Introducción
La leña es una fuente primordial de energía doméstica para la población rural de muchos países en desarrollo, cerca de 2 600 millones de sus habitantes cubren con este tipo de combustible parte de sus necesidades básicas: calefacción de la vivienda, cocción de alimentos, hervir agua para el consumo humano, entre otros (Baeribameng et al., 2020). Asimismo, se usa en pequeñas industrias como ladrilleras, talleres de alfarería y panaderías (Masera y Fuentes, 2006).
En México, cuatro millones de hogares (11 %) usan leña o carbón, por lo que se aprovechan 38 millones de metros cúbicos al año, lo que representa 40 % de la energía total usada en el país (Inegi, 2018), y la emplean aproximadamente 28 millones de habitantes (Díaz, 2000). La mayoría (66 %) de la energía producida por leña corresponde a los estados de Campeche, Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Querétaro, Tabasco, Veracruz y Yucatán. Su consumo promedio a nivel nacional está entre 2.1 y 3.0 kg habitante-1 día-1 (Quiroz et al., 2009). Según la encuesta intercensal de INEGI (2015), en el estado de Guerrero el 44.4 % de las viviendas utilizaban leña o carbón; respecto al consumo exclusivo y mixto de este combustible, en el 2010 fue de 1 254 058 t (Masera et al., 2010), y se tiene registro de 21 municipios que hacen uso exclusivo de la leña para la cocción de alimentos, entre ellos al de Malinaltepec (en el quinto lugar) con 95.9 % de consumidores (INEGI, 2010).
Los estudios sobre el efecto de la extracción de leña en la dinámica de los bosques son limitados para la región de la Montaña de Guerrero; no obstante, se sabe que esta depende de factores como la cantidad de biomasa extraída, la relación con el tiempo de recuperación del ecosistema, el origen del material recolectado, entre otros (Bailis et al., 2015). De la misma forma, las repercusiones sociales de su empleo son complejas; por ejemplo, Masera et al. (2005) señalan la posible relación de la pobreza y la marginación con una mayor utilización de leña. También, los elementos culturales son importantes, ya que de acuerdo con Masera et al. (2010) aun cuando las familias tienen acceso a otros combustibles, continúan utilizándola para la cocción de platillos tradicionales. El uso de este recurso además provoca problemas de salud en vías respiratorias, las cuales se catalogan como la tercera causa de muertes prematuras en los países en desarrollo (Lagunes-Díaz et al., 2015).
Gran parte de las comunidades de la Montaña de Guerrero presentan altos índices de pobreza y sus habitantes son dependientes de los recursos del bosque para la obtención de leña (Salgado-Terrones et al., 2017); sin embargo, a pesar de la relevancia del tema todavía se desconocen las tasas de consumo y si estas pueden representar un peligro para los ecosistemas de la región. El presente estudio tuvo como objetivo estimar la tasa de consumo per cápita y determinar la preferencia de las especies arbóreas y arbustivas usadas como combustible dentro de la comunidad de La Ciénega, ubicada en el municipio Malinaltepec en el estado de Guerrero.
Materiales y Métodos
Área de estudio
La Ciénega se localiza al oriente del estado de Guerrero, en la región de la Montaña; entre las coordenadas geográficas 17º13’10‟ N y 98º37’34‟ O, a una altitud de 2 050 m (Figura 1). El clima de la comunidad es semicálido A (C) subhúmedo w (w) con lluvias en verano, temperatura media anual entre 18 y 22 °C y una precipitación anual de 1 100 a 2 000 mm (INEGI, 2015).
La comunidad posee un cerro denominado Tata Bègò (San Marcos o de la lluvia), el cual es el espacio más importante con bosque de encino-pino y áreas con vegetación secundaria. La principal actividad económica de sus habitantes es la agricultura y la población está compuesta por 549 pobladores pertenecientes al grupo originario Me’phaa (INEGI, 2015).
Recopilación de la información
Para conocer el uso y aprovechamiento de la leña, se aplicó un cuestionario de manera aleatoria a 39 jefes de familia (32 mujeres y 7 hombres), con una edad promedio de 42 años (mín 25-máx 80). De las personas que respondieron a la encuesta 77 % fueron amas de casa, 8 % campesinos y 15 % empleados. Además, 35 de los encuestados poseen derechos comunales y cuatro son avecindados. Las preguntas incluidas en dicha herramienta recabaron información sobre la unidad familiar (número integrantes, ocupación, escolaridad); tipo de combustible utilizado, especies preferidas, forma de adquisición, sitios y distancia recorrida para la recolecta, cantidad usada semanalmente, así como la exploración relacionada con las normas que regulan la utilización de dicho recurso.
Estimación de las tasas de consumo de leña
La tasa de consumo de leña se estimó a partir de los métodos indirecto y directo. Para el primero, se utilizó el cuestionario aplicado en los 39 hogares, en el cual se incluyeron preguntas sobre la cantidad consumida (cargas, camioneta, tercia, etcétera) a lo largo de un año; la conversión de las unidades antes citadas se realizó mediante el pesaje de la leña contenida en una camioneta y en una carretilla (medidas empleadas en la comunidad de La Ciénega). Para la valoración directa, se solicitó la participación de las familias encuestadas y se usó el método sugerido por Holz y Ramírez-Marcial (2011). Se obtuvo el peso inicial (con una báscula para colgar digital de 0.01 g de precisión, marca Weiheng) de la leña por utilizar durante tres días, y el peso final para determinar la cantidad consumida en dicho periodo; lo anterior se efectuó sistemáticamente durante seis meses (a partir de marzo). Para medir el consumo por día por persona se empleó la siguiente fórmula (Holz y Ramírez-Marcial, 2011):
Donde:
CL = Consumo diario de leña
Li = Kilogramos de leña en el pesado inicial
Lf = Kilogramos de leña en el pesado final
P = Cantidad de personas que viven en el hogar
T = Cantidad de días entre Li y Lf
Determinación taxonómica de las especies
Se realizó la recolecta de material botánico de las especies utilizadas para leña, el cual se prensó y herborizó de acuerdo con el método sugerido por Lot y Chiang (1986). La determinación taxonómica de los ejemplares colectados se hizo a partir de claves dicotómicas de la flora de la región (Valencia et al., 2002), y se depositaron en las colecciones botánicas de la Universidad Intercultural del Estado de Guerrero y de la Universidad Autónoma de Guerrero.
Análisis de datos
El análisis estadístico se realizó con el programa SPSS v20. Se aplicaron pruebas de medias (ANOVA) con un nivel de significancia de P = 0.05, esto con la finalidad de comprobar la existencia de diferencias entre la medición directa e indirecta de leña. De igual manera, se utilizó la prueba de Tukey con un nivel de significancia de P < 0.05 para reconocer diferencias entre las tasas de consumo por mes.
Resultados y Discusión
Uso de combustible
La Ciénega es una localidad que se rige por usos y costumbres, incluidos los relacionados con la elaboración de los alimentos en fogón de leña, una de las múltiples razones por lo que este combustible es indispensable en la mayoría de las comunidades Me’phaa de la región. En el presente estudio se determinó que 100 % de los encuestados utilizan leña; asimismo para 69 % de ellos, el uso es exclusivo y 31 % lo combina con gas LP (licuado de petróleo), el cual tiene un alto costo ($ 568.00 cilindro de 20 kg). Si se consideran los ingresos de los habitantes de la zona, su adquisición es difícil debido a las condiciones de acceso a la misma.
La leña se usa para cocinar todo tipo de alimentos; sin embargo, cuando se complementa con el gas, solo se emplea para preparar aquellos que necesitan un tiempo considerable para su cocción (como el nixtamal, tortillas, pozole, entre otros) y el gas se utiliza para calentar la comida, elaborar alguna salsa o una preparación que no requiera mucho tiempo al fuego. Del total de los jefes de familia entrevistados, 71.7 % usan brasero abierto, que está formado por tres piedras colocadas en forma de triángulo que, a su vez, apoyan al soporte del comal o cazuela; 31.5 % utilizan el bracero cerrado; y únicamente 5.1 % la estufa ahorradora (Figura 2).
Los resultados de las encuestas muestran que la leña es el combustible principal para la comunidad de estudio; situación que según Díaz y Masera (2003) se presenta en distintas regiones del país, ya que aporta 80 % de la energía usada en los hogares rurales. Además, Quiroz et al. (2009) indican que la decisión de emplear dicho recurso energético se debe al efecto de factores culturales (usos y costumbres), sociales y biológicos que influyen en el nivel de ingresos, costo, transporte, capacidad familiar de extracción, disponibilidad, número de especies utilizadas, el calor generado y la escases o abundancia de humo durante la combustión. Asimismo, los resultados de este trabajo concuerdan con lo registrado en tres comunidades de la región Montaña de Guerrero por Salgado-Terrones et al. (2017), quienes advierten que la leña es el combustible básico de las familias; mientras que, el gas es un complemento.
Igualmente, en otras regiones como la Zoque del centro de Chiapas, Escobar-Ocampo et al. (2009) observaron que 100 % de su población consume leña y solo 37 % lo combinan con gas. No obstante, Contreras-Hinojosa et al. (2003) documentan que en una localidad del estado de Oaxaca 18 % de sus entrevistados consumen exclusivamente leña y 82 % intercalan con gas LP, lo que atribuyen al fácil acceso y el poder adquisitivo de sus habitantes para su compra.
En cuanto al uso de braseros, el abierto resultó ser el más común en La Ciénega, a pesar de su baja eficiencia, ya que de acuerdo con lo señalado por Masera et al. (2011), el consumo de leña con este tipo de fogón es mayor, porque se quema de forma ineficiente y emite una gran cantidad de sustancias dañinas para la salud y el ambiente, lo cual afecta la calidad de vida de las familias. Pese a lo anterior, su uso prevalece en diversas comunidades (Escobar-Ocampo et al., 2009).
Los habitantes de la Ciénega señalaron que su construcción es fácil y no implica un gasto extra. Por otro lado, la estufa ahorradora promocionada por programas como el Especial para la Seguridad Alimentaria (PESA) y el de Manejo Integrado de Ecosistemas (MIE) no ha sido adoptada.
En ese sentido, Flores (2016) indica que la adopción de tecnología es un proceso complejo, en el cual la situación económica es relevante, ya que obliga a las personas a ser extremadamente precavidas cuando se trata de adoptar una innovación, justamente por la inversión por realizar (aunque sea mínima). Además, señala que el uso de la estufa ahorradora requiere un manejo distinto, dado que es necesario usar leña seca (la cual no siempre está disponible) y el tamaño del trozo debe ser pequeño, lo que significa más trabajo. Por otra parte, las condiciones climáticas de La Ciénega (invierno muy frío y abundantes lluvias en verano) quizás limitan el uso de dicha alternativa tecnológica. Soares (2006) cita que estas estufas puedan no ser apropiadas para lugares con dichas condiciones climáticas; puesto que las tradicionales, aparte de cumplir con la función de la cocción de alimentos, también calientan la casa en invierno y secan a los integrantes de las familias cuando regresan de sus labores, mojados por la lluvia en verano, escenario presente en la comunidad de estudio.
Adquisición de la leña
La forma de abastecimiento de leña en las comunidades rurales difiere de acuerdo con el contexto que las rodea (Quiroz-Carranza y Orellana, 2010). La extracción es principalmente para autoabasto y la realizan los propios usuarios; no obstante, también se obtiene a través de la compra con personas que fijan el precio, considerando la mano de obra para la corta y el traslado (Escobar-Ocampo et al., 2009).
El suministro de leña en la comunidad de La Ciénega se realiza mediante la recolecta (71.7 %), la compra (15. 3 %) y en algunos casos (12.8 %) de ambas formas.
La compra se lleva a cabo en la misma comunidad, los proveedores la trasladan hasta el domicilio; también se consigue en los pueblos vecinos de Loma del Faisán y Laguna Seca (ubicados a 2 y 4 km, respectivamente). Los vendedores pertenecen a comunidades cercanas como Paraje Montero, Ojo de Agua, Mixtecapa y Altepec; además se adquiere con amigos o familiares originarios de La Ciénega que tienen terrenos de donde extraerla, pero esto es poco frecuente. Las medidas utilizadas localmente para la compra de leña son por “carretilla” y “camioneta”, con un costo de $ 50.00 y $ 800.00 pesos, respectivamente. La adquisición se lleva a cabo cada tres meses, con un promedio 2.90 t año-1 (mínimo 1.29 - máximo 5.18 t año-1). Los compradores, según las encuestas, son los avecindados o los que trabajan fuera de la comunidad; los primeros por carecer de derechos sobre las áreas comunes, y los segundos por la falta de tiempo para la recolección.
La extracción de leña la realizan dentro de la comunidad, 88.2 % la obtienen de sus propios terrenos y 8.8 % de las áreas comunes. La cantidad recolectada por familia, según las entrevistas, se relaciona con el número de sus integrantes (R = 0.71 y R 2 = 0.5072) (Figura 3). En promedio se reúnen 3.0 t de leña por año por familia.
En este sentido, Reyes-Matamoros (2016 registra que en San Nicolás Huajuapan, Puebla, 91.42 % recolectan su leña; Quiroz-Carranza y Orellana (2010) documentan que 39.3 % de la leña se la compran a leñadores, 53.3 % la recolecta en la áreas con vegetación, 4.2 % del área de la milpa y 3.0 % del solar.
Los medios para trasladarla del sitio de recolecta al hogar son la carretilla (44.2 %) y camioneta (55.8 %). En estudios como el de Quiroz-Carranza y Orellana (2010) se cita que el transporte se hace en triciclo de carga, bicicleta y carreta tirada por mulas. Camou et al. (2006) registran en dos microrregiones de la Sierra Tarahumara, como los principales elementos de acarreo, la troca (camioneta), animales de carga y en la espalda de los usuarios. Las diferencias en los medios de transporte utilizado en distintas regiones se relacionan con el contexto social y ambiental. En la Ciénega existe un gran número de veredas para llegar a los sitios de recolecta, en el camino principal o carretera se utilizan la carretilla o camioneta, eso depende de la cantidad recolectada.
Asimismo, 70.5 % de los encuestados advierten que la recolecta es un trabajo que llevan a cabo los hombres, implica la búsqueda de sitios de extracción y el traslado al hogar; 8.8 % indicó que esta función corresponde a los hombres, mujeres y niños; 12.7 % manifestó que las mujeres efectúan dicha tarea. Diversos autores (Rocheleau et al., 1996; Jackson, 1998) consignan que el acarreo de leña está determinado por las relaciones de poder dentro del núcleo doméstico, las actividades productivas que cumplen sus integrantes, la proporción de hombres y mujeres en la unidad familiar, y la capacidad física de sus miembros; sin embargo, estas condiciones son propias de cada región.
En La Ciénega, los hombres son los encargados de realizar la extracción de leña, debido a que es una actividad que requiere de fuerza física para su corte (en algunos casos) y transporte. Ruiz-Meza (2006) citan que los hogares donde la madre y los hijos realizan esta labor se debe a la configuración de la familia y coincide con la ausencia el padre; ya que lo más frecuente es que sea él quien se responsabilice del abastecimiento de leña al hogar.
La leña recolectada incluye material vivo y muerto, lo que implica la poda de ramas y la corta del árbol en pie. En la Ciénega, 23.5 % de los encuetados recolecta leña seca, 26.4 % talan el árbol, 17.6 % poda ramas verdes y recoge materia seca, 32.3 % recoge leña seca y corta el árbol; aunque señalan que prefieren recogerla seca, pero casi no está disponible, debido al aumento de casi el doble de la población, por la instalación de una institución de nivel superior en la comunidad, lo que aumentó su demanda. Por ello, sus habitantes cortan árboles vivos (elite y encinos, principalmente), para lo cual eligen primero a individuos viejos o dañados por alguna plaga.
En la comunidad 94.1 % de los encuestados prefieren recolectar la leña en temporada de estiaje (de diciembre-mayo), dado que en ese periodo el material vegetal está seco, es más liviano y se utiliza de manera inmediata; asimismo, la leña verde se deseca más rápido y puede almacenarse para utilizarla con la que se recoge en la época de lluvia (que está húmeda).
Los resultados del presente estudio difieren de los documentados por Quiroz-Carranza y Orellana (2010), ya que dichos autores registran que en 65 % de sus casos el tipo de material recolectado son ramas secas desprendidas del árbol en pie, 14.2 % ramas y troncos verdes y 1.9 % corresponden a derribos de todo el árbol; las diferencias se deben a que en las seis comunidades estudiadas en Yucatán, 42.4 % utilizan la leña combinada con el gas, 3.9 % usan carbón y 2.6 % otro combustible (petróleo, cartón, aserrín, etcétera); además Quiroz-Carranza y Orellana (2010) señalan que la extracción es constante, por lo que recoger material vegetal muerto es poco probable.
La distancia que se recorre desde la vivienda al sitio de recolecta fue variable, 25 % mencionó que camina un kilómetro, 41 % dos, 23 % tres y 11 % cuatro kilómetros. La diferencia responde a la ubicación de los terrenos de cada encuestado, además la recolecta no se hace siempre en el mismo lugar, por lo que deben buscar otros espacios con disponibilidad de recursos. Los tramos recorridos por habitantes de La Ciénega reflejan dificultades para su adquisición; no obstante, están a acostumbrados a dichos trayectos, razón por la cual no consideran tener un problema de abasto; así, la cotidianidad y el abastecimiento sin inconvenientes diluyen los pensamientos relacionados con la escasez.
En otras investigaciones se observa el efecto de los distintos contextos sociales; así Silva-Aparicio et al. (2018), señalan que en los núcleos agrarios de San Pedro Huamelula, San Marcos Arteaga y Unión Zapata ubicados en el estado de Oaxaca, 62 % de los encuestados indican no tener problemas para conseguir leña, en el primero tienen alta disponibilidad, en el segundo núcleo tienen el poder adquisitivo para la compra de gas LP; pero en el tercero, 44 % de los entrevistados menciona no tener conflictos, mientras que 56 % advierten que para recolectar leña de buena calidad se necesita recorrer largas distancias, por lo que en ocasiones la substituyen con residuos de otras plantas, como el agave (Agave spp.).
En La Ciénega también utilizan “residuos”, los cuales provienen de la poda de café; sin embargo, sólo ocurre una vez al año. En la comunidad aún son selectivos con las especies usadas para leña, lo cual puede reflejar la disponibilidad del recurso; no obstante, la distancia recorrida para la recolecta cada vez es mayor, y la existencia de proveedores de este combustible indican cambios en la dinámica de los bosques; es decir, la abundancia de las especies para leña está disminuyendo.
Especies utilizadas para leña
Las especies utilizadas para leña registradas correspondieron a cuatro familias botánicas: Fagaceae, Pinaceae, Betulacea y Rubiaceae. Alnus acuminata Kunth (elite) es la especie de mayor uso en la comunidad, según los encuestados es abundante y por lo tanto es más fácil encontrar. Sin embargo, prefieren al encino colorado (Quercus magnoliifolia Née), porque forma brasas (Cuadro 1).
Familia | Especie | Nombre común | Nombre en lengua Me’phaa | Frecuencia de uso | Orden de preferencia | Razones de uso |
---|---|---|---|---|---|---|
Betulaceae | Alnus acuminata Kunth | Elite | Íxe gro'on | 1 | 2 | Es fácil de conseguir |
Fagaceae | Quercus elliptica Née | Encino blanco | Chabun' | 3 | 3 | Genera brasa |
Fagaceae | Q. magnoliifolia Née | Encino colorado | Xtamaña | 2 | 1 | Genera brasa |
Fagaceae | Q. martinezii C.H. Mull. | Encino negro | Íxe guku | 4 | 4 | Genera brasa |
Fagaceae | Quercus sp. | Roble | Íxe guku | 6 | 6 | Genera brasa |
Rubiaceae | Cofea arabica L. | Café | Íxe kafe | 5 | 5 | Disponibilidad por la poda |
Pinaceae | Pinus sp. | Pino- Ocote | Xti’ kha rondo | 7 | 7 | Fácil de encender |
Los resultados coinciden con lo registrado por Contreras-Hinojosa et al. (2003) y Salgado-Terrones et al. (2017) quienes indican a Quercus spp. como las preferidas para leña, debido a que su madera es “maciza” y dura. Gual et al. (2020) señalan que existen 1 285 especies de plantas vasculares que se usan para combustible, pero destacan como preferentes las familias Fabaceae con 257 taxones y Fagaceae con 94. Las diferentes preferencias se relacionan con el tipo de clima y vegetación que predomina en cada lugar; así como, a la altitud en que se desarrollan. En La Ciénega, a pesar de que los individuos de Q. magnoliifolia Née son de los preferidos, los pobladores mencionan que los árboles utilizados de manera eventual o constante están en función de su disponibilidad.
Tasa de consumo de leña en la comunidad de la Ciénega
La tasa de consumo de leña estimada con el método directo fue de 2.01±0.003 kg persona-1 día-1 ( X =2.0, S=0.02); mientras que, con el indirecto resultó de 2.11± 0.071 kg persona-1 día-1 ( 𝑋 =2.11, S=0.44), ambos presentaron diferencias significativas ( 𝑡 𝑔𝑙=38 =-1.312, P<0.05) en el consumo según los diferentes métodos. Asimismo, en el consumo mensual (marzo a agosto) también se obtuvieron diferencias (F=961.9, P<0.05); la prueba de Tukey indicó dichas discrepancias para los meses de mayo a agosto, cuando se incrementó el consumo, sin embargo, entre marzo y abril, la diferencia no fue significativa (periodo con lluvias escasas) (Cuadro 2).
Meses | Consumo promedio (persona-1 día-1) |
Temperatura mínima (°C) |
Temperatura media (°C) |
Precipitación mensual (mm) |
---|---|---|---|---|
Marzo | 1.738 | 6 | 25.9 | 7.0 |
Abril | 1.755 | 8 | 27.3 | 10.0 |
Mayo | 1.863 | 9 | 26.1 | 196.5 |
Junio | 2.160 | 10 | 23.9 | 566.5 |
julio | 2.245 | 8 | 22.7 | 389.0 |
Agosto | 2.349 | 9 | 22.9 | 709.4 |
El consumo registrado difiere de lo citado por Quiroz-Carranza y Orellana (2010), quienes estimaron entre 1.26 y 2.89 kg persona-1 día-1 en seis localidades de Yucatán. Contreras-Hinojosa et al. (2003) registraron 1.8 kg persona-1 día-1 en Yanhuitlán, Oaxaca. Las diferencias en el consumo per cápita de leña por comunidad se deben a las características particulares existentes en cada región; así como a la combinación del uso de leña y gas LP, al tipo de dispositivo de combustión utilizado, la disponibilidad de la leña, patrones culturales sobre los usos y costumbres propios de las comunidades. Además, la cantidad de leña usada por familia está en función del número de comidas elaboradas durante el día, a la cantidad de miembros de la unidad familiar, y al tiempo que dura encendido el fogón (Del Amo, 2002; Del Amo e Yllescas, 2002; Arias-Chalico, 2002).
Masera et al. (2010) clasifican el consumo de leña per cápita para usuarios exclusivos por macrorregión para México; para las zonas del trópico húmedo, el consumo es de 3.0 kg hab-1 día-1; en el trópico seco, de 2.5 kg hab-1 día-1; en las zonas templadas, de 2.0 a 2.5 kg hab-1 día-1; zonas semiáridas, de 1.5 a 2.5 kg hab-1 día-1; en los humedales, de 2.5 a 2.5 kg hab-1 día-1; y otros de 1.5 a 2.5 kg hab-1 día-1. La comunidad de La Ciénega se ubica en la microrregión ecológica templada y su consumo per cápita de leña coincide con los intervalos citados con más frecuencia.
Las tasas de consumo per cápita estimadas por medio de los métodos directo e indirecto presentaron diferencias significativas de 2.11± 0.071 kg de leña persona-1 día-1; y 2.01 ±0.003 kg persona-1 día-1, respectivamente. Estas discrepancias pueden relacionarse con la variación de datos debido a la incertidumbre de las respuestas de los entrevistados, ya que parte de las familias compran y extraen leña de manera periódica, por lo que se complica la estimación; sin embargo, la técnica de pesado directo de la leña consumida en un determinado tiempo permitió realizar una evaluación más ajustada que las estimaciones indirectas (Holz y Ramírez-Marcial, 2011).
El consumo de leña mensual (marzo a agosto) en la comunidad, evidenció diferencias significativas (F=961.9, P<0.05). La prueba de Tukey indicó que se presentan a partir del mes mayo y hasta agosto, meses en los que aumenta la precipitación y disminuye la temperatura. Los valores son similares a los de Camou et al. (2006), quienes estiman una tasa de consumo per cápita, en época de frío (octubre a febrero), de 4.85 kg persona-1 día-1 y en julio, dentro del periodo cálido (marzo a septiembre), de 2.7 ± 1.6 kg. La disminución en el consumo de leña corresponde con el aumento de la temperatura, y lo opuesto sucede en los meses fríos. De manera similar, Ramírez-López et al. (2012) en un estudio realizado en ocho comunidades de Chenalhó, Chiapas señalan que el consumo de leña para la época seca es de 3.7 ±1.5 kg persona-1 día-1 y 3.9 ± 2.7 kg persona-1 día-1 en la temporada lluviosa; es decir, que el consumo de leña se incrementa con la presencia de lluvias, ya que los integrantes de la familia permanecen más tiempo en la cocina, para secarse o calentarse, debido a que las precipitaciones disminuyen la temperatura; asimismo, en la temporada de frío es necesario usar más calor para calentar el hogar y los alimentos, por ello la cantidad de leña utilizada es mayor.
Normas comunitarias para el uso de la leña
La comunidad de La Ciénega tiene un reglamento interno, en el cual se establecen normas para la extracción de leña. En las entrevistas se registró que 92.3 % de los jefes de familia mencionan la prohibición de la corta de árboles en el Cerro Tata Bègò o Cerro de la Lluvia como la más importante; 7.6 % señaló no tener conocimiento de alguna regla para la realización del aprovechamiento de dicho recurso. Otras normas contempladas en el reglamento interno son:
La extracción o corta de árboles para leña que se encuentren en terrenos pertenecientes a la comunidad deberá ser a partir de una solicitud de permiso a la Comisaría.
No se deben extraer árboles en los lugares protegidos, como el Cerro Tata Bègò.
Está prohibido cortar árboles verdes y jóvenes en áreas de uso común.
No extraer árboles en terrenos de otros dueños sin autorización. Esto incluye no entrar a cortar o recolectar leña en sitios pertenecientes a otras comunidades colindantes con La Ciénega.
La población encuestada también mencionó el reglamento que debe seguir la comunidad y de cuya aplicación es responsable la Comisaría de bienes comunales de Malinaltepec; en el que se plasma la norma para solicitar un permiso de extracción de árboles grandes o viejos.
Por otro lado, 96.3 % de los pobladores de La Ciénega señalan que han notado la disminución de los recursos arbóreos, lo que atribuyen al incremento de la demanda de extracción de leña, que a su vez provoca la corta excesiva de los árboles, y en consecuencia se presenta la pérdida de la cubierta vegetal, que además incide en la regeneración de las especies recolectadas como leña. No obstante, también indican que han llevado a cabo labores de reforestación de árboles de rápido crecimiento, útiles para leña; lo que ayuda al mantenimiento de los bosques.
Conclusiones
La leña es el combustible principal para los pobladores de la comunidad de La Ciénega, asimismo dependen de las áreas con vegetación que existen dentro de su territorio para suministrar y cubrir sus necesidades diarias. El uso del brasero abierto prevalece, a pesar de su baja eficiencia. El consumo promedio per cápita de sus habitantes (2.01 kg persona-1 día-1) coincide con los intervalos registrados para las zonas templadas de México (2.0 kg persona-1 día-1). Las especies vegetales utilizadas para leña, presentan cualidades como la generación de brasa o carbón, la alta duración de fuego y su baja emisión de humo. Quercus magnoliifolia es la preferida, aunque su uso depende de su disponibilidad, ya que es escasa; por ello, Alnus acuminata es la más utilizada, dado que es abundante. Al interior de la comunidad existen normas para el aprovechamiento de la leña, además de las que se dictan a nivel de núcleo agrario; no obstante, la atención a los lineamientos es limitada debido a que no tienen problemas para conseguir dicho combustible. Los resultados de este trabajo indican que es un buen momento para establecer estrategias y atender la posible pérdida de la cobertura vegetal en la comunidad de estudio a causa del aprovechamiento de la leña.