Myrtillocactus geometrizans (Mart. ex Pfeiff.) Console (garambullo) es una planta endémica de México que forma parte de los sistemas naturales, principalmente, en matorral xerófito y áreas de transición con selva baja caducifolia; crece en planicies, mesetas y laderas secas en altitudes de 1 650 a 2 200 m. Su distribución en México incluye los estados de Aguascalientes, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas (Terrones et al., 2014).
Los sistemas naturales donde existe la especie de interés están en zonas áridas y semiáridas, en donde predomina un clima seco árido, semicálido, con lluvias en verano; precipitación promedio anual entre 380 y 450 mm y temperatura promedio de 21 oC. Los suelos suelen ser pedregosos, arenosos, muy permeables (pH 6.5 a 7.0), sin encharcamientos y contenidos importantes de yeso, caliza y sales (Meyrán y López, 2003).
M. geometrizans es una planta suculenta arborescente con un tronco bien definido y ramificación abundante que forma una copa amplia; su altura promedio es de 3 a 4 m. Las ramas principales se separan en estructuras encorvadas de color verde azulado. Cada rama tiene seis costillas redondeadas con espinas radiales y una central más grande. Las flores son de color blanco-verdosas, y el fruto es una baya globosa elipsoide, de color rojo-púrpura de 1 a 2 cm de diámetro, y sin espinas; con semillas pequeñas aplanadas (Bravo y Sánchez, 1978; Terrones et al., 2004).
Una característica sobresaliente del fruto es su calidad nutrimental, pues tiene un alto contenido de fibra (hasta 36.9 %), de vitamina C (26.5 mg 100 g-1) y minerales como potasio, hierro y zinc (Guzmán-Maldonado et al., 2010).
La zona de estudio muestra una alta población de garambullos en etapas adultas, pero no así en estadios juveniles, debido al sobrepastoreo que impide la regeneración natural.
Por el potencial productivo del fruto es posible considerar a M. geometrizans como un cultivo alternativo (Moreno-Hernández, et al., 2011), que permita contribuir a la conservación de la biodiversidad, por medio de la reforestación y un plan adecuado de aprovechamiento del fruto; además de mejorar las condiciones socioeconómicas de las comunidades, al recibir ingresos por su comercialización. Por lo anterior, la finalidad del proyecto que se describe consistió en evaluar la supervivencia en campo de garambullo mediante dos sistemas de reforestación: con esquejes plantados directamente en el terreno y con planta producida en viveros rústicos.
El trabajo se realizó en la comunidad de Garabatillo, en el municipio Dolores Hidalgo, Guanajuato, México. La comunidad tiene un área de uso común de 300 ha que se ubica entre los 21.317925 N y -100.748816 O. El clima es tipo BShw (semiseco con lluvias en verano), y el tipo de suelo predominante es el Feozem (Inegi, 2017). Las comunidades alrededor del área realizan la recolección del fruto para su venta.
La metodología consistió en seis etapas:
Primera etapa: selección de ejemplares. Con base en la experiencia del productor, se escogieron los primeros individuos de acuerdo con las características deseadas en los frutos (grandes, de buen sabor y de maduración temprana); la actividad se realizó en 2018, durante la época de producción (junio-agosto). Posteriormente, de los ejemplares identificados se hizo una selección de acuerdo con un protocolo simple de recolección de material vegetal (Johnson y Emino, 1979 citado por Villavicencio et al., 2011), en el cual se eligieron plantas adultas con gran número de ramas, vigorosas, en etapa de producción y sin daños aparentes ocasionados por el sol, plagas o enfermedades (Figura 1).
Segunda etapa: recolección de material vegetal. La recolecta se llevó a cabo a finales de la primavera (junio) de 2019. Se cortaron dos mil esquejes que cumplieran con la longitud de 20 a 50 cm en promedio, de forma tangencial a nivel de la base del tallo de la rama, con un machete previamente desinfectado en alcohol. Se transportaron el mismo día del corte (Figura 2), para prevenir problemas fúngicos; para ello, los esquejes se desinfectaron en una solución de hipoclorito de sodio (al 5 % por cinco minutos), se quitó el exceso con agua corriente; enseguida se escurrieron y se dejaron de 15 a 20 días en un área sombreada y con ventilación para permitir la cicatrización del corte. Mil esquejes se destinaron a los viveros y los otros mil a la reforestación directa.
Tercera etapa: establecimiento en viveros rústicos. Se establecieron mil esquejes en cinco viveros rústicos, considerados así porque se tenía una sombra natural bajo árboles y otros garambullos de mayor porte, con capacidad de 200 ejemplares en cada uno; estos viveros estuvieron a cargo de cinco mujeres que recolectan el fruto de garambullo cotidianamente. Las condiciones de suelo y manejo fueron similares en los cinco viveros. Se les aplicaron riegos quincenales ligeros y deshierbes manuales.
En cada cama de producción del vivero se utilizó como sustrato el mismo suelo que estaba en el área, el cual se “solarizó” durante 30 días; es decir, se incrementó su temperatura para provocar la muerte de microorganismos; en este caso se usó un plástico negro en la parte baja y un plástico transparente en la parte superior, se taparon las orillas para evitar la aireación. Al momento del establecimiento de los esquejes en el sustrato, se sumergió la base del esqueje en un enraizador en polvo (Rootex® 300ppm).
El periodo de los esquejes en el vivero fue de un año; al finalizar, se hizo una evaluación de los ejemplares vivos destinados a la reforestación (Figura 3). Se descartaron los que pasaban por un proceso de pérdida de turgencia (no enraizaban), que no tenían brotes nuevos, y que, al sacarlos del suelo, el sistema radicular estaba poco desarrollado.
Cuarta etapa: reforestación con esquejes sin enraizar. Mil esquejes se usaron para hacer una reforestación directa en el área donde existe la especie, pero casi sin existencias. Este trabajo se llevó a cabo a principios de la temporada de lluvias (junio de 2019), mediante un cajete de 40 × 40 × 40 cm en el que se incorporaba un tercio del esqueje en el suelo. Se procuró establecerlos, en la mayoría de los casos, junto a plantas “nodrizas” para protegerlos del sol. Una planta nodriza se considera cualquier planta que provee sombra y mejora el microclima en cuanto a temperatura y humedad. De acuerdo con Neri-Luna et al. (1993), las plantas en etapas tempranas son sensibles al exceso de radiación solar que provoca que la clorofila se foto-oxide.
Quinta etapa: reforestación con esquejes enraizados. Antes de finalizar el periodo de enraizado en cada vivero, se evaluó la supervivencia de los esquejes en vivero (200 en cada uno) mediante un registro del número de esquejes vivos a los meses seis, siete, ocho, diez y doce (Cuadro 1). El promedio de supervivencia fue de 62.6 %, valor aceptable cuando no se tienen antecedentes de su propagación por esquejes, pero puede mejorar el proceso en cuanto al sustrato o manejo.
Mes | Porcentaje de esquejes vivos | Esquejes Promedio (%) | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
Vivero 1 | Vivero 2 | Vivero 3 | Vivero 4 | Vivero 5 | ||
6 | 88.0 | 79.0 | 89.0 | 90.0 | 80.0 | 85.2 |
7 | 78.5 | 70.0 | 76.0 | 86.5 | 72.0 | 76.6 |
8 | 74.0 | 61.5 | 71.5 | 78.5 | 64.0 | 70.1 |
10 | 69.0 | 56.5 | 68.0 | 71.0 | 57.5 | 65.0 |
12 | 66.5 | 54.5 | 65.0 | 69.0 | 55.0 | 62.6 |
Para seleccionar los esquejes que se usarían en la reforestación, se determinó la calidad de planta con base en los parámetros descriptivos de vigor o apariencia (Buena: turgencia y color definido, Regular: turgencia y color indefinido, Malo: poca turgencia y color opaco), de crecimientos nuevos (Presencia: con desarrollo de hojas y flores, No presencia: sin hojas y flores), desarrollo de raíz (Buena: alta presencia de raíces, Regular: poca cantidad de raíces, Mala: sin presencia de raíces) y plagas o enfermedades (Presencia: con áreas dañadas por plagas o enfermedades, No presencia: sin áreas dañadas por plagas o enfermedades). La calidad fue alta solo en un vivero, en el cual se registraron los cuatro parámetros en el valor máximo, mientras que en los cuatro restantes se estimó una calidad media por fallar en algunos de los parámetros; sin embargo, en términos generales se apreció un buen crecimiento, por lo que se decidió que era posible su trasplante al campo (Cuadro 2).
Calidad de planta | Parámetros | Vivero 1 | Vivero 2 | Vivero 3 | Vivero 4 | Vivero 5 | Promedio |
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Vigor | Bueno, Regular, Malo | B | B | R | B | R | B |
Crecimientos nuevos | Presentes, No presentes | P | P | P | P | P | P |
Desarrollo de raíz | Buena, Regular, Mala | R | R | R | B | R | R |
Plagas y enfermedades | Presentes, No presentes | Np | P | Np | Np | Np | Np |
Calidad promedio | Alta, Media, Baja | M | M | M | A | M | M |
Los esquejes enraizados procedentes de los viveros se llevaron al campo durante el inicio de la temporada de lluvias del 2020 (junio) para reforestar las áreas en donde crece la especie de manera natural, con el mismo método de los esquejes plantados directamente; no se realizaron actividades culturales posteriores (Figura 4).
Sexta etapa: evaluación de la reforestación. Al final de cada proceso de reforestación (directa o por planta enraizada en vivero), se evaluó la supervivencia de los esquejes. Se aplicó el sistema propuesto por la Comisión Nacional Forestal (Conafor, 2010) que recomienda contar el número de plantas vivas y el número de plantas totales plantadas; el proceso se efectuó en tres sitios diferentes y en dos periodos (repeticiones).
Para ello, se hicieron dos muestreos aleatorios en tres sitios de observación para cada tipo de esqueje. Sobre las líneas de reforestación se tomaron 100 plantas por sitio; el primer muestreo se hizo en el mes tres después de la reforestación y una segunda revisión en los mismos sitios al sexto mes. Los resultados indicaron que plantar los esquejes enraizados en viveros rústicos ofrece mayor porcentaje de supervivencia en campo (90.6 %), comparado con los esquejes plantados directamente después de recolectados (70.3 %) (Cuadro 3).
Mes de evaluación | Esquejes plantados después de la recolecta (%) | Mes de evaluación | Esquejes enraizados en vivero (%) | ||||
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Sitio 1 | Sitio 2 | Sitio 3 | Sitio 4 | Sitio 5 | Sitio 6 | ||
3 | 88.0 | 74.0 | 76.0 | 1 | 95.0 | 90.0 | 92.0 |
6 | 74.0 | 61.0 | 76.0 | 2 | 92.0 | 88.0 | 92.0 |
Promedio | 81.0 | 67.5 | 76.0 | Promedio | 93.5 | 89.0 | 92.0 |
La reforestación de garambullo mediante esquejes es viable en ambos sistemas de reforestación (Osuna et al., 2016); sin embargo, se obtuvieron mejores resultados en campo cuando se enraizaron previamente los esquejes en vivero, que los plantados de forma directa en campo. Pero aún falta analizar las particularidades en ambos procesos, ya que plantar directamente los esquejes, aunque se pierdan más plantas en el lugar de destino, hay un mayor número en términos absolutos al comparar con la cantidad de los esquejes desarrollados en vivero, aunque tengan una supervivencia más exitosa en campo. Además, el manejo en vivero puede mejorarse con una mayor inocuidad del sustrato, aplicar enraizadores líquidos, o riegos de mejor forma (Monreal et al., 2014) para tener mayor cantidad de esquejes enraizados en vivero.