) | 4.980 (100) |
2 | 0.83 (141) | 2.369 (197) | 0.247 (148) | 1.053 (124) | 19.770 (279) | 2.060 (209) | 8.788 (176) |
3 | 0.84 (142) | 2.423 (202) | 0.254 (152) | 1.191 (140) | 20.302 (287) | 2.130 (216) | 9.979 (200) |
4 | 0.72 (121) | 2.463 (205) | 0.224 (134) | 0.976 (115) | 17.629 (249) | 1.604 (163) | 6.987 (140) |
5 | 0.78 (132) | 2.459 (204) | 0.222 (133) | 1.150 (136) | 19.092 (270) | 1.724 (175) | 8.930 (179) |
6 | 0.73 (124) | 2.383 (198) | 0.226 (135) | 1.058 (125) | 17.446 (247) | 1.652 (168) | 7.742 (155) |
7 | 0.76 (129) | 2.499 (208) | 0.226 (135) | 1.226 (145) | 19.050 (269) | 1.720 (175) | 9.346 (188) |
1 = FEC (Fertilizante de entrega controlada) + agua; 2 = FEC + Triple 19, dosis fija; 3 = FEC + Triple 19, dosis exponencial; 4 = FEC + Poly-feed ®, dosis fija; 5 = FEC + Poly-feed ®, dosis exponencial; 6 = FEC + Peters professional ®, dosis fija; 7 = FEC + Peters professional ®, dosis exponencial. Los valores expresados en paréntesis se calcularon como: (VR/VT) × 100. VR = Valor de referencia del tratamiento 1; VT = Valor de cada tratamiento.
Al tomar como referencia el estado nutrimental del tratamiento 1, los nomogramas de vectores demuestran que los seis tratamientos con adición de fertilizante soluble en agua tuvieron un alto consumo en nitrógeno, fósforo y potasio, lo cual es una condición que deben propiciar las rutinas de fertilización, ya que esto se traduce en plantas con mayores reservas nutrimentales (Uscola et al., 2015). Los tratamientos 3 y 7 muestran la mejor relación contenido-concentración-biomasa seca total (Figura 1).
Un elevado contenido de reservas nutrimentales, en especial de nitrógeno, en Abies religiosa (Kunth) Schltdl. & Cham. se ha relacionado con una ventaja competitiva de las plantas en sitios con escasa fertilidad (Navarro et al., 2013). Lo mismo manifestaron Sánchez et al. (2017) y Buendía et al. (2017) al trabajar con Pinus greggii y Pinus leiophylla Schl. & Deppe, respectivamente.
Ante condiciones de escasa fertilidad, inducir altos contenidos de reservas nutrimentales para favorecer un mejor desempeño en campo es la premisa del régimen de fertilización exponencial propuesto por Timmer (1996), misma que se avala con base en los resultados de vivero; sin embargo, en estudios posteriores, es conveniente evaluar si en efecto las plantas con mejor estado nutrimental tienen un desempeño favorable en campo, puesto que a pesar de la existencia de trabajos de esta naturaleza que muestran resultados positivos con el régimen de fertilización exponencial, como por ejemplo los de Salifu y Timmer (2003) y Duan et al. (2013), existen otros como el de Everett et al. (2007) que indican lo contrario. Tal controversia podría tener su fundamento en lo indicado por Burgess (1991), quien señaló que en algunas especies la adición de fertilizante en forma exponencial no siempre satisface las necesidades de las plantas, principalmente durante las etapas iniciales de crecimiento cuando las demandas de nutrimentos son altas y el suministro es escaso.
Análisis de costos por fertilización
Se utilizaron 2.587 kg del fertilizante de entrega controlada en los 2 156 individuos bajo evaluación (28 charolas con 77 plantas cada una); el precio promedio por kilogramo fue de $50.00 pesos mexicanos. Por otro lado, el fertilizante hidrosoluble total utilizado durante el ensayo fue de 1.638 kg de Triple 19 (19 N -19 P205 -19 K2O), 1.560 kg de Poly-feed ® (20 N -10 P205 -20 K2O) y 1.560 kg de Peters professional ® (20 N -7 P205 -19 K2O), cada uno aplicado en ocho charolas de 77 plantas (equivalente a dos tratamientos por tipo de fertilizante), con un costo promedio por kilogramo de 21.59, 36.80 y 86.36 pesos mexicanos, respectivamente. En el Cuadro 6 se muestra el costo promedio por planta debido a la fertilización alternativa utilizada en cada tratamiento durante los 4.5 meses que duró el ensayo; asimismo, se expone un ejemplo del costo de fertilización para 100 000 plantas.
Tratamiento | Costo del FEC utilizado por planta (Mx$) |
Costo del FH utilizado por planta (Mx$) |
Costo del FEC y del FH utilizado por planta (Mx$) |
Costo total del FEC+FH para 100 000 plantas (Mx$) |
---|---|---|---|---|
1 | 0.051 | 0.00 | 0.051 | 5 100 |
2 | 0.051 | 0.057 | 0.108 | 10 800 |
3 | 0.051 | 0.057 | 0.108 | 10 800 |
4 | 0.051 | 0.093 | 0.144 | 14 400 |
5 | 0.051 | 0.093 | 0.144 | 14 400 |
6 | 0.051 | 0.218 | 0.269 | 26 900 |
7 | 0.051 | 0.218 | 0.269 | 26 900 |
1 = FEC (Fertilizante de entrega controlada) + agua; 2 = FEC + Triple 19, dosis fija; 3 = FEC + Triple 19, dosis exponencial; 4 = FEC + Poly-feed ®, dosis fija; 5 = FEC + Poly-feed ®, dosis exponencial; 6 = FEC + Peters professional ®, dosis fija; 7 = FEC + Peters professional ®, dosis exponencial. Los valores expresados en paréntesis se calcularon como: (VR/VT) × 100. VR = Valor de referencia del tratamiento 1; VT = Valor de cada tratamiento. Los costos se basan en cotizaciones promedio al año 2017.
Los tratamientos con mayor costo debido a fertilización fueron el número 6 y el 7, con $ 0.269 pesos mexicanos por planta. Por otro lado, el tratamiento 1 fue el de menor costo, al carecer de fertilizante hidrosoluble, con $ 0.051 por planta, seguidos por los tratamientos 2 y 3 con $ 0.108. Si se extrapolan estos costos a una producción de 100 000 plantas claramente existirían diferencias estadísticas significativas; pues el tratamiento 1 tendría un costo de 5 100 pesos mexicanos, mientras que los tratamientos 2 y 3 tendrían un costo de 10 800 pesos mexicanos y así aumentaría en los demás tratamientos, hasta llegar a los tratamientos más costosos (6 y 7), con 26 900 pesos mexicanos (Cuadro 6), en un periodo de fertilización de 4.5 meses.
Desde el punto de vista técnico, los tratamientos 3 y 7 quedaron dentro del mismo grupo estadístico y son los dos tratamientos que respondieron mejor a la aplicación del fertilizante de entrega controlada con la complementación de fertilizantes hidrosolubles en cuanto a las variables morfológicas y fisiológicas evaluadas. Sin embargo, desde el punto de vista financiero, la fertilización en el tratamiento 3 cuesta menos de la mitad respecto al costo del tratamiento 7, por lo cual, si se consideran ambos aspectos, el tratamiento 3 se considera el más recomendable.
Conclusiones
La nutrición de las plantas se favorece con la aplicación del fertilizante de entrega controlada Multicote ®, y con una complementación con los fertilizantes hidroslubles Triple 19 en dosis exponencial (tratamiento 3) o con Peters professional ® en dosis exponencial (tratamiento 7); sin embargo, destaca el tratamiento 3, ya que su uso implica menos de la mitad del costo con respecto al tratamiento 7.
El tratamiento 1 solo a base de fertilizante de entrega controlada produce valores altos en las variables morfológicas; pero, los resultados en los valores fisiológicos muestran deficiencias en la asimilación de nutrimentos.