Introducción
Existen diversos problemas que afectan directamente el diseño e implementación de tecnologías agroforestales en los diferentes sistemas productivos agropecuarios, lo que se debe, principalmente, a la naturaleza compleja de la agroforestería, a la falta de paquetes de tecnologías probados y a la adopción y aceptación por parte de los productores (Soto et al., 2008). Para un buen diseño de esas tecnologías es fundamental disponer de información referente a los aspectos biofísicos, agroforestales, sociales y económicos (Raintree, 1987).
Müller y Scherr (1990) citan que las características biofísicas de la zona para ejecutar un proyecto (clima, altitud, suelos y topografía) son los factores más importantes. Sin embargo, en México no existen datos precisos para áreas pequeñas con relieve accidentado, lo cual puede generar que las tecnologías agroforestales propuestas no sean las más adecuadas para las condiciones específicas del sitio, incluida la selección de especies arbustivas, herbáceas y arbóreas.
El método de planificación del paisaje propuesto por Duchart et al. (1989) puede llenar ese vacío mediante el uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG), Google Earth™ y otras herramientas de mapeo y análisis espacial (Taylor et al., 2010; Fagerholm et al., 2013). De esta manera, las formas de uso de la tierra proporcionan beneficios inmediatos a la población local y, al mismo tiempo, favorecen la conservación o recuperación de la capacidad productiva de los sistemas de las diferentes unidades del paisaje.
El método Paramétrico de Clasificación del Paisaje hace posible la superposición de mapas temáticos sobre rasgos biofísicos, formas geomórficas, clima, sistemas fluviales, drenaje, suelos y cobertura vegetal (Soto y Pintó, 2010); al crear un mapa compuesto donde se pueden distinguir unidades de paisaje con características similares (Campos et al., 2010; Wang y Yang, 2012). Con lo anterior, es factible identificar lugares apropiados para el diseño y establecimiento de tecnologías agroforestales más adecuadas, sin dejar de lado el aspecto social y económico de los dueños de los recursos (Ruiz y Soto, 2015).
La selva baja caducifolia es un ecosistema bajo fuerte presión por las actividades humanas, en México. Principalmente, por la extracción de leña y la ganadería intensiva (Yescas et al., 2017). Esto genera presión sobre el recurso vegetal, lo que provoca la degradación de suelos y la pérdida de diversidad vegetal. El uso e implementación de tecnologías agroforestales puede reducirla presión y satisfacer las necesidades económicas de los productores.
Por lo tanto, el objetivo del presente trabajo fue proponer una metodología para la evaluación de tierras, con el propósito de diseñar tecnologías agroforestales apropiadas en el ejido Ajuchitlán, Tlaquiltenango, Morelos. El método consistió en el diagnóstico de los aspectos biofísicos, agroforestales, participación social y valoración económica. La caracterización detallada del medio biofísico se realizó mediante una modificación al método Paramétrico de Clasificación del Paisaje para obtener unidades básicas, relativamente, homogéneas (UP). La diagnosis agroforestal consistió en identificar las especies más representativas y detectar las principales limitantes de las UP. Para incluir la participación social, se realizaron entrevistas semiestructuradas a los productores para conocer otras limitantes, determinar su principal interés económico y seleccionar las especies arbóreas y arbustivas preferidas para el diseño de las tecnologías agroforestales. Posteriormente, se evaluó la viabilidad económica de las mismas mediante el cálculo de los costos de establecimiento y beneficios por venta de leña.
Materiales y Métodos
El estudio se llevó a cabo en el ejido Ajuchitlán, perteneciente al municipio Tlaquiltenango que se ubica al sur de la Sierra de Huautla, Morelos. Se localiza entre los 18°25'20" a 18°29’52” N y los 98°54'42" a 98°58’54” O, dentro de las provincias Eje Volcánico Transversal y la Sierra Madre del Sur; en las subprovincias Sierra del Sur de Puebla y Sierra y Valles Guerrerenses (INEGI, 2009). Tiene una superficie de 2 686 ha, su relieve es accidentado. El intervalo altitudinal es de 1 000 a 1 800 m. La vegetación predominante es la selva baja caducifolia (Miranda y Hernández, 1963).
El método consistió en el diagnóstico de los aspectos biofísicos y agroforestales, considerando la participación social para el diseño de tecnologías agroforestales y el cálculo de su viabilidad económica (Raintree, 1987).
Diagnóstico detallado del medio biofísico
Se utilizó el método Paramétrico de Clasificación del Paisaje (Duchart et al., 1989) para obtener unidades básicas del territorio relativamente homogéneas (UP) que resultaron de la superposición de los mapas temáticos de fisiografía, clima, uso de suelo y vegetación. A cada unidad básica se le asignó un nombre por el uso de suelo y vegetación, seguido del tipo de clima, finalizando con la geoforma del terreno.
Para diseñar el mapa fisiográfico se consideraron las formas del terreno, la pendiente y la altitud. El mapa climático se elaboró con base en la metodología de Gómez et al. (2008), para ello se seleccionaron 23 estaciones meteorológicas con datos completos de al menos 20 años (Cuadro 1) (IMTA, 2013). Se generó el mapa de temperatura, mediante el método de Interpolación Lineal Simple para obtener datos puntuales de temperatura media mensual y anual del área de estudio (Gómez et al., 2008).
Clave | Nombre | Estado | Latitud | Longitud | Altitud (msnm) |
---|---|---|---|---|---|
12030 | Chaucingo, Huitzuco | Guerrero | 18.28 | -99.11 | 830 |
12115 | Huitzuco, Huitzuco | Guerrero | 18.30 | -99.33 | 940 |
12081 | Taxco, Taxco | Guerrero | 18.36 | -99.61 | 1 800 |
12126 | Tlacotepec | Guerrero | 17.78 | -99.96 | 1 802 |
12117 | Ixcateopan, Cuahutemoc | Guerrero | 17.51 | -99.75 | 1 820 |
17007 | Huajintlan, Amacuzac | Morelos | 18.63 | -98.96 | 1 049 |
17008 | Huautla, Tlalquiltenango | Morelos | 18.43 | -99.03 | 971 |
17015 | Tepalcingo, Tepalcingo | Morelos | 18.60 | -98.85 | 1 200 |
17016 | Tequesquitengo, Jojutla | Morelos | 18.60 | -99.25 | 970 |
17019 | Tilzapotla, Puente de Ixtla | Morelos | 18.50 | -99.26 | 950 |
17042 | Zacatepec, Zacatepec | Morelos | 18.65 | -99.18 | 1 226 |
17031 | Jojutla de Juárez (Smn) | Morelos | 18.60 | -99.18 | 891 |
17032 | San Gabriel, Amacuzac | Morelos | 18.61 | -99.35 | 1 008 |
17033 | Xicatlacotla, (Cfe) | Morelos | 18.58 | -99.20 | 1 000 |
17036 | Lagunillas de Rayón, Dge | Morelos | 18.48 | -98.71 | 1 100 |
17038 | Nexpa, Tlaquiltenango | Morelos | 18.51 | -99.13 | 1 200 |
17056 | San Pablo Hidalgo, | Morelos | 18.58 | -99.03 | 955 |
17057 | El Limón, Tepalcingo | Morelos | 18.51 | -98.93 | 1 650 |
17076 | Puente de Ixtla | Morelos | 18.61 | -99.31 | 899 |
21050 | Jolalpan, Jolalpan (Smn) | Puebla | 18.31 | -98.81 | 820 |
21116 | Chiautla de Tapia, (Smn) | Puebla | 18.28 | -98.60 | 1 025 |
21177 | Tepexco, Tepexco (Dge) | Puebla | 18.56 | -98.71 | 1 150 |
17021 | Tlacualera, Tlacualera | Morelos | 18.61 | -98.95 | 1 560 |
Fuente: IMTA, 2013.
La cartografía de la precipitación media anual se hizo con el método gráfico, estableciendo analogías de las áreas con estaciones meteorológicas con las que no tienen información, las cuales se ubicaron geográficamente con el Sistema de Información Geográfico ArcMap 10.1; se incluyó su valor de precipitación media anual en un mapa de modelo de elevación digital con curvas de nivel. Se analizó el impacto del relieve en los sistemas meteorológicos que generan la precipitación , expresado en el valor de la precipitación media anual en cada punto geográfico con información, y se trazaron de manera preliminar las isoyetas medias anuales a intervalos de 100 mm, a partir de las que tuvieron más elementos para delimitar su ubicación. Posteriormente, se sobrepusieron las isoyetas trazadas en un mapa de falso color que denota la cobertura vegetal y al que se le agregaron los polígonos con datos de los tipos de uso del suelo y vegetación; se ajustaron las isoyetas con base en la asociación que puede tener la precipitación con la cobertura vegetal (Gómez et al., 2008).
La precipitación media mensual se estimó a través de un análisis de la distribución de la precipitación regional, a partir de los intervalos de precipitación media anual (Gómez et al., 2008).
Se unieron los mapas de temperatura y precipitación media anual, para definir áreas de influencia climática (AIC). En cada AIC se calcularon los valores mensuales y anual de temperatura y precipitación media.Enseguida, se determinó el tipo de clima utilizando el Sistema de Clasificación de Köppen modificado por García (García, 2004).
Para identificar todos los usos de suelo y vegetación del área de estudio, se usaron los polígonos de la Serie VI de INEGI (Inegi, 2016), en los cuales se redefinieron los linderos y se detallaron con mayor precisión por medio de imágenes de satélite de Google Earth Pro (2018) a escala de 1: 10 000.
Con base en las imágenes de satélite, se clasificó la densidad arbórea de los polígonos de la vegetación secundaria de selva baja caducifolia consignada en la Serie de Inegi referida en: alta, media y baja. Asimismo, se generaron nuevos polígonos de agricultura de roza-tumba-quema y agricultura mecanizada. Para ello, se consideraron los resultados de trabajos anteriores realizados en la zona de estudio (Uribe et al., 2015).
Diagnóstico agroforestal
En cada UP se hizo un inventario forestal, para identificar las especies que mejor se desarrollan en ellas. Se establecieron tres parcelas de muestreo en cada UP con una superficie de 400 m2, de forma circular, con un radio de 11.28 m. En toda el área de muestreo, se registraron los árboles y arbustos con un diámetro normal mayor a 2.5 cm. Para los árboles, se midió el diámetro normal a 1.30 m. En los arbustos, el diámetro se midió a 15 cm de altura sobre el suelo. La altura de ambos se determinó con una pistola Haga modelo 43890, y los diámetros con una cinta diamétrica Forestry Suppliers de tela, modelo 283D.
Se calculó el índice de valor de importancia (IVI) mediante la siguiente fórmula (Mueller-Dumbois y Ellenberg, 1974):
Donde:
VI= Valor de importancia de la especie i
Dominancia = Área basal de la especie i/∑ área basal de todas las especies
Frecuencia = Número de parcelas en las que la especie i está presente/número total de parcelas
Abundancia = Número de individuos de la especie i/número total de individuos de toda el área muestreada
Con base en lo observado en campo y en estudios previos en el área (Uribe et al., 2015; Burgos et al., 2017; Yescas et al., 2017), se seleccionaron aquellas UP que presentaron dos o más limitantes (Cuadro 2), para dar una posible solución, con la implementación de tecnologías agroforestales, con especial interés en el incremento a la baja productividad del sistema.
Participación social
Se efectuaron 32 entrevistas semiestructuradas que representaron 80 % del total de los productores del área de estudio. Las entrevistas se elaboraron con base en la metodología Diagnóstico y Diseño (Raintree, 1987), la cual se adaptó a las condiciones de la región y al propósito de esta investigación. Las preguntas se enfocaron a la identificación de otras posibles limitantes en cada UP; así como en el principal interés económico por parte de los productores; de igual modo se preguntó sobre la preferencia de las especies arbóreas y arbustivas de uso múltiple para el diseño de las tecnologías agroforestales.
Diseño de las tecnologías agroforestales
Se consideraron las principales limitantes de cada UP, las especies arbóreas y arbustivas de usos múltiples indicadas por los productores con especial interés a los aspectos económico y con representatividad en el paisaje, mediante el valor de importancia (VI). Los aspectos de fisiografía y clima se incluyeron con el objeto de asegurar un desarrollo adecuado en campo de dichos taxa.
A partir dela revisión bibliográfica (Chacón y Harvey, 2006; Soto-Pintó et al., 2011; Bolaños et al., 2013) se determinó la morfología de cada especie estudiada, se estableció la densidad de árboles por hectárea, así como su arreglo espacial en cada tecnología.
Evaluación de la viabilidad económica de las tecnologías agroforestales
Se estimó el costo total por hectárea del establecimiento de las tecnologías agroforestales propuestas, mediante el cargo por mano de obra, por maquinaria y equipo, así como por consumos. Estos se obtuvieron del catálogo de concepto y rendimiento de la Comisión Nacional Forestal (Conafor, 2014), se modificó el costo actual por jornal y de herramienta por utilizar. Cabe mencionar, que el estimado de costos fue para abril de 2019, cuando se tenía un tipo de cambio promedio de $19.00 MN por dólar norteamericano.
Si el principal interés económico de los productores era la venta de leña, los beneficios económicos se estimaron solo para dicha actividad. Se consideró que la plantación de los taxones propuestos en cada tecnología serán cuidados por los productores en las primeras etapas, y con base en lo definido por la Comisión Nacional Forestal, se calculó el volumen total del árbol a la edad de 20 años, para obtener el número de cargas de leña por árbol, bajo el supuesto de que habrá 10 % de mortalidad de los individuos plantados en cada tecnología (Conafor, 2013).
El volumen se multiplicó por el costo de la carga de leña a nivel local. La carga de leña equivale a 0.17 m3, por lo que 1 m3 contiene 5.8 cargas. De acuerdo con Vázquez et al. (2017) su costo depende del tipo de especie, y varía entre $85.00MN y $100.00 MN, que equivale a US$4.47-5.26.
Resultados y Discusión
Diagnóstico detallado del medio biofísico
Se reconoce que 42 % del área de estudio tiene laderas moderadamente inclinadas, con pendientes entre 2 y 8 %, en altitudes de 1 200-1 400 m (Cuadro 3) (Figura 1).
Descripción de la Geoforma | Intervalo altitudinal (msnm) |
Intervalo de pendiente (%) |
Superficie (ha) |
Porcentaje (%) |
---|---|---|---|---|
Valle Fluvial casi plano | 1 000-1 200 | 0-2 | 547 | 20.36 |
Ladera moderadamente inclinada | 1 200-1 400 | 2-8 | 1130 | 42.09 |
Ladera inclinada | 1 400-1 600 | 8-15 | 758 | 28.21 |
Cima de Ladera | 1 600-1 800 | 0-2 | 251 | 9.34 |
Se delimitaron 14 áreas de influencia climática y se determinaron tres climas diferentes en el área evaluada (Figura 2). El clima cálido, el más seco de los subhúmedos, con régimen de lluvias en verano [Aw0(w)(i’)g] tiene más predominancia en la zona, el cual se presenta en 53.47 % del total de la superficie estudiada (1 436 ha); se ubica en el valle fluvial y las zonas aledañas de laderas moderadamente inclinadas de la parte occidental.
En las laderas inclinadas, hay un gradiente de mayor precipitación, el clima es cálido, el normal de los subhúmedos y con régimen de lluvias en verano [Aw1(w)(i’)g], la superficie con este clima es de 609 ha (22.65 %). En la cima de las laderas, el clima se caracteriza como semicálido del grupo de los cálidos, el normal de los subhúmedos y régimen de lluvias en verano [A(C)w1(w)(i’)g], con una superficie de 641 ha (23.88 %).
En cuanto al uso del suelo y vegetación se delimitaron 11 tipos. Predomina la vegetación secundaria de selva baja caducifolia (SBC) de densidad media (42.30 %). La superficie dedicada a la agricultura y pastizal suma 19.30 % del total (Figura 3).
Al integrar los mapas temáticos de fisiografía, clima y uso del suelo y vegetación se obtuvieron 14 UP, de las cuales, la vegetación secundaria de SBC en sus diferentes densidades y condiciones climáticas, así como fisiográficas representan el uso con mayor superficie en la región, tanto para el ganado, como para la comunidad (Figura 4). Esto se debe a que, durante la época de lluvias, la vegetación natural es la única fuente de alimento para el ganado, lo que disminuye los gastos de los productores (Uribe et al., 2015).
1. Agricultura de Roza-Tumba-Quema en un clima Aw0(w)(i´)g en una ladera moderadamente inclinada; 2. Agricultura de temporal anual Mecanizada en un clima Aw0(w)(i´)g en un Valle fluvial casi plano; 3. Pastizal inducido con BE de densidad media en un clima A(C)w1(w)(i´)g en una cima de ladera; 4. Pastizal inducido e introducido en un clima Aw0(w)(i´)g en una ladera moderadamente inclinada; 5. Pastizal inducido con SBC de densidad media en un clima Aw0(w)(i´)g en una ladera moderadamente inclinada; 6. Pastizal inducido con SBC de baja densidad en un clima A(C)w1(w)(i´)g en una cima de ladera; 7. Vegetación Secundaria de SBC de baja densidad en un clima Aw0(w)(i´)g en un Valle fluvial casi plano; 8. Vegetación Secundaria de SBC de alta densidad en un clima Aw1(w)(i´)g en una ladera inclinada; 9. Vegetación Secundaria de SBC de densidad media en un clima Aw0 (w) (i´) g en una ladera moderadamente inclinada;10. Vegetación Secundaria de SBC de densidad media en un clima A(C)w1(w)(i´)g en una cima de ladera; 11. Vegetación Secundaria de SBC de densidad media en un clima Aw0 (w) (i´) g en una ladera inclinada; 12. Vegetación Secundaria de SBC de alta densidad en un clima Aw1(w)(i´)g en una cima de ladera; 13. Vegetación Secundaria de SBC de alta densidad en un clima Aw1(w)(i´)g en una ladera inclinada; 14. Vegetación Secundaria de SBC de alta densidad en un clima Aw1(w)(i´)g en una ladera moderadamente inclinada; 15. Zona Urbana; 16. Cuerpo de agua.
Diagnóstico agroforestal
Se identificaron 64 especies arbóreas y arbustivas. Los taxones con mayor valor de importancia por unidad de paisaje se muestran en el Cuadro 4. Estos resultados son similares a los de Hernández et al. (2011) en un estudio llevado a cabo en Ajuchitlán, cuyas especies con mayor valor de importancia son ixtumeca (Euphorbia schlechten Boiss), tlahuitol [Lysiloma divaricata (Jacq.) McBride] y tecolhuixtle (Mimosa benthami J.F. Macbr) que representan 37.29 % del total del índice de valor de importancia.
Unidad de Paisaje relativamente homogénea (UP) |
Especie | VI (%) |
---|---|---|
3 | Quercus magnoliifolia Née | 22.39 |
8 | Quercus magnoliifolia Née | 9.61 |
7 | Acacia cochliacantha Willd. | 65.41 |
11 | Lysiloma divaricata (Jacq.) J. F. Macbr. | 13.95 |
13 | Eysenhardtia polystachya (Ortega) Sarg. | 21.28 |
10 | Mimosa benthamii J.F.Macbr. | 12.97 |
12 | Lysiloma divaricata (Jacq.) J. F. McBride. | 12.12 |
14 | Guazuma ulmifolia Lam. | 11.37 |
5 | Guazuma ulmifolia Lam. | 9.90 |
9 | Bursera bipinnata (DC.) Engel. | 7.31 |
6 | Lysiloma acapulcensis (Kunth) Benth. | 7.12 |
Las UP seleccionadas para el diseño de las tecnologías agroforestales fueron: agricultura de rosa-tumba-quema (1), agricultura de temporal anual Mecanizada (2), pastizal inducido e introducido (4), pastizal con SBC de baja densidad en la cima de la ladera (6) y vegetación secundaria de SBC de baja densidad en el Valle fluvial (7).
Se observó que la principal limitante en las tres primeras UP (1,2 y 4) fue el uso de agricultura y pastizal convencional con la aplicación intensiva de fertilizantes nitrogenados. En las entrevistas semiestructuradas y en los recorridos de campo se reconocieron limitantes en el cercado con postes muertos, debido a su alto costo de establecimiento y mantenimiento (Uribe et al., 2015). Ello porque el área es netamente ganadera, lo que genera presión para las especies arbóreas que son utilizadas como postes para elaborar cercos muertos en predios pequeños y fraccionados, con una superficie promedio de 1 ha.
En la UP 6 se tuvo degradación del suelo causada, principalmente, por erosión hídrica. En la UP 7 se observó baja densidad arbórea, lo que puede ocasionar pérdida de suelos, si no se efectúan buenas labores de manejo.
Cercas vivas
En las UP con pastizal y agricultura (1, 2 y 4) se recomienda el establecimiento de cercas vivas, que de acuerdo con Harvey et al. (2005) son árboles de uso múltiple plantados en hileras, que manejan los agricultores. Se utilizan para dividir los pastizales y proteger de los animales a los cultivos, o para marcar los límites de las parcelas, lo cual propicia mantener el paisaje y la conectividad de la región agrícola-ganadera (Chacón y Harvey, 2006). Dado que los predios son pequeños y fraccionados, no se propone otro tipo de tecnología agroforestal.
Para el establecimiento de las cercas vivas se aconseja incorporar: Gliricidia sepium (Jacq.) Kunth ex Walp., o mata rata; Acacia cochiacantha Willd., o cubata prieta; Mimosa benthamii, o tecolhuixtle y Guazuma ulmifolia Lam., o cuaulote. Eespecies de uso múltiple que tienen un alto valor de importancia. Se desarrollan, adecuadamente, en el valle fluvial casi plano y en las laderas moderadamente inclinadas con el tipo de clima Aw0(w)(i’)g. Pueden servir para la venta de leña, una vez que alcancen el desarrollo deseado, ya que son apreciadas por los pobladores (Vázquez et al., 2017).
Para su establecimiento en campo, se propone un espaciamiento de 4 m entre planta, intercalando un poste muerto cada dos metros, con una densidad de 100 plantas ha-1. Una separación menor podría reducir los rendimientos del cultivo, debido a la competencia por luz y nutrientes. Colocar alambre de púas cuando las plantas estén bien enraizadas y tengan un grosor de más de 15 cm de diámetro normal (Chacón y Harvey, 2006).
De acuerdo con Yescas et al. (2017), el uso de cercas vivas es una de las tecnologías recomendadas en la zona agrícola-ganadera de la selva baja caducifolia de la Sierra de Huautla, Morelos; ya que, además de servir como delimitación de linderos, satisface las necesidades de leña de los productres.
Según Cortez et al. (2017), las cercas vivas son una opción para reducir los impactos negativos de la ganadería extensiva, la pérdida de la vegetación natural y la degradación de los suelos en la Sierra de Huautla. Asimismo, Soto et al. (2008) indican que esta tecnología tiene un efecto benéfico en el suelo al reducir la erosión, los costos de manejo son bajos o nulos y proporcionan diversos productos, entre los que destacan la leña y el forraje.
Barreras vivas
En la UP 6 se observó un alto grado de erosión. Por tal motivo, se sugiere la práctica de barreras vivas, que servirán para controlar la pérdida del suelo por erosión hídrica, lo cual reduce la velocidad del agua de escorrentía pendiente abajo y con ello, la remoción del suelo; además favorece que las partículas del suelo se sedimenten en la parte superior de las barraras vivas y se formen terrazas naturales (Quinton y Rodríguez, 1999). Con dicha estrategia, se detendrá el proceso degradativo del suelo y, con el tiempo, se incrementará el potencial productivo de la tierra.
También, se identificó poca diversidad de especies y una presencia importante de ixtumeca (Euphorbia schlechten), con un valor de importancia de 27 %. Este taxón es considerado por la comunidad como una planta invasora, muy agresiva y de poco uso. Por lo que se sugiere utilizar especies rusticas, que sirvan para retener el suelo y generar condiciones adecuadas para restaurar a largo plazo con especies arbóreas útiles. Se espera que aumenten el contenido de carbono en el sitio y que sustituyan gradualmente a ixtumeca.
Los taxa propuestos son nopal (Opuntia lubrica Griffiths) y el copal chino (Bursera bipinnata DC. Engl.), los cuales se desarrollan bien en la cima de la ladera y en el tipo de clima A(C)w1(w)(i´)g. A pesar de que el nopal no tiene alta representatividad en esta zona (VI 6 %) puede ser una buena opción para implementarse en barreras vivas en terrenos con alta erosión, debido a que es una especie rustica y se desarrolla bien en esas condiciones, además tiene una alta sobrevivencia (Bolaños et al., 2013).
El copal chino se propone por tener un alto valor de importancia en el área (18 %); además en sus primeras etapas se ramifica desde el nivel del suelo; es una especie muy apreciada por los pobladores, por su resina.
Para el establecimiento en campo, la separación entre plantas de nopal debe ser de 20 cm, a lo largo de las curvas de nivel, con un distanciamiento entre curvas de 16.6 m (Bolaños et al., 2013) y una densidad de plantación de 3 012 individuos ha-1. Las franjas con nopal y las de copal chino se colocan de forma intercalada. Una vez establecidas las plantas, se harán podas para darles estructura.
En el nopal se usarán las pencas para formar los bordos entre plantas que reduzcan o limiten la escorrentía. En el caso del copal chino, el material removido en las podas, se acomodará entre las plantas para formar bordos. Cuando las barreras estén establecidas, se realizará un raleo para permitir el mejor desarrollo de las plantas, cuidando de mantener los bordos al contorno.
Zúñiga et al. (1993) documenta el éxito del uso de barreras vivas en algunas regiones tropicales de México, por lo que es, ampliamente, recomendado en zonas con presencia de suelo degradado. Se espera que al utilizar las barreras vivas en esta UP se reduzca la erosión hídrica, por medio de la disminución longitudinal y del gradiente de la pendiente; y aumente la humedad del suelo para favorecer el buen desarrollo de las plantas (Ruiz et al., 2001).
Enriquecimiento de acahuales
En la UP 7 se recomienda hacer un enriquecimiento de especies, mediante la tecnología de acahual mejorado propuesto por Soto-Pintó et al. (2011). Los taxones sugeridos son tlahuitol, tepeguaje (Lysiloma acapulcensis (Kunth) Benth), tecolhuixtle y cuaulote, los cuales tienen un pleno desarrollo en el valle fluvial casi plano, con un tipo de clima Aw0 (w)(i´)g, que coinciden con las condiciones biofísicas donde se propone establecer la tecnología agroforestal.
Las especies seleccionadas para esta actividad concuerdan con Moreno y Paradowska (2009), quienes señalan que el uso potencial de dichos taxa, aparte de enriquecer los acahuales y generar beneficios ambientales, son preferidas por los productores para el uso de leña y forraje en la selva baja caducifolia del centro de Veracruz.
Para el establecimiento de la plantación se recomienda realizar brechas de 2 m de ancho en dirección perpendicular a la pendiente, con una separación de 3 m entre árboles. Entre línea y línea de individuos se dejan 7 m de acahual natural, lo que forma una densidad de 476 árboles ha-1. Los ejemplares con diámetro normal superior a 20 cm deben dejarse (Soto-Pintó et al., 2011).
Soto-Pintó et al. (2011) indican que el enriquecimiento de acahuales mantiene la capacidad de regeneración de la vegetación natural y aumenta el potencial del suelo al incrementar la cobertura, biomasa y productividad. Esto contribuye a mejorar los beneficios ambientales y, por ende, los económicos y sociales (Canadell y Raupach, 2008).
Viabilidad económica de las tecnologías agroforestales propuestas
En el Cuadro 5 se presentan los costos de establecimiento por hectárea de las tecnologías discutidas. Se observa que el enriquecimiento de acahuales resulta ser el más barato, debido, fundamentalmente, a que no se requieren muchos insumos como en las cercas y barreras vivas.
Cargo | Cercas vivas | Enriquecimiento de acahuales | Barreras vivas | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Costo ha-1 en pesos mexicanos ($) | Costo ha-1 en dólares* ($) | Costo ha-1 en pesos mexicanos ($) | Costo ha-1 en dólares ($) | Costo ha-1 en pesos mexicanos ($) | Costo ha-1 en dólares ($) | |
Mano de obra | 1 201.01 | 63.21 | 2 115.67 | 111.35 | 2 171.79 | 114.30 |
Maquinaria, equipo y herramienta | 16.30 | 0.86 | 30.58 | 1.61 | 13.02 | 0.69 |
Insumos | 9 859.54 | 518.92 | 1 001.80 | 52.73 | 5 318.60 | 279.93 |
Actividades de mantenimiento | 1 838.00 | 96.74 | 2 276.44 | 119.81 | 4 259.12 | 224.16 |
Otros cargos | 128.66 | 6.77 | 495.52 | 26.08 | 0.00 | 0.00 |
Total | 13 043.51 | 686.50 | 5 920.01 | 311.58 | 11 762.53 | 619.08 |
*Tipo de cambio de $19.00 MN por un dólar americano.
Los costos por hectárea obtenidos en esta investigación estándentro del intervalo calculado por Sáenz et al. (2010), de $10 207 a $19 923 MN, en función de la tecnología agroforestal,cuya implementación genera un costo de inversión considerable para la economía de los productores, que varía dependiendo de los costos fijos; así como de los precios actuales de insumos y mano de obra. Sin embargo, el beneficio a largo plazo, tanto económico como ambiental hará que los campesinos recuperen su inversión que, si bien puede ser costeada con sus propios recursos, también es posible acceder total o parcialmente a recursos proporcionados por instituciones de gobierno.
Como el principal interés económico de los productores es la venta de leña, los cálculos se hicieron solo para dicha actividad. Se determinó que su beneficio económico depende en gran medida de la especie debido a que el volumen está interrelacionado con el crecimiento en diámetro y altura. Se observó que también es afectado por la densidad de árboles por hectárea que se propone, bajo el supuesto de que habrá 10 % de mortalidad de los individuoss plantados en cada tecnología (Cuadro 6).
Nombre común | Especie | Cercas vivas ($ ha-1) | Enriquecimiento de acahuales ($ ha-1) | ||
---|---|---|---|---|---|
Beneficio en pesos mexicanos | Beneficio en dólares* | Beneficio en pesos mexicanos | Beneficio en dólares | ||
Tlahuitol | Lysiloma divaricata (Jacq.) Macbr. | 0.00 | 0.00 | 207 004.39 | 10 894.97 |
Cuaulote | Guazuma ulmifolia Lam. | 71 131.57 | 3 743.77 | 33 827.01 | 1 780.37 |
Tecolhuixtle | Mimosa benthami (J.F.) McBride | 193 462.05 | 10 182.21 | 207 004.39 | 10 894.97 |
cubata prieta | Acacia cochiacantha Willd. | 105 113.99 | 5 532.32 | 0.00 | 0.00 |
mata rata | Gliricidia sepium (Jacq.) Walp. | 99 274.33 | 5 224.96 | 0.00 | 0.00 |
Tepeguaje | Lysiloma acapulcensis (Kunth) Benth | 0.00 | 0.00 | 207 004.39 | 10 894.97 |
Total | 468 981.94 | 24 683.26 | 654 840.18 | 34 465.27 |
Fuente: Elaboración propia
*Tipo de cambio de $19.00 MN por un dólar americano.
De acuerdo con los resultados obtenidos, la venta de leña resulta tener un alto valor económico. Fundamentalmente, porque la leña es considerada por las familias campesinas como un recurso natural indispensable para su modo de vida. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (Sagarpa) (FAO y Sagarpa, 2007) una familia promedio necesita 500 kg de leña al año para cubrir sus necesidades de energía para la cocción de alimentos. Lo que implica un consumo anual de 8 m3, equivalentes a la extracción de 32 árboles.
Dado que la extracción de leña se practica de manera cotidiana en las comunidades de Morelos, con e consecuente impacto negativo en los recursos forestales de la selva baja caducifolia (Yescas et al., 2017), es de suma importancia generar e implementar tecnologías agroforestales con especies que tengan calidad dendroenergética; pues resulta ser una alternativa viable que tiene beneficios tanto económicos, como ambientales. De esta manera, se puede reducir la presión sobre aquellas especies preferidas para leña y reducir los impactos negativos.
Conclusiones
El método Paramétrico de Clasificación del Paisaje permite generar el diagnóstico detallado del medio biofísico para obtener unidades básicas de paisaje relativamente homogéneas fundamentales para realizar el diagnóstico agroforestal, que sirve para identificar las especies más representativas y detectar las principales limitantes de las UP. La participación social es clave para diseñar las tecnologías propuestas, las cuales incluyen componentes locales de interés para los productores y con potencial de mejorar la calidad de dichos sistemas. El buen manejo silvícola de las tecnologías agroforestales propuestas, pueden incrementar los ingresos económicos de los agricultores, principalmente, por la venta de leña. Sin embargo, no se debe descartar que dichas tecnologías también, generen, a largo plazo, beneficios económicos por el pago por servicios ambientales. Los resultados de esta investigación contribuyen a obtener información local para el buen manejo de las tierras agrícolas y forestales de la zona. La metodología empleada puede replicarse en cualquier zona del país.